

PRÓLOGO
Sembrador
Soy parte de los 25 años del Sembra 1997-2022 Nuestra vida es como un libro abierto donde escribimos páginas y páginas ricas de diversas experiencias. Muchos dicen que los años pasados en el colegio son los mejores de nuestras vidas, pero también se dice que uno solo se da cuenta de esto al cerrar el primer capítulo de nuestra formación personal. Es al entrar en la vida adulta y vernos llamados a mayores responsabilidades que valoramos todos aquellos momentos.
El Concurso de Cuentos Cortos Sembrador, va por su tercera edición. En este año 2022, niños y jóvenes tendrán la gran oportunidad de recordar un momento especial, vivido en su querido Colegio Sembrador. Lo que relaten quedará por siempre plasmado en la historia del Concurso.
El Colegio Sembrador a lo largo de sus 25 años siempre ha demostrado su compromiso con la educación y la comunidad esteña. Propiciar este concurso es más una manifestación de su deseo de abocarse en dar voz a sus alumnos, hacerlos partícipes de su formación llevándolos a descubrir sus talentos.
ÍNDICE


CATEGORÍA PRIMER CICLO
CUENTO: Los juguetes amigables- Prince- Arantza Valentina Duarte Acosta – 2º Grado.
ILUSTRACIÓN: Gabriela Abigail Vargas - LADY BUG - 3º Grado.
PRIMER PREMIO: SEGUNDO PREMIO
CUENTO: La risa de Ypeku – Memi - Guillermo Lider Macoritto Pacheco - 1º Grado.
ILUSTRACIÓN: Thais Díaz Galeano –THAIS DIAZ - 2º Grado.
TERCER PREMIO
CUENTO: Los años plateados - Pop it girl . - Julieta Abigail Cáceres Echauri – 3º Grado.
ILUSTRACIÓN: Edgar Benjamín Garcete Noguera–CHINITO BG.- 1º Grado.
MENCIÓN ESPECIAL
CUENTO: Vida Sembra – Sthefy- Sthefanía Abigail Martínez Espínola – 3º Grado.
ILUSTRACIÓN: Helena Ramírez Dutra- BURBUJA - 3º Grado.
CATEGORÍA SEGUNDO CICLO
CUENTO: El libro mágico- Zequi- Brian Ezequiel Patiño Mongelós - 6º Grado
ILUSTRACIÓN: Brian Ezequiel Patiño Mongelós- ZEQUI- 6º Grado
CUENTO: Martín en el Colegio Sembrador – Maya- Mayara Ríos – 4º Grado
ILUSTRACIÓN: Kurt Benjamín Fritzch –AUTONIMO- 5º Grado
ILUSTRACIÓN: Valentina Cardozo - TINAVNCA - 4º Grado
CUENTO: Una aventura en Mbatovi - Zeus - Ian Mauricio Patiño Ramírez – 6º Grado
ILUSTRACIÓN: Thiago Moreno González – TUTAKA- 6º Grado
CATEGORÍA TERCER CICLO
CUENTO: El gran evento - Yvoty Textos- Cecilia Constanza González Pereira – 7º Grado.
ILUSTRACIÓN: Dara Jimena Krohn Cardozo - D.K - 9º Grado.
CUENTO: Un cuento por los 25 años del Sembrador - S.S - Sanaa Zein Salman – 7º Grado.
ILUSTRACIÓN: Araceli Fiorella González Maldonado - A.G - 8º Grado.
PRIMER PREMIO: SEGUNDO PREMIO: TERCER PREMIO:
CUENTO: Un sueño hecho realidad – Fabru - Fabricio Gabriel Barrios Burgos – 7º Grado.
ILUSTRACIÓN: Fiorella Maité González Vera - KLYNNFG_ - 7 º Grado.
MENCIÓN ESPECIAL:
CUENTO: “Mis Recuerdos de estos 25 Años del Sembrador’’- Fiorella Maité González7º Grado.
ILUSTRACIÓN: Amanda Sung Peii - AS- 9º Grado.
CATEGORÍA NIVEL MEDIO
CUENTO: Del Colegio Sembrador para el mundo - Jennifer Noemí Vera Rodríguez – 2º Curso BC.
ILUSTRACIÓN: Valentina Maria Sofia Alfonso Gamarra - VALE - 3º Curso BC.
CUENTO: “La chica de las Olimpiadas” – Lápiz - Izan Sebastián Álvarez Flecha -2º Curso BTI.
ILUSTRACIÓN: Luz Milane Caballero O- MILÁN - 2º Curso BC.
PRIMER PREMIO: SEGUNDO PREMIO: SEGUNDO PREMIO:
CUENTO: “La importancia del cuidado” - Judith María Paz Alfonso Mallorquín- 2º Curso BTI. Sin Ilustración.
MENCIÓN ESPECIAL:
CUENTO: “¿Un sueño o la realidad?” – DGP - Carlos Daniel Garcete Páez - 3º Curso BC.
ILUSTRACIÓN: Marco Andrés Peredes I. - EERY_ – 3º Curso BTI.
CUENTOS Y DIBUJOS CATEGORÍA PRIMER CICLO


Primer Premio - Primer Ciclo
Los juguetes amigables
Era mi primer día de clases en mi amado colegio “Sembrador” y estaba tan emocionada de hacer nuevos amigos, compartir con mis profes y aprender muchísimo. Mi mamá el día anterior me había comprado muchos juguetes para compartir con mis compañeros en los recreos y divertirnos creando fantásticas historias.
Llegue al cole y todo me era tan nuevo, tan mágico. Luego de tener las primeras dos clases, tocó la campanilla para que salgamos al recreo. Coloqué todos mis juguetes en la mesa para jugar hasta que Fernando agarró mi princesa Sofía y ¡le estiró su cabello! Estaba tan furiosa que agarré su Spiderman y lo tiré al piso. Esto se había vuelto una guerra de juguetes. La maestra nos detuvo finalmente y yo me puse a llorar.
Nuestras madres nos vinieron a buscar y cada uno fue para su casa. ¡Nada salió como yo quería en este primer día que se supone que tenía que ser inolvidable! Mi madre y yo charlamos y acordamos que yo tengo que aprender a compartir mis juguetes y respetar los ajenos. Fernando se acercó a mí y me pidió disculpas, lo arreglamos todo con un chupetín y ¡a jugar de nuevo! Ilustración: Gabriela Abigail Vargas 3º Grado
Arantza Valentina Duarte Acosta- 2º Grado

La risa del Ypeku
Había una vez una escuela donde muchos niños querían estudiar porque ahí eran muy felices y aprendían muchas cosas nuevas, era el Colegio Sembrador. Un día, jugando en el parque, los alumnos del primer grado escucharon una risa muy fuerte, todos se miraron y preguntaron al mismo tiempo quién se reía tan fuerte. Todos dijeron “ yo no fui”, y la risa continuaba, cada vez más fuerte. Los niños comenzaron a asustarse, pero justo cuando iban a correr hacia patio, el más inteligente y pequeño del grupo llamado Alex, descubrió que la risa venía de un pájaro que estaba escondido entre los árboles.
Le dijo a los demás, es el canto de esa ave. Todos lo miraron, tenía el pico negro, el mentón amarillo, la cabeza negra y el plumaje marrón. Corrieron a contarle a la profe de Ciencias quien les ayudó a investigar el ave. Así, aprendieron que se llamaba Ypeku y cada día, los niños salían al parque a jugar con su amigo el Ypeku, imitaban su canto con carcajadas alegrando a todo el colegio.

Los años plateados
El color plata del cabello de las personas adultas, la resistencia de una joya a veces gastada, pero pudiendo volver con una pulida de amor a su versión original, reflejan hoy los 25 años de mi colegio, todos con el mismo corazón y uniforme verde vestidos a diario; serenidad y la paz, hoy sienten nuestros padres al saber que somos parte de esta historia, de este momento en donde todos nos encontramos para escribir un párrafo más. Hoy sabemos que ya pasaron los años, las anécdotas quedarán en nuestras mentes, así comotambién los maestros que tuvimos. Somos niños aún, pero el recuerdo del ayer ya está latente, la esperanza del mañana somos nosotros y la alegría de nuestros padres nace en cada amanecer, nuestro aprendizaje crece igual que nuestro cuerpo y corazón.
¡Feliz 25 años Sembra querido!
Julieta Abigail Cáceres Echauri
Ilustración: Edgar Benjamín Garcete Noguera

Mención Especial - Primer Ciclo Vida Sembra
Un día, recién llegada de otra ciudad, con temor y angustia asistía a mi nuevo colegio llamado Sembrador. Junto con mis padres llegamos a un gran edificio de colores llamativos, ubicado frente a un lago rodeado de verdosa vegetación. Pasos apresurados de padres y alumnos y mucho bullicio aumentaban la emoción y tensión del momento: sentimientos encontrados, siendo aún muy pequeña, marcaban el inicio de una nueva etapa en mi vida escolar. Al ingresar, fuimos recibidos por personal docente y administrativo, quienes con mucha alegría y amabilidad nos daban la bienvenida y transmitían confianza, para así, poco a poco adaptarme y hacer nuevos amigos.
Fue así, que sin darme cuenta el temor y la angustia fueron desapareciendo de mí y comencé a sentir que ellos serían como mi familia, mi segundo hogar; es así que en la
Vida Sembra me enseñan a amar a la patria y a la familia, a ser una persona útil para la sociedad, a cuidar la naturaleza, a conocer sobre la vida de Jesús y a Vivir el Conocimiento.

CATEGORÍA SEGUNDO CICLO


Primer Premio - Segundo Ciclo
El libro mágico
Hace 25 años atrás, existían dos niños Aurelio y Lochi. A ellos les encantaba jugar en el bosque, se divertían mucho. Un día encontraron un libro, decidieron abrirlo, encantados se sumergieron en la lectura, hasta que en la parte final leyeron una palabra mágica y se convirtieron en un cuadro, en donde se veían a dos niños sentados leyendo un libro con la siguiente frase: Promoviendo el encuentro de la educación con la vida. Enseguida el libro dio un giro en el cielo convirtiéndose en un polvo mágico, luego fue llevado por el viento al otro lado del bosque. Desde ese entonces todo fue un misterio.
Se pasaron 20 años desde que el libro y el cuadro quedaron escondidos en el bosque, hasta que un día, un grupo de niños del Colegio Sembrador estaban de excusión, entre ellos José Luis y Juana Marta, realizando una aventura; de pronto, encontraron el libro y el cuadro recostados por un árbol.
Le mostraron a su profesora Jeanine y le preguntaron si podían quedarse con ellos, la profesora les dijo que sí, pero con una condición, tenían que leerlo hasta el final; entonces, ellos se sentaron sobre la roca, empezaron a leer y leer hasta que en el último párrafo decía que tenían que decir una palabra mágica. La palabra era “ soy parte de esta historia”. Tenían mucho miedo de decir esta frase, pero se animaron y leyeron sin temor. Una vez dicha la frase, empezaron a sentir algo raro, sus brazos y piernas empezaron a quedar de color blanco y les comenzó a brotar hojas en la cabeza, quedaron como una pintura dentro de un cuadro, con el dibujo de dos niños árboles. El cuadro quedó sobre la roca, con el libro de un lado. Pasado un tiempo, la profe Jeanine se preguntó ¿dónde estaban sus alumnos? Al buscarlos encontró sobre la roca el cuadro y el libro mágico. Al agarrar el libro leyó el título que decía: Historia mágica de los 25 años del Sembra; en ese momento agarró el cuadro y para rendir honor a los niños lo colgó en la pared de la institución con la siguiente frase “Vive el conocimiento”.

Segundo Premio - Segundo Ciclo
Martín en el Colegio Sembrador
Las vacaciones han terminado, el mes de febrero comenzó y con él, el ansiado primer día de clases para Martín, un niño de tres años que lloró y lloró porque en ese edificio enorme no quería entrar, el miedo se apoderó de él y sin consuelo en la sala de clases quedó.
Martín había llegado acompañado de sus padres y hermana mayor. La profe con los brazos abiertos lo recibió y él, con lágrimas en los ojos, de sus padres de despidió, pensando que a ellos ya no los volvería a ver. Para distraerle la profe, una música le cantó y al área verde de la escuela lo llevó para disfrutar. Ese día fue muy difícil para el niño Martín, pero la hora de la salida llegó y él muy contento de ver que su padre iba a buscarlo, a sus brazos corrió con una gran sonrisa y un fuerte abrazo lo recibió.
Pasaron los días, Martín lentamente se adaptó, hasta nuevos amigos consiguió en su clase y con la profe tan paciente se encariñó.
Los días de llanto y tristeza quedaron atrás. Martín se despertaba con todas las ganas,
vestía su uniforme con la ayuda de su mamá, en su mano llevaba su almohadita que le daba mucha seguridad e iba a la escuela con mucha emoción de encontrarse nuevamente con su profe y nuevos amiguitos, listo para aprender y jugar.
En la hora del receso, él y sus compañeros van al parque a jugar y merendar, es la actividad favorita del niño Martín y sus amigos; a la vuelta van de nuevo a su sala de clases donde aprenden a dibujar, cantar y pintar.

Actualmente el Colegio Sembrador es el segundo hogar de Martín, lugar al que día a día va con mucha alegría.
Mayara Ríos
4º Grado
Ilustración: Kurt Benjamin Fritzch
Tercer Premio - Segundo Ciclo
Aprendiendo a emprender
Había una vez un chico de cabellos anaranjaditos como una zanahoria que llegó llorando sin querer desprenderse de su mami. Tenía mucha vergüenza porque era muy tímido; desde el principio lo acogieron como un hijo en el nivel inicial. Hoy en día cursa el sexto grado en la institución educativa de nombre “Sembrador”.
El chico es extranjero, le costó mucho adaptarse, no entendía nada de lo que le hablaban sus compañeritos. Aun le cuesta la segunda lengua hablada en este país maravilloso llamado Paraguay.
Hoy en día, ha dejado de lado todas esas cosas de timidez, le sembraron una semilla de aprendizaje y emprendimiento en su persona, comenta que es muy feliz estudiando en su amado colegio con sus amigos de toda la vida, con quienes ha compartido muchas travesuras, momentos malos y felices.
Así pasó el tiempo, donde aprendió mucho sobre valores, tradiciones, juegos y en especial es amante de los números y letras. Su corazón es muy grande, pero no cabe todo el amor por su colegio en donde construyó mucho amor y cariño por esta gran familia del Sembrador.

Mención Especial - Segundo Ciclo
Una aventura en Mbatovi
Y ahí estaba yo, viviendo una de las mejores experiencias de mi vida gracias al Proyecto Conociendo mi país.
Con las piernas temblorosas, la mirada fija en la exuberante naturaleza, las manos sudorosas y un miedo que necesitaba ser vencido me encontraba frente a aquel puente colgante. Mi mente intentó sabotearme una y otra vez diciéndome: -
No lo lograrás!!!. Pero nacía dentro mío un deseo inmenso de lograrlo.
Seguí los pasos de mi mamá que iba al frente, sus palabras sonaban como eco que se repetía una y otra vez: -falta poco! – vamos a lograrlo!; y mientras sus palabras se enfrentaban en una lucha campal con las palabras de mi mente. mis piernas iban dando pasos.
Al llegar a la mitad del puente levanté por primera vez la mirada y respiré hondo el aire puro que provenía de aquel maravilloso bosque, que una y otra vez
me incitaba a seguir adelante, a enfrentar mis miedos, a no detenerme. Respiré hondo y mis pulmones se llenaron de un coraje, que me permitió seguir caminando con un poco más de tranquilidad que al inicio.
Y ahí estaba yo dando mi último paso, y con el grito de mi mamá de – Lo lograste! daba fin a aquella maravillosa experiencia, donde la naturaleza me enseñó a perder mi miedo.
Mauricio Patiño

CATEGORÍA TERCER CICLO


Primer Premio - Tercer Ciclo
El gran evento
Llegué esa mañana, pensativa sobre el gran evento que se iba a hacer por los 25 años del colegio, tan sometida enmis pensamientos que me tropecé con los escalones cuesta arriba hacia la secundaria y mi estuche, donde encontraba mi preciado bajo, casi se cae. El momento en que el director durante la formación anunció que podríamos hacer cualquier acto artístico para celebrarlo, me emocioné, la idea de demostrar mi talento en las artes siempre me ha envuelto, pero, mi timidez es catastróficamente grande, irónico para un músico en realidad; ya que estos mientras más toquen un instrumento más ganas tienen de mostrar su talento a los demás, o eso dicen. Entré a la silenciosa sala de música para practicar pacíficamente mi bajo, fue en ese momento que un sonido me llamó la atención y hacía: tac, tac, tac como un cronómetro y efectivamente, lo era. Me fijé en la elegancia del rústico artefacto y
creí que no sería mala idea usarlo para practicar mi sincronización con los pulsos de la canción que iba a tocar, To the other side de Red Hot Chilli Peppers; con el cronómetro haciendo su típico sonido, mientras más tocaba, sentía que algo se llevaba mi motivación, llegó un punto en que ya no pude continuar tocando. Mi cabeza daba vueltas como un carrusel, luego, recordé que ese día no había desayunado así que lo que sentía en ese momento no era nada más y nada menos que un auténtico bajón de azúcar. Entré tambaleante a la sala del grado que me correspondía, buscando desesperadamente en mi mochila el dinero que siempre llevaba conmigo, aunque para mi amarga mala suerte, no estaba; el pánico de pensar que iba a hacer mezclado con el bajón de azúcar casi me provoca un desmayo, y no podía desmayarme y mucho menos minutos antes del evento, de milagro encontré una moneda de mil guaraníes en el piso y fui directo a la cantina. Mi timidez me atacó como una navaja, justo frente al mostrador de la cantina; después de mucho esfuerzo intentando hacer que me salieran las palabras, logré comprar un dulce de café, lo comí y agarré mi bajo en apuros y me dirigí al auditorio. Subí al escenario
con un miedo como si de mi último día de vida se tratase, pero, tomé una gran bocanada de aire y empecé a tocar. Para cuando terminé hubo un silencio de varios segundos que parecieron milenios, pero los aplausos no tardaron en llegar, mi
motivación resucitó y una sonrisa modesta se formó en mi rostro, no me malentiendan, seguía temblando del miedo, pero saber que a la gente le gustó fue suficiente para mí y fui con mis compañeros satisfecha y disfruté del resto del show.
Cecilia Constanza Gonzá.lez

Segundo
Premio - Tercer Ciclo
¿Un cuento por los veinticinco años del colegio
Sembrador?
Estaba en clase escuchando el barullo que hacían mis compañeros, cuando de repente vi como entró la profesora de castellano, enseguida cada uno de mis compañeros se sentaron en sus respectivos asientos .
Cuando empezó a explicar el tema del día, mencionó una competencia de cuentos; enseguida me emocioné, era una fanática de la lectura, me gustaba leer, a veces incluso me desvelaba leyendo historias románticas, de ciencia ficción entre otros y empecé a imaginar una hermosa historia de fantasía cuando mencionó el tema. -Los veinticinco años del colegio Sembrador-
En ese momento sentí que mi cuento caía de un acantilado, volví a imaginar otra historia saltándose de la realidad .Cuando volvió a hablar -Tiene que ser Realista - ¿había escuchado bien? dijo ¡¡¡REALISTA!!!, no era para nada buena en el
realismo, irónico ya que yo misma leía un montón de historias “realistas”, no podría culparme; en un momento de mi vida llegué a creer que una luciérnaga era un hada. Luego de aclarar algunas dudas, sonó el timbre y todos nos dirigimos a nuestras casas. Al llegar me dispuse a sentarme con libro y cuaderno en mano ….. Blanco, no se me ocurría nada, sentía como si mi alma salía de mi cuerpo, como si me tiraran de un acantilado con todas mis historias de fantasía, esto será largo, sin duda estuve mucho tiempo así pensando, y solo se me venía por la mente las frases.
Un cuento por los veinticinco años del colegio Sembrador ….realista…así por horas y horas como un ciclo que se repetía donde no sabía que hacer, de repente me di cuenta de lo difícil que me resultaba escribirlo. -Click – hizo mi cerebro y si redactaba lo difícil que fue para mi escribir esto? Mi cuento no sería el más perfecto, ni mucho menos el ganador, talvez sea aburrido y sin gracia pero de cierto modo tenía una parte de mi y yo estaba contenta con eso, era tal vez una persona conformista, pero había dejado una parte de mi vida y alma en esto.

Tercer Premio - Tercer Ciclo
Un sueño hecho realidad
Érase una vez un niño llamado Aurelio que siempre pensaba en ser dueño de un colegio y que a pesar de sus pocos recursos pudo estudiar, obtuvo un título como docente y empezó a trabajar en su profesión, comenzó a ahorrar con el dinero que se le pagaba para poder construir algún día el colegio que tanto anhelaba.
Un día enseñando le conoció a una nueva maestra que le llamó mucho la atención. A la hora del almuerzo pudieron conversar por primera vez y quedaron totalmente encantados y sin darse cuenta pasaban todos los días juntos. Pasaron varios años de su noviazgo hasta que decidieron casarse. Con muchos años de sacrificio pudieron obtener su objetivo, que fue poder construir su propio colegio al que nombraron SEMBRADOR.
Cuando recibieron los primeros alumnos se emocionaron tanto que no podían creerlo; pero lo que no sabían es que vendría una tormenta muy fuerte que
derrumbaría una parte su institución. La pareja quedó totalmente devastada, sin esperanzas; pero eso no les impidió seguir adelante y volver a reconstruir y comenzar de nuevo.
Volvieron a iniciar las clases con mucho éxito. Así continuó creciendo lo que antes para ellos solo era un sueño.

Mención Especial
-
Tercer Ciclo
“Mis recuerdos de estos 25 años del Sembrador’’
La educación, desde 1997 sembrando semillitas y preparándolas para el mundo, hace veinticinco años, el veintisiete de febrero de 1997, que van educando con amor y paciencia, y gracias a ellos conseguí mi carrera de escritor, no quiero ser un famoso con mi nombre en afiches tipo: “James Fernández el gran… ’’ no, solo quiero hacer libros donde la gente se sienta cómoda para leer, que sea como si los personajes fueran tus amigos y que cada vez que abras la página te sientas feliz de saber que pasará… TRIIIINNN!, aquella melodía de jazz acompañado con una vibración que salía de mi teléfono interrumpió mis pensamientos:
- ¿Hola Fer, que tal? ˗ La voz suave de Lyana sonaba del celular, ella era mi compañera y amiga desde tercer grado. - Mira Fer ya sé que estás escribiendo algo nuevo, pero no te vayas a olvidar que sos periodista también, necesito ya esa redacción que te pedí el sábado.
- Uh sí, ya sé, te voy a enviar el jueves, ¿ok?
- Bueno, no te olvides.
- No, claro que no, chau.
- Chau. “¿De qué voy a escribir?” pensé, me puse a recordar melancólicamente sobre mis tiempos en la escuela, “Mis mejores días”, pensé de nuevo. Me desperté más una vez,un martes para ir a la escuela, cuando llegué, el portero siempre me saludaba con una sonrisa, y las risas de los niños jugando en el parque hacia un lado. Estaba un poco nervioso ese día porque teníamos examen de historia, había mucha teoría, pero como estudié bien, no había de qué preocuparse, cuando pasaba por el pasillo, vi al director Aurelio que siempre muy amable me saludó con un energético y alegre: “¡Buen día!”, le asentí la cabeza y seguí mi camino. Estábamos en época de olimpiadas, yo era naranja y tenía la suerte de estar con mi amiga Lyana, ese examen era el último para por fin empezar aquella semana de
actividades y aquel ambiente festivo que todo el mundo amaba. Había tres colores: Naranja, Amarillo y Rojo, bueno al fin y al fin y al cabo terminó ganando Rojo, ¡pero salimos segundo lugar!, luego del fin de las olimpiadas llegaba el campamento, otra de las actividades que toda la clase amaba, llegábamos y había variadas actividades y juegos que hacíamos, contábamos historias de terror en nuestras piezas y algunos compañeros querían asustar por la noche, era lo mejor, “Adoro ese colegio”, pensé.
Cuando finalmente volví a la realidad y miraba fijamente a mi teclado, ya no tenía dudas de sobre qué iba a escribir mi redacción, si debía de tratarse de educación, quién más que el Colegio Sembrador, comencé a teclear y escribir sobre el mejor colegio, El Sembrador
Fiorella Maite González Vera - 7º Grado
Ilustración: Amanda Sung Peii 9º Grado

CATEGORÍA NIVEL MEDIO


Primer Premio - Nivel Medio Desde el Colegio Sembrador para el Mundo
Los alumnos del segundo curso del colegio Sembrador era un grupo numeroso, capaz de hacer cualquier cosa que se propusiera. La profe Carmen les encargó un proyecto, debía ser un proyecto que pueda beneficiar a mucha gente y sea de gran aprendizaje para todos.
Fue difícil para ellos escoger el tema, pues cada uno tenía una idea diferente. Un día, Juana vio que cerca de los basureros siempre había moscas y siempre emitía mal olor, investigó por qué sucedía aquello y encontró que era porque todo tipo de basura terminaba allí, sin divisiones, entonces se le ocurrió que podían hacer contenedores para que esto ya no suceda y al mismo tiempo, puedan reciclar; algo que los alumnos puedan utilizar fuera y dentro del colegio, que beneficie a mucha gente.
La idea era que los alumnos tengan el hábito de arrojar sus basuras a los contenedores correctos y repartir carteles por toda la escuela para que aprendan sobre la importancia de ello, desde los más pequeños hasta los más grandes. Pero viendo el poco entusiasmo de los alumnos, y siendo algo muy común, quisieron darle al proyecto, un toque diferente pero didáctico al mismo tiempo. Probaron con otra idea, que sea como una competencia, el grado que juntara más botellas al final de cada mes, se llevaría puntos extras en diferentes materias. Los alumnos se notaban mucho más entusiasmados, fue todo un éxito, tanto que se llegó a llevar a eventos grandes realizados dentro del colegio como la olimpiada, el intercolegial, el San Juan etc. adaptándolos a cada uno. A parte de que el colegio se veía siempre impecable con la ayuda de las limpiadoras y los alumnos, todos quedaron con el hábito de arrojar la basura al contenedor correcto, llevando este gran aprendizaje fuera de la institución. Y para aprovechar aún más esto, las botellas que se recogían, se reciclaban para todo lo que
Jennifer Noemi Vera Rodriguez- 2do Año
Segundo Premio
-
Nivel Medio
La chica de la olimpiada
- Mamá, mamá, ¿Cuándo llegamos al colegio? – preguntó por cuarta vez María. Ella estaba muy emocionada por irse ahí, pues no era un día o mejor dicho una semana cualquiera, era la semana de las olimpiadas del colegio Sembrador, donde cada uno, ya sea niños, adolescentes, docentes, padres y otros, comparten, disfrutan y compiten. María había escuchado sobre las olimpiadas de sus hermanos mayores, y este sería su primer año en el colegio, por ende, estaba más que emocionada. Su madre le respondió con un “ ya llegamos” por lo que ella se alegró inmensamente, ya que finalmente escuchó lo que quería y miró por la ventana, ahí estaba la entrada del colegio donde acudían varios alumnos con sus flamantes uniformes. María se despidió de su madre y se bajó del coche, se dirigió a la entrada, luego ingresó a su clase y charló con sus compañeros hasta que llamaron
a todos para iniciar las olimpiadas. Participó y vio el desfile que marcaba el inicio, aunque le disgustaba estar parada mucho tiempo, le entusiasmaba el ánimo de todos. Ella participó en todos los juegos y actividades que podía, también miró participar a cada alumno, docente y padre en las actividades que permitía el cronograma. Al ver y participar de todo eso María sintió dos cosas, alegría y enojo, alegría por disfrutar toda la semana y enojo por participar recién en las olimpiadas. Unos cuantos años pasaron y seguía siendo muy activa en esta actividad del colegio, ahora ella era coordinadora y no una coordinadora cualquiera, ya que las olimpiadas eran desde hace mucho, una de sus actividades favoritas. Ella había entrenado cualquier habilidad relacionada y participaba en cada modalidad que podía, logrando por sí misma un gran aporte a su color.
Izan Sebastian
Flecha
Curso BTI
AlvarezIlustración:
Luz Milena Caballero 2º Curso BC

Tercer Premio - Nivel Medio
La importancia del cuidado
Una mañana muy tranquila, Isabella se preparaba para ir de nuevo a la escuela, luego de tres años de pandemia.
Ella estaba tan emocionada y a la vez un poco asustada de cómo serían las cosas después de tanto tiempo. Cuando llegó a la escuela lo primero que hizo fue ir a su sala a ver a todos sus compañeros y amigos, en el camino vio los cambios que hubo en la escuela, a los profesores que ya se preparaban para dar las clases, y el ver todo eso le generó mucha felicidad ya que todo estaba volviendo a la normalidad.
Al entrar en su sala de clases, fue recibida por muchos abrazos y palabras bonitas de sus amigas, eso le emocionó mucho, pero a la vez le generó preocupación ya que se pudo dar cuenta que de tanta felicidad que sentían todos por reencontrarse, se olvidaban de que aún debían tener cuidado con el acercamiento y contacto.
Luego de las clases se despidió de todos y fue junto a su mamá a comentarle su
preocupación, su madre le dijo que ella tenía que hablar con sus compañeros y decirles que tenían que cuidarse, fue ahí donde a Isabella se le ocurrió una excelente idea, llamó a su tío Héctor que era doctor y le pidió por favor que le ayudará dando una charla a sus compañeros sobre la importancia del cuidado; su tío había aceptado encantado de ayudar. En la mañana siguiente Isabella pidió a los profesores un poco de su tiempo de clases para dar una charla muy importante, los profesores habían aceptado sin ningún problema. En ese tiempo, el doctor Héctor había hablado sobre la importancia del cuidado, luego de todo lo que había sucedido durante la pandemia y los alumnos se dieron cuenta de que, por lo felices y emocionados que estaban de reencontrarse, se habían olvidado de los cuidados necesarios.
Los profesores y compañeros le dieron las gracias a Isabella por su preocupación y así hacerles acordar de lo importante que era cuidarse en un momento tan delicado. Isabella se sintió tan feliz que en los días siguientes, todos ya utilizaban las medidas preventivas, compartían y se divertían con el debido cuidado.
Mención Especial - Nivel Medio ¿Un sueño o la realidad?
15 de febrero de 2022, eran las 5:30 de la mañana, Rodrigo no podía seguir durmiendo, era su primer día de clases en su nuevo colegio y se encontraba ansioso. Para aprovechar el tiempo decidió comenzar a alistarse. Se cepilló los dientes, se dio una ducha caliente, se puso su uniforme y bajó hasta la cocina para comer su desayuno, no sin antes mirarse en el espejo. Eran las 6:20, Rodrigo se había subido en su transporte que lo llevaría a su destino. Luego de varios minutos, el joven llegó fortuitamente a la institución, en dónde fue recibido con una gran sonrisa por un hombre, que de lejos parecía intimidante, pero por dentro era una persona amable y simpática. Se trataba del director del Colegio Sembrador, el Lic. Aurelio Barreto. Luego de la amigable bienvenida, Rodrigo se dirigió hacia la sala de clases en dónde se encontró con muchos alumnos. Al principio creía que le iba a ser imposible adaptarse, ya que en su anterior colegio era muy callado y no tenía muchos amigos, pero gracias a la calidez de sus compañeros fue capaz de encontrar su lugar rápidamente.
Llegada las 7:00 de la mañana, comenzaron las clases; cómo se trataba del primer día, no hicieron mucha cosa, más que conocer a los profesores y recibir breves explicaciones a cerca de sus asignaturas.
A la hora del receso un joven llamado Nicolás se acercó a Rodrigo y se ofreció a mostrarle el colegio, el joven aceptó y sin perder el tiempo se dirigieron a su primer destino, la cantina, le explicó que allí podía encontrar alimentos de todo tipo; luego le mostró el polideportivo, le dijo que allí tendrán las clases de educación física y las formaciones; después fueron al auditorio, le contó que en ese sitio se suelen realizar charlas y exposiciones organizadas por el colegio; por último visitaron el parque en dónde se encontraron con sus demás compañeros. Los dos jóvenes se unieron al grupo y pasaron un buen rato hasta la hora de volver a clases, Rodrigo estaba muy feliz porque era la primera vez que se divertía tanto en el colegio. Sin darse cuenta ya eran las 12:30, el muchacho guardó sus cosas y luego de despedirse de sus nuevos amigos, se encaminó nuevamente hacia su casa.
Carlos Daniel Garcete- 3er AñoAl llegar estaba tan exhausto que se tumbó en su cama y lentamente fue cerrando sus ojos hasta quedarse dormido. De repente sintió que alguien le hablaba, como si intentará despertarlo. Se levantó y se dio cuenta de que era su madre, le dijo que se alistara para su primer día de clases. Rodrigo estaba desconcertado, trato de decirle que estaba equivocada, pero luego al mirar su teléfono se dio cuenta de que tenía razón, eran las 5:30 del 15 de febrero nuevamente. Todo lo que había vivido no había sido más que un simple sueño.

GANADORES DEL CONCURSO DE CUENTOS CORTOS

GANADORES DEL CONCURSO DE DIBUJO Y PINTURA



