Revista Argentina de Sociología Nro 23

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

ISSN : 1669-3248 Volumen 14 Nro. 23 Julio-Diciembre 2018

EDITORIAL Presentamos el número 23 de la Revista Argentina de Sociología (R.A.S.), producción temática del Consejo de Profesionales en Sociología (C.P.S.) sobre nuestra disciplina y campo profesional.

Fundada en el año 2003, la R.A.S. fue relanzada exitosamente en 2016 recuperando su edición de manera semestral, tal como lo hiciera en sus primeros cinco años de existencia (ya que entre 2009 y 2013 se publicaron sólo cuatro números y dejó de estar indexada, es decir, dejó de ser listada en bases de datos/índice/repertorios de consulta mundial).

La recuperación de un instrumento editorial como éste provino de una decisión estratégica del espacio de matriculados que ganó las elecciones internas del Consejo en 2014 y asumió su primer periodo de gestión: convocar y conformar un nuevo Comité Editorial plural y profesional, relanzar la revista, y sostener ininterrumpidamente su publicación.

Desde entonces, éste Comité Editorial lleva publicados -de manera consecutiva- cinco números con 30 trabajos académicos evaluados exitosamente, entre más de cien artículos y reseñas de libro presentadas por autores de Argentina, Uruguay, Brasil, Chile, México, España y Portugal. Han colaborado más de 20 matriculadas/os en el Comité Editorial, y otros 42 colegas de renombre conforman actualmente el Comité Académico Internacional.

A nuestro entender, este número presenta reflexiones sociológicas de manera novedosa, afrontando el desafío de construir problemas de investigación a partir de temas que hasta entonces han sido objeto de otras disciplinas, o bien abordados de manera clásica.

El número 23 de la Revista Argentina de Sociología (R.A.S.) propone develar los procesos sociales y urbanos que condicionan la reconfiguración del ferrocarril Sarmiento a través de su controversial proyecto de soterramiento; pensar las formas similares que adquieren ciertos procesos sociales en las bases antárticas argentinas; analizar las formas en que se instituyen las relaciones laborales del servicio doméstico en Santiago del Estero profundizando el conocimiento del vínculo entre empleada y empleadora; explorar la doctrina peronista en las representaciones de quienes hoy militan en agrupaciones del conurbano sur; revisar la formación de los sociólogos/as en particular aquellos aspectos relativos a las formas legítimas de hacer sociología y su posterior inserción laboral; y una reseña de libro sobre estudios de movilidad en América Latina.

En todo este tiempo la R.A.S. se ha consolidado como una herramienta de soberanía científica para las y los profesionales de la Sociología local, regional e iberoamericana.

Invitamos a leerla y difundirla para que trascienda y exista por muchos años más.

Editor Responsable

La presente publicación fue realizada en colaboración con el Colegio de Sociólogos de la Provincia de Buenos Aires (C.S.P.B.A.) y con la Asociación de Sociólogos de la República Argentina (A.S.R.A.).

Editor Responsable: Lic. Terriles A. Alejandro (MP 346 C.P.S.) Coordinación Editorial: Mg. Kavvadas, Elena (MP 953 C.P.S.) Lic. Orden, Pedro D. (MP 304 C.S.P.B.A.) Lic. Pieroni, Jorge (MP 950 C.P.S.) Comité Editorial: Lic. Berisso, Inés (MP 294 C.S.P.B.A.) Mg. Blaser, Mora (MP 337 C.S.P.B.A.) Lic. Giorgini, Gisele (MP 989 C.P.S.) Mg. Kavvadas, Elena (MP 953 C.P.S.) Lic. Lusnich, Cecilia (MP 537 C.P.S.) Lic. Magliano Vacas, Fernando (MP 949 C.P.S.) Lic. Martinoli, Estela (MP 908 C.P.S.) Lic. Natapof, Daniel (A.S.R.A.)

Mg. Molinari, Lucrecia (UBA-UNTREF-CONICET) Mg. Morayta, Isabel (UBA-IDAES/UNSAM) Lic. Moreno, Martín (UBA-CENEP) Lic. Orden, Roberto (UBA) Dra. Paiva, Verónica (UBA-UCES) Lic. Paley, Silvia (UBA-UNS) Dra. Pautassi, Laura Cecilia (UBA-CONICET) Dr. Piovani Juan (UNLP-CONICET) Dr. Rey Lennon, Federico (UNLaM) Mg. Rodríguez Gauna, Cecilia (UBA-UNTREF) Dr. Salvia, Agustín (UCA-IIGG-CONICET) Dra. Silba, Malvina (UBA-UNMdP-CONICET) Dr. Welschinger, Nicolás (UNLP-CONICET) Dra. Zibecchi, Carla (UBA-UNTREF) Dr. Zylberman, Lior (UBA-UNTREF-CONICET)

Comité Académico Internacional: Lic. Acosta, María Cristina (UBA) Mg. Acosta, María Ignacia (UBA-UNGS) Dra. Arizaga, Cecilia (UCES-USAL) Lic. Barletta, Ana María (UNLP) Dr. Berardi, Adrián (UBA-UNSAM) Dra. Bettanin, Cristina Inés (UBA-UNPAZ) Dr. Blinder, Daniel (UNSAM-UBA-CONICET) Dra. Busso Mariana (UNLP-CONICET) Dra. Burstein, Nidia (UNS) Mg. Campos Ríos, Maximiliano (UBA-UdeSA) Dr. Cavarozzi, Marcelo (UNSAM-CONICET) Dr. Di Leo, Pablo Francisco (IIGG-CONICET) Dra. Di Virgilio, Mercedes (IIGG-CONICET) Mg. Enrique, Alejandro (UBA) Dr. Frankel, Daniel (UBA-UNLa-UNMdP) Dr. Gallardo Javier (UdelaR) Dr. Gambina, Julio (UBA-UNR- FISYP) Dr. Gargarella, Roberto (UTDT-CONICET) Dr. Garretón Merino, Manuel (UCh-CLACSO) Dra. Gradín, Agustina (FLACSO) Dra. Glozman, Mara (UBA-CONICET) Lic. González, Walter (UBA-IDEP) Dr. Kostenwin, Ezequiel (UNLP) Mg. López, Ana Laura (IIGG-CONICET) Dr. Madoery, Oscar (UNR) Mg. Marinsalta, Claudia (UNS-Flacso/PRIGGEP) Mg. Martínez, María Ayelén (UNTdF)

-----Diseño Gráfico y Editorial: DG. Diego Sztajn Coordinación Gráfica: Martin Schiappacasse REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 3

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA (R.A.S.) Nro. ISSN 1669-3248

R.A.S. es una edición del Consejo de Profesionales en Sociología (CPS LEY 23.553).

Dirección: Hipólito Yrigoyen 1516 piso 3“J” Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.

Teléfono: (5411) 4381-7811 - http://ras.cps.org.ar - ras.revista@gmail.com

CONSEJO DE PROFESIONALES EN SOCIOLOGÍA - (CPS-LEY 23.553) Comisión Directiva: Presidente: Terriles, A. Alejandro (MP 346) Vicepresidente: Jones, Mercedes (MP 305) Secretario General: Padín Losada, Gabriela (MP 947) Tesorero: Vera, Juan Manuel (MP 725) Asuntos Profesionales: Pieroni, Jorge (MP 950) Vocales titulares: Kawadas, Elena (MP 953) Dona, Pablo (MP 914) Menini, Miguel (MP 996) Martin, Miguel Ángel (MP 249) Kokot, Nadina (MP 917) Con, Melina (MP 593) Vocales suplentes: Giorgini, Gisel (MP 989) Gómez, Daniel (MP 918) Papadacos, Lina (MP 815) Leyes, Analía (MP 858) Ojeda, Hugo (MP 442) Berardi, Adrián (MP 942) Tribunal de Ética y Disciplina: Fernandez, Aníbal H. (MP 207) Presidente Lusnich, Cecilia (MP 537) Martinoli, Estela (MP 908) Palacios y Pereyra, Humberto (MP 736) Paterno, María Marta (MP 634) Rozas, Mariana (MP 383)

4 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

SUMARIO pág. 6 > Génesis de una investigación: Fundamentando al soterramiento del F.C. Sarmiento como caso para la sociología Ariel Rodolfo Fuentes pág. 20 > Las bases antárticas como Instituciones Totales: el encierro como indicador Matías Germán Belinco pág. 39 > Son un mal necesario…pero hay que aceptar Acerca de las formas de vinculación “empleadora-empleada” en el servicio doméstico en Santiago del Estero Lucas Emanuel Torres pág. 56 > Trasvasamiento. Doctrina peronista y militancia en el conurbano sur Aarón Attias Basso - Carolina Casagni pág. 78 > El rol del sociólogo en el Estado: relaciones entre la formación académica, las incumbencias y la praxis cotidiana Esteban Bogani - Vanina van Raap - Malena Saguier pág. 91 > Reseña de libro : Zunino Singh, Dhan, Términos clave para los estudios de movilidad en América Latina Bárbara Catalano

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 5

Génesis de una investigación: Fundamentando al soterramiento del F.C. Sarmiento como caso para la sociología Genesis of an investigation: basing the Sarmiento railroad undergrounding as a sociologist case Ariel Rodolfo Fuentes 1

RESUMEN

El autor comenzó hacia 2005 trabajos exploratorios intentando develar los procesos sociales y urbanos que condicionan la reconfiguración del ferrocarril Domingo Faustino Sarmiento a través de su controversial proyecto de soterramiento, iniciado tras una serie de tragedias y cambios en la gestión de este tendido, que une a la Ciudad de Buenos Aires con su periferia occidental pero también genera disrupciones viales y se caracteriza por prestaciones significativamente deficientes.

Se reflexiona en este relato sobre la construcción de un problema de investigación sociológica a partir de un tema que hasta entonces había sido objeto de la arquitectura, la ingeniería y especialidades que sólo ponderaban dimensiones técnicas del proyecto.

Para develar los intereses por detrás de la obra, como asimismo sus potenciales consecuencias sociales y territoriales, se abrevó principalmente en la sociología urbana y se diseñó un estudio de caso multi-metodológico (entrevistas en profundidad, encuesta online a pasajeros, recopilación y análisis de fuentes y documentos secundarios).

Palabras clave: SOCIOLOGÍA URBANA - FERROCARRIL SARMIENTO - SOTERRAMIENTO ABSTRACT In 2005, the author began exploratory research trying to unveil the social and urban processes that condition the reconfiguration of the Domingo Faustino Sarmiento railroad system through its controversial “soterramiento” (underground tunneling) project, initiated after a series of tragedies and changes in the management of this line, which links the City of Buenos Aires with its western periphery but also generates traffic congestion and is characterized by significantly poor performance.

-Licenciado y Profesor en Sociología por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Magíster en Investigación en Ciencias Sociales, UBA. Investigador del Grupo de Investigación en Historia Urbana (IIGG-UBA). Docente de Sociología Urbana e Historia Social Moderna y Contemporánea (Facultad de Ciencias Sociales, UBA).

Correo electrónico: arielrodolfofuentes@gmail.com

1

Recibido: 10-08-2018 Aprobado: 15-11-2018

6 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

This paper reflects on the construction of a problem of sociological research on a case that had been, until then, the subject of architecture, engineering and specialties that only pondered technical dimensions of the project. To reveal the interests behind it, as well as its potential social and territorial consequences, urban sociology was a main analysis source, and a multi-methodological (in-depth interviews, online passenger survey, collection and analysis of sources and secondary documents) case study was designed.

Key words: URBAN SOCIOLOGY- SARMIENTO RAILWAY – UNDERGROUND TUNNELING Escenario, contexto e historia de una transformación urbana

La Zona Oeste de la Región Metropolitana de Buenos Aires se conecta con el núcleo geográfico de la metrópolis a través de tres vías principales: la avenida Rivadavia, la autopista Perito Moreno-Acceso Oeste y el tendido eléctrico del ferrocarril (F.C.) Domingo Faustino Sarmiento. Este último, un corredor longitudinal de aproximadamente 37 kilómetros, inicia en la terminal Once de Septiembre, en el barrio porteño de Balvanera, y llega la estación Moreno, ubicada en el partido homónimo: mediante su recorrido a través de la capital argentina y 6 municipios bonaerenses, los alrededor de 300 servicios diarios del principal ramal de la línea Sarmiento transportaron durante las últimas 2 décadas y media a un promedio de 7.868.962 de pasajeros por mes2 , de los cuales aproximadamente el 62.1% cruza los límites administrativos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires durante sus viajes (Secretaría de Transporte de la Nación Argentina, 2006).

Sin considerar la significativa incidencia de la evasión, la cantidad de pasajeros únicos que viajan en el F.C. Sarmiento por día puede estimarse, como promedio aproximado desde que se disponen de datos sistematizados, en 262.275 (dentro de una serie cuyos extremos son representados por Octubre de 2008, con 354.392 pasajeros, y el mínimo histórico de 21.807, registrado en Julio de 2013)3 . Las estaciones de Liniers, Morón, Merlo y Moreno se han constituido como importantes sub-centros metropolitanos, concentrando los trasbordos y la demanda de una población cuya ocupación se ha densificado hacia el Oeste con creciente rapidez durante gran parte del siglo pasado: en cierta medida por motivos topográficos, el mercado inmobiliario residencial de Buenos Aires se extendió significativamente en sentido occidental desde finales del siglo XIX (Gorelik, 2010). La oferta del F.C. Sarmiento, en cantidad, modalidad y horario de los servicios, ha generalmente representado esta tendencia demográfica del corredor al que, por lo menos hasta aproximadamente 1940, atendía de manera prácticamente monopólica frente al todavía escaso desarrollo de los colectivos -a lo que se sumaba la dificultad que la Segunda Guerra Mundial implicaba para la consecución de neumáticos y repuestos importados en general-. Actualmente el modo ferroviario, si bien relevante en los viajes realizados entre la CABA y el corredor de la Zona Oeste, muestra menos Cálculo de elaboración propia en base a datos de la CNRT: promedio de todos los meses registrados entre Enero de 1993 y Julio de 2013.

A falta de datos más actualizados, se referencia el relevamiento utilizado por INTRUPUBA (Secretaría de Transporte de la Nación Argentina, 2006) para cuantificar el caudal de pasajeros ingresados a cada estación durante un día determinado. El criterio consideró sólo 4 períodos acotados del día (Período 1: desde las 6:30 hasta las 9:00 horas. Período 2: desde las 9:00 hasta las 11:30 horas. Período 3: desde las 15:30 hasta las 18:00 horas. Período 4: desde las 18:00 hasta las 20:30 horas) y por lo tanto constituye, cuando además entra en consideración el significativo nivel de evasión detectado en la línea, una subestimación con fines meramente ilustrativos.

2 3

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 7

prevalencia que en el corredor de la Zona Sur y, especialmente, que en el corredor de la Zona Norte, cuya dotación ferroviaria es significativamente superior (Müller, 2013). Las 7 jurisdicciones servidas por el F.C. Sarmiento son disímiles en cantidad de población, tasa de crecimiento demográfico, superficie y densidad habitacional, pero conforman una sub-región metropolitana cuya población absoluta ronda los 6.5 millones de personas, asentadas en una superficie de aproximadamente 1000 km2.

El F.C. Sarmiento es el principal medio de transporte público de la Zona Oeste, sucesor de la primera línea férrea de la Argentina (inaugurada en 1857) y escenario, en años recientes (2005-2012), tanto de numerosas metamorfosis en su servicio como de importantes casos de acción social conflictiva e incluso tragedias de gran impacto público. Considerado crecientemente disruptivo para la movilidad de Buenos Aires por representar su principal eje de interferencia ferro-vial, desde principios del siglo XX se propusieron reconfiguraciones en última instancia no ejecutadas a gran escala por motivos económicos, políticos y técnicos (Martínez, 2000; Fuentes, 2015 y 2016) y a grandes rasgos categorizables en una tipología triple: la drástica solución consistente en el levantamiento de vías y/o la periferización de estaciones, la realización de obras para cruces viales por alto o bajo nivel –considerados desde la ingeniería como la opción más conveniente por su relación costo/beneficio y efectivamente aplicados en otros puntos de la región-, o la eventualmente muy costosa reconstrucción área o subterránea (es decir, en viaductos y túneles) de las líneas férreas.

El objeto de estudio más inmediato de las investigaciones cuya génesis y desarrollo aquí se presentan es la versión que propone una “solución definitiva” a los numerosos problemas técnicos (y sociales) generados por la deficiente línea Sarmiento a través de la realización de lo que ha sido denominado, desde ámbitos decisionales y de gestión, como la obra de infraestructura ferroviaria más importante de los últimos 100 años e incluso “la obra del Bicentenario argentino”: la reconstrucción de su tendido bajo tierra mediante un proyecto, extremadamente ambicioso en términos técnicos, financieros y urbanos, de soterramiento.

Génesis de una investigación: componentes autobiográficos, sugerencias de mentores y adquisición de perspectivas interpretativas

No hubo, en la génesis del presente estudio de caso, constricciones temáticas, normativas o de diseño vinculadas a convocatorias institucionales (becas, financiamientos) o a requisitos de producción científica estrictamente académicos: su origen tiene mucho que ver, en realidad, a experiencias personales -concretamente, la condición de viajero cotidiano del F.C. Sarmiento del autor- y a pautas de trabajo sugeridas de maneras muy distintas por tres cátedras de la carrera de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales, en la Universidad de Buenos Aires4 . Si se comparase el acervo inicial de perspectivas teóricas de la investigación con esos tres programas académicos se percibirá que abreva en todos ellos, suponiendo una suerte de fusión adaptada al caso.

Pero si la “caja de herramientas” ofrecida por la sociología urbana resultaba 4 El seminario Métodos de Investigación en Historia Urbana -que la arquitecta Celia Guevara encabezó hasta 2012 en el Instituto de Investigaciones Gino Germani-, y las cátedras entonces dirigidas por Hilda Herzer (Procesos Sociales y Urbanos: La ciudad en la teoría) y Federico Robert (Sociología Urbana), por entonces profesores titulares de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.

8 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

fascinante, el repertorio temático argentino de la disciplina no ejercía la misma atracción. Puestos a escoger un caso para analizarlo con esta matriz interpretativa que la universidad pública y nuestros mentores ponían a nuestra disposición, se consideró pertinente conocer mejor las características sociológicas de una reconfiguración urbana de escala masiva, capaz de modificar profundamente la fisonomía y la dinámica de una enorme porción del territorio metropolitano: el proyecto de reconfigurar, vía tunelización, el tendido del F.C. Sarmiento, que, quizás sorpresivamente, era considerado irrelevante –o meramente inadecuado como objeto para nuestra disciplina- por algunos de los principales interlocutores académicos del área.

Hacia 2004 todavía no habían surgido organizaciones vecinales u otros movimientos sociales nucleados en torno a la realización del proyecto en su versión actual, pero al comenzar la indagación relevando testimonios de vecinos de la zona hipotéticamente afectada por el emprendimiento –todavía con escasa visibilidad y conocimiento- se encontraron reacciones positivas y esperanzadas ante lo que, según la perspectiva crítica ofrecida por la Universidad de Buenos Aires, podía tener implicancias de aprehensión más sofisticada: a pesar del escaso espacio mediático que se le había brindado, la mayoría de los usuarios informados (a su vez, una hipotética minoría dentro del universo total de viajeros del Sarmiento) sopesaba la propuesta con optimismo. El abordaje de la temática tomó un nuevo matiz, trascendiendo su mera condición de potencial intervención urbana: comenzaban a identificarse señales de representaciones sociales ambiguas y eventualmente conflictivas sobre la pertinencia y la utilidad social de esta ambiciosa obra de infraestructura. La elección del tema tuvo, por lo tanto, componentes autobiográficos y una ponderación de su relevancia anclada en experiencias personales; monitorear una doble condición de investigador y pasajero sería una constante durante todo el proceso de trabajo.

Fundamentación de la elección de un caso

Los objetivos de la investigación se centraron en analizar el proyecto de soterramiento del F.C. Sarmiento, considerado desde múltiples dimensiones como una de las obras de infraestructura más importantes de la historia argentina. Este caso de estudio e incluso el escenario inmediato en que tendría lugar no habían recibido una atención específica de las ciencias sociales, sólo encontrándose referencias -y no desde nuestra principal matriz interpretativa, la sociología urbana, sino más bien desde la teoría del conflicto social- a los “estallidos de furia” de pasajeros registrados en 2005, 2008 y 2011 con epicentro en estaciones del F.C. Sarmiento. Los primeros resultados de este trabajo (obtenidos a través de entrevistas, relevamientos documentales y otras fuentes) permitieron consolidar el caso como un aporte al conocimiento disciplinar de un proyecto de infraestructura cuyo potencial impacto urbanístico y social sería a nuestro juicio de extrema relevancia.

El desafío académico-profesional fue generar un esquema que justificase su validez como objeto de estudio. En este sentido, los diseños iniciales de la investigación se basaron en torno a dos ejes principales:

-¿Qué intereses, tanto estatales como privados, pujan alrededor del planeamiento REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 9

y desarrollo de este proyecto? Los objetivos al respecto tendrían en cuenta elementos brindados por la sociología urbana, como la consideración de la lógica empresarial en el desarrollo citadino, las funciones y los problemas de la gestión pública, y las condiciones político-económicas que podrían brindarle, o no, viabilidad e importancia en las respectivas agendas de los actores involucrados.

-Develar los potenciales efectos urbanos, sociales y políticos de una reconfiguración como la analizada. Esta segunda dimensión se centraría más en la perspectiva de los actores para quienes el proyecto fuera a generar un impacto inmediato (pasajeros, vecinos) y en el aislamiento urbano de los sectores de bajos recursos, un fenómeno para cuyo análisis se abrevó en autores como Merklen (1991 y 2010), Oszlak (1991) y Kowarick (1996).

A este prosaico esquema lo precedería una historización de los intentos de reconfiguración de la trama del F.C. Sarmiento, considerada problemática por su interferencia ferro-vial cuanto menos desde principios del siglo XX pero jamás resuelta por una serie de factores de muy variada índole.

Aportes disciplinares específicos: componentes históricos, procesos sociales implicados, potenciales consecuencias urbanas

La investigación propuso rastrear qué vestigios de la globalización y los nuevos procesos urbanos se evidencian -a través de este caso peculiar- en el territorio metropolitano de Buenos Aires, tras un período algo superior a una década (aproximadamente correspondiente a las tres presidencias kirchneristas) de incrementada actividad estatal en actividades de planificación y gestión territorial. Para elevar el nivel de conocimiento disponible sobre ello, y reiterando que previamente no existían investigaciones específicas sobre el proyecto de soterramiento desde las ciencias sociales argentinas, se consideró en última instancia el desarrollo de las siguientes dimensiones sociológicas:

1) Transformaciones urbanas y grandes obras de infraestructura: la perspectiva general que las ciencias sociales que abordan la relación entre sociedad y territorio pueden ofrecer sobre el caso.

2) El devenir de la planificación urbana y los modelos de gestión urbana pública implementados en Argentina, con dificultades ya diagnosticadas para lograr una integración (Karol y Domnanovich, 2010).

3) Movilidad y transporte: diagnósticos que señalaron que una interjurisdiccionalidad sin articulaciones eficaces caracteriza a la problemática del transporte en la Región Metropolitana de Buenos Aires, con estrategias gubernamentales diversas y fragmentadas para atraer al capital privado a la construcción y mantenimiento de infraestructura o prestación de servicios. Se identificaron dilemas entre los requerimientos sociales y las posibilidades políticas, económicas y/o técnicas de formular nuevos diseños, y se subrayó una ausencia extendida de enfoques de la movilidad, la 10 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

energía, el medio ambiente, las políticas participativas y el crecientemente reconocido Derecho a la Ciudad.

4) Inscripción territorial de las clases populares, aspecto exhaustivamente trabajado por Denis Merklen (1991, 2010). ¿Qué estrategias, si las hubiese, han desarrollado los pasajeros del F.C. Sarmiento frente a su funcionamiento estructuralmente deficiente? ¿Qué nivel de visibilidad tienen entre ellos los proyectos de reconfiguración física y funcional de la línea? ¿Qué perspectivas, tomas de posición o propuestas poseen al respecto?

5) Resistencias ciudadanas a la implementación de tecnologías: controversias y riesgo. Existen numerosos ejemplos de una oposición pública resistiendo la implementación de determinado proyecto o tecnología según la planificación original diagramada por sus promotores (Vara, 2007); eventualmente, se registraría desde estos últimos actores una capacidad de previsión con respecto a posibles resistencias, así como una capacidad de modificar sus propuestas en pos de conseguir su aceptabilidad última. Aquí se rescató la perspectiva existente sumando los episodios de violencia colectiva analizados por, entre otros, Verónica Pérez (2012) y Julián Rebón (2017), y que expresaron la situación crítica del sistema de trenes urbanos de pasajeros de la Región Metropolitana de Buenos Aires.

Por otra parte, se pretendió analizar “desde fuera” una serie de políticas públicas -en los términos propuestos hace ya décadas por Harold Lasswell (1951)-: sería demasiado optimista desear que los resultados de una investigación académica sobre productos de la gestión fueran seriamente considerados desde los respectivos ámbitos decisionales, una sinergia que autores como Peter de Leon (2008: 7) creen óptima pero no frecuente.

Desde los estudios urbanos se ha identificado al menos durante las últimas dos décadas una problemática persistente alrededor de la articulación de políticas públicas y proyectos vinculados al transporte como elemento clave del desarrollo metropolitano bonaerense. El soterramiento sería un exponente paradigmático de este fenómeno; no sólo se habría propuesto en significativa disociación con planes de escalas territoriales amplias, sino que la incidencia de expertos de la movilidad, el transporte y la ciudad en general fue comparativamente desdeñada cuanto menos en sus etapas embrionarias.

Para ejemplificar con un emergente concreto: incluso después de la conformación de una importante Red Universitaria de Transporte (gestada bajo la presión inmediata de la trilogía de accidentes acaecidos en la línea Sarmiento entre 2011 y 2013), la posibilidad de incidencia que el ambiente académico dedicado a analizar políticas públicas sectoriales tendría sobre las características de una obra como la que nos ocupa sería hipotéticamente muy baja. Y si tales eventos tuvieron efectos sobre la creación de grupos de gestión como el Instituto Argentino de Transporte, éstos tampoco estarían logrando incidir en la inercia de proyectos impulsados principalmente desde la órbita privada, a pesar de considerarlos potencialmente inconvenientes. La organización del sistema ferroviario en general y la realización de una obra para el controvertido Sarmiento en particular no se habían optimizado, hasta la eclosión del tema en tanto problema social, REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 11

aprovechando conocimientos académicos disponibles a los que sólo se convocó ante la recurrencia de tragedias y la instalación del tema.

El caso aparece además como susceptible de análisis desde modelos incrementalistas, en la que los actores involucrados han “corregido” o “ajustado” sus estrategias en un despliegue de racionalidad por fases. El ya clásico texto Merecer la ciudad; los pobres y el derecho al espacio urbano de Oscar Oszlak (1991) fue una influencia superlativa en los objetivos iniciales de este trabajo de investigación; gracias a claves otorgadas por esa obra, se identificó que la participación ciudadana en torno a las potenciales reconfiguraciones de la línea Sarmiento ha sido fluctuante tanto en intensidad como en orientación, pero se reconoce su incidencia sobre el devenir de diversas versiones de los proyectos, vetando o transformando determinadas versiones propuestas por actores con mayor capital político y económico. También se consideraron aquí aportes de Luis Aguilar Villanueva (2006), como asimismo de Tsebelis (1995).

Aguilar Villanueva enumera a la percepción negativa de los servicios públicos (como el transporte, en el caso que nos ocupa) por parte de la sociedad civil como uno de los principales factores en las dificultades de la gobernanza tradicional. Una gobernanza “nueva” o moderna, considera el autor, debe representar…

“[un] proceso en el que la definición del sentido de dirección de la

sociedad, de las formas de organizarse para realizar los objetivos (resolver problemas, enfrentar desafíos, crear futuros de valía) y del modo como se distribuirán los costos y beneficios ya no puede ser obra exclusiva del gobierno, considerado como el actor único o el dominante, sino que es

el resultado de la deliberación conjunta-interacción-interdependenciacoproducción-corresponsabilidad-asociación entre el gobierno y las organizaciones privadas y sociales” (Aguilar Villanueva, 2006: 10).

Dado que se ha identificado una correlación positiva entre los eventos que elevan a los ferrocarriles metropolitanos a un status de problema social y la visibilidad social y mediática del proyecto de soterramiento del F.C. Sarmiento, se sumaron conceptos tanto de Elder (1993) en su análisis del “flujo de issues” que forman las agendas como, especialmente, los “ciclos de atención” establecidos por Anthony Downs (1993) como procesos de intermitente latencia o eclosión de determinados temas.

Uno de los instrumentos metodológicos utilizados en la investigación consistió en la recopilación sistemática de fuentes y documentos secundarios relacionados al tema. La reconstrucción del caso según su aparición en medios masivos de comunicación (televisión, diarios, radio) y, más recientemente, en páginas de Internet -blogs de usuarios, grupos de Facebook, licitaciones, memorias técnicas- buscó dar cuenta del universo discursivo, las representaciones y las tramas narrativas que expresan los intereses de los actores involucrados. En primer lugar, se recopilaron planos generados para las instancias de licitación, demostrando los objetivos arquitectónicos, de movilidad e inmobiliarios de los impulsores del proyecto. Se rastrearon, asimismo, blogs y otras expresiones que representan a los viajes cotidianos en el Sarmiento. Se compendiaron menciones mediáticas tanto del Sarmiento como de los problemas socio-urbanísticos que se le asocian, incluyendo además las potenciales reconfiguraciones de su sistema 12 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

de funcionamiento -entre las que el proyecto de soterramiento se perfila como la más probable-. El archivo seleccionado para el presente análisis contiene un total de 1.330 artículos únicos, publicados y relevados entre mayo de 2010 y marzo de 2017, obtenidos principalmente a través de los portales de las versiones online de Clarín, La Nación, Página/12 e Infobae, más una miríada de medios de menor alcance y páginas más especializadas en temáticas urbanas o ferroviarias (Fundación Metropolitana, Crónica Ferroviaria, SkyscrapperCity, etcétera).

Las menciones al proyecto de soterramiento en artículos periodísticos y especializados, ordenadas por trimestres (ver Figura 1), exhiben una clara relación con emergentes conflictivos del caso: nótense, en particular, los picos registrados alrededor de la mayor “furia” de usuarios (2T 2011), el accidente con la línea 92 en Flores (3T 2011), y la tragedia de Once (comienzos de 2012, con un récord trimestral de 147 menciones y una durabilidad notable en la agenda). Luego de los incidentes de 2013, la presencia del tema en la agenda mermaría significativamente hasta principios de 2017, cuando se orientaría mayormente a publicaciones referidas a noticias sobre corrupción en relación a Odebrecht, una de las empresas involucradas en su ejecución5 .

Durante 2018, en pleno avance empírico de la realización de las obras, las representaciones sobre el proyecto estarían principalmente relacionadas a las revelaciones sobre pago de coimas millonarias por parte de IECSA, la constructora local originalmente vinculada al consorcio encargado del soterramiento.

Figura 1: Menciones al proyecto de soterramiento del F.C. Sarmiento en artículos periodísticos y especializados, por trimestres (3T 2010 – 1T 2017)

5 La gigantesca constructora brasilera encabezó, desde 2012, al Consorcio Nuevo Sarmiento, la unión temporal de empresas a cargo del proyecto. Funcionaría, además de líder técnica, como vínculo con el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil para conseguir los primeros financiamientos necesarios para la ejecución. A fines de 2016, el poderoso conglomerado protagonizó un caso internacional de corrupción cuando se develó el pago de coimas y sobornos en el contexto de su realización de numerosas obras públicas, comprometiendo su involucramiento –entre muchos otros proyectos- en el soterramiento del FC Sarmiento y conmocionando a la opinión pública y la política de América Latina.

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 13

Si tras los apogeos mediáticos, el ingreso en la agenda estatal y la ejecución de reconfiguraciones en el Sarmiento (re-estatización, compra de nuevo material rodante, refacción de estaciones) la cuestión del soterramiento regresó a un estado de comparativa baja visibilidad -la etapa que Downs asigna a un descenso paulatino de la intensidad del interés del público; parte del cual, como destaca el autor, corre su atención por no ser afectada de modo directo-, se considera que puede deberse en primer lugar a la dificultad económica y técnica de aplicar esta ambiciosa obra, que pasó de ser propuesta como solución definitiva a una problemática reconocida a ser interpelada por sus propias e intrínsecas dificultades y controversias (Fuentes, 2015).

A pesar de contar con un extenso historial de versiones propuestas pero jamás ejecutadas por vicisitudes técnicas, políticas y económicas, el soterramiento como solución específica a un problema persistente (la ineficiencia del F.C. Sarmiento como transporte metropolitano dada su lentitud, su inseguridad y, particularmente, su interferencia vial) vivió, según la dinámica de atención a las cuestiones públicas propuesta por Downs (1993: 142) un “descubrimiento alarmante” (representado por la combinación de las “furias de usuarios” y las muertes de entre Septiembre de 2011 y mediados de 2013) por parte del público en general, tras una larga latencia como problema urbanístico de compleja solución, discutido exclusivamente en círculos decisionales y técnicos cuya articulación entre sí habría sido cuanto menos optimizable, y cuya consideración de procesos participativos no habían sido, como se advirtió previamente, inclusivos de actores esenciales.

Eligiendo, fundamentando, desarrollando e instalando un caso de investigación sociológica

Recapitulando, se propuso legitimar el abordaje de este caso desde una disciplina que hasta entonces no se había interesado por él, y visibilizándolo como objeto de estudio de campos ajenos a la ingeniería y la arquitectura. Interesa aquí reflexionar sobre la construcción como objeto de análisis de la principal propuesta de reconfiguración física y funcional de la línea Sarmiento, considerando al soterramiento (es decir, su pretendida reconstrucción tunelizada) desde una perspectiva sociológica.

Se propone considerar el mapa de actores involucrados, sus principales intereses y las controversias socio-técnicas que tanto la propuesta como las demoras en iniciar las obras han generado.

El proyecto de investigación es heredero, y continuación, de trabajos iniciados hacia 2005 y cuyos primeros resultados se plasmaron en la tesis de Maestría Gestión urbana, reestructuración territorial y demandas sociales vinculadas al soterramiento del FC Sarmiento (Fuentes, 2015)6 . Los objetivos más avanzados se propusieron ampliar el análisis y las conclusiones, incluyendo -por ejemplo- los posibles efectos (principalmente Presentada durante 2015 como primera etapa del Doctorado en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires), dirigida por el Mg. Federico Robert y construida deliberadamente como base y/o primera versión sobre la que sostener un estudio futuro de mayor complejidad (es decir, una tesis de Doctorado).

En aquella instancia se realizó un trabajo exploratorio con énfasis en la historia de las diferentes propuestas de reconfiguración del ferrocarril Sarmiento, y se esbozaron hipótesis iniciales sobre algunos

6

14 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

sobre el transporte metropolitano y sobre los usos del suelo y la renta inmobiliaria) del gran proyecto de infraestructura considerado. Este nuevo enfoque incorpora un análisis de la inscripción territorial de los habitantes que utilizan el servicio, incluyendo por ejemplo las características demográficas de la zona potencialmente afectada y reflexiones sobre los emergentes de acción colectiva registrados en torno al F.C. Sarmiento durante la última década. Se sumaron, asimismo, consideraciones sobre transformaciones urbanas efectivamente producidas en la RMBA durante años recientes, trascendiendo la perspectiva histórico-exploratoria de la tesis de Maestría para elaborar, a partir de ella, un panorama de mayor escala, incorporándolo asimismo dentro de la agenda curricular de la carrera de Sociología de la Universidad de Buenos Aires y otorgándole visibilidad en el ambiente académico argentino en general. El caso fue deliberadamente propuesto y aceptado como parte del cronograma de la materia Sociología Urbana (Facultad de Ciencias Sociales, UBA) como resultado de los productos de investigación generados durante esta etapa.

El abordaje sociológico de un caso no sólo inédito, sino también ajeno en primera instancia a la disciplina, supuso asimismo una saga de dificultades específicas, a saber:

-Una persistente dificultad para separar dos dimensiones analíticas del soterramiento: como obra de infraestructura vinculada a la movilidad y el transporte, por un lado, y como gran proyecto urbano con impactos habitacionales, estéticos y de valorización (“parquización”, “corredor verde”), por otro.

-Aunque la investigación generó gran interés en círculos académicos y técnicos, en general el acceso la información se topó con bloqueos referidos a la confidencialidad. La consecución de entrevistas con informantes calificados implicó una cantidad significativa de requisitos de estricto anonimato y existieron, además, denegaciones de acceso a datos detentados por instituciones o individuos involucrados en su planeamiento, su evaluación y/o su eventual ejecución.

-Por tratarse de un proyecto de significativa singularidad, existió una relativa dificultad en establecer comparaciones o vinculaciones explicativas con procesos de escala global. A nivel de eventual reconfiguración de la ciudad en la que se insertaría y por efectos urbanos potencialmente similares, un caso comparable con el que nos ocupa es el del soterramiento ferroviario en Valladolid, España -originalmente propuesto para el decenio 2008-2018 pero también demorado y rodeado de controversias sociopolíticas y resistencias ciudadanas-.

Intentando generar conocimiento sobre el soterramiento más allá de sus aspectos puramente materiales, se generó un mapa de actores involucrados (Fuentes, 2016), planteando los roles del Estado y los objetivos de los promotores del proyecto pero también considerando las perspectivas de los ciudadanos eventualmente alcanzados por las consecuencias de una obra de esta enorme magnitud: ¿cuánto conocen los pasajeros de la línea Sarmiento acerca de una intervención que transformará las prestaciones del servicio a través del cual acceden a la ciudad? ¿Cuáles son sus principales REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 15

representaciones al respecto? ¿Se vislumbran como potenciales beneficiarios o identifican que el soterramiento -por diseñarse en torno a objetivos inmobiliarios, tecnológicos y de movilidad no siempre coincidentes con la eficiencia del servicio de la línea Sarmiento- no necesariamente implicará una mejora en su acceso a las externalidades de la metrópolis bonaerense? ¿Han logrado incidir, como en otros casos de políticas públicas, aliándose con actores con la suficiente capacidad decisional y recursos como para modificar la obra originalmente propuesta?

Entre los actores de la sociedad civil involucrados en la realización del proyecto deben identificarse los pasajeros del F.C. Sarmiento (destinatarios de sus futuros efectos en la movilidad otorgada por el sistema) como asimismo habitantes de zonas adyacentes, hipotéticos escenarios de futuras reconfiguraciones funcionales y revalorizaciones inmobiliarias. En ambos grupos se relevó un inicial desconocimiento extendido sobre los potenciales efectos urbanos de las obras, aunque ya hacia 1998 habían surgido conflictos sociales en torno a la realización de pasos a desnivel o de una trinchera a cielo abierto en la zona comprometida. En 2006, una audiencia pública rechazó unánimemente la propuesta oficial, criticando aspectos sociales y técnicos del proyecto en representación de autoridades municipales, vecinos y usuarios. En los albores del siglo XXI, el proyecto de soterramiento ganó lugar en la agenda de agrupaciones que lo interpretaron de maneras ambivalentes pero en última instancia lo incluyeron en la batería de demandas y temáticas relacionadas al F.C. Sarmiento como generador de disrupciones sociales y urbanas.

CONCLUSIONES

La condición de “obra pública” del soterramiento empaña al complejo entramado de actores sociales implicados (Fuentes, 2015 y 2016), que trasciende a una tradicional concertación entre entes gubernamentales y empresas privadas debido a, entre otros factores, sus características trans-jurisdiccionales: si fue el Gobierno Nacional (a través de, cuanto menos, los Ministerios del Interior y Transporte, de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, y de Economía y Finanzas Públicas) el principal impulsor político y responsable del aporte y/o consecución de los fondos requeridos, el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, como asimismo los municipios bonaerenses afectados (Tres de Febrero, La Matanza, Morón, Ituzaingó, Merlo y Moreno), también se encontrarían involucrados en tanto administradores de los territorios a ser más afectados por las posibles transformaciones generadas por el proyecto. Mientras que el GCBA detentaba un rol de Prestatario y Garante de las versiones que estipulaban la tunelización sólo en territorio porteño, durante 2005 y 2006 los municipios de La Matanza (gobernada entonces por Alberto Balestrini) y Morón (bajo la intendencia de Martín Sabbatella) bregaron por la extensión del soterramiento en territorio provincial. El resto de los municipios han oscilado entre la promoción local del proyecto, cierta indiferencia política y la realización de obras hipotéticamente incompatibles con la obra definitiva. Eventualmente, estos requisitos se consagraron en una reconfiguración del “Plan de Reacondicionamiento del Ferrocarril Sarmiento”, modificando las licitaciones originales para alcanzar la estación de Moreno.

Este cambio de escala afectaría negativamente la pertinencia del proyecto desde un punto de vista técnico, reduciéndolo de cuatro a dos vías 16 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

Con respecto a los principales interesados en ejecutar el proyecto, es importante remarcar que el manejo de tuneladoras en sus diferentes variantes es una actividad significativamente especializada y concentrada a nivel mundial: la máquina emplazada en Haedo, construida en Alemania por Herrenknecht AG y bautizada “Argentina”, es una de las mayores y más sofisticadas de su tipo en el planeta. No existe un repertorio significativo de obras semejantes destinadas al transporte público de pasajeros. En tal sentido, se identifica un interés específico para instalar esta tecnología ingenieril de relativa vanguardia en distintos proyectos a realizar en el territorio de la República Argentina, acumulando sus ejecutores experiencia técnica, conocimiento de proveedores locales y consultoras, relaciones con funcionarios y otros actores con capacidad de decisión, y puntaje para futuras licitaciones; el Estado argentino generó una ventana de oportunidad para capitales concentrados extranjeros pero no habría sido –utilizando palabras de Peter Evans (1996: 555)- lo suficientemente “predecible, coherente y weberiano” como para controlar la direccionalidad de estas inversiones y desarrollos de infraestructura para la consecución del bien público.

Alrededor de grandes proyectos de financiamiento urbano, como es el caso de este tema de investigación, se vislumbran numerosos intereses que condicionan (proponiendo, reconfigurando, ejecutando o bien resistiendo) su realización definitiva. El soterramiento fue por lo tanto considerado en tanto potencial exponente de los procesos de urbanización actuales de Buenos Aires y su vasta región metropolitana, teniendo en cuenta su marco normativo y teórico (por ejemplo, su reaparición en la agenda política a través del Plan Urbano Ambiental) y el desarrollo efectivo de las transformaciones urbanas (incluyendo la problemática interjurisdiccional y demás cuestiones problematizadas por referentes del área), pero también como caso testigo de tendencias globales de mayor escala.

En suma, se logró instalar al caso como objeto de estudio legítimo de las ciencias sociales, trascendiendo su mera condición de gran obra de infraestructura (ya antes abordada, con diversos niveles de crítica, desde la ingeniería, la arquitectura, la economía, los estudios de impacto ambiental e incluso el periodismo) para problematizarlo en tanto expresión concreta de numerosos intereses, muchas veces contradictorios y en tensión, articulados alrededor de la organización social del espacio urbano.

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 17

BIBLIOGRAFÍA -Aguilar Villanueva, L. F. (2006): Gobernanza y gestión pública. México DF: Fondo de Cultura Económica.

-Barbero, J. (2012): Ferrocarriles metropolitanos: de la tragedia de Once a una política integral de transporte de calidad para la equidad. En Documento de Políticas Públicas, N° 105. Área de Desarrollo Económico, Programa de Integración Global y Desarrollo Productivo. Mayo de 2012.

Buenos Aires, Argentina: CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento).

-De Leon, P. (2008): Una revisión del proceso de las políticas: de Lasswell a Sabatier. En Carlos Acuña (compilador): Lecturas sobre el Estado y las políticas públicas: Retomando el debate de ayer para fortalecer el actual. Buenos Aires, Argentina: Jefatura de Gabinete de Ministros.

-Downs, A. (1993): El ciclo de atención a los problemas sociales. Los altibajos de la ecología. En Luis Aguilar Villanueva (ed.), Problemas públicos y agenda de gobierno. México DF: Miguel Ángel Porrúa.

-Elder, C. D., y Cobb, R.W. (1993): Formación de la agenda. El caso de la política de los ancianos, en Luis Aguilar Villanueva (ed.), Antología de Políticas Públicas, vol. 3. México DF: Miguel Ángel Porrúa.

-Evans, P. (1996): El Estado como problema y como solución. En Desarrollo Económico, v. 35, n. 140, 529-562, 1996.

-Fuentes, A. R. (2015): Gestión urbana, reestructuración territorial y demandas sociales vinculadas al soterramiento del FC Sarmiento. Tesis de Maestría en Investigación de Ciencias Sociales. Director: Federico Robert. Buenos Aires, Argentina: Universidad de Buenos Aires.

-Fuentes, A. R. (2016): El soterramiento del F.C. Sarmiento: infraestructura verde, movilidad metropolitana y controversias socio-técnicas. En Quid 16, Revista del Área de Estudios Urbanos del Instituto de Investigaciones Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA). N° 6, pp. 192219. ISSN 2250-4060. Buenos Aires, Argentina: Instituto de Investigaciones Gino Germani.

-Gorelik, A. (2010): La grilla y el parque. Espacio público y cultura urbana en Buenos Aires, 18871936. Quilmes, Argentina: Universidad Nacional de Quilmes.

-Karol, J. y Domnanovich, R. (2010): Building-up urban scenarios: assessing institutional feasibility and political viability of strategic trajectories. En: International Conference of Territorial Intelligence: IT-GO 2010. Territorial intelligence and socio-ecological foresight. Nantes-Rennes, Francia: ENTI European Network of Territorial Intelligence.

-Kowaric, L. (1996): Expoliación urbana, luchas sociales y ciudadanía: retazos de nuestra historia reciente, en Estudios Sociológicos de El Colegio de México, Vol. XIV, núm. 42, Septiembre-Diciembre de 1996. México DF: El Colegio de México.

-Laswell, H. D (1951): The Policy Orientation, en Daniel Lerner y Harold Lasswell, (comps.), The Policy Sciences. Stanford, Estados Unidos: Stanford University Press.

-Martínez, J. P. (2000): Soterramientos, trincheras y viaductos. En Realidad Ferroviaria, Mayo-Junio de 2000. Pp. 39-42. Buenos Aires, Argentina.

-Merklen, D. (1991): Asentamientos en La Matanza. La terquedad de lo nuestro. Buenos Aires, Argentina: Catálogos Editora.

-Merklen, D. (2010): Pobres ciudadanos. Las clases populares en la era democrática (Argentina 1983-2003). Buenos Aires, Argentina: Editorial Gorla.

-Müller, A. (2013): El transporte en la Región Metropolitana de Buenos Aires: ¿hacia el “colapso”?.

Documento de trabajo N° 24, CESPA. Facultad de Ciencias Económicas, Universidad de Buenos Aires.

-Oszlak, O. (1991): Merecer la ciudad. Los pobres y el derecho al espacio urbano. Buenos Aires, 18 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

Argentina: Humanitas-CEDES. -Pérez, V. (2012): Estallidos de hostilidad en el transporte ferroviario de pasajeros del Área Metropolitana de Buenos Aires, 2002-2010. Tesis para optar por el título de Doctora en Ciencias Sociales. Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires. Director: Julián Rebón. Buenos Aires, Argentina: Universidad de Buenos Aires.

-Rebón, J. y Pérez V. (2017): La perturbación como motor de la historia. Los ferrocarriles metropolitanos durante el kirchnerismo. Buenos Aires, Argentina: Editorial Biblos.

-Tsebelis, G. (1995): Decision Making in Political Systems: Veto Players in Presidentialism, Parliamentarism, Multicameralism, and Multipartyism, en British Journal of Political Science, 25: (3).

Pp. 289-325. Cambridge, Reino Unido: Cambridge University Press.

-Vara, A. (2007): “Sí a la vida, no a las papeleras”. En torno a una controversia ambiental inédita en América Latina”. En Redes, vol. 12, núm. 25, julio, 2007, pp. 15-49. Universidad Nacional de Quilmes, Argentina.

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 19

Las bases antárticas como Instituciones Totales: el encierro como indicador.

The Antarctic bases as Total Institutions: the confinement as indicator.

Matías Germán Belinco

1

RESUMEN

Se comparan bases antárticas argentinas con lo que Erving Goffman llamó Instituciones Totales, con el objeto de pensar cómo procesos disímiles adquieren formas similares. Se hace hincapié en la tensión entre el interior y el exterior de estos lugares, aspecto que se enriqueció con las nociones de información y comunicación desarrolladas por Gilbert Simondon. Sobre la revisión de observaciones y entrevistas hechas en las bases Marambio y Carlini, se buscaron expresiones de los conceptos trabajados. El análisis de los casos sugiere que el encierro es un indicador de que existe un proceso de comunicación de escaso desarrollo entre los sistemas intervinientes.

Palabras clave: Antártida – Encierro – Instituciones Totales – Comunicación – Individuación ABSTRACT Argentine antarctic bases are compared with what Erving Goffman called Total Institutions, to think how dissimilar processes, acquire similar shapes. Emphasis is placed on the tension between the interior and exterior of these places, an aspect that was enriched by the notions of information and communication developed by Gilbert Simondon.

Regarding the review of observations and interviews made at the Marambio and Carlini antarctic bases, expressions of the concepts worked were sought. The analysis of the cases suggests that the confinement is an indicator that there is a communication process of little development among the intervening systems.

Key words: Antarctica - Confinement - Total Institutions - Communication - Individuation

Licenciado en Sociología. Universidad de Buenos Aires. Investigador del Instituto Antártico Argentino. 25 de Mayo 1143. Partido de San Martín. Provincia de Buenos Aires. Argentina. Correo electrónico: matiasbelinco@gmail.com

1

Recibido: 16-08-2018 Aprobado: 03-12-2018

20 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

Introducción

Al pensar la posibilidad de categorizar dos bases argentinas antárticas2 como lugares de encierro, la referencia a Erving Goffman y su trabajo de campo en el hospital psiquiátrico St. Elizabeths de Washington de 1956 se hizo ineludible. El sociólogo canadiense pasó un año tratando de aprehender el mundo social que allí dentro sucedía y en 1961 dio a conocer su trabajo que hoy conocemos con el título Internados (1998). Es allí donde se puede encontrar el desarrollo sobre las Instituciones Totales (IITT), lugares donde los individuos viven una situación común, comparten las rutinas, los lugares de residencia y de trabajo, aislados del resto de la sociedad por un período de tiempo considerable y sin la posibilidad de salir a voluntad (Goffman, 1998). En la planificación original de la investigación, las observaciones y entrevistas buscaban indagar sobre la interfaz entre sociedad y medio. El enfoque se basaba en la filosofía de la individuación de Gilbert Simondon, y para lo que a este artículo interesa, en la concreta comunicación que posee cada realidad que cuenta con autonomía funcional. Se comenzó a pensar entonces, que una base antártica podría ser una realidad que comunica al Estado argentino con ese territorio, mediante sus instituciones intervinientes3, con la técnica empleada y con las actividades ajustadas a las normas que rigen a nivel internacional4.

Esta nueva individualidad, la base propiamente dicha, no sólo sería posible por el estado de la técnica desarrollada, sino también por las características mismas de la naturaleza abordada. Ese trasfondo de realidad formado por sociedad y naturaleza virgen sería el que produce a las bases y el medio asociado (inmediato y modificado) como modo de relacionarse. Entre todas las preguntas que surgieron, un conjunto de ellas tenía que ver con encontrar qué tenían en común las bases con los hospitales psiquiátricos, las cárceles, los barcos, los regimientos, en fin, con las IITT de las que hablaba Goffman.

Porque si bien en principio las similitudes eran sólo de forma, se podría suponer que esas formas debían responder a procesos que en algún punto se hacían comparables.

Es así entonces que surge la idea según la cual, mediante la exploración de los procesos de formación de estos lugares caracterizados por el encierro, podríamos deducir sus funciones originales, ver qué sistemas se están comunicando a través de ellos, y así tratar de responder a la pregunta de por qué realidades que en una primera observación aparentan ser resultados de procesos diferentes, asumen formas similares. Por ejemplo, una base que posibilita la comunicación entre un Estado y un territorio, y un hospital que comunica a la sociedad en general con un conjunto de personas identificadas por algún rasgo en común, asumen formas de encierro donde los internos comparten rutinas, lugares de trabajo, etc.; pero es claro que a primera vista unos están encerrados por barreras ecológicas o limitaciones técnicas y los otros porque hacen insufrible la vida de quienes la comparten con ellos. Lo que se trata de mostrar en este artículo es que el encierro puede ser un indicador de la existencia de una comunicación incipiente, primitiva, de escaso desarrollo o unidireccional en el dominio sobre el cual se generó la relación entre dos sistemas; dicho de otro modo, que el encierro indica que lo que está por afuera del establecimiento, está estructurando a lo que está dentro en lo que atañe al motivo de su reclusión, y no al revés.

Base Marambio y Base Carlini.

Fuerzas armadas, instituciones científicas como el Instituto Antártico y distintas universidades y la Dirección Nacional del Antártico, que proporciona apoyo logístico y profesional.

4 Principalmente el Tratado Antártico y el Protocolo de Madrid que refiere a las normas ambientales.

2 3

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 21

1. La pertinencia de la comparación

Erving Goffman llama instituciones a lo que sería más correcto llamar establecimientos, lo dice él en la primera oración de la introducción de Internados.

Estos sitios serían conjuntos de habitaciones, edificios, plantas, estaciones, etc., donde se desarrolla regularmente determinada actividad. Entonces de lo que está hablando es más bien de localizaciones, de lugares construidos socialmente para determinados fines. Las personas que ingresan a un establecimiento ya prevén qué se puede y qué no se puede hacer allí, por el solo hecho de percibir su materialidad y estética. Siendo así, Goffman llama IITT a los establecimientos que están diseñados para que sus miembros permanezcan la totalidad del tiempo diario por un período largo y que impiden la interacción con el exterior. Pero el desarrollo de Internados no apunta a la clasificación de construcciones, “esto sólo sería un punto de partida concreto” (Goffman, 1998, p.19). Más bien lo que le interesa es el mundo social que se despliega en las IITT. Conforme avanza en su análisis, va proponiendo un diseño estructural subyacente a todas: el manejo de muchas necesidades humanas mediante la organización burocrática, una relación de vigilancia consistente en que cada cual haga lo que se le exige, el establecimiento claro y rígido de autoridades, el paso restringido de la información desde la autoridad al resto del contingente como modo de dominación y la localización de todas las actividades diarias en un solo lugar (dormir, comer, trabajar y entretenerse). Con respecto a los internos, les suelen ocurrir: cambios en la significación del trabajo respecto a la que se daba en el exterior por permanecer todo el día en situación de encierro, contraste con la vida social típica que produce una existencia significativa distinta, incluyendo cambios de varios roles por unos pocos o a veces uno solo6, eliminación de ciertas oportunidades de comportamiento e impotencia de mantenerse al día con los cambios del exterior; sólo en estos puntos se podrían encontrar similitudes. Al observar estos rasgos de la conceptualización en las bases antárticas, más allá de algunos matices, la posibilidad de su tratamiento como IITT seduce lo suficiente como para hacerlo, al menos en sus formas generales. La tipología que Goffman construye para clasificarlas se basa en los destinos o fines que buscan, y así es que identifica cinco grupos: Los que se dedican a cuidar a personas que parecen ser incapaces e inofensivas, los que encierran a personas que además de ser incapaces representan una amenaza involuntaria para la comunidad, los que neutralizan a quienes intencionalmente son un peligro para la sociedad, los que representan un refugio del mundo destinado a la formación de algún claustro y, por último, a los que buscan cumplir una tarea específica laboral y que técnicamente no pudieron asumir otra forma. (Goffman, 1998, p.18) Si nos atenemos a esta categorización, podríamos decir que una base antártica pertenece al grupo de las que asumen esta forma sólo por estar destinadas al cumplimiento de una tarea laboral e instrumentalmente no podrían ser de otra manera hasta el momento: barcos, cuarteles, colonias, estaciones científicas, etc. Pero esta tipología no avanza más Cada cual en su vida corriente puede asumir varios roles a lo largo de una semana, en la Antártida será solo el profesional o el técnico específico, todos los días a toda hora. Goffman se refiere a esto como una mutilación del yo. Existen varios rasgos en las bases antárticas que se asemejan a diferentes formas de mutilación del yo desarrolladas por este autor, pero no provienen de un régimen de disciplinamiento, sino de la situación misma de encierro, de la insuficiente infraestructura instalada y de costumbres de las fuerzas armadas, en todo caso serán motivo de análisis para otro artículo.

6

22 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

allá de las formas, no alcanza para anticiparse a lo que ocurrirá en el interior de cada una de ellas con respecto a las relaciones, los individuos y la materialidad, y mucho menos explica por qué adquieren el encierro como característica principal. Por ello se propone aquí, como criterio clasificatorio adicional, el dominio sobre el cual se genera la tensión entre el interior y el exterior de las IITT y que éstas tratan de resolver para posibilitar la comunicación como un modo de canalizar esa tensión original. La persistencia de esa disparidad fundante será utilizada estratégicamente para el manejo de las personas que estén dentro, y “está relacionada con el mundo de significación de ellas respecto a lo que representa estar adentro o afuera” (Goffman, 1998, p.22). Por ello es importante indagar en ese mundo como uno de los modos de aproximación al dominio sobre el cual se genera la tensión. Nadie va a la Antártida si no quiere, en las bases viven personas que eligieron voluntariamente trabajar allí. En las entrevistas que se realizaron, los motivos iniciales alegados se repiten en estas cuatro categorías: desafío profesional, incentivo económico, lograr algún tipo de distinción por la exclusividad del lugar y el deseo de vivir una aventura o experiencia7. Cualquiera de estas cuatro motivaciones se vería frustrada en caso de que alguien fuera replegado por mala conducta o emergencia médica, o al menos sería teñida por el amargo sabor del fracaso, y es quizá por esto que muchos hombres y mujeres se someten a todo tipo de incomodidades y limitaciones que en la vida cotidiana tendemos a evadir o al menos dosificar. Dicho esto, es clave captar que la significación que tiene el hecho de pasar un tiempo en la Antártida está estrechamente emparentada con las características atípicas del medio, es el dominio ecológico el que domina la relación que mantenemos con este continente.

Ahora bien, sería difícil sostener que sólo las IITT producen una significación por contraste con el exterior. Tanto como si estamos en una heladería, una fábrica, un club, un teatro o un laboratorio, existe ese contraste entre el interior y el exterior, aunque lo tengamos tan naturalizado que ni nos fijemos en él. Lo característico de las IITT es el hecho de que el encierro produce el más violento y sostenido corte con el mundo exterior en el que se desarrollan comúnmente las personas que ingresan en ellas. Entonces lo que se trató de hacer aquí, una vez aceptado que ‘x’ es una IT por las características de forma que podemos identificar con la simple observación, es darle contenido a la tensión de la que hablamos más arriba. Concretamente, identificar los términos (sistemas) que presentan una disparidad (tensión), la cual es la productora de ese nodo resolutorio (relación concreta, por ejemplo, una base o un hospital) que permite ponerlos en comunicación de una forma positiva, esto es, conservando los potenciales contenidos en ellos y haciendo funcional la relación. Podemos suponer que descubriendo esto podríamos responder a la pregunta de por qué procesos aparentemente diferentes producen características estructurales similares, más allá de los contextos y los fines explícitos.

2. Hipótesis teórica En cuanto a la existencia de esa tensión fundante que produce una nueva realidad, un establecimiento, la idea proviene de la filosofía de la individuación de Gilbert Simondon. Él está interesado en formular una nueva ontología sobre la emergencia de los individuos, Muchos científicos, militares y logísticos buscan repetir sus experiencias año tras año mientras la dinámica burocrática les permita, alegan que les gusta el lugar, el trabajo que pueden realizar allí, que no hay estrés, que en ningún otro lado experimentan tanta paz, que les gustan los animales, los paisajes, la soledad, etc. Pero estos motivos devienen una vez que ya han vivido una primera experiencia.

7

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 23

ya sean físicos inorgánicos, objetos técnicos, vivientes o psicosociales, y dentro de los técnicos abarca desde un ladrillo hasta un sistema jurídico. Este autor desarrolla uno de los problemas filosóficos núcleo, la individuación, la realidad del ser como individuo.

En su estudio comienza despegándose de las vías sustancialista e hilemórfica porque considera que ambos caminos parten del individuo ya constituido, en cambio él sostiene que hay que partir de la operación de individuación para explicar lo actual. Afirma que si partiéramos del individuo ya constituido se perderían otros aspectos que podrían ser correlativos a su aparición y que expliquen en parte su actualidad (Simondon, 2015). Por ser procesos constituyentes, la posibilidad de describir un observable está supeditada a la velocidad de cambio del objeto con respecto a la nuestra para estudiarlo. Entonces lo actual se presenta como un momento teórico de un proceso que debemos dilucidar, y este momento no puede dar cuenta del proceso, sólo se percibe como una señal de que hay algo que puede ser aprehendido como individuo cuya naturaleza es procesual.

Otra de las razones por las que partir de lo actual resulta incompleto es que, si decimos que la individuación no puede surgir de la nada, suponemos un trasfondo de realidad que la precede en el tiempo, entonces un planteo interesante sería ver en qué medida y sentido el nuevo individuo transformó ese trasfondo, y en segunda instancia, cómo opera esa relación en nuestro tiempo de observación. De este modo, si buscamos indagar sobre el proceso de formación de alguna base antártica, debemos remitirnos a estudiar, aunque no sea más que elementalmente, las historias de las instituciones que intervinieron, la relación del país con ese territorio, las cuestiones que definieron la instalación de la base, el origen del Sistema del Tratado Antártico que reglamenta la convivencia de los distintos Estados que participan y conocer las diferentes actividades que realizaban y realizan quienes allí trabajan, en fin, diferentes niveles de realidad que se conjugan para formar la breve historia del continente. Los dominios de la política, la geopolítica, la historia, la técnica, la sociología y la cultura, entre otros, ayudan a describir no sólo el trasfondo de realidad en el que las bases antárticas del caso se pensaron, construyeron e instalaron, sino también las primeras expresiones de su devenir como individualidad. Debemos tener en cuenta, además, las características de la Antártida en sí, naturales y geográficas, que son parte necesaria y claves desde esta perspectiva.

Tenemos entonces un trasfondo de realidad (territorio virgen y Estado político) con el potencial de generar individuos, en nuestro caso, bases antárticas, pero no azarosamente, sino porque él mismo presenta problemas a resolver, incompatibilidades compuestas por fuerzas en tensión (países que se disputan la soberanía de un territorio), o por la imposibilidad de una interacción entre términos de órdenes diferentes (Estado político y territorio deshabitado en conflicto). La instalación de bases quizá se haya pensado para resolver algunos de estos asuntos, hecho que de ser así nos puede dar algunas pistas de su funcionalidad original. De esta manera, tenemos un marco que nos provee la posibilidad de dar cuenta de un real nuevo ateniéndonos a lo concreto, sin acudir al desarrollo de un sistema cuya dinámica se define en términos abstractos o a una supuesta naturaleza humana. Ahora bien, si admitimos que un individuo o nueva realidad (base antártica) tiene una funcionalidad original, y que esta funcionalidad tiene que ver con la resolución de alguna incompatibilidad o canalización de tensiones, necesariamente tiene que estar en permanente relación con los términos que comunica y que ahora ya no son incompatibles debido a su existencia, reproduciendo un conjunto de relaciones 24 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

permanentes que comúnmente llamamos estructura. Ésta no se conforma de una vez y para siempre, al contrario: al estar lanzada por tensiones entre términos diferentes está siempre operando sobre ellos y por ellos, es un devenir con los cambios necesarios para no perder su funcionalidad y estallar. Los diferentes niveles de realidad que intervienen en la actividad antártica no se relacionan hoy como lo hicieron siempre, ni sus personificaciones tienen en sus cabezas las mismas ideas que tuvieron sus antecesores.

El análisis se enriquece al situar históricamente los cambios importantes en el transcurrir de los sistemas intervinientes, sabiendo siempre que éstos no se dan espontánea o mágicamente, más bien ocurren como resultado de procesos más imperceptibles que surgen del permanente movimiento entre operación y estructura. La instalación de Base Marambio, por ejemplo, no fue producto de la aventura de unos locos; lejos de ello, tiene que ver con la necesidad de resolver problemas puntuales, un contexto político acorde, una economía que lo hizo posible y un marco reglamentario que determinó su materialidad concreta, entre otros procesos. De esta manera podríamos pensar un sistema antártico argentino compuesto por subsistemas entre los cuales se encontraba la Fuerza Aérea Argentina (FAA), cuya funcionalidad era la de conectar el territorio argentino americano con el antártico vía aire, y que a raíz de sucesivos inconvenientes se empezó a gestar la idea de construir una pista para que puedan aterrizar aviones de gran porte, generando así la posibilidad de viajar todo el año y con ello cumplir mejor su razón de ser en el sistema antártico. La FAA y el territorio se perciben así, en parte del trasfondo de realidad que dio origen a una novedad como la Base Marambio, con su medio asociado: el territorio modificado e inmediato de las instalaciones. Si nos preguntáramos por qué emerge esto y no otra cosa, como ser una plataforma petrolera, deberíamos indagar sobre el contexto internacional, del cual el sistema argentino sería un subsistema cuyo desarrollo tiende a reproducir a aquél, respetando la reglamentación, pero además deberíamos revisar la potencialidad del territorio en sí, supeditada al grado de conocimiento y desarrollo del colectivo humano que acciona sobre él; identificar la potencialidad, en último término relativa, que tiene un territorio en función de la humanidad que se relaciona con él. Es mediante este pensamiento que se sostiene que las bases antárticas (como cualquier establecimiento) cumplen una función de comunicación que resuelve una disparidad entre órdenes o sistemas diferentes; y es por el análisis de su devenir que podemos arriesgar que su funcionalidad está inserta en un entramado de relaciones muy distinto a la red de tinte disciplinaria que juega en la emergencia de cárceles u hospitales psiquiátricos. Necesariamente por esto producen mundos sociales y materialidades diferentes a pesar de asumir formas similares de acuerdo con las definiciones de Goffman y que remiten a la situación específica de encierro, situación que puede convertirse en un indicador de que ambos tipos de IITT son producidos por procesos en algún punto análogos.

Así llegamos entonces a la necesidad de encontrar alguna axiomática que albergue tanto al proceso que da como resultado un hospicio, una cárcel o una estación científica en un lugar inhóspito. Estos lugares no son de una vez para siempre, como dijimos arriba. Nuestra observación los capta como una actualidad, pero sabemos que indican procesos; siguiendo la terminología de Simondon, individuos individuándose.

Estas instituciones son sistemas metaestables que contienen potenciales aún no realizados, esto es, son susceptibles de transformación, por lo cual no están en estado de REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 25

equilibrio estable, que sería el que ya no tiene posibilidad de transformarse, pero tampoco totalmente inestable, porque aún permanecen como sistemas (Simondon, 2015). Para que exista la posibilidad de actualización de potenciales necesariamente tiene que haber heterogeneidad, tanto en el interior de cada institución como en su entorno, y son estas disimetrías, disparidades, incompatibilidades, las que les dan el movimiento y el devenir a los sistemas, lo que les quita la total accidentalidad, pero también la total necesidad.

Estas disparidades, para resolverse, crean individuos, realidades, nexos, instituciones, resoluciones, colectivos, subsistemas, etc., cuya función es justamente poner en relación la heterogeneidad, suavizarla de algún modo para que haya interacción. Lo que interfiere para que se activen estas resoluciones puede ser una incidencia, un acontecimiento, que puede devenir en informacional, cuya aparición tiene que ver con el devenir simultáneo de estos procesos metaestables que están en permanente movimiento entre operación y estructura, entre dinámica y conjunto de relaciones iterativas. Aquí la información no es un dato que un emisor dirige a un receptor, más bien es la significación que adquiere una disparidad y por la cual se da la comunicación necesaria para la emergencia de un nexo resolutorio (Simondon, 2015). Siendo así, que la información sea depende especialmente de la metaestabilidad del sistema que actúa de receptor; por ejemplo, que la Antártida juegue un papel fundamental en el clima del planeta, incide en la conducta de los humanos para con este continente solamente cuando la especie como sistema estuvo en condiciones de significar ese papel; en el sentido inverso, el desmonte de millones de hectáreas incide en el régimen fluvial de una cuenca sólo cuando ese desmonte adquiere dimensiones determinadas, podríamos decir, significativas para la cuenca receptora, dando como resultado una inundación. En ambos casos, tanto los colectivos humanos como la cuenca son receptores metaestables, susceptibles de transformación, contenedores de potenciales aún no actualizados. Que haya cambio de acuerdo con los aportes de información, o sea, que esta última sea más o menos eficaz, depende no sólo de la metaestabilidad del receptor, sino también de la existencia de una zona mixta de interacción entre las estructuras locales y dichos aportes, una especie de código que permita la comunicación, una percepción por parte del receptor. Podríamos pensar que es el desarrollo incipiente de esta zona mixta, o lo que sería lo mismo, el fuerte contraste aún no funcionalizado, o funcionalizándose, lo que provoca los casos de grupos humanos en situación de encierro. En los hospicios y las cárceles, el contraste con el resto de la sociedad tiene que ver con el diferencial moral y disciplinario. Las sociedades que los albergan necesitan resaltar esa disparidad para mantener el orden que a los grupos que ejercen el poder les cuaja mejor. En mayor o menor medida, implantan una moral que es la suya, cuya transgresión será castigada. En lo concreto, justamente son las poblaciones cuyas condiciones de vida más distan de la cultura hegemónica las que adquieren una moral y disciplina distintas, por lo que se transforman en las proveedoras de individuos de cárceles y hospitales. En un barco, una estación espacial o una base antártica, el contraste pasa por el medio en el que se instalan, que es justamente uno de los sistemas con los que se trata de hacer contacto, por los motivos que fueran. En estos lugares no hay desarrollado un ecosistema circundante similar al de origen de las personas, con casas para albergar familias, espacios de esparcimiento, fuentes constantes de agua, alimentos y energía, un mercado, vida cultural, afectiva, etc., porque las condiciones técnicas y económicas son evaluadas como insuficientes para las características que presenta el medio; éste se presenta como un receptor cuya metaestabilidad aún no 26 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

hemos aprendido o decidido aprovechar, los códigos para comunicarnos están en su estado primitivo, y por esto no podemos transformarlo. Más bien lo que ocurre en estos casos es lo contrario, la información tiene el sentido que va de afuera hacia dentro, del medio hacia nosotros, y así nos hace cambiar, tal cual se busca implantar en un hospicio con respecto a sus internos, pero en otro dominio. Cuanto más se acerca el individuo o colectivo humano a un orden desconocido o con poca interacción, más aislado resulta estar: el religioso cuando necesita rezar, el científico subsumido en sus asuntos, un montañista, un batallón que va al frente en una guerra, submarinistas, los pasajeros de cualquier avión, expedicionarios, etc. Lo que vale remarcar acá es que el encierro implica menor comunicación, lo cual parece una perogrullada si no se insistiera en que es la exploración de la funcionalidad original y de la actividad actual de un sitio lo que nos dará las pistas para identificar los términos u órdenes que rigen las características de esa comunicación y la hacen escasa.

3. Sistematicidad de la Antártida

La Antártida es un ejemplo de sistema metaestable cuya historia relacional con la humanidad presenta a grandes rasgos dos potenciales que, si bien se pueden diferenciar, se observan en periodos históricos solapados: en una primera época, la de ser una fuente de recursos para cazadores de focas, ballenas, etc. (Senatore y Zarankin, 1999). A pesar de que a fines del siglo XIX y principios del XX comienzan las expediciones exploratorias y científicas, lo que se conoce como la época heroica, la actividad de caza se extiende hasta los ´60. En la segunda posguerra y durante la década del 50 hay un fuerte despliegue de varios países estableciendo bases permanentes, transitorias y refugios, entre ellos Argentina, que monta catorce unidades entre 1947 y 19658. En 1957 se celebra el Año Geofísico Internacional, que será la antesala para el Tratado de 1959. La homologación del Tratado Antártico en 1961 da el marco para que se realice el potencial como territorio destinado a la investigación científica, como laboratorio del mundo (Capdevila y Comerci, 2013). La configuración política que asume el continente es única en la historia: la Antártida no es un territorio nacional ni está bajo la jurisdicción de ningún país en particular, sino de un conjunto de Estados actuando organizadamente.

Actualmente, hay bases de distintos países en la península antártica, por ejemplo, solo en la isla 25 de Mayo, donde Argentina tiene la base Carlini, hay estaciones de Corea del Sur, Brasil, Chile, Uruguay, Polonia, Rusia, Rep. Checa y Perú. Es notable observar que tanto el sistema natural antártico sufre la intervención humana según cómo sea procesada la información que ofrece, como los Estados nacionales (sistemas al fin) que intervienen se ven interpelados y actúan en consecuencia de ese sistema natural. Sus características hacen por el momento inadecuada la explotación económica; por otra parte, el costo bélico, político y económico que conlleva arrogarse la soberanía sobre tamaña extensión imposibilita cualquier intento; además, el hecho de que sea una vasta zona casi sin intervención humana hace que la comunidad científica internacional defienda a toda costa su preservación, pues es uno de los pocos lugares con esas condiciones en el planeta (Kosack, 1955). Para el caso particular del Estado argentino, por ser un reclamante

8 Las unidades son: 1947: Melchior; 1948: Decepción; 1951: San Martín y Brown; 1952: Petrel y Esperanza; 1953: Cámara, Jubany, Ballvé y Gurruchaga; 1955: Belgrano I; 1959: asume la dirección de Estación científica Ellsworth; 1961: Matienzo; 1965: Sobral. La siguiente inaugurada será Marambio en 1969.

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 27

de soberanía de una porción del continente, tiene una historia e intereses distintos a, por ejemplo, cualquier otro país que se halla sumado al Tratado más tarde. Es que el territorio es para un Estado lo que el cuerpo para un ser vivo. La fundación de la Base Marambio en 1969 hay que analizarla bajo este contexto. No es la humanidad estableciéndose en la Antártida, es el Estado argentino, por medio de una de sus instituciones, la Fuerza Aérea, y ésta a través de su personal, el que interacciona con esa porción de territorio. Y es en el devenir de esa interacción donde la potencialidad del sistema natural antártico, mediatizado ya por el Tratado y su espíritu, realiza su transformación, su actualización: la posibilidad de albergar una base, a científicos en ella y la de ofrecer el montaje de una pista de aterrizaje con el consecuente apoyo logístico a las demás estaciones. Por su parte, el sistema Estado argentino, en el reverso de esa misma interacción, reestructura su logística de acuerdo con la posibilidad del transporte aéreo, crea instituciones y especializa otras, forma cuadros específicos, incorpora un nuevo hito antártico a su cultura y acumula conocimiento y experiencia. En el medio están las bases propiamente dichas, conjuntos de objetos técnicos e individuos vivientes que conforman pequeños sistemas que concretizan la comunicación entre un territorio y un sistema social. Si de la lectura de Simondon podemos deducir que la técnica, entendiendo como tal tanto estructuras normativas como artefactos tecnológicos, es la mediación objetivada entre los humanos y la naturaleza, podemos pensar una base antártica como mediadora entre una porción de naturaleza virgen y un colectivo humano organizado que mantiene un interés en él. En este sentido, el Tratado puede leerse como mediador entre los Estados intervinientes, quienes suspenden y relegan intereses particulares a cambio de la posibilidad de relacionarse entre ellos de manera conveniente. En el caso de Argentina y en la especificidad de la fundación de Marambio, habría que leer tal acontecimiento bajo la jerarquía sistémica tanto del Tratado como del Estado.

4. Metodología, origen de los datos.

Se listaron dos conjuntos de variables que se aplican a dos unidades de análisis respectivamente: los establecimientos por un lado y a los internos por el otro. Se construyó el primer grupo de variables en busca de identificar el proceso de individuación inicial tanto de las bases como del hospicio de Goffman, y con ello, determinar la funcionalidad original que le da razón de ser a cada uno señalando el dominio sobre el cual se establece la comunicación (punto 6). El segundo conjunto de variables destinado a los internos se pensó bajo el objetivo de captar en ellos el significado y el sentido que asume la comunicación sistémica (punto 7). A raíz de estos análisis se trató de ver si la transformación se daba en mucha mayor medida en un término que en el otro, y con ello dar cuenta de la existencia o no de una comunicación primitiva, incipiente o casi unidireccional entre los sistemas que dieron origen a los establecimientos. De ser así, el encierro se presentaría como una condición necesaria y, por ende, un indicador de dicha situación.

28 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

Listado de variables analizadas en los párrafos siguientes: Para la unidad de análisis ‘Establecimiento’:

1. Trasfondo de realidad sobre el cual se erigen los establecimientos.

2. Tensión que resuelven.

3. Acontecimiento que desata la resolución de la tensión.

4. Funcionalidad original según análisis histórico.

5. Identificación del dominio sobre el que opera como sistema.

6. Identificación como zona mixta de comunicación entre sistemas.

7. Materialidad.

Para la Unidad de Análisis ‘Individuos’:

1. Significación distinta de la existencia.

2. Cambios en la significación del trabajo o de los roles.

3. Significación de la tensión que resuelve el lugar.

4. Papel en la comunicación: emisores/receptores/mediadores

En el marco de un análisis cualitativo, se tomaron las sugerencias de la geografía de la percepción (Millán Escriche, 2004), respecto a tener en cuenta las experiencias de los sujetos para sopesar aspectos como la afectividad, el simbolismo, los sentimientos y las sensaciones a la hora de construir mundos de significaciones. Las observaciones se realizaron durante octubre de 2016 en Base Marambio y en los meses de noviembre y diciembre de 2017 en Base Carlini. En los mismos períodos y lugares, se ejecutaron entrevistas individuales semi estructuradas grabadas en audio a 22 personas en total entre las dos estaciones. La forma de elegir los casos consistió en una primera instancia en una cuestión de afinidad, ya que hace falta tiempo de convivencia para conocerse y ofrecer la confianza necesaria a los entrevistados, y después de unas semanas se eligieron casos claves de acuerdo con la disponibilidad para hablar, el rol de responsabilidad, la pertenencia institucional y la experiencia antártica, de modo de saturar la muestra con la mayor cobertura de situaciones posible. El contingente total en Marambio era de alrededor de 60 personas entre las cuales había unas 6 mujeres y el resto varones; en Carlini el total de individuos era 40 y las mujeres también eran 6.

Argentina tiene 13 bases en la Antártida, 6 son permanentes y 7 transitorias que se activan entre septiembre y abril. Tanto Marambio como Carlini son permanentes, la primera es operada por la Fuerza Aérea Argentina y la segunda por el Ejército Argentino y la Dirección Nacional del Antártico. Las dotaciones se renuevan una vez al año. Además de los cuadros de las fuerzas hay miembros de otras instituciones que también terminan siendo prácticamente parte de la dotación, como el Servicio Meteorológico, Prefectura Naval y el Instituto Antártico Argentino, pero el grueso siempre es de la fuerza que opera la base. A todas estas personas que pasan un año en promedio en la Antártida se las llama invernantes. En primavera comienzan a llegar científicos y técnicos que hacen el trabajo en época estival, siendo los meses de enero y febrero los picos altos de

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 29

ocupación. Las entrevistas se hicieron a 20 invernantes que ya llevaban más de 9 meses allí y a 2 personas que llevaban más de 8 campañas (viajes) en el continente.

5. Establecimientos

La individuación de la Base Marambio

Al poner la mirada en las relaciones, se nos impone enfocarnos en los procesos y los momentos de alternancia entre períodos de metaestabilidad, aumento de la tensión y reestructuración. En nuestro caso, en los años inmediatamente previos a la fundación de Marambio (1969), la relación de la FAA con el continente antártico había sufrido contratiempos en la base Matienzo, porque el barco que debía hacer los relevos y abastecer con recursos no había podido entrar por las barreras de hielo, teniéndose que quedar una dotación varada por dos años9 . En esa base existe una pista sobre barrera de hielo que posibilita el anevizaje, pero no el arribo de aviones de gran porte con ruedas, y la FAA venía trabajando la idea de encontrar un terreno que se pudiera acondicionar para ello (Palazzi, 2008). Adicionalmente, también en los años previos a 1969, hubo varios intentos de converger en un manejo conjunto entre la Armada y la FAA de la base Petrel, originalmente bajo el mando de la primera fuerza, muy cerca de la isla Marambio, también con pista de aterrizaje y con mejor acceso por mar10. Pero las dificultades entre ambas fuerzas por diferencias de criterio hacían de la convivencia un punto de tensión. Son estas disparidades entre sistemas de la que venimos hablando cuando nos referimos a momentos de tensión que llevan a la emergencia de nuevas realidades que terminan reestructurándolos. La FAA como institución, debía resolver el problema de no poder operar con cierta frecuencia y a voluntad en un territorio cuyo tratamiento a nivel mundial bajo el Tratado Antártico aún estaba muy fresco.

No solo hay que leer este problema como una acción de Estado en su preocupación sobre la soberanía11 , sino también como una necesidad institucional de la FAA para mantenerse activa y a la altura del desafío que implicaba en ese momento aterrizar en la Antártida. Hasta aquellos años el contacto con ese continente era solo por barco y en verano, la posibilidad de aterrizar habilitaba operar durante todo el año y contar con un centro de operaciones de rescate, así como también convertirse en escala para vuelos transpolares. Después de haber divisado la meseta, de haber tomado muestras del terreno y de hacer estudios geotopográficos y climáticos, se destinó una patrulla para preparar la pista. Este grupo de hombres estuvo casi tres meses viviendo en carpas mientras con picos y palas removía el terreno para aplanarlo y correr las rocas que sobresalían de la superficie, el mismo proceso que comenzaba la transformación del ambiente, era el que iniciaba la Base Marambio como nuevo sistema. A medida que la longitud de la pista aumentaba, distintos aviones de menor porte pudieron aterrizar y proveer a la patrulla de víveres y equipamiento. A partir de allí las edificaciones se fueron sumando a través de los años, siempre teniendo a la pista como referencia: alojamiento, usina, laboratorios, depósitos, hangar, etc. La isla ya no será la misma y la FAA no Tal como surge de la entrevista realizada a un miembro de la FAA que participó en la Patrulla que construyó la pista La meseta donde se monta la Base Marambio está a 200 m.s.n.m (metros sobre el nivel del mar), lo que dificulta las operaciones de carga y descarga entre buques y base.

11 A modo ilustrativo, la patrulla que aplanó el terreno para la pista de Marambio con picos y palas durante dos meses fue bautizada “Patrulla Soberanía”. .

9

10

30 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

podrá contar su historia sin este acontecimiento. En clave simondoniana, se vería este devenir como una individuación, la base sería el individuo, la nueva realidad, el nuevo sistema que resuelve las incompatibilidades entre los dos órdenes aquí analizados, el natural y el institucional/estatal, siendo la información siempre relativa la clave que lo hace posible. Este proceso amplifica las operaciones argentinas en la Antártida a la vez que estructura y condensa una instancia mediadora: la base propiamente dicha.

Marambio cambia de tal manera el accionar de Argentina en la Antártida que se la llama la puerta de entrada, esta expresión hace alusión a que es la manera más rápida y directa para llegar a la península y de ahí, a varias de las bases repartidas en todo el territorio del sector argentino. Esta transformación actualiza potenciales a nivel regional que estaban disponibles pero inactivos en cada asentamiento por separado. La Base Marambio asume así, el papel de zona mixta de comunicación entre el Estado argentino y el territorio antártico, y adquiere la característica de encierro porque por el contexto sistémico en el que emerge, la relación materializada en la base no se desarrolla más allá de la dimensión de soberanía bajo el régimen del Tratado, lo que implica el uso del territorio solo a los efectos de exploración científica, sin posibilidad de transformación, y por ende, sin desarrollar una comunicación más fluida y bidireccional como sí lo hace el Estado en su territorio americano. La in-formación, el dar forma, tendrá el sentido que parte del medio hacia los habitantes de la base y las instituciones que estos representan, del afuera hacia dentro, tal cual ocurre en los barcos y en las estaciones espaciales.

La individuación de la Base Carlini

Como se expone en el punto 4, a mediados de los ’40 comienza un ciclo de instalación de nuevas bases y refugios por parte del Estado argentino en territorio antártico. Según información encontrada en el archivo del IAA, en noviembre de 1953 en Caleta Potter, isla 25 de Mayo de las Shetland del Sur, tripulantes del remolcador Ara Yamana construyen, con la ayuda de los del Ara Bahía Aguirre, un nuevo refugio, porque el existente estaba en malas condiciones. La idea era que se puedan alojar cinco personas para usar el lugar como base operativa de hidroaviones, ya que la caleta presentaba muy buenas condiciones para ello. Eran los tiempos en que entre argentinos, chilenos y británicos se pasaban notas de protesta hombre a hombre en la Antártida adjudicándose la soberanía, se pintaba la propia bandera en los mojones donde estaban pintadas las banderas ajenas, se ocupaban refugios e incluso se llegaron a ensayar disparos de advertencia (Fontana, 2014). A través de los años el lugar devino en un destacamento naval clave en la estrategia desplegada por Argentina antes del Tratado, pues la caleta presenta las condiciones para ser uno de los mejores puertos del continente, y al estar justo en la conexión entre los océanos Atlántico y Pacífico su importancia geoestratégica aumenta considerablemente. Pero pasarían 30 años para que el destacamento devenga en base y se convierta en uno de los polos científicos de la ciencia antártica argentina. El 12 de febrero de 1982 las instalaciones se transfirieron a la tutela de la Dirección Nacional del Antártico y pasaron a llamarse Estación Científica Teniente Jubany. En 2012 será renombrada Carlini en homenaje a un científico del IAA.

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 31

Pero el punto quiebre que convierte este lugar en lo que viene siendo es aquel 1982. El contexto en el que hay que leer este hecho tiene que ver con un período de atención por parte de la Argentina a la cuestión antártica. En 1979 se había adquirido el rompehielos Ara Almirante Irizar, el ejército había inaugurado la base Primavera en 1977, instalado la base General Belgrano 2 en 1979 y en 1980 la Belgrano 3. Eran años de sostenida difusión mediante conferencias, concursos y convocatorias en distintos ámbitos12. En 1978 comienza el afincamiento anual de familias en Base Esperanza, se celebran matrimonios y se producen nacimientos. En 1980 un Boeing 747 de Aerolíneas Argentinas inicia la era de los viajes comerciales sobrevolando el Polo Sur, partiendo de Buenos Aires, haciendo escala en Río Gallegos, Base Marambio y Auckland. El conflicto del Beagle entre Argentina y Chile que casi deviene en guerra en 1978 y recién se resuelve en 1984, es un elemento más que define al Estado argentino en ese tiempo como atento a las disputas soberanas indefinidas del Atlántico Sur.

Pero esta atención de Argentina está dentro del contexto mundial de los años ’70 donde se habían intensificado los intereses por los recursos económicos de la Antártida, tanto en lo referente a la pesca como al petróleo y minerales metalíferos.

Algunos ejemplos pueden ser la inauguración del aeródromo Teniente Rodolfo Marsh Martín por parte de Chile en la misma isla donde está Carlini el 12 de febrero de 1980.

Ese mismo año se acuerda en Canberra, Australia, la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA), motivado principalmente por el auge de la explotación de kril, esta convención pasará a regular la pesca en la Antártida. Carlini se encuentra dentro de una de las zonas de mayor concentración de este crustáceo. Así y todo, publicaciones de la Dirección Nacional del Antártico (1978) de años anteriores a la inauguración de Jubany como base, dejan entrever la importancia que se le adjudica al desarrollo de la actividad científica como un eficaz argumento en pro de los derechos sobre el territorio (pp. 66-68). Es así como el contexto descripto y la caleta Potter, con sus glaciares, con sus colonias de elefantes, de pingüinos de diferentes especies y otras aves, con su potencial de buceo y su ubicación geográfica, transforma a la base Carlini como el sistema fuente de información y sede de actividades científicas que potenciarían el desarrollo de uno de los cánones que estaba tomando mayor dimensión en el ámbito del Tratado: la producción científica. De hecho, desde 1982 hasta la fecha, la base fue sumando inversión hasta convertirse en la estación argentina con la mayor cantidad de laboratorios montados, y donde trabajan la mayor cantidad de científicos campaña tras campaña, asumiendo el rol de zona mixta entre la Antártida y el Instituto Antártico Argentino, este último como brazo ejecutor del Estado argentino en el rubro. En cuanto a la materialidad de la base, además de los laboratorios, posee desarrollado un sector equipado para actividades de buceo, lanchas, motos de nieve, maquinaria para carga y descarga de buques, estación meteorológica, infraestructura para comunicaciones fluidas al continente y la proyección de un acuario. Además, cuenta con un refugio instalado a metros de las colonias de pingüinos y del sector donde cada verano se estacionan cientos de elefantes marinos; allí pueden pasar varios días los científicos que trabajan con estas especies.

12

.

Colegio de profesionales de Cs. Económicas, Universidad Nacional de Córdoba, Ministerio de Cultura y Educación, entre otros.

32 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

La individuación de los hospicios

Respecto a la emergencia de los hospicios aparece como referencia ineludible el trabajo de Michel Foucault en La historia de la locura en la época clásica (2015). Allí se puede leer al detalle lo que sería el proceso de individuación de los hospicios modernos, pero por lo que aquí interesa, interesa resaltar el hecho de que, en la Francia de la Revolución, donde se empiezan a gestar los lugares que albergarán a los locos hasta la época del trabajo de Goffman, y siendo que el St. Elizabeths fue inaugurado en 1855 en Washington bajo el mismo espíritu (Otto, 2013), salvando los contrastes13 , decía que en esa Francia efervescente, con una resonancia interna donde todo era reestructurado, la tensión con los dementes se inicia en la familia. Es ella la que determinará la necesidad de la internación cuando la convivencia se torne imposible dentro del conjunto de costumbres y moral que se estaba consolidando, que no es otro que el de la revolución burguesa. Ese nuevo mundo que estaba estructurándose no daba lugar a todos sea cual fuere su condición, por eso se catalogan conductas como enfermedad o invalidez y se ponen las causas en los individuos con la pretensión de justificar el encierro. La semejanza entre hospicios y escuelas, no solo en lo arquitectónico sino también en el trato, la estructura organizacional y la responsabilidad pública sobre los que allí concurren, hacen a la condición de los internados como una forma de minoridad. El trabajo de socialización que se da en los niños en la familia es justamente la forma en que los nuevos individuos se transforman en adultos responsables y libres. Al enfrentarse con ciertos sujetos, que por las razones que sean, transgreden lo que se considera aceptable en sus conductas, pasan a ser disfuncionales y el espacio destinado a ellos no puede ser el del resto. Al respecto, es bastante elocuente el trabajo de Bianchi y Lorenzo (2013), cuando señala que solo después de una instrucción profesional de parte de personal médico y especializado hacia la familia de adictos, por ende, sólo cuando la familia puede asumir un papel transformador efectivo, ésta puede ser parte del dispositivo de disciplinamiento que tiene su centro en una institución. Hay en la familia un aprendizaje del código social, una comunicación entre individuo y sociedad donde esta unidad elemental trabaja de traductora y transformadora. Cuando uno de los términos no logra operar y reestructurarse debido al otro, deviene una nueva tensión que se resolverá con la internación, donde el conocimiento de la psiquiatría tratará de lograr esa adaptación trunca, de hecho, son los médicos los que dictaminan cuándo un internado puede recobrar su libertad, de acuerdo con la evolución de este bajo los distintos tratamientos. La zona mixta de comunicación adquiere aquí, como en las bases antárticas, la forma de encierro, hay uno de los términos que no puede estructurar al otro, no se puede comunicar de la forma en que lo hace comúnmente con otros términos semejantes.

La relación de comunicación

Hay una diferencia que hace al análisis de la variable en torno al sentido que adquiere la comunicación en ambos tipos de establecimientos. Tiene que ver con que en el hospicio los internos están allí en tanto individuos con determinadas características, en 13 Dorothea Lynde Dix fue una de las mujeres que promocionó la construcción de hospitales específicos para dementes en EE.UU., cuyas ideas sobre el tema fueron reformuladas en sus visitas a Europa en la primera mitad del siglo XIX.

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 33

las bases en cambio, están en tanto miembros de instituciones, aunque eso no quita que pongan en juego su individualidad, al contrario, solo comprometiéndose es posible que sus instituciones se nutran de su trabajo. Bajo la noción de información que se expuso más arriba, la función de receptor es asumida en un caso por los individuos, y en las estaciones por los individuos y las instituciones que ellos representan. En el hospicio son los sujetos los más susceptibles de transformación, de hecho, los tratamientos apuntan en ese sentido, solo en el largo plazo y como colectivo el mundo de la psiquiatría se reestructura, como ocurrió con la llamada desinstitucionalización de los pacientes; pero en lo cotidiano, y según el trabajo de Goffman, todo recae sobre ellos con el explícito objetivo de que aprendan a comportarse según las normas culturales del exterior. En el caso de las bases el sentido de la comunicación es el mismo, pero en otro dominio, no en lo disciplinario o moral, sino, a nivel individual, más bien en lo intelectual, afectivo, técnico y profesional, según cada experiencia. A nivel institucional son sus organizaciones y campos de acción los que también se ven modificados por la vivencia y el conocimiento adquirido. Por ejemplo, el monitoreo que se le hace a cierta colonia de pingüinos en un determinado lugar respecto a la cantidad de krill que consume, sirve para establecer las cotas de pesca en las zonas permitidas. Los diversos campos de conocimiento también se enriquecen de los trabajos que realizan los científicos, a la vez que estos últimos nutren sus carreras individuales. Por otra parte, al ser la Antártida uno de los pocos destinos de acción para las fuerzas armadas argentinas, la experiencia suele determinar carreras profesionales, equipamiento y estructuras organizativas que, aunque lo hagan esporádicamente, también se van adaptando a distintos momentos políticos, vaivenes presupuestarios y prioridades determinadas por el devenir del habitar antártico. Todas las instituciones que intervienen son estatales y están sujetas a la política exterior ejecutada por la diplomacia argentina respecto a este territorio que, a su vez, toma posición de acuerdo con la información que le proveen esas instituciones. A título individual, la experiencia de vivir un tiempo en la Antártida incide en muchos casos a nivel afectivo en la revaloración de la familia y amigos ante la soledad experimentada; en la fascinación por los paisajes, esto en mayor medida en Carlini que está al borde de una caleta rodeada de glaciares; en la sensación de paz y seguridad en contraste con las grandes ciudades de origen; en las conductas aprendidas respecto a lo ambiental, como la separación de la basura y el manejo de recursos escasos; en el prestigio ganado por lo que significa para sus allegados el hecho de haber estado en un lugar exclusivo; y en algunos casos en la prosperidad que puede significar la compra de un auto, el arreglo de la casa o la ayuda a la familia por los suplementos percibidos. En el sentido inverso, la transformación se limita a lo que ocupa cada base. Por las normas del Sistema del Tratado, con un fuerte control ambiental, la transformación de la Antártida por el efecto de las estaciones es imperceptible. La incidencia del habitar sí se nota en las instalaciones, en el medio asociado, todos los que están abocados al mantenimiento operativo de alguna manera mejoran lo que reciben con los desnivelados recursos que cuentan, y se reconocen en distintos rincones de las bases al volver en otra oportunidad, generando en algunos un sentido de pertenencia.

34 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

Respecto a la funcionalidad de origen, la mirada construida pretendió tener en cuenta los diferentes niveles que intervienen y cómo van incidiendo de los más amplios a los más específicos. Finalmente, podemos decir que los casos analizados encajan en el lente simondoniano respecto a la función de comunicación y nexo resolutorio de tensiones entre sistemas.

6. Internos: significación de la tensión que resuelven los establecimientos

Entre las personas que viajan a la Antártida vía Marambio y ya la conocen, existe cierto rechazo a su cuerpo principal, porque nadie te registra14. Aparentemente, el tamaño grande respecto a otras bases y el hecho de que para muchos sea un lugar de paso, además de poseer la dotación más numerosa, hacen que la estadía en el cuerpo principal de Marambio sea para algunos una experiencia muy fría en cuanto a la convivencia. Cuando está programado que alguien esté pocos días allí porque su destino final es otro, e indefectiblemente tiene que esperar que el clima permita a la logística desenvolverse, no lo incorporan a la dinámica de la base en cuanto a la cocina, la limpieza, etc., lo que hace aún más distante la relación. La ociosidad que se experimenta a la espera de la notificación del traslado hace que deambulemos buena parte del día, la función de puerta de entrada original de la base se hace patente en estas cuestiones.

El sentido de la comunicación, como ya dijimos, es desde el territorio a las instituciones, y se realiza por medio de las personas que habitan las bases, siendo estas últimas el nexo material que posibilita el contacto. Más allá de las transformaciones que lentamente van moldeando las distintas formas de organización y ejecución a nivel institucional, a cada individuo le pasan cosas que también representan una alteración de su estado anterior a su estadía en la Antártida, en este sentido es que se detecta la significación que adquiere la tensión que resuelve la base en sí:

El hecho de que cuando está lindo poder salir a caminar y conocer el paisaje donde está uno, a veces es como que te pones a ver la posibilidad que tuviste, no mucha gente llega a estos lugares y se te caen las lágrimas, pero de alegría de estar viviendo esto (…). Antes de venir, yo tenía la idea de vivir una experiencia de vida de ir a un lugar inhóspito, pero no tenía mucho significado, estando acá, no sé si es por el chip que llevan los otros chicos de la fuerza, es como que me entró un poco más el tema del nacionalismo, el hacer ciencia para defender el lugar que nos debería corresponder, esa sería la diferencia entre el antes y el ahora. (Entrevistado M1, Marambio, octubre de 2016).

Podríamos tomar este fragmento como una de las formas que adquiere en los invernantes esa tensión entre el Estado nacional y un territorio en duda. Otro ejemplo:

Esta expresión se refiere a que a ningún miembro de la dotación le interesa realmente quién es quién y qué está haciendo allí, mostrando apenas alguna desatención amable en el encuentro cara a cara.

14

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 35

Es una experiencia donde uno se siente parte, uno viene a aportar su granito de arena para la soberanía de un país, por ahí esas son las ganas que uno tiene, las ganas de venir y aportar, de venir y cumplir objetivos, porque no cualquiera está un año acá. Vos te podés imaginar cualquier cosa, pero cuando llegás acá es otra cosa, esto es una cosa hermosa, el mar azul, los animales, los paisajes, todo. (Entrevistado M3, Marambio, octubre de 2016).

Respecto a la comunicación a nivel individual, la visión en general es que nadie en su actividad transforma significativamente el entorno, pero sí se admiten cambios en las subjetividades, podríamos pensar en la unidireccionalidad comunicacional de la que hablamos en nuestra hipótesis teórica, citamos algunos fragmentos a modo de ilustración:

Algún replanteo te hacés, más que nada sobre por qué me preocupo y por qué no me preocupo. Quizá la flexibilidad que uno puede darse acá, el entorno en que está, que salís y ves el glaciar y estás solo en el medio de la nada, decís, realmente los problemas que puedo llegar a tener en Bs. As. son realmente, pelotudeces, creo que esto te enseña a calmar, a bajar los humos, me parece. (Entrevistado C1, Carlini, diciembre de 2017).

Sensaciones como cuando nos perdimos en el glaciar, el sentir que somos insignificantes para la naturaleza, no somos nada…, eso siento cuando ando por acá, todo es tan grande, cuando salís a navegar, ves los animales, me pasó de sentirme visitante, ellos son los locales, eso de ir caminando por la playa y se te crucen tres pingüinos y yo tener que parar, y está bien, es su lugar, el ser humano no es más que la naturaleza, que los animales.

(Entrevistado C3, Carlini, diciembre de 2017).

La paciencia, la templanza, acá la desarrollás. (Entrevistado C10, Carlini, diciembre de 2017).

Cambié respecto a mi familia, ahora los valoro mucho más, antes decidía por mi cuenta, ahora ya se que las decisiones que tome las consultaré con mi familia. (Entrevistado C12, Carlini, diciembre de 2017).

36 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

CONCLUSIONES

La atenta observación del habitar antártico en las estaciones visitadas promovió la comparación, desde los rasgos estructurales, con las IITT de Erving Goffman, tomando la situación característica del encierro como la principal y más patente. Este fue el punto de partida concreto que permitió el análisis.

Ante la presencia de formas similares producidas por procesos distintos, surgió la pregunta sobre qué es lo que ocasiona una situación de encierro. Se buscó un punto de vista que permita explicar casos disímiles y que al mismo tiempo deje entrever el origen y la naturaleza de sus similitudes. Las nociones de individuación, metaestabilidad, comunicación e información de Gilbert Simondon cumplieron con estos requerimientos.

El estudio de los procesos de individuación (formación) de bases y hospicios ayudaron a captar su funcionalidad comunicacional original, y con esto, pudimos suponer el trasfondo de realidad que albergaba la incompatibilidad o tensión que los impulsó a ser y que explican en gran parte las transformaciones, la materialidad y quizá la actualidad de cada establecimiento. Al identificar el dominio por el cual opera cada lugar, pudimos entender que es la transformación en una sola dirección la que provoca la situación de encierro.

En una estación de tren, en un edificio de oficinas o en un teatro, las comunicaciones son recíprocas y fluidas, se transforma tanto el interior como el exterior del dominio sobre el cual se opera. En un lugar donde se alberga un colectivo humano en situación de encierro, lo que se espera encontrar es una comunicación unidireccional del exterior al interior. Este modo de analizar los lugares, los poblados, las ciudades e incluso vehículos está en consonancia con una manera de ver la urbanidad desde el punto de vista de la conectividad (Boccolini, 2016). Respecto a la relación sociedad ambiente, identificar los dominios de comunicación y su direccionalidad podría aportar a nuevos modos de pensar el tema de la habitabilidad y la legislación ambiental, con fuertes repercusiones políticas.

Así como los locos no pueden imprimir su locura en la sociedad, sino que, al contrario, es la sociedad la que impone que los locos adquieran su lógica para dejarlos convivir como a cualquiera, el Estado argentino no puede imprimir en la Antártida la misma relación de soberanía que mantiene con el territorio americano. También aquí se viene dando lo opuesto al menos hasta la actualidad, es el medio el que impone condiciones y produce transformaciones en los diferentes niveles que intervienen: individuos, instituciones y unidades políticas.

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 37

Bibliografía Bianchi, Eugenia y Lorenzo, Gimena (julio de 2013). “La recuperación es para obedientes”. Algunas articulaciones y ajustes metodológicos para el análisis de un tratamiento de adicción a las drogas.

RELMECS, vol. 3, Nº 1.

Boccolini, S. M. (noviembre de 2016). El evento urbano. La ciudad como un sistema complejo lejos del equilibrio. QUID 16, Nº 6, pp.186–218.

Capdevila, R. y Comerci, S., (2013), Los tiempos de la Antártida: Historia Antártica Argentina, Ushuaia, Argentina: Cultural Tierra del Fuego.

Dirección Nacional del Antártico. (1978). Contribuciones al conocimiento de la Historia de la Antártida Argentina. Buenos Aires, Argentina: DNA. Fontana, P., (2014), La pugna antártica: El conflicto por el sexto continente 1939-1959, Buenos Aires, Argentina: Guazuvirá.

Foucault, M. (2015). Historia de la locura en la época clásica. México: Fondo de Cultura Económica.

Goffman, E., (1998), Internados: Ensayos sobre la situación social de los enfermos mentales, Buenos Aires, Argentina: Amorrortu.

Kosack, H. P., (1955), Antarktis, Heidelberg, Alemania: Keyser.

Millán Escriche, M., (2004). La geografía de la percepción: una metodología de análisis para el desarrollo rural. Papeles de geografía, Nº 40, pp. 133-149.

Otto, T. (2013). St. Elizabeths Hospital: A history. U.S. General Services Administration, National Capital Region, Washington DC. Recuperado de http://stelizabethsdevelopment.com/docs/full_history_of_ st_elizabeths.pdf Palazzi, R. O., (2008), Historia de la Fuerza Aérea Argentina. Tomo VIII: La Fuerza Aérea en la Antártida, Buenos Aires, Argentina: Dirección de Estudios Históricos.

Senatore, M. X. y Zarankin, A. (1999). Arqueología histórica y expansión capitalista. Prácticas cotidianas y grupos operarios en la Península Byers, Isla Livingston, Shetland del Sur. En A. Zarankin y F. A. Acuto (Eds.), Colección científica. Sed Non Satiata. Teoría Social en la Arqueología Latinoamericana Contemporánea (pp. 171-188). Buenos Aires, Argentina: Ediciones del Tridente.

Simondon, G., (2015), La Individuación a la luz de las nociones de forma y de información, Buenos Aires, Argentina: Cactus.

38 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

Son un mal necesario…pero hay que aceptar Acerca de las formas de vinculación “empleadora-empleada” en el servicio doméstico en Santiago del Estero They are a necessary evil ... but you have to accept. About the forms of “employer-employee” relationship in domestic service in Santiago del Estero Lucas Emanuel Torres

1

RESUMEN

En el presente artículo, nos proponemos analizar las formas en que se instituyen las relaciones laborales del servicio doméstico en Santiago del Estero, Argentina.

Consideramos importante profundizar el conocimiento del vínculo que se forja entre empleada y empleadora para visibilizar sus prácticas, dado que el conglomerado Santiago del Estero-La Banda es en donde se concentra la mayor cantidad de empleadas domésticas de la provincia (ocupando el segundo lugar en el país después de Formosa), y teniendo en cuenta que éste es uno de los trabajos más feminizados del mercado laboral santiagueño, presentando tasas muy altas de informalidad y precariedad.

A partir de un estudio cualitativo basado en entrevistas en profundidad realizadas principalmente a empleadoras del servicio doméstico y, también, a empleadas, nos proponemos estudiar dimensiones como: las formas de contratación, de determinación de los salarios, de distribución de las tareas y en los modos de selección del personal doméstico. De esta forma, aspiramos a poder comprender algunas desigualdades presentes en esta actividad.

Palabras clave: servicio doméstico: vínculo; empleadoras; modos de selección; desigualdades 1 Licenciado en Sociología y Magister en Ciencias Sociales por la UNSE, tesista del Doctorado en Estudios Sociales de América Latina de la UNC. Becario doctoral del CONICET con sede en el Instituto en Estudios para el Desarrollo Social (UEDD UNSE-CONICET). Docente de la carrera Licenciatura en Trabajo Social de la UNSE en la cátedra de Introducción al Conocimiento Científico. Miembro del Equipo Estudios del Trabajo del INDES. Integrante del proyecto: Dinámicas del mercado laboral en Santiago del Estero: perspectivas y debates actuales en torno al trabajo y trabajadores Dirección electrónica: lucas_t8@hotmail.com

Recibido: 16-08-2018 Aprobado: 26-11-2008

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 39

ABSTRACT The purpose of this article is to analyze the ways in which the labor relations of domestic service are instituted in Santiago del Estero, Argentina. We consider that it is important to deepen the knowledge of the link that is forged between the employee and the employer to make their practices visible, given that the conglomerate of Santiago del Estero-La Banda is where the largest number of domestic employees of the province is concentrated (second place in the country, after Formosa), and taking into account that this is one of the most feminized jobs in the labor market in Santiago, presenting very high rates of informality and precariousness.

Through a qualitative study based on in-depth interviews with domestic service employers and with employees, we intend to study dimensions such as hiring methods, determination of salaries, distribution of tasks and the selection criteria for domestic staff. In this way, we aspire to be able to understand some of the inequalities that are present in this activity nowadays.

Key words: domestic service; relatioship; employers; selection modes; inequality Introducción

El trabajo en el servicio doméstico ha sido históricamente invisibilizado tanto social como académicamente. Según Lautier (2003) particularmente la sociología del trabajo latinoamericana guardaba una enorme deuda con este sector de trabajadoras excluidas de la mayoría de las legislaciones laborales.

Sin embargo se puede destacar que promediando la primera década de los 2000 y hasta nuestros días, el trabajo doméstico remunerado ha cobrado gran interés por parte de científicos y científicas sociales quienes lo analizan desde distintas perspectivas.

Por mencionar solo algunos de los aportes se pueden nombrar los análisis sobre las desigualdades laborales en términos de precariedad e informalidad (Groisman y Sconfienza, 2012; Pereyra y Tizziani, 2014), perspectivas que centran el estudio a partir de desigualdades sociales inter e intra género (Gorbán, 2013; Canevaro, 2014); miradas estrictamente legalistas a partir de las cuales se analizan las legislaciones y normativas en torno al sector (Lavín, 2006; Solano y Flórez Bolívar, 2013; Pereyra, 2013; Poblete, 2014), históricas (Allemandi, 2014; Pérez, 2017), entre otras.

En Santiago del Estero (conglomerado Santiago del Estero-La Banda) el sector representa el 25% 2 de las trabajadoras en actividad (Torres, 2018), con una tasa de feminización del 97%. Además es una de las actividades más precarizadas en donde

2

Datos para el IV trimestre de 2014. EPH-INDEC. Elaboración propia.

40 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

cerca del 98% de las empleadas domésticas no están registradas.

Entre las características más sobresalientes de la actividad, en el conglomerado, podemos destacar, además de su alta informalidad, que el grupo de edad donde se observa la mayor concentración (28%) es el de 30-34 años, con nivel educativo de secundario completo (38,2%), de origen local (83,77%), es decir oriundas del conglomerado Santiago del Estero-La Banda, y jefas de hogar (40,39%). De acuerdo al tipo de inserción, podemos decir que predominan las trabajadoras “con retiro”, representando a un 98,25% del total de trabajadoras del sector (Torres, 2014). La gran mayoría no cuenta con acceso a obra social y aportes jubilatorios, aunque el 37% percibe aguinaldo y el 22% cuenta con alguna cobertura de salud (Torres, 2018).

Es preciso señalar que más allá de ciertas características de la actividad, lo que nos interesa es analizar la relación laboral, en particular el vínculo que se forja entre empleada y empleadora. Se hará hincapié en la figura de la empleadora (y no del empleador o empleadores) ya que de acuerdo a diversos estudios (Lautier, 2003; Tizziani y Poblete, 2013; Gorbán, 2014) son las mujeres de clases medias y altas las encargadas de “reclutar” a otras mujeres para delegar las tareas domésticas que les han sido asignadas dentro de la división sexual del trabajo patriarcal, intensificando de esta manera las desigualdades sociales.

De acuerdo a Gorbán (2014) las empleadoras eligen un perfil de trabajadora en función de las necesidades de organización de la familia. Lo que hace interesante a la relación, según la autora, es que esa organización es cambiante, por lo tanto los acuerdos laborales se van a ver modificados en el transcurso del tiempo.

Algo que destacan tanto Gorbán (Op.cit.) como Canevaro (2017) es el componente afectivo de la relación, que va a estar presente desde el momento de la selección, en términos de la empatía que se genera entre empleada y empleadora (para el caso de las mujeres empleadas como niñeras también la empatía con el niño o niña a cuidar) desde el inicio de la relación, así como el afecto generado, y fortificado, a través de los años, que va a transformarse muchas veces en lealtad hacia la empleadora.

Existe, según Canevaro (Op.cit.), un solapamiento de lo laboral y lo afectivo sobre todo en momentos de reclamos por mejoras laborales para las empleadas. Es que las empleadoras pueden llegar a percibir una especie de traición a la relación afectiva, cuando las empleadas reclaman por sus derechos laborales o bien por aumentos de salarios.

Vemos entonces como una relación laboral, mas allá de lo afectivo, va a representar una relación de desigualdad entre las partes. Tilly (2000) comenta al respecto que las desigualdades categoriales penetran al interior de los hogares de clase media y a menudo hace coincidir las diferencias categoriales externas con las internas.

Las categorías internas hacen referencia a una estructura de diferenciación visiblemente al interior de una organización, en este caso el hogar, por ejemplo entre empleadores y empleadas. Mientras que las categorías externas corresponden a diferencias sistemáticas en las actividades, la retribución, el poder y la perspectiva dentro de ellas. Un ejemplo obvio de este tipo son las diferenciaciones de género, en este caso la tipificación sexual de las ocupaciones.

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 41

El autor afirma (op.cit.; p.88) que por lo general los dueños de casa “reclutan ayuda” domestica armonizando la categoría interna subordinada del “criado” con las categorías externas de raza, etnia, género y/o clase que están sumamente arraigadas en la sociedad. En este sentido, la mayoría de los estudios coinciden en que es la conjunción de estos atributos mencionados por Tilly, los que van a definir la distribución de los bienes y servicios en la sociedad, en este caso, el tipo de actividades, relaciones laborales, etc.

Entonces encontramos relaciones laborales cargadas de cierta afectividad pero que van a responder pura y exclusivamente a las necesidades de la organización familiar haciendo coincidir categorías externas a esa organización, y determinadas socialmente, como pueden ser mujeres de sectores populares urbanos, con categorías internas de la organización, como familia empleadora-empleada, poniendo de manifiesto, según Gorbán (2014) como se construyen en el vínculo entre clases sociales distantes procesos de inferiorización y jerarquización social.

Estos procesos, según Gorbán y Tizziani (2014), se van a producir a partir de una imagen inferiorizada que estas personas de clases media y alta han construido de la empleada doméstica en torno a ejes que hacen referencia a la clase, la raza y el origen geográfico, la cual va a coincidir con el status inferiorizado de empleada doméstica.

Por lo tanto, nos interesa indagar en cuales son los medios por los que se logra armonizar esas categorías, que criterios y de qué modo se realiza.

Aspectos metodológicos

Los datos analizados pertenecen a mi tesis de Doctorado y fueron realizados durante el año 2015. Los testimonios expuestos son resultado de 15 entrevistas en profundidad realizadas entre octubre y diciembre de 2015 a empleadas y empleadoras del servicio doméstico tanto en la ciudad capital de Santiago del Estero como en la ciudad de La Banda. Las entrevistas fueron realizadas en torno a grandes ejes temáticos como “experiencias en el servicio doméstico”, “informalidad y precariedad laboral” y “trayectorias laborales”.

Se optó por la técnica de la entrevista en profundidad por su flexibilidad y capacidad de captar las percepciones subjetivas de los sujetos indagados. Estas características hacen única la manera en que ésta va a proporcionarnos información de primera mano acerca de las formas de pensar y sentir la realidad social.

El tipo de entrevista en profundidad que se utiliza es el de historia de vida o entrevista biográfica, en la cual el investigador trata de aprehender las experiencias destacadas de la vida de una persona y las definiciones que esa persona aplica a tales experiencias. La historia de vida presenta la visión de su vida que tiene la persona, en sus propias palabras (Taylor y Bogdan, 1987). En este sentido, la entrevista se convierte en la herramienta necesaria para ahondar en aquellas experiencias (en este caso laborales) en palabras de los propios protagonistas y siempre orientadas hacia las cuestiones de interés del investigador.

42 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

Las dimensiones que se tomarán en cuenta para el análisis serán los tipos de inserción en la actividad, modos de determinación de los salarios, percepciones y valoraciones de las empleadoras sobre la actividad, criterios de selección y asignación de las tareas.

Se tomaron casos de empleadas y empleadoras en el área urbana de Santiago del Estero (Capital y Banda) a partir del muestreo por Redes o Bola de Nieve, distribuidas (en el caso de las empleadas) de acuerdo a: lugares de origen, nivel educativo, ingresos, categorías o modalidades de inserción y tipos de tareas. Una vez seleccionada y contactada la primera informante se pidió que nos contactara con nuestra próxima entrevistada y así de forma sucesiva. En el caso de las empleadoras, tres de ellas son empleadoras de las trabajadoras entrevistadas y las restantes son parientes o amigas de las primeras.

Las edades de las empleadas entrevistadas oscilan entre los 22 y los 55 años de edad, las empleadas en el modo de inserción “con retiro” son oriundas del conglomerado, mientras que las empleadas “sin retiro” provienen de distintos puntos del interior de Santiago del Estero. Las tareas de las mismas giran en torno al trabajo de cuidado (ya sea niñeras o damas de compañía de adultos mayores), limpieza, y una ama de llaves.

En cuanto a las empleadoras, las edades van desde los 32 hasta los 69 años, todas oriundas del conglomerado Santiago del Estero-La Banda, con trabajos como la docencia universitaria, administrativa universitaria, independiente con emprendimiento audiovisual, abogada y jubilada.

Los casos seleccionados tenían como criterio que las mujeres empleadas al momento de la investigación estén en actividades en la ocupación en alguna de las tareas que la OIT (2011) identifica como propias del sector, es decir, limpieza, cuidado, atención o mantenimiento, en el área geográfica del conglomerado Santiago del EsteroLa Banda.

Acerca de los tipos de inserción y la determinación de los salarios

Los tipos de inserción en la actividad van a hacer referencia a la cantidad horaria que la empleada trabaja, ya sea tiempo completo (más de 35 hs semanales), tiempo parcial (entre 16 y 34 hs) y por horas (menos de 16 hs). Además se incluyen las horas trabajadas y el horario, antigüedad en el empleo y el monte de la remuneración.

Según Pereyra y Tizziani (2014), esta segmentación va a demostrar que el servicio doméstico no es una actividad uniforme y homogénea sino que, por el contrario, en su interior se presentan diversas situaciones que pasaremos a relatar.

En principio se dirá que es muy difícil encontrar empleadas domésticas que tengan una carga horaria mayor a 35 hs semanales ya que, de acuerdo a datos estadísticos sobre el sector, la mayoría de las trabajadoras se encuentran en el rango de entre 16 y 34 hs semanales (Torres, 2014).

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 43

• Juliana es oriunda de la ciudad de La Banda, trabaja de lunes a viernes de 9 a 15 hs para una misma empleadora, desde hace un año, con un total de 30 hs semanales y un salario de $1200 mensuales (incluido el transporte). Es dama de compañía de una persona mayor.

• Yamila, nacida en la ciudad de Santiago del Estero, va de lunes a viernes de 8 a 12 hs a la casa de su tía Ivana desde hace un año y medio, trabajando en total 20 hs semanales, con un sueldo de $1000 que se abonan mensualmente (incluido el transporte). Es niñera • Celina, originaria de la ciudad de Santiago del Estero, trabaja de lunes a viernes de 8 a 13 hs desde hace 15 años para “la doctora” con un total de 25 hs semanales y un salario de $2000 mensuales. Es ama de llaves.

• Graciela, oriunda de la ciudad de la Banda, va de lunes a viernes 8 a 12 hs desde hace un año y medio en el mismo lugar de trabajo con un total de 20 hs semanales y un salario de $2400 por mes (no incluye transporte). Es empleada de limpieza.

• Marisa, nacida en la provincia de Buenos Aires actualmente vive en la ciudad de La Banda, trabaja cuatro veces por semana en dos casas distintas (dos veces por casa), un total de 5 hs por cada sesión de limpieza en cada casa, en un total de 20 hs semanales, cobrando por cada sesión $75 en una (hace más de 23 años que limpia para la misma empleadora) y $150 en otra (incluido el transporte).

• Carla, originaria de Guampacha (Departamento Guasayan en el interior provincial) trabaja cama adentro desde hace 40 años exactamente para el mismo empleador y un salario de $3000 mensuales. Es empleada de limpieza.

• Elida, oriunda de Tío Pozo (Departamento Loreto), es empleada cama adentro desde hace más de 10 años, trabaja para Lucía desde hace dos meses y gana $2500 pesos, además trabaja por horas para dos casas más solo los domingos, por $200 el mediodía en cada casa. Es empleada de limpieza y cuidado de una persona mayor.

• Rita, nacida en la ciudad de La Banda, trabaja como niñera de lunes a viernes 4 hs diarias, un total de 20 hs semanales, desde hace un año por lo cual percibe un salario de $1500 (incluido el transporte).

El tipo de inserción, por lo general, no es elegida por las empleadas, dadas sus grandes necesidades de mantener algún ingreso, y en el caso de las cama adentro además, la falta de un lugar donde hospedarse durante las horas que no trabajarían, por lo tanto queda supeditada a la necesidad-arbitrariedad de las empleadoras, que de acuerdo a la carga horaria de sus propios trabajos, estipulan la carga horaria de las empleadas, así es como en algunos casos, sobre todo cuando se emplean niñeras, el horario de éstas depende indefectiblemente del horario de las empleadoras.

44 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

-…si alguno de los dos no trabajamos, ellas no vienen…el asunto es cuando nosotros vamos a trabajar… (Ivana en alusión a que las niñeras son necesarias únicamente en el horario en que ella o su marido trabajan).

-…el horario es rotativo y se adapta a mi necesidad, ella sabe que de lunes a viernes si o si trabaja, pero hay dos días que viene a la tarde… (Ana) -…depende de la necesidad, yo necesitaba que venga a limpiar una vez por semana nada más, porque somos tres personas adultas las que vivimos, el resto de la semana se repasa… (Pilar)

Además, la variabilidad en los salarios6 también se debe a que los mismos están determinados unilateralmente por las empleadoras, son ellas las que deciden el nivel de remuneración en todos los casos, sin que exista alguna instancia de negociación entre las partes. -…ellos me han dicho cuanto me iban a pagar y yo he aceptado porque nunca he trabajado y no sé cuánto pagan, mis amigas me dicen que es poco pero no se… (Yamila) -…el salario lo fijan ellos (los empleadores), ellos me dicen “estamos pagando tanto”, tenían una tarifa, nunca me han preguntado cuanto cobraba yo o cuanto quería, comencé con $900 y ahora cobro $1200 (Juliana) -…mi sueldo es casi $2400, al principio mi sueldo era $1200 y después me han empezado a aumentar ellos… cuando yo he entrado el trato lo hacían ellos (refiriéndose a que el monto lo determinaban los empleadores), a mí me parecía bien porque me pagaban el transporte… (Graciela) -...me está pagando $75 el día, pero son tantos años que voy ahí que me da cosa pedirle que me aumente (una de las casas donde trabaja), en cambio ayer con la abogada (la otra casa donde trabaja) le digo voy a estar cuatro horas nomas…y me dice bueno marisita ¿está bien que te de 150? Bueno está bien, al final estuve cinco horas… (Marisa) -…cuando vengo hago trato con la señora, ella me pone el sueldo, porque ella me ha explicado el trabajo que había que hacer y yo he aceptado, solo me ha preguntado si me sentía capacitada para hacerlo al trabajo, por el señor, y yo he dicho que si…(Elida) El salario se establece en base a lo que podríamos denominar el “boca a boca” entre empleadoras. Por lo general se consulta a otras personas de sus círculos más íntimos, familia o grupos de amigos o compañeros de trabajo , “¿Cuánto estas pagando?” de esta forma, se constituye una especie de “mesa de diálogo entre pares” o “paritarias sin partes” por fuera de lo que establece la ley y sobre todo sin el conocimiento ni voz de las empleadas.

En efecto, Pilar nos cuenta que:

Durante el periodo en estudio, según la Unión Personal Auxiliar de Casas Particulares, el salario promedio de las empleadas entrevistadas debían ser: Categoría 1: SUPERVISOR/A Coordinación y control de las tareas efectuadas por dos o más personas a su cargo: 40 hs semanales, $5135. Categoría 4: ASISTENCIA Y CUIDADO DE PERSONAS Comprende la asistencia y cuidado no terapéutico de personas, tales como: personas enfermas, con discapacidad, niños/as, adolescentes, adultos mayores: 36 hs semanales, $4654. Categoría 5: PERSONAL PARA TAREAS GENERALES Prestación de tareas de limpieza, lavado, planchado, mantenimiento, elaboración y cocción de comidas y, en general, toda otra tarea típica del hogar: 33 hs Con Retiro, $4186; Sin Retiro: $4654.

Información disponible en: https://www.upacp.org.ar/?page_id=1329

6

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 45

-…por lo general le pregunto a mi sobrina cuánto está pagando, y en base a eso le pago… (Pilar) -...yo les pregunto a mis compañeras del colegio (donde ella trabaja) que por lo general saben cuánto se les paga… (Ivana) -…el salario lo fijo yo, ya tenía más o menos un salario, que me habían avisado a mi mis amigas… (Ana)

Esta manera de establecer los salarios, sin tener en cuenta las demandas de las empleadas, y sin lugar a que éstas puedan explicitarlas, sobre todo acerca de los montos a percibir, es una de las características más sobresalientes y definitorias de la actividad.

Esto implica no solo una desventaja para las empleadas sino que está determinando una situación de dominación por parte de los empleadores, más allá de que según algunas sea difícil encontrar personal dispuesto para realizar el trabajo doméstico debido a los “planes sociales” implementados por el gobierno nacional como la Asignación Universal por Hijo entre otros .

Sin embargo el caso de Celina se presenta como un tanto diferente al resto. Ella ya había trabajado en esta casa hacia 8 años cuando decide renunciar.

-Hace 6 años que trabajo a la mañana nomas, he renunciado a la tarde porque la Mariana (su hija menor) se estaba criando sola, 9 meses he dejado, en el 2007, me he rebelado porque …cuando tu cabeza y tu cuerpo te dicen basta…he estado trabajando en el Híper Libertad (Hipermercado ubicado en las afueras de la ciudad de La Banda)…vuelvo porque me vuelven a buscar ellos, a los tres meses que estaba trabajando en el híper me busca el doctor, pero vuelvo con mis condiciones, no trabajo por la tarde, me pagan lo que quiero…(Celina)

El “me pagan lo que quiero” final hace referencia a que ella vuelve a trabajar únicamente por la mañana con el mismo sueldo que tenía cuando trabajaba doble turno, por lo tanto lo ve como un triunfo por sobre lo impuesto por sus patrones. Por lo que podríamos entender que entre ellos ha existido una especie de negociación indirecta, aunque mediaron otros factores como la confianza, la antigüedad, y el vínculo generado entre empleada y empleadores para que estos últimos llegasen hasta ese punto.

Sobre las percepciones, valoraciones de la actividad y modos de selección

En este apartado vamos a analizar las percepciones que tienen las empleadoras sobre la actividad así como sus criterios y modos de selección.

Coincidimos con Gorbán (2014) en que el análisis de las prácticas y lógicas asociadas a este momento puntual del comienzo de la relación laboral nos permitirá observar, por un lado cuales son las expectativas o lo que las familias esperan al momento de iniciar la contratación de una persona que se ocupe de las tareas domésticas, en cualquiera

46 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

de ellas, y al mismo tiempo los temores que dicha contratación suscita. Por otra parte nos permitirán dar cuenta de las representaciones10 existentes entre quienes contratan (familias de clase media y alta) sobre quiénes pueden ser “cuidadoras” y/o “limpiadoras”.

En este sentido podemos decir que la contratación en un tipo de tarea específico va a diferenciar en la valoración que se tiene del trabajo doméstico en sí. Una empleada contratada en tareas de cuidado de niños o adultos dependientes tiene que demostrar que está capacitada para dicha tarea de forma diferente que las empleadas de limpieza.

Aunque la línea divisoria entre ambos roles es muy fina y constantemente es cruzada por las empleadoras, éstas resaltan la importancia de una u otra actividad.

Al analizar los criterios de selección del personal doméstico vamos a descubrir cómo son clasificadas las personas y en base a qué se realiza esta categorización. En este sentido lo que se busca es aportar sobre el hecho de que existe una jerarquización de clase sobre las personas calificadas para realizar dichas tareas.

En este sentido podemos ver alguna diferencia entre las empleadas contratadas para cuidado de niños y las de limpieza. Es que las madres empleadoras se toman más recaudos a la hora de seleccionar niñeras: -primero que tenga disponibilidad horaria, que me de confianza, no siempre han traído referencias, siempre han sido recomendadas por alguien, en el caso de Yamila, como había terminado la escuela y no estaba haciendo nada el año pasado, yo le he ofrecido que venga a trabajar conmigo, le he ofrecido porque es de la familia, y que mejor que dejar el cuidado de mi hija en alguien de que conozca, y ella encantada, yo le he dicho que le iba a pagar, no le iba a decir que venga gratis por ser mi sobrina, además sabía que ella necesitaba la plata y era de confianza, porque las demás, siempre he tenido algún problema con las demás, ella es muy responsable, nunca ha faltado…

(Ivana) Ana tiene una serie de pautas más rígidas a la hora de seleccionar una niñera, y lo expresa del siguiente modo: -primero si tiene experiencia, segundo si ha sido madre o ha cuidado alguna criatura y después su edad, me condiciona mucho, porque si es muy joven no sé qué tanta experiencia puede llegar a tener, o tanto espíritu de cuidado y de responsabilidad puede llegar a tener, después su aspecto personal, porque si es una persona que se cuida que es limpia, también voy a saber que va a hacer lo mismo con mi hijo, me lleva a pensar eso…otra de las cuestiones que tengo en cuenta es cuando lo ve a mi hijo, si hay algún tipo de conexión…

Ana recuerda el caso de una niñera con la que su hijo no había entablado una buena ¨conexión¨ porque La autora utiliza el concepto de representaciones sociales entendiendo estas como valoraciones que tienen las familias contratantes de personal doméstico sobre los puestos de niñera y personal de limpieza, y sobre todo sobre la “imagen” de ciertos tipos ideales de empleadas de estos dos rubros.

10

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 47

-ella no emitía esa maternidad o esa sensación de que vení que conmigo te vas a sentir bien, yo la veo a la niñera no como que es una empleada más sino que ella cumple el rol que yo no puedo cumplir que es el de atenderlo, de enseñarle, de cuidarlo, de jugar con él, de hacerle cariño, son cosas que yo a él no le puedo dar durante prácticamente todo el día…entonces yo la veo como una segunda mamá entre comillas, y que tiene que hacerlo bien sino no funciona…

La asociación de la niñera a la maternidad es lo que más condiciona en este caso, hasta el extremo de buscar una conexión casi mágica entre el niño y la empleada, esta asociación es quizá el punto de partida de todas las desigualdades de género que se pueden encontrar entre las empleadas del servicio doméstico, y están intensificadas en la figura de la niñera.

Esto es debido a que históricamente se ha asignado a las mujeres las tareas domésticas y de cuidado a partir de la división sexual del trabajo. Este rol maternal se traslada a las actividades laborales remuneradas fuera del propio hogar y se asocian con tareas netamente femeninas.

Además, Luz Arango (2011) nos muestra que dentro del trabajo de cuidado existe una diferenciación entre tareas “nobles” y tareas “sucias”. Las primeras gozan de mayor prestigio o respetabilidad social; dentro de estas actividades están la Salud, la Enseñanza y la Asistencia Social. Mientras tanto en las segundas se encuentran el Aseo, Limpieza y Alimentación (p. 93).

Otro de los factores que entran en juego a la hora de seleccionar niñera es la edad, tal como expone Gorbán (2014) las mujeres menores de 25 años y mayores de 50 no son consideradas, al menos en primera instancia, como buenas candidatas.

-que supere los 25 años, considero que una persona mayor, de 21, ya tiene determinado que quiere para su vida, o que es lo que le gusta y que no, ya debe haber tenido experiencia o con sus sobrinos o con su hijo, que ahora hay muchas chicas jóvenes que ya tienen hijos de por sí, que algunas nacen siendo madres o se van haciendo madres en el camino… (Ana)

En ambos casos, Ivana y Ana, se hace necesaria la contratación de una empleada para el cuidado de sus respectivos hijos, ya que ambos integrantes de las parejas trabajan durante todo el día, entonces la disponibilidad horaria de la niñera juega otro papel preponderante. El hecho de no estar presentes en la casa ninguna de los integrantes de las parejas hace que la niñera supla ese lugar.

Sin embargo la búsqueda y contratación 11 de la niñera recae en las mujeres. Consultadas sobre esto nos dicen.

Entendemos por búsqueda y contratación al hecho de que son las mujeres las encargadas de generar el vínculo, ya sea mediante entrevistas o bien informando si el puesto es suyo.

11

48 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

-yo soy la encargada de buscar, contratar y generar el vínculo con la empleada, siempre escuchando la opinión de mi marido… (Ivana) -la búsqueda la hago yo, porque Andrés no tiene tiempo, y después la entrevista en una primera instancia la hago yo, y después una segunda instancia para determinar si queda o no Andrés…la decisión final la tiene él…

(Ana) -la encargada de buscar empleada soy yo, porque con los ingresos de Toni (Marido) se pagan todos los impuestos incluyendo locales, y yo con mi ingreso pago una empleada doméstica para que me ayude… (Lucía)

Como vemos en los dos primeros casos, es el hombre el que tiene la última palabra, a pesar de que las mujeres son las encargadas de buscar niñera. Esto puede deberse a que el varón es el encargado de garantizar seguridad a la familia, por lo tanto es quien debe confirmar o no el ingreso para las personas ajenas que entren a su casa.

El caso de las empleadas de limpieza es un tanto distinto, los requisitos no son tan altos. Si bien la confianza es un punto de referencia, no es así con la edad o la cortesía en el vínculo hacia los menores.

-muchas veces no hay criterios, resulta de la necesidad de cada una, del momento, esta señora que tengo, ella ha sido una cuestión de necesidades, pero siempre más o menos he tenido en cuenta referencias, que sean chicas honestas, personas honestas… (Pilar) -buscamos que sea honesta, que sepa hacer, por ejemplo no me importa que sepa cocinar, porque yo cocino, pero sí que sepa limpiar… (Lucía)

Las destrezas y habilidades así como la honestidad son criterios básicos para las empleadas de limpieza, de acuerdo a las entrevistadas, éstas deben resolver una necesidad práctica más que emocional como en el caso de las niñeras.

De esta manera podemos observar cómo el tipo de tarea para la que se contrata la empleada va a ir delineando un tipo de jerarquización entre ellas, las empleadas contratadas para el cuidado de niños son más valoradas por el tipo de tarea a realizar, más allá que en la práctica puedan o no mezclarse con las tareas de limpieza. Las empleadas de limpieza en cambio son las menos valorizadas, la respuesta de Pilar condensa con toda la fuerza y la crudeza el sentimiento y la consideración hacia estas empleadas.

-son un mal necesario, como yo digo, pero hay que aceptar...

Al igual que en el trabajo de Gorbán (2014) esta frase condensa un sentimiento que se vincula directamente a la amenaza que la figura de la empleada encarna es por ello que la confianza aparece como el requisito fundamental a la hora de la contratación y por ello el énfasis en la honestidad de la persona.

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 49

-nosotros confiamos todo en Celina, es la única que puede ingresar al estudio en el caso de que no esté mi marido, y además la única que puede limpiar ahí… (Doctora)

Estos empleadores ven en Celina su persona de confianza en la casa, además de la empleada doméstica. Quizá por eso deciden nombrarla su ama de llaves, en principio la persona que tiene permiso de ingresar a todos los lugares de la casa, y en segundo lugar su representante ante cualquier imprevisto profesional que se presente, ya sea el pago de alguna deuda o la recepción de la correspondencia especifica del estudio jurídico.

Y de este modo vuelve a aparecer la jerarquización que se observa entre empleadas, siendo las de limpieza las menos valoradas.

Ahora bien, más allá de que la búsqueda y contratación de las empleadas sea una tarea de las mujeres del hogar, también lo es la asignación de las tareas a realizar.

Esto coincide con la vasta literatura sobre el tema, la cual resalta el hecho de que el empleo doméstico es una relación netamente entre mujeres. Consultadas al respecto encontramos lo siguiente: -yo no le indico, ella lo hace sola, pero cuando yo no tengo tiempo si le digo, Yami haceme tal cosa… (Ivana) -yo le asigno las tareas, yo me encargo de hacer eso aquí en la casa, por lo general cuando ella llega yo le digo, el menú queda a criterio de ella, ella se encarga de mi hijo y de nadie más, las labores de ella son con mi hijo, yo le pido que donde este mi hijo trate de tener un poco ordenado y limpio, el resto de la casa no… (Ana) -yo les asigno las tareas, cuando las contrato les digo yo quiero que hagas esto, así, así, así…a esta señora (su actual empleada) le he dicho que las cosas las haga como yo quiera, a mí me gusta que ellas trabajen tranquilas, que sean responsables de su trabajo… (Pilar) -yo le asigno las tareas a Elida, por lo general dejo una lista donde le digo que es lo que necesito ese día… (Lucía) -las tareas de limpieza y mantenimiento de la casa las asigna Celina12 , ella tiene total libertad para decirle a la empleada que es lo que tiene que hacer durante el día… (Doctora)

En todos los casos son las empleadoras las que asignan las tareas a las empleadas, inclusive al momento de delegar esta responsabilidad, como en el caso de la Doctora, ésta decide delegarla en Celina, quien es la que va a indicar cuáles son las tareas de limpieza a la empleada.

Por lo tanto las mujeres del hogar no solo son responsables de la búsqueda, selección y contratación de otras mujeres como personal de servicio, y con esto la clasificación de aptas o no para dicho trabajo, sino que también la de asignar las tareas

12

Por su puesto de ama de llaves.

50 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

cotidianas. Entonces dentro de su esquema clasificatorio estas mujeres de clase media y alta deben seleccionar de entre mujeres de clases populares, de acuerdo a ciertos criterios, que muchas veces son acelerados por las necesidades, de honestidad, confianza, instinto maternal, etc. para poder encontrar la empleada que pueda ingresar a su hogar, en algunos casos con el consentimiento ultimo del varón.

Sobre los “planes sociales” y estereotipos de genero

Una cuestión que salió a la luz durante las entrevistas fue el de los “planes sociales”. Consultadas algunas empleadoras sobre esta situación, la expresión de repudio a las políticas públicas es una constante para aquellas personas que se ven en la imposibilidad de conseguir trabajadoras, no admitiendo en este sentido, los bajos salarios que ofrecen ni las malas condiciones laborales para llevar a cabo el trabajo.

-…Había una época que tenía una bronca porque decía que no podía conseguir, ¿que nadie quería trabajar, no necesitan? Una deja de trabajar porque ya tenía el plan, y bueno como ya tenía me ha dicho que no lo iba a descuidar al hijo, entonces se ha ido…opino que, que mente pequeña que pensar que con un plan van a poder sobrevivir, me parece una tontera, pero también calculo que no les es grato ir a trabajar a casas de familia, les gustaría tener otro empleo…pero debido a las condiciones donde viven, debido a las instrucciones que tienen saben que no pueden aspirar a otra cosa más que eso, pero entre tener un plan, sin tener otra contraprestación, yo creo que se quedan con el plan y no con ir a trabajar a una casa de familia, eso sí me parece aberrante, que decir me voy a trabajar, voy a hacer algo productivo por lo menos que quedarme en la casa, y quedarme conforme con el plan…por ejemplo tienen la asignación universal, el plan higiene, por ahí entre todos cobran 8000 pesos, entonces yo digo estas hijas de p… por ahí reniego, y digo yo tengo que andar de aquí para allá, y estas tienen más sin hacer nada… (Ivana)

Sin embargo al mismo tiempo el “plan” es una de las razones para no formalizar el empleo de Yamila.

-pero en realidad ella aparte tiene el plan progresar, si ella estuviese blanqueada ella no podría cobrar ese plan, si me ha pasado con la anterior, pero ella tenía la asignación universal, y yo le he planteado de blanquear, pero no ha aceptado porque si no iba a cobrar menos… (Ivana)

De esta manera el “plan” por un lado es un impedimento para encontrar empleadas y por el otro para poder formalizarlas. Al mismo tiempo que se convierte en un atributo de personas poco inteligentes, oportunistas y sin ganas de trabajar.

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 51

-…porque no se consiguen, por los planes que te dan, eso es lo que les facilita una entrada de dinero y para ellos es más que suficiente, no hay una concientización de cumplir un horario, de salir a trabajar o buscar algo..

Sacrificarse un poquito como digo yo, porque si vos recibes una asignación o un plan lo ideal sería que vos trabajes para que en vez de tener 2000 pesos tengas 3500… (Pilar)

Como podemos apreciar en estos dos ejemplos, existe una acusación muy dura sobre aquellas personas que no están dispuestas a trabajar en el servicio doméstico por decisión propia, es como si estas personas no solo no pueden negarse a realizar tareas de servicio sino que además no tienen derecho a no poder o no querer realizar el trabajo que estas otras personas, de una clase media o media alta, no están dispuestos a realizar.

En estos casos se explicita una cierta descalificación hacia las mujeres de escasos recursos por el cobro de un “plan”, recriminando la falta de ambición pero ocultando con ello la imposibilidad de someter a estas personas a los trabajos que no están dispuestas o no pueden realizar ellas mismas.

Hablar de estereotipos de género es poder acercarnos a éstos a través de las actividades laborales que han sido asignadas a las mujeres. Como se dijo anteriormente, las tareas de cuidado (ya sean de limpieza o enseñanza13 ) son actividades que han sido históricamente a ciertas aptitudes inherentes al género femenino.

Por lo tanto, consideramos que es preciso señalar la forma en que estas mujeres empleadoras asocian el trabajo doméstico al género femenino. Podemos decir que la clasificación de las tareas domésticas como netamente femeninas está condicionando el accionar de estas mujeres. En efecto, consultadas las empleadoras sobre si contratarían empleados varones para realizar trabajo doméstico nos contestaron: -no, no contrataría, aparte porque tengo una hija mujer, no tendría confianza, meter un tipo en la casa no, aparte no sé si existen tipos…o sea que hay, hay, pero no sé dónde estarán trabajando, pero pienso que hay detalles que ellos no tendrían en cuenta como nosotras las mujeres… (Ivana) -no sé si contrataría, tendría que verlo, pero no sé por mi hija, ahora te digo que no…las personas gay limpian mejor que las mujeres, son más fieles a los empleadores…eso dicen, no sé… (Pilar) -siempre buscamos hombres para la jardinería y la limpieza de la pileta, pero para las tareas de la casa siempre una mujer, no contrataría un hombre para la limpieza… (Doctora)

13 Como se dijo más arriba, en Santiago del Estero, el 25% de las mujeres en actividad trabaja en el servicio doméstico, siendo esta la que mayor cantidad de mujeres agrupa. En segundo lugar está la enseñanza con un 16,9%.

52 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

Como vemos, la asociación de las tareas domésticas es inherente en las mujeres para estas personas, si bien el hecho de que haya hijas en el hogar es un motivo más que suficiente para ellas, de todas maneras le agregan el componente de genero asociado a la limpieza y el cuidado hacia las mujeres.

La bibliografía especializada nos muestra que tanto el servicio doméstico como la enseñanza son considerados (Zurita, 1997; Ruíz y Zurita, 2002; de Olivera y Ariza, 2000, Arango, 2011) como actividades que han sido asignadas a las mujeres como extensión de los roles de género en el mercado laboral por medio de la división sexual y social del trabajo REFLEXIONES FINALES EN TORNO A LAS DESIGUALDADES CATEGORIALES

A partir de las entrevistas, podemos observar cómo las categorías externas de las que nos habla Tilly (2000), en este caso mujeres y pobres, coinciden con las categorías internas de empleada (subordinada), en el sentido en los que se presentan los modos de clasificación de las personas que son aptas para aspirar al trabajo doméstico remunerado.

Los modos de selección, es decir aquellos criterios visibles como la predisposición horaria, la aceptación de los salarios que están dispuestas a pagar las empleadoras, y hasta cuestiones estéticas y de higiene personal, van a jugar un rol preponderante a la hora de decidir qué persona entra a trabajar en la casa.

De esta forma se van configurando estereotipos de trabajadoras que van a responder a criterios no solo de género o de habilidades y destrezas, sino de sumisión, honestidad, responsabilidad, lealtad, empatía, que las empleadoras van a utilizar como barreras de acceso al empleo. La empleada doméstica al ser mujer y pobre debe aceptar de forma pasiva las condiciones establecidas por estas mujeres de clases media y alta.

Si bien es comprensible que la situación inicial de decidir que una persona ajena a la organización familiar pueda ingresar a la misma conlleva temores e inseguridades, también se hacen visibles formas de categorización y jerarquización social que pueden resultar hasta crueles si tenemos en cuenta que el trabajo por lo general es informal, precario y mal remunerado.

En cierto sentido, podemos hablar de formas de disciplinamiento de las voluntades y de los cuerpos, para poder mantener y reproducir desigualdades sociales y de género que van más allá de la relación laboral en sí. Y que se presentan como practicas recurrentes e inalterables que se transmiten de persona a persona para mantener la dominación sobre una clase y un género.

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 53

Bibliografía Allemandi, C. (2014): Una aproximación al servicio doméstico a partir de las “colocaciones” Documentos para discusión Nº16. Instituto de Desarrollo Económico y Social. Buenos Aires. Ciudad de Buenos Aires (fines del siglo XIX y principios del XX). Buenos Aires.

Arango Gaviria, L. G. (2011). El trabajo de cuidado: ¿servidumbre, profesión o ingeniería emocional?

En Arango, L. G. y Molinier, P. (Comps): El trabajo y la ética del cuidado. (Pp. 91-109) Universidad Nacional de Colombia, La Carreta editores. Medellín.

Canevaro, S. (2014): Afectos, saberes y proximidades en la configuración de la gestión del cuidado de niños en el hogar. Empleadas y empleadoras del servicio doméstico en la Ciudad de Buenos Aires. Revista Trabajo y Sociedad. Nº 22, vol. XVII. Verano 2014. INDES. UNSE. Santiago del Estero.

----------------- (2017): ¿Amigas o patronas?, ¿trabajadoras o como de la familia? Negociaciones en torno a la nueva ley del servicio doméstico en Buenos Aires. En Abramowski, A. y Canevaro, S. (compiladores): Pensar los afectos. Aproximaciones desde las ciencias sociales y humanas. Ediciones UNGS. Buenos Aires.

De Oliveira, O. y Ariza, M. (2000): Trabajo femenino en América Latina: un recuento de los principales enfoques analíticos. En de la Garza Toledo, Enrique: Tratado latinoamericano de sociología del trabajo. Fondo de Cultura Económica. México D.F. Gorbán, D. (2013), El trabajo doméstico se sienta a la mesa: la comida en la configuración de las relaciones entre empleadores y empleadas en la ciudad de Buenos Aires. Estudios Sociales. N° 45.

Enero-Abril. Universidad de los Andes. Bogotá.

----------------- (2014): De niñeras, cuidadoras y empleadas domésticas: una mirada sobre los procesos de selección de trabajadoras del cuidado entre familias de clases medias en la ciudad de Buenos Aires. Documentos para discusión Nº14. Instituto de Desarrollo Económico y Social. Buenos Aires.

----------------- y Tizziani, A. (2014): Inferiorisation and deference: the construction of social hierarchies in the context of paid domestic labour. En Women s Studies International Forum N°46.

Reino Unido.

Groisman, F. y Sconfienza, E. (2012). El servicio doméstico en Argentina: informe de situación 20042012. CONICET-UBA. Buenos Aires.

Lautier, B. (2003): Las empleadas domésticas latinoamericanas y la sociología del trabajo: algunas observaciones acerca del caso brasileño. Revista Mexicana de Sociología. Año 65, N° 4, OctubreDiciembre. México D.F. Lavín, A. (2006): El trabajo doméstico. Decreto-Ley 326/56 Comentado y anotado con jurisprudencia.

Lerner Editorial. Córdoba.

OIT (2011): Trabajo decente para los trabajadores domésticos. Informe IV. Oficina Internacional del Trabajo. Ginebra.

Pereyra, F. (2013): El acceso desigual a los derechos laborales en el servicio doméstico argentino: una aproximación desde la óptica de las empleadoras. Estudios Sociales. N° 45. Enero-Abril. Universidad de los Andes. Bogotá.

Pereyra, F. y Tizziani, A. (2014): Experiencias y condiciones de trabajo diferenciadas en el servicio doméstico. Hacia una caracterización de la segmentación laboral del sector en la ciudad de Buenos Aires. Documentos para discusión Nº15. Instituto de Desarrollo Económico y Social. Buenos Aires.

Pérez, I. (2017): Género y desigualdades en el mercado de trabajo: la desmarcación de los choferes

54 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

particulares del servicio doméstico en la Argentina. Revista Trabajo y Sociedad. Nº 29. Invierno 2017.

INDES. UNSE. Santiago del Estero.

Poblete, L. (2014): Esa vieja dupla: empleo y protecciones sociales… Un análisis de la regulación del empleo doméstico en Argentina. Documentos para discusión Nº16. Instituto de Desarrollo Económico y Social. Buenos Aires.

Ruiz, G. y Zurita, C. (2002): Roles de género en el mercado de trabajo: estrategias de ingresos, identidad laboral y clientelismo. En Revista Trabajo y Sociedad N° 4. UNSE. Santiago del Estero.

Solano D, S. y Flórez Bolívar, R. (2013): Política y Trabajo. Debates sobre las normas jurídicas y las relaciones laborales de servidumbre en el Bolívar Grande (Colombia) en el Siglo XIX. Estudios Sociales. N° 45. Enero-Abril. Universidad de los Andes. Bogotá.

Taylor, S. y Bogdan R. (1987). Introducción a los métodos cualitativos de investigación: La búsqueda de significados. Paidós. Barcelona.

Tilly, Charles (2000): La desigualdad persistente. Manantial. Buenos Aires.

Tizziani, A. y Poblete, L. (2013): Presentación. Revista Estudios Sociales. N° 45. Enero-Abril.

Universidad de los Andes. Bogotá. Colombia.

Torres, L. (2014): El servicio doméstico en Santiago del Estero: Desigualdades sociales, laborales y de género en una sociedad tradicional. VIII Jornadas de Sociología de la UNLP, 3 al 5 de Diciembre de2014, Ensenada, Argentina. En Memoria Académica. Disponible en: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.4528/ev.4528.pdf ------------ (2018): Informalidad y precariedad laboral entre las empleadas del servicio doméstico en Santiago del Estero. En Journal de Ciencias Sociales. N° 10. Revista Científica de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Palermo. Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Zurita, C. (1997): Trabajo, servidumbre y situaciones de género: Algunas acotaciones sobre el servicio doméstico en Santiago del Estero, Argentina. Ponencia presentada en el XX Congreso Internacional

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 55

Trasvasamiento. Doctrina peronista y militancia en el conurbano sur1.

Trasvasamiento. Peronist doctrine and militancy in the southern suburbs of Buenos Aires.

Aarón Attias Basso2 Carolina Casagni3

RESUMEN

¿Qué presencia tiene la doctrina peronista en las representaciones de quienes hoy militan en agrupaciones peronistas del conurbano sur? Esta es la pregunta que orienta el presente trabajo. Al explorar si los principios doctrinarios del justicialismo perduran en el relato de los militantes no partimos de la creencia de que un militante peronista es quien se ajusta a la doctrina —lo que sería un esencialismo dogmático— sino que apuntamos a conocer si existe afinidad entre esta y las representaciones que los actores tienen del peronismo y de la militancia; nos preguntaremos si conocen o desconocen algunos de los textos y conceptos fundamentales de Perón y si estos resultan relevantes para su práctica política.

Con ese fin trabajamos a partir de dos vías. La primera de ellas es explorar la doctrina peronista de Juan Perón, a partir de una selección de textos, identificando líneas centrales. La segunda es la realización de entrevistas que indagan en las representaciones de los militantes peronistas de la zona sur del conurbano bonaerense, en torno al peronismo y en torno a su práctica política. Se entrevistaron militantes de La Cámpora, Movimiento Evita y Kolina, que militan en las localidades de Avellaneda, Lanús, Lomas de Zamora y Almirante Brown.

Palabras clave: Militancia, peronismo, doctrina, representaciones, identidades políticas.

Este escrito ha sido realizado en marco de dos investigaciones. La primera de ellas se titula El don militante: motivaciones y representaciones sobre la militancia de base en el conurbano sur que llevamos a cabo en la UNLa entre 2016 y 2018. La segunda se titula Configuraciones de la tradición peronista en militantes de nuestro tiempo. Símbolos y discursos de militantes en agrupaciones peronistas del conurbano sur, en desarrollo en FLACSO. Quisiéramos agradecer a nuestras colegas Matías Mattalini, Carlos Godoy, María Virginia Quiroga, Soledad García y Pilar Parra.

1

Doctorando en Ciencias Sociales (UBA), Mg. en Sociología y Ciencia Política (FLACSO), Lic. en Ciencia Política (UNRC). Docente investigador adjunto en UNLa. Investigador en FLACSO. Dirección: Acevedo 1551, Banfield, Argentina. Correo electrónico: anaro.satti@gmail.com

2

Estudiante de Relaciones Internacionales y adscripta de investigación de la UNLa. Investigadora en FLACSO. Dirección: Boulogne Sur Mer 251, Longchamps, Argentina. Correo electrónico: carolina.casagni@gmail.com

3

Recibido: 10-08-2018 Aceptado: 12-12-2018

56 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

ABSTRACT What is the presence of Peronist doctrine in the collective representations of those who today are militants of Peronist groups in the Buenos Aires southern suburbs? This is the question that guides this work. When exploring if the Justicialism doctrinal principles persist in the discourse of the militants, we don’t start from the belief that a Peronist militant is the one who conforms to the doctrine - what would be a dogmatic essentialism - but we aim to know if there is an affinity between it and the representations that the actors have of Peronism and militancy; we’ll ask ourselves if they know or don’t know some of the Perón’s writings and fundamental concepts and if these are relevant for his political practice.

With that purpose we work from two paths. The first one is exploring the Peronist doctrine of Juan Perón, from a texts selection, identifying central lines. The second is the realization of interviews that inquire in the representations of the Peronist militants of the south zone of the Buenos Aires suburbs, around Peronism and around their political practices. Militants of La Cámpora, Movimiento Evita and Kolina were interviewed, who work in the towns of Avellaneda, Lanús, Lomas de Zamora and Almirante Brown.

Keywords: Militancy, Peronism, doctrine, collective representations, political identities.

Presentación

El peronismo ha recibido un creciente interés de parte de historiadores, sociólogos y politólogos, especialmente en las últimas tres décadas. No resulta sorprendente en tanto que es el movimiento político que más incidencia ha tenido en la Argentina a lo largo del siglo XX. Ahora, si a fines de la década del noventa parecía haberse convertido en una mera coalición de poder, apartada casi por entero de los principios bajo los cuales Juan Perón fundó el movimiento, los gobiernos kirchneristas lo revitalizaron y lo convirtieron en un actor legítimo. El paso de un gobierno peronista neoliberal, privatizador, excluyente, a un gobierno peronista keynesiano, estatizador y en gran medida inclusivo, se dio en simultáneo a una ola de politización que potenció la participación en todo el espectro político (Vázquez y otros, 2017), lo que se manifestó con particular intensidad en el amplio marco del peronismo. Preguntarse hoy por la identidad peronista resulta particularmente relevante, dado que, sin control sobre el gobierno nacional ni los principales distritos (Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe), reaparece una multiplicidad de actores antes opacada por la hegemonía de una lectura kirchnerista de la tradición peronista.

Este trabajo se enmarca dentro de una línea de estudios que gira en torno a la pregunta por las identidades populares en la Argentina, en la que nos interrogamos acerca del modo en que se configura la tradición peronista en las identidades de los militantes de nuestro tiempo, en particular aquellos que se reconocen peronistas. Las REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 57

páginas que siguen constituyen una indagación exploratoria en torno al conocimiento y la apropiación de la doctrina peronista que existe (o no) entre los militantes del conurbano sur, que se encuentran dentro de agrupaciones peronistas surgidas después de la crisis de 2001.

El concepto de identidades populares que aquí seguimos es el de Aboy Carlés (2012), quien las entiende como aquel tipo de solidaridad política que emerge a partir de cierto proceso de articulación y homogeneización relativa de sectores que, planteándose como negativamente privilegiados en alguna dimensión de la vida comunitaria, constituyen un campo identitario común que se escinde del acatamiento sin más y la naturalización de un orden vigente (p.4)

Antes de avanzar, consideramos necesario mencionar que, al explorar si los principios doctrinarios del justicialismo perduran en el relato de los militantes, no partimos de la creencia de que un militante peronista sea quien se ajusta a la doctrina — lo que sería un esencialismo dogmático— sino que apuntamos a conocer si existe afinidad entre estos contenidos y las representaciones que los actores tienen del peronismo y de la militancia. Nos preguntamos si conocen o desconocen algunos de los textos y conceptos fundamentales de Perón, qué presencia tienen en sus representaciones y si resultan relevantes para su práctica política. El eje de este escrito se encuentra en las representaciones de los militantes acerca de la militancia y del peronismo, en tanto que identidad política de la que se sienten parte, es decir que no analizaremos las prácticas concretas de los militantes sino el modo en el que aparecen representadas en su discurso.

Por su parte, en los últimos años han crecido los estudios en torno a la militancia contemporánea, en particular aquella surgida entre el 2003 y el 2015, apareciendo numerosos libros, papers y presentaciones en congresos. Entre estos es posible citar, a Giménez Béliveau y Carbonelli (2017), quienes describen la identificación de los militantes con el liderazgo del papa Francisco en un contexto de derrota en las elecciones presidenciales; Cura (2014), quien habla del modo en que se transforman los repertorios de acción colectiva de la década del noventa a este tiempo, con particular énfasis en las formas de vinculación con el Estado; Flax (2016), cuyo trabajo se enfoca en la construcción de una narración histórica a partir de la cual los militantes de La Cámpora describen el presente como ruptura; Natalucci (2012), quien detecta el modo en el que es vencida una resistencia de los militantes del Movimiento Evita a considerarse peronistas, mediante la reivindicación de la militancia de los años setenta; Rocca Rivarola (2017), quien analiza la militancia oficialista en el marco de tres momentos de mayor o menor identificación de los gobiernos kirchneristas con el peronismo, pero sin ahondar en los modos en los que los militantes se representan al peronismo; por su parte, 58 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

Vázquez (2014) habla del modo en el que los militantes comprenden su trabajo en la gestión pública como parte de su militancia, dos esferas que desde el sentido común serían claramente diferenciadas; y Vommaro (2014), quien se centra en la relación entre política y juventud, problematizando a esta última mediante un enfoque generacional.

Ahora bien, hay algo que no está del todo presente en las investigaciones actuales, al menos con el énfasis que consideramos que amerita, esto es el análisis del modo en el que los militantes de organizaciones se representan su identidad peronista. Esto tiene como resultado, en términos generales, un análisis de las militancias que incluye a las dimensión de las tradiciones políticas de forma tangencial y no como una dimensión que atraviesa el objeto de estudio, apareciendo el peronismo más como un dato que como una pregunta a indagar y problematizar.

Este escrito propone un análisis más detenido en la identidad peronista, lo que haremos tomando como punto de partida el carácter relacional y contingente de la misma, para lo cual seguiremos los postulados teóricos de lo que se ha dado a llamar el posfundacionalismo (Laclau, 2005; Marchart, 2009). Para esta corriente, las identidades se encuentran siempre “en obra”, dado que toda estabilización (parcial y momentánea) requiere la construcción de un afuera que la haga posible a la vez que impide su clausura.

Así, la identidad no es un destino ni una elección, sino el resultado siempre inestable de una relación de poder que elabora y reelabora fronteras políticas. Este enfoque no solo permite salir del esencialismo sino también concebir identidades que contienen dentro de sí a una diversidad de posiciones, las que sin ser idénticas logran una unidad desde que un contenido particular se convierte en nombre que significa al colectivo.

Ahora bien, adoptando esta mirada según la cual los bordes de una identidad son definidos y redefinidos por las alteridades que construye y por las cuales es construida, estaremos acentuando en la diferencia. Esto tiene el riesgo de ubicar en un lugar quizás excesivamente marginal los contenidos particulares, justamente aquello que intentamos aportar en este escrito. Efectivamente adscribimos a la afirmación según la cual las identidades políticas están atravesadas por una falta, pero no por ello olvidamos que tienen un contenido positivo que no es menos importante.

Antes de terminar esta presentación, quisiéramos resaltar que las representaciones no se traducen en prácticas de manera directa, sino que existe entre estas una relación compleja. Decir que “peronismo” es el nombre que se da una colectividad compuesta de elementos heterogéneos, implica rechazar su interpretación como una entidad dotada de una esencia respecto de la cual uno podría definir una normalidad y sus desviaciones. El peronismo es apropiado por los actores, pero esta es siempre una apropiación estratégica. No podría existir algo llamado peronismo si REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 59

no constituyese un marco de intelección y de afección para quienes se consideran sus integrantes, pero los principios que componen este marco son en parte observados, en parte manipulados y en parte transgredidos por estos, cuya particularidad no queda borrada por ser parte de un colectivo, como tampoco dejan de estar en pugna con otros grupos, dentro y fuera del peronismo. En menos palabras, el nombre orienta la práctica, pero no la determina. Este es todo el sentido de indagar en las representaciones que los militantes tienen acerca del peronismo.

Siendo muy vasto el número de elementos que podríamos englobar dentro de la tradición peronista y muy heterogénea su composición, aquí nos concentraremos en analizar la doctrina peronista como una parte de esa tradición.

Finalmente, antes de avanzar en esta búsqueda de conocer si el “trasvasamiento” se ha producido o no en las organizaciones estudiadas, quisiéramos hacer explícito que la noción de “trasvasamiento generacional” es tomada aquí de un modo un tanto irónico, que nos parece importante dejar en claro. En principio, la metáfora —introducida por el mismo Perón en las décadas del sesenta y setenta— remite a la transmisión de un elemento de un envase a otro, en el que el contenido permanece idéntico a sí mismo. Es una visión ciertamente conservadora, contraria a nuestra perspectiva acerca del modo en el que las tradiciones políticas son reconfiguradas por quienes se enmarcan dentro de las mismas. En segundo lugar, vale recordar que esta noción fue finalmente rescatada de manera predominante por sectores contrarios a la tendencia revolucionaria de la militancia peronista de las décadas del sesenta y setenta; nos referimos puntualmente a la Organización Única del Trasvasamiento Generacional, ligada a Guardia de Hierro, que ponía el acento en el peronismo “originario” y se plegaba a las filas de quienes calificaban a los revolucionarios como una infiltración socialista del justicialismo (Cucchetti, 2008).

Ahora, el modo en el que las militancias peronistas actuales se relacionan con otras experiencias que las antecedieron, sean estas conservadoras o revolucionarias, es materia de otro escrito. Hemos elegido mantener el término porque, siendo nativo del movimiento político que nos ocupa, hace directa referencia a la relación entre contenidos y actores distantes en el tiempo, a la aparición en pleno siglo XXI de contenidos producidos en las décadas del cuarenta y cincuenta que siguen resultando significativos.

Metodología

El recorte metodológico se realizó en dos sentidos: por territorio (Avellaneda, Lanús, Lomas de Zamora y Almirante Brown, localidades de la zona sur del conurbano bonaerense) y por organizaciones (La Cámpora, Movimiento Evita y Kolina). El recorte

60 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

territorial se basa en que son localidades en las cuales existe una presencia activa de las organizaciones seleccionadas, son municipios con una presencia histórica del peronismo en municipios y legislaturas, y esta selección nos permite dar continuidad a esta investigación en otros territorios (para confirmar o rechazar generalizaciones).

En lo que respecta al recorte organizacional, hemos elegido tres agrupaciones consolidadas en el marco de los gobiernos kirchneristas, que se identifican como peronistas aunque cada cual lleve adelante una apropiación distinta de esta tradición política. Estas se asemejan en su apoyo a los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner y en que ocuparon espacios de poder en dichas gestiones. Sin embargo, existen diferencias que vale la pena señalar, tanto en lo que se refiere a los nexos con el Estado como en sus posiciones políticas frente a estos gobiernos (Rocca Rivarola, 2017).

La Cámpora es la agrupación creada por Néstor Kirchner y Cristina Fernández, fue la organización que logró ocupar cargos de mayor jerarquía, tales como el Ministerio de Economía y la Secretaría General de la Presidencia. Sus posicionamientos políticos fueron siempre en apoyo incondicional al gobierno, asumiendo como propias (y de manera acrítica) las acciones y dichos del gobierno como propias. Esto último es compartido por Kolina, también creada desde el Estado, en particular desde la gestión de Alicia Kirchner en el Ministerio de Desarrollo Social. Aunque la agrupación no logró ocupar puestos del mismo nivel que La Cámpora, sí tuvo una presencia de importancia en dicho Ministerio, lo que le permitió un fuerte desarrollo territorial. El Movimiento Evita tuvo una fuerte presencia en cargos dentro del Estado, pero mantuvo una cierta distancia respecto de sus posicionamientos políticos, que se presentaban como más radicalizados que los de La Cámpora y Kolina, en ese sentido es una de las pocas organizaciones que realizaba críticas a los gobiernos de los que formó parte. Mientras las otras dos se centraron en la celebración de lo realizado el Movimiento Evita no dejó de remarcar que “vamos por lo que falta4” . Las tres agrupaciones fueron creadas en distintos momentos, la primera nace en 2007-2008, mientras que Kolina lo hace en 2010 y el Movimiento Evita en 2005.

Por otra parte, si nos concentramos en el grueso de los militantes, es posible también considerarlos como parte de una misma generación (Margulis y Urresti, 2008), es decir como un grupo de sujetos que se sienten parte de un problema, propio de un presente compartido, y de una búsqueda común por superarlo. Es decir que en esta idea de generación, no se está pensado desde la edad biológica, sino desde la experiencia de vivencias históricas, de memorias comunes, que marcan a quienes las integran de maneras que se reconocen similares entre sí.

4 Para un desarrollo de algunas razones que explicarían esta posición más allá de cuestiones estrictamente ideológicas, véase el artículo de Natalucci (2014) en el que se analizan los antecedentes y la trayectoria del Movimiento Evita.

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 61

Consideramos que son tres organizaciones que comparten lo suficiente para ser tomadas como un conjunto, pero a la vez son heterogéneas entre sí, lo que resultará valioso al notar, como se desarrollará más adelante, que más allá de estas diferencias, las conclusiones en torno a la doctrina peronista se sostienen en la tres agrupaciones.

Las entrevistas buscaron indagar en las representaciones de los militantes en torno al peronismo y en torno a su práctica política. Realizamos doce entrevistas semiestructuradas, siete mujeres y cinco hombres cuyas edades oscilaron entre 20 y 40 años de edad. Todos los entrevistados son militantes de base, es decir personas con una militancia mayor a dos años, pero que no ocupan puestos de responsabilidad dentro de las organizaciones que integran. La información fue recabada en unidades básicas de las organizaciones estudiadas, entre los meses de marzo de 2017 y junio de 2018.

Teniendo esto en mente, es una investigación de carácter descriptivo y exploratorio, cuyos hallazgos están restringidos a la muestra realizada, hasta que se expanda el universo estudiado.

Finalmente, en lo referente al tratamiento de los textos de la doctrina peronista, hemos hecho una selección de textos canónicos, es decir, aquellos que apuntan a preservar la identidad del colectivo político, organizando y articulando sentidos y discursos diversos que circulan dentro del mismo. Con ese criterio, hemos tomado los libros Doctrina Peronista (1948), Conducción Política (1952) y La comunidad Organizada (1949), en los que hemos identificado algunas líneas centrales para ver si están presentes en las representaciones de los militantes actuales. Así, no solo buscaremos conocer si están familiarizados con los textos, sino si existe afinidad entre algunos puntos clave de la doctrina y sus representaciones acerca del peronismo y sus prácticas como militantes.

La doctrina peronista

En este apartado llevaremos adelante una breve caracterización de la doctrina peronista, denominación que comprende un conjunto de ideas expresadas en libros y discursos, principalmente de Juan Perón. Estas ideas son enunciadas desde y en nombre de un movimiento político, al cual a la vez le da forma, aportando un marco cognitivo y valorativo para las prácticas de sus integrantes.

Partiendo de la afirmación de que todo pensamiento es situado, que siempre se reflexiona en un contexto espacio-temporal determinado, uno de los factores contextuales que consideramos centrales para comprender estos escritos es aquél relacionado con las relaciones internacionales en la década del cuarenta, que no pierde vigencia hasta el fin

62 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

de la guerra fría. El orden internacional de aquel entonces se encontraba en transición, el mundo pasaba de dos guerras mundiales al inicio de la Guerra Fría entre las dos potencias emergentes de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos y la Unión Soviética, que se posicionan como únicas, universales y autoexcluyentes, contra lo cual Perón propone la “tercera posición”. Así, la doctrina peronista se desarrollará desde una realidad periférica, con el objetivo primordial de hacer de la Argentina un actor independiente en el sistema internacional.

En general, la “tercera posición” suele utilizarse para dar cuenta de este posicionamiento respecto a las visiones hegemónicas del ordenamiento mundial, pero no debe olvidarse que el mismo se fundamenta en premisas —filosóficas, políticas y económicas— que buscan mantener al movimiento peronista a distancia tanto del individualismo capitalista como del colectivismo marxista; lo social y lo internacional no son aquí instancias disociadas (Poratti, 2007). Es así que la “tercera posición” constituye un eje central de su concepto de la “comunidad organizada”, es decir la búsqueda de establecer un equilibrio entre capitalismo y comunismo, entendiendo que la relación del individuo con la comunidad es fundamental para su realización plena. En la mirada de Perón, el sujeto y la comunidad debían conformar una relación complementaria, donde el primero trabajase por el bien de la segunda, y la realización de la comunidad se diera de la mano de la realización de sus miembros (Williams, 2015). Ahora bien, esto último solo sería posible mediante la organización de la sociedad, tarea que estaba en manos del Estado, por un lado, y las “organizaciones libres del pueblo5” , por el otro.

Uno de los objetivos de la doctrina peronista era establecer una firme conciencia social en los sujetos, de modo que no se entendiesen aislados de su contexto y los otros, sino como una parte fundamental del mismo. De acuerdo con Perón (2014) “la sociedad y el hombre se enfrentan con la crisis de valores más profunda acaso de cuantas su evolución ha registrado” (p.7), ante lo cual debía volver a encontrar la armonía entre el bienestar material y los valores espirituales (Bolívar, 2008, p.99).

De acuerdo con Perón era necesario brindar un cierto bienestar económico a los trabajadores argentinos, asegurar el cumplimiento de las necesidades básicas para el desarrollo de una vida digna, para luego poder inculcarles valores morales; expresa que Es difícil poder levantar la moral de un pueblo que se encuentra menesteroso o necesitado. Primero es necesario dar suficiente pan al cuerpo para después dar el pan necesario al espíritu. (Perón, 2014, p.20).

5 Bajo este concepto Perón engloba a lo que en otros contextos se llamó organizaciones intermedias y hoy nombraríamos organizaciones de la sociedad civil, tales como sindicatos, partidos políticos, cooperativas, fundaciones, vecinales, etc.

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 63

Ahora bien, una formación moral sería fundamental para darle sustento al proyecto nacional que deseaba alcanzar el peronismo, así como la perdurabilidad en el tiempo del mismo.

Por otro lado, Perón entendía que la conformación de una identidad cultural y de una conciencia nacional era fundamental para que fueran comprendidos tanto las acciones que estaba llevando a cabo el gobierno, como los problemas y las resistencias en su ejecución y desarrollo. Eva Duarte de Perón expresaba que “no hay amor sin sacrificio, pero nadie se sacrifica por algo que no quiera y nadie quiere algo que no conoce” (Duarte de Perón, 1951, p.26). Así, algunos de los principales motores que impulsaban la creación de la doctrina eran proporcionar una narración que volviese inteligible el presente de la Patria mediante un pensamiento político propio, como así también una teoría y un aprendizaje sobre la práctica que las futuras generaciones pudiesen heredar.

Este saber que contiene la doctrina sería un aporte para que el pueblo defendiera sus intereses.

La doctrina peronista se define como humanista, comprendiendo al ser humano como “el sujeto de la vida toda, de nuestras preocupaciones y nuestros desvelos” (Perón, 1949, p.26). Ahora bien, este ser humano está lejos de ser el individuo maximizador de intereses del que nos habla el liberalismo económico, al menos en sus versiones menos elaboradas. Para el sujeto que apunta a construir la doctrina, es fundamental la participación política como un modo de pertenencia a una comunidad, ya que, la comunidad depende del desarrollo de la solidaridad de quienes la componen (Bolívar, 2008).

Como ya se apuntó, para Perón no habrá contradicción entre el individuo y la sociedad; el sujeto encontrará la “plena realización del ´yo´, el cumplimento de sus fines más sustantivos, (...) en el bien general” (Perón, 2006a, p.30), es decir dentro de aquella comunidad de la que es parte y para la cual debe trabajar. Ahora bien, esta realización colectiva no suprime la individualidad, sino que la requiere, es por ello que Perón argumentará que “a este sentido de comunidad se llega desde abajo, no desde arriba; se alcanza por el equilibrio, no por la imposición” (Perón, 2006a, p.29). Perón no pensaba sólo en términos de Estado sino que lo hacía en términos de comunidad, la que encerraba una dialéctica sujeto-sociedad, donde esta última, para que fuese justa, requería sujetos morales y una sociedad que retribuyese esa acción moral mediante un orden social justo (Bolívar, 2008, p.100).

64 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

Otro de los principios fundamentales de la doctrina serán las “tres banderas”, es decir la tríada valorativa compuesta por la justicia social, la soberanía política y la independencia económica. Estas podrán ser definidas como principios a la vez que objetivos que se desean concretar al llevar la doctrina a la acción. El fin último será la obtención de la libertad, mediante la cual —utilizando un lenguaje propio del peronismo— el pueblo encontrará su felicidad y la nación su grandeza.

Perón dirá que no puede entenderse este triángulo doctrinario por separado, ni tampoco existir uno sin los otros. La soberanía política es un legado heredado de las luchas independentistas y continuado por lo que denominará como “línea nacional”, integrada por Rosas, Yrigoyen y el mismo Perón; una conquista a defender. Sin embargo Perón dirá que aquella no podrá brindar sus frutos al pueblo si no se lleva a cabo una segunda independencia: la económica. Desde luego que la justicia social no puede producirse sin un aparato económico que la sustente, pero esto no quita que sea deber de todo buen gobierno el hacer posible que su pueblo viva una vida “más digna, más justa, más humana y más cristiana” (Perón, 2014, p.101). Como ya dijimos, esta base material sería el sustento que les “permitiera hablar del espíritu y de los valores morales” (Perón, 2014, p. 97). Así, el Estado debía ser el “custodio de la justicia social” (Perón, 2014, p. 98) actuando como mediador entre el capital y los trabajadores para establecer una justa distribución de la riqueza; solo entonces sería posible una “convivencia armónica de la ciudadanía nacional” (Perón, 2014, p.98).

Este proyecto nacional sería guiado antes que cualquier otra cosa, por un marcado sentido de la justicia social (Perón, 2014, p.99), a lo que Perón opone “la tiranía que significa la dirección de los negocios, la organización a favor de grupos particulares, la alianza interesada de las máquinas políticas, la explotación del pueblo” (p.99-100).

Aquí el interés particular basado en la propiedad privada o la pertenencia a círculos sociales dominantes se contrapone al gobierno democrático orientado por los intereses de las mayorías trabajadoras de la Argentina.

Resulta de importancia hacer notar la constante apelación a los valores, la fuerte impronta moral que caracteriza a la doctrina peronista. Así, Eva Duarte de Perón se aleja de cualquier materialismo al expresar que el “movimiento es eminentemente espiritual porque se basa en la moral y exalta los valores morales del individuo y está por sobre la materia” (Duarte de Perón, 1951, p.33). La doctrina comprende dentro de sus tareas la necesidad de inculcar una ética en el pueblo trabajador argentino, imprescindible para el desarrollo de una “patria libre, justa y soberana”. Perón expresaba que “el grado ético alcanzado por un pueblo imprime rumbo al progreso, crea el orden y asegura el uso feliz

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 65

de la libertad” (Perón, 2006a, p. 17) Así, sólo mediante la guía de la razón es posible la libertad, una idea con una fuerte impronta moderna y racionalista. La solidaridad aparece como una concepción del interés colectivo como complementario del interés individual, siendo la unidad nacional una consecuencia de esta lógica en tanto que considera que existe un interés nacional que es posible realizar equilibradamente en todos los sectores de la comunidad organizada.

Ahora bien, esta solidaridad será uno de los resultados de la trasmisión de la doctrina. En un lenguaje que no dudaríamos en calificar de durkhemiano, Perón afirma en Conducción Política que:

Cuando todos los hombres piensan de una misma manera y sienten de un mismo modo, la solidaridad viene sola. Viene esa solidaridad que se consubstancia con la vida misma de los hombres; esa conciencia colectiva, esa conciencia social por la que nosotros luchamos para que todos metan dentro de la bolsa y nadie se avive de querer sacar de la bolsa, pues lo que está dentro de ella se reparte entre todos. (Perón 2006b, p. 223)

Queda expuesta la misión cohesionadora que tiene la doctrina como herramienta de formación política, así como el carácter performativo de la palabra cuando trabaja para que la realidad sea pensada por todos “de la misma manera”. Sin embargo, todo esto no implica que la palabra de Perón sea una palabra definitiva. Su pensamiento es antes que nada el de un estadista y un conductor político, se caracteriza por ser estratégico, orientado hacia el futuro. En este sentido la doctrina no es considerada un corpus teórico inmodificable sino que requiere de una permanente actualización que mantenga su vigencia. Así el líder justicialista establecerá que la doctrina debe ser también elástica. Las doctrinas políticas no pueden ser eternas, aunque sean eternos los principios que las sustentan. Pero, dentro de la doctrina, además de los grandes principios están contenidas muchas cuestiones de forma que obedecen a las condiciones de tiempo y espacio. La doctrina debe ser actualizada (Perón, 2006b, p.55).

La doctrina, incluso con toda la importancia que se le asigna al ser palabra del conductor de un movimiento que se considera a sí mismo en tal manera trascendente, no es concebida como una obra concluida, sino una obra interminable (como la nación misma), ya que debe ser continuada y reformada por cada generación de argentinos peronistas que tendrán en sus manos, como herencia y responsabilidad, estos “principios eternos”.

66 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

En el Congreso General Peronista de 1947 Perón afirmaba que: ese movimiento que nosotros representamos, que ahora está detrás de un hombre, ha de transformarse paulatinamente para colocarse detrás de una doctrina y detrás de un ideal. De esta manera le habremos dado el sentido de perennidad necesario. Los hombres pasan pero las naciones suelen ser eternas. Es necesario que organicemos a nuestro movimiento con principios y con doctrinas perfectamente establecidas que den a éste la materialización orgánica que él necesita. (Citado en Bolívar, 2008, p.108).

Resulta clara la tarea mayúscula que tenía en su mirada la creación, el desarrollo y la difusión de la doctrina, no solo para el peronismo como movimiento, sino para la patria y la nación argentina. Era necesario pasar de un movimiento personalista a un movimiento que trabaje por la creación de un horizonte común, basado en ideales “perfectamente establecidos”, que trascendiera la vida de sus dirigentes.

Finalmente, podemos establecer que Perón entendía que la construcción de un pensamiento político-estratégico sembraría las bases de un cambio cultural en la sociedad argentina, insertándose dentro de las identidades políticas de los ciudadanos, fundiéndose con la misma argentinidad, marcando un antes y un después en la forma de entender la política argentina. Es por ello que éste expresaba:

Esa revolución que se viene cumpliendo en todos los pueblos de la tierra y que marcará una etapa en la historia, es la que nosotros tratamos de llevar adelante con nuestras conquistas sociales, que constituyen, no una época, en la historia de la Nación, sino un cambio tan trascendental, que afirmamos no podrá ser borrado en adelante por ninguna fuerza de este país (Perón, 2014, p.19).

El golpe de Estado de Aramburu intentará arrasar con la doctrina, junto con toda memoria del peronismo, mediante el decreto 4.161 de 1956 que prohibía “imágenes, símbolos, signos, expresiones significativas, doctrinas, artículos y obras artísticas” así como los nombres de Perón y Evita.

Representaciones militantes

En este apartado expondremos de manera resumida los resultados obtenidos en torno a las representaciones de los militantes en torno a la identidad peronista y su práctica militante.

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 67

Representaciones de militantes sobre el peronismo

Ante las siguientes preguntas, “¿Qué es el peronismo para vos? ¿Qué significa para vos ser peronista?”, lo primero que aparece a la vista en las respuestas de los militantes es una cierta heterogeneidad en el contenido y la forma de las respuestas, lo que indica que son personales y no expresiones repetitivas de una línea homogénea de las conducciones de las organizaciones. Sin embargo identificamos una serie de elementos comunes que mencionaremos a continuación.

1. El peronismo es obra de gobierno transformadora.

La respuesta más frecuente (50% de los entrevistados) describe al peronismo como un conjunto de transformaciones llevadas a cabo por Perón. Se refieren tanto a derechos básicos, como los derechos a la salud y la educación, como a conquistas puntuales, como el voto femenino, las vacaciones pagas y el aguinaldo. En uno y en otro caso, la conclusión es que lo que se hizo fue “todo a favor del pueblo”. Otros lo expresan más vagamente como igualdad, dignidad, inclusión, es decir que señalan lo que consideran principios rectores de los gobiernos de Juan Perón, que en su visión tuvieron como consecuencia directa una transformación del país (“para siempre”) mejorando las condiciones de vida de la mayoría. Es decir que el peronismo aparece como “una herramienta de transformación de la vida de la gente”, “lo que realmente cambió la historia”.

En esta mirada el peronismo es antes que nada un recuerdo de inclusión social, mejora de la calidad de vida y dignificación del trabajo, pero es un recuerdo que marca el inicio claro de una tradición, aunque también se reconozcan antecedentes o inspiraciones de luchas pasadas como la de Rosas y la de Yrigoyen. Emparentado con esta lectura están quienes afirman que ser peronista es ser parte de un movimiento que retoma “el espíritu de los libertadores” (quienes llevaron a cabo las guerras por la liberación de la Corona Española) reconociendo y movilizando a sectores subalternos, incorporándolos a la vida política argentina. Al respecto de la distancia en el tiempo, encontramos en varias entrevistas un reparo antes de opinar basado en el hecho de “no haberlo vivido”, consideramos que debe ser leída como un gesto de distanciamiento respetuoso, que denota una cierta dificultad para adoptar al peronismo de manera “natural”, como se incorpora la pertenencia a la identidad nacional, aunque no sepa quiénes hayan combatido en la batalla de Pavón. Distinta resulta la adopción de la obra de los gobiernos kirchneristas, respecto de la cual no solo se sienten identificados sino más bien partícipes activos. En torno a este punto resulta particularmente relevante la cuestión generacional que mencionamos anteriormente.

68 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

2. El peronismo es una forma de vida ética.

Un 40% de los militantes entiende que ser peronista implica, en principio, una manera ética de conducirse en la vida. Veamos como ejemplo la respuesta de una militante de La Cámpora de Almirante Brown:

Implica que quizás en alguna circunstancia me interese... vas por la calle y una señora se lastima. Obviamente yo voy a ir y la voy a ayudar y voy a estar ahí hasta que alguien me venga a socorrer. Y otro pasa por al lado y chau.

Se expresa en el mismo sentido un militante de Kolina de Lanús: “El peronismo implica pensar en el otro, no tanto en uno”. El peronismo aparece como un conjunto de valores que orientan al sujeto en sus acciones, los mismos que lo orientan hacia la militancia. De manera menos precisa, pero en la misma línea de conducta personal, aparece como característica común a los peronistas compartir “una manera de interpretar el mundo, una manera de vincularse con los otros”, “una forma de ser, una forma de vida (...) es cómo concibe uno el tipo de país que quiere, el tipo de sociedad a la que aspira.”

Ser peronista, en esta mirada, implica un modo de orientación —intelectual, valorativa y afectiva— de las conductas individuales; aparece una noción de deber moral y de un ideal de conducta que debería observar todo aquel que se considera a sí mismo peronista. En nuestro caso particular, implica una predisposición al socorro del prójimo, un interés hacia las necesidades del otro, una forma de solidaridad impersonal guiada por una idea de justicia.

Resulta claro que estas dos primeras acepciones del peronismo no están desconectadas, sino que se distinguen por su dimensión. Una está más centrada en el gobierno y otra en la vida cotidiana y la militancia territorial, pero todas están orientadas por los mismos valores. Como sintetiza un militante de Kolina de Avellaneda, al afirmar que ser peronista:

Es igualar las oportunidades que uno tuvo hacia el otro. Es empatar. Yo quiero empatar mi realidad con la del de al lado. Justicia social. Esa para mí tiene que ser la máxima de un peronista siempre. El que se corre de ahí no es peronista.

Es interesante el uso del verbo “empatar”, ya que implica la existencia de individualidades diferenciadas, pero que apuntan en sentido contrario, hacia una desdiferenciación en lo que hace a las condiciones de vida; otra forma de nombrar la “justicia social” tan cara al peronismo.

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 69

Ahora bien, hasta aquí el peronismo es definido como un conjunto de acciones coherentes con valores relacionados a la justicia, pero aún no aparece ninguna referencia a la doctrina.

3. Peronismo y doctrina, las tres banderas.

Ninguno de los entrevistados define al peronismo como una doctrina que contiene los principios de este movimiento político. Cuando se le pregunta a los militantes por el concepto, central en la doctrina peronista, de “comunidad organizada”, ninguno de los entrevistados se encuentra familiarizado con el mismo.

Recordemos con Poratti (2007) que Perón consideraba que los tres textos fundamentales para el peronismo eran La Comunidad Organizada, Conducción Política y Doctrina Peronista (p.75), por lo que la falta de incorporación del concepto de comunidad organizada resulta todo un indicador del carácter periférico de la doctrina peronista para quienes militan en estas organizaciones. En las entrevistas los militantes no citan ni hacen referencia a estos (ni a otros) libros de Perón, a pesar de que reiteradamente el mismo Perón se haya referido a la doctrina como una necesidad del movimiento y de la Patria.

Vale recordar que ya en mayo de 1971 la revista Antropología 3er mundo6 afirmaba que la palabra de Perón era “lo que menos se conoce por parte de la juventud que, masivamente, irrumpe en el peronismo”, por lo que dedicó un número entero a la publicación de fragmentos de libros y discursos del líder entonces exiliado. Si damos por válida la afirmación de aquellos editores, podemos afirmar que el divorcio entre la doctrina y la militancia peronista de base no es una cuestión nueva7 .

Ahora bien, lo que sí aparece en un número considerable de entrevistas (30%) son las tres banderas del peronismo, así como el objetivo de “una patria justa, libre y soberana”, dos construcciones que funcionan casi como sinónimos. Esta es la mayor presencia de la palabra de Perón —expresada numerosas veces en su doctrina— en la voz de los militantes. Es interesante notar que este es un horizonte que aparece en la década del cuarenta, luego se reitera como consigna en la década del sesenta y del setenta y sigue teniendo actualidad para ordenar la comprensión del mundo y la práctica política de los militantes.

Revista de orientación peronista dedicada a la difusión del pensamiento político, editada por la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires entre 1968 y 1973.

Sería interesante conocer cuál ha sido la recepción de los escritos de Perón espacios sindicales, dado desde allí se ha trabajado por preservar el patrimonio del movimiento peronista y fomentar espacios que —con más o menos éxito— difunden las obras de pensamiento peronista.

6

7

70 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

Así, podemos concluir de manera preliminar en que, para los militantes de las agrupaciones estudiadas, la obra de Perón no resulta indispensable para la militancia, ni aparece como una característica que defina al peronismo más que de manera secundaria.

Los militantes se consideran peronistas al identificarse con una obra de gobierno que es la expresión en el terreno de las políticas públicas de un ideario común orientado hacia la inclusión y la justicia social, o con un modo de relacionarse con el otro. La palabra de Perón aparece en el discurso de los militantes con mayor fuerza en la forma de los eslóganes que resumen el horizonte del peronismo, las tres banderas.

Por otro lado, aunque no sea lo que aquí nos convoca, esta no es la única ausencia que podemos señalar. Solo a modo de mención, observamos que tampoco aparecen referencias al carácter plebeyo del peronismo, esa fuerza que impugna las diferencias que mantienen en su lugar subordinado a los “cabecita negra” (Ostiguy, 1997), como tampoco las hay a la tradición cristiana (y en gran medida, católica) del movimiento fundado por Perón (Mallimaci y otros, 2006).

Representaciones de militantes sobre la militancia

Para conocer el modo en el que los militantes comprenden sus prácticas y así indagar de manera más extensa en la dimensión valorativa de la militancia, se pidió a los entrevistados que definan su práctica política y que relaten sus motivaciones.

1. Valorización de lo colectivo sobre lo individual

La respuesta más común en los entrevistados (60%), relacionada al trabajo de reconstitución del tejido social y la construcción de organización popular, es la valorización de lo colectivo por encima de lo individual, varias veces sintetizada en la frase de Cristina Fernández de Kirchner, “la patria es el otro8” .

Definiría a la militancia, como lo dijo Cristina muchas veces, con “la patria es el otro”. El lugar del militante es junto al pueblo. Un militante no puede estar —por lo menos un militante nacional y popular— del lado de los poderosos, ni de las oligarquías ni del empresariado. Creo que la militancia es salir a la realidad del otro, ponerse en el lugar del otro. Y además tenemos que entender que la militancia —eso es una discusión eterna que tengo— siempre tiene que discutir poder. (Militante de La Cámpora en Lanús)

Aquí el “otro” es quien vive una “realidad otra” respecto de la de los militantes, es un sujeto percibido como vulnerable, necesitado, es víctima del costado vergonzante de la sociedad de consumo, paradójicamente esa que en gran medida potenciaron las 8 “La patria es el otro” fue un importante leitmotiv en los discursos de la segunda presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, muchas veces utilizado en referencia a la militancia como acción solidaria

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 71

políticas de los gobiernos kirchneristas. En algunos casos esta valorización de lo colectivo se convierte en una verdadera preeminencia de lo colectivo sobre lo individual, al vivirse como un gran desgaste personal, como nos cuenta un militante del Movimiento Evita de Lomas de Zamora, para quien la militancia es una actividad “sin descanso, las 24 horas, estar todos los días a disposición de cualquier compañero al que le pase algo, de cualquier compañero.” Más adelante, el mismo militante afirma la diferencia entre alguien que no milita y él, en referencia a la predisposición a hacer suyos los problemas del otro:

Yo tengo amigos afuera de la militancia que no comparten muchas cosas que hago, dicen “¿qué te preocupás vos si el pibe se está cagando de hambre?”.

Y a mí no sólo me preocupa, sino que me duele, me quedo durmiendo a la noche pensando qué ese pibe va a comer mañana, porque al otro día me quiero levantar a ir a buscar algo para llevárselo. Y más allá de que nos digan lo que nos digan, yo sé lo que soy personalmente, lo estoy puntuando, y eso es ser militante, es estar siempre para el que menos tiene.

Es decir que aparece una noción de sacrificio y amor a la patria, de rechazo de la primacía absoluta del interés individual, quien concibe como una obligación moral la sensibilidad hacia las situaciones de los menos favorecidos y su socorro, todos elementos directamente ligados a los valores que se proponen en la doctrina.

Una importante motivación, que se encuentra relacionada con esta valorización de lo colectivo, es el afecto, tanto a los vecinos de los barrios en los que militan como hacia los propios compañeros de militancia. Respecto de los primeros, es elocuente el testimonio de una militante de La Cámpora de Almirante Brown: “lo que me motiva es que los chicos cada vez que llegamos nos abrazan, y eso se siente. Nos necesitan, y a la vez nosotros necesitamos de ellos para seguir creyendo en esto”. En relación hacia los compañeros, aparecen referencias al sentido de pertenencia, la creación de lazos de amistad y compañerismo que las organizaciones aportan a sus miembros.

2. La transformación

En segundo lugar, en un 40% de las entrevistas encontramos una interpretación de la militancia (y la política en general) como transformación. En estos testimonios los militantes nos relatan cómo han logrado que vecinos jóvenes se alejen del consumo de sustancias nocivas, acercándolos al estudio secundario o incluso universitario, conseguido recursos para necesidades concretas del barrio, haciendo de este, “un mundo mejor para los hijos”.

72 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

Esto se encuentra en línea con otra motivación de los militantes, a saber la sensación de tener la capacidad concreta de transformar la realidad de los barrios en los que militan. Asimismo, esta motivación va unida del recuerdo del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, en el que las políticas públicas habrían mejorado de manera tangible la realidad de los sectores marginales. En suma, así como la obra efectiva de los gobiernos peronistas es un elemento distintivo, la acción territorial de los militantes aparece como un elemento clave de la militancia. Aquí vale recordar la fuerte orientación a la acción que tiene la doctrina, en la que los valores no son nada si no son puestos en práctica, en la que la pertenencia a una comunidad nacional debe ir unida a su construcción.

Aquí vemos una interpretación de la acción política claramente orientada hacia el poder, entendido como la capacidad de incidir en la realidad. Pero este poder no constituye un fin en sí mismo, sino que está orientado a moldear el mundo de acuerdo con ciertos valores. En este punto, es particularmente motivadora la figura de Néstor Kirchner como fuerza movilizadora, a quien se le asignan características fundantes para esta generación de militantes.

3. La injusticia

En tercer lugar, en el discurso de un 30% de los entrevistados, la militancia aparece como una (re)acción ante las injusticias, una militante de La Cámpora de Avellaneda responde con claridad que “el objetivo de la militancia y de la política [es] atacar las injusticias, generar un mundo más justo”. Aquí, “la injusticia”, esto es, la percepción de una realidad vivida como injusta, es una de las principales motivaciones de los militantes.

Este diagnóstico de la realidad no se traduce despolitización en verbal indignación, sino por el contrario, se ve acompañado de un llamado a la acción en primera persona.

Adelantando conclusiones, hay aquí una clara continuidad con el primer peronismo, que constituyó su discurso y su obra de gobierno con la idea de justicia social como eje.

Finalmente, más allá de estos tres grandes elementos, y teniendo presente que “cualquier totalidad social es resultado de una articulación indisociable entre la dimensión de significación y la dimensión afectiva” (Laclau, 2005, p.143), no quisiéramos dejar de señalar en el discurso de los militantes la presencia de expresiones relacionadas con el cuerpo. Relatan el dolor que les genera la injusticia, el hecho de militar de corazón, de hacerlo poniendo huevo (o garra), de encontrar sentido a la militancia en el abrazo recibido al llegar a los barrios. Marcamos esto porque este trabajo se centra en la doctrina, lo que forma parte de lo que podemos llamar una dimensión intelectual del peronismo y la política, pero en los discursos el cuerpo y los afectos se atraviesan como parte constitutiva de su práctica política.

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 73

Tanto en la preeminencia de lo colectivo sobre lo individual como en la lucha contra la injusticia, dos elementos centrales de la doctrina peronista, los militantes entienden su práctica como un compromiso, como un deber, un lugar en el que “no se podría no estar”. A la par, también la definen como un orgullo, una pasión, una vocación, es decir una actividad gratificante por estar llevando adelante aquello que consideran necesario, moralmente correcto. Esto no solo los proyecta más allá de su individualidad, sino que tiene una dimensión de trascendencia generacional, pues comprenden que la suya es una labor por el futuro del país.

CONCLUSIONES

A primera vista, en referencia a la relación entre la doctrina peronista y las representaciones de los militantes, uno podría observar una desconexión entre los escritos de Perón y los discursos militantes, en tanto que estos no apelan directamente a los textos para fundamentar su práctica ni su comprensión del movimiento del que se sienten parte. Ahora, aunque los textos de Perón no aparecen explícitamente, sí se reconoce en el discurso de los militantes muchos contenidos centrales de la doctrina peronista. En este sentido puede afirmarse que, en el caso de las organizaciones estudiadas, el “trasvasamiento” se ha producido, aunque con prescindencia de los textos.

Uno de los contenidos más importantes de la tradición peronista, explícitamente enunciados en la doctrina, son las tres banderas del movimiento. Esta tríada se menciona junto al horizonte de una patria “justa, libre y soberana” en los relatos de los militantes cuando hacen referencia al peronismo. Esta identificación nos está hablando de una lectura del mismo como una fuerza política nacionalista y antiimperialista, algo que no es necesariamente compartido por todas las vertientes del movimiento. Esta es la referencia más explícita y más cercana a la letra de Perón que encontramos en la palabra de los militantes.

El segundo elemento presente tanto en la doctrina como en el discurso de los militantes de nuestro tiempo es la justicia social, que constituyen un eje de lo que podríamos llamar una visión peronista de la sociedad. En los discursos de los militantes encontramos que la lucha contra una realidad que se percibe como injusta es una de las principales motivaciones de su acción. Asimismo, al definir al peronismo, la mayoría lo asocia a conquistas puntuales que apuntan a una idea de justicia social, mejorando las condiciones de vida de los sectores postergados de la Argentina de los años cuarenta.

Esta lucha por una sociedad más justa se encuentra relacionada con el tercer elemento, la adscripción al peronismo como una opción política guiada por un imperativo de vida ética en la que el interés colectivo debe conjugarse con el interés individual. Para los

74 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

militantes ser peronista implica el abandono de una mirada individualista, asumiendo el bienestar de los demás como una condición para el propio bienestar, comprendiendo a la política como un modo de llevar adelante un país en el que el desarrollo de unos no se produzca en detrimento de los demás, sino que exista una sinergia entre todos los sectores de la comunidad (organizada). La valoración de lo colectivo sobre lo individual está emparentado con la tercera posición entendida no solo en el plano de las relaciones internacionales sino también en su correlato intranacional; las necesidades del sujeto con las del contexto social aparecen no como contradictorias sino como complementarias.

Finalmente, resulta clara la concepción positiva de la acción política como práctica transformadora. Observamos que para gran parte de los entrevistados el peronismo es una obra de gobierno, orientada a valores, pero en definitiva el resultado de una acción política, organizada desde el Estado que abandona su rol pasivo para regular la economía y el conflicto social a favor de los trabajadores. Asimismo, los militantes asumen su práctica como una tarea que se carga de sentido ante las transformaciones concretas que logran en el país —y concretamente en el territorio en el que trabajan— sea por su acción militante directa o por su función como nexo de gestión local de políticas públicas en el gobierno previo.

Así, estos hallazgos apuntan a concluir que muchos contenidos de la doctrina están presentes en las representaciones de los militantes acerca del peronismo y de la militancia, sin que los mismos hayan sido extraídos de la doctrina luego de un detenido estudio de los textos de Perón. El caso estudiado indica que el peronismo como tradición política se reproduce en el tiempo de maneras diversas, por caminos propios, en diálogo con el contexto histórico en el que se transmite. En este caso los libros son un recurso más entre otros posibles —claramente, no el principal— para guiar la acción política y para la transmisión de la tradición, como puede ser el testimonio, los símbolos o las canciones.

Así, en el caso de las agrupaciones estudiadas no resulta indispensable haber transitado los textos de los fundadores del movimiento para considerarse un militante peronista, aunque sí resulta preciso a los militantes adoptar algunos contenidos de ésta como máximas para su acción, incluso cuando se desconozca que estas máximas se encuentran explícitamente formuladas y desarrolladas en la doctrina. Esto no significa restar valor a la doctrina ni mucho menos desestimar sus lecturas, sino mostrar que los contenidos de esta tradición política no solo están en los libros sino en lugares diversos, y que los mismos se reproducen estratégicamente y circulan por múltiples vías. Contra una mirada racionalista o esencialista que en primer lugar “mandaría a leer” a los jóvenes

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 75

que se incorporan al movimiento, este pequeño estudio nos muestra que, en el caso de las organizaciones estudiadas, la lectura de la doctrina no es un requisito sine qua non para pertenecer al peronismo y militar bajo sus banderas.

Bibliografía Aboy Carlés, G. (2012). De lo popular a lo populista o el incierto devenir de la plebs. Para una crítica del neorromanticismo posfundacional. Ponencia Trabajo preparado para su presentación en el VI Congreso Latinoamericano de Ciencia Política, organizado por la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política (ALACIP).

Bolívar, J. (2008). Estrategia y juegos de dominación. De Marx y Lenin a Perón y Hanna Arendt — Para una crítica del saber político moderno. Buenos Aires: Catálogos.

Cucchetti, H. (2008). Religión y política en Argentina: trayectorias peronistas entre el catolicismo y el nacionalismo, Nuevo Mundo Mundos Nuevos [En línea], consultado el 11 de diciembre de 2018.

URL: http://journals.openedition.org/nuevomundo/3847 Cura, F. (2014). De militar en los barrios a militar en el Estado. Etnografía sobre modalidades de acción política, formación de militancias y compromiso político juvenil en Argentina. Antípoda, revista de antropología y arqueología. (20) 49-71.

Duarte de Perón, E. (1951). Historia del peronismo. Buenos Aires: Biblioteca digital La Baldrich.

Flax, R. (2016). La articulación hegemónica en el discurso de la agrupación La Cámpora. Revista Mexicana de Sociología. 78 (1) 89-118.

Giménez Béliveau, V. y Carbonelli, M. (2017). Militando a Francisco. Territorio, compromisos y orientación institucional del activismo político y religioso en la Argentina contemporánea. Ánfora 25 (45) 167-196.

Laclau, E. (2005) La Razón Populista. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Mallimaci, F.; Donatello, L.M.; Cucchetti, H. (2006) Religión y política: discursos sobre el trabajo en la Argentina del siglo XX. Estudios Sociológicos. 24 (71) 423-449.

Marchart, O. (2009) El pensamiento político posfundacional. La diferencia política en Nancy, Lefort, Badiou y Laclau. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Margulis, M. y Urresti, M. (2008). La juventud es más que una palabra. En Margulis, M. La juventud es más que una palabra. Ensayos sobre cultura y juventud. Buenos Aires: Biblos.

Natalucci, A (2012). Los movimientistas. Expectativas y desafíos del Movimiento Evita en el espacio kirchneristas (2003-2010). En G. Pérez y A. Natalucci (Eds.), Vamos las bandas. Organizaciones y militancia kirchneristas (pp. 27-56). Buenos Aires: Nueva Trilce.

Natalucci, A. (2014). La cultura política en el kirchnerismo: dos hipótesis sobre la politización.

Sudamérica: revista de ciencias sociales, (3) 155-171.

Ostiguy, P. (1997). Peronismo y antiperonismo: bases socio-culturales de la identidad política de la Argentina. Revista de Ciencias Sociales, (6) 133-215.

76 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

Perón, J. D. (2014). Doctrina peronista filosófica, política, social. Buenos Aires: Ediciones Fabro.

Perón, J.D. (2006a). La comunidad organizada. Buenos Aires: Instituto Nacional “Juan domingo Perón” de Estudios e Investigaciones Históricas, Sociales y Políticas.

Perón, J.D. (2006b). Conducción política. Buenos Aires: Instituto Nacional “Juan domingo Perón” de Estudios e Investigaciones Históricas, Sociales y Políticas.

Poratti (2007). La comunidad organizada. Texto y gesto. En: Perón, J.D. La comunidad organizada.

Buenos Aires: Biblioteca del Congreso de la Nación.

Rocca Rivarola, M.D. (2017). La militancia kirchnerista. Tres momentos del compromiso activo oficialista. En: Pucciarelli, A. y Castellani, A. Los años del kirchnerismo. La disputa hegemónica tras la crisis del orden neoliberal. Buenos Aires: Siglo XXI. Vázquez, M. (2014) Militar la gestión: una aproximación a las relaciones entre activismo y trabajo en el Estado a partir de las gestiones de gobierno de Cristina Fernández de Kirchner en Argentina.

Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico, 41 (74) 71-102.

Vázquez, M., Vommaro, P., Nuñez, P., Blanco, R. (2017). Militancias juveniles en la Argentina democrática. Trayectorias, espacios y figuras del activismo. Buenos Aires: Imago mundi.

Vommaro, P. (2014). Juventudes, políticas y generaciones en América Latina: acercamientos teórico-conceptuales para su abordaje. En Alvarado, S. V. y Vommaro, P. (comps.). En busca de las condiciones juveniles latinoamericanas. México: Clacso.

Williams, R. (2017). Fenomenología del peronismo: comunidad, individuo, nación. Buenos Aires: Biblos.

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 77

El rol del sociólogo en el Estado: relaciones entre la formación académica, las incumbencias y la praxis cotidiana.

The role of the sociologist in the State: relations between the academic formation, the incumbencies and the daily praxis.

Esteban Bogani 1 Vanina van Raap 2 Malena Saguier 3

RESUMEN

Este artículo se ocupa de revisar la formación de los sociólogos/as, en particular aquellos aspectos relativos a las formas legítimas de hacer sociología y la posterior inserción laboral de sociólogos.

Se interroga específicamente acerca de cómo entender el desfasaje existente entre una formación para la academia y una inserción preponderante de sociólogos en la gestión de políticas públicas.

Son abordadas luego las contradicciones generadas en quienes siendo sociólogos trabajan en el Estado. A su vez, se revisan los aportes que una sociología crítica puede hacer a la mejora y la gestión de las políticas públicas.

Palabras clave: Sociología, Inserción Profesional, Políticas Públicas.

ABSTRACT This article analyses the formation of sociologists, focusing mainly on those aspects related to the legitimate ways of doing sociology and the forms in which later sociologists enter into the labor market More specifically, it reflects on the existing gap between being educated for the academy against the prominent inclusion of sociologists in the management of public policies. It also presents the contradictions generated by sociologists who work in governmental positions. Finally, it examines the critical contributions that sociology can make to the improvement of public policy management.

Key words: Sociology, Professional Insertion, Public Policy Magister en Diseño y Gestión de Programas y Políticas Sociales. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales - Sede Argentina (2007). Diplomado en estudios avanzados en ‘Problemas del empleo y de la desocupación’. Instituto de Altos Estudios Universitarios. Fundación Patricios (1998). Licenciado en Sociología (1997) y Profesor de Sociología (2004). Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Buenos Aires. Correo electrónico: estebanjbogani@gmail.com http://www.catedras.fsoc.uba.ar/bogani/ Doctorando en Ciencias Sociales. Universidad de Buenos Aires (UBA. Magíster en Políticas Sociales de la Universidad de Buenos (UBA) .Especialista en Planificación y Gestión de Políticas Sociales.

Universidad de Buenos Aires. (UBA) Lic. en Sociología. Universidad de Buenos Aires (UBA). Correo electrónico: vaninavanraap@hotmail.com 3 Magister en Políticas Sociales. Maestría en Diseño y Gestión de Programas Sociales. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Lic. en Sociología Universidad de Buenos Aires (UBA).

Correo electrónico: malenasaguier@gmail.com 1

2

Recibido: 08-06-2018 Aceptado: 06-12-2018

78 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

Dentro del colectivo de estudiantes y graduados en sociología hay una clara, persistente y genuina inquietud por las prácticas profesionales e inserción laboral de sus integrantes.

Esta preocupación se evidencia en declaraciones de las agrupaciones estudiantiles como también en indagaciones más sistemáticas hechas por los institutos de graduados e incluso como objeto de investigación entre los sociólogos .

Hablar de prácticas profesionales e inserción laboral refiere a las múltiples maneras en que puede darse el ejercicio de la sociología y remite, claro está, a las formas legítimas de hacer sociología. Esas maneras son en la actualidad, principalmente, la docencia y la investigación social.

En estas líneas se intenta poner en cuestión esa legitimidad, recuperando un clima de época, aportando elementos a un debate sobre las contribuciones de la sociología al desarrollo del actual proceso de cambios sociales, económicos y políticos observado a lo largo de Latinoamérica, incluso en la Argentina, donde la recuperación y el rol del Estado vuelven a ocupar un rol privilegiado en el desarrollo de la sociedad.

Este artículo inscribe allí su preocupación por el quehacer sociológico e intenta sumar a las más académicas de las sociologías otras, en particular, las que se desarrollan en el campo de las políticas públicas y el Estado.

1. Producción, circulación y usos del saber científico

Desde los albores de la modernidad los avances en la ciencia y la técnica estuvieron vinculados estrechamente a los proceso de desarrollo de la sociedad occidental, muestra acabada de esto, quizá uno de sus puntos de inflexión más evidente, fue la revolución industrial.

En esos años las innovaciones se dieron desde el uso de nuevas energías y maquinarias hasta la adopción de modalidades -hasta ese entonces desconocidas- de organización de la producción y el comercio (Hobsbawn: 1998).

Detrás de este inicio estaban los aportes hechos por las ciencias exactas como también las sociales. De hecho, gran parte del acervo actual en materia de gobierno de la cosa pública, administración de la producción y los servicios y el funcionamiento de la economía y las relaciones sociales resulta ser un legado efectuado de pensadores de aquel momento, hoy convertidos en clásicos.

Luego, y a medida en que se expandía la sociedad occidental, las ciencias adoptaron un derrotero signado por la departamentalización del conocimiento en disciplinas y subdisciplinas, los campos del saber se fueron dividiendo y especializando.

(Khun: 1962; Prego: 1997).

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 79

Esto supuso, en ocasiones, una nueva definición de la relación entre saber y praxis con matices concernientes al lugar otorgado a la ciencia en el desarrollo de las distintas economías y las sociedades nacionales pero, también, a los propios procesos de institucionalización del saber, a la creación y desarrollo de universidades.

En las sociedades latinoamericanas las primeras casas de altos estudios estuvieron ligadas a la enseñanza eclesiástica, y cuando fueron públicas y laicas, se encontraban inmersas aún casi en su totalidad, en las ideas de la ilustración. Y aunque en ellas el progreso a través de la razón ocupaba un lugar privilegiado, esto no implicó en el orden de lo concreto, una fuerte vinculación entre el conocimiento y el desarrollo de estas sociedades.

Desde aquel inicio a la actualidad algunas cosas en esta relación se encuentran intactas y otras cambiaron. Hoy en día la innovación técnica y científica aplicada, proveniente de las ciencias exactas, resulta ser el impulso de la economía, mientras que, las ciencias sociales (o una parte de estas) se encuentra con menores posibilidades de que sus producciones repercutan en una transformación y mejora de las sociedades en que se desarrollan.

En este marco, se propone problematizar las prácticas y contribuciones de la sociología a una realidad donde la pobreza y la desigualdad social apremian y, por tanto, pueden convertirse no sólo en objeto de investigación social sino también de intervención profesional, en un sentido amplio, incluyendo en este la gestión de las políticas públicas.

2. Formación, incumbencia e inserción profesional de los sociólogos

De igual manera que otras profesiones la práctica y el ejercicio de la sociología se encuentra pautado normativamente en el país a través de la Ley del Sociólogo (Ley N° 23.553. Ejercicio Profesional de la Sociología y la Resolución N° 1818 de 1986 del Ministerio de Educación). En este sentido, y de manera gradual, se fueron constituyendo en distintos territorios las Asociaciones y Consejos Profesionales de Sociología.

En esta ley, en cuya aplicación están involucradas las asociaciones antes citadas, se habilita al sociólogo a llevar a cabo una serie de acciones de muy variada índole, entre otras, se destacan algunas claramente vinculadas al campo de las políticas públicas. Estas son “elaborar diagnósticos, pronósticos y propuestas de acción sobre distintos aspectos de la realidad social, fijando prioridades y alternativas”, ”elaborar, dirigir, ejecutar, coordinar, supervisar, controlar y evaluar planes, programas y proyectos de organización y/o transformación de diversos aspectos de la realidad social”, “realizar estudios de factibilidad social de planes, programas y proyectos, cuya implementación afecte las relaciones y estructuras sociales y evaluar el impacto social de los mismos” y “asesorar, desde la perspectiva sociológica, en la formulación de políticas de carácter global y / o sectorial.”5

5

Véase http://www.cps.org.ar/incumbencias (17: 24 horas del 18 de marzo de 2012)

80 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

De un relevamiento preliminar -y sin pretensiones exhaustivas- de algunos planes de estudio de las carreras de sociología dictadas en distintas universidades públicas argentinas surge, al menos de sus enunciados, que dentro de los principales campos de aplicación se encuentra el de las políticas públicas junto, claro está, con otros, como el de la docencia y la investigación. Esta formación curricular estaría de acuerdo, en parte, a lo planteado en la ley, desde las universidades se estaría formando a sociólogo/ as capaces y competentes respecto de las actividades antes mencionadas.

Sólo a título ilustrativo cabe mencionar que “el desarrollo de actividades de planificación, programación, gestión y/o evaluación en políticas y programas sociales o en los aspectos sociales de programas de diversos tipos (salud, empleo, vivienda, etc.) en instituciones estatales y entidades de la sociedad civil” conforma parte de las posibles actividades a desarrollar por los graduados en sociología (Carrera de Sociología de la Universidad de Buenos Aires).

En este orden de cosas, el sociólogo es competente para “dirigir, coordinar, ejecutar, asesorar, supervisar, analizar y evaluar distintas etapas… del planeamiento social” (Carrera de Sociología de la Universidad Nacional de Cuyo) y para “insertarse en organismos nacionales o regionales, realizando diagnósticos y estudios y asesorando para la toma de decisiones” (Carrera de Sociología de la Universidad Nacional del Litoral).

“Los licenciado/as en Sociología están en condiciones de desempeñarse eficazmente en dirección y ejecución de proyectos aplicados” (Carrera de Sociología de la Universidad Nacional de Mar del Plata). “Las áreas de salud, trabajo, educación, vivienda y política social constituyen campos idóneos para su labor. Su acción puede abarcar las distintas estructuras organizacionales: Administrador Nacional, Provincial, Municipios…”

(Universidad Nacional de San Juan)

Declarativamente en la formación hay un espacio para pensar y actuar la sociología en el campo de las políticas públicas. Lo cierto, y aquí el análisis lo restringimos a la carrera de sociología de la Universidad de Buenos Aires, pareciera ser que esto no siempre se traduce en propuestas educativas concretas, en trayectos y/o orientaciones de la carrera.

Como ejemplo, de las 163 materias, talleres y seminarios de investigación que integran la oferta formativa de la carrera sólo 117 tienen vinculación con las políticas públicas. En este sentido, algunas materias del orden de lo teórico también podrían contribuir a formar a los sociólogos/as en políticas públicas aunque este abordaje no está planteado en muchas de esas materias, restringiéndose mayormente el tratamiento del Estado a su condición representante de los intereses de las clases dominantes.

Según información disponible en la oferta de publicada por la Dirección de la Carrera de Sociología (http://sociologia.sociales.uba.ar/programas/programas. htm, 17: 24 horas del 18 de marzo de 2014) Se trata esta de una lectura, en la mayoría de los casos, no rigurosa en lo relativo al abordaje de las políticas públicas ya que entre ellas incluimos las siguientes materias: Sociología de la Salud, Biagini; Sociología de la infancia, adolescencia y juventud, Voloschin Sociología urbana, Robert; Calidad de la atención de la salud adolescente desde una perspectiva de genero y derechos humanos, Checa; Políticas públicas y complejo HIV/Sida,, Biagini; Políticas de salud y dispositivos institucionales, Biagini; Pobreza, hábitat y gestión ambiental, Pastrana; La universidad hoy.

Estructura, problemas y políticas. Talento; Sociología de la Educación, Teoría y práctica de la educación contemporánea, Tenti; Apropiación subjetiva de los derechos de salud: reproducción y sexualidad, Pechiny; Desafíos de investigación de las agencias de control social penal en la Argentina, Guemureman Daroqui

7

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 81

Del proyecto de orientaciones, donde se establecen 9 como posibles 8, ninguna es en políticas públicas y tampoco las propuestas se relacionan con esta área del ejercicio profesional cuando, en el caso de Ciencia Política (sólo por hacer mención a una carrera de la misma facultad), existe una orientación en “Estado, Administración y Políticas Públicas”.

Siguiendo esta pequeña indagación sobre el interés por las políticas públicas, si analizamos los proyectos de investigación ampliando la mirada, ahora sobre la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, para el período 2008-2010, de 220 proyectos aprobados, sólo 4 estarían vinculados a las políticas sociales/políticas estatales9.

En cualquier caso, y no obstante lo anterior, desde hace algunos años se está dando una discusión impulsada por la propia dirección de la Carrera de Sociología sobre el rol de los sociólogos en el Estado10 .

En este punto cabe interrogarse sobre si esta notoria ausencia curricular y como campo de interés investigativo impidió la inserción de los graduados en la gestión de las políticas públicas y el Estado.

Según la información disponible, al parecer, todo lo contrario. De acuerdo a un estudio del Laboratorio de Análisis Ocupacional de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, surge que “tomando en consideración el tipo de institución en donde trabaja el graduado, en el plano general, encontramos que el mayor porcentaje de encuestados trabaja en Otros de Servicios con el 37%, siguiéndole en importancia los que lo hacen en la Administración Pública 34% y Enseñanza con un 14,5%11” . Y aunque no se especifica qué actividades integran la categoría “Otros servicios” puede presumirse que allí también se hayan contado a algunos trabajadores públicos.

Estos datos dan cuenta de un proceso iniciado con el retorno a la democracia, -pero profundizado durante la década del noventa-, de profesionalización de los trabajadores del Estado, donde incluso cuando este reducía sus nóminas, al mismo tiempo: “…La primacía de la lógica de eficiencia y eficacia…fortalecieron la legitimidad del saber experto, y con él la demanda de profesionales de las ciencias sociales…” y dentro de estos los sociólogos/as (Beccaria y Goldfarb: 2010).

En esta línea, se pueden revisar distintas dependencias públicas donde suele ser común el desempeño de sociólogos. Sólo a título de ejemplo, y a modo de ejercicio, se puede mencionar que en la Secretaria de Empleo (campo de las políticas públicas que se eligió para ilustrar las afirmaciones sostenidas en este artículo) el 11% de los profesionales son sociólogos (2011)12.

8 Población, Migraciones y Sociedad; Estudios de Género; Sociología del Trabajo; Sociología de la Salud; Sociología de la Cultura; Sociología Económica; Diagnóstico Social; Teoría Sociológica y Sociología de la Educación.

9 Este dato se relevó a través de la información disponible en el SIPI (Sistema Informático de Proyectos de Investigación) al 2010, respecto de la programación en investigación de la Facultad utilizando las “Políticas Sociales” y “Políticas Estatales” como palabras clave.

10 Entre otras acciones llevadas a cabo por la Dirección de la carrera de sociología cabe mencionar el apoyo al encuentro de Sociólogos en el Estado, hecho en 24 de noviembre de 2009, o la apertura al dictado de materias en esta cuestión.

11 Estudio sobre Graduados de la Carrera de Sociología (1987-1990) de la Facultad de Ciencias Sociales de la U.B.A. Laboratorio de Análisis Ocupacional FSOCUBA. 12 Dato provisto por la Dirección de Administración de Recursos Humanos del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, a quien agradecemos su

82 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

Entonces, y sumando otra pregunta, ¿Cómo se explica esta situación? ¿Por qué, al parecer, no hay una correspondencia entre la formación y la futura inserción laboral de parte de los graduados? ¿A qué se debe esta escisión?

3. Escuelas, legados y mandatos en la sociología argentina

Sin pretender aquí llevar a cabo una historia de la sociología argentina, cuestión que excede con creces los propósitos de este artículo, resulta importante reparar en algunos hitos de la tradición sociológica argentina para comprender su actualidad13 y, en particular, intentar responder, al menos en parte, los planteos antes efectuados.

De un recorrido histórico de la sociología argentina surge que existe un primer conjunto de indagaciones, inscriptas en la tradición ensayística, sobre la realidad social donde se destacan autores como Esteban Echeverría, Juan Bautista Alberti y Domingo Sarmiento.

Posteriormente, hay un desarrollo de la sociología de escuelas, siendo las principales, la positivista, con autores como Ramos Mejía, José Ingenieros y Quesada, y la marxista, con Juan B. Justo (Marsal: 1963). Luego de algunas décadas, y con el proceso de institucionalización algo más avanzado, surgió la denominada sociología científica o de investigación social cuyo principal exponente fue, en nuestro país, Gino Germani.

Este hito, la designación de Germani como director del Instituto de Sociología de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires en 1957, abriría lugar a los primeros estudios sobre la estructura y el cambio social en el país (Noe: 2007).

Después de esos años, y antes del golpe de la última dictadura militar, la carrera fue además de un espacio académico, un lugar de formación y participación para militantes sociales y políticos (González: 2000). El regreso a la democracia encontraría al colectivo de los sociólogos y sociólogas, aunque los daños sufridos fueron enormes, con intenciones de retomar la vida académica y profesional (Blois: 2006) Esta historia, salvo quizás el interludio referido al golpe, contribuyó a formar la idea del sociólogo como un intelectual, como hombre de ciencia, como docente, como investigador, como pensador social.

Esta historia se produjo con disputas y tensiones, algunas de las cuales tuvieron lugar en la Carrera de Sociología con el retorno de la democracia. Frente a la idea del sociólogo como intelectual se encontraba la figura del sociólogo como técnico experto.

Cada una de estas visiones respondía a una idea o un “deber ser” de la sociología: la primera se asociada a la idea de una “sociología académica” y comprometida, desde este lugar, con el cambio social, mientras que la otra mirada se inclinaba por una “sociología aplicada” que reivindicaba la neutralidad valorativa.

13

Pueden verse con dicho fin la currícula de la cátedra Historia de la Sociología. Instituciones, modelos y métodos. Dr. Diego Pereyra colaboración.

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 83

De una parte, y a favor de una determinada mirada de la profesionalización de la carrera, distinta a la sostenida en este artículo, se encontraban sociólogos como Di Tella, Mora y Araujo (entre otros) quienes proponían romper con el “aislamiento académico” y poner a la sociología al servicio de la resolución de problemas concretos de la sociedad.

Está última visión, luego de debates y contiendas electorales, no logró tener expresión en la Carrera de Sociología de la Universidad de Buenos Aires.

Están ausentes, de esta manera, en esta galería de ilustres sociólogos los que optaron por una sociología aplicada, por hacer de la profesión un instrumento, por caso, de las políticas públicas. Esto legitima un accionar, el sociólogo como intelectual y posterga otros, entre ellos: el sociólogo como trabajador del Estado.

Este mandato pesa fuertemente aún hoy. De hecho, siguiendo datos de la encuesta anteriormente citada “nueve de cada diez entrevistados tenían aspiraciones vinculadas a lo profesional; principalmente en la elaboración de proyectos de investigación”. Entiéndase como mandato “…a las técnicas y rituales presentes desde el momento de la creación del grupo como cuerpo... [que] cierran al grupo hacia adentro y lo presentan como unidad frente a los demás…” (Bourdieu: 1990).

Sin embargo, y al igual que el resto de los mandatos, los existentes en la tradición sociológica argentina son susceptibles de cuestionarse, cuando no de desatenderse; y esto no porque no deba haber sociólogos que investiguen y reflexionen sobre la realidad sino porque debe haber quienes también intervengan en ésta y quieran, desde un querer legitimo, hacerlo desde las políticas públicas.

4. Prácticas, contradicciones y aportes de la sociología comprometida con las políticas públicas.

Producto de ese mandato hay una contradicción fundamental en quien trabaja como sociólogo en la gestión de políticas públicas: la de ser alguien distinto del que se espera. Ésta, aunque primera, no resulta ser la única contradicción. Hay, al menos, otras que le caben, junto a los sociólogos, a otros trabajadores del Estado: 4.1 Las contradicciones

La disyuntiva entre la participación en la gestión de las políticas públicas para cambiar la realidad, y la participación para el sostenimiento del status quo a partir de la implementación de dichas políticas.

El sentido primigenio de cualquier política pública es transformar una determinada situación para mejorarla, este “mejoramiento” suele ser discutido. Por una parte, desde las corrientes más críticas se sostiene que las políticas públicas tienen como rol la reproducción del orden social (Oszlak y O’ Donnell, 1984). Situados desde 84 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

este discurso están quienes, creen que las políticas no mejoran la realidad sino que, en cambio, contribuyen a sostener y legitimar el actual estado de cosas. Por la otra, se encuentran aquellos sociólogos que trabajando en el Estado no desconocen que un cambio social profundo requiere de más cosas que una política, aunque reconocen en éstas la posibilidad de operar sobre dicho orden social, al cual continuamente modifican en el quehacer cotidiano.

En el grupo de los críticos están aquellos, por caso, que creen que el campo de acción de las políticas de empleo se reduce a morigerar los efectos más acuciantes de la desocupación, como ser la falta de ingresos, producidos por el sistema económico, sin alterar en nada el mecanismo en que se generan los desocupados y la funcionalidad de estos en el mercado de trabajo.

En contrapartida, quienes trabajan en estas políticas, suelen alegar que el hecho de que algunos trabajadores salgan de la desocupación producto de su participación en acciones de formación profesional e intermediación laboral basta para ameritar dicha intervención pública. En esta línea argumentativa se sostendría que esos trabajadores, ahora ocupados, se encuentran en una mejor situación relativa en lo inmediato pero también en sus posibilidades de organizarse como colectivo para defender sus propios intereses, para participar de un proceso de organización social y político que pueda cambiar el actual estado de las cosas.

- El dilema de trabajar “para el Gobierno” o trabajar “para el Estado”.

Detrás de la anterior contradicción sobreviene, casi inmediatamente, otra: ¿Hay alguna manera de trabajar para el Estado sin colaborar con el gobierno cuando no se acuerda con su visión y políticas? ¿Se colabora con el Gobierno, cuando se acuerda con él, cuando simplemente se trabaja en la gestión de una política pública?

Esta distinción, entre Gobierno y Estado, no resulta menor considerando que toda política tiene principios orientadores que responden a los diversos proyectos sociopolíticos. Según sea el sentido y la orientación asumida por estos (en algunos casos, más protectores o, por el contrario, más laissez faire) es que desde la gestión de las políticas públicas se está contribuyendo a conformar distintos modelos de sociedad, según sea la orientación del gobierno.

Siguiendo con el ejemplo anterior serán distintas las políticas de empleo promovidas en base a un esquema de protección centrado en una concepción de derechos ciudadanos que otra donde se culpabiliza a los trabajadores desocupados de su propia situación, de su inacción frente a la búsqueda de oportunidades laborales.

- La contradicción entre la labor profesional como aporte a la implementación de las políticas públicas y la escasa, cuando no negativa, valoración social de la intervención del Estado sobre la sociedad.

Sin lugar a dudas, son múltiples los motivos, y claro el proceso social e histórico, que permitió primero una apatía sobre la cosa pública, en general, y sobre el accionar del REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 85

Estado, en particular, y luego un descreimiento y valoración negativa del Estado como un actor legitimo para representar y organizar los intereses comunes de la sociedad.

De este derrotero, signado desde un inicio por los principios del Consenso de Washington del neoliberalismo en la región, aún no hay, cuando resulta incipiente la recuperación del Estado, salida cierta a corto plazo de este proceso en el que los mass media y las elites económicas contribuyen de manera sistemática y cotidiana, en pos de sus intereses, a desacreditar cualquier intervención pública en el mercado y la sociedad.

En el orden de lo concreto, de quien trabaja en la gestión de políticas públicas, ver desvalorizado su aporte, cuestionado su trabajo cotidiano -y esto no es privativo de los sociólogos- resulta difícil de ser aceptado, y sobre todo, igual de complicado resulta lidiar diariamente con estas cuestiones. Suele ser común, por ejemplo, que se hable de planes en los medios de comunicación, como la sola distribución discrecional de dinero por parte de las políticas de cobertura de desocupados cuando, en realidad, este solo es uno de sus componentes existiendo otros como acciones de formación y mejora de la empleabilidad.

4.2 Los aportes

Sin lugar a dudas, reconocer estas contradicciones, explicitarlas, en nada contribuye -en muchos casos- a que mermen a lo largo del tiempo en quienes trabajan como sociólogos en el Estado. En cualquier caso, estas contradicciones no impidieron que desde la sociología, en concomitancia con otras disciplinas del campo de las ciencias sociales, se hagan aportes concretos a la implementación de las políticas públicas.

Dentro de éstos cabe enumerar: - La elaboración de diagnósticos sociales.

Establecido un ámbito de intervención (salud, educación, trabajo, vivienda, etc.) desde la sociología se puede orientar una indagación sobre determinadas problemáticas (estableciendo dimensiones, subdimensiones y variables) además de plantear los instrumentos (cuali y cuantitativos) que sean adecuados para abordar dicho estudio de la realidad. Distintos fenómenos y problemáticas sociales fueron abordados sistemáticamente (pobreza, desigualdad, desocupación) por estudios sociológicos que, en ocasiones, contribuyeron a la toma de decisiones vinculadas a la gestión de políticas.

En materia de desocupación, por caso, comprender que la desocupación se trata de algo más que un desajuste entre oferta y demanda ocurrido en el mercado de trabajo y que el colectivo de desocupados, en particular, asume distintos roles, en diferentes momentos y configuraciones históricas, siendo funcional, a-funcional y hasta dis-funcional , en ocasiones resulta ser un mérito de un análisis social, de un fenómeno restringido las mas de las veces a lo económico.

- La identificación de actores sociales y sus lógicas de acción.

86 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

En cualquiera de los campos en que intervienen las políticas públicas existen actores sociales con intereses particulares. Reconocerlos, describirlos, comprender y pensar las acciones en función de esta realidad se presenta como materia de trabajo de la sociología.

Dentro de la atención a la desocupación, se encuentran las instituciones prestadoras de servicios de formación profesional, incluyendo en estas asociaciones sindicales pero también estamentos municipales y provinciales del propio Estado, las asociaciones civiles y fundaciones, las agencias de cooperación internacional, las organismos internacionales de crédito y, claro está, las propias organizaciones de desocupados.

Este simple y, seguramente, inacabado listado permite reconstruir un campo, el de la atención a la desocupación, en el que interviene y toman parte muchos y muy distintos actores, con compresiones, intereses y modos de hacer diversos y probablemente hasta contrapuestos en ocasiones. Problematizar estas cuestiones, como producto de estudio y construcción de viabilidad de una política, por caso, puede y suele ser materia de trabajo y de los posibles aportes de una sociología de las políticas públicas.

- La incorporación de los principios de incertidumbre y la construcción de escenarios.

En este orden de cosas, cabe resaltar la introducción de los principios de incertidumbre, debido al carácter dinámico e imprevisible del comportamiento de la realidad social, efectuado desde las ciencias sociales, aporte incorporado en la planificación estratégica de programas y políticas. Otro tanto sucede con la construcción de hipótesis a futuro o escenarios resultantes del análisis de la historia, posicionamientos y modos de hacer de los actores también adoptados por la planificación estratégica.

Hace unos años, a mediados de dos mil nueve, parte de las principales automotrices mundiales, desde cuyas casas matrices se decide tanto la apertura de una nueva línea de montaje como su levantamiento y cierre, sufrieron quizá la mayor crisis de todos los tiempos; de hecho, las estadounidenses recibieron ayudas millonarias del Estado. Este hecho, con consecuencias inmediatas en las filiales en nuestro país, resultaba impredecible apenas unos años atrás. Actuar sobre la incertidumbre que ocasionó localmente a partir de la construcción de escenarios (el levantamiento de la filial de Rosario y su impacto en el empleo) supone evidenciar la complejidad de la situación en que deben operar las políticas públicas.

- La identificación de limitantes y potencialidades en el accionar del Estado.

Está claramente dentro de los quehaceres de la sociología el análisis del propio accionar del Estado, de establecer qué se puede (y qué no) esperar de una medida de gobierno.

Siguiendo con el caso de las políticas de formación profesional y empleo resulta claro este aporte.

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 87

De una serie de acciones de capacitación, por ejemplo, se puede esperar una mejora en las capacidades de los trabajadores lo que no supone que no sigan existiendo desempleados. La desocupación no sólo tiene que ver con las características de la oferta de fuerza de trabajo, sino también con la demanda de trabajadores, con la generación de nuevos empleos.

- La evaluación de las medidas de política pública.

Suele ser éste, el de la evaluación de proyectos y programas sociales, el acercamiento más común de los sociólogos a las políticas públicas. Esto se explica debido, probablemente, al andamiaje metodológico y al conocimiento y aplicación de técnicas de investigación social pero también a la capacidad analítica con que la sociología aborda el accionar del Estado, de manera general, y al extenso estudio y evaluación de casos de política.

En la línea de los casos antes comentados, evaluar el impacto de una política de empleo sobre un grupo de trabajadores desocupados supondrá, entre otras cosas, establecer la línea de base o situación problemática inicial en que se encontraban esos trabajadores e indagar si lograron o no conseguir empleo luego de su participación en el programa de empleo. En algunos casos se construyen lo que se denomina grupos de control, en este caso serían desocupados con similares características a los que participaron del programa pero que no participaron, para identificar la suerte de uno y otro grupo y la incidencia en estos recorridos atribuible al programa. Existen además otro conjunto de modelos y técnicas de evaluación donde se utilizan métodos cualitativos y cuantitativos CONCLUSIONES: LOS SOCIÓLOGOS COMO TRABAJADORES DEL ESTADO.

La construcción de una sociedad mejor, sin pobreza y con menor desigualdad social, requiere de un mejor Estado, con capacidad de acción y prioridad en el bien común.

Esta afirmación implica un sinnúmero de interrogantes: ¿Qué temas integran la nueva agenda pública? ¿Qué otros siguen siendo prioritarios? ¿Cómo son susceptibles de ser abordados desde el Estado? ¿Qué posición debe adoptar el Estado frente a estas nuevas y viejas cuestiones socialmente problematizadas? ¿Qué organización debe darse el Estado para funcionar de modo de lograr los objetivos de política propuestos? ¿Con qué capacidades debe contar el Estado? ¿Cómo lograr capitalizar la experiencia de Estado burocrático y del Estado ausente para no caer nuevamente en esos errores?

Dar con la respuesta a parte de estas preguntas supone comprender al Estado como una formación social e histórica, como el resultante de procesos y luchas políticas.

El retiro del Estado de gran cantidad de campos y la actual reconstrucción de aparato estatal, aunque incipiente, da cuenta que uno y otro “Estados” se inscriben en proyectos políticos y de sociedad claramente distintos.

88 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

Está abierta la participación del colectivo de sociólogos en este plano, el de las transformaciones estructurales, pero también y allí puede residir su aporte, se inscribe en la profesionalización del Estado, en hacer más y mejores políticas públicas, con mejores impactos, con capacidad de transformación de la sociedad. En recuperar el prestigio del que supo gozar el trabajador del Estado, no por una cuestión de status, sino porque el Estado vuelva a ser un actor legítimo en el proceso de construcción y desarrollo social y económico.

Entiéndase, para concluir, no se trata aquí de hacer un llamamiento a convertir a la Carrera de Sociología en una escuela de administración pública, puesto que las hay y muy buenas, ni tampoco a restringir al campo del ejercicio profesional al quehacer en el Estado. De lo que se trata, es de reconocer el campo de las políticas públicas y el Estado como un espacio legítimo en donde ejercer la profesión, aportando la capacidad de pensamiento crítico que brinda la sociología a la producción e implementación de políticas públicas.

Bibliografía Beccaria, A. y Goldfard, L. (2010): Reforma del estado y saber tecnocrático. Los sociólogos en el ámbito estatal. En Rubinich, L. y Beltrán, G. (Ed.) ¿Qué hacen los sociólogos? Buenos Aires: Aurelia libros.

Bourdieu, P. (1990): Espacio Social y génesis de las clases. En Bourdieu, Pierre: Sociología y Cultura.

México: Grijalbo.

Blois, J. (2006): La reorganización de la Carrera de Sociología en la Universidad de Buenos Aires tras la vuelta a la democracia (1984-1990). Ponencia presentada en las I Jornadas de Historia de la Universidad en la Argentina. Universidad Nacional del Litoral.

Blois, J (2009): La sociología en Argentina desde la vuelta a la democracia. Vocación crítica y nuevas inserciones laborales. En Revista Nómadas, Vol 3 (23), Universidad Complutense de Madrid.

Danani, C. (1996): Política social: la naturaleza política de las condiciones de vida (Artículo no publicado).

González, H. (2000.) Historia crítica de la Sociología Argentina, los raros, los clásicos, los científicos, los discrepantes. Buenos Aires: Colihue.

Hobsbawm, E. (1998): La era de la revolución 1789-1848. Buenos Aires: Critica.

Kuhn, T. (1962): La estructura de las revoluciones científicas. Buenos Aires: FCE. Marsal, J. (1963): La sociología en la Argentina. Buenos Aires: Mirasol.

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 89

Noe, A. (2007): La institucionalización de la sociología académica en la Argentina (1955-1966). En Revista Trabajo y Sociedad, Vol. 9 (9). Santiago del Estero: UNSE. Nun, J. (2001): Marginalidad y exclusión social. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Oszlak, O. & O’Donnell, G (1984): Estado y Políticas estatales en América Latina: Hacia una estrategia de investigación. En Kliksberg, B. y Sulbrandt, J. (comps.) Para investigar la Administración Pública. Madrid: Instituto Nacional de la Administración Pública.

Prego, C. (1997): La gestión académica del saber: ¿un mundo de disciplinas? Una revisión conceptual desde la sociología de la ciencia. (Artículo no publicado).

90 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

Reseña de libro Zunino Singh, Dhan, Términos clave para los estudios de movilidad en América Latina - 1a. ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Biblos, 2017.

251 pp.

Por Bárbara Catalano 1

Esta obra recupera diversas interpretaciones sobre las movilidades en un momento clave en el que el fenómeno se encuentra en auge y expansión. Casi nada escapa a la abrumadora influencia de la globalización y los avances tecnológicos en esta era, el transporte y las movilidades, tampoco. Por el contrario, existen cada vez más tipologías de viajes, transportes, formas de moverse, desplazarse, por no hablar de los múltiples tipos y modalidades de turismo, que ya sobrepasan a las categorías clásicas establecidas en las estadísticas convencionales y legitimadas.

Si existe una industria que lejos que reducirse se incrementa año tras año, es la de los viajes y el turismo, desde las múltiples escalas, ya sea desde los viajes internacionales, hasta las escalas locales y micro-sociales. Los individuos son sujetos móviles por excelencia y ello deviene en una necesidad anunciada de mejorar y variar las formas de estudiar y analizar las movilidades. No basta con que los medios de transporte evolucionen, sino que además se requiere que los investigadores, teóricos, metodólogos y profesores se formen, incrementen su acervo de conocimiento y también diversifiquen y profundicen el modo de abordar y tratar las movilidades.

Este es el desafío que encara “Términos clave para los estudios de movilidad en América Latina” el cual se presenta con cierto rasgo anunciador, en el que se dan a conocer los sustentos teóricos y metodológicos en los que versa el nuevo paradigma de las movilidades desde las ciencias sociales. El hecho de enumerar de forma clara los conceptos clave en los que se separa la obra, hace precisa la asociación inmediata entre las movilidades y los diversos temas con los que se conecta. En ese sentido, el diseño de escritura y armado de contenidos es altamente funcional a los intereses de los investigadores, efectivos y potenciales, que aborden la temática.

Doctora en Ciencias Sociales, Mg. en Procesos de Integración Regional con énfasis en Mercosur y Lic. en turismo, docente e investigadora (UMET/IIGG/UADE).

Mail: catalano81@gmail.com

1

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 91

También se destaca la referencia cruzada que se incluye en cada capítulo y que permite la articulación y conexión entre el tema que se está desarrollando y otros comprendidos en el mismo libro en otros capítulos. Ello no solo realza el vasto y profundo acervo del compilador sobre el alcance del tema sino también facilita al lector conectar ideas, teorías y relacionar conceptos que de primera mano pueden no necesariamente estar vinculados.

Se considera un gran mérito la recopilación, la selección y la organización de los estudios tratados, como también la homogeneización y unificación del estilo de escritura, ya que como se sabe, el trabajo se compone de un conjunto de capítulos de autores distintos. Estos no solamente provienen de varios enfoques disciplinarios, tales como la geografía, la historia, la sociología, la antropología, sino que además pertenecen a diferentes ámbitos organizacionales e institucionales académicas de diversos países de Latinoamérica, aspecto que conlleva a reconocer el arduo labor de amalgamar las, a veces no coincidentes, corrientes y epistemologías sobre las movilidades.

Otro de los significativos aportes que conllevan el desarrollo de esta compilación es la mirada regional, ya que los que trabajamos sobre temas de movilidades, solemos recurrir a bibliografía que no se encuentra en idioma español, lo que sesga el alcance del conocimiento. Es de gran valor la recopilación y la mirada regional, ya que permite escapar a los paradigmas centrados en los casos europeos, o extra-regionales y adentrarse en una mirada más auténtica y afín a los casos e investigaciones que tienen lugar en la región de América Latina. Este aspecto contribuye al fortalecimiento de los paradigmas científicos latinoamericanos en contraposición a los usualmente considerados dominantes y eurocentristas.

El manuscrito manifiesta una visión a veces bastante teórica, abstracta y generalista, lo que permite dar cuenta del enfoque transversal que presenta el paradigma de las movilidades. Estas perspectivas, en ocasiones podrían resultar de poca profundidad o bien sesgadas a una mirada global, aunque se entiende que esa forma de presentación de los contenidos es funcional al objetivo del trabajo. En esa línea, me arriesgo a exhortar a los autores a que en futuras contribuciones sobre esta temática se incluya una mayor densidad de casos de estudio, que den cuenta de la utilización de los diversos modos de abordaje sobre las movilidades, sobre todo con un enfoque empírico y metodológico. Para orientar a los investigadores sobre la coherencia entre los diversos estados de la cuestión, las problemáticas que se abordan y las posibles formas de dimensionar y analizar los elementos y variables de las movilidades.

92 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

Se destaca el rico enfoque inter y multidisciplinario de este trabajo, sobre todo los aportes desde la antropología social, la geografía cultural, historia del transporte y la sociología urbana comprendiendo ello una mixtura de marcos teóricos, que si bien no son contradictorios, a simple vista, podría resultar difícil encasillarlos dentro de las delimitaciones disciplinarias que se suelen observan en las ciencias sociales.

Otro de los aportes más destacables es el cuerpo teórico y bibliográfico al que hace referencia cada uno de los capítulos desarrollados en la obra completa. Permite al lector adentrarse en el denso y exhaustivo sustento teórico que constituyen los cimientos de los estudios de las movilidades. Se introducen términos que no se solían asociar a las movilidades, tal vez porque se corresponden más a los aspectos subjetivos de las ciencias sociales. Es por ello que encontraremos repetidas veces, la utilización de términos como experiencias, significados, percepción, ritmos, sentidos, inmovilidad, espacialidad o bien expresiones como: “habitar el movimiento”.

Uno de los mayores problemas que atestiguan los estudios del transporte y de las movilidades es la convivencia entre las escalas de análisis. Es decir que congenien la escala individual, la subjetiva, que contiene sobre todo las experiencias de los sujetos móviles, con la escala global o regional, por ejemplo el caso de los flujos de movilidades en general o flujos turísticos en particular. Este aspecto puede ser paliado con una óptima y adecuada utilización de varios de los elementos técnicos, teóricos y argumentativos que se plasman en este libro.

Si bien el listado de términos es vasto y nutrido, existen varias áreas y enfoques temáticos que no fueron trabajados y que se espera, que en volúmenes ulteriores se incluyan, tales como la movilidad académica, el turismo híbrido o post-turismo, las TICs y las movilidades y los procesos de integración regional, solo para mencionar algunas.

A modo de concluir esta reflexión, al finalizar la lectura de este libro y al haber experimentado la movilidad a través de los diversos capítulos y términos clave que lo componen, invito a leerlo, a todos aquellos que quieran ampliar su conocimiento sobre todo lo relacionado al movimiento, a los viajes, al turismo, al transporte, a las migraciones, porque constituye un aporte con gran potencia dinamizadora y disparadora de ideas y relacionamientos académicos y también no tan académicos. Asimismo, destaco y reafirmo la trascendencia que las movilidades representan no solo en la vida de los individuos, sino también como elementos esenciales del orden de la estructura social, aspectos ellos que devienen en desencadenantes de problemáticas y cuestiones a indagar que los cientistas sociales debemos tener presente.

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 93

PRÓXIMOS EVENTOS DE SOCIOLOGÍA /// 28 y 29 de marzo de 2019 II Jornadas de Sociología de la UNMDP “La sociología ante las transformaciones de la sociedad argentina”, Departamento de Sociología de la Facultad de Humanidades UNMDP, Mar del Plata, Argentina. https://fh.mdp.edu.ar/encuentros/index.php/jsoc/ jsoc2019 /// 19 al 21 de mayo de 2019 72 Conferencia Anual WAPOR (Asociación Mundial de Investigación en Opinión Pública), Chelsea Hotel, Toronto, Canadá. https://wapor.org/events/annual-conference/currentconference/ /// 23 y 24 de mayo de 2019 IV Conferencia Internacional de Sociología de las Políticas Públicas y Sociales “¿Ideología, Idolatría o Propaganda?”, Universidad de Zaragoza, España. Más información: http:// gidid.unizar.es/MASTER- SOCIOLOGIA/conferencia2019/index.html /// 10 al 14 de junio de 2019 1er Congreso Latinoamericano de Ciencias Sociales de la UNVM “Articulando diálogos políticos y académicos en Ciencias Sociales”, Secretaría de Investigación y Extensión del I.A.P. de Ciencias Sociales de la UNVM, Villa María, Córdoba, Argentina. http://sociales. unvm.edu.ar/1o-congreso-latinoamericano-de-ciencias-sociales-de-la-unvm-2019/ /// 3 al 6 de julio de 2019 XIII Congreso Español de Sociología, Federación Española de Sociología, Universitat de Valencia, España. http://www.congresofes.com/home_798742353.html /// 10 Al 12 de julio de 2019 IX congreso de la Asociación Latinoamericana de Estudios del Trabajo “El Futuro del Trabajo: desigualdades, precariedades y modelos de desarrollo”, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia. http://contacticacomunicaciones.com/contactica/36/230/ ix-congreso-alast-2019 /// 1 al 6 de diciembre de 2019 XXXII Congreso Internacional ALAS Perú 2019 “Hacia un Nuevo Horizonte de Sentido Histórico de una Civilización de Vida”, Lima, Perú. http://sociologia-alas.org/ 94 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

/// CONVOCATORIA

Ciudad Autónoma de Buenos Aires, enero de 2019 Convocatoria El Consejo de Profesionales en Sociología de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CPS – Ley 23.553) convoca al envío de artículos para la Revista Argentina de Sociología (R.A.S.) en formato digital, que serán incluidos en la publicación del primer semestre del año 2019.

R.A.S. es una publicación internacional del Consejo de Profesionales en Sociología, fundada en 2003, y sus ejemplares se encuentran publicados en http://www.ras.cps.org De periodicidad semestral, abre un espacio a los distintos campos disciplinares de las Ciencias Sociales y está orientada a reflejar el quehacer de investigadores/as y estudiosos/ as de las más variadas problemáticas del ámbito nacional e internacional.

Los artículos serán originales e inéditos, orientados a estimular el debate entre las y los profesionales sobre las problemáticas sociales vigentes y futuras. Se privilegiarán artículos de reflexión sociológica sobre experiencias laborales en distintos campos y modos de abordaje.

Fechas de esta convocatoria: Apertura convocatoria: 1º de enero de 2019 Cierre de recepción de artículos: 1º de marzo de 2019 Publicación de la edición: Volumen 14, Nro. 24, junio de 2019 Se adjuntan las Normas Editoriales.

Normas de presentación y mecanismos de selección de artículos: 1.La Revista Argentina de Sociología publicará trabajos originales e inéditos sobre temas de las Ciencias Sociales y Humanas. Los trabajos pueden ser: 1.1 Artículos de investigaciones científicas.

1.2 Artículos de reflexión sobre un problema o tópico particular.

1.3 Artículos de reflexión sociológica sobre experiencias laborales.

1.4 Artículos de revisión.

1.5 Traducciones y escritos de interés para el campo de las Ciencias Sociales.

Los trabajos antes mencionados podrán tener una extensión mínima de 16 páginas REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 95

y máxima de 20 páginas, aunque excepcionalmente podrán aceptarse textos que no cumplan este requisito.

1.6 Notas: podrán extenderse hasta 15 páginas.

1.7 Comentarios de Libros, Reseñas, Publicaciones o Eventos científicos podrán extenderse hasta 3 páginas.

Referencias: a) Todos los escritos deberán estar configurados en: hoja A4, letra Arial 11 pts.; interlineado 1.5; alineación: justificada. Sangría de primera línea: 5pts. b) La estructura de los artículos deberá ajustarse a las pautas sugeridas por el Manual de Estilo de publicaciones de la American Psychological Association (A.P.A.), versión del año 2016 actualizada. c) Se deberán enviar por vía electrónica a ras.revista@gmail.com en procesador de textos, Word o formato modificable. d) Cada artículo deberá estar encabezado por el Título (en castellano e inglés) y el nombre completo del/la autor/a. Se deberá incluir un abstract en castellano y en inglés que no supere las 200 palabras y hasta 5 palabras clave, también en castellano y en inglés. e) La carátula contendrá título, nombre del/la o los/las autores, un pequeño currículum de cada uno/a, en la cual deben figurar los siguientes datos: título profesional, número de matrícula profesional en caso de corresponder, pertenencia institucional, laboral, cargo académico, dirección postal y dirección electrónica. f) Todas las páginas deberán estar numeradas, incluyendo la bibliografía, gráficos y cuadros. Las notas y referencias críticas deberán ir a pie de página y respetar las normas internacionales para la publicación de artículos científicos. g) La bibliografía deberá figurar al final de cada artículo y se ajustará según la mencionada norma American Psychological Association (A.P.A.) para referencias bibliográficas.

Todos los artículos deberán ser enviados con una nota de autorización de publicación por la Revista Argentina de Sociología del CPS, firmada por todos sus autores. El solo envío del artículo implica la cesión del derecho parcial

96 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA

Mecanismos de selección: La recepción de los trabajos no implica compromiso de publicación.

El Comité Editorial procederá a la selección de trabajos que cumplan con los criterios formales y de contenido de esta publicación.

Los artículos seleccionados serán evaluados según el criterio “doble ciego”.

Se comunicará a los/las autores/as la aceptación o no de los trabajos. De sugerirse modificaciones, éstas serán comunicadas al autor/a, quien deberá contestar dentro de los cinco días si las acepta, en cuyo caso deberá enviar la versión definitiva en el plazo que decida el Comité Editorial.

Los artículos deberán enviarse a: Revista Argentina de Sociología Comité Editorial Correo electrónico: ras.revista@gmail.com

REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA - 97

98 - REVISTA ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA