Anuario 2016/17 del Colegio de la Ciudad

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EDITORIAL Hay varias preguntas desafiantes para quienes hacemos el Colegio de la Ciudad: ¿escuela privada o educación pública?, ¿cómo es que queremos hacer educación pública y llevamos adelante una escuela privada?, ¿un colegio privado no es parte de cierta avanzada privatizadora de la educación?; y en todo caso, ¿qué es hacer educación pública en una escuela privada? En las luchas por la defensa de la escuela pública suele estar presente una sensata aunque a veces improductiva desconfianza hacia las privadas. Decimos sensata, porque las privadas -de a una o en cadena, con proyectos propios o dentro de enlatados pedagógico didácticos- pueden ser las pistas donde vaya aterrizando el vuelo mercantilizador neoliberal. Decimos, por otra parte, desconfianza improductiva, porque las privadas están ahí y seguirán estando. Y más que improductiva, decimos funcional a su autoencierro dentro de muros cada vez más altos y menos porosos, desconociendo que puede haber ahí trabajadores docentes y directivos comprometidos con la construcción de lo público en la formación de sus estudiantes, en el modo de gestar ciudadanía con chicos que, en nuestro caso, provienen de familias de clase media y media alta, con cuarto propio, cama calentita, heladera llena y alta tecnología. Interrumpimos. Nos llega la nota de Cristóbal para esta publicación (pág 63). Entre otras cosas, dice: “Mi constante actividad en las redes sociales me hizo notar algo extremadamente perturbador: la superficialidad del asunto. Elementos como la creación de tendencias o la constante difusión de irrelevancias, filtran y evidencian la capacidad que tiene este fenómeno de idealizar banalidades y de valorizar trivialidades. Una de mis mayores preocupaciones al respecto es su habilidad de crear falsas prioridades y fantasiosos objetivos digitales. Búsquedas absolutamente ilógicas que ponen en peligro la concepción de lo importante”.

El ámbito en el que trabajamos, que puede ser muy confortable en tanto nos evita confrontar con realidades más complejas y desoladoras, se constituye en una incomodidad, en una contradicción que nos reenvía –a modo de irrefrenable búsqueda- a la cuestión de lo público en varios caminos posibles. Se abren así interrogantes como estos: ¿cómo articular propuestas con las escuelas estatales?, ¿en qué colectivos inscribimos nuestras prácticas?, ¿cómo modelar el trabajo con nuestros pocos para que sean deseosos y capaces de militar en lo común?

Pausa aquí, para seguir editando un párrafo de la nota sobre los proyectos sociocomunitarios (pág 64): “Sueños Bajitos es un jardín de infantes ubicado en la Villa 31 Bis. Es uno de los pocos jardines en la zona, y asisten allí muchos chicos del barrio. Eugenia, Leticia y Laura, maestras y referentes, nos reciben para contarnos la historia. Su día a día transcurre entre las necesidades básicas más acuciantes y un trabajo pedagógico que se hace a conciencia y corazón. ¿Qué podíamos aportar nosotros? Tras varias vueltas, y un gusto que siempre sabía a poco, surgen dos ideas: la construcción de un espacio de lectura y juegoteca, con murales pintados con los chicos; y la acustización de otra de las salitas, para aportar en la problemática superposición entre las clases de música de los más grandes y las siestas de los más chiquitos”. Este editorial se va haciendo largo. Si el lector llegó hasta aquí, merece que le aclaremos que asociamos la idea de militar en lo común con una perspectiva ética –no dogmática- de defensa de la democracia y sus instituciones, de preocupación activa por la cuestión pública, por un proyecto colectivo de sociedad que incluya, que reduzca las brechas entre ricos y pobres, que valore la vida por sobre la renta, que vaya en favor de la equidad de género, que preserve la naturaleza, que genere posibilidades de progreso, justicia y dignidad para todos.

Cuando vamos queriendo cerrar, recibimos un whatsApp con la desgrabación de una entrevista a Uriel que incluiremos en este anuario (pág 51): “Fue un día bastante movido, me sentía inquieto. Para mi familia siempre fue especial el día de las votaciones y esta vez pude vivirlo como individuo, como adulto. Me parece muy interesante que se pueda hacer a los dieciseis y me gustó que fuera justo en elecciones legislativas. Me parece muy importante la definición de cómo va a estar compuesto el Congreso y poder elegir a quienes lo integran. Yo ya tenía mis previos ideales. Traté de cotejar lo que yo pensaba con lo que proponían los candidatos, y de ahí salió mi voto. El debate entre candidatos que se hizo acá en el Colegio me sirvió un montón”.

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EL EQUIPO

Matemática :: Cecilia Lamela, Graciela Morales, Germán Zeoli Plástica :: Roxana Carini Proyecto Especial OEA :: Nicolás Gulluni Proyecto Especial Política Nacional :: Flavia Affranchino Proyecto Sociocomunitario :: Flavia Affranchino, Ludmila Pautasso, Juan Valdés Psicología :: Eva Chiesa Prácticas de la Escritura :: Martín Broide, Gabriela Hochman, Pablo Salas Química :: Carlos Díaz Guevara Sistemas Constructivos :: Alejandro Bracchi Sonidos y Medios Digitales :: Nicolás Gulluni Tecnología de la Información :: Paula Suárez Teatro :: Paola Campitelli Taller de Lectura :: Néstor Abramovich, Flavia Affranchino, Eva Chiesa

EQUIPO DE DIRECCIÓN Director :: Néstor Abramovich Vicedirectora / Directora de Talleres :: Yamila Haime Rector :: Enrique Slucki Vicerrectora :: Débora Demarchi Directora de Estudios :: Flavia Affranchino Coordinadora del Área de Alumnos :: Eva Chiesa Relaciones Institucionales :: Mimí Charlier Responsable de la Administración :: Nora Lo Castro Vicedirector de Talleres :: Martín Broide COORDINADORES Arte y Tecnología :: Yamila Haime Ciencias Naturales :: Débora Demarchi Ciencias Sociales :: Gabriela Farrán Educación Física :: Joaquín Velo Escuela de Música :: Laura Favazza Escuela de Teatro :: Nano Zyssholtz Escuela de Artes Visuales :: Melania Liendo Escuela de Comunicación :: Flavia Affranchino Espacios de Apoyo Escolar :: Luciana Sánchez Inglés :: María José Torrillo Lengua y Literatura :: Gabriel Cortiñas Matemática :: Cecilia Lamela Proyectos :: Flavia Affranchino

AUXILIARES DOCENTES Biblioteca :: Micaela Natale Recursos Tecnológicos :: Lucas Taskar Trabajo Experimental en Ciencias :: Pablo Salomón TALLERES Asistente de Dirección :: Micaela Natale Área de Alumnos :: Daniela Echevarría Asistentes :: Tomás Abramovich, Abril García

MATERIAS Y PROYECTOS CURRICULARES Arte y Técnica :: Alejandro Bracchi Antropología Cultural :: Gabriela Farrán Biología :: Débora Demarchi, Andrea Revel Chion, Pablo Salomón Cultura Científica-Tecnológica :: Pablo Salomón Diseño Digital :: Roxana Carini Economía :: Flavia Affranchino Educación Física :: Néstor Acquisto, Eduardo Arnay, Darío Bersusky, Luciana Combes, Juan Pablo Galo, Constanza González, Marcela Mella, Pablo Pierotti, Blas Spatuzza Filosofía :: Gabriela Farrán Física :: Claudio Sagaut Físico-Química :: Enrique Slucki Formación Ética y Ciudadana :: Luciana Sánchez, Juan Valdés Geografía :: Nuria Mendizábal, Ludmila Pautasso, Juan Valdés Historia :: Federico Angelomé, Gabriela Farrán, Juan Pablo Nardulli, Jazmín Ohanian Inglés :: Mariana Bernstein, Sandra Galván, Luana Luxardo, Miriam Mori, María José Torrillo, Paula Uva Introducción a las Ciencias Sociales :: Juan Pablo Nardulli Instrucción Cívica :: Flavia Affranchino Lengua y Literatura :: Gabriel Cortiñas, Gabriela Hochman, Luciana Mastromauro Literatura :: Gabriel Cortiñas, Pablo Salas

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ESCUELA DE ARTES VISUALES Cerámica :: Rocío Pérez Armendáriz Dibujo e Ilustración :: Pablo Heras Dibujo y Pintura :: Carolina Gómez Diseño de Indumentaria :: Roxana Carini Fotografía y Diseño Gráfico:: Micaela Natale Murales :: Cecilia Leiva, Sofía Mele Pintura :: Carmen Villa Realización Audiovisual (Iniciales) :: Ernesto López Realización Audiovisual (Avanzados) :: Paula Abramovich Gullco Técnicas Mixtas :: Luz Lassizuk Técnica y Expresión Fotográfica :: Ivana Slipakoff ESCUELA DE COMUNICACIÓN El Colectivo. Acción Comunitaria :: Abril García Formación de Mediadores Culturales :: Martín Broide, Yamila Haime Investigación y Video Documental :: Tali Goldman, Rodrigo Orellana La Radio del Ciudad :: Lucas Taskar Portugués :: Gustavo Jönck Periodismo Deportivo :: Nicolás Zuberman Producción Periodística (Radio y Gráfica) :: Julia de Titto


Fotos: Mora Elizalde y Micaela Natale

ESCUELA DE MÚSICA Armónica :: Federico Linari Audioperceptiva y Lenguaje Musical / Ensambles Eléctricos :: Nicolás García Médici Bajo :: Nicolás Radicci Batería :: Gonzalo Rujelman Banda Ancha (Ensamble Inicial) :: Nicolás Gulluni, Pablo Broide Canto :: Marcela Fernández, Pía Sicardi Canto / Canto y Puesta en Escena :: Virginia Márquez Chelo / Ensamble de Cuerdas :: Tao Plante Ensamble de Práctica Vocal :: Natalia González Ensamble de Ukelele :: Mel Muñiz Ensambles Eléctricos :: Martín Pantuso Ensambles Eléctricos / Ensamble de Improvisación :: Diego Pojomovsky Guitarra :: Fernanda Zappa, Nicolás Gulluni Percusión / Taller de Tambores :: Gonzalo Rujelman Saxo :: Pablo Broide Teclados :: Florencia García Iribarne, Julián Gancberg, Luna Sujatovich Ukelele :: Julián Cerdeira Violín / Ensamble de Cuerdas :: Olga Pacheco ESCUELA DE TEATRO Actuación :: Lorena Barutta, Mariela Castro Balboa, Alejandro Lifschitz, Eugenia Pérez Tomas, Franco Trigo Pugliese Seminario Actuación :: Nano Zyssholtz Clown :: Lucía Baya Casal Match de Improvisación :: Mariela Castro Balboa Movimiento en Escena :: Angie Tellarini Ritmo en Escena :: Agustín Flores Muñoz Textos Teatrales :: Lorena Barutta OTROS TALLERES Hip Hop :: Paz Cabrera Inventalinguas: Taller Literario :: Martín Broide Malabares :: Marcela Mella Programación de Videojuegos :: Leandro Simonetti Running :: Eduardo Arnay Torneo de Fútbol :: Joaquín Velo, Julián Senlle Tutores Pedagógicos :: Eva Chiesa, Luciana Sánchez Viernes Social Club :: Daniela Echevarría, Gustavo Galani, Abril García SEMINARIOS Arte y Moda :: Roxana Carini Carpintería :: Martín Silva Clown :: Lucía Baya Casal Creación Musical con Medios Digitales :: Pablo Spiller Huerta Urbana :: Nicolás Enriori García La Entrevista como Fuente de Información :: Tali Goldman

Maquillaje (caracterización y FX) :: Carolina Fontana Profundización en el Lenguaje Fotográfico :: Soledad Allami Profundización en Técnicas Muralísticas :: Sofía Mele y Lucas Perla ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS Y DE EXTENSIÓN Clases de Apoyo :: Gabriela Hochman, Miriam Mori, Enrique Slucki Orientación en el Estudio :: Corina Bistritsky, Tomás Lifschitz Entrenamiento Exámenes Cambridge :: Miriam Mori Preparación para Olimpiada Matemática Argentina :: Cecilia Lamela, Germán Zeoli Orientación Vocacional :: Débora Grunberg Salud y Sexualidad :: Equipo de Adolescencia del Hospital Italiano de Buenos Aires Prevención en Consumos :: Verónica Brasesco, Equipo de Adolescencia del Hospital Italiano Socorrismo y Primeros Auxilios :: Cruz Roja Argentina Talleres de Orientación para Padres :: Claudia Abalos, Verónica Brasesco Modelos OEA en Escuelas Primarias :: Nicolás Gulluni Murales :: Sofía Mele, Leticia González Veneroni, Ayelén Daubagna Computación para Abuelos :: alumnos de 5to año Escritura para Adultos :: Gabriela Hochman Francés para Adultos Mayores: Edurne Urrutia ÁREA DE ALUMNOS Eva Chiesa, Constanza González, Luciana Sánchez, Juan Valdés, Joaquín Velo ÁREA ADMINISTRATIVA Asistente del Director :: Patricia Knobel Secretaria Docente :: Alicia Jáuregui Gestión Operativa :: Antonio Díaz Recepcionista :: Cecilia Armesto Auxiliar Administrativo Contable :: Cristian Oddone Auxiliar de Gestión Operativa :: Nicolás Slucki Arquitectura :: Fernando Onofrio Asesor Letrado :: Julio Ferreiro Contador :: Martín Piscitelli ÁREA INSTITUCIONAL Articulación con Escuelas Primarias :: Mimí Charlier Articulación con Instituciones Terciarias y Universitarias :: Débora Grunberg Asesora en Contenidos y Tecnologías Digitales :: Bárbara Panico Sainz Asesor :: Horacio Ruda MANTENIMIENTO Polo Castillo, Johan Rodríguez, Hernán Santoro, César Vallejo

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SI DICIEMBRE TE DESAPRUEBA, HACELO POEMA

por Valentina Álvarez Rossini

La segunda Ley de Newton establece que la atracción entre dos cuerpos es inversamente proporcional a la distancia que mantienen los mismos. No se aplica a mi vida dicha ley si cada vez que algo se me va no me deja de atraer. No me enseñaron esa excepción a la regla entonces Newton era un careta. Más careta que los gases nobles que no se complementan con nadie. Careta como el que dice que la biología no puede ser poesía si con el corazón te hacen mil analogías si te convierten un conjunto de tejidos en culpable del amor. Pensar el amor como recurso natural. Un recurso natural es un elemento de la naturaleza que satisface las necesidades del hombre. Mirá si no voy a poder usar el concepto.

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Y que el libro de cívica me perdone que si Hobbes dice que la bondad no es de la naturaleza no es mi problema. Iba a decir algo de los problemas pero desaprobé matemática y todavía no sé si la matemática es invento o descubrimiento. Me dijeron que no es descubrimiento sino conquista que la seño Andrea de tercer grado que con sus tizas de colores mostraba a Napoleón como un valiente hombrecito era una mentirosa. Como la mamá de Edipo donde sólo sé que alguien se arranca los ojos. Porque tal vez estaba ocupada garabateando un escape o quizás me dormí en esa clase. Tal vez soñé que escapaba de la luz fluorescente de esas cuatro paredes que abren un universo fuera de contexto. Si diciembre te desaprueba, hacelo poema.

La autora es alumna de 4° año 2017. Ilustró: Ian Tibaldi, 3° año 2017.

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EL FÚTBOL DE LOS JUEVES

por Lautaro Mangas

El Torneo Interno de Fútbol del Colegio de la Ciudad se juega desde 2015 y este año fue su tercera edición. En esta propuesta pueden participar todos los alumnos del Colegio, incluso aquellos que ya se han ido. Teniendo en cuenta las diferencias físicas entre los alumnos más chicos y los más grandes, se modifican algunas de las reglas predeterminadas del fútbol. Por ejemplo, si hay algún choque brusco, casi siempre se cobra a favor del más chico; o, en casos de mucha diferencia etaria, se deja que el equipo del ciclo lectivo más bajo juegue con seis jugadores. El objetivo es que todos puedan participar del Torneo y disfrutarlo. La modalidad del Torneo es la siguiente: se juegan partidos de una hora, en cancha de cinco. El ganador se lleva tres puntos y el perdedor ninguno. Se forma así una tabla de posiciones, que se divide a la mitad una vez que se enfrentaron todos los equipos entre sí. La mitad que ha obtenido más puntos juega la “Copa de oro” y la otra mitad, la “Copa de plata”. Este año nueve equipos participaron del campeonato, aunque en las ediciones anteriores hubo diez: suele haber dos equipos por año lectivo. Como incentivo para los que participan de esta propuesta, este año el Colegio se inscribió en un Torneo Intercolegial de Futsal, del que podían participar todos aquellos involucrados en el campeonato del Ciudad. El Torneo nace de la intención de Joaquín Velo, coordinador de Educación Física del Colegio, que buscaba ampliar la propuesta de talleres deportivos. Esto, sumado al objetivo de generar más espacios para los varones. “El Torneo da a los chicos una oportunidad para organizarse con un grupo de amigos del colegio, e ir a jugar al fútbol contra compañeros más grandes o más chicos; tratando así de nuclear a todos

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los futboleros y que tengan un espacio; generar la aspiración de competir y levantar una copa”, expresa Joaquín. Con el mismo propósito, se dio el nacimiento de la “Copa de plata”, tratando de generar un estímulo para aquellos que quedan afuera de la “Copa de oro”, que suelen ser los más chicos. Con este espacio, el Colegio logró uno de sus objetivos principales: el de la integración. El Torneo, como todo taller, pudo unir a chicos de distintos años. Tal es así que, por ejemplo, chicos de 2do juegan en el mismo equipo con chicos de 4to. Esta propuesta consiguió que mediante la pasión por el fútbol se formen nuevas amistades, que luego se trasladan al Colegio y fuera del mismo. Además, planteó una alternativa a aquellos alumnos que se sienten más cerca del deporte y más lejos de lo artístico o musical, rubros en los que el Colegio tiene una variada propuesta. Con el objetivo de que el taller se amplíe y deje de ser sólo masculino, surgió la idea de un torneo de fútbol femenino. Este año, con el empuje de las mujeres, si bien se disputó en una modalidad relámpago de un solo día; se logró realizar. Es sólo el comienzo de lo que sin duda podrá crecer en los próximos años.

El autor es alumno de 4°año 2017. La nota fue realizada en el Taller de Periodismo Deportivo.


ACONTECERES Después de leer Piedra, papel o tijera de Inés Garland, nos preguntamos qué lugar ocupa la historia dentro de la literatura. Nos propusimos entonces escribir relatos contextuados en momentos fundantes de la historia, pero sin nombrarlos directamente, creando narradores que cuentan sin saber exactamente qué es lo que está pasando.

por Miranda Myndlis

¿COSAS DE GRANDES? Me levanté un viernes a las siete para ir al cole. Bajé las escaleras despacito hasta la cocina. Mamá y papá se peleaban en el lavadero, igual que el día anterior. Cuando me vieron, se hicieron un poco los distraídos, también lo hice yo. Prendí la tele, pero lo único que daban era hombres de corbata hablando palabras raras. Palabras que no entendí hasta mucho tiempo después. Luego de desayunar, mamá me dio la vianda y un beso en la frente. Era una costumbre de siempre y me hacía sentir seguro: mamá me daba un beso, me dejaba la marca de su labial rojo -que papá decía que era un gasto al pedo-, y luego me lo borraba lamiéndose la mano y frotándola sobre mi cara áspera. Por último, yo esquivaba la pila de papeles acumulados junto a la puerta y mis pies iban solos (porque todavía mi cara seguía dormida) hacia la Escuela N° 11, en la calle Balbín. Y así todos los días, sin ninguna preocupación. Tiempo más tarde empecé a notar minúsculos cambios dentro de esa rutina. Cuando bajaba a desayunar, los gritos de papá eran frustraciones interminables y las frustraciones se convertían en angustias. Mamá ya no se pintaba los labios de su rojo preferido y la pila de papeles desconocidos ya me llegaba hasta la rodilla. Mis padres no hablaban en la cena. La angustia llenó los huecos que quedaban de nuestro hogar y yo seguía sin atreverme a preguntar por qué. “Son cosas de grandes”, decía papá, pero la tele decía otra cosa. Mamá dejó de ir a terapia y los papeles que recibieron con el tan particular nombre de “deudas” se volvieron parte del piso. Un día vino Carlitos a casa después del cole a hacer una tarea. Él había repetido un año y estaba conmigo en cuarto grado. -Me voy a mudar a España con mis tíos, Juan. -¿Cómo? ¿Por qué? - le pregunté. -Mis papás ya no pueden pagar más el alquiler.

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Yo no entendía. Me lo quiso explicar, pero justo llegó mamá del chino y nos pidió que la ayudáramos. No podía dejar de observarlo. La tele estaba prendida y él no la miró ni un segundo. Me dijo varias veces que no aguantaba ver tanto lío en la ciudad, pero yo no quería quedar mal por mi falta de conocimiento y asentía con la cabeza. A Carlitos le iba mal en las pruebas pero sabía mucho más que yo de la ciudad y sus conflictos. Sus padres estaban separados y se iba a mudar a Madrid con su mamá. Por un momento, deseé que no me pasara lo mismo, y muchos años después entendí que el quiebre en la sociedad también sería una grieta en mi familia como en la de todos. A los tres días, Carlitos se fue y no lo volví a ver. Una noche, dos años después, estaba en la plaza de la esquina cuando empezaron a escucharse gritos, cacerolazos y un humo que se veía a lo lejos. Mi mamá me vino a buscar y me preguntó si yo sabía lo que era una manifestación. Me lo explicó. Me cerraron algunas cosas, pero no entendí del todo. Ese año no tuve regalo del día del niño y papá me dio un par de sus remeras porque las mías ya me quedaban chicas. Un día se cortó la luz. Y, otro, papá empezó a volver del trabajo cuando yo ya dormía. Seguía sin comprender del todo sus peleas. “Qué será de esta casa...”, suspiraba mamá. “Y toda la guita que perdí…”, suspiraba papá, mientras golpeaba la mesa. “Nuevo presidente…” anunciaba la tele. Yo, mientras, me encogía de hombros.

ACONTECERES

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por Felipe Fort y Nicolás Echezarreta Mazzia

¡¡¡PAA!!! -¡Mark! - es lo primero que escucho al despertarme. -Qué…, ¿qué pasa, papá? -Ya tenemos que irnos. -Estoy yendo- digo, medio dormido todavía. Veo a mi padre que se acerca. -No te olvides de nada. Sólo había llevado mi buzo, pero miro al costado para asegurarme. Mientras voy yendo al ascensor, papá está saludando a sus compañeros de oficina y agarrando las cosas. Pero de pronto de los saludos pasan a los gritos, me doy vuelta y mi mente analiza todo. Veo los fragmentos de cristal en el aire, a mi papá y a sus compañeros tratando de cubrirse; veo también algo grande, como una sombra, atravesando el edificio, veo un reloj de pared que marca las 8:46. Ahí es cuando me doy cuenta de que hay un fierro detrás de mí, me muevo hacia la izquierda y choco con un mueble. No veo. No puedo ver. Me agacho para evitar el humo. -¡¡¡Paaa!!! Me lloran los ojos y tengo la vista nublada. Cuando me agacho, me veo la mano y la rodilla derechas. Hay gente saltando del edificio, es un panorama horrible. Con lo que me queda de voz vuelvo a gritar. -¡¡¡Paaa!!! Entonces veo otra mancha negra atravesando la otra torre. -¡¡¡Paaa!!! Nunca había estado tan asustado y siento algo en el pecho, un dolor…, no es físico. Trato de llegar a las escaleras, piso una viga caída. Lo último que veo es la ventana del edificio. Sé lo que va a pasar. Me lo imagino y… sé que detrás de mí está el suelo, entonces yo…

Los autores son alumnos de 1° año 2017. Los trabajos fueron realizados en clase de Lengua.

Ilustración: Naiara García Zambrano, 3° año 2017, realizada en el Taller de Dibujo e Ilustración.

ACONTECERES

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PENSAR EN CIENCIAS

por Débora Demarchi

Los cambios culturales nos atraviesan. Cada vez se diversifican más los canales de información y contamos con una enorme cantidad de datos en forma casi inmediata. Este devenir desafía e invita a la escuela a repensar propósitos y estrategias. Las clases de ciencias no son la excepción. En ellas, buscamos privilegiar el conocimiento de las relaciones entre esos datos y promovemos instancias de trabajo que favorezcan el desarrollo del pensamiento crítico. Con tanta información al alcance de la mano, ¿sirve recordar, por ejemplo, la estructura química de los hidratos de carbono? ¿Cuánto más significativo puede resultar conocer la composición de los alimentos y comprender cómo intervienen los nutrientes en el funcionamiento del cuerpo? ¿Qué decisiones conscientes pueden tomarse a partir de aquí sobre los propios hábitos alimentarios? Pensar las relaciones entre los datos da la posibilidad a nuestros alumnos de comprender e interactuar de modo efectivo con la realidad. Es desde esta perspectiva y ante los desafíos de nuestra época, que decidimos incorporar nuevos espacios curriculares en el Área de Ciencias, con el propósito de profundizar y fortalecer la alfabetización científica. A partir de este año, y progresivamente, estamos sumando en los años superiores una nueva asignatura llamada Cultura Científica y Tecnológica.

“Datos provenientes de la ciencia hay por todas partes. La cuestión es qué hacemos con ellos. Nos llueve información acerca de los dinosaurios, los satélites y los alimentos transgénicos. Vivimos en un contexto en el que sobra información y faltan marcos conceptuales para interpretar esa información. La alfabetización científica implica, en este sentido, dar sentido al mundo que nos rodea” (Pozo y Gómez Crespo, 1998).

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El objetivo fue gestar espacios que propusieran el abordaje de las distintas dimensiones del hacer científico y que -sea desde el trabajo experimental, el análisis de casos o la lectura y escritura de paperstuvieran como propósito enriquecer la participación de nuestros alumnos como ciudadanos y su activo involucramiento en decisiones vinculadas a la aplicación de los nuevos conocimientos. Cultura Científica y Tecnológica propone un escalonamiento en su transcurrir desde 3ero a 5to año y el encuentro con una propuesta diversa. En 3er año, se estructuró a partir del eje conceptual de la salud. A través del análisis de casos, como por ejemplo la propagación de VIH en África, se promovió la reflexión sobre el impacto que tuvieron las políticas negacionistas sobre la atribución de causa entre VIH y sida en el mundo; y se pudieron analizar también los mecanismos de lobby que muchas veces operan sobre temas de interés científico. Asimismo, se incorporaron relatos de la historia de la ciencia como un recurso que posibilitó revivir las preguntas, los debates, las hipótesis, las evidencias y la interpretación de datos. Los alumnos pudieron introducirse en las formas de pensar y hacer ciencias, y explorar la posibilidad de armar sus propios diseños experimentales para poner a prueba hipótesis vinculadas a la resolución de problemas de la vida cotidiana.

diseñar y llevar a la práctica instancias de intervención. En 5to año, el propósito será profundizar otro aspecto importante de la alfabetización científica: el papel de la comunicación. Analizar algunas de las discusiones actuales de la ciencia y, a través de ellas, poder reflexionar sobre los consensos y las contradicciones que supone el quehacer científico. ¿Qué son los agujeros negros? ¿Hacia dónde y por qué se expande el universo? ¿Cuál es la importancia de la construcción de la “Máquina de Dios”? ¿Cuán necesario es conocer de física cuántica para entender el mundo que nos rodea?

“La idea de una ciencia para todos los estudiantes, especialmente aquellos que no van a ser futuros científicos, comienza, por lo tanto, a cobrar fuerza como objetivo sociopolítico en el contexto de un mundo rápidamente cambiante en el que la capacidad de pensamiento crítico aparece como una de las claves en la formación de los jóvenes” (Tedesco, 2006). En 4to año, se pretende hacer mayor hincapié en el desarrollo de ciertas capacidades relacionadas con el “modo de hacer” de la ciencia: la formulación de preguntas, la interpretación de evidencias, la construcción de modelos explicativos y la argumentación, la contrastación y el debate como herramienta para la búsqueda de consensos. Este trabajo estará centrado en el análisis de problemáticas ambientales, como la contaminación o el manejo de recursos naturales. La propuesta tendrá un fuerte apoyo experimental, ya que no solo se pretende que los alumnos aprendan a analizar causas y consecuencias de las alteraciones del ambiente, sino también que puedan

Cada uno de estos espacios de trabajo promueve el desarrollo de actitudes científicas y tecnológicas desde distintas perspectivas. Habilitan la reflexión sobre el lugar del hombre en la naturaleza, desde un enfoque ético y responsable. Creemos que las clases de ciencias son el ámbito ideal para fortalecer las habilidades necesarias a la hora de enfrentarse a un ambiente que cambia rápidamente. Adquirir una cultura científica es fundamental para la plena integración en la vida social, y asumimos la responsabilidad del rol clave que juega la escuela en este sentido.

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DEL DICHO AL HECHO

por Pablo Salomón

En Cultura Científica y Tecnológica de 3ero trabajamos a partir de casos, históricos y actuales, que resultan oportunos para reflexionar acerca de los modos de conocer propios de las ciencias naturales. El siguiente es uno de los ítems de la evaluación domiciliaria de la materia.

COMER MÁS CHOCOLATE, ¿EL SECRETO PARA GANAR MÁS PREMIOS NOBEL? Según un estudio, el consumo de chocolate de un país podría estar relacionado con sus posibilidades de obtener un Premio Nobel. Que el chocolate es malo para el peso, pero bueno para el intelecto ya se sabía. (...) Pero ahora un estudio va un poco más allá e intenta hallar una relación entre el consumo de chocolate de un país y su número de laureados con el Premio Nobel (medido per cápita). El trabajo, publicado en la prestigiosa revista New England Journal of Medicine, es obra del cardiólogo de origen suizo Franz H. Messerli y en él se señala que el número de premios Nobel de una nación puede dar una idea sobre la proporción de su población con un nivel cognitivo superior. Si se incluye el chocolate y su relación con la capacidad cognitiva en la regla de tres, se pueden empezar a extraer otras conclusiones. La primera: cuanto más chocolate, más premios Nobel. Adaptado de artículo publicado en: http://www.bbc.com/mundo/noticias/2012/10/121011_chocolate_nobel_ar.shtml

Basado en las conclusiones del estudio citado en el artículo, el ministro de Ciencia y Tecnología de un país de la región diseñó un programa para el desarrollo de la investigación científica local que tiene por objetivo lograr un aumento sostenido en la cantidad de premios Nobel con los que cuenta su ignoto país. El plan consiste en repartir chocolate entre los científicos de los principales centros de investigación de ese país durante diez años. En tu opinión, ¿el plan dará los resultados esperados por el ministro? ¿Qué le dirías a este funcionario para convencerlo de que su ambicioso plan en realidad se basa en una idea equivocada?

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El ejemplo del chocolate y los premios Nobel responde a una falacia lógica muy difundida. Se trata de una ilusión de causa que surge del hecho de pensar que dos condiciones que se dan al mismo tiempo están relacionadas de manera causal. Palabras más, palabras menos, los asesores del ministro deberían decirle que es muy probable que el proyecto de aumentar la cantidad de lauros científicos a partir del consumo de golosinas fracase, puesto que una correlación no implica causa. Realizar este tipo de asociación es un error bastante difundido. Solemos encontrar relaciones causales allí donde existe coincidencia, y a veces olvidamos que el hecho de que dos fenómenos ocurran al mismo tiempo no alcanza para determinar que uno sea la causa del otro.

medios de comunicación. Muchos de ellos, han generado consecuencias bastante más negativas en la historia. La correlación entre la aparición de signos de autismo en un conjunto de niños de Estados Unidos y la vacuna triple viral dio origen a una investigación científica fraudulenta y a una corriente anti-vacunas que generó el resurgimiento de enfermedades prácticamente erradicadas en muchos países, como el sarampión.

Si analizamos el caso del chocolate y los premios, observamos que los países más ganadores son los que tienen mayor desarrollo económico. Es muy probable que la abundancia de premios Nobel se deba a factores como el acceso a la educación y la salud, inversión fuerte en el área de ciencia y tecnología, entre otros. Es bastante lógico que el consumo de productos que no son de primera necesidad, como el chocolate, sea más alto en países con mayor desarrollo económico. Asociar el número de premios Nobel con la ingesta de chocolate (mal que le pese al sr. ministro del caso) parece algo bastante ilógico y hasta risible1. Sin embargo, ejemplos como estos sobran en los

Este primer año de Cultura Científica y Tecnológica de 3ero se basó en el análisis de numerosos estudios de caso que permitieron a los y las estudiantes interpretar distintos hechos, actuales e históricos, a la luz de marcos conceptuales propios de las ciencias naturales. Las consecuencias del negacionismo en la distribución de medicación antirretroviral en la década de 1990 en Sudáfrica, con un saldo de 340.000 muertes por sida en ocho años; las estrategias de “siembra de dudas” implementadas por la industria tabacalera entre la década del 50 y mediados de los 90 y sus réplicas actuales en la negación del aporte de las actividades humanas a la intensificación del efecto invernadero, fueron algunos de los casos estudiados.

1  Quienes quieran conocer otras correlaciones absurdas no deben dejar de visitar el sitio http://www.tylervigen.com/. Allí podrán encontrar fuertes correlaciones entre variables como la tasa de muertes por ahogamiento en piscinas y el número de films en los que aparece el actor Nicolas Cage, o el índice de consumo de queso y la cantidad de personas que murieron enredadas en sus sábanas en los Estados Unidos.

Identificar situaciones en las que se ponen en juego falacias causales como las que describimos antes, hace a la adquisición de herramientas de pensamiento científico que nos convierten en sujetos con capacidad de interactuar de forma crítica con los productos de la ciencia.

Desarrollar “anticuerpos” para procesar esta información de manera crítica contribuye al desarrollo de la alfabetización científica de los estudiantes. Una ciudadanía informada sobre la lógica de producción del conocimiento científico es una ciudadanía más libre, ya que cuenta con herramientas sólidas para decidir sobre los productos de la ciencia y sus implicancias sociales.

Débora Demarchi es coordinadora del Área de Ciencias Naturales.

Pablo Salomón es docente de la materia Cultura Científica y Tecnológica. Fotos: Nina Myndlis.

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A ORILLAS DEL ATUEL Un momento de escritura en el río inspiró estas, y otras muchas, entrevistas imaginarias.

-¿Cuándo llegás? -Con el último suspiro de la noche y el primero de la mañana. -¿Cuándo te vas? -El miedo cunde mientras las olas se esparcen; entonces la sospecha es recta. -¿Y si flotamos? -Se vive despacio para concentrarse en lo nuevo y alejarse de lo viejo. -¿Por qué tengo miedo de excederme al preguntar? -Porque es más fácil ser un conejo que un león.

Miranda Walsh

-¿Por qué cantás? -¿Por qué no he de cantar? Todos podemos. -¿Qué llevás contigo? -Una voz que responde al todo. Un soplido que convierte al malestar en sonrisa. El todo con algún sentido. Yo respondo al mundo por vos y por mí. . Pedro Biscardi

-Río, ¿qué te trae por aquí?

-La corriente me lleva adónde hay preguntas sin resolver y allí me quedo hasta que son respondidas. Federico Cianciolo

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-Todopoderosa montaña, ¿cómo soporta ver tanto odio, tristeza, desesperación y dolor? -No lo soporto. -¿Entonces? -No puedo hacer nada al respecto. No siento, aunque sienta, no veo; aunque vea, no me muevo; aunque me mueva, no hablo; aunque hable, no pienso; aunque piense... Juan Pedro Michero

-¿Qué hace usted para combatir la ansiedad, para frenar el movimiento? -Imagino que corro y corro. -¿Y por qué no suelta todo y se larga? -No es necesario. Puedo largarme de acá sin mover ni un pelo. -Las montañas no tienen pelo, nunca lo vi en mi vida. -Entonces las personas no tienen felicidad, amor, nostalgia. Nunca las vi en mi vida. Malena Contieri

Los autores son alumnos de 3° año 2017. El trabajo fue realizado en el viaje de estudios a San Rafael, Mendoza.

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TWELVE ANGRY MEN En la película Doce hombres en pugna (1957), doce hombres deben dictaminar si un muchacho acusado de asesinato es culpable o inocente. Aquí algunas reflexiones sobre los comportamientos y roles de cada miembro del jurado.

por Felipe Soriano

WHAT HAPPENS IN A JUROR’S MIND Twelve angry men is a movie about twelve jurors who have to decide whether a boy is guilty of killing his father or not, and sentence him to death. The judge instructs them to separate the fact from the fancy, so they start arguing about the culpability of the boy. In the discussions, about which I will talk later, different points of view about justice come out, as well as all kinds of prejudices. As the heat in the jury room rises, so does the tension among the jurors. At the beginning of the film, all jurors but one want to declare the boy guilty, without even discussing about it. Juror 8, who has some reasonable doubt that prevents him from convicting the accused, said he was not ready to send someone to the chair just like that. Even though at first the rest of the jurors were mad at him, by going through the evidence, he starts turning them over. The most visible points of view are the one from the protagonist, Juror 8 and from his antagonist Juror 3. The first one goes by the principle of “innocent until proven guilty”. Juror 8 encourages a thoughtful reconsideration of the case and the evidence submitted against the accused, while the other one, a rude and husky man, extremely biased, completely intolerant, whose unfriendly relationship with his teenaged son causes him to be hateful and hostile toward all young people, sees the boy as a “poor kid who couldn’t help it”. It seems he just wants the boy being convicted because he was raised in a slum and he is not white. I believe that the Jurors end up doing the right thing. I’d like to think that all jury’s do this. The problem with trials is that, as we saw in the movie, the way lawyers present the evidence is very important. That’s why a good attorney can win without the proper evidence. When Jurors fail to analyze the evidence correctly, innocent people might end up in jail. What many people fail to understand about the movie is that it is not whether the boy is guilty or innocent but about how jurors’ prejudices can affect other people’s life. It is a really interesting movie that shows an unknown aspect of trials: what happens in jurors’ minds.

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por Chiara Baume

BEFORE REACHING A CONCLUSION Twelve angry men is a 1957 movie which deals with different themes, such as justice, violence, law, crime, among others. Almost all of the action takes place in the jury room. The movie involves twelve characters who play the role of jurors who are dealing with an intense dilemma: death sentencing a boy who is said to have murdered his own father. Firstly, among the jurors there are many contradictions based on their own prejudices against the boy because of his upbringing in a slum and because he is not white. And they do not know whether to declare the boy guilty or not guilty. On the other hand, the movie makes the spectators realise that even when someone seems extremely convinced about something (in this case one of the jurors is extremely certain that the boy is guilty), talking and thinking about it deeply can make you change your mind and the way you used to see it. It is certain that taking into account other perspectives will undoubtedly be helpful and useful for all kinds of scenarios in life. From my point of view, this movie shows a great example of how opening your mind is sometimes the best way to fulfill an ambition or to figure out an issue. In this sense, opening your mind could mean not judging everybody all the time but rather trying to understand them. Besides, it also made me ask myself: should I take other points of view into account before reaching a conclusion? In addition, I would like to remark that I found it very interesting how the jurors argued with each other over the whole movie and it turned out having the biggest plot twist of all.

Los autores son alumnos de 5° aùo 2017. Los trabajos fueron realizados en clase de InglÊs (Advanced).

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OH, BIROME... A lo Don Quijote, alguien pierde el juicio tras leer un género, escuchar cierta música o mirar series de forma excesiva.

por Lara Naftal

“… él se enfrascó tanto en su lectura que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio, y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el cerebro, de manera que vino a perder el juicio. Llenósele de fantasía de todo aquello que había leído, que para él no había otra historia más cierta en el mundo”. (Cervantes, Don Quijote de la Mancha, Capítulo I) Querido diario, Apenas te escribo siento una emoción extrema. Se me sube al cuerpo todo lo que siento por vos, y algo muy parecido me pasa cuando agarro la birome. Birome, oh birome..., qué injustamente te llaman así. Para mí sos dulce pluma extra fina, importada de los mejores lugares de Francia. En fin, con la confianza que nos une, querido diario, quiero contarte lo ocurrido el día de hoy. Me levanté con pocas ganas de rutina y decidí posponerla. Me acomodé entonces en mi mullida manta de plumas y me dispuse a ver -una vez más- la película Sol y luna. Magnífica..., qué decir de ese momento en que el sol se retira y la luna emerge; aquel sublime instante en el que las parejas se encuentran, vibrante ocasión en que el amor brota en la multitud... Conmovido, terminé de ver este peliculón y consideré retomar la rutina. Pero no: mi espíritu añoraba saborear una vez más algunos capítulos de Amores soñados. Y sucesivamente fueron pasando uno tras otro. ¡Qué delicia, querido diario! ¡Cuánto amor intenso, cuánto amor profundo! 73 capítulos se sucedieron y fue entonces cuando sonó el teléfono. Era mi hermana y, ¡qué fortuna!, podría compartirle mis sentidas reflexiones: que quería un amor como el de la luna y el sol, que a pesar de la distancia se tienen uno al otro, que a pesar de sus diferencias se aceptan y son capaces de formar un eclipse perfecto; que el amor soñado del capítulo 8 me hacía acordar a Laurita, ese viejo amor de la adolescencia, y el 36 a Marta, esa chica preciosa que nunca más respondió mis mensajes... Mi hermana tuvo tres reacciones: “Ya te saco un turno con el psicólogo”, me dijo en primera instancia. “Andá a dar una vuelta y despejate”, añadió luego. “Con razón no tenés pareja”, sugirió finalmente. No entendí del todo a qué refería, pero guardé sus buenos deseos que auguraban buena fortuna.

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Decidí ir a pasear. Fui a la verdulería. Allí las manzanas brillaban, las uvas se iban derritiendo al calor del sol radiante y emanaban la fragancia de los dioses. Le pedí a la verdulera un kilo de tomates, porque ¡oh, tomates!, ¡qué perfectos, qué prodigio esa piel y ese rojor! Seguí caminando y no te das idea, querido diario, de lo hermoso que se veía el asfalto sobre la calle Azcuénaga. O el impresionante aroma del encargado de mi edificio. Me enamoré a primera vista de mi vecina Silvia, que también visitaba la verdulería y, claro, también de los preciosos pomelos que cargaba en su bolsa de supermercado. Volví a casa y otros diez capítulos de Amores… reconfortaron mi atardecer. Jack, ¡qué inspiración! Lo actuaba en la ducha, en la habitación, en la calle, en todos lados. “Callate, infeliz”, me dijo alguno en el cine, mientras otros chistaban o me gritaban en vocablos que no pude distinguir. Siempre supe que tenía un público que me seguía y apoyaba, ¡pero nunca creí que tanto! En fin, querido diario, la primavera me está generando un no sé qué, e intuyo que es mi momento. Mañana te sigo escribiendo, que me suena el celular, y seguro es Marta, o Silvia, o Laurita, o el encargado, o los tomates...

La autora es alumna de 4° año 2017. El trabajo fue realizado en clase de Literatura. Ilustración: Malena Benz, 4° año 2017; y Valentina Riva, 5° año 2017.

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SER MÁS LIBRES Una experiencia de alumnos para alumnos, que buscó poner en cuestión la naturalización de los consumos de sustancias psicoactivas como modo de encuentro entre adolescentes.

por Eva Chiesa

Vivimos en una época caracterizada por la imposición de la lógica de mercado. El consumir rige los estilos y la calidad de vida de las personas, y eso nos mueve a ir registrando desde el Colegio cómo este aspecto epocal va tallando en el crecimiento de nuestros chicos. Están los consumos en general y los consumos de sustancias psicoactivas en particular, que aumentan año tras año. Cada vez más: sustancias más complejas a más temprana edad, en más cantidad, en menos tiempo. Las sustancias psicoactivas, el alcohol y ciertas drogas, devinieron en el centro de muchas escenas que los adolescentes viven grupalmente. Puede darse que no haya “salida ni encuentro si no hay alcohol, marihuana, pepas, pasti…” y que “si hubo poco, no estuvo bueno…”. Dos aspectos claves se repiten como condición de posibilidad: la naturalización de determinados estilos de vida y la disminución o ausencia de la conciencia de riesgo. Cabe preguntarse: ¿qué se elige?, ¿se elige?, ¿cuáles serían las opciones?, ¿las hay? Lazos y emociones mediatizados por las sustancias; encuentros obstaculizados, trabados y dirigidos por un consumo intenso. El mandato social consumí naturaliza esta forma de compartir y estar con otros. Cuando es así, ¿cuál es el lugar para el lazo social? Hace ya tiempo evaluamos la importancia de empoderar colectivamente a padres y madres. A tal fin generamos espacios de encuentro, intercambio y discusión. La palabra circula y el pensar con otros permite ir haciendo red, ir saliendo de acciones y decisiones en soledad. Con otros se logra un acompañamiento más sólido de los crecimientos individuales y grupales. Son más las miradas que cuidan a los hijos propios y ajenos. Fue necesario para todos explicitar las distintas responsabilidades que corresponden a las familias, por

un lado, y al Colegio, por otro: roles y tareas específicas y diferentes. También, generar lazos de confianza que habilitaran las comunicaciones necesarias para acompañar esta etapa, cada actor desde el lugar que le corresponde. Estos espacios se sumaron a otras actividades y situaciones en las que -desde siempre y en articulación con otras instituciones y profesionales especializados- trabajamos y problematizamos estos temas con los alumnos. Cada año evaluamos qué y cómo pensar estas propuestas, con qué herramientas y modalidades abordarlas tomando en cuenta las cualidades de cada grupo en cada momento. Sin embargo, y aun con todo lo que hacemos y sostenemos, vemos que la problemática es recurrente: van cambiando las formas en las que los consumos se presentan en la vida de los pibes y su “rebote” en el Colegio. Todos sabemos, por ejemplo, que los rituales extraoficiales de finalización de la secundaria están caracterizados por ser momentos en los que el consumo tiene que estar presente de manera excesiva, momentos de “reviente”: el UPD (así se ha dado en llamar al día en que comienza 5to), el viaje de egresados, la fiesta. Todas situaciones vinculadas al cierre de una etapa -el tránsito por la escuela secundaria- actuadas por los chicos bajo formas que nada tienen que ver con una perspectiva escolar que trata el sentido de la vida y los encuentros con los otros desde lugares sensibles, creativos, saludables y solidarios. En 2016 con un grupo de alumnas de 4to año, a partir de ciertos interrogantes en torno a la naturalización de estos hábitos y del malestar que subyace invisible en los mismos, empezamos a tener encuentros en los que intercambiamos puntos de vista. Las sorpresas e impactos recíprocos desde los distintos lugares institucionales y generacionales fueron haciendo que los diferentes registros pudieran conmoverse, que no volvieran a ser los mismos, que no regresara cada cosa al mismo lugar. Había saberes y

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experiencias distintas que en el encuentro desestabilizaban lo “obvio” de ciertas rutinas.

y así quizás ser más libres, menos prisioneros de las imposiciones asfixiantes de esta época”.

En un primer momento todo fue catártico, había mucho para decir y pensar según la perspectiva desde la que se mirara. En tren de poder encauzar eso tan revuelto, fue oportuno poder plasmar por escrito lo que se estaba erosionando. Potentes producciones, desde la singularidad de cada una de las alumnas, pusieron en relieve todo lo que hasta ese momento había estado velado.

Algunos docentes, por su expertise y su modo de vincularse con los alumnos, podían sumarse en esta nueva etapa. Tuvimos con ellos varias reuniones en las que compartimos el recorrido realizado y nuestras intenciones en este pasar a la acción.

Los encuentros fueron creciendo en tiempo y en riqueza. Iban a contrapelo de lo que la corriente hegemónica impone con salvajismo. Por momentos, se ponía en duda el recorrido que estábamos haciendo: “¿será para tanto? tal vez no sea tan grave…”. Fue necesario poder generar una vuelta más, poder hacer algo con esas preocupaciones y reflexiones. ¿Qué hacer con todo eso que estábamos pudiendo pensar, hablar, discutir, cuestionar? ¿Cómo salir hacia afuera de estos encuentros? Se imponía la acción como recurso para vehiculizar todo aquello que se había puesto sobre la mesa; aquello que preocupaba, generaba malestares y acompañaba situaciones de riesgo. Salir del lugar del padecimiento, de la pura crítica, para encarar acciones transformadoras. La pregunta que orientó esta segunda etapa fue: ¿qué queremos hacer y para qué? Algo había que hacer con los saberes construidos: algo había que intentar transformar. Compartir el propio recorrido, las preguntas, los escritos. “Esto que nosotros pudimos empezar a hacer a fines de 4to, tal vez otros puedan empezar a pensarlo antes

Así surgió la idea de rastrear -a partir de una consigna de escritura destinada a los alumnos de 2do y 3ero- las ideas y representaciones de los chicos y grupos respecto de los consumos de sustancias. Con ese material fuimos confirmando supuestos: las características que tienen los encuentros; la necesaria presencia de consumos en los mismos; la mirada que los más chicos tienen sobre los más grandes. Miedos y fascinaciones convivían en los escritos. Luego, con mi presencia en segundo plano, las integrantes del grupo inicial -ya en 5to- coordinaron encuentros con cada uno de estos cursos. La atención de los más chicos fue absoluta: ochenta minutos de miradas sostenidas. Preguntas, risas e interrogantes en voz alta. Espacios para respirar con otros otras cosas, interrogar lo inamovible, reconocerse parte de un mundo que impone con fuerza una inercia no elegida, dar lugar a ese padecimiento subyacente. Las chicas se propusieron así poner en juego y poner el cuerpo a todo lo que ellas (¿tarde?) habían podido desnaturalizar. Desmitificaron ese imperativo social que obstaculiza la libertad de elegir y hacer desde lo singular de cada uno y desde lo particular de cada grupo. La autora es coordinadora del Área de Alumnos.

SER MÁS LIBRES

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ABSURDOS Los estereotipos, trabajar toda la vida de lo mismo el dolor, la violencia, levantarse tan temprano para ir a la escuela apoyar el cachete en el de otras personas para hacer un ruido en su oído con la boca todo el dinero que se mueve en los deportes la creencia en un dios que no existe, la cartuchera de Valen o que cuando entrás a un local con mochila me digan que la guarde pero a las mujeres no les digan nada de la cartera, que se critique a la gente solo por ser diferente que no se escuche el silencio el amor, la discriminación, darle importancia a cosas que no la merecen, que nos den tarea en el colegio que nos pongan una nota con número poner la mayonesa en el borde del plato en vez de en el centro lo mucho que pueden llegar a afectar tu vida otros seres humanos la rutina, la sociedad diestro-hétero-normativa, me parece absurda la necesidad de compartir todo en las redes sociales que haya gente en este colegio que no haga talleres enojarse y enroscarse al punto de no soltar que tiendan a etiquetar las emociones y personalidades, la pizza y las empanadas de ananá que un pedazo de papel controle el mundo a mí me parece absurdo no poder volar que me puteen por ser de All Boys que un chico de 18 años al que la mamá lo lleva todavía a entrenar

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valga 180.000 euros, el matrimonio que la gente se preocupe por cosas materiales, tener que ir al colegio para saber lo que querés hacer de tu vida aunque ya lo sepas que le pongan azúcar al Nesquik que haya un desaparecido en democracia tener que pagar para ver fútbol, que haya gente con tanto y otros con tan poco discutir durante mucho tiempo por temas que en quince minutos, una semana o un mes no van a tener importancia, vivir en una sociedad que no permita al hombre llorar ni a una mujer estar con muchos hombres un hippie manejando un BMW levantarse temprano para ir a la escuela me parece absurdo que no logremos hacer silencio para una actividad tan sencilla como ésta.

(Antes de comenzar a leer La cantante calva, de Eugenio Ionesco, y de estudiar el Teatro del Absurdo en la clase de Lengua de 3ro, los chicos recibieron la siguiente pregunta: ¿qué cosas o situaciones de tu vida, de tu mundo, te parecen absurdas? De sus respuestas, surgió este poema colectivo).

Foto: Zoe Galiana, 4º año 2017.

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DESDE ACÁ SÓLO SE ESCUCHA EL VACÍO Este cuento fue uno de los ganadores del 9° Concurso Literario “De Ana Frank a nuestros días”, organizado por el Centro Ana Frank Argentina.

por Micaela Gueler

Desde acá sólo se escucha el vacío. El silencio me transmite que todo terminó y que el tiempo mismo arrasó con todo aquello que alguna vez amé. Ahora estoy hecha de recuerdos y cenizas, atrapada entre lo que fui y lo que pude haber sido. Una última palabra resuena en mí: “Valentina”, y junto a ese nombre, la sensación de que me pertenece, soy Valentina Zbar. No tengo claro cómo llegué hasta acá, o qué es lo que soy, pero estoy lejos, donde las estrellas marcan las siete. Déjà vu, un flash que me devuelve el sentido con recuerdos que parecían lo que más adelante sería la película de mi vida. Me encuentro yendo a mi primer día de clases; luego con mi vestido, lista para ir al templo de la mano de mamá. Por último, me veo apagando las seis velitas de la torta de chocolate y, por un instante, todo se vuelve a oscurecer. Todo me resulta conocido, descubro partes de mí que no reconozco, que el olvido borró cuando llegué acá. Otra serie de momentos se aparecen sin más, solo que más fríos, más distantes y con un aire de los que se presentan en las noches más lluviosas. Siento una lágrima caer por mi mejilla inexistente, no le da importancia a mi nueva anatomía, y sin pensarlo ahí me hallo sola, con un dolor en mi pecho, gritando. Observo cómo me separan rápidamente del regazo de mi mamá y la sacan de lo que sería mi hogar: minutos en los que unos soldados no demoran en entrar a mi casa y destruir todo a su paso. Intento llegar a ella, liberar toda mi fuerza, y alcanzar el camión en el que la dejan junto a gente amontonada. Todas llevan un símbolo, ese mismo que veía en el templo cada viernes. En el camión, puedo reconocer a Jule, mi compañera de clases; también al diariero, que siempre se paseaba por el vecindario; y al rabino del templo Baruj. Todos llevan angustia en su mirar. Mi mamá me grita que resista, que espere en casa a papá. Desde aquel momento esperé -entre lo que quedaba de mi casa y de mí- a que llegara papá. Cuando abre la puerta, yo estoy llorando en una esquina, abrazando una foto de mamá. Papá teme lo peor. Sus ojos están vidriosos, pero trata de sonreír para hacerme sentir que todo va a mejorar. Después de este recuerdo, todo en mí es borroso, no logro diferenciar lo que es recuerdo de lo que es real. La nada. El corazón se me oprime y otro recuerdo sale a la luz. No estoy en mi casa, tampoco en algún lugar conocido, y esta vez tampoco está mamá. Desde lejos lo veo, papá ni intenta sonreír. Está rapado. Una reja de alambre nos separa a mayores de menores; algunos desnudos, otros con algo de ropa, todos con la mirada vacía. El olor es inexplicable.

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Los meses pasan y los soldados nos dividen hasta que somos la quinta parte de los que éramos. Se nos llama por apellido y se nos manda a trabajar. Veo a los chicos de mi grupo caer en la tierra, nadie se preocupa por ellos. Los dejan morir. Logro verme en ese recuerdo, y vuelve mamá, su mano en la mía el domingo hacia el templo, las últimas imágenes de mi corta vida, mis últimos momentos de felicidad. Parecen las siete, y está oscureciendo. Un soldado me encuentra en la tierra, agonizo por la falta de higiene y de comida. Pone su bota sobre mi pecho y, finalmente, aprieta el gatillo. Todo se vuelve a oscurecer, muero y revivo infinitas veces. Entiendo mi historia. Acá estoy, donde las estrellas marcan las siete y, ahora sé, todo acabó. Mamá, yo resistí. Y sé que estás ahí, en algún lugar. Seis años de vida, las estrellas marcan las siete, ocho recuerdos para entender.

La autora es alumna de 2° año 2017. Ilustración: Sofía Méndez Tito, 5° año 2017.

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CD VOLUMEN VI DE LA ESCUELA DE MÚSICA DEL COLEGIO DE LA CIUDAD

TRIBUTO A LA MÚSICA DE CHARLY El baterista cuenta hasta cuatro, con la baqueta en el aire, y empieza a sonar. La guitarra arranca con el riff, el bajo lleva el camino. Cuando la voz dice: “Por qué no vienes hasta mí”, lo que vuelve a sonar del otro lado del vidrio es algo que conocemos todos, que forma parte de nuestra historia, que se está grabando una vez más. Esta vez por chicos y chicas que estaban todavía lejos de nacer cuando estas canciones fueron escritas.

a través de sus compañeros, de las muestras, de lo que circula en el Colegio. En muchos casos, es parte de una ampliación del repertorio musical que empieza cuando les proponemos cantar y tocar también temas en castellano, un deseo con el que no siempre llegan cuando empiezan la escuela secundaria. Una fibra especial se pone a sonar cuando uno canta:

“Nace una flor, todos los días sale el sol”. Esas palabras ya tienen melodía, las leemos y se forma casi sin que nos demos cuenta. Esas palabras tienen un nombre: Charly. Ni siquiera necesita el “García” para que todos sepamos de quién estamos hablando. De eso se tratan los clásicos, están en el aire sonando aunque haga mucho que no los escuchemos.

Es que la libertad, en esta parte del mundo, tiene también la forma de esta melodía. La riqueza de nuestro lenguaje, del castellano que hablamos nosotros, está hecha también de las canciones, de las expresiones de la música popular. Esa poesía que nos permite muchas veces expresar nuestras preguntas, miedos, búsquedas; y comunicarnos con los otros compartiendo metáforas y símbolos:

Este proyecto surge como correlato del CD Volumen V del Colegio de la Ciudad, dedicado a la obra del maestro Luis Alberto Spinetta. En éste, dedicado a Charly García, participaron distintos grupos de trabajo de la Escuela de Música: Ensambles Eléctricos Avanzados, el Taller de Canto Grupal, el Ensamble de Percusión, junto a alumnos de clases particulares de canto o instrumento que vivieron la experiencia de grabación como contexto de aprendizaje y formación musical.

“Puedes ser un gran campeón / Jugar en la selección / Y no tienes un poquito de amor para dar”.

“Mama la libertad / Siempre la llevarás / Dentro del corazón”.

Estas letras, con tanta historia, suenan de una manera distinta cuando las interpreta una generación nueva. Para seguir viva, la cultura tiene que actualizarse, transformarse,

Contamos también con invitados de lujo: músicos profesionales que son parte de la comunidad del Colegio y aportaron un condimento especial al proyecto.

¿POR QUÉ CHARLY? Charly García es considerado uno de los músicos más influyentes del rock en castellano y forma parte del ADN de nuestra identidad cultural. Por sus letras, por su música. También porque fue acompañando los distintos momentos históricos y políticos de nuestro país, con sensibilidad y absorbiendo a la vez los paradigmas sonoros y estéticos que acontecían en otros lugares del mundo. Así como otros personajes populares, Charly es una figura plena de matices y claroscuros. Nos centramos en su obra, que es extensa, genuina, ecléctica y valiosa, y nos sirve como portavoz para expresar sentimientos y pensamientos que son comunes a todos nosotros y que muchas veces solo la voz de la poesía o el idioma universal de la música logran enunciar. Para grabar este disco, pensamos en los modos en que nuestros estudiantes entran en contacto con una obra emblemática del rock nacional; tanto los que formaron parte directa del proyecto como los que reciben sus ecos,

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ser apropiada por los que vienen. Y ésa es una tarea que toca también a la escuela, especialmente cuando trabajamos con obras de arte. “Para nosotros, la obra de Charly representa libertad. Por las canciones que hizo durante la dictadura, en un momento duro de la Argentina, tratando de hacer reconocer el momento que estábamos pasando”, dice Pedro, de 3er año. “Es un tipo que puso la voz en un momento en que nadie podía ni sabía cómo hacerlo”, suma Julia, de 5to. “Muchos de nosotros empezamos a escuchar más rock nacional en el Colegio, y también a cantarlo. Y ahora está en todos los campamentos, cada vez que agarramos la guitarra”, agregan varios de los chicos que participaron en el proyecto.

1, 2, 3… GRABANDO La producción del disco implicó semanas de trabajo intenso en Casa Frida, un estudio de grabación con excelente calidad profesional e inmensa calidez y respeto en el trato. Una experiencia totalmente nueva para la mayoría de los chicos. E intensa como pocas. En primer lugar, porque una grabación implica un gran trabajo en equipo. Hace falta afinar la escucha, hacerse cargo de las responsabilidades individuales a la hora de preparar el material, tener paciencia con las cosas que no les salen bien a los otros. “Además de escucharte a vos, tenés que escuchar mucho a los demás, a ver cómo está tu sonido con respecto al de los demás, cómo se coordina todo junto”, cuenta Romeo, de 3er año. Hace falta dialogar con los técnicos de grabación, que uno acaba de conocer, prestar una atención especial a los docentes del Colegio e incluso ser consciente de que otros grupos están grabando antes o después; y los tiempos para estar en el estudio son escasos.

Músicos invitados (¡Gracias!) Javier Calamaro, Nicolás Echeverría, Kevin Johansen, Palito Ortega, Mariano Otero, Cucho Parisi, Pipi Piazzolla, Martín Telechanski, Adriana Varela, Rafa Varela y Lito Vitale.

Hubo que prepararse: hizo falta no solo practicar muchísimo, sino también lograr una concentración extrema en el estudio, una escucha muy atenta del sonido grupal y tomar conciencia de lo especial del momento. Los grupos venían trabajando los temas desde mayo, y eso ayudó a que pudieran lograr muy buenos resultados en pocas tomas, sin esfuerzos extraordinarios de último momento. Como dice Julia, de 5to: “Antes de ir a grabar, yo prefiero dejar de pensar en el tema. No practicarlo más. Porque, si no, ya te saturás. Y también está bueno tener la sensación de que el tema no está del todo cerrado, porque si no, no te esforzás en el momento de tocar”. Por último, la presencia de los músicos profesionales invitados también fue toda una novedad. Ya sea en el momento de grabar con ellos como a la hora de escuchar voces o instrumentos que habían sido agregados en otros días de sesión, el desafío se vio multiplicado. Por todo esto, se trata de un proyecto que estrechó vínculos y generó conocimientos musicales y de los otros, esos que se despliegan en las experiencias intensas.

TRIBUTO A CHARLY

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UN TRIBUTO Para los arreglos musicales de este disco, en algunas canciones nos apegamos a la versión original y, en otros casos, se buscó explorar y crear nuevos mundos sonoros. Quien escuche el disco se encontrará con una versión tanguera de “Filosofía barata y zapatos de goma”, “Salir de la melancolía” en clave bossa nova y aires de candombe, y “Súper héroes” con un arreglo especial para doce voces. Todas búsquedas musicales que los chicos vienen haciendo en sus respectivos ensambles y, desde antes, en su recorrido por la Escuela de Música. Grabaron cerca de cincuenta alumnos y buscamos hacer una sumatoria y combinación de sonoridades. Son once canciones que fueron elegidas intentando dar cuenta de la

diversidad presente en el repertorio de Charly, respetando los gustos y deseos de los alumnos que tocaron, aunque también apostando a sorprenderlos y a ampliar su “paladar musical”. Varios temas también fueron seleccionados por el equipo docente. Algunos no podían no estar, otros podrán sorprender. Estarán los preferidos de algunos, faltarán los favoritos de otros. Por suerte, el problema es de los buenos, el de los equipos de fútbol con muchos jugadores en su gran momento: el problema de la abundancia. Así fue que elegimos, acotamos, seleccionamos. Un pedacito de Charly interpretado por nosotros. Al fin y al cabo, de eso se trata un tributo.

En primera persona por Clara Lenger

Charly siempre significó mucho para mí, lo tuve presente en mi vida desde muy chica. Con mi hermano siempre que podíamos poníamos el disco de La grasa de las capitales, o Peperina...; digamos que Serú era lo único que se escuchaba en mi casa. Su música pendeja me mueve mucho. Para un día del niño me regalaron tres discos de Sui Generis que todavía atesoro con mucho cariño. Para mí, tener ahora la chance de grabar sus temas es una locura... Durante todo el tiempo que estuvimos grabando y en vísperas de grabación tuve la oportunidad de reconectarme con ese cachito tan importante de mi infancia, como lo es Charly. Algo que me gusta mucho de trabajar en proyectos con la Escuela de Música y con talleres en general, es que no nos toman como pibes de un colegio o adolescentes que se hacen los artistas, sino que nos dan voz y voto, y nos hacen poner en los zapatos de artistas de verdad, con todas las responsabilidades y el compromiso que esto conlleva. Quizás es porque me sorprendo muy fácil, o porque no entiendo nada de tecnología, pero me parece alucinante también el proceso de grabación. Creo que lo que más me entusiasma es el hecho de que un producto que elaboramos con tanto amor y con tanta buena onda quede grabado para siempre. Yo ya había tenido otras experiencias de grabación, pero nada se compara con ésta. Fue un proceso increíble. Me parece que todo está hecho con una delicadeza impresionante, por parte de Lau, de los profes, los técnicos... La autora es alumna de 3° año 2017.

TRIBUTO A CHARLY

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Docentes músicos: Marcela Fernández, Julián Gancberg, Nicolás Gulluni, Virginia Márquez, Nicolás García Medici, Natalia González, Federico Linari, Mel Muñiz, Olga Pacheco, Martín Pantuso, Tao Plante, Diego Pojomovsky, Gonzalo Rujelman y Luna Sujatovich. Alumnos y ex alumnos: Pedro Altcheh, Luca Ayerza, Chiara Baume, Malena Benz, Pedro Beros, Mateo Bettini, Bruno Bianchedi, Pedro Biscardi, Uriel Bitrán Ciccone, Dante Briceño, Romeo Calamaro, Agostina D’Elía, Sol Fariña Villaverde, Vicente Favrot, Julia Fonseca, Lena Galli, Bianca Garófalo, Micaela Gueler, Julián González, Ian Kladniew, Clara Lenger, Nicolás López, María López Teisaire, Florencia Marelli, Bianca Melman, Federica Merlo, Lucía Merlo, Martín Meschiany, Miranda Myndlis, Dante Ortega, Matías Padilla Strier, Santiago Panizza Salazar, Valentino Pisani di Pietro, Gregorio Portnoy, Nina Quintiero, Clara Rebagliati, Sofía Rojo, Francisco Rshaid, Tiago Rujelman, Agustín Silva Oleandro, Sofía Soriano, Zoe Taiah, Lucas Torres y Victoria Villar Iansa.

Ilustración tapa de disco: Estefanía Álvarez Milite.

Coordinadora de la Escuela de Música, productora general y musical del proyecto: Laura Favazza.

TRIBUTO A CHARLY

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01/09/2017

por Lola Soriano

¿Dónde está? Mi refugio son muchos, ¿pero él dónde está? No quiero hablar de refugio con tanta muerte alrededor. Y no quiero hablar de muerte con tanto amor. Pero faltan muchos, y hay minas que no volvieron. Mis refugios son míos, pero el miedo de no estar los arranca. Y faltan. ¿Dónde están?

La autora es alumna de 4° año 2017.

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PALABRAS COMO CONSTELACIONES

“Dominar una sola palabra ya constituye un gran paso… ¿Hacia dónde?” Roberto Malatesta, La nada que nos viste.

por María Paz Riva

La primera vez que pensé seriamente en las palabras fue este año cuando inicié el Taller Inventalinguas. El profesor nos dijo que para presentarnos debíamos decir nuestros nombres y una palabra que nos gustara, pero no por el significado sino por cómo sonaba o cómo nos hacía sentir cuando la pronunciábamos. Desde ese día no dejé de pensar en palabras que al decirlas me hacen sentir viva. Como las que se me ocurrían eran muchas, no dudé en planteárselo a mi profesor. Él me sugirió que las escribiera, que anotara todas las que pudiera. Desde entonces llevo esta libretita a todos lados, ya que en cualquier momento puedo encontrar o escuchar alguna. Al principio me fue difícil, porque todas las palabras me parecían lo suficientemente peculiares como para tener su lugar en la libreta. Pero luego, por desconfiada, las revisaba por si me arrepentía de alguna. Yo no quería que nadie supiera de ella, prefería que fuera algo sólo mío. Pero un día llevé la libreta a la escuela y se me ocurrió una palabra en Geografía. Al sacarla de la mochila, mis compañeras me miraron intrigadas: querían saber qué era y me preguntaron qué hacía. Incómodamente, les expliqué. Mientras les contaba, ellas sacaban una sonrisa. Y cuando por fin entendieron, me dijeron que me iban a ayudar. Me sentí obligada a explicarles cómo había que elegirlas, porque si me iban a ayudar, quería que lo hicieran bien. Les insistí en que las palabras que eligieran tenían que ser como un trabalenguas bello al escuchar o repetir, para que uno nunca las olvidara; y, también, debían ser placenteras de decir. Luego de unos días me di cuenta de que no era mala idea que colaborasen. Ellas me decían aquellas palabras que les gustaban, pero cuando las escuchaba, a mí no me convencían del todo. Así deduje que hay distintas preferencias de palabras; y que si algún día alguien leyera mi libreta, podría encontrar palabras que le gustasen y otras que no. Es que las palabras son como constelaciones en mi boca. Yo sé que son “pulidoras”: me pulen el paladar. Pelan los dientes, primero les sacan la cáscara amarillenta y terminan encontrándose con el centro blanco, como teclas de piano. Son tantas las variedades, pero tan pocas las correctas, que por eso hay que anotarlas, llevar registro. Las palabras son muy escurridizas. Si dejás de pensar en ellas un segundo, ya se escapan.

La autora es alumna de 1° año 2017.

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ENCUADRES, LUCES Y ENFOQUES

Avanzar en la búsqueda de un decir propio. Partir de la observación calma. Retratos. Desde el sentir.

Dana Bianchedi

Verónika Marachich

Las fotógrafas son alumnas de 3° y 4° año 2017. El trabajo fue producido en el Seminario de Profundización en el Lenguaje Fotográfico.

Miranda Baños Belatti

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Daisy Kohan Laudisi

Lola Parisi

Lara SolĂ­a

Lena Galli

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LA ROTONDA

por Pedro Beros

Un universo, una galaxia, un planeta, un país, una persona, un órgano, un tejido, una célula, una molécula, un átomo…, un universo. Ayer viví la experiencia de mi vida. No fue la mejor ni la más destacable, solo fue la experiencia de mi vida. Comenzó a la mañana. Como todos los días, suena el despertador y, como todos los días, bajo a desayunar. Luego, como todos los días, me visto para ir -como todos los días- en mi auto, a trabajar. Y digo todos los días ya que trabajo todos los días de la semana incluidos los fines de semana; todos los 365 días del año sin vacaciones ni feriados. Repito la rutina incluso cuando me enfermo. Trabajo en una fábrica de ruedas. Todos necesitan ruedas. Sin ellas no se avanza. Siempre me fascinaron las ruedas: su forma perfecta, su completo equilibrio, el hecho de no saber dónde comienza y dónde termina, solo que avanza. Luego, como todos los días, termino mi jornada y, como todos los días, paso por una ruta en forma de círculo (una gran rotonda) para ir a buscar a mi hijo que, como todos los días del año, sin descanso, juega fútbol en un club. Luego, como todos los días, voy al supermercado que está abierto los 365 días del año para comprar lo mismo que compro todos los días con la misma lista que ya está toda arrugada como casi siempre lo estuvo. Luego, como todos los días, dejo a mi hijo en casa junto con las compras y vuelvo, como todos los días, a las 3:30 a la rotonda para ir a la peluquería. No creerían lo rápido que me crece el pelo cada día. Ahora, se estarán preguntando, qué clase de experiencia tuve aquel día. Fue algo que no recordaba que estaba ahí hasta que lo vi. Habían arreglado la tele de la peluquería. Y eso que me habían dicho que no se iba a poder. Me volví, como todos los días, para mi casa. Pero esta vez vi un cráter pequeño en el camino. Los autos ya no circulaban por ahí, a pesar de que era chiquito. Ese día, las ruedas de mi auto se pincharon. Y el tiempo se detuvo. Eso sucedió mañana y sucederá ayer; pero hoy lo cuento hoy.

El autor es alumno de 4° año 2017. Ilustración: Alejo Mortola y Sebastián Shteinberg, 1° año 2017, realizada en el Taller de Dibujo y Pintura.

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CIUDAD, TENEMOS UN PROBLEMA

por Cecilia Lamela y Germán Zeoli

En nuestro colegio, las clases de Matemática se centran en la producción de conocimiento por parte de los chicos. Son los problemas matemáticos los disparadores de un desafío intelectual que es propuesto como estrategia de enseñanza y como apuesta a que la matemática puede vivirse de manera creativa. Los problemas ponen en movimiento la posibilidad de elaborar conjeturas, poner a prueba hipótesis, explorar posibilidades, reconocer regularidades, discutir estrategias. Y es este conjunto de prácticas lo que le da sentido al conocimiento matemático para los alumnos. Y esto tanto dentro como fuera del aula: ¿cómo se apropian los chicos -y no tan chicos- de esta creatividad matemática más allá o más acá de la “obligatoriedad” de las clases?

1. EN LA RADIO DEL RECREO LA MATEMÁTICA ES DULCE La Radio del Ciudad sale a veces al recreo, en radio abierta que es encuentro y espacio de distintas propuestas cada vez. Un día, un rato antes del recreo de las 11, el Colegio se empapeló con la siguiente propuesta:

Hay dos chicos, Agus y Valen. Uno de ellos dice puras mentiras los lunes, martes y miércoles; y dice la verdad los otros días. El otro dice puras mentiras los jueves, viernes y sábados, y dice la verdad los otros días. Un mediodía tienen la siguiente conversación:

”Ciudad, tenemos un problema” fue leitmotiv, hilo conductor de un conjunto de experiencias que buscaron precisamente eso. Sacar la matemática puertas afuera: llevarla al recreo, al Festival, a la tarde de talleres y al encuentro con otros en la experiencia de las Olimpiadas.

Agus: “Yo miento el sábado”. Valen: “Yo mentiré mañana”. Agus: “Yo miento el domingo”. ¿Qué día de la semana tuvo lugar esta conversación?

(Si resolvés este problema, vení a contarlo a la Radio en el recreo y llevate un premio para tu curso).

Varios grupos de chicos y chicas intentaron saber qué día de la semana había tenido lugar esa conversación. Pero debían explicar por qué sostenían esa respuesta. Sofía Mendez Tito y Lucía Bergerman se acercaron al micrófono para dar la respuesta y los argumentos que pensaron con un grupo de compañeros. Finalmente, tanto la respuesta como sus fundamentos resultaron convincentes y 5°A disfrutó de una caja de chocolates como premio.

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2. POR LAS TARDES: “CIUDAD, TENEMOS UN PROBLEMA” (TALLER DE RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS) Esta primera Radio en el recreo (vendrían más) fue oportunidad para invitar a todos a participar del Taller de Resolución de Problemas. “Ciudad, tenemos un problema” fue el nombre de este espacio, que se sumaría a las propuestas de “la tarde de talleres”. Durante todo el año, alumnos de distintas edades y recorridos con la matemática, resolvieron allí, juntos y en grupos, muchos y distintos problemas. La consigna del taller fue divertirse resolviendo situaciones problemáticas. Los chicos aceptaron ese desafío y trabajaron problemas como éste cada miércoles por la tardecita...

En una casa se reúnen 26 personas. Alicia es amiga de solo una persona, Bruno es amigo de dos personas, Carlos es amigo de tres, Daniel de cuatro, Elías de cinco. Y así, siguiendo, cada persona es amiga de una persona más que la persona anterior, hasta llegar a Yvonne, la persona número veinticinco, que es amiga de todos. ¿De cuántas personas es amiga Zoila, la persona número veintiséis? (ACLARACIÓN: Si A es amigo de B, entonces B es amigo de A).

Algunos chicos nos cuentan su experiencia “Mi relación con la matemática no es la mejor, pero este año decidí darle una oportunidad y participar de las Olimpiadas, como parte de un desafío personal. La experiencia fue buena en las dos rondas en las que participé, fue un momento para pensar mucho, y aunque me frustraron un poco los ejercicios, lo volvería a hacer” (Valentina Teisaire, 4º año). “Fue una muy linda experiencia, ya que pude dar todas esas cosas que aprendí en estos años. Me gusta que no tuvimos ninguna presión y eso hizo que lo pudiera disfrutar más” (Lara Trajterman, 3º año). “Yo ya había estado en las Olimpiadas, pero este año llegué más lejos. Pasar de ronda es una experiencia muy gratificante, ya sea porque uno se siente bien con uno mismo, o por tus compañeros alegrándose” (Francisco Rousso, 4º año). “Los ejercicios eran muy interesantes y las prácticas en el Cole muy divertidas. Me encantó compartir esta experiencia con muchos de mis amigos. Además de ser una oportunidad única que el Cole nos brinda” (Daisy Kohan, 4º año). “Me gustó mucho la experiencia, sentí que me desafiaba a mí misma” (Valentina Manfredi, 1º año). “Las Olimpiadas están muy buenas porque tienen un enfoque intelectual y de razonamiento de la matemática. No es hacer cuentas porque sí” (Delfina Gonzales Chaves, 4º año). “Me rompí la cabeza pensando un problema; y cuando lo saqué, estuvo buenísimo” (Micaela Jacubovich, 4ºaño).

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3. HACIA LA OLIMPIADA MATEMÁTICA ARGENTINA (OMA) El Taller también sirvió como espacio de trabajo y entrenamiento para todos los chicos y chicas que cada año desean participar de la OMA. Existe un prejuicio según el cual la OMA sería “para unos pocos”, “para los que pueden”. Desafiar esta imagen ha sido un propósito de todos estos años, y este Taller -y todas estas experiencias que venimos contando- fue un nuevo paso en este sentido:

cada vez son más los chicos que se animan a participar más allá de cómo les vaya en la materia correspondiente. La OMA puede convertirse en una excusa, una meta transitada desde el disfrute en la resolución de problemas. De este Certamen Intercolegial participaron este año treinta y cuatro chicos; varios de ellos fueron avanzando en distintas instancias, llegando incluso al Certamen Regional.

Problema del Certamen Intercolegial, correspondiente al Segundo Nível

4. MATEMÁTICA Y ARTE EN LA PLAZA Y llegó el momento en que no solo salimos del aula, sino también del Colegio e invitamos a todos, grandes y chicos, a disfrutar de resolver problemas. En el marco del Festival Arte en la Plaza, la clase de Matemática se hizo presente con un stand donde la propuesta fue resolver algunos de los problemas que se habían estado pensando, tanto los trabajados en el Taller como los referentes a la OMA. Allí, con lápiz y papel, de pie o sentados, entre idas y vueltas, discusiones e hipótesis, el objetivo giró siempre sobre un mismo eje: disfrutar pensando un problema.

La Radio por la mañana, el Taller por la tarde, la participación en la OMA, y el Festival de Arte en la Plaza fueron diferentes experiencias que buscaron sacar la matemática fuera del aula, para seguir interactuando con ella en ámbitos menos usuales. El disparador fueron los problemas matemáticos que, en distintos momentos y para diferentes edades, se presentaron como desafíos personales, intelectuales y también lúdicos; e invitaron a recrear pequeñas escenas de las clases de Matemática del Colegio. Cecilia Lamela es coordinadora y Germán Zeoli docente, ambos del Área de Matemática.

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VIDA, IMAGINACIÓN Y ESCRITURA La tarea era simple: escribir la vida en tercera persona de, en este caso, Catalina Sábat de 37 años. Naturalmente, la primera mitad tendría datos de la realidad; la segunda, de aquello que solemos soñar y a veces nos animamos.

por Catalina Sábat

El 22 de septiembre de 1999 nace Catalina Sábat. Desde ese día siempre tuvo mucho frío. Simplemente, siempre fue friolenta. A los 3 años decide bailar en la bañera y se abre la pera. Primera cicatriz de Catalina. A los 4 lee un cómic por primera vez. Más tarde, trataría de dibujarlos (y fallaría). Luego de varios intentos por comenzar una carrera como escritora infantil (en el sentido literal, era una niña), decide que la cosa no es para ella y se propone una nueva meta: bajar al mar en una burbuja para tocarle el violín a las ballenas. A los 6 años, Catalina y su madre compran un gato. Más tarde descubrirían que ambas son alérgicas a los gatos. También al polvo, a los ácaros, a las hierbas, a los perros, a los... Catalina visita el Museo de Bellas Artes. Edad aproximada: 7 años. Se enoja porque no puede dibujar bien manos. Sus cuadros favoritos son de la Guerra del Paraguay. A los 8 Catalina deja de mancharse con helado de dulce de leche. Su madre se pone contenta. No tiene que sacar tantas manchas de la ropa. A los 9 Catalina resuelve que no dibujará nunca más. Que su padre y su abuelo sean artistas plásticos no significa que ella también quiera serlo. Decide ser bióloga marina. A los 12 Catalina resuelve que sí quiere dibujar. Lo hace. Falla. Lo hace otra vez. A los 14 conoce a la persona que sería su “primer amor”. Se desilusiona a los 16. Catalina promete no volver a amar. Falla. Se enamora otra vez. Durante sus años de adolescencia Catalina desarrolla la costumbre de acostarse tarde. Sabe que es malo para ella y hace que le duela la cabeza. Pero lo sigue haciendo: no parece ser capaz de organizarse lo suficiente como para hacer las cosas sin tener que sacrificar horas de sueño. Catalina termina la secundaria en el Colegio de la Ciudad. Comienza a estudiar arte. A los 20 años, accidentalmente, viaja a Canadá. Siempre sostendría que inicialmente quería ir a Catamarca, pero que hubo un error y terminó en Toronto. Pasa un tiempo viviendo en Toronto y luego vuelve a la Argentina. Nunca conoce Catamarca. A los 4 años Catalina pide tener un hermanito. A los 5, se arrepiente. Cuando Catalina tiene 25 años recibe un premio. Nunca sabrá bien el premio a qué. Va caminando por la calle y, simplemente, se lo encuentra. Duda de que sea para ella, pero igual lo acepta. A los 5 años Catalina empieza a tocar el violín. Seguirá haciéndolo durante el resto de su vida.

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A los 19 aprende a tocar la batería, sueño frustrado. También hace un curso de lenguaje de señas y de crochet. Se siente abuela. Va al oculista y le recetan anteojos. A los 27 Catalina ilustra un libro y pone una casa de grabados y arte. Vive arriba del local durante un buen tiempo. Tiene un perro; y a la mañana desayuna tostadas con queso crema y mermelada en el balconcito. Durante su carrera universitaria Catalina aprende diferentes técnicas de artes visuales. No sabe por qué decidirse, entonces se especializa en grabado, dibujo y pintura. A los 30 cierra el local, se muda al interior. Vive en El Bolsón durante un tiempo. Tiene una huerta propia y un pequeño invernadero. A los 35 Catalina vuelve a Buenos Aires. Allí reside desde entonces. Hoy tiene 37 y acaba de abrir otro local de libros y objetos de arte. Sigue desayunando tostadas en el balcón de su casa. Cuando hace frío, usa su sweater favorito. Y está bien.

La autora es alumna de 5° año 2017. El trabajo fue realizado en clase de Literatura. Ilustración de la autora.

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ENTREVISTA: NI UNA MENOS

por Delfina Gonzales Chaves y Valentina Teisaire

A dos años de la primera marcha autoconvocada bajo el lema “Ni Una Menos”, nos encontramos con María Florencia Alcaraz, integrante y cofundadora del colectivo que promueve, desde 2015, la igualdad de género bajo esa misma consigna. Con ella conversamos sobre los orígenes del movimiento, sus objetivos y, también, sobre los principales cuestionamientos que suelen recibir. Este grupo de activistas se conformó con el objetivo de organizar actividades culturales que visibilizaran la problemática de la violencia de género. Una de ellas fue realizada en la Biblioteca Nacional. Se trató de una maratón de lectura en la cual participaron familiares de víctimas de femicidios. Entre texto y texto leído, una de las frases más recurrentes y con más impacto fue: “Ni una menos”.

Así es como surge el nombre de la agrupación. Tiempo después, ante el femicidio de Chiara Páez, un hecho que generó una fuerte conmoción, apareció la necesidad social de organizarse. El 3 de junio de 2015, miles de personas coparon la Plaza de Mayo bajo el lema que el colectivo compuesto por Alcaraz había elegido: “Ni Una Menos”. “No existe un feminismo capitalista”, expresó Florencia en nuestro encuentro, dejando en claro una posición que reúne la problemática de la desigualdad de género y la problemática clasista y de desigualdad social en su comprensión del machismo. Nos cuenta que el feminismo no solo lucha por la igualdad de género: también busca terminar con cualquier situación donde se invisibilice al oprimido, por ejemplo, discriminación por etnia, clase

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social, orientación sexual o género. Cada vez que leemos acerca del grito feminista podemos encontrar distintas opiniones y, si bien sabemos que hay un apoyo masivo -visto el pasado 3 de junio, cuando más de cien mil personas se movilizaron hacia Plaza de Mayo-, también es cierto que hay resistencias frente a las formas en las que estos reclamos se manifiestan. La ignorancia ante las consignas del movimiento genera que muchas personas se pregunten, por ejemplo: “¿por qué no ‘Ni Uno Menos’? Los hombres también sufren violencia”. “Las víctimas de la violencia son más varones que mujeres en general -dice Florencia- pero a los varones los matan desconocidos, en la calle o en conflictos intervecinales, peleas por fútbol, por guita. Ellos no mueren por ser varones, mueren por otras tramas de violencia que también son repudiables. Los femicidios son muertes por el hecho de ser mujeres. Es estructural, por eso el ´Ni Una Menos´”, concluye. Una de las respuestas que da el feminismo frente a este tipo de planteos es la información. El feminismo, además de denunciar la opresión a la mujer, plantea que el machismo también oprime a los hombres: les asigna un rol de género asociado a la violencia y lejano a la sensibilidad. Son estas características las que tienden a convertirlos en los victimarios de la violencia hacia la mujer. Aunque el machismo nos afecta a todos, es importante destacar la urgencia con respecto a la situación de las mujeres, para quienes la amenaza es explícita, y lo que está en juego es la vida. Es por esto que se coloca a la mujer como protagonista de la lucha, para visibilizarnos. Pero esto no quita que la lucha también incluya los derechos del hombre: al fin y al cabo, el feminismo busca desprender a toda persona de la opresión que el sistema machista les causa. Florencia expresó también que muchas veces se suplanta el término “feminismo” por el término “género”, para suavizarse o evitar controversias. Pero no ve esto como algo positivo, ya que la idea de “género” no asegura necesariamente el reconocimiento de la igualdad. El feminismo sí lo hace. Por otro lado, comentó que el feminismo también se ha incorporado en la cultura de masas, donde muchas veces se comercializa una idea, vaciándola de significado, y vendiendo masivas cantidades de productos con una imagen simplificada de la mujer luchadora. Lo que en realidad es una lucha que intenta modificar la sociedad, pasa a ser convertido por el mercado en una frase cliché, comercial e inocente, desprovista de sentido político. Esta mercantilizacion del feminismo podría llegar a entenderse, sin embargo y al mismo tiempo, como una forma de llegar a esas personas a quienes de otra manera la idea no las interpelaría. “El feminismo tiene muchas entradas, no sé si todo el mundo necesita leer El segundo sexo, de Simone de Beauvoir. Que escuche a Beyoncé y que después lea a las feministas históricas; me parece que no hay que repudiar

sino incluir esa posibilidad”, apuesta Florencia. Al ser el feminismo un movimiento autoconvocado y sin dirigentes, es inevitable que existan en su interior distintas corrientes. Algunas de ellas son más radicales y otras más flexibles o mesuradas. El punto de encuentro está en el cuestionamiento del orden social machista y en la iniciativa de desnaturalizar aquellos hábitos que lo único que hacen es oprimir la libertad individual y colectiva.

Las autoras son alumnas de 4° año 2017.

El encuentro tuvo lugar en el Seminario de Entrevista. Ilustración: Paula Abramovich Gullco.

ENTREVISTA: NI UNA MENOS

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DONADO Y BALBÍN

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Seminario de Profundización en Técnicas Muralísticas. Donado y Balbín, Saavedra, CABA. Septiembre de 2017.


RELIGIÓN Y EDUCACIÓN. EL DEBATE EN NUESTRA HISTORIA A comienzos de 2017, dimos clases públicas optativas en defensa de la educación como derecho y bien social. El texto que sigue es la reescritura de una de ellas.

por Gabriela Farrán

Los argentinos somos afines a los mitos, quizás porque nuestra historia es corta, quizás porque necesitábamos desesperadamente construir una identidad. Uno de ellos es el del país blanco. El otro es el del laicismo. Supongo que la sumatoria de laico y blanco da por resultado el mito de civilización tan anhelado por nuestra elite liberal, orgullosa de la separación entre Estado e Iglesia. Sin embargo, esta separación tiene un alcance más corto que lo supuesto. Un ejemplo de ello se puede observar en el plano educativo. Si bien suele creerse que el enfrentamiento en torno al tipo de educación se acotó al debate entre laica o libre de 1958, lo cierto es que históricamente ha sido un campo de disputa para las fuerzas políticas. Ya sea Progresismo versus Conservadurismo o Liberalismo versus Nacionalismo reaccionario, estas fuerzas político-ideológicas tuvieron entre sus ejes de discusión la educación religiosa en las escuelas. Debate que se reactiva periódicamente en nuestro país de la mano de los cambios políticos de cada época. Durante el período colonial la educación fue prerrogativa de la Iglesia. Es la Independencia la que abrió la primera fase en este conflicto. En la confrontación entre Unitarios y Federales, los primeros eran más afines al laicismo, en tanto los segundos, bajo el lema “Religión o muerte”, encontraban en el catolicismo un escudo de protección contra el liberalismo extranjerizante. Quizás sea Sarmiento el único laicista acérrimo en los momentos fundantes del Estado Nacional. En su texto La escuela ultrapampeana afirma sin eufemismos: “Las escuelas son laicas y no eclesiásticas”. Pero a pesar de haber llegado a la presidencia de la Nación, el modelo político, económico y pedagógico que él pretendía no alcanzó a coagular completamente por presión de la elite dominante. En su consabido enfrentamiento con Juan Bautista Alberdi, son las ideas de este último las que dieron argumento al modelo que finalmente se impuso bajo el lema de una “República posible”, en oposición a una República soñada por Sarmiento.

La Generación del ’80 reaviva el debate en el Congreso Pedagógico de 1882. En palabras de Adriana Puiggrós: “La derrota de la posición católica antiestatista en la década de 1880 no implicó que la religión se restringiera totalmente al ámbito privado. Por el contrario, su presencia se manifestó en la escuela pública en el propio discurso escolar, que incluyó elementos religiosos en los libros de texto, en los discursos de las conferencias pedagógicas, en las disertaciones de los funcionarios y en la palabra cotidiana de muchos maestros. En los escenarios de la

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lucha educacional de este período se construyeron las articulaciones más profundas del discurso pedagógico que sería el dominante en la Argentina durante más de un siglo”. Es la mismísima Ley 1420 la que en su artículo 8 da pie para la supervivencia de la educación religiosa en medio del vendaval reformista liberal cuando sostiene que: “La enseñanza religiosa solo podrá ser dada en las escuelas públicas por los ministros autorizados de los diferentes cultos, a los niños de su respectiva comunión, y antes o después de las horas de clase”. La acota, pero no la prohíbe. En el siglo XX es la UCR la que se afirma en el laicismo, pero a pesar de ello en 1937 -en medio de la restauración conservadora apoyada por los radicales antipersonalistasel gobernador de la provincia de Buenos Aires, Fresco, impone la educación religiosa obligatoria (católica, se sobrentiende). Por su parte, el peronismo ha tenido vaivenes al respecto. El ministro Ivanissevich buscó imponerla en la reforma constitucional de 1949 en nombre de un nacionalismo católico de derecha. Situación que se vio modificada en el marco de la Ley de Divorcio y Profilaxis que enfrentó, entre otras cosas, al peronismo con la Iglesia en 1954. En 1958 el debate sobre laica o libre termina con el triunfo de la segunda habilitando el crecimiento que luego será exponencial de la educación de gestión privada tras la que se fortaleció la educación religiosa.

Durante la Dictadura militar de 1976, el ministro Llerena Amadeo sostenía que: “Sin Dios ni moral no hay país posible”; en tanto que en el Congreso Nacional de Padres de Familia, Videla y monseñor Plaza plantearon la necesidad de “enseñar religión contra el marxismo”. Estos dichos y acciones no impactaron en Ciudad de Buenos Aires, pero sí en el resto del país. Terminada la Dictadura, en 1984 se convocó a un Congreso Pedagógico en el que se profundizó el debate con un laicismo envalentonado gracias al triunfo democrático. A pesar de la presión de la Iglesia, que logró algunas modificaciones en torno a contenidos, por ejemplo, respecto a la educación sexual, en términos generales se impuso el progresismo. Ahora bien, una vez que se creía superada esta discusión, reaparece de la mano de la actual gestión de gobierno, que incluye entre sus dirigentes a militantes religiosos católicos. El intersticio por el cual se cuela esta nueva embestida es el vacío legal generado con la derogación en 2015 de la Ley 1420 por la Ley de Digesto Jurídico. Hace unos pocos meses los diarios difundían lo siguiente: “En ocasión de un acto de inauguración de unas aulas en Corrientes, el presbítero Juan Carlos Mendoza, quien había ofrecido una invocación religiosa para bendecirlas, se dirigió al ministro de Educación, Esteban Bullrich, para pedirle que ´volvamos a impartir la educación católica en las aulas ya que no es imposible (…).Está pasando lo que está pasando porque hemos sacado a Dios de nuestras vidas, hemos sacado

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los crucifijos de los juzgados, todos los signos de Dios los vamos sacando y hay que recuperarlos´”. A lo que Bullrich respondió: “Vendría muy bien que todas las religiones tengan su espacio en las escuelas (…). Por más de que soy católico, trato de ser un apóstol y buen discípulo, sí creo que en las escuelas debemos enseñar otras religiones también, que también tienen lecciones para aprender” (suponemos que quiso decir enseñar). Y agregó: “Estoy convencido de que las enseñanzas del Evangelio deben ser aprendidas, el ejemplo de Jesús debe ser aprendido, pero también el ejemplo de Mahoma, las enseñanzas del budismo y el hinduismo, otras religiones también para crecer juntos reconociendo al otro (…). Reconocer al otro es educar y si hacemos eso, la luz, no solamente la del cirio pascual, sino la luz de la educación va a brillar más fuerte que nunca”. Más allá de estas expresiones de deseo, lo cierto es que si observamos el mapa actual de la enseñanza religiosa en las escuelas nos encontramos con que de las veinticuatro jurisdicciones, nueve explicitan laicidad en su educación

pública de gestión estatal, cuatro sugieren laicidad en su normativa, ocho no hacen ninguna mención al respecto o presentan ambigüedades que podrían prestarse a interpretar que se permite la religión y tres explicitan la educación religiosa en sus escuelas. Por su parte, la actual Ley de Educación dice en su artículo 8: “La educación brindará las oportunidades necesarias para desarrollar y fortalecer la formación integral de las personas a lo largo de toda la vida y promover en cada educando/a la capacidad de definir su proyecto de vida, basado en los valores de libertad, paz, solidaridad, igualdad, respeto a la diversidad, justicia, responsabilidad y bien común”. Me pregunto si la necesidad de formar sujetos con responsabilidad ética no está ya contemplada en este artículo de la Ley vigente. Me pregunto si la educación religiosa no deberá ser exclusiva del ámbito privado, en el seno de las familias con el dogma religioso que profesen. Me pregunto, con una visión más práctica, quién enseñaría budismo, hinduismo e islamismo. O si acaso esas religiones serían enseñadas desde la antropología, en tanto que el catolicismo se enseñaría como La Moral. Me pregunto por los ateos y agnósticos, que en este esquema parecerían parias sin Moral. Me pregunto si la moral religiosa no nos ha hecho ya demasiado daño prohibiendo la educación sexual, los anticonceptivos, tildando la homosexualidad de enfermedad, cubriendo casos de pedofilia entre sacerdotes, reprobando el cuerpo y el deseo como pecados, siendo cómplices en más de una barbarie política. Me pregunto, por último, si el Jesús de las enseñanzas que Bullrich reivindica será el Cristo sacrificado que entronizó la cúpula eclesiástica, o ese que -según Machado- anduvo en la mar, el que enfrentó al templo y se opuso al poder.

La autora es coordinadora del Área de Ciencias Sociales. Fotos: Paula Abramovich Gullco.

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LOS NIÑOS DEL HUMO

Y el humo consume el sentimiento y las sombras de las botellas los niños nocturnos juegan en la plaza los niños nocturnos ya no juegan con arena los niños se empujan como niños

por Julieta Pryor

se caen y juegan en la fuente de basura fuente de botellas olvidadas, de cenizas paquetes de cigarrillos, y tal vez el hombre sucio como fuente sentado en aquella esquina pueda decirte más. En la plaza del olvido el humo atrapa la memoria, atrapa a la conciencia, los atrapa a ellos, a los niños nocturnos bailando los atrapa tirados, los atrapa jugando al juego de los besos y el tacto en un rincón entre el tobogán y el hombre que se tambalea y dice ser dios. Ahora las alucinaciones son una estrella más de la noche tibia, ahora el humo hace todo turbio, ahora el humo es parte de la plaza el humo ahora es la arena donde se reflejan las sombras de los niños nocturnos.

La autora es alumna de 5° año 2017. Foto: Daisy Kohan Laudisi, 4° año 2017. Realizada en el Taller de Técnica y Expresión Fotográfica.

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PIENSO, LUEGO DIGO… ¿Cómo serían los cuentos infantiles tradicionales si cambiáramos la moraleja o los contáramos desde otro narrador?

por Olivia Papandrea

Hace unos años me contaron una historia y yo, como Licenciado en Filosofía que soy, no pude evitar quedarme pensando. Como dijo Aristóteles alguna vez: “El sabio no dice todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice”. Por eso necesité darle una vuelta de tuerca y para eso estoy aquí contemplando el terreno donde ha sucedido esta historia trágica. El cerdo es una subespecie de mamífero artiodáctilo de la familia Suidae. Aunque no tengo la menor idea de lo que esto significa, sé que los cerdos pueden ser necios e ingenuos. Me acuerdo de los tres cerditos, esta historia de traición y maldad. Ellos estaban felices por haber construido sus casas; pero en un abrir y cerrar de ojos todo cambió. Un día, un lobo se acercó a la casa de uno de ellos. Estaba técnicamente construida de paja, y yo me pregunto por qué aquel animal habrá querido hacerla así. Fácilmente, con un ventarrón, podía perderlo todo. El lobo seguramente pensó, analizando las condiciones climáticas y el viento a su favor, qué diría al cerdito. Entonces le pidió al cuadrúpedo animal si lo podía dejar pasar a su casa y el cerdo, luego de ver al lobo, pensó que sería mejor negarle la entrada. El malvado carnívoro, de pelaje gris, amenazó con poca sutileza al temeroso animal: lo dejaría sin hogar. Soplando fuertemente, así lo hizo. No quedó rastro del cochino. La feroz criatura decidió caminar un poco más. Visualizó a lo lejos, con la mirada fija, a su próxima víctima, que estaba haciendo su casa con madera. Me pregunto cómo lograría soportar un tornado esa aún frágil vivienda. ¿Qué es lo que hace a la fuerza y a la debilidad de la naturaleza? Esta idea me rondó por catorce días, el pensamiento me aturdió la cabeza. Y el momento dramático ocurrió nuevamente. El lobo se comió al cerdito, que no pudo expresar palabra. Pero el gran lobo no quedó satisfecho y se acercó al último cochino. Observó que aquel animal se escondía de él, detrás de su gran casa de ladrillos hecha del más poderoso y resistente material. Me pregunto: ¿será el cerdito consciente del destino que se avecina?, ¿será que los animales sienten el mismo temor a la muerte que experimentamos los humanos? Y he sacado una hipótesis psicológica: no puede uno elegir ser animal o ser humano. El lobo, sin ninguna negociación, le dijo que desplomaría con su poderoso soplido la hermosa y delicada casa de ladrillos. Pero aquella resultó invencible por su cierta arquitectura. Entonces el malvado le advirtió que volaría la casa con pólvora. Desesperado, el temeroso animal llamó a la familia Roja. Lo atendió Caperucita. El cerdo le explicó la situación con su mayor

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esmero, y Caperú le dijo que lo ayudaría. Porque “la amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas”, decía el amigo Aristóteles, y así pareció comprenderlo la mujercita, que al rato ya estaba cruzando el bosque. Fue entonces cuando vio al terrible y hambriento lobo, con sus dientes relucientes y sus ojos atemorizantes, que reflejaban las ganas extremas de satisfacer su apetito. En ese instante, Caperucita sacó de su corsé un arma y le provocó al lobo una lesión fatal. Como decía mi compañero Platón: “No hay mayor perfección en el mal que el parecer bueno no siéndolo”. Y así lo padeció nuestro ingenuo cerdo, quien creyó en Caperucita, para ser finalmente traicionado por ella. Dos abrigos de piel de lobo luciría luego imponente la joven, junto con un maletín de mano, hecho con la piel del engañado. “Todo el mundo ve lo que aparentas ser, pocos experimentan lo que en verdad eres”, dijo alguna vez Maquiavelo, gran filósofo de mi época. Si lo hubiesen sabido los pobres cerdos...

La autora es alumna de 1° año 2017. El trabajo fue realizado en clase de Lengua. Ilustración: Sofía Mendez Tito, 5° año 2017.

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UN HOMBRE ESCRIBE LA PALABRA...

por Paula Barrera

por Pedro Milberg

… BURBUJA

… LLORAR Un monstruo escribe la palabra llorar.

Un hombre escribe la palabra burbuja.

Mira la palabra, la abraza.

En la calle un niño la crea,

Se pregunta qué se sentirá llorar

allí todos sus sueños reflejados.

ya que hace mucho que dejó de hacerlo.

¿Es una burbuja la creación de un sueño o

Qué sentirán los niños, que cuando apagan sus luces

la destrucción de ellos?

saben que está ahí.

La burbuja se eleva, el sueño crece.

O los jóvenes que lo ven, con otra cara y cuerpo.

¿Es la entrada de las fantasías o

Los adultos que le temen.

un despertador de la realidad? Se estrella con un árbol,

Y los ancianos que lo esperan,

el agua cae en el ojo del niño, lo despierta.

en camas de seda y terciopelo. ¿Será miedo eso que sienten cuando lo ven,

¿La burbuja destruyó el sueño o

saliendo de los roperos y de abajo de las camas?

le dio la oportunidad de crear otros?

¿Será cólera?

Nadie la puede decir enojado,

¿O esos llantos en los que los niños rompen son de alegría?

una excusa perfecta. Es inocente.

Cuando lo ven en una esquina del cuarto. Abrazando el llanto.

Los autores son alumnos de 1° año 2017. Los trabajos fueron realizados en el Taller Inventalinguas, jugando el juego que propone Roberto Malatesta, poeta santafecino, en La nada que nos viste. Foto: Estefanía Álvarez Milite, 2°año 2017.

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PRIMERA VEZ En las elecciones legislativas 2017, muchos de nuestros estudiantes votaron por primera vez. Aquí, algunas de sus sensaciones y reflexiones…

Para mí fue un día bastante movido, me sentía inquieto. Siempre acompañaba a votar a mi viejo y ahora era meterme solo, estar ahí viendo las boletas..., tenía ganas de hacerlo, y me encantó. Para mi familia siempre fue un día especial el día de las votaciones, y esta vez pude vivirlo como individuo, como adulto. Me parece muy interesante que se pueda hacer a los dieciséis, y me gustó que fuera justo en elecciones legislativas. Me parece muy importante la definición de cómo va a estar compuesto el Congreso y poder elegir a quienes lo integran. No da lo mismo. Las semanas previas me informé bastante. Yo ya tenía mis previos ideales. Traté de cotejar lo que yo pensaba con lo que proponían los candidatos, y de ahí salió mi voto. El debate entre candidatos que se hizo acá en el Colegio me sirvió un montón. No para cambiar mi voto, sino para reafirmarlo” (Uriel). “Yo creo que lo bueno del voto, y lo malo también, es que se condensa mucho de lo que uno cree. A mí me pasó que yo creo muchas cosas, estoy muy convencida de cómo hay que manejar ciertas cosas, pero, a la hora de ir a votar, todo eso de pronto se tenía que condensar en la elección de una boleta. Y es difícil... porque, en relación a la lista que voté, hay muchas cosas con las que estoy de acuerdo y otras con las que no. Es un desafío elegir. De chica siempre tuve la ilusión de que cuando votabas, vos estabas súper convencido. Entonces salí de votar y un poquito me angustié, salí como confundida. Pero me doy cuenta de que es así: uno nunca va a estar de acuerdo con todo, y eso también está bueno. Elegir a quién votar es también elegir en qué me voy a centrar para tomar esa decisión, qué cosas voy a priorizar. Me sirvió mucho investigar cómo

votaron las distintas fuerzas en el Congreso para distintos proyectos de ley. Eso te permite ver las acciones más allá del discurso, te permite ver en la práctica qué modelo de país impulsa cada uno de los partidos. Me pasa que me cuesta mucho creer. Cuando debatimos, yo escucho, me gusta formar parte. Pero nunca un debate como el que tuvimos acá o los que se ven en los medios, va a definir mi voto. Para mí hay que fijarse mucho en las acciones concretas; y también hay que saber que lo que uno cree y quiere lo lleva al hombro todos los días, más allá del voto. O así debería ser creo… Sería gravísimo que la política fuera sólo ir a votar. El voto es eso, como una ´condensación´, pero creo que hacer política es algo más complejo, y más constante, de todos los días” (Agustina). “Ese día me desperté con mucha migraña, me sentía muy muy mal y no quería salir. Pero finalmente me puse las pilas y fui. Mi papá y mi mamá insistieron mucho en sacarme una foto, y hasta lograron que la presidenta de mesa posara dándome el sobre. Fue muy gracioso. Sentía como una mezcla: estaba ansioso y un poco nervioso, porque tenía miedo de olvidarme cómo era el proceso, alguno de los pasos. Pero me acordé. Después de votar me sentí bien, sentí como que pude aportar lo que yo pensaba, y eso es algo que me gusta. Hay mucha gente de nuestra edad que ya tiene una idea política, que tiene cosas que decir, y ésta es una forma de expresarlo. Yo ya tenía una idea política formada, nunca dudé demasiado de cuál iba a ser mi elección; pero aún así me pareció importante informarme sobre otras opciones, que ni siquiera había contemplado. No cambió mi decisión, pero no fue lo mismo hacerlo que no hacerlo” (Valentino).

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“A mí me parece importantísimo que los jóvenes tengamos esa voz en el voto. También me parece bien que sea algo optativo, porque creo que a esta edad tiene que hacerse a voluntad y tiene que estar bien pensado. También siento que a veces nos tomamos la política como si fuera un equipo de fútbol, ´yo voto a este equipo porque lo llevo en la sangre´. Cuando me pasa eso, no me gusta. Intento pelearme conmigo misma para reafirmarme: saber que si voto algo es porque realmente quiero y realmente estoy de acuerdo. A veces le escapo un poco al debate político, justamente porque me voy de mambo. O me pongo mal, o me enojo mucho. Pero cuando me animo a meterme, me gusta escuchar lo que piensan los demás. Capaz en el momento se los discuto, pero después siempre me quedo pensando. Me gusta hacer ese ejercicio: ´ok, si yo fuera de este otro partido, ¿qué estaría diciendo ahora?´. Eso me sirve, me sirven estas peleas internas. Creo también que la democracia no es solamente votar. Pensar y preguntarse cosas constantemente es democracia, es no quedarse callado, es no dejar toda la responsabilidad a una persona. Si voto y me quedo sentado dos años, hay algo que no va; no debería ser así” (Olivia). “Ese día fuimos temprano a votar con mi papá. Llegué y encontramos nuestra mesa en las listas. Pero cuando entré al cuarto oscuro, me quedé en blanco. Yo ya sabía a quién iba a votar, pero me quedé en blanco…, ¡tantas boletas te marean! Estuve un rato largo hasta salir. Después nos fuimos a comer medialunas. Con la cuestión del voto siento que hay como una madurez..., significa que ya tenés que tener bien en claro qué pasa en el país, qué cosas hay que hacer, qué cosas no. Y ahí decidís a quién querés seguir. Si uno no es maduro en lo político, no podría…, simplemente podrías llegar a votar a alguien por la cara, y eso no se debe hacer. Tenés que tener muy en claro a quién estás eligiendo y qué es lo que quieren esas personas” (Joaquín).

“Ese día mis viejos estaban emocionadísimos. Yo entiendo la importancia de votar por primera vez, obvio, ¡pero hace falta! Fotos antes de salir de casa, en la calle, en el auto, entrando, metiendo el sobre en la urna, saliendo… ¡Demasiado! En la última foto, la de la urna, me estoy riendo porque me llevó un ratito encontrar por dónde se metía el sobre; y después casi me olvido el DNI y de firmar…, un desastre. Más tarde acompañé a un amigo a votar. Fue gracioso, fue como un plan de salida ir a votar. En cuanto a quién elegir, y los días previos, estuvo bueno. En mi familia hay una ideología política bastante definida, y casi todos votan lo mismo. Yo este año empecé a debatir con otras personas, a informarme más y enterarme más cosas. Y al final terminé votando distinto que mi familia” (Tiago). “Fui con un amigo, que es un poco más chico que yo. Y estaba todo contento porque yo iba a votar. Como yo voto en el mismo lugar que mi mamá, fuimos los tres. Estuve como media hora buscando adónde tenía que ir. Subí, bajé, hasta que llegué... Cuando salí del cuarto oscuro, los dos me abrazaron fuerte. Para mí votar es algo importante. Desde muy chiquita me interesa la política, siempre hablé mucho de política con mi abuela. Siempre me gustó la idea de ir a votar y creo que desde hace tiempo estaba esperando este momento” (Luna). “Para mí votar es toda una responsabilidad. Por un momento pensé en no ir, por el hecho de que no sé mucho de política. Pensé: ´mi voto cuenta, no da que vaya a votar lo que votan mis papás o mis amigos´. Al final, me puse a buscar en internet las distintas opiniones sobre distintos temas, distintos casos. Entrevistas, notas, videos. Y a partir de ahí elegí. En algún lugar tenía ganas de hacerlo, siempre desde chiquita acompañaba a mis papás. Pero bueno; si quería hacerlo, tenía que investigar, informarme” (Florencia).

Uriel Bitrán Ciccone, Agustina Cabo, Luna Chapur, Tiago Hazan, Florencia Marelli, Olivia Nuss, Joaquín Ozan y Valentino Pisani. Alumnos de 4° año 2017.

PRIMERA VEZ

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ESO NO SE DICE Algo pasó en el Taller de Lectura, que no es lo que el lector supondrá. Algo pasó para que el profe propusiera que, en los últimos minutos, los chicos escribieran un breve relato que incluyera una sola vez la palabra pedo.

El reloj corría y Román permanecía en la cama pensando qué hacer. Llegó el punto en la tarde donde los viejos duermen la siesta y los chicos se aburren en un vacío. Estaba tan al pedo que ya no se preguntaba “qué puedo hacer” sino “qué no hice todavía”. Entró Renata por la ventana y se sentó junto a él, en el puf. -El reloj no te anda, Romi –le dijo. -¿Y? -Que te vas a quedar siempre en la hora de la siesta si no lo arreglás. Román miró de reojo al reloj enmarcado de madera de roble, el vidrio estaba rayado. Suspiró. -Sí, seguro – le contestó sarcásticamente. Pasaron 86 años y Román y Renata siguen en el cuarto. Él tirado en la cama. Ella sentada en el puf. Miranda Myndlis

Me levanté antes de que sonara la alarma. Miré la ventana y respiré costosamente. Volvió ese olor a pedo, aceite de auto y desodorante dulzón que emanaba de la fábrica. Aquella fábrica no era normal. Yo trabajaba ahí, solo, recorriendo los largos pasillos llenos de tuberías, jalando palancas y tocando botones. De la máquina salían personas, bellamente esculpidas, hermosas pero falsas. Luego de armarlas, las llevábamos a los carteles, para así hacer soñar a la gente con lo que no puede tener. Pedro Milberg

La miraba todos los días. Ella era hermosa, pero yo no lo era y le tenía demasiado miedo al fracaso. Un día la invité a comer y dijo: sí. Empezamos a salir, pero me di cuenta de que era complicado estar con ella y nos empezamos a separar poco a poco, porque se sentía forzado. Veinte años después, todavía pienso en ella y digo “qué hubiese pasado si...”. Pero me di cuenta de algo: el amor es como los pedos, si lo tenés que forzar es mierda. Benjamín López Teisaire

Los autores son alumnos de 1° año 2017. Ilustración: Lara Naftal, 4°año 2017, realizada en el Taller de Pintura.

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LOS VIAJES


Empiezo a escribir esto a las 5:50. Dormí bien y me desperté pensando en el esfuerzo emocional que debe representar para ustedes el no estar con su hijo más el no estar directamente comunicado con él. Dar cuenta de todo lo que va pasando acá es misión imposible. Porque hay setenta chicos y chicas de ciudad viviendo al aire libre. Porque los despiertan los “ruidos” de la naturaleza y una intensidad luminosa desconocida. Porque el campamento no son sólo las actividades organizadas. Porque todas las emociones de distinto tono se tramitan en convivencia plena: no están ustedes, no hay un volver a casa cada tarde. Hablamos una y otra vez con los profes, como quien confirma una hipótesis, sobre lo bien que les hacen a los grupos los campamentos. Tanto que acá nos encontramos usando la palabra grupo y no curso o división. ¿Por qué será que volvemos a decirnos lo que ya sabemos? Quizás porque cada grupo es distinto, quizás por los cambios epocales en las adolescencias y en las paternidades/maternidades. Qué lejos están acá estos chicos de lo que son los riesgos propios de la etapa vital que empiezan a atravesar como quien se mete en una montaña rusa sin sujetador, sin seguro. ¿Cómo construir los propios seguros/seguridades? ¿Serán para eso los campamentos y los otros desafíos y oportunidades que les presenta una escolaridad no convencional? Buen despertar de jueves, queridos. Acá ya amanece. Abrazos.

(WhatsApp de Néstor Abramovich a padres y madres desde el campamento de 1ºaño en Mar del Plata, 12 de octubre de 2017).

Mar del Plata. Merlo. San Rafael. Tilcara.


DIÁLOGOS SOBRE LECTURAS EN LA RADIO DEL COLEGIO

DE POLINOMIOS, TIROS LIBRES Y LECTORES Atrapalectores es un programa de radio donde alumnos de 4to entrevistan a docentes y otros adultos del Colegio sobre sus trayectos como lectores. La idea de estos encuentros surge en las clases de Literatura a partir de intensos debates: ¿hay que leer a los clásicos?, ¿cómo se forma nuestro gusto personal?, ¿qué tienen para decir los lectores de nuestro colegio?

por Pablo Salas Tonello

Muchas veces, la dinámica escolar nos lleva a pensar que la vida de los profes comienza y termina en sus especialidades: conocemos a esa Grace que la rompe resolviendo polinomios y dibujando parábolas, y sin dudas Joaco es el indicado para ayudarte a corregir la técnica de un pase de fútbol. Pero… fue la curiosidad la que encendió la chispa de este proyecto. ¿Qué mundos de lectura habrá en esos profes con los que uno se cruza todos los días, semana tras semana?

nombre. “Atrapalectores”, propone Uriel, “¿les gusta?”. Va como piña. En este programa, Grace sorprenderá a

Sí, señor. Los profes de Literatura no pueden ser los únicos habilitados para barajar una biblioteca y despacharte con un libro en la mano. Atrapalectores nació así de una idea muy simple: entrevistar a los adultos del Colegio sobre sus trayectorias de lectura y sobre la forma en que, a lo largo de su vida, fueron construyendo su gusto personal. Podíamos hacerlo en cualquier lugar: en un pasillo, en la sala de profesores, o bajo el árbol del patio. Pero la radio -La Radio del Ciudad- venía siendo un espacio habitado por las voces de muchos de los chicos de 4to. Esta radio -que se monta y desmonta cada vez en el Laboratorio de la escuela- podía ser el escenario perfecto para este encuentro con mayúscula. Y lo fue. Porque de la radio, a veces, resulta eso: territorio compartido, magia de un encuentro en la palabra, en el silencio, incluso en la seña muda. Es martes. En pocos minutos se grabará el primer programa. Grace, profe de Matemática, será la lectora invitada. Uriel repasa su columna sobre qué se entiende por el valor literario de una obra, mientras Delfi y Vini eligen la música que van a pasar. Lucía, de 5to año, está lista para contar a los oyentes lo que está leyendo actualmente. Sin embargo, falta algo importante: el programa todavía no tiene

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todos trazando un panorama de la literatura de ciencia ficción y sus paralelismos –a veces logrados, a veces decepcionantes- con sus versiones cinematográficas. Los chicos agendan una primera recomendación: La mano izquierda de la oscuridad, de Ursula K. Le Guin. “Mis primeras lecturas fueron con historietas -cuenta Grace-; después, la ciencia ficción. Nunca me preocupé por los clásicos; pero también es cierto que no tuve a nadie que me aconsejara”. Algunas emisiones después, guiada por las afiladas preguntas de Luana, Mimí -del Equipo de Direcciónofrecerá un paseo por su universo personal de lecturas: “- ¿Qué tiempos o espacios encontrás para leer? -De grande recuperé espacios que antes no tenía. Creo que hay una etapa de la vida en que la lectura se nos escapa un poco, cuando uno está laburando mucho y con los hijos chiquitos. Ahora, leo antes de irme a dormir, o porque decido sentarme a leer a la tarde en un sillón. También leo mucho los fines de semana y siempre tengo un libro en la cartera. -¿Estás de acuerdo con que haya un género bajo el título de ‘literatura juvenil’? - ¡Qué pregunta! Me parece que no... Cualquier cosa que caiga en sus manos ya es del joven. Tu pregunta me deja pensando. A veces cuando veo en las librerías “literatura juvenil”, me parece que lo ordenan así para vender. Ahora bien, si uno tiene un profesor que orienta, no sé si hay edades para leer qué”. “Las lecturas -subraya Mimí- nunca son definitivas, porque cuando uno retoma los libros tiempo después, el encuentro con esas páginas ha cambiado”. Lola recuerda las lecturas que Mimí compartió con ellos mismos en 1er año, cuando

fue su profesora de Cívica. “-¿Qué diferencias encontrás trabajando con textos académicos y textos literarios con los alumnos? -Qué buena pregunta… Yo quería que ustedes leyeran un libro. Mi sensación es que a veces con los textos académicos aburrimos estudiantes. Eso me da un poquito de pena. Y es interesante, entonces, encontrar en la literatura el apoyo de un tema en una materia. Sin embargo, eso no quita que los textos académicos sean absolutamente necesarios para el trabajo del aula”. Llega un nuevo martes. Como la conducción es rotativa, para la mayoría de los chicos es su primera vez en la radio. En los minutos previos de preparación, unas risitas nerviosas delatan este rito inaugural. Por suerte está Lucas -responsable del espacio de la radio- que, además de realizar la operación técnica con paciencia zen, comparte con los chicos su pericia y algunos consejos indispensables: que hablen cerca del micrófono, que eviten carraspeos y muletillas, que tengan mucho cuidado con los ruidos de papeles... Consejos simples algunos y sugerencias más complejas también: aquéllas que refieren al delicado arte del lenguaje radiofónico. Comienza a sonar la cortina musical y Male da inicio a un nuevo programa. En esta edición, Cali retomará las discusiones acaloradas que en su momento motorizaron este proyecto: rebate con palabras certeras las ideas de Harold Bloom, un conocido crítico literario que tiempo atrás habíamos leído en las clases de Literatura. “Según Bloom -dice Cali- un libro que llega a mucha gente tiene menos calidad literaria porque es fácil de entender, y la literatura, según él, debería hacerte pensar. Ahora, si a tanta gente le gustó un libro como Harry Potter y pudo identificarse con

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él, si todos lloramos con la muerte de sus personajes, ¿eso no hace crecer el valor de la novela? Para mí, la calidad literaria no se define por características fijas del libro, sino por la forma en que el lector se relaciona con él”. Tony, encargado del Área de Gestión del Colegio y lector invitado en esta ocasión, escucha y se entusiasma con las palabras de Cali: “Leí de todo, pasé por distintas etapas, y me identifico con esa pasión. Es maravilloso que alguien defienda así lo que lee”. Cuenta Tony que una vez, por ejemplo, se quedó atrapado en un corte de ruta y, sin darse cuenta, se pasó horas sentado arriba del colectivo, enfrascado en un libro. Todo el mundo se había bajado, pero sólo se dio cuenta mucho después, cuando los demás pasajeros comenzaron a subir y se percató de que en ningún momento había levantado la vista.

En cada emisión de Atrapalectores, otro de los momentos especiales es la sección final, donde alumnos del Colegio comparten sus propias producciones literarias. Como aquella vez en que Cata y Nina leyeron sus poemas y, al terminar, un silencio profundo invadió el estudio. ¿Cómo se sigue hablando después de un poema? Cata confesaría un rato después que le cuesta mucho escribir en prosa: “La poesía tiene una música que no puedo dejar. ¿Por qué voy a escribir todo de corrido si puedo elegir dónde va cada palabra? Las palabras necesitan tiempo, dejar que se escuche cada cosa y pensar qué significa”. Cada martes trae así nuevas experiencias y sorpresas. Por Atrapalectores pasaron Grace, Mimí, Tony, Luciana y también Juan, Eva, Rox y Débora, vicerrectora y lectora “omnívora”, que comparte con su hija pequeña distintos rituales del mundo de la lectura. Y en Atrapalectores suceden otras cosas también, ricas y diversas, como aquella vez que Tico y Santi cruzaron fútbol y lectura, e invitaron a Lula, de 5to, a contar su experiencia con un libro sobre la violencia en las hinchadas. O esas otras tantas veces, en las que los debates sobre el gusto y el valor literario dieron lugar a columnas sobre temas relacionados: Mica y su experiencia como espectadora de teatro; Azul y Santi que explican la importancia del cine independiente;

Luana instruyendo sobre los mangas, antigua y vigente tradición literaria japonesa. Atrapalectores es encuentro, es debate, es literatura y también magia. La radio habilita una sintonía especial en este cruce entre generaciones, intereses y curiosidades. Lejos de existir un único trayecto “correcto”, parece ser que cada lector construye su camino propio, en una práctica viva, plena de experiencias, emociones y significados que se imprimen a fuego para seguir creciendo cuando son compartidas con otros.

Participaron de Atrapalectores: Valentina Álvarez Rossini, Malena Benz, Pedro Beros, Uriel Bitrán Ciccone, Vicente Favrot, Luana Ferrari, Delfina Gonzales Chaves, Micaela Jacubovich, Daisy Kohan Laudisi, Valentín Longarela, Verónika Marachich, Bianca Melman, Santiago Migdal, Rocco Montagnoli Bruzzone, Rosario Pimentel, Clara Rebagliati, Azul Renzi, Francisco Rousso, Francisco Rshaid, Simone Simpson, Santiago Shteinberg, Lola Soriano, Lucía Spandre y Simón Woscoboinik. Alumnos de 4° año, 2017.

Todas las grabaciones de Atrapalectores pueden escucharse en: vocesdelciudad.wixsite.com/escueladecomu

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El autor es docente de Literatura. Coordina el proyecto Atrapalectores, junto a Lucas Taskar, responsable de La Radio del Ciudad.


SOY TELÉMACO La consigna fue elegir a algún personaje de La Odisea y concentrarse en un acontecimiento en el que participara. ¿Cuáles serían sus anotaciones y reflexiones en un diario íntimo?

por Iván Samaniego

Esparta, en algún momento de mi vida. Hemos arribado a Esparta con los caballos que el cordial Néstor nos ha prestado. Fue un viaje bastante rápido y Pisístrato fue muy amable conmigo, brindándome comida deliciosa que nos prepararon antes de partir. En Pilos me aguarda impaciente la tripulación, cuidando mi nave. Desde que toda esta travesía comenzó, he tenido dos situaciones con mi guía Méntor. Cada vez que me habla y me mira a los ojos, noto algo muy especial: siento que brillan. Lo otro es que, en más de una ocasión, me han dicho que puede ser un dios. Si tengo que elegir a algún dios, creo que sería a Atenea, la de los ojos brillantes. Seguiré con mi investigación.

El autor es alumno de 2º año 2017. El trabajo fue realizado en clase de Lengua. Ilustración: Valentina Riva, 5º año 2017.

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por Sofía Soriano, 5° año 2017. Trabajo elaborado tras la visita al Museo de las Islas Malvinas, en el predio de la Ex ESMA.


AL PIE DE LA LETRA ¿Qué sucedería si interpretáramos alguna metáfora de manera literal?, ¿cómo sería “salvarse por un pelito”?, ¿y “tener la cabeza en las nubes”?

por Sofía Rojo

LLEGAR VOLANDO Estaba apurado no llegaba ni al lado. El tiempo corría, la gente reía. “Qué insoportable” mi mente decía. Me puse mi capa,

por Martín Meschiany

salí expulsado llegué al trabajo.

VERDE DE ENVIDIA

Pasé la puerta “¿por qué tan temprano?” mi jefe preguntó. “Llegué volando” le respondí yo.

Tenía ganas de comprar un gato, pero no me alcanzaba la plata. Entonces salí a la calle a ver si encontraba uno. Caminé veinte cuadras sin encontrar nada. Recién en la esquina de Fray Justo Santa María de Oro y Mariscal Antonio José de Sucre, encontré un gato hermoso, ¡que era verde! Lo levanté y lo llevé a mi casa. Era un gato muy bueno. Vi en la televisión que había un concurso para gatos con sus dueños. Nos anotamos, el gato y yo. Pasaban los primeros concursantes, y cada dueño copiaba lo que hacía su gato. Eran cosas muy impresionantes. Un señor, por ejemplo, tenía un gato que tejía a crochet, ¡y le cocinaba spaguetti! Cuando fue mi turno, este señor me miraba fijo y yo... ¡me puse verde de envidia! Todos empezaron a aplaudir: yo estaba tan verde como mi gato.

Los autores son alumnos de 2° año 2017. El trabajo fue realizado en clase de Lengua. Ilustró: Simón Woscoboinik, 4° año 2017.

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REDES SOCIALES Y CALIDAD DE VIDA

por Cristóbal López Teisaire

Considero que el campo de las redes es un conjunto de polos opuestos. Es innegable que nos han brindado múltiples nuevas habilidades; tan innegable como que nos han privado de desarrollar otras. Son capaces de fortalecer relaciones y de acortar distancias; y, al mismo tiempo, también capaces de oxidar y deshumanizar vínculos con su irrealismo. Facilitan el acceso a información de cualquier tipo: tus intereses y sus actualizaciones están a segundos de navegación. Sin embargo, también te exponen a graves falsedades y confusas falacias que intentan llamar la atención. Brindan una cobertura que le permite a uno mismo representarse y englobarse en su totalidad personal, pero también avalan indirectamente el anonimato y millones de serios perjuicios sin claros victimarios. La realidad es que la situación en las redes depende principalmente del sujeto que las experimente. Hay una conciencia y una precaución requerida para no padecer sus rasgos más negativos. Pero, además, es necesario un acompañamiento de las condiciones de sociabilidad del sujeto en cuestión, ya que las redes son capaces de conducir tanto a la adicción como al aislamiento. Es importante en ese sentido no perder el tacto real en la comunicación ni la diversidad de intereses que van más allá de la pantalla, y en parte estos factores son independientes de uno y sus intenciones. Yo soy un constante usuario deambulador y, como tal, puedo afirmar que las ventajas que te brindan las aplicaciones más relevantes son enormes. Además del mero entretenimiento y el factor comunicacional antes mencionado, uno puede realmente tener al mundo en la mano: su hábil utilización te permite literalmente conocer de la vida y de las experiencias diarias de la sociedad en general. No podemos menospreciar semejante característica, mucho menos en contraste con los siglos anteriores, donde el mismo resultado que hoy te da un clic era digno de toneladas de esfuerzo. O directamente imposible.

Sin embargo, mi constante actividad me hizo notar algo extremadamente perturbador: la superficialidad del asunto. Elementos como la creación de tendencias o la constante difusión de irrelevancias, filtran y evidencian la capacidad que tiene este fenómeno de idealizar banalidades y de valorizar trivialidades. Una de mis mayores preocupaciones al respecto es su habilidad de crear falsas prioridades y fantasiosos objetivos digitales. Búsquedas absolutamente ilógicas que ponen en peligro la concepción de lo importante. La cantidad de “likes”, la cantidad de comentarios, la dimensión de las intervenciones ajenas, las historias diarias; millones de factores que fabrican y mantienen anhelos insalubres e irrealistas que afectan emocionalmente a los usuarios, haciéndoles creer que esas cosas en realidad importan. La carga de la aprobación virtual por sobre los valores más básicos pone en tela de juicio la relevancia de cosas como la familia o los verdaderos amigos. Creo que la solución a este inminente problema se encuentra en el matiz y en la concientización de un buen uso digital. Encontrar el intermedio entre la adicción y la inactividad absoluta. La dosis perfecta que permita no quedarse atrás con los avances tecnológicos -lo cual puede implicar una desventaja no solo social, sino también laboral- y aprovechar todo lo que las redes ofrecen, sin entrar en la necesidad y dependencia que puede generar el uso constante de las mismas. Creo que el objetivo debería ser que se expanda y popularice el consumo moderado, con una rapidez digna de un “trending topic”, no solo porque éste puede ayudar a una persona atrapada por la dependencia, sino porque puede permitir mejorar las formas sociales en general y evitar un futuro de mera robótica y nula humanidad. Llevándolo a un extremo, creo que de nuestro aprovechamiento adecuado de las redes, y de la tecnología en general, dependerá nuestra rutina básica y nuestra calidad de vida: nuestra posible felicidad futura. El autor es alumno de 4° año 2017.

Ilustración: Estefanía Álvarez Milite, 2° año 2017, realizada en el Taller de Dibujo e Ilustración.

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UN HACER COMUNITARIO

por Flavia Affranchino

Hay algo de lo común como materia de aprendizaje que sin duda -de ser propósito institucional- debe atravesar un proyecto educativo de conjunto. Hacia adentro, puede colarse concienzudo en las prácticas más pequeñas del día a día escolar. Hacia afuera, la cosa se torna más desafiante y urgente: ¿cómo construir experiencias significativas de aprendizaje que enseñen que aquello que le sucede al otro también me incumbe, que su problema también es mío? ¿Cómo trascender, en este camino, las lógicas asistenciales? ¿Cómo salir? La pregunta es pedagógica. Y también es política. Durante 2017, el Proyecto Sociocomunitario se llevó a cabo en los cursos de 4to. Los chicos dieron cuerpo a proyectos de intervención en articulación con diversas organizaciones, con quienes trabajaron luego durante todo el año. Aquí, algo de este recorrido, con sus sabores, hallazgos y vicisitudes.

DEL DEBATE EN EL AULA A LA REFLEXIÓN SITUADA Como para calentar motores, los primeros encuentros de trabajo estuvieron dedicados a pensar y entrenar los sentidos en relación a las problemáticas sociales de nuestro barrio. Pusimos en común eso que cada cual ya traía de actividades escolares previas, de acciones y debates con amigos, de experiencias de militancia. También salimos a la calle, en una primera caminata exploratoria que buscó identificar instituciones y organizaciones que ya conocíamos o tal vez visitábamos por primera vez. Cuando digo problema social, ¿es problema para mí?, ¿para otro?, ¿para quién?; ¿qué encontraste vos, que vivís un poco más allá? Circulan en estas clases algunas primeras reflexiones. Y comenzamos a intuir juntos lo que constataríamos más tarde: que hay un universo grande y diverso de problemas, de modos de hacer sobre ellos y de significar eso que se hace. Que en lo que hace a nuestro barrio, hay cosas que vemos y otras que quedan

invisibilizadas; que detrás de cada problemática hay derechos vulnerados y padecimientos; que hay distintos niveles de responsabilidad que es necesario distinguir en cada caso. Descubrimos también que hay un mundo de acción y omisión en el territorio: instituciones públicas que hacen o deshacen, un conjunto variado y disímil de ONGs que construyen desde distintas lógicas y dinámicas, y organizaciones sociales barriales, comunitarias, políticas que dan cuerpo también a otro acervo interesante de experiencias de trabajo. Tras estas primeras clases, presentamos a los chicos

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las distintas organizaciones con las que trabajaríamos en adelante. Porque la propuesta tenía un triple objetivo: diseñar y encarnar un hacer comunitario; aprender a organizarse colectiva y autogestivamente para ello; y, también y sobre todo, entramar con lo existente. Es decir, hacer no desde un vacío que se pretende inaugural, sino en aprendizaje y escucha humilde de todo aquello que otros ya vienen haciendo. Elegimos seis organizaciones con las que ya existía alguna historia de trabajo en el Colegio y con quienes sabíamos era posible articular un trabajo sostenido y de mediano plazo. Diversas en su ubicación, en su modalidad de trabajo y organización, en sus objetivos, en sus recursos y en la población con la que trabajan. Buscábamos ese matiz, en un rompecabezas de haceres posibles que sería repuesto al final del camino. Cada grupo de trabajo consensuó -en función de sus intereses e inquietudes- qué organización les gustaría conocer; con cuál les gustaría trabajar. Y allí fuimos, en una primera visita a cada una.

PENSAR DESDE MÍ, PARA OTROS, CON OTROS El proceso de trabajo tendría sus pasos y sus condiciones. Visitaríamos las organizaciones con escucha atenta de sus características y necesidades; y pensaríamos y escribiríamos formalmente una propuesta de acción que las contemplara. Recibiríamos luego una devolución que permitiera realizar los ajustes necesarios antes de implementarla. Y las condiciones: toda propuesta debía implicar al menos tres encuentros de trabajo, no podía agotarse en una única visita. Toda propuesta, además, debía respetar las lógicas de trabajo y de toma de decisión de cada organización. Por añadidura, cualquier acción que pensáramos debía otorgar a los miembros de las organizaciones y a sus beneficiarios un rol protagónico.

I. Jueves por la noche, corre el mes de abril y visitamos el Comedor Popular El Gomero en la plaza de Barrancas de Belgrano. Chicos y adultos -que vienen de distintas zonas de la ciudad y del Conurbano- esperan la cena que llegará a las 21 y participan de las actividades que un grupo de vecinos viene llevando adelante desde 2001. Algunos de los chicos del Ciudad ya conocen el espacio. Esta noche recorren las mesas y los pastos en pendiente que llegan hasta Juramento. Charlan con Beatriz, con Carlos, con Chloe, fundadores y voluntarios de la organización. También con Patricia, una de las asistentes al Comedor. Les cuentan que ya son casi familia y que el Comedor ha sido hasta escenario de fiestas de quince y casamientos.

En la siguiente clase en el Cole los chicos darán vueltas a varias ideas. Piensan en esta trama de vecindad y en el invierno que llegará pronto. Formulan, fundamentan y escriben tres proyectos: un taller de tejido que coordinaría Patricia; una jornada de juegos colaborativos; y un taller de construcción de instrumentos. En una segunda visita llega la devolución. Habría que pensar cómo distribuiríamos las lanas, considerar los horarios de Patricia y también los riesgos asociados a juegos con chicos tan cerquita de las avenidas. Reformulados los escritos, fueron reenviados a la organización para su aprobación final.

II. La Casa Cultural Víctor Jara funciona en Parque Patricios. Es viernes por la tarde y conocemos a Inés, Damián, Clara, Jerónimo, Lorenzo y Nicolás. Son jóvenes artistas que hace cuatro años crearon la Casa para ofrecer propuestas culturales y, desde ahí, tejer nuevos lazos. Tienen una oferta de talleres importante, varios desafíos estructurales y de recursos, y les gustaría ser aún más conocidos en el barrio. Ese día recorremos sus salas, ojeamos atentos su cartelera, damos una vuelta por el parque. Ya en el subte de vuelta, comienzan a amasarse algunas ideas: ¿y si juntamos plata para la refacción de la sala de ensayo?, no, mejor: ¿y si proponemos jornadas de trabajo para restaurar la fachada? Hay un área de artes visuales en la Casa con quienes se podría articular. ¿Y un festival conjunto con nuestros talleres del Cole? ¿Y si sumamos un videíto de difusión? ¿Vos sabés editar, no? En las clases siguientes tomarán forma estos tres proyectos, que serían cotejados y ajustados luego en una asamblea de la Casa Cultural, espacio donde se toman todas las decisiones.

III. Jorge es el presidente de la Comisión que gestiona la Biblioteca Popular Cornelio Saavedra, un clásico de clásicos en el barrio. En primera reunión con él y con Cecilia,

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nos cuentan que es un espacio construido a pulmón, y que en la actualidad tienen dos preocupaciones: por un lado, los jóvenes cada vez asisten menos a la Biblioteca…, les preocupa lo que huelen en la transformación de los hábitos de lectura y algo de la energía juvenil que se está quedando afuera. Por otro lado nos cuentan sobre la inundación que en 2013 destruyó buena parte de su archivo fotográfico, y de los 100 años que pronto cumplirá la Biblioteca. Atendiendo estas preocupaciones, dos grupos van a ponerse a barajar ideas en un intenso ida y vuelta con la Comisión: el primer proyecto propuso la creación de una sala de comics, una vieja idea de Cecilia que nunca había terminado de concretarse y que en esta instancia contaría también con el apoyo de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP). El segundo proyecto impulsó la gestación de una muestra fotográfica que recogiera lo que quedó del archivo histórico y propusiera una mirada del pasado y del presente del barrio de Saavedra.

IV. En el Centro de Jubilados 25 de agosto -que queda en la misma plaza de Villa Ortúzar donde cada año hacemos nuestro Festival-, Cynthia, Facundo y Andrés nos cuentan cuál es el trabajo que llevan adelante. Ferias solidarias, talleres, actividades culturales, entre otras tantas cosas. Confluyen en el Centro vecinos con distintas pertenencias y trayectorias, que toman sus decisiones en asambleas. De esta conversación, surgirán dos ideas que hubo que pulir en reuniones posteriores: por un lado, un aporte posible en la construcción de un merendero, necesidad que observan como cada vez más urgente; por otro, la realización de un trabajo de encuestas, para relevar la terminalidad del secundario entre los vecinos del barrio y colaborar así con el Plan FinEs, que tiene sede en el Centro y propone una alternativa para terminar el secundario para mayores de 18. En relación al merendero, hubo que calibrar compromisos a largo plazo y tomar nota de los recursos necesarios. En

relación a la encuesta, hubo que pensar cómo se construiría el cuestionario y el mapa del relevamiento; así como los equipos de adultos y adolescentes que serían necesarios para poder llegar a cada casa.

V. Sueños Bajitos es un jardín de infantes ubicado en la Villa 31 Bis. Forma parte de las iniciativas de la Asociación Civil “Detrás de todo para la inclusión social”. Es uno de los pocos jardines en la zona, y asisten allí muchos chicos del barrio. Eugenia, Leticia y Laura, maestras y referentes del espacio, nos reciben para contarnos una historia de construcción progresiva, surgida en 2012 por iniciativa de un grupo de jóvenes. Su día a día transcurre entre las necesidades básicas más acuciantes y un trabajo pedagógico que se hace a conciencia y corazón. ¿Qué podíamos aportar nosotros? Tras varias vueltas, y un gusto que siempre sabía a poco, surgieron dos ideas: la construcción de un espacio de lectura y juegoteca, con murales pintados con los chicos; y la acustización de otra de las salitas, para aportar en la problemática superposición entre las clases de música

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de los más grandes y las siestas de los más chiquitos. Enviamos las propuestas: pintar el mural con los chicos era inviable; y las hueveras ya habían demostrado su ineficacia años anteriores, nos respondió Eugenia tras poner en común nuestros proyectos con el colectivo docente. Había que seguir pensando. En nuevos encuentros con los chicos del jardín, los nuestros relevarían sus cuentos y personajes preferidos para bocetar un mural a partir de sus ideas. Descartadas las hueveras, el otro grupo debía arreglárselas para encontrar otro procedimiento más profesional, pero que fuera accesible y posible de construir por nosotros mismos.

VI. Con el PAMI traíamos un rico historial de trabajo conjunto: talleres de tecnología para abuelos y ciclos de cine, entre otras propuestas gestadas años precedentes. En este nuevo contexto, el PAMI sumaba la posibilidad de trabajar con la tercera edad y articular con una institución pública de gestión estatal. Nuestro primer intento fue en el Centro de Jubilados de Colegiales, de Moldes y Lacroze. Liliana nos habló del comedor que ahí funciona: espacio de encuentro y garantía básica de alimento para muchos. ¿Cómo será ser viejo? Un dificultoso intento por ponerse en la piel y alguna entrevista a los propios abuelos dieron lugar a dos proyectos: una tarde de cocina compartida a partir de recetas que los asistentes al comedor nos enseñarían (de sus lugares natales, de su infancia, o las preferidas de sus nietos); y el armado de un álbum-mural que recogiera retratos e historias de vida, una huella posible en este espacio compartido. Por cuestiones organizativas, no pudimos continuar el trabajo en este centro; pero sí logramos proponerlo en otro de los comedores del PAMI: el Comedor de Saavedra, en Naón y Balbín. En este nuevo espacio no hay cocina; hubo que recalcular las intenciones. Álbum y tertulia; ése sería el nuevo proyecto.

EL BARRO Y SUS DESAFÍOS Mateo intenta tejer el punto santa clara que Patricia le acaba de enseñar. Valentina sale a comprar los vasos de colores y Flor y Joaquín buscan ese baúl de madera donde guardarán los juguetes del merendero. Cecilia responde que sí, que a la Comisión le encantó el boceto del mural. Se juntan en el Cole pila de comics que compañeros

amantes del género deciden donar. Vero conoce a Julio, amigo de su mamá, que podría enseñarles a construir esos paneles acustizadores con maderas, telas y guata. Tarde de filmación en el Jara y se suspende el taller de danza. Habrá que volver. Son pocos los abuelos hoy en el Comedor. Uriel y Salvador se acercan a las mesas donde algunos juegan al truco. Cuesta romper el hielo; lo logran. Sábado de sol, escaleras y enchastre en el Jara. Un par de compañeros del otro curso vienen a colaborar. Necesitamos gente para encuestar el sábado. Invitamos por las redes… ¡Pero es demasiado temprano, Fla! Flor, de salita de 5, lee para todos su cuento preferido. Es de mañana en Sueños Bajitos y los nenes se abarrotan sugiriendo superhéroes y dragones. Quieren que estén en su rincón de las historias. No llegamos con las fotos, Ludmi, ¿Podremos volver a charlar con Jorge sobre este proyecto? Hay que conseguir más contac para las mesas.

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QUEDA PICANDO... Al momento en que se escribe esta nota, muchos de los proyectos todavía están en curso. Por ahora, y aún en el fervor, vislumbramos la huella de los aprendizajes recíprocos, de la mucha y diversa gente que conocimos, de los nuevos espacios que habitamos. Es que, una vez que los trece proyectos entraron a rodar, explotó una constelación enorme de desafíos y hallazgos. Y quedó latiendo en la práctica la pregunta por el cómo, por el desde dónde. Casi al final del camino, reencontramos algunas certezas y aprendizajes propios que hacen, creemos, al diseño de este tipo de experiencias pedagógicas. En primer lugar, reencontramos la convicción de que existe una diferencia a problematizar entre la idea de emprendedurismo y la posibilidad de impulsar proyectos que tiendan a construir lazos transformadores. Aún acotadas a aquello que los tiempos escolares son capaces de encuadrar, estas propuestas pueden abrir puertas, inaugurar modos de hacer e interpelar nuevos sentidos. Y no da lo mismo hacerlo de una manera o de otra.

Es la cuarta jornada de trabajo. Ya casi. Día del niño en el Gomero. Julián, Olivia, Santiago y Juli practican los juegos en el patio del Cole. Este domingo funcionan. Se cancela el servicio de colectivos que entra a la 31. Nos quedamos en Retiro, vuelta al Cole. ¿Miércoles vos podés? ¿Martes? El mural lleva mucho más tiempo que el que previmos. Domingo de festival en el Jara, todo listo: talleres del Jara ok; invitados del Cole confirmados. Llueve. Suspendido. Y lloverá el domingo siguiente, y el siguiente… Juan, no damos más. Viernes: entrenamiento de encuestadores. Ensayamos. Sacarse la timidez. ¿Y si me cierran la puerta en la cara? Se acerca otro jueves, nos quedamos sin lana: hay que salir a buscar más donaciones. Patear Scalabrini Ortiz sin éxito. Facundo, ¿guardamos los vasos acá? ¿O mejor allá? ¿Dónde estarán las mesas con la leche?

La segunda certeza es que hay una distancia sustancial y significativa entre el pensar al otro en tanto víctima o el concebirlo como sujeto activo y organizado. Y que, en ese sentido, no es lo mismo proponer asistencia que reciprocidad. La reciprocidad implica un descentramiento, una escucha distinta, que sabe al otro también maestro y no sólo beneficiario de una acción que muchas veces puede proponerse unilateral, asimétrica, “desde arriba”. Finalmente, insiste una última certidumbre: en lo que a problemáticas sociales refiere, deben ponerse a disposición herramientas que permitan analizar causas, estructurales y de coyuntura; y delimitar en sus distintos grados y cualidades las responsabilidades institucionales y ciudadanas involucradas. Es en este contexto que pueden y deben descubrirse nuestros modos de acción posibles. Hay decisiones éticas, políticas y pedagógicas que son fundamentales a la hora de sembrar el terreno en el cual los chicos construyen su propio protagonismo y su ser con otros. En esa búsqueda estamos; transitando el ensayo y el error, calibrando la brújula.

Los chicos se sumergen en territorios nuevos. Exploran, tejen vínculos, se van comprometiendo progresivamente. Ensayan, se equivocan. Reintentan. Espejan y construyen relaciones con otros que los reconocen en su potencia. Transitan el desafío del trabajo colectivo. Los alientos, los desgastes, los cuelgues, los reclamos. Discuten por whatsApp y en los pasillos. Paran la pelota, se oxigenan, siguen. La autora es responsable del Área de Proyectos. Coordina el Proyecto Sociocomunitario junto a Ludmila Pautasso y Juan Valdés.

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MALDICIENDO

por Matías Carioli Nelli

Suena la alarma y se le viene a la cabeza ese pensamiento que resurge todos los días. Se viste, desayuna, agarra las llaves y se va lentamente. Son las 7.30 y a las 8 debe arribar a destino, no puede volver a retrasarse en la llegada al trabajo. Llega a la parada, enciende un cigarrillo y ve el colectivo aparecer por detrás. Tira el cigarro maldiciendo y se apresta a subir. Paga su boleto mientras busca un lugar con la mirada en el interior del pasillo. Encuentra un espacio en el sector de los pasajeros con movilidad reducida y hacia allí se dirige. Saca sus auriculares del bolsillo y pone música. Se relaja mientras mira por la ventana. Todavía faltan dos paradas para que suba ella. Se está poniendo nervioso: el temblor en las manos y el sudor en la frente delatan la cercanía. No llegan aún a la primera parada y él ya está preparando una sonrisa canchera para pegar en su rostro cuando la vea subir en la parada siguiente. Tiene suerte, el asiento al lado del suyo está vacío. Ella sube, como todos los días. Alta, rubia y con esas ojeras de haber salido hasta tarde la noche anterior. Paga su boleto y el único asiento vacío es el que está junto a él. Él posa fijamente sus ojos en los de ella. Ojos dulces, enamorados. El aire se corta con una hora filosa, y la pregunta más difícil se dibuja en su rostro: ¿cómo llamar su atención? Hace más de dos años se repite esta escena. Viento, lluvia, calor o truenos, el asiento junto a él siempre la espera. Ella llega a destino, baja los escalones lentamente, como esperando algo.

El autor es alumno de 4º año 2017. Ilustración: Manuela Gadano, 5° año 2017, realizada en el Taller de Pintura.

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3 DE OCTUBRE, 15:00 HORAS

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MY DEAREST Los chicos de 1ero leyeron poemas dedicados a la relaciĂłn entre nietos y abuelos. Luego, escribieron los suyos...

por Kim Johansen

DEAR MARTA They told me a lot of things about you. They told me that you were absent-minded. They told me that you were a journalist. They told me that you were a shop-aholic. They told me that you looked like my mother. They told me that you were a wonderful grandmother. And I know that you are still with us. I know a lot of things about you, without knowing you. I know that you had a library. And I know that you weren´t like most grandmothers. I wish I could hug you. I wish I could see you. I wish I could look at your eyes. I wish I could be with you. I wish I had the chance to meet you.

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DEAR GRANDPA You have been in this world for 76 years, 76 years of hard work you found a beautiful woman on the way, tall, with blonde hair, funny and most of all, good person. por Valentina Manfredi

You cook for us every Sunday, that’s the day I hug you all day I smell YOUR smell, very sweet and homeloving. You are the one who encourages me to do things, you are my motivation, I wish one day we could travel together I´m waiting for my 15th birthday party, to dance that special vals with you. Loving woman, loving sons and loving grandchildren. You are my superhero, and you rescue me from all bad situations, I want to enjoy you as most as I can the time you are here. My wish is to have you always here, and when I go up there with you, we will enjoy with grandmother, a life together.

Las autoras son alumnas de 1° año 2017. Los trabajos fueron realizados en clase de Inglés (Upperintermediate). Ilustración: Malena Benz, 4° año 2017, realizada en el Taller de Pintura.

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EXILIOS El grupo de Montaje de la Escuela de Teatro eligió, como proyecto para este año, tomar la posta de una propuesta de trabajo vinculada al exilio que llegó desde Francia. El mismo proyecto es compartido por jóvenes de otros doce países. En la siguiente nota, los chicos recuperan algunas reflexiones sobre la experiencia.

UN TEMA Este proyecto fue novedoso desde el principio, ya desde los temas que nos propuso. Nosotros no vivimos ni la guerra ni el exilio, y por eso, quizás, tuvimos que hacer un trabajo más fuerte para poder conectarnos verdaderamente. La guerra, para nosotros, es algo lejano. Lo estudiamos en Historia, vemos películas, pero es muy ajeno a nuestra vivencia. Te lo cuentan y a veces no podés dejar de sentirlo como un número. El teatro te da la oportunidad de que esas personas sean algo más; poniéndoles una cara, que no es la tuya, pero que es la forma que encontrás para encontrarte con ellas. Al principio indagamos sobre las historias de guerra y exilio en nuestras casas. Hablamos con abuelos que vinieron de chicos escapando de alguna guerra. Nos imaginamos esos relatos en blanco y negro, como más lejanos, como algo del pasado. Cuando empezamos a investigar más,

Proyecto “Exils”, compañía Le tas de sable (Francia) Le tas de sable es una organización no gubernamental de Amiens (Francia) que trabaja en diferentes campos del arte sobre diversas temáticas. En este 2017 lanzó un proyecto sobre el exilio, Exils, y le propuso a grupos de jóvenes de trece países abordarlo desde su perspectiva. En Argentina, el Colegio de la Ciudad es quién se sumó a la propuesta. Los otros países son: Inglaterra, Bélgica, Canadá, Australia, Sudáfrica, India, Lituania, Líbano, Corea del Sur, Francia, Brasil y Palestina. A lo largo de los procesos creativos, están planeados algunos intercambios virtuales entre las experiencias de todos los participantes del mundo.

nos dimos cuenta también de toda la diversidad de cosas que suceden alrededor de las guerras, además de las víctimas, de las muertes. Trabajamos, por ejemplo, sobre la solidaridad entre la gente que la sufre; también sobre los victimarios. Fue muy fuerte pensar que esto le estaba pasando ahora mismo a alguien en alguna otra parte del mundo. Entendimos que la guerra no solo afecta a una generación, sino que es también una marca que va dejando en sus hijos y en los hijos de sus hijos. Entendimos que, aun cuando nosotros no vivimos historias de guerra y exilio, muchos de nuestros parientes sí las atravesaron. Y pensamos que nosotros tenemos, todos, historias de exilio. Porque si no, no existiríamos.

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UN PROCESO DE TRABAJO Empezamos con este proyecto en agosto, y resultó un trabajo muy distinto

al que hacemos siempre. En general, se parte de una idea, de un texto o de un guión, y luego se intenta buscar el sentimiento que tendría el personaje. Acá fue completamente al revés. Primero buscamos el sentimiento y ahora estamos empezando a concretar. El primer desafío fue transformar el aula en nuestro lugar de trabajo. Transformar los bancos en trincheras, jugar en serio, como cuando éramos chicos. A la mañana, acá tiene clases 2do año. “Guau, si supieran lo que pasa acá cuando estamos nosotros”, pensamos. Esta aula es un campo de concentración, un campo de batalla, o nuestra casa siendo destruida por las bombas. Para nuestra investigación, vimos mil películas, obras de teatro, intercambiamos fotos y cartas de familiares que habían huido de alguna guerra. Pero poner el cuerpo fue distinto. Con las películas quizás llorás, pero termina y fue eso: una película. Para nosotros, tras el entrenamiento, cada vez fue más difícil salir; empezás a entender que encarnar a una nena en un campo de concentración no es un papel más. Investigamos mucho: desde Malvinas hasta el Nazismo. Aparecieron historias como la de una abuela que aún hoy guarda provisiones en la alacena. O de familiares que actualmente viven en países en guerra, como Israel. Allí, incluso en momentos en que no hay ataques, las vidas están condicionadas por los conflictos. Otra vez, armando un árbol genealógico, nos dimos cuenta de que muchas personas de una misma familia habían muerto el mismo día. Después de un rato, nos dimos cuenta: era la fecha en que habían atacado su casa, en medio de la guerra. Finalmente, fuimos llegando a los textos. Leímos distintos materiales: cartas que nuestra profesora enviaba a los soldados de Malvinas, testimonios de sobrevivientes de la guerra, poemas de una mujer indígena mexicana que les habla a los soldados que arrasan su pueblo, entre otras cosas. A partir de todo esto, fuimos armando el texto final.

UN LENGUAJE El teatro nos da la posibilidad de contar, pero no exactamente desde nosotros: se trata de salir de nuestro lugar y meternos en un otro. En este proyecto realmente hubo una búsqueda: no partimos de un personaje previo, fuimos experimentando desde distintas situaciones, nos filmamos, nos miramos y, desde ahí, fuimos construyendo los perfiles de a poco. Buscábamos algo que no sabíamos qué era.

Cada clase nos fue dejando sensaciones, recuerdos, emociones. En los ejercicios, una vez estás buscando a tu mamá, otra vez abrazado a tu hermanito, o te fueron a buscar para llevarte a un campo; otra vez te moriste, otra te mutilaron. Cada trabajo que hicimos era tan real que nos iban quedando las sensaciones guardadas en la memoria. Cuando después practicábamos un monólogo o un texto, teníamos esas imágenes a las cuales recurrir: eso ya lo sentí, lo puedo volver a poner adentro del cuerpo. Estuvo buenísimo también ir observando lo que nos fue pasando como grupo, y también en lo personal. Porque el proyecto nos tocó en un lugar más allá de la actuación, nos tocó en un lugar propio, muy fuerte. Eso es lo que tiene el teatro: un código que tenemos todos, con el que podemos jugar en serio sin quedar en ridículo. Es lo que hacemos todos. Y todos nos lo tomamos en serio. Ahora se viene la muestra: un primer momento para ver adónde nos llevó este proceso y qué le genera a otros. Aunque sabemos que no vamos a cambiar el mundo con una obra de teatro, sí podemos transformar nuestra manera de entender las cosas. Y, quizás, conmover a otros para que también se hagan preguntas. El grupo de Montaje está conformado por Valentina Álvarez Rossini, Santiago Amanzi, Valentín Barbadillo Cadet, Uriel Bitrán Ciccone, Martina Davalli, Magdalena García, Delfina Gonzales Chaves, Daisy Kohan Laudisi, Bianca Melman, Federica Merlo, Olivia Nuss, Franco Quercia, Clara Rebagliati, Gastón Rymberg, Lucía Salomone, Sofía Soriano y Lucía Spandre; alumnos de 4° y 5° año 2017. El proyecto fue coordinado por Lorena Barutta, docente de la Escuela de Teatro. Fotos: Nina Myndlis.

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EGRESADOS 2017

Valentín Barbadillo Cadet

Inés Volevici

Chiara Baume

Guadalupe Baserga

CARACTERIZACIONES: VIVIANA ARONNO, LUCÍA MARACHLI LEVY, NATALIA KOPELIOFF, GABRIELA FARRÁN Y MICAELA NATALE FOTOGRAFÍA: PAULA ABRAMOVICH | PAULA.ABRAMOVICH@GMAIL.COM FOTO GRUPAL: MICAELA NATALE


Lucía Bergerman

Pauline Bier

Agostina D´ Elia

Melina Bergstreit

Agustina Bongioanni

Tomás Kadijevich

María Celeste Beros

Paula Braga Menéndez

Dante Briceño


Valentina Riva

Agustina Castro Fau

Martín Dyszel

Lucía Ferrer

Manuela Gadano

Gaspar González Curcio

Ignacio Díaz Neila

Julia Fonseca

Julián Yacachury


Bianca Garófalo

Tomás González Garay

Daniela Gschaider

Ian Kladniew

Marco Guffanti

Felipe Soriano

Abril Hochstaet

Andrés Winocur

Tomás Hübscher


Guadalupe Lago Millán

Julieta Libertad Pryor

Santiago Nino

Catalina Lamas Bermúdez

Sofía Mendez Tito

Ema Lynch

Gianluca Pacin

Federica Merlo

Nicolás Noejovich


Ludmila Paiuk

Santiago E. Parisi

Paloma Pérez Giménez

Franco Quercia

Pilar Rodríguez Longhi

Tiago Rujelman

Catalina Sábat

Malena Sad

Lucía Salomone


Lucila Schuchner

Lautaro Aredondo

Camila Seoane

Sofía Soriano

Juan Ignacio Toto

Delfina Sevitz

Zoe Taiah

Valentina Traverso Brunoldi

Lucía Villagran






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