CONCURSO EDIFICIOS PATRIMONIALES Y ESPACIO PÚBLICO VINCULAN
escribe Arqto. Roberto Frangella Como el tiempo sucede tan velozmente, responderé, a este pedido de una nota sobre aquel fallo. Remontando mis días y viajando a Tucumán con los hilos del recuerdo. Por suerte la fuerza de aquel sitio mágico, privilegio de la naturaleza dejo colores, perfumes y climas que cubren las paredes de mi espíritu y es fácil a través de ellas sentirme de nuevo en aquel verano caluroso y cálido de acogida por los colegas locales. Fue muy importante fallar el concurso estando en el propio lugar, pues siempre los mandatos y ubicación que dan el sitio, son fundamentales para orientar con equilibrio las decisiones del jurado. El tema de por si muy interesante, revalorizar edificios bellos y patrimoniales ,para formar un centro cívico -cultural a disfrutar por los tucumanos. Del concurso propiamente recuerdo el énfasis puesto por los colegas expertos en patrimonio, buscando las mejores respuestas a conservar y potenciar estos hermosos edificios históricos, el Teatro. El Hotel. Y su Casino junto con la Escuela de artes. No menos importante era la propuesta de un espacio público vinculando al conjunto y logrando un sitio de paseo y encuentro convocante, cultural, para la ciudad. Una plaza dedicada a la creatividad y las artes como una nueva floración para el Jardín de la Republica. También un desafío grande fue manejar el programa de crecimientos que se pedía, permitiendo construir a estos bajo el
nivel de tierra, pero se vio como una tarea difícil de resolver e iluminar espacios de importancia, como la escuela o el teatro. El primer premio elegido tiene la gran virtud de enterrarse solo un nivel. La propuesta de su espacio exterior se convierte por su diseño en una sinfonía musical compuesta por pequeños patios de iluminación que vitalizan la planta enterrada y pequeños jardines que conservan los arboles existentes, creando un espacio apropiado para el encuentro, que valoriza y realza los edificios históricos. También en mi memoria, se hace presente la amabilidad de mis compañeros de jura, con los cuales fuimos encontrando el rumbo para las mejores opciones. La misma acogida la recibí de parte del Colegio y de la persona de su presidente. Ya en el primer encuentro nos reunimos en la sala Eduardo Sacriste y la presencia del maestro no dejo de acompañarnos. Esta postura de una arquitectura serena, respetuosa del clima. Sin estridencias y con valores esenciales que pude observar en algunas casas,
cuando caminábamos hacia el restaurante a la hora del almuerzo. Yo creo firmemente en esa arquitectura al servicio del hombre, que cumpliendo un función necesaria, sabe hacer una propuesta bella, a partir de un lugar, de sus condicionantes y sin recurrir a recursos costosos o fuera de contexto. Esta sabia arquitectura siempre fue sustentable, ecológica, democrática, e inclusiva. Cada vez estoy más convencido en que de nuestras propias raíces y desde el interior de nuestra creatividad, nacerán poéticas propuestas, si lo que buscamos es el bien común y lo mejor para el conjunto de nuestra sociedad. Seremos así humanos y contemporáneos, pues crearemos desde el hoy con nuestra riqueza interior. La tierra Tucumana, rica en historia, valiente desde las luchas de la independencia, por estar en medio de tanta bella naturaleza, es sabia y con solo levantar la vista de tanto en tanto, durante cada día y contemplar los verdes cerros, el alma se eleva y puede volar.
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CAT · LA REVISTA
Colegio de Arquitectos de Tucumán ·· N° 13 ·· Agosto 2015