LA FORMA QUE SE SALE DEL MOLDE Centrada cada año en un tema distinto, la cuarta edición de SACO estuvo dedicada a construir redes entre plataformas alternativas de formación en artes visuales de Latinoamérica, y a interactuar con más de 80 jóvenes del Norte Grande, interesados en experimentar una residencia intensiva de aprendizaje y creación. El encuentro e intercambio de experiencias de producción y docencia entre pares de Ecuador, Cuba, México, Paraguay, Chile, Perú y Uruguay, fue al mismo tiempo diseñado como una instancia de iniciación en arte contemporáneo para estudiantes de tercero y cuarto año de enseñanza media, provenientes de colegios municipalizados de las cuatro primeras regiones del norte del país. Con el título Entre la forma y el molde, SACO4 planteó una metáfora sobre la relación que se genera entre quien enseña y quien se forma. En el proceso de generar nuevos elementos utilitarios y sistemas educacionales, con énfasis en la persona, los mejores resultados se obtienen mientras menos vacío haya entre el uno y el otro, y cuando la manera de calzar está elegida en la medida de cada individuo, según el tiempo y la presión que necesita. Durante la semana de taller, la energía liberada en este proceso de conectar y prender rebalsó los domos, expandiéndose por la ciudad. Lo que sucedió fue una explosión de libertad. Convicción del sentido real de cada hora de trabajo, desaparecido hace tiempo en el aula del colegio, aprovechando aquí al máximo. Se palpaba en los resultados. La felicidad por crear y expresarse volvió a su lugar natural en el espíritu adolescente. La necesidad de cuestionar, de proponer, de discutir y ser parte activa de un proceso, oprimida por el sistema educacional, encontró su espacio. Sujetos sensibles, conscientes de la realidad en la cual viven, críticos y creativos, demostraron que merecen mucho más que ser un objeto resumido por un cálculo de puntaje. Entre la forma y el molde fue un campamento de creación, donde los ojos se abrieron a cosas de cuya existencia ni sospechaban, muy diversas y muy personales: a ser escuchado, a poder expresarse libremente, a darse cuenta de que hay otros como yo, a que el arte puede importar, a que hay gente que no discrimina, entre muchos otros descubrimientos. Mirar hacia adelante, por el prisma de los que participaron, nos permitió crear otras expectativas sobre lo que se viene. LA PARILLA COMPLETA Vivir algo fuera de lo esperado, y sorprenderse por la densidad y diversidad del ambiente sonoro, fue la experiencia del concierto Who I am del artista Mario Z, con The Museo Realmente Contemporáneo (Alejandro González y Daniel Cerda), acompañados por cinco invitados locales. Una sesión de experimentación en 11