KIT DE CUIDADOS PARA TU BIOMATERIAL ✷ ✷
TEMAS
¿Qué es el micelio y cómo saber si está feliz?
¿Cómo hacer que tu biomaterial fructifique?
¿Qué hacer luego de la cosecha?
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¿Qué es el micelio y cómo saber si está feliz?
¿Cómo hacer que tu biomaterial fructifique?
¿Qué hacer luego de la cosecha?
A tu hogar ha llegado un biomaterial que está hecho y compuesto de alguien más: las orellanas. Ellas, con su micelio, han estado habitando el mundo en esa forma que tienes ahora, y, como cualquier otro ser viviente, necesitan que las cuides de la mejor manera posible.
Nosotros las hemos estado cuidando por tí, esperando a que estén listas para ser bienvenidas a tu hogar, pero de ahora en adelante es tu turno de hacerles un casa cómoda y, porqué no, compartir con ellas los frutos de su crecimiento.
Este manual es justamente para eso: una guía para que aprendas a entender, comprender y cuidar de las orellanas que ahora te acompañarán.
Este biomaterial está compuesto de borra de café y aserrín, elementos que alimentan el cuerpo del hongo que los habita. Él responde a ésto abrazando y aglutinando los pequeños trozos que se disponen a manera de sustrato. Por lo tanto, la masa algodonosa y blanca que logras ver en este biomaterial es en realidad un tejido de hilos finísimos y microscópicos; esa maraña de hilos se llama micelio, y es el verdade-
Esta pequeña casita está compuesta de borra de café y aserrín, elementos que alimentan el cuerpo del hongo que los habita. Él responde a esto abrazando y aglutinando los pequeños trozos que se disponen a manera de sustrato. Por lo tanto, la masa algodonosa y blanca que logras ver en esta casita es en realidad un tejido de hilos finísimos y microscópicos; esa maraña de hilos se llama micelio, y es el verdadero cuerpo del hongo. Para entenderlo a través de una analogía, el micelio es el tronco y las raíces de un viejo árbol, mientras que las setas son el fruto que él provee; las setas son tan solo la fructificación de ese enorme tejido.
ro cuerpo del hongo. Para entenderlo a través de una analogía, el micelio es el tronco y las raíces de un viejo árbol, mientras que las setas son el fruto que él provee; las setas son tan solo la fructificación de ese enorme tejido.
Esta pequeña casita está compuesta de borra de café y aserrín, elementos que alimentan el cuerpo del hongo que los habita. Él responde a esto abrazando y aglutinando los pequeños trozos que se disponen a manera de sustrato. Por lo tanto, la masa algodonosa y blanca que logras ver en esta casita es en realidad un tejido de hilos finísimos y microscópicos; esa maraña de hilos se llama micelio, y es el verdadero cuerpo del hongo. Para entenderlo a través de una analogía, el micelio es el tronco y las raíces de un viejo árbol, mientras que las setas son el fruto que él provee; las setas son tan solo la fructificación de ese enorme tejido.
En el siguiente esquema puedes ver cómo crecen los hongos. En otros términos, puedes apreciar su ciclo de vida.
En el siguiente esquema puedes ver cómo crecen los hongos. En otros términos, puedes apreciar su ciclo de vida.
En el siguiente esquema puedes ver cómo crecen los hongos. En otros términos, puedes apreciar su ciclo de vida.
Todo empieza con las esporas, semillas microscopicas
Un conjunto de hifas conforma el micelio y este, a su vez, constituye todas las estructuras fúngicas.
Un micelio feliz se extiende en el espacio y con ciertas condiciones puede llegar a fructificar.
Luego, aparecen las hifas: pequeñas celulas alargadas como hilos microscópicos que componen los cuerpos de los hongos.
Lo que conocemos como “el hongo”, es más bien su fructificación que comienza a crecer y a brotar de las entrañas del micelio.
Como una sombrilla, empieza a abrirse.
Finalmente, madura y, cuando está listo, libera millones de esporas,volviendo a iniciar el ciclo.
De ahora en adelante, cuando hablemos de los hongos vamos a hablar del micelio. Él es muy flexible, y por eso ha logrado adoptar la forma de casita que ahora tienes en tus manos, pero esta cualidad también lo convierte en un ser muy sensible. Al micelio le encanta vivir en lugares húmedos, con poca luz y mucho oxígeno, porque como nosotros, él también respira. Por esta razón está empacado de la manera en la que llegó a tu hogar: la bolsa permite conservar la humedad ambiental qué el mismo genera al respirar.
De ahora en adelante, cuando hablemos de los hongos vamos a hablar del micelio. Él es muy flexible, y por eso ha logrado
frío -como una caja de cartón- hasta que decidas ponerlo a fructificar. Un micelio feliz se ve húmedo, algodonoso y huele muy parecido al champiñón.
adoptar la forma de biomaterial que ahora tienes en tus manos, pero esta cualidad también lo convierte en un ser muy sensible. Al micelio le encanta vivir en lugares húmedos, con poca luz y mucho oxígeno, porque como nosotros, él también respira. Por esta razón está empacado de la manera en la que llegó a tu hogar: la bolsa permite conservar la humedad ambiental qué él mismo genera al respirar.
Si tiene un olor similar al de un alimento en descomposición, es probable que la casa esté siendo invadida por otro microorganismo, otros hongos o bacterias que quieren hacer de las suyas. Para esta situación tenemos algunos tips más adelante en la página 26.
Para mantener al micelio contento, tal cómo ha llegado a tu hogar, déjalo en la bolsa, en un lugar oscuro y no muy
Sin embargo, sabemos que si tienes esta guía en tus manos seguramente estás esperando compartir los frutos de las agradecidas orellanas, y eso es lo que te contaremos ahora.
Para que un hongo fructifique, debe ponerse en una situación de estrés, donde él no se sienta cómodo y desee migrar a un lugar mejor. Esto no se debe ver como algo necesariamente negativo: sólo estamos dándole pistas a través de una situación para generar un cambio. En otras palabras, le daremos pistas de que las condiciones de su ambiente cambian abruptamente y, al no haber
manera de escapar, las orellanas deben poner en marcha un plan de acción para irse lejos. El micelio no puede huir corriendo, así que decide reconfigurarse, haciendo una nueva estructura que permita enviar a la distancia su parte más pequeña, las esporas. A partir de ese estrés, las setas surgen como un mecanismo de diseminación de esporas.
Pero, ¿cómo hacer que la casita de micelio fructifique y complete su ciclo?
Ten en cuenta las siguientes instrucciones:
1. Debemos generar la situación de estrés. Esto lo logramos de varias formas, pues a cada especie de hongo le estresan situaciones diferentes. En las orellanas funciona muy bien jugar con la temperatura: déjalas unas 12 -16 horas dentro de la nevera (no en el congelador) para incomodarlas un poco.
1. Debemos generar la situación de estrés. Esto lo logramos de varias formas, pues a cada especie de hongo le estresan situaciones diferentes. En las orellanas funciona muy bien jugar con la temperatura, déjalo unas 12 -16 horas dentro de la nevera (no en el congelador) para incomódarlo un poco.
2. Luego de ese período, debes sacarlas de la nevera y hacerle unos agujeros a la bolsa. Con un bisturí o unas tijeras haz cortes con forma de x (de 3cm aproximadamente). Alrededor de 5 pequeñas aberturas bastan para este paso. En teoría, las fructificaciones saldrán por esos agujeros, pero los hongos hacen lo que quieren, así que pueden fructificar en otros lugares.
2. Después de sacarlos de la nevera, debes hacerle unos agujeros a la bolsa. Con un bisturí o unas tijeras haz cortes con forma de x (de 10cm aproximadamente). Alrededor de 2 aberturas a cada lado del techo de la casa. En teoría, las fructificaciones saldrán por esos agujeros, pero los hongos hacen lo que quieren, así que pueden fructificar en otros lugares.
En el biomaterial que tienes en tus manos estos dos primeros pasos ya fueron realizados
3. Por último, para crear las condiciones perfectas para la fructificación necesitas un poco de luz, mucho oxígeno y mucha humedad. Un sitio con luz indirecta es perfecto para darle la pista al hongo de que puede fructificar; el micelio estaba muy cómodo en la oscuridad y un poco de luz ayudará a que se estrese. El oxígeno extra es también un indicador de que es hora de salir del mundo subterráneo a la superficie, y los agujeros del punto anterior ayudarán con esto.
3. Por último, para crear las condiciones perfectas para la fructificación necesitas un poco de luz, mucho oxígeno y mucha humedad. Un sitio con luz indirecta es suficiente para darle la pista al hongo de que puede fructificar, ya que el micelio está muy cómodo en la oscuridad y para estresarse necesita un poco de luz. El oxígeno extra es también un indicador de que es hora de salir del mundo subterráneo a la superficie, y los agujeros del punto anterior ayudarán con esto.
Si la humedad ambiental es alta, el micelio podrá tomar ese exceso de agua para hacer setas anchas y bien cargadas de esporas, así que en ésta etapa debes asegurar la humedad constante alrededor del biomaterial. Si no hay suficiente humedad las setas pueden crecer con un sombrero pequeño. Colocar un humidificador cerca del biomaterial por un periodos cortos de tiempo es de mucha ayuda (3 horas al día), pero también puedes atomizarle agua varias veces al día para mantener al micelio feliz. Trata de que siempre se encuentre algodonoso y húmedo.
Si la humedad ambiental es alta, el micelio podrá tomar ese exceso de agua para hacer setas anchas y bien cargadas de esporas, así que en esta etapa debes asegurar la humedad constante alrededor de la casita. Si no hay suficiente humedad las setas pueden crecer con un sombrero pequeño. Colocar un humidificador cerca de la casita por un buen periodo de tiempo es de mucha ayuda, pero también le puedes atomizar agua varias veces al día para mantener al micelio feliz. Trata de que siempre se mantenga algodonoso y húmedo.
TIP: Piensa en el clima de Bogotá y de tu casa o del espacio en donde dejes a los hongos. Una semana lluviosa es un buen apoyo para la fructificación, mientras que los días más soleados y calientes requerirán un poco de riego extra para tus hongos.
Si el micelio está algodonoso, con algo de luz y humedad probablemente verás en un tiempo la señal de que algo está por brotar. Seguramente tu biomaterial ya tenía algunas de estas pistas: algunos puntos sobresalientes, a manera de montañitas blancas en el micelio. Estos son denominados ‘pines’ o primordios, y son apenas la punta de una seta que está por asomarse. Si mantienes un nivel de humedad alto y un buen espacio para que se puedan desarrollar permitirás que esas setas se animen a brotar.
Si el micelio está algodonoso, con algo de luz y humedad probablemente verás en un tiempo la señal de que algo está por brotar. Seguramente tu casita ya tenía algunas de estas pistas: algunos puntos sobresalientes, a manera de montañitas blancas en el micelio. Estos son denominados ‘pines’, y son apenas la punta de una seta que está por asomarse. Si mantienes buena humedad en esa área y buen espacio para que se puedan desarrollar permitirás que esas setas se animen a brotar.
Las setas crecerán de los pines a su ritmo. Se extenderán en gruesos tubos blancos que luego se transformarán y se irán abriendo con sus sombreros característicos con forma de ostra.
Las setas crecerán de los pines a su ritmo. Se extenderán en gruesos tubos blancos que luego se transformarán y se irán abriendo con sus sombreros característicos con forma de ostra.
Si no riegas lo suficiente a las orellanas, podrían deshidratarse y versen de esta manera
Si observas bajo el sombrero de las setas, verás las lamelas: los canales en donde se resguardan las esporas. Una vez éstas se liberan, esos canales se vuelven sinuosos, es decir, pasan de una forma más o menos recta a surcos con forma de ‘S’. Si empiezas a ver este tipo de forma en
Si observas bajo el sombrero de las setas, verás las lamelas: los canales en donde se resguardan las esporas. Una vez estas se liberan, esos canales se vuelven sinuosos, es decir, pasan de una forma más o menos recta a canales con forma de ‘S’. Si empiezas a ver este
tipo de forma en las lamelas, debes cosecharlas rápido, pues es un indicador de que las setas van a secarse. Lo ideal es cosecharlas antes de que llegue a ese punto, cuando la seta se ve gruesa y se nota que se ha ampliado bastante en forma de ostra.
las lamelas, debes cosecharlas rápido, pues es un indicador de que las setas van a secarse. Lo ideal es cosecharlas antes de que llegue a este punto, cuando la seta se ve gruesa y se nota que se ha ampliado bastante en forma de ostra.
TIP: Recuerda que las setas liberan miles de esporas, así que si sufres de alguna enfermedad respiratoria recomendamos no tenerlas en lugares cerrados o cerca de tu lugar de reposo.
Para cosecharlas correctamente, puedes usar tu mano o una cuchilla corta. Debes cortarlas desde la base de la seta, es decir, lo más cerca que puedas al micelio del que brotó o también aplicar la metodología “twist and pull” que consiste en tomar la superficie de la seta más cercana al sustrato, girarla y retirarla. Con esto aprovecharás todo el cuerpo fructífero que el hongo comparte contigo.
Una vez hayas cosechado todas las setas disponibles, puedes tomar dos caminos diferentes con tu casita de micelio:
Una vez hayas cosechado todas las setas disponibles, puedes tomar dos caminos diferentes con tu pieza biomaterial hecha de micelio:
✹1. Prepararla para otra cosecha.
Puedes terminar el ciclo de vida del hongo para que transmute su energía y se convierta en una parte estética de tu espacio. Esto lo puedes hacer deshidratando el biomaterial en el horno de tu casa o en exterior. Para ambas te recomendamos pesarla antes (una gramera puede ser de gran ayuda), ya que sabrás que está lista cuando haya perdido el 60% de su peso -correspondiente al peso húmedo-.
También notarás que se reducirá de tamaño considerablemente.
Para esta primera opción, puedes dejar la casita durante una semana en un lugar sombreado y sin estímulos de humedad. Esto va a hacer que el hongo entre un tiempo en latencia, ya que en su primera cosecha ya habrá gastado bastante energía y necesita un tiempo de reposo. Luego de esto, debes volver a otorgarle una buena cantidad de agua. A veces funciona dejarla en un platón con agua por un día entero y luego darle bastante humedad ambiental atomizándola o con un humidificador. Continúa dándole buena humedad hasta que veas los pines de nuevo. Debes tener en cuenta que esta segunda cosecha no va a ser tan grande como la primera, pues el micelio ya habrá consumido para este punto gran parte de sus nutrientes y su energía. Esta será su última cosecha, después de eso puedes continuar con la siguiente parte.
Secado a la intemperie: los cambios de temperatura frecuentes pueden hacer que la humedad más profunda fracture un poco el material, por lo tanto te recomendamos que si tomas este camino estés en un lugar con períodos prolongados de luz y calor directos. Por ejemplo, en un lugar caluroso con sol constante la pieza podría secarse por completo en dos días enteros. Si, por el contrario, te encuentras en un lugar donde el clima y la temperatura son muy variables, lo aconsejable es dejarla en un espacio cerrado donde las condiciones ambientales no tengan cambios abruptos y la temperatura se mantenga constante; también debe ser lo más seco posible, con poca o ninguna humedad ambiental. En estas condiciones el biomaterial podría secarse en 4 o 5 días.
2. De vuelta a la casa común. Todos los seres vivos perdemos en algún momento
nuestra vitalidad, pero nuestros cuerpos igualmente
pueden seguir aportando a los ciclos orgánicos de nuestro planeta. Lo mismo puedes hacer con el biomaterial, una vez haya completado su ciclo. No hace falta mucho esfuerzo, sólo debes desmenuzarlo en pequeños trozos que se puedan descomponer fácil y rápidamente. Si tienes una compostera, seguramente ésta recibirá con mucha alegría las partes de tu biomaterial.
También puedes desmenuzar el micelio al punto de que quede en partículas más y más pequeñas, que podrás mezclar con la tierra de tus matas o de tu jardín. Así podrás darle a la tierra pedacitos de energía que los hongos fueron desarrollando, convirtiendo cada partícula en el alimento de otros microorganismos o bichos, u otros vecinos que aprovecharán este regalo para descomponerlo y compartirlo con el resto de las vidas a tu alrededor. También le darán un nuevo hábitat al hongo que los abraza. Así aportarás de nuevo a nuestra enorme casa común.