tuosidad se manifiesta en Vicente Rodríguez Rivera, Julio Soto Ramos, Francisco M. Cabrera, Samuel Lugo, Pedro Juan Labarthe, Jorge Pastor, Graciany Miranda Archilla, Jorge Luis Morales, Francisco Malina y Cesáreo Rosa-Nieves; el sentimiento proletario es patente en Luis Muñoz Marin, Francisco P. Jiménez, Francisco Hernández Vargas, Cesáreo Rosa-Nieves, Pedro Juan Brull; los vuelos metafísicos, amén de estar presentes en Ribera Chevremont, como lo hicimos constatar anteriormente, suelen madrugar en Luis Rechani Agrait, Félix Franco Op-penheimer, Francisco Arriví, Francisco Malina y Eugenio Rentas Lucas. Temblores de festividad y humorismo alegre y punzante, los hemos descubierto en la creación poética de Angel Jiménez Lugo, Marcos A. Colón, Augusto Pietri e Ignacio Guasp. El asunto del amor, 'aunque es fecundísimo en todas las liras del país, en donde más resalta es en Luis Lloréns Torres, José Antonio· Dávila, Vicente Palés Matos, José S. Alegría, Rafael Rivera-Otero, Joaquín López López, Joaquín Monteagudo, Luis An· tonio Miranda, Ramón A. Gadea Picó, Luis Hernández Aquino, Obdulio Bauzá, y Gustavo Palés Matos. El jíbaro ha sido materia preferente, tanto para los prosistas como para los poetas en la Isla. En el área de la lirica, han dedicado tiempo al campesinato y a su decimario de esencia neopopular, después de Luis Lloréns Torres y Virgilio Dávila, los siguientes cantores: Lorenzo Coballes Gandía, Vicente Rodríguez Rivera, Francisco P. Rivera, Cruz Ortiz Stella, Cesáreo Rosa-Nieves, Felipe P. Arana, el Padre Juan Rivera y Pedro Carrasquillo. Como muestra de esta manera jibarista, ofrecemos de Luis Lloréns Torres el siguiente par de décimas:
¡Señor Juez, no me condene, ni nombre más la querella, ni me jable más de ella, ni menee más al nene; too dende un principio viene derecho a su derechura: con el cura o sin el cura. lo que pasó no es na malo, fue que se goteó del palo cual guanábana madura. y esta otra:
Llegó un jíbaro a San Juan y unos cuantos pitiyanquis. lo atajaron en el parque queriéndolo conquistar; le hablaron del Tío Sam, de Wilson, de Mr. Root, de New York, de Sandy Hook, de la libertad, del voto, del dólar, del habeas corpus, y el jíbaro dijo: -¡Njú!
Entre todo este registro de vates puertorriqueños, se distinguen con originalidad propia en distintos temas, las poetisas: Carmelina Vizcarrondo, Magda López, Carmen Alicia Cadilla y Julia de Burgos. El siguiente poema es una prueba de la nueva poesía de nuestras poetisas. En este caso específico, pertenece a Julia de Burgos.
Llovizna caída gota a gota para mirar sepulcros. ¡Quién no dijera viento! ¡Quién aupara mis brazos sobre la soledad hasta dejarme quieta como ausente reflejo, allá donde no es nada, ni habita la nostalgia, ni solloza el adiós de un amor moribundo. Soy dilatada tonada de un amor que no es mío. Quiero crecer de pies adentro desterrada de todo, agonizar lo inútil que en cada vida vive, y golpea y moribunda reverdece feroz, para la [angustia. Ecuación de las olas y del aire remoto permanezco, redonda, en el abismo donde caen las estrellas. Permanezco perennemente yo, como un agonizar perpetuo de mí misma sin escalas ni voz para escucharme. Quiero despiertamente, sin piedad, con un dulce reposo sin reposo, irme perdiendo sola entre todos los ecos y que el1tre grito y grito, haya, una callada ausencia de distancias para abrinne los brazos a la nada. De la autora de Pregón en Llamas (1935, de Caro melina Vizcarrondo), es el poema que ofrecemos al lector, como selecta poesía:
¿Que Ita me encuelttras? Si es que no me has buscado. Búscame tras tu sombra o en la retina de tus ojos claros. Búscame entre tus dedos o en tu boca de sándalo. Yo soy un soplo vivo a tu vida arraigado. Búscame por tu alcoba entre tu sueño alado, o por la senda rosa de aquel amor lejano. 43