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Silencios
¿Qué muerte es la tuya que tanta vida engendra? ¿Por qué la sombra de tus brazos dejas clavada en nosotros proclamando esperanza? ¿Por qué haces callar si ni siquiera hablas en voz baja?, ¿Por qué no gritas, ni te quejas, ni dices lo que sientes cosido a esa cruz tan alta? ¿Por qué la luz que alumbra tu quietud y tu cara, sabe lo que nadie escucha e ilumina discreta la ausencia de tus palabras?
Como me gusta escuchar tus silencios en la hora callada, cuando callada esté la belleza callada la fuente callada la vida callada la muerte callada la risa callada la brisa callada la gente. Como me gusta escuchar tus silencios cuando hablas sin voz con esa manera callada de silenciar el odio y el estruendo del gentío ay Silencio, Señor que desafío qué modo de decir tanto sin decir nada. Como me gusta escuchar tus silencios para comenzar de nuevo para aceptar las sombras para enterrar los miedos para retomar el vuelo.
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Antonio Rafael García Oliveros
Como me gusta escuchar tus silencios continuar el viaje perseguir los sueños parar el tiempo y destapar el cielo. Como me gusta escuchar tus silencios, cuando dormida esté la mañana, dormida la noche bella, dormida toda esperanza, dormida la ciudad entera, dormida la penitencia, dormida la luna llena, dormida la cera, dormida la fe, dormida la primavera y solo me queden tus silencios.

Sigue respirando Silencio, que tu aliento es la brisa que alivia la pena. No te mueras Silencio, que tu sudario se mueve con los suspiros de todo aquel que te reza. No te mueras Silencio donde la vida no acaba, donde la vida comienza.