Cocoa#3 sep

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TIEMPO SIN RELOJ ยกA jugar con los chicos!

AYUDAR HACE BIEN

Todos podemos cambiar el mundo

NUEVAS MADRES Las celebs marcan tendencia

#3 www.revistacocoa.com

ISSN 2362-2040










nº3 www.revistacocoa.com

C ar ta d e lo s ed i to r es

Directores propietarios M. Victoria Schiopetto y Jorge O. León

Tiempo para jugar

Editora general Alejandra Abrodos

“Los buenos juguetes cuestan muy poco. El barro es el príncipe de los juguetes. El barro no es nada y puede ser todo.” Lo dijo, hace muy poco tiempo, el pedagogo italiano Francesco Tonucci, quien estuvo en Buenos Aires para participar en la conferencia “Más juego, más movimiento: más infancia” que organizaron el Ministerio de Educación de la Nación y la Fundación Arcor. El mensaje es claro. Los chicos, nuestros chicos, necesitan tiempo de mamá. Tiempo de papá. ¿Los juguetes? Sí, también. Están buenísimos. Pero sin tiempo de mamá y de papá no hay juego. Y los chicos crecen, se desarrollan, jugando. Lo sabemos. Lo olvidamos. Lo dejamos para después. Lo recordamos. Nos hacemos un ratito. Y somos felices con nuestros chicos. De paso, nos permitimos jugar, nosotros también. Nos damos permiso para sentarnos en la plaza a armar castillos de arena, para correr la pelota y darle al pequeño Messi de la casa el pase de gol, para peinar a Barbie con trenzas minúsculas, para reírnos a carcajadas y abrazarnos en un encuentro de amor sin igual. De eso habla Cocoa en este número. Y también de solidaridad. Porque todos podemos cambiar el mundo. El nuestro. El de los otros. Con el de los otros, el nuestro. Con pequeños gestos. Con grandes intenciones. Es un número especial. El tercero. Está lleno de emociones. Y de moda. Claro. La primavera ya está aquí. Y el verano asoma. Con nuevos colores, estampados, diseños, combinaciones. ¿Quieren enterarse de todo? Asómense a estas páginas. Son nuestros mejores invitados.

Directora de arte Berenice Schmittendorf

Jorge y Vicky

Colaboradores: Jonathan Rosales, Marina Ortiz, Alejandro Zold, Marcela Roca Iglesias, Marina Becher, Paula Wachs, Gabriela Fuentes. Relaciones públicas: Grupo Mass PR Impresión: Trinianes Gráfica Charlone 971, Avellaneda Cocoa Revista de niños para padres contemporáneos es una publicación de M. Victoria Schiopetto y Jorge O. León J. A. Cabrera 5827 (1414, CABA). Las opiniones de los entrevistados y los artículos no reflejan necesariamente la opinión de quienes hacen Cocoa. Se prohíbe la reproducción parcial o total del contenido publicado en esta edición. Cocoa es una marca registrada ante el Instituto Nacional de Propiedad Industrial. www.revistacocoa.com Cocoa 3 Summertime Septiembre 2014 Créditos de tapa: Fotos: Vicky Schiopetto. Producción: Jorge León. Asistente de producción: Fernando Nieva. Make up: Sol Olveira para estudio Frumboli con productos Lancôme. Pelo: Hernán Abruzzesi y Male Rapor para Peluquería Glow. Ropa: buzo y cinturón (Cheeky), remera (Grisino), pantalón (Mimo). --------------------------------------------------------Revista Cocoa • ISSN 2362-2040 Título de la publicación: COCOA • Designación cronológica-numérica : número 03, septiembre 2014 Propietarios: JORGE O. LEÓN - M. VICTORIA SCHIOPETTO Redacción: Cabrera 5827, CABA Correo electrónico: victoria@revistacocoa.com jorge@revistacocoa.com Registro de la Propiedad Intelectual Nº 5171419. Hecho el depósito que marca la ley.

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co l a b o r a dores

Berenice Schmittendorf.

Alejandra Abrodos. Nieta de un corrector de estilo, recorre las redacciones desde que empezó a caminar. Así descubrió el amor por las letras. Ejerce el periodismo hace muchísimos años. Y es nuestra editora de lujo.

En busca de una profesión con pata artística terminó en la carrera de Diseño Gráfico en la UBA. Y desde que se recibió no paró de sumarse a proyectos creativos. ¡Como Cocoa! Además, dirige un restó a puertas cerradas con su marido.

Sol Olveira.

Marcela Roca Iglesias.

Jonathan Rosales. Trabaja como productor de moda para importantes medios locales. Joni, así lo llamaban en su casa, es el menor de tres hermanas, nació en Quilmes y de niño le gustaba andar en rollers. Jessica, su compañerita del jardín de infantes, sigue siendo su mejor amiga.

Es profesora de inglés en los niveles primario y secundario y una fervorosa amante de la literatura inglesa. Esta libriana sensible, y apasionada por las cosas que hace, asegura que Mujercitas, de Louisa May Alcott, era su libro de cabecera en la niñez. Nos recomienda libros para que los chicos disfruten antes de dormir.

Alejandro Zold. Es productor de medios audiovisuales y papá de Ámbar y Emma. Fanático del cine, la música y la fotografía, es un obsesivo de la perfección. Reparte sus días entre las finanzas y el arte de hacer bellos audiovisuales y fotografías de alto impacto para diferentes empresas.

Fue la maquilladora de Summertime y se encargó de dejar divinas a las mamás con sus hijos en la nota Te quiero hasta el cielo. De chiquita jugaba a maquillar a sus muñecas y a sus amigas.

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sumario

MIX

De todo un poco

EM O C I O N ES ¡A jugar! El papel del juego en el desarrollo intelectual y emocional de los chicos y la importancia del tiempo compartido entre los pequeños y sus papás. El otro me importa. La solidaridad como forma de vida.

EST I LO Must de primavera. Las prendas que marcan tendencia en esta temporada. Aires de felicidad. Gabriel Isersky y Sofía Álvarez Uriburu son dos enamorados eternos. Pero, además, son padres de una familia mixta y ensamblada y dúo creativo en Ayres y Trosman. Nueva maternidad. Madres trabajadoras, madres sociales, madres ciento por ciento madres. El deporte ama la moda. Oda a las zapatillas. Música para todos. Pasión por los clásicos y los niños. Volver a verte. Una invitación a mirar las pelis de nuestra infancia con los chicos. Libros con mucha acción

MODA Summertime. En tiempos del rey sol, variedad de colores, texturas y estilos para disfrutar con amigos.

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Fantasy&fashion. Outfits con superpoderes.

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Olivia en su mundo. Remeras y musculosas para festejar el verano. Te quiero hasta el cielo. Puro jean para un día de la madre en versión fashion.

P IEDR A LIBRE Arte más diseño. El Hotel Arroyo estrena una estética remozada para agasajar a visitantes y locales.

C ASA Le petit palais. El renacimiento

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de una residencia centenaria, una joya inmortal de la más exquisita arquitectura francesa. Snacks. Recetas ricas y fáciles para recibir la primavera al aire libre y en familia. Fiesta en el bosque. Paso a paso para hacer una máscara de cartulina y jugar con la imaginación.

QU ER EMOS Viajar. Un recorrido imperdible por la costa oeste de Estados Unidos. Estrellas, mansiones, acantilados y mucho más. Saber. Porfolio de Mora Baldo. Dibujos de amor infinito. Soñar. Un cuento de solidaridad. Comprar. Anillo bañado en oro by Dolores Trull.

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Mix Por Jonathan Rosales

¡Viva el color! Con una impronta alegre e innovadora, Lechezucca presenta una colección en la que prioriza las estampas y el color. Para las niñas, la propuesta se completa con flores, batik, animal print y rayas en blazers, buzos, shorts, minis y chupines. Para los varones, la variedad de tonos y la mezcla de estampas es la base para un estilo urbano canchero, relajado y surfero.

Mini Me Mini Antolín es la línea que acaba de lanzar Natalia Antolín para las niñas de tres a 12 años que quieren vestirse con el mismo look que su mamá. El concepto de la marca es replicar los diseños de las más grandes en las prendas para las más pequeñas. De esta manera, la diseñadora argentina se hace eco de esta tendencia internacional al igual que Stella McCartney, Dior y Dolce & Gabbana. Además, Antolín inauguró un nuevo local en Libertad 1591, pleno corazón de Recoleta.

Objetos con alma Cada pieza que existe en el mundo Mud Pottery es artesanal y nace del entusiasmo que Cecilia Nigro siente por la alfarería. Objetos de cerámica contemporáneos, únicos e irrepetibles. Hechos en torno alfarero o modelados a mano, están esmaltados artesanalmente. Obras con una historia individual por detrás, llenas de vida, para decorar cualquier ambiente que te propongas cambiar. Nacieron de la emoción para convertirse en objetos con alma. Podés ver más en www. facebook.com/MUDPottery

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Que los cumplas feliz

Cheeky cumple ¡20 años! y lo festeja con varias sorpresas. Como la nueva colección. Flores grandes, animal print, brillos y relieves para ellas; animales, números y textos para ellos, todo en la línea Greenfield; prendas livianísimas en Fresh; inspiración navy en Riverside; pura selva tropical en Malibú y romanticismo a pleno en Candy. Pero hay más: Cheeky estrena un blog, un espacio con alma y emociones en el que Patricia Fraccione, creadora de esta mítica kid-brand, brindará consejos sobre familia, viajes y trabajo para que la vida sea mucho más rica. www.cheeky.com.ar

Temporada de diversión Los chicos son felices en verano. Esa energía festiva es la que rescata la nueva colección de Grisino, que a sus clásicos Grisino Puro y Mi Primer Grisino suma tres líneas: New York (con frases como “Be loved” y “Just smile” en remeras en azul, negro y coral), París–Londres (con vestidos frescos con moños y corazones en rojo, amarillo y celeste cielo y prendas con historias de piratas y travesías fantásticas) y Tokio (con grullas, geishas y sombrillitas de papel para las nenas y los maestros del Kung Fu para los varones). www.grisino.com

Por amor a la plaza Hasta hace algunos años, junto al Malba estaba la plaza República del Perú, un proyecto único de Roberto Burle Marx. Se trataba de una estructura conformada por un espiral de cemento que funcionaba a la vez como espacio de descanso y de recreación para niños. Pero además había más círculos y un tubo donde los chicos podían ejercitar el equilibrio y la destreza. Un día la demolieron. Para intentar reparar ese daño nació Homenagem, una plaza seca inspirada en el proyecto paisajístico del artista brasileño. La obra, que se incorporó a la colección permanente del museo, fue diseñada por Nushi Muntaabski y Cristina Schiavi. Un gesto de amor a la plaza. Más info en: www.malba. org.ar/evento/homenagem

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mix

Un restó child friendly Parece salido de un sueño. De ese mismo sueño que Ariadna Gutiérrez tuvo desde pequeña y que hoy pudo convertir en realidad. Porque Cusic es un espacio donde los sabores, los aromas y la felicidad se mezclan a ritmo lento y es posible deleitarse con un desayuno o un almuerzo hechos con amor. Un restaurante con patio que te invita a pasar un momento agradable, con la familia completa. ¡Comida hecha con pasión! Queda en El Salvador 6016, Palermo. El menú va cambiando, pero podés consultarlo en www.facebook.com/ megustacusic

We are family!

Complot vuelve a sorprender con su propuesta y su estilo de clara estirpe subcultural, inspirado en el mainstream callejero. La colección está dirigida a la generación “Tumblr”, con un estilismo como collage que se lleva de una forma natural. Con personajes de diferentes edades, Complot se adueña de una expresión única y personal. La propuesta de niños se alinea con la colección de adultos: Rock festival con un interesante mix de estampas y texturas; Skate away para looks más deportivos con culottes, rayas y joggings; Pretty in punk con el cuero, la red y los parches, y New Afrika, con coloridos tribales y estampas africanas. En www.complot.com.ar podés ver el lookbook y elegir tus prendas online. (14)

Para festejar con mamá Porque no hay nada más lindo que mimar a mamá, Ferrero Rocher lanzó una Edición Especial para festejar con ella en su día. Consiste en una caja de acrílico con ocho bombones elaborados con la exquisita crema de chocolate y avellana. Una tentación irresistible.


Bello y solidario ¿Qué puedo hacer? Hoy me comprometo. 100 acciones solidarias, de Juan Carr y Janina Kinigsberg (Catapulta Editores). Quiero tender una mano, quiero ayudar, quiero colaborar, quiero estar… Pero no sé cómo, dónde, a quién. Tantas personas tienen el deseo de llevar adelante acciones solidarias y no saben cómo hacerlo… En todas ellas pensaron los autores de este libro, que presenta 100 propuestas para trabajar en la escuela, en el trabajo, en la plaza o en el barrio.

This Little Piggy Went to Prada, de Amy Allen, con ilustraciones de Eun– Kyung Kang (Editorial Pan Macmillan). Es un libro que debería ser el must have de las madres de la moda porque, además de ser bellísimo, el 10% de lo que se recauda por la venta de ejemplares se destina a Save the Children, una organización independiente, líder en la defensa de los derechos de la infancia en todo el mundo. Esta fundación está presente en más de 120 países, donde salva vidas, proporciona seguridad y protección a todos los niños en el marco de la Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas.

Ayudar está de moda La modelo Tatiana Dobosz y su amiga Verónica Gusberti acaban de lanzar al mercado Lena, bags for change. Son bolsas de lona muy cancheras y divertidas. Con la compra de cualquier modelo, Lena hará una donación a las causas que más afectan al mundo. www.lenabags.com

Fiesta de verano

Pepe Jeans recibe la temporada de calor con una propuesta pensada para que los más pequeños de la casa se mantengan frescos, cómodos y muy cancheros aún en días con altas temperaturas. La colección Kids (para niños de 2 a 8 años) se divide en tres líneas: Preppy team, una adaptación moderna del look universitario de inspiración americana en versión deportiva de aire casual (las pinceladas en neón le aportan una tonalidad única a la colección); Summer jungle, una oda a la naturaleza, que reúne estampados de animal, selváticos y de vocación étnica con el efecto teñido como superstar; y Warhol, la nota novedosa de la temporada, que lleva a Marilyn en versión overside, las más maravillosas margaritas y los míticos billetes de dólar de Andy como protagonistas para crear un look pop-art contemporáneo. www.pepejeans.com (15)


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Rica y sana Con la premisa del fast good, Fifí Almacén elabora todo tipo de comidas que por ser rápidas no dejan de ser saludables. Sobre la base de ingredientes orgánicos, sin aditivos ni agrotóxicos, este restaurante palermitano ofrece una carta “bien pensada”: bebidas y platos de autor que conviven en armonía. Además, tiene a la venta una gran variedad de productos frescos y orgánicos. Gorriti 4812. Tel.: 2072-4295. info@fifialmacen.com.ar

Mucho más que ropa

Pequeños curiosos Los días se hacen más largos, la temperatura se eleva y el sol acaricia de cerca. Los colores cambian y se intensifican. Es momento de jugar al aire libre, de andar más livianos, de explorar. Primerahuella pretende acompañar este espíritu curioso e incansable con prendas más confortables. Con una esencia urbana y tropical en colores pastel y cítricos con estampas de bananos, felinos, aves y flamencos. En octubre abre un nuevo showroom en Dorrego 1378, Colegiales, en alianza con Maminas.

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El verano de Mimo&Co nos traslada a Aruba. En ese destino paradisíaco, niños de todas las edades protagonizaron la campaña verano 2015. Los colores cálidos y flúo son un must y los diseños se rigen por dos tendencias claves: tropical y vintage. La primera se refleja en las estampas de palmeras y los colores vibrantes, y la segunda en los estampados de motos y autos para los chicos y las rosas con bordados y lentejuelas para las nenas. Las remeras sin mangas superdesbocadas, bermudas de rústico a rayas y trajes de baño full estampas son las nuevas prendas it. Pero no es lo único en lo que piensa Mimo. La marca lleva adelante dos acciones solidarias trascendentales: el jardín Mimo (que cuida a los pequeños hijos de las empleadas mientras ellas trabajan) y el Plan Crecer, la escuela secundaria de la que ya egresaron 34 trabajadores de la empresa. www.mimo.com.ar


Con imaginación Así como Geppetto creó a Pinocho, el artista plástico Gustavo Bemerguy se fortaleció del ingenio creador con el que convive diariamente para crear juegos encantadores. Aquí y allá, investigó infinidad de objetos capaces de funcionar como juguetes. Y los reunió a todos en Bemer, una marca que rediseña juguetes, los trae a la contemporaneidad y “crea otros que ayudan a potenciar la imaginación de los niños”. Juegos que invitan a lo más chicos a subirse a ellos para transportarse a otro mundo. www.bemer.com.ar

Divinos a toda hora

El viaje de los niños Hay que elegir el lugar para que la familia vacacione. La primera pregunta es dónde. La que sigue es ¿será apto para ir con niños? La misma duda tenía Zoie Kingsbery Coe cuando viajaba con sus hijos. Por eso creó Kid & Coe, una web que ofrece destinos en los que podés sentirte como en tu casa. www.kidandcoe.com

De puño y letra Monque y Mistenta es una marca de cuadernos hechos con oficio y amor, de material noble y diseño. Porque siempre hay algo que merece ser anotado con lápiz y en papel. Palabras que conforman frases y momentos que cuentan historias. Podés ver más en su fanpage /monqueymistenta

Quieren subirse al tobogán, saltar a la soga, patinar, andar en bicicleta, correr con la mascota de la casa. Todo al mismo tiempo. Claro, son chicos. Pero a la hora de vestirse piensan, eligen y desean como grandes. Por eso la línea Kosiuko Kids le da mucha importancia a la excelencia de los materiales, que van de algodones peruanos a tejidos de denim especiales que ofrecen una alta calidad, mucha resistencia y, sobre todo, variedad de diseño. Hay propuestas para niñas y niños de 2 a 8 años (la línea Mini) y también para adolescentes (la línea Teens, de 10 a 16 años). www.kosiuko.com.ar (17)


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1. Jorge León, director de Cocoa, con su hijo Felipe en Abasto Shopping, Star Wars, El camino del Jedi. 2. Sofía Krawczyk y Martina en la presentación de la colección Summer de Pepe Jeans. 3. Martina Correa y Chino Moro con su hijo Lorenzo en BAF Week. 4. Luciano Cáceres y sus hijas en el lanzamiento de las nuevas revistas de Disney del Grupo La Nación. 5. Eliana González y su hija Jesucita en BAF Week. 6. Denise Dumas junto a sus hijos en el local de Topper por el lanzamiento de la línea de Superhéroes. 7. Maby Wells con su hija Trinidad en la presentación de la colección Verano 2015 de Grisino. 8. Nico Pauls en el desayuno de Grisino.

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tendencias

surf

Las tablas de Malib煤 se mudan a la ciudad para vivir un verano a todo color. Remera (Mimo & Co). Cintur贸n (Cheeky). Short de ba帽o (Lechezucca). Buzo (Cheeky). Jean de color (Grisino). Panchas (Kickers). Zapatillas (Kickers). Anteojos espejados (Absurda). Desfile Losan en Pitti Bimbo, en la presentaci贸n del verano 2015, en Florencia, el pasado junio.

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tendencias

flores

Romanticismo que se hace presente en prendas de día y de noche. Chaleco bordado (Mimo & Co). Calza estampada (Cheeky). Zapatillas de lona (Levi’s para Grimoldi). Blazer de gabardina (Lechezucca). Short (Broer). Botita de lona (Pony). Sobre (Simones). Mochila (Reebok). Desfile de Grant en Pitti Bimbo.

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tendencias

DENIM

Siempre vigente, el total look es el must de esta temporada: más es más. Camisa (Kosiuko Kids). Chupín nevado (Kosiuko Kids). Zapatilla (Superga). Campera (Pepe Jeans Kids). Mini (Cheeky). Botas de lluvia (Seco Kids). Zapatilla con velcro (Fila). Mochila (Adidas). Desfile Fun & Fun en Pitti Bimbo.

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tendencias

marinero

Un cl谩sico que se renueva y se refuerza con la tendencia sport chic. Remera de algod贸n (Lechezucca). Short (Mimo & Co). Zapatillas de lona (Mimo & Co). Remera de algod贸n con bolsillo (Pioppa). Bermuda de jean (Grisino). Panchas (John Foos). Anteojos para el sol (Orbital). Mochila (Reebok). Desfile de Il Gufo, Pitti Bimbo.

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em o c i o n es

cielito

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“Queremos jugar a lo que nos gusta. /Jugar y jugar y jugar y jugar y jugar, /con gente que nos gusta”, canta, ¡reclama!, Luis María Pescetti, y con él un montón de chicos, en la canción No nos digan siempre no. El pedido no nació ahora. Viene de lejos. Ya María Elena Walsh lo dejó asentado en la Marcha de Osías con “quiero tiempo, pero tiempo no apurado, /tiempo de jugar que es el mejor” (en El país de nomeacuerdo, 1967). Como la idea no es hacer un repaso por la infinidad de temas que hablan de los juegos y los niños, alcanza con ese buen par de ejemplos para musicalizar una cuestión que parece que todo los “grandes” sabemos de memoria, aunque a veces nos olvidamos: los chicos ne-ce-sitan jugar. “Un niño que juega es un niño saludable”, deja claro, de entrada, Rosina Duarte. Como es psicóloga y especialista en crianza, nos da detalles: “Mediante el juego aprende y se descubre a sí mismo. Según su edad madurativa, va descubriendo sus capacidades motoras, emocionales e intelectuales. El juego es el medio por excelencia para que el niño ponga en práctica la creatividad y la imaginación. Es el canal por el que expresa su mundo interior, refleja la percepción que tiene de sí mismo, de los otros y del entorno que lo rodea”. Desde bebés,

¡A Jugar!

Por Alejandra Abrodos

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no más. Juegan con sus dedos, con sus manos, con sus pies. ¡Vaya descubrimiento! Investigan, reconocen, exploran sabores, olores, texturas, colores, sonidos. Lo hacen de una manera lúdica, placentera, genuina, espontánea, lo hacen de un modo natural. No hay dudas. En los niños el aprendizaje de la vida se realiza a través del juego. (Dicen que en Emilio, o De la educación, Rousseau considera que cada edad tiene su perfección idónea y que esa perfección y madurez se realizan, en la infancia, mediante el juego.) Pero también es la manera en que los adultos podemos conocerlos. “El juego es para el niño como el hablar para el adulto. El niño juega y cada juguete que elige es una palabra. Los niños tienen poca capacidad verbal de expresar lo que sienten. Todo lo que no pueden hablar lo van a jugar. Jugar es una necesidad biológica”, explica Marta Tessari, presidenta de la Asociación Argentina de Terapia de Juego Mundo de Arena, en Terapia de juego, el lenguaje de los niños. Sin embargo, cada vez hay menos juego compartido entre padres e hijos. “Los tiempos actuales, las obligaciones, los horarios tan ajustados, hacen que los niños no tengan tantas posibilidades de compartir tiempo de juego con los adultos –describe Rosina lo que todos nosotros vemos en casa–. El asunto es que para los chicos es fundamental poder jugar con sus padres, divertirse, reírse, mostrar su mundo interior, sus emociones, pensamientos, sentimientos, fantasías. Y es un modo de conocer y conectar con los hijos. Por eso les sugiero a los padres que siempre que puedan jueguen con sus hijos, compartan momentos de juego, se dejen llevar por lo que los niños proponen, los sigan y vean qué tienen para decir, para compartir, para contar.”

Lo vi en la tele Ocupa un lugar privilegiado. Está encendido todo el día. O casi. Siempre dispuesto a entretener. Sí, el televisor. Claro. Que en estos tiempos cumple muchas veces la función de babysitter. “Martín, ¿mirás unos dibujitos mientras mamá termina de leer este documento?” “Abril, andá a ver la tele un rato que tengo que revisar unos papeles.” “Juli, ahí te puse Disney Channel para que veas a Violetta. Yo voy a chequear mis e.mails.” Etcétera, etcétera, etcétera. Los números lo dejan claro: 9 de cada 10 chicos miran la televisión o usan la computadora y las consolas de juego durante su tiempo libre

(los datos pertenecen a la última Encuesta sobre Condiciones de Vida de la Niñez y Adolescencia que realizó Unicef). Lo que la estadística no mide es cuánto influyen los medios de comunicación en los niños y de qué manera lo hacen. Es lo que investigó Carolina Duek, doctora en Ciencias Sociales, en su libro Juegos, juguetes y nuevas tecnologías que acaba de publicar Capital Intelectual. “Un niño saturado de estímulos de consumo va a posar sobre algún adulto que encuentre cercano una demanda, un pedido. No tiene tanta importancia si el pedido es satisfecho o no; lo que sí es relevante es analizar los modos a través de los cuales se construyen esas demandas y esos deseos. Es muy probable que si realizamos un seguimiento extendido de las demandas de un chico, nos encontremos con que el rol de los medios de comunicación es central en la serie que se construye en los pedidos.” La realidad

Un juego, muchos juegos Somos amigas desde chicas y necesitábamos hacer algo que nos gustara, nos diera placer y a su vez nos permitiera tener nuestra propia herramienta de trabajo. Así fue que nos propusimos armar Clap, en plena crisis de 2001, con un solo juguete y prácticamente cero peso de inversión inicial. Salimos a probar. La idea fue, es, diseñar y producir juegos y juguetes con los que cada chico puede proponer un modo de juego, juegos y juguetes que dejan abierta la posibilidad de encontrar otras maneras de jugarlos, adaptándose no sólo a cada edad sino también a la creatividad de cada chico. La idea es que puedan jugar sin seguir un modelo cerrado. Por eso todos los juguetes mantienen el mismo objetivo: no son productos que ofrecen una única posibilidad de jugar, sino una variedad de posibilidades que cada chico podrá descubrir en la interacción con el objeto que se le presenta. En este sentido, creemos que no hacemos juguetes didácticos en el sentido tradicional que se le da al término, porque lo chicos juegan, fundamentalmente, para divertirse. De paso, claro, hay contenidos, miradas sobre el mundo y las cosas que nos rodean, que nosotros transmitimos a través de nuestros productos porque es inevitable volcar nuestra mirada en el trabajo. Por este motivo, nos inspiramos en las realidades más cercanas a los chicos como animales, personajes, medios de transporte, comidas, barrios, todos elementos reconocibles para ellos, que son tratados de un modo amable, divertido y, sobre todo, lejos de los prejuicios. Cada una de nosotras tiene tres hijos, ahora ya adolescentes, pero cuando empezamos siempre “probábamos” un nuevo juego con ellos e íbamos tomando sus “sugerencias”. En el fondo, creemos que Clap surge un poco, también, para ofrecerles una propuesta distinta de juego a nuestros propios hijos, inspirada en sus deseos y necesidades. Claudia Rofman y Ruth Soifer, de Juguetes Clap

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em o c i o n es

“Y porque se ha salido de la infancia […] se olvida que para llegar al Cielo se necesitan, como ingredientes, una piedrita y la punta de un zapato.” Julio Cortázar, Rayuela

le da la razón: los juguetes más vendidos en los últimos quince años son aquellos vinculados con algún personaje de la televisión o del cine. “Esto nos informa de un movimiento que va desde los medios hasta las jugueterías y que se extiende, desde el comienzo del siglo, a los teatros, las casas de ropa, las librerías y los puestos de diarios y revistas. La construcción de entramados de consumo es una de las principales estrategias del mercado. Tanto es así que el reenvío de los personajes a todos los soportes disponibles aparece naturalizado en la palabra de los padres”, apunta Carolina, quien durante la investigación para el libro entrevistó a niños y niñas, y escuchó comentarios de sus padres. “Después de ‘negociar’ durante casi dos años, le compramos la Wii. ¡Y ahora resulta que quiere la Xbox, porque es mejor!” “Todo el tiempo pide un juego nuevo para la consola.” “Los que tiene no le gustan porque no son los de la tele. Pero en la tele siempre aparecen juegos diferentes.” ¿Niños caprichosos? Decir que sí, parece fácil. Sobre todo si se considera el prototipo de chico contemporáneo que construyen la tele, la publicidad, los medios de comunicación. Son independientes, autónomos y saben lo que quieren. ¿De qué manera, entonces, las mamás, los papás les dicen que no? Cuando ellos mismos están inmersos en un mar de culpas. Un niño saturado de estímulos, demanda. Unos padres agotados, conceden. La fórmula no resiste demasiado análisis. Por otro lado, “¿cómo contrarrestar los mensajes y las imágenes que reciben? Promesas constantes de felicidad, de pertenencia, de mejoría de diferentes aspectos de sus vidas. Y a cambio ‘sólo’ tienen que salir y adquirir bienes y servicios. No parece ser una demanda demasiado alta para semejantes promesas. La clave radica, claramente, en la constante insatisfacción y decepción que los consumidores (de todas las edades, segmentos y grupos) sufren en el encuentro con cada una de las supuestas promesas por cumplir”. Un camino de ida. Un círculo vicioso. Una historia que nunca termina. Porque la

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concesión de deseos a los más chicos no es una garantía de que estén entretenidos mucho tiempo. Siempre aparecen nuevos objetos “mejores”, “superiores” o más interesantes para demandar.

Abrir la puerta Los dispositivos tecnológicos (consolas de juego, computadoras, reproductores de música y de video, celulares, tablets) están desplazando a los juguetes “tradicionales” (juegos de mesa, pelotas, muñecas, disfraces, por mencionar algunos) de la lista de deseos de los niños y niñas contemporáneos. Los empresarios del rubro lo dejan claro: este año, los regalos más elegidos para el día del niño fueron los relacionados con la tecnología. Razones para este fenómeno hay unas cuantas. Para empezar, que esta época se define al ritmo de los avances tecnológicos. “Aunque también es cierto que, ante la falta de tiempo, a los adultos les resulta mucho más cómodo que los niños tengan sus elementos tecnológicos a mano, se entretengan y jueguen solos (¡sin molestar!)”, opina Rosina Duarte. Sin embargo, muchos adultos se quejan de que los niños han dejado de jugar juegos y ahora sólo se interesan en las consolas y los dis-

Una mano más otra mano Desde 2005, la Fundación Abrir la Puerta trabaja por el derecho del niño a jugar y les brinda a los niños y niñas la oportunidad de disfrutar de su infancia. A partir del asesoramiento y la capacitación de la Asociación Internacional por el Derecho del Niño a Jugar, la Fundación lleva programas de juegoteca comunitaria y talleres de juego a diferentes zonas de la ciudad de Buenos Aires, como San Telmo, Montserrat, Tribunales, Balvanera, La Boca y Barracas. Anualmente, más de 250 niños y niñas participan de las actividades lúdicas que organiza la Fundación. Para recibir mayor información, sumarse como voluntario/a o colaborar con esta institución solidaria enviar un e.mail a info@abrirlapuerta.org.ar


positivos electrónicos. Aun así, la escena esconde un dato interesante: este aluvión tecnológico no se registra en el cuarto infantil. Allí la Barbie convive con la Wii y la Brazuca con la Play Station. “Durante la investigación, mientras los chicos hablaban de juegos con la computadora, en el cuarto nosotros observábamos otros juegos y juguetes que no se mencionaban. Desde un dominó a un ludomatic –reseña Carolina Duek un aspecto sorprendente de su trabajo–. Una de las posibles lecturas a este desajuste entre lo que veíamos en la habitación y lo que los pequeños informantes nos contaban de sus juegos es la más evidente: el exceso de objetos disponibles pareciera operar un efecto contrario al ‘esperado’.” Veamos un ejemplo, que se puede profundizar en el libro: en el dormitorio de Marina (de 7 años) hay una pared revestida con un mueble de piso a techo lleno de juegos y juguetes. Todos a la vista. Pero Marina no los incluye en su testimonio sobre a qué juega. Ante la pregunta puntual acerca de ese mundo de juguetes ella respondió: “Está todo muy desordenado, todo sucio. Nadie limpia esos juguetes porque, ¿quién los va a usar?” Así. Sin vueltas. Como es habitual en los chicos. Ellos, además, dejan entrever, de una manera o de otra, que

Una oda al movimiento El niño naturalmente es inquieto, se mueve, crea su propio espacio y arma su juego. Son experiencias incesantes, enriquecedoras y de extraordinario valor para su desarrollo y maduración, detallan desde la Sociedad Argentina de Pediatría. Sin embargo, como la plaza y la vereda ya no son lugares seguros, la bicicleta se la roban, en los recreos no pueden correr por el riesgo de accidentes, los paseos se hacen en auto, las horas de escuela se complementan con clases de apoyo, de idiomas, o de actividades regladas los niños no tienen cómo liberar y descargar su energía lúdica. La consecuencia es el sedentarismo. Sólo se mueven en la clase de actividad física del colegio, pocos practican algún deporte y pasan una enorme cantidad de horas sentados. Es necesario cambiar los hábitos. Porque lo que viene después es el sobrepeso, el cansancio, el colesterol elevado y todas las demás consecuencias que ya conocemos de la vida sedentaria. Los chicos también están en riesgo. La manera de evitarlo es disfrutar con los juegos, el ejercicio o la práctica de algún deporte y gozar de la libertad de movimientos en algún espacio abierto, en familia. Más información: www.sap.org.ar

en este rompecabezas hay una pieza fundamental: la ausencia de los padres. “Una de las dimensiones que identificamos en todas las entrevistas fue los escasos momentos en los que los adultos se sientan a jugar con sus hijos. No hubo testimonios en los que los más chicos contaran juegos compartidos con sus progenitores”, aporta Carolina. Si los más chicos suelen estar solos o, al menos, no tienen la posibilidad de que un adulto se siente con ellos a jugar, es muy fácil que el destino del dominó o el ludomatic sea llenarse de polvo. Por otra parte, son los adultos los que pueden proponer ir a la plaza, jugar a la pelota, andar en bicicleta, jugar un juego de mesa... “Pero tiene que haber una predisposición, un tiempo libre y disponible para dedicarse al niño y al juego, un tiempo sin reloj, sin apuros, por pura diversión y disfrute por compartir con los hijos”, invita Rosina. En el tierno, maleable, profundo corazón de los más pequeños el juguete no importa. No es el juguete el que hace jugar a un chico sino el vínculo que establece a través del juego con otro. Las puertas que ese juego puede abrir. Carolina Duek lo explica así: “Un niño o una niña pueden tener cientos de juguetes en su cuarto pero si no les son dadas las posibilidades y los contextos en los que jugar, las posibilidades de abrir esas puertas no existen.” Al fin y al cabo lo que necesitan es que nos sentemos a jugar con ellos, nos desconectemos por un rato de las obligaciones laborales y nos conectemos con ellos para construir un mundo compartido de amor, respeto y tolerancia.

Todo a su debido tiempo Serge Tisseron es doctor en psicología, psiquiatra y psicoanalista. Ha publicado una treintena de obras. Varias de ellas acerca de la relación que establecemos con las nuevas tecnologías. Como la Regla 3-6-9-12, sobre la edad adecuada para iniciar el uso de cada tecnología. 3 Evitar las pantallas antes de los tres años: una gran cantidad de trabajos de investigación demuestran que el niño menor de tres años no gana nada al exponerlo con frecuencia a las pantallas y sí gana mucho con el juego. 6 No usar consolas de juego portátiles antes de los seis años: en cuanto los videojuegos se introducen en la vida del niño, acaparan toda su atención en perjuicio de otras actividades. 9 Nada de internet antes de los nueve años: y cuando pueda ingresar deberá hacerlo acompañado de un adulto que le explique las tres reglas básicas de internet: lo que se publica allí puede caer en manos de cualquiera; lo que se sube quedará allí eternamente, y no toda la información que aparece allí es verdadera. 12 Internet y redes sociales, a partir de los 12 años: los chicos podrán ingresar solos a partir de esa edad, pero los padres tendrán que acompañarlos, definir reglas de uso y horarios e implementar controles parentales.

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em o c i o n es

El otro Ayudar hace bien

me importa Los demás forman parte del mundo. De mi mundo. De tu mundo. Pensarlos, incluirlos, socorrerlos, aceptarlos es hacer de la solidaridad la mejor forma de vida posible para el mundo de todos. Es lo que hacen los protagonistas de esta nota. Cocoa aplaude y se suma. Texto: Marina Ortiz.

“P

racticar la solidaridad significa fundar nuestro pensamiento y nuestras acciones en el principio de ‘uno para todos y todos para uno’”, define el sociólogo polaco, Zygmunt Bauman, uno de los grandes pensadores europeos de la actualidad, en el ensayo La explosión de la solidaridad. Allí sostiene, también, que “nuestra sociedad de consumidores, profundamente individualizada, es exactamente

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lo opuesto a una fábrica de solidaridad: produce desconfianza mutua y competencia”. Igual, no se desespera. Ni nos angustia: “Una vez tras otra, sigilosa pero obstinadamente, este espíritu (de solidaridad) puede llegar a retornar del exilio. Lo demuestran los sucesivos episodios de ‘solidaridad explosiva’”. Si le preguntan al señor del kiosco, a la maestra del jardín, al gerente de la sucursal bancaria si se consideran personas solidarias, todos, o casi, van a contes-

tar que sí (según el Estudio de opinión pública TNS Argentina sobre voluntariado realizado entre diciembre de 2012 y enero de 2013, ocho de cada 10 argentinos se sienten muy o bastante solidarios). ¿Qué entendemos por solidaridad? Hay un autor, Luis Aranguren, que ha establecido cuatro modelos que nos sirven para ubicarnos en la práctica de la solidaridad –señala Alejandro Gimelli, coordinador del Programa de Apoyo a Escuelas Solidarias del Centro Latinoamericano de


Aprendizaje y Servicio Solidario, CLAYSS–: la solidaridad como espectáculo (es el modelo que llevan adelante los medios de comunicación, que apuntan a movilizar sentimientos y acciones de corte muy superficial); la solidaridad como campaña (también vehiculizada por los medios, se basa en testimonios impactantes que exigen del espectador una reacción inmediata, que no tiene compromiso duradero); la solidaridad como cooperación (que reúne todo tipo de experiencias en las que se brinda ayuda a sectores más vulnerables. Esta categoría implica un salto cualitativo respecto de las anteriores, sin embargo mantiene aquello de que “la mano que recibe siempre está debajo de la que da”); y la solidaridad como encuentro, como un modelo de vida, como un estilo de ser con el otro. “Este concepto requiere una conversión personal”, afirma Gimelli. En ese grupo se anota Florencia Drucker. “La primera vez que pisé un asentamiento y vi en las condiciones precarias en las que muchas familias vivían se despertó en mí un sentimiento que impulsó mis ganas de participar activamente. Sentía que tenía responsabilidad como ciudadana ante semejante situación de urgencia y decidí involucrarme, dar un paso más.” Ese paso fue sumarse como voluntaria a Techo, una organización que busca superar la situación de pobreza que viven miles de personas en los asentamientos precarios, a través de la acción conjunta de sus pobladores y jóvenes voluntarios. “Entiendo mi participación como algo vital, si la sociedad no se involucra difícilmente podamos promover más concientización de que la pobreza es un problema que nos afecta a todos”, opina Florencia. Muchos hablan de un clic. Una especie de golpe de realidad que consigue transformar la solidaridad emotiva en fraternidad. “Un sábado a la noche, cuando iba a bailar, vi en la esquina de mi casa a un señor sentado sobre unos cartones y abrazado a una manta. Hacía mucho frío. Y el señor temblaba. Esa noche me di cuenta de que era hora de empezar a hacer. El lunes siguiente escuché en la radio que un

grupo de gente organizaba recorridas por el frío, para asistir a la gente en situación de calle. Y me sumé”, hace memoria Natalia Joannaz, voluntaria fundadora de la Fundación Sí, una organización sin fines de lucro que busca promover la inclusión social de los sectores más vulnerables de Argentina.

Me pongo en tu lugar Los argentinos tienden a ser más solidarios en tiempos de crisis, mientras que en momentos de crecimiento o estabilidad, la realización de tareas voluntarias disminuye, asegura el estudio de TNS Argentina. Nuestros entrevistados acuerdan con el diagnóstico. “Creo que nos falta que esas actitudes se hagan parte de nuestra vida cotidiana”, apunta Gimelli. “La participación aumenta ante hechos extraordinarios como catástrofes naturales, etc. Pero la verdad es que la urgencia que se vive en los asentamientos es constante y diaria”, sostiene Florencia. Para Natalia, en cambio, la gente está evolucionando hacia la solidaridad. “Se suma cuando ve transparencia, cuando ve que eso funciona, cuando ve los hechos… Creo que se trata de ‘confiar’.” Las estadísticas dicen que el voluntariado crece en los adultos de 35 a 49 años. Sobre todo en el interior del país. Lo que los índices no manifiestan es que la solidaridad es inclusiva, porque todos podemos ofrecerles algo a los demás. Incluso, ¿especialmente?, los chicos. ¿Se aprende a ser solidario? “Sí –afirma Gimelli–. Y el modo de aprender a ser solidario es… siéndolo. La solidaridad no puede ser una acción aislada o la respuesta ante una catástrofe. Tiene que ser una práctica habitual. Debe planificarse, debe articularse con aquello que el niño aprende en la escuela.” “Yo creo que la solidaridad se enseña –coincide Natalia–, se enseña desde el ‘hacer’. ¿Cómo la enseñaría yo? Cada vez que me encuentro con una persona que se queja sobre algo lo invito a ‘hacer’, a ‘involucrarse’. Hay muchísimas formas, muchas instituciones en las cuales se puede participar.” En la zona rural del paraje La Estancia, en Belén, Catamarca, existe un elevado nú-

mero de analfabetos. También hay una escuela, la Nº 485, que a partir del Programa Nacional Educación Solidaria del Ministerio de Educación de la Nación puso en marcha el proyecto Biblioteca del pueblo, con el doble objetivo de mejorar la calidad educativa de los alumnos y contribuir a la alfabetización de la comunidad. Así los más chiquitos del lugar se convirtieron en “pequeños maestros”, alfabetizadores activos y autónomos, y promovieron la lectura y la escritura como herramientas básicas del conocimiento. Es apenas un ejemplo. Hay más. Muchos más. Porque el marco normativo educativo contempla la enseñanza de la solidaridad. “La ley Nacional de Educación vigente (la Nº26206) promueve explícitamente la propuesta pedagógica del aprendizaje-servicio”, informa Gimelli. ¿Qué es? La profesora María Nieves Tapia, fundadora y directora de CLAYSS, lo define así: “Plantar árboles donde hacen falta es un servicio solidario. Estudiar el vasito con la germinación es aprendizaje. Investigar sobre la flora y las condiciones ambientales de la comunidad y utilizar lo aprendido para contribuir a forestar donde se necesita, eso es aprendizaje-servicio.” Siempre, pero siempre, hace falta que la directora, la maestra, mamá, papá bajen la solidaridad del plano de los discursos para que se haga carne en una acción, en un compromiso concreto. Que puede empezar de a poco. En casa. “Sorprender a mamá haciendo la cama, hacer las compras a un familiar que lo necesite, llamar a un compañero que faltó a clases…”, propone Juan Carr, de Red Solidaria, en una nota periodística reciente. “Así, la solidaridad deja de ser un concepto abstracto y teórico. Ya no nos parece ligado a una emoción pasajera que hace que alguien done u ofrezca algo por un necesitado en un impulso que sólo dura un instante o unos minutos. Empieza a tener otro significado, parece sugerirnos otras cosas. Posee una fuerza etimológica inesperada. Entonces, la comunidad se reúne y junta ladrillos para la escuela rural, pero también viaja para ayudar a construirla.”

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Interviú

Aires de felicidad Gabriel Isersky es el creador de Ayres y el gerente general de Trosman. Sofía Álvarez Uriburu es la responsable de la comunicación en las dos marcas. Juntos formaron una familia donde se cultivan el amor, el arte y los buenos amigos. Texto: Jorge León. Fotos: Victoria Schiopetto.

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Se conocieron en el trabajo. Gabriel Isersky (45), creador de Ayres, una de las marcas de ropa más importantes de Argentina, viajaba para supervisar que todo estuviera como lo había imaginado. Sofía Álvarez Uriburu (43) siempre estaba ahí, porque era la maquilladora de las campañas de la marca. Entre temporada y temporada hicieron varios viajes juntos. Ella parecía estar más allá de todo. Convencida de que no quería mezclar trabajo y sentimientos. Pero un día, en tránsito a Río de Janeiro, Gabriel le declaró su amor. Y las barreras de Sofía se esfumaron. Desde entonces pasaron siete años. Hoy son una maravillosa familia mixta y ensamblada. Lucas (16) es el hijo del primer matrimonio de Sofía, Ian (11) es el hijo de Gabriel, también de su primer matrimonio, y Milo (4), el benjamín, fruto de este amor que tendrá el broche de oro en marzo próximo cuando celebren su casamiento. Su casa de Palermo es clásica, muy amplia, con toques modernos y fascinantes obras de arte. “El Pez pato y el Chancho volador, de Celina Saubidet, y El elefante, de Máximo Pedraza, son mis preferidos”, comenta Sofía. Amante del orden, la puntualidad y fiel a sus amigos, esta canceriana supo cómo superarse día a día para alcanzar sus metas. Desde chica quiso tener su dinero y fue así que apenas terminó el colegio secundario comenzó a trabajar en el local de la mítica marca Via Vai, su primer contacto con la moda local. Estudió maquillaje con Sebastián Correa y su carrera fue en ascenso: maquilló para las principales marcas de Argentina y colaboró con fotógrafos de renombre internacional. Hasta que un día dejó las brochas y los pinceles para dedicarse de lleno a la gerencia de Ayres. “Fue un momento difícil. De muchas inseguridades. No sabía si estaba haciendo lo correcto”, recuerda. Hoy, con cuatro años a cargo de la comunicación de la marca, puede decir que la pone feliz esta decisión, aunque le cueste cortar con el trabajo cuando llega a su casa. “Con Gabi tratamos de no hablar de la empresa, pero es imposible. Siempre algo se filtra. Aunque, por suerte, lo manejamos bastante bien.”

Pop. El arte está presente en toda la casa. El helado, de Ricky Crespo, es una obra que a Sofía le da enorme placer contemplar, dice que siempre le saca una sonrisa. La escultura El corazón, de Celina Saubidet, se exhibió en los locales de Trosman por el Día de la madre.


Fanática de la platería, colecciona cadenas, pulseras y anillos. No sólo eso. También estudió joyería. La lista de sus tesoros incluye desde los auténticos Belgiorno de los ’70, heredados de Carmen, su mamá, hasta los actuales Tiffany. Todo es válido a la hora de armar sus outfits cancheros, clásicos pero con un sello moderno y chic. “Ser madre es una de las cosas más trascendentes que me han pasado en la vida. La llegada de Luquis y la de Milo generaron un cambio en mi eje. Estoy en una constante búsqueda de equilibrio para poder darles lo mejor”, afirma Sofía. Gabriel, un geminiano reservado, seguidor ferviente de River Plate, amigo de sus amigos y apegado a su

familia, construyó un lugar propio en el mercado de la indumentaria. Creó Ayres en 1998 pensando en una mujer moderna y trabajadora. En los inicios, la sastrería fue la seña fuerte de la marca, pero con el paso del tiempo, y los dictámenes de la moda, se reacomodó para hablarle a una mujer más joven, más canchera y sexy. Nunca abandonó la vocación por los materiales nobles y la buena confección de sus prendas, que lo convirtieron en un referente en el mercado local. Tanto es así que, además, se hizo cargo de Trosman y en pocos años la transformó en una etiqueta líder en el segmento de diseño joven y de vanguardia.

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Interviú

Legado chic. De su madre heredó las clásicas pulseras de plata de Belgiorno y el juego de plata donde guarda sus alhajas. De su abuela recibió la mesita de apoyo. A la hora de vestir, prefiere los colores neutros y los cortes simples: la campera de lino es de la nueva temporada de Ayres y los mocasines son de Trosman. En la página opuesta: Sofía en la pileta de su casa con jeans y camisa de Ayres. Mocasines de Trosman.

Viajan juntos y combinan placer y trabajo. Los dos eligen Londres como su lugar preferido. “La diversidad cultural y la moda que se ven en la calle de esa ciudad no se ven en ninguna otra parte del mundo. Amo el teatro y siempre tratamos de ir a ver una de las obras que están en cartel”, revela Sofía. Y agrega: “Los museos son una fuente de inspiración. Sentarte a tomar un té y ver la gente pasar es una experiencia única que me encanta vivir, sobre todo en Liberty, una de mis tiendas predilectas”.

La moda no es un juego. “La moda siempre fue un trabajo, pero nunca la sentí como algo tedioso. Al contrario, siento un enorme placer por trabajar en y para la moda. Soy muy afortunada, (36)

porque gracias a ella conocí al amor de mi vida, amigos y lugares maravillosos. La vivo con naturalidad. Mucho antes de conocer a Gabi, mis amigos me decían que tenía que dejar el maquillaje para dedicarme a la dirección de arte, y mirá, la vida me tenía preparada una hermosa sorpresa. Ser la responsable de arte y comunicación de Ayres y de Trosman me completa la parte profesional. Soy feliz trabajando y aprendiendo día tras día… ¿Cómo me visto? De una manera simple. Y me maquillo lo mínimo e indispensable. Los zapatos y las carteras son mis fetiches. Los mocasines de la nueva colección de Trosman son el comodín de la temporada y la cartera de Chloé es una de mis favoritas.”


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Simpleza. El cuarto del niño es despojado, con aire nórdico. El acolchado y los almohadones son de Picnic. El detalle que marca la diferencia es El ratón, cuadro de Máximo Pedraza. Sobre la mesa de luz, un cuaderno para anotar los sueños de Milo, regalo de su abuela materna.

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La boda que viene. Hace unos meses, Gabriel organizó -en complicidad con su suegra- un viaje sorpresa a Miami. Una vez instalados en el hotel, invitó a Sofía comer a Casa Tua -el restó que ambos adoran- y, copa en mano, le propuso casamiento. Sofía, que no podía creer lo que estaba escuchando, le respondió inmediatamente que sí. A los pocos días se puso a buscar lugares para la fiesta que se celebrará el próximo año. Y, obsesiva como es, a menos de seis meses de la gran cita ya tiene todo resuelto, incluso el vestido y los zapatos que usará en la fiesta. “Me gusta tener todo organizado con tiempo. Me estresa la improvisación. Siempre fui muy ordenada con mi vida y eso a veces me juega en contra. Me

consumen los nervios y quedo agotada, pero siento que me adapto a todo con mucha facilidad, tengo cintura y eso me permite obtener mejores resultados. Cuando puedo, y si la agenda me lo permite, me escapo a Uruguay, mi lugar, nuestro lugar en el mundo”, cuenta Sofía. A la hora de pensar en su futuro, desea llegar a la vejez entera y feliz. La felicidad es lo más importante en su vida y eso es lo que quiere para sus hijos. “No me imagino la vida sin felicidad. Ser feliz es un ejercicio. La felicidad se busca, hay que encontrarla. Y el secreto está en saber disfrutar de los pequeños momentos: con mis hijos, con mi marido, con mi familia, con mis amigos.”

Mamá y empresaria. Sofía, trabajando en el escritorio de estilo Art Nouveau que compró en un anticuario de San Telmo junto a Milo. Los libros, las revistas y las obras de arte son la debilidad de la dueña de casa.

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es t i lo / h á b i to s

NUEVA

n r i d e t a a d m La maternidad como tal ya no es la misma. Atraviesa una resignificación que la lleva a un nivel nuevo, diferente. Madres trabajadoras, madres sociales, madres ciento por ciento madres. Por Jonathan Rosales

“Los niños son diferentes hoy en día”, canta Mick Jagger casi al comienzo de la canción maternal –versión Rolling Stones– Mother’s Little Helper. Un adelantado. Era 1966. Pero si en la actualidad los chicos son diferentes es porque la crianza también lo es. Madres modernas, bellas y que, lejos de aislarse para criar al nuevo integrante de la familia, salen al mundo para conquistarlo. Cuando en 2004 Celeste Cid dio a luz a André –el hijo que tuvo con el cantante Emmanuel Horvilleur– descansó sólo el tiempo suficiente para recuperar fuerzas y seguir adelante. Enseguida comenzó con las grabaciones de Conflictos en red para ponerse en la piel de la conflictiva Florencia. Y no paró. Porque detrás vinieron Ambiciones, Botineras y Mujeres asesinas, entre otras series y unitarios. “Creo que hoy la mujer puede dedicarle tiempo a la maternidad y, a la vez, desarrollar su parte individual”, destaca esta actriz que goza de compartir ciertos momentos cotidianos con su hijo, como llevarlo a las clases de fútbol o al cine. Sí, es verdad. La maternidad tradicional se vio afectada con la llegada del nuevo milenio, que renovó la relación que una madre puede tener con su hijo, pero que pese a todo supo mantener la magia y el aura sobrenatural que tanto la caracteriza.

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Mientras tanto, Sabrina Garciarena se encuentra en el período de descanso laboral que se dedica exclusivamente al fortalecimiento de ese nexo tan incorruptible como lo es el de madre e hijo. León, fruto de la relación que la actriz tiene con el periodista Germán Paoloski, nació el pasado 1º de abril y pese a que el bebé recién cumplió los cinco meses, Sabrina ya proyecta reactivar su vida laboral. Según la doctora en Psicología Perinatal Alicia Oiberman, “es necesario comprender que la maternidad no coarta la vida de una mujer sino que la enriquece. Pues la maternidad es un desarrollo evolutivo y vital para toda mujer”. Y Julieta Cardinali lo entiende así. La llegada de Charo, la hija que tuvo con el cantante Andrés Calamaro, fue una “decisión”. Una determinación que no eclipsó las ganas de actuar. Comenzó de a poco “pero sin culpa”, para demostrarle a Charo que una mujer puede ser “independiente, fuerte y tener la posibilidad de trabajar de lo que le guste cuando sea grande”. Pero estas actrices argentinas no son las únicas que eligen ser madres y seguir con su vida laboral con tanto o mayor ajetreo del que le imprimían antes. El triunvirato de amigas internacionales que componen Charlotte Casiraghi, Tatiana Santo Domingo y Margherita Missoni, quienes dieron a luz a su primogénito durante 2013, disfruta de la reciente maternidad tanto como de su agenda de trabajo. La hija de la princesa Carolina de Mónaco es la nueva embajadora de la gama de cosméticos de la firma Gucci, Tatiana Santo Domingo (casada con el hermano mayor de Charlotte, Andrea Casiraghi)


no sólo es una de las socialité más requeridas del mundo sino que además trabaja a la par de su socia Dana Alikhani en su firma de ropa ecológica Muzungu Sisters; Margherita, en tanto, se ocupa, junto con su familia, del imperio de ropa italiana fundado por su abuelo y proyecta su carrera como actriz en Nueva York. “Una vez que la mujer es consciente de que tiene el derecho a trabajar, estudiar y realizar otro tipo de actividades, más allá del maternaje, no puede ya negarlo. Lo que se conoce ya no se puede esconder”, explica la socióloga Marina Zanetti. E invita a pensar en un pasado no muy lejano, cuando las mujeres todavía no podían votar: “lo que en un país democrático equivale a decir que no eran ciudadanas”. Estas it moms tienen bien claro que vivir “sus tiempos y los de él” no significa hacerlos a un lado sino reivindicar una independencia que siempre tuvieron. Sin embargo, también son conscientes de que nace una “nueva independencia”, como la cataloga Celeste, “donde las cosas que se hacen son las más importantes”. La llegada de León a su vida hizo que Sabrina la tomara como un aprendizaje. Una enseñanza divina. Su aparición fue la responsable de mostrarle a Germán y a ella “el amor más profundo, más carnal”. André, por su parte, le indicó a Celeste cómo ser “una mamá compañera, atenta a sus emociones y necesidades” tan sólo con algunos meses de vida. Mientras que Charo le enseñó a Julieta a “correrse del centro de la escena y a ser más generosa”. Sí, el modelo de madre que se dedica full time a sus hijos, que bien supo marketinizar la década de los

‘50, está en cuestión. Se busca pesar el tiempo en calidad y no en cantidad. Surgen nuevas perspectivas de la maternidad. Son madres del nuevo milenio. “La madre sigue pendiente del niño, aún cuando realiza otras actividades. Hay que entender que lo que cambia es la conceptualización sobre la maternidad. Ésta no es instintiva, es una construcción psicosocial”, detalla Oiberman. Lo fundamental es valorizar el avance que el concepto maternidad ha tenido. “Nos estamos dando cuenta de que el cuidado y el acompañamiento en el crecimiento de un ser que viene al mundo por medio de nuestro cuerpo o del que nos hacemos cargo a través de una adopción no están supeditados a los formulismos: ni a la forma que tiene la familia ni a la elección sexual de los padres”, subraya Zanetti. Por eso, tal como expresan estas tres actrices argentinas, “lo importante finalmente es que haya amor y respeto en ese hogar que una se encarga de construir”.

Para las “nuevas madres” vivir sus tiempos y los del niño no significa hacerlos a un lado sino reivindicar una independencia que siempre tuvieron.

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r e m m su

e m i t s ta a la d a a pu e a r o p m a te tu r a s y La n u ev r es, tex o l o c : ad einado diver s id ta r e l r u r f is d pa r a igos . estilos co n a m del sol

California

Santino con t-shirt de algodón y bermuda de gabardina (Mimo & Co). Panchas (Pony). Rocío con musculosa (Mini Complot) y falda de algodón (Atomik). Zapatillas de cuero (Adidas). Rubí con musculosa (Mini Complot) y short de jean (Pepe Jean Kids). Panchas metalizadas (Toot) y anteojos (Forever 21).

Fotos: Victoria Schiopetto. Producción: Jorge León.


Tr贸pico

Santino con t-shirt, bermuda y cintur贸n estampados (Cheeky). Rub铆 con remera con flecos (Pepe Jeans Kids), short (Cheeky) y collar (Vintage).


Denim

Rubí con mono (Atomik) con camisa amarrada (Cheeky). Botitas con estampa animal (Topper). Rocío con camisa y chupín (Kosiuko Kids) y zapatillas con tachas (Toot). Santino con campera y jean (Mimo & Co). Zapatillas de lona (Pony) y cap (DG).


Flúo

Rubí con musculosa con estampa frutal (Kosiuko Kids) y jean nevado (Mimo & Co). Juan con sweater de hilo, traje de baño y chalina (Pepe Jeans Kids).


Navy

Santino con camisa y short (Petit Garçon). Rocío con vestido de hilo (Paula Cahen D’Anvers).


Lunares Santino con camisa de algod贸n (Petit Gar莽on) y jean (Herencia Kids).


Camuflado

Rocío con cap (Mimo & Co), vestido (Paula Cahen D’Anvers) y panchas de lona (Pony). Santino con pantalón camuflado (Grisino) y sweater de hilo (Paula Cahen D’Anvers). Zapatillas (Mimo & Co), collar con cuarzo (Helicia) y collar con púa (Ginger).


Flores

RubĂ­ con vestido con bolsillos (Mini Complot), vincha (Nike) y zapatillas (Topper).


Sport Chic Rubí con campera de raso (Mini Complot), buzo de algodón y falda (Kosiuko Kids). Zapatillas (Adidas Originals). Rocío con vestido de paillettes (Mini Antolín) y zapatillas (Topper).


Rayas

Roc铆o con blusa de seda (Pioppa) y jeans (Lechezucca). Juan con remera de algod贸n (Petit Gar莽on) y pantal贸n (Grisino). Patineta (Atomik).


Amarillo

Roc铆o con vestido de algod贸n (Zuppa), zapatillas (Toot), medias (Mimo & Co) y mo帽o (Canalla). Anteojos (Absurda). Santino con campera de tela de avi贸n y bermuda (Atomik). Zapatillas (Adidas) y medias (Mimo & Co).


Animal print

Roc铆o con remera de algod贸n y zapatillas de lona (Cheeky) y jeans (Atomik). Anteojos (Ray Ban).


Logo

RocĂ­o con campera y zapatillas (Adidas Originals) y jeans (Atomik). Vincha (Accessorize).


Estrellas

RocĂ­o con chomba y mini estampada (Lacoste). Sandalias (Cheeky). RubĂ­ con remera (Grisino), jean (Kosiuko Kids) y campera (Pepe Jeans Kids). Zapatillas (Adidas). Santino con campera (Grisino) y bermudas (Pepe Jeans Kids). Zapatillas (Wilson).


Encaje

RocĂ­o con vestido de encaje con lazo de cuero (Pepe Jeans Kids) y zapatillas de cuero (Adidas). Collar (Vintage).


Rock

RocĂ­o con vestido de modal estampado (Mini Complot) y zapatillas (Toot). Anteojos (Absurda). Juan con sweater de hilo (Cheeky) y bermudas de jean (Lechezucca). Botitas de lona (Toot) y anteojos (Absurda).


Flecos

Ruby con vestido de encaje bordado con flecos de seda y cinturón de cuero (Mini Antolín).

Asistente de producción: Fernando Nieva. Make up: Sole Olveira para Estudio Frúmboli con productos Lancôme. Peinó: Male Raspor y Hernán Abruzzesi para Peluquería Glow. Modelos: Rocío, Rubí, Juan y Santino, de Mable Humer Management.



Batman

T-shirt con estampa en flúo (Topper), bermudas de gabardina (Garçon García) y zapatillas de lona estampada (Topper).

fantasy &Fashion

Basicos recargados para vencer al villano. Fotos: Victoria Schiopetto. Producción: Jorge León. Make up: Sol Olveira para Estudio Frúmboli con productos Lancôme. Peinó: Hernán Abruzzesi para peluquería Glow.


Flash

Remera de algod贸n estampada (Grisino), pantal贸n ( Mimo & Co) y zapatillas (Pony).


Capitan America Campera impermeable (Pepe Jeans Kids), remera (Garçon García), bermudas (Grisino) y zapatillas (Pony).


Linterna Verde

Remera (Topper), pantal贸n metalizado (Grisino) y botas de gamuza (Toot). Anteojos (Absurda) y cintur贸n (vintage).


Superman

Remera (Topper) y pantal贸n de algod贸n (Adidas). Botitas de cuero (Toot).



moda

[Olivia en su mundo]

Todas

para

una Remeras y musculosas para una estaci贸n que se declara 隆libre y diferente!

1./ (66)


2./

3./

5./ 4./ 1./ De algodón con estampa (Mini Complot) y leggins de jean (Paula Cahen D’Anvers). Sweater de hilo (Cheeky). Zapatillas (Adidas), muñequera (Nike) y anteojos (Ray-Ban). 2./ De algodón con estampa by Andy Warhol (Pepe Jeans Kids) y short (Cheeky). Bolso de lona (Pepe Jeans Kids). 3./ De algodón estampado sin mangas (Kosiuko Kids) y short (Mini Complot). Sandalias (Cheeky).

4./ De algodón con inscripción (Mimo & Co) y mini de poplín (Pitocatalán). 5./ De algodón estampado (Kosiuko Kids) y cicilista (Mini Complot). 6./ De algodón con estampa (Grisino) y jean con dibujos (Kosiuko Kids). Corona (Pía Carregal).

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. E es qu n c da j er o e a l ave u m nm de d con es e m á e je a d a t n d sd , cele n br amos l a materni ere Fot e ser ref ma m os: y s á s son especialista Vict o r ia ón. Schiop Le etto. Producción: Jorge


Carla Rodríguez, editora de moda del Suplemento Mujer de Clarín. Catalina (11 años) y Esmeralda (8 años). Carla con blusa de gasa bordada (Rapsodia) y jean (Levi’s). Catalina con remera de encaje (47 Street), musculosa (Zara), jean (Mimo & Co) y zapatillas de encaje (Adidas). Esmeralda con musculosa con estampa (47 Street), jean (Mimo & Co) y guillerminas de charol con tachas (Toot).


Marité Rizzo, editora de moda de la Revista Para Ti. Agustina (12 años) y Francisca (6 años). Marité con camisa y jean (Kosiuko). Collar de piedras (Los Vados del Isen), cinturón (Mai Cassal) y stilettos de piel (Carmelo Tenuta). Agustina con musculosa y jean (Kosiuko) y zapatillas (Nike) y Francisca con remera estampada y jean (Kosiuko). Botitas de lona (All Star).


Constanza Von Niederhäusern, diseñadora y socia de Garza Lobos. Isabel (3 años). Musculosa (Osklen), jean (Garza Lobos) y ballerinas (María Cher Vintage). Isabel con remera (Baby Cotton) y leggins (Rapsodia). Botitas de lona (All Star).


Bettina Frúmboli, make up artist exclusiva de Lancôme. Mateo (9 años) y Luna (7 años). Bettina con camisa (Tucci), jean (Ayres) y ballerinas con glitters (The Bag Belt). Mateo con t-shirt estampada (Cheeky), jean chupín (Mimo & Co) y zapatillas (Nike). Luna con t-shirt de algodón (Cheeky) y chupines (Kosiuko). Panchas con tachas (Toot).

Make up: Sole Olveira para Estudio Frúmboli con productos Lancôme. Peinó: Matías para Sebastián Correa Estudio.


Paula Bascu帽an, ex modelo, booker de la agencia Look 1. Juan Cruz (6 meses). Paula con remera de algod贸n (Desiderata) y jean elastizado (Ona Saez). Juan Cruz con body (Mini Mimo & Co) y jean elastizado (Cheeky). Zapatillas (Diesel).


moda

e t r o p e D y a d o M

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Hace rato que las zapatillas dejaron de ser sólo un artículo útil. Hasta Jean Baudrillard lo dejó claro, allá por el milnovecientossesentaypico, en su libro El sistema de los objetos, cuando estableció que en las sociedades actuales las cosas han cedido ante la función y ahora cargan con significados más fuertes y personales. Hoy las zapatillas muestran nuestra esencia, nuestra identidad, nuestra personalidad. Son como espejos. Nos expresan. Empoderadas, dieron vuelta la tortilla y de enemigas de la sofisticación se transformaron en reinas del street style. Caminan las pasarelas a los pies de diseños de alta costura (como los de Chanel), se suman a colecciones superchic como las de Ermenegildo Zegna, reconfortan el andar de celebs de aquí y de allá. ¿Quién dio el puntapié inicial para que hoy exista una catarata de zapatillas en todos lados? ¿Madonna? Podría ser. Todos recuerdan cuando en los ’90 se paseaba por los clubes nocturnos con estampas de tres tiras en los vestidos y zapatillas de doble plataforma. ¿La huelga de transportes en Nueva York que allá por los ’80 obligó a las ejecutivas a recorrer Wall Street en zapatillas y con los tacos de Manolo Blahnik en una bolsita? Tal vez. Como sea, las sneakers se liberaron de las ataduras del gimnasio y salieron a la calle. Con outfits fríamente calculados, claro. Porque la comodidad nunca dejó de lado el diseño. Por el contrario. Lo sumó con creces. Ejemplo de ello es el acuerdo primigenio e inspirador entre Adidas y Stella McCartney. La primera colección deportiva de la hija del ex-beatle para la marca desapareció de las estanterías en 24 horas. Y la alianza todavía sigue. El fenómeno tiene versión local. De la mano de Topper. Por un lado, con las licencias: hace tres años los Simpsons y en este 2014 los Superhéroes. Pero, también con vínculos creativos de lujo. Primero, con Martín Churba. Hoy, con Valeria Pesqueira (el fruto de esta asociación es una línea con modelos para niñas y para sus mamás) y la marca Bolivia (que dio origen a calzado urbano para hombres y niños). Los pies, agradecidos.


Club de fans Uso zapatillas casi todos los días. En la semana, generalmente mi vestimenta es jean, camisa y, por supuesto, zapatillas urbanas o casuales, según las quieran llamar. El fin de semana casi siempre estoy con zapatillas de tenis, durante el día, en el club (¡soy un tronco, pero tengo las mejores zapatillas!). Y a la noche uso unas que me hackeó Martín Churba o las que hicimos con Gustavo Samuelian, de Bolivia, prontas a salir. Cuando llego a casa me pongo unas alpargatas Rueda. Sin dudas, el confort es clave para la decisión de comprar y de usar zapatillas, pero también queda claro que las zapatillas hablan de vos. Marcan tu onda, tu estilo y siempre dicen algo entre líneas. Un ejemplo claro es que si tengo que elegir por confort me pongo zapatillas de training, pero si estoy con jeans elijo zapatillas de lona o alguna de cuero más urbana. Respeto a los que privilegian el confort, obvio, pero para mí las zapatillas deportivas son para hacer deporte y las casuales/ urbanas para salir o trabajar. Si alguien se junta conmigo seguramente mi primer comentario será sobre sus zapatillas. Hace cinco años empecé a trabajar en Alpargatas y desde ahí no dejo de mirar los pies. Aunque confieso que antes también lo hacía. Ya era fan de las zapatillas, compraba muchas ¡y libros de zapatillas también! Diego Mohadeb, director de Marketing en Alpargatas

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es t i lo / m ú s i c a

Músi c a

De la mano de una diseñadora argentina, viajamos a Estados Unidos para conocer una experiencia que reúne la pasión por los clásicos y el amor por los niños.

para

o o d t s

Hablar de la música es como hablar de un planeta. No de Marte o Saturno. De uno por descubrir. Inmenso, rico, estimulante, diverso. Un espacio abundante en posibilidades. Un espacio para explorar colores, matices, sentimientos, emociones y para expresarlos con un sello personal, único. Un espacio perfecto para un niño. Sin embargo, la cultura occidental nos ha hecho perder la música como medio expresivo cotidiano. Lo dice Teresa Usandivaras en el prólogo de ¿De quién es la música?, libro que escribió junto a Alicia Lurá y publicó Ediciones Colihue. Allí relata que entre los bosquimanos (como antropóloga Teresa se especializó en la cultura de ese pueblo africano, que habita el desierto del Kalahari, en Botswana), la música está en todas las cosas que hacen: para curar, para alegrar, festejar, para amamantar, para expresar tristeza. La música está. “En la gran ciudad la música no está cotidianamente, nos han sacado esa posibilidad de comunicarnos con ella. ¿Cómo podemos hacer para que la música vuelva a ser parte de lo cotidiano, para todos, no sólo para los especialistas?” Pregunta. Y responde desde el escenario, en cada actuación de Los Musiqueros, el trío de música para chicos que integra con Julio Calvo y Pablo Spiller. “Si todos tenemos voz, entonces todos podemos cantar.” En esa corriente se anota Analía Earhart, argentina, diseñadora textil y experta en preservación del

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patrimonio arquitectónico, quien hoy vive en Portland, Oregon, Estados Unidos. Allí ejercita su pasión: busca propiedades que ofrecen valor arquitectónico para preservar, las restaura con el fin de incorporar su integridad (adaptándolas a los requerimientos de la vida actual) y trabaja en el diseño de su espacio interior. Pero también apuesta a la música. Y a la solidaridad. Hace cinco años que es miembro directivo de la Metro Arts Inc. (MAI), una organización sin fines de lucro que se dedica a promover experiencias de vida a través de la educación artística. “Creemos que todos los seres humanos somos creativos, tenemos algo que ofrecer a nuestra cultura y todos merecemos la oportunidad de vivir esta experiencia”, afirman en la institución, creada por el percusionista Niel DePonte (integrante de la Sinfónica de Oregon y director del Oregon Ballet Theatre). “Cuando veo a nuestros músicos de MAI componer obras clásicas con tanto virtuosismo reconozco la importancia de la educación musical desde temprana edad”, describe Analía. El camino al MAI empieza en la escuela. Son los maestros los que identifican niños con vocación y talento para seguir una carrera profesional como músicos clásicos. “Anualmente recibimos 100 solicitudes, de las cuales Niel DePonte selecciona diez participantes luego de una elección muy detallada (el Young Artist Concert). Esos niños podrán entrenar musicalmente de manera gratuita durante tres meses junto a DePonte y la Sinfónica de Portland, y al final del programa tomarán parte en el concierto que se organiza especialmente para ellos en el teatro de la Universidad Reed. Esa es su primera presentación pública como músicos profesionales.” Es que, tal como señala Violeta Gainza (referente ineludible en la educación musical), “la música se aprende ‘haciendo’ música”.

Chicos en acción ¿Puede un plan de estudios de las artes conseguir mejoras en la creatividad de los jóvenes estudiantes y fomentar disposiciones de pensamiento específicos, para que después transfieran esos conocimientos a otras disciplinas? Para el MAI la respuesta es sí. Es más, Niel DePonte cree que la capacidad de “pensar fuera de la caja”, que tanto se valora en el mundo empresarial, se enseña, de la mejor manera, a través de las artes. Por eso una de las actividades que la institución desarrolla hace ¡22 años! es el Metro Arts Camp en el Portland’s Center for the Arts. “Se trata de una participación diaria, durante una semana o dos. Cada día los niños intervienen en cuatro espacios artísticos: teatro, música, danza y artes visuales. Tienen la posibilidad de moverse sobre un escenario real, lo cual implica una predisposición fenomenal por parte de ellos”, cuenta Analía. Durante todo el campa-

mento se trabaja con un mismo concepto, a través de palabras que se representan en las cuatro disciplinas. El objetivo es que, al final de la semana, los niños creen una obra en la que incorporen el concepto desarrollado. Puede ser un baile, una pintura, música. “La creatividad dictada por ellos mismos.” Como en el MAI están convencidos de que la solidaridad tiene que ser un componente del programa educativo desde la niñez temprana, despliegan acciones fraternas con distintos grupos vulnerables. “En este momento estamos trabajando junto con Chidren’s Cancer Association (CCA), en un proyecto integrado. CCA cree en el poder curativo de la música”, apunta Analía. Los ganadores del Young Artist Concert interactuarán con los niños hospitalizados en una serie de visitas, donde podrán interpretar música clásica y al mismo tiempo enseñarles música. “Es un proyecto nuevo y estamos muy ansiosos de ver los resultados de esta interacción entre niños en situaciones tan diferentes.” Sobre todo porque en CCA han creado un programa especial llamado Music RX. El principal componente de este programa es una máquina transportable, que han diseñado los miembros de la asociación, con un equipo de audio propio, capacidades de grabación y una librería musical muy extensa. Como parte del trabajo en común, los músicos del Metro Arts Inc. grabarán varias composiciones que serán parte del inventario musical de la máquina. En el planeta de la música, todo es posible. Incluso borrar el dolor y la tristeza, para transformarlos, al menos por un rato, en alegría y esperanza.

Andanzas por la web En la maravillosa e inagotable internet, el amor por la música tiene diversas formas. • Por ejemplo, la de un taller de construcción de instrumentos. El de Julio Calvo. Sí, el mismo Julio Calvo de Los Musiqueros, quien diseña y construye los instrumentos informales del grupo, que le dan ese sonido tan característico. Todos están fabricados a partir de la modificación de elementos de uso cotidiano, como el Chancletófono (compuesto por tubos de PVC afinados, percutidos con chancletas). Para saber más hay que escribir un e.mail a suenaquetesuena@gmail.com • También se puede cantar. Claro, porque en la página de Caracachumba, el grupo argentino más prestigioso de música y humor para chicos con veinte años de trayectoria, es posible escuchar muchas de sus canciones y hasta ver videos de sus actuaciones. www.caracachumba.com.ar • Además, te vas a enterar de cosas increíbles. Una de ellas es la propuesta del Banco de instrumentos, un proyecto que surge por iniciativa de Sole y Nati Pastorutti. El Banco colecta instrumentos musicales y los entrega en préstamo de manera gratuita a niños y adolescentes de escasos recursos de Argentina. La manera de contactarse es muy sencilla, por e.mail a bancodeinstrumentos@fundacionsi.org.ar o por teléfono al 4775-6159.

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es t i lo / c i n e

VOLVER A VERTE Como padres podemos ver el impacto que las pelis de hoy en día provocan en nuestros hijos, de los más variados fanatismos a la consecuente acumulación de merchandising ad hoc. Esto nos produce un doble efecto: nos contagia el entusiasmo y estimula la nostalgia de los años en que las víctimas de esa pasión éramos nosotros. Por Alejandro Zold

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La infancia y parte de la adolescencia son etapas que se caracterizan por la inocencia. Esa pureza, ese candor y esa ingenuidad que vivimos de un modo natural nos hacen abiertos y vulnerables a la magia del cine. Todo nos parece sorprendente, fantástico y asombroso. Nuestra imaginación vuela sin restricciones y la pantalla se convierte en un portal que podemos cruzar sin problemas para trasladarnos a esos mundos extraordinarios, misteriosos y fascinantes que nos ofrecen las películas. Cuando somos chicos no le pedimos demasiado al cine: en general nos alcanza con algo de aventura, diversión y fantasía. No es que sean fáciles de lograr en una película sino que, en esas etapas más lúdicas, ponemos mucho de nosotros para disfrutar el film que estamos viendo. Automáticamente nos apasionamos. El entusiasmo nos arrastra y nos dejamos llevar. A los que fuimos niños durante los ‘80, y a los que vivieron su adolescencia durante esos años, esa avalancha de imágenes proyectadas en los cines y emitidas en los televisores cada vez con más frecuencia nos marcó a fuego. El cine se convirtió, junto a la música, en el arte pop por excelencia, y a la vez en reflejo y formador de la cultura de la época. La producción y la exhibición fílmicas crecieron exponencialmente e inundaron la década de películas que nos marcaron; a algunos, la infancia, y a otros, la adolescencia, y dejaron plasmada en nuestro interior la huella del momento en que las vimos. Si hurgamos un poco en nuestra memoria, seguro vamos a recordar cómo, dónde, cuándo y con quién vimos Star Wars, Volver al futuro, E.T. o Indiana Jones. Esos torrentes de recuerdos, esas vivencias, quedan asociadas, “pegadas”, a estas películas que nos marcaron. Y reencontrarnos con ellas ahora que crecimos y somos padres nos pone en perspectiva. Nos muestra que nosotros también estamos generando, creando y a la vez viviendo esos recuerdos que nuestros hijos alguna vez también encontrarán en su memoria cuando revean las películas que hoy se repiten incansablemente en la tele de casa. Como en un ida y vuelta mágico, recordamos el pasado y creamos recuerdos para el futuro. Somos, junto a nuestros hijos y mucho más allá del cine, protagonistas de un círculo virtuoso donde el pasado se revela y se reescribe a la vez, porque el ser padres nos pone en


el lugar obligado de revisitar nuestra historia personal. Ellos nos recuerdan a nosotros mismos cuando teníamos su edad. Verlos crecer nos pone a desempolvar recuerdos, vivencias, sentimientos y situaciones que, latentes en algún lugar recóndito de nuestra memoria, aguardaban el momento de volver a la superficie. Frescos, como si el tiempo no hubiera pasado. En ese rememorar, nosotros también crecemos porque transitamos, en paralelo, las distintas etapas de la infancia: jugar en casa, el jardín de infantes, aprender a andar en bicicleta, empezar primer grado, vacaciones, amigos, cartitas de amor. Pero, además, revisitar nuestra propia historia nos da una nueva perspectiva: la convivencia y el tiempo compartido con nuestros hijos abren las puertas para el reencuentro con nuestro niño interior. Y en pleno siglo XXI, en la era de la imagen por excelencia, qué mejor forma de cerrar ese círculo que compartir con nuestros hijos las películas que alguna vez, cuando éramos como ellos, nos cautivaron. La cantidad y la variedad de películas asociadas con nuestra infancia que podemos volver a ver, esta vez en compañía de nuestros hijos, es enorme. Seguramente de chicos vimos clásicos eternos como Mary Poppins, La novicia rebelde o El mago de Oz. Y tal vez alguno tuvo cerca algún adulto copado que le hizo conocer Yellow Submarine. Los ‘80 se caracterizaron por ser eclécticos, temática y estéticamente. Y nos dieron películas de todos los géneros. Algunas de ellas representaron nuestra primera exposición a la magia, el hechizo y el encantamiento. Otras, por el contrario, fueron más terrenales pero igual de eficaces a la hora de instalarse a vivir en nuestras retinas y corazones. Aquí, una lista un tanto arbitraria a la que seguramente cada uno agregará una o varias de esas películas que continúan creciendo pero no envejecen, y permanecen a través del tiempo tan vigentes como nuestro niño interior.

• Clásicos de siempre para ver con chicos de cualquier edad: • Mary Poppins • The Sound of Music • The Wizard of Oz • Yellow Submarine

• Para ver con chicos y chicas de 9 a 13 años: • Star Wars (trilogía Original) • Volver al Futuro I, II y III • Indiana Jones (las tres primeras) • E.T. • Quisiera Ser Grande • El Corcel Negro • Cuenta Conmigo • Los Goonies • Karate Kid • El Día de la Marmota • La Historia Sin Fin • Superman • Laberinto • Cazafantasmas • Quién engañó a Roger Rabbit? • Gremlins

• Beetlejuice • Los Locos Addams • La Princesa Prometida • Willow • Cortocircuito • Querida, Encogí a los Niños • Mi pobre Angelito

• 13 a 17 años • Juegos de Guerra • Cinema Paradiso • La Sociedad de los Poetas Muertos • El Joven Manos de Tijera • El Club de los Cinco • La Chica de Rosa • Se busca Novio • Un Gran Amor • Blade Runner • Duro de Matar • Novia se alquila • Terminator • Dirty Dancing • Batman

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es t i lo / l i b r o s

Letras con mucha acción Todos los días las editoriales publican libros nuevos. Elegir entre tantas novedades puede resultar difícil. Por eso en esta edición les acerco dos sugerencias bien distintas: una, para niños que aún no aprendieron a leer, y la otra, para los valientes, futuros lectores de Edgar Alan Poe. Por Marcela Roca Iglesias

El Club del Miedo

Cocorococó De Didi Grau. Ilustrado por Christian Montenegro. Editorial: Pequeño Editor. Idioma original: español. Edad sugerida: de 0 a 3 ó 4 años. Sobre el autor: Didi Grau, también conocida como Silvia Grau, nació en Buenos Aires en 1955. Se dedica a escribir libros y también a ilustrarlos. Estudió en Bellas Artes y en talleres de dibujo. Entre sus obras publicadas aparecen La máquina de la felicidad y otros delirios, Curumbamba y Curumbé y Ulises para jóvenes principiantes. Sobre la historia: es un cuento simple, ideal para acercar a los más pequeñitos al maravilloso mundo de los libros. Tanto las ilustraciones como el texto son atractivos por su sencillez y es allí donde reside su riqueza. La historia está llena de rimas y repeticiones onomatopéyicas que resultan muy llamativas para los niños que aún no saben leer. Con su propuesta, Didi Grau invita a jugar a través de la lectura. Imagino a una audiencia de chicos en pijamas escuchando a sus padres con atención mientras ellos les leen la historia, repitiendo frases como: “qué lío se armó” o “todos gritaban allí”, y al llegar al final un impagable “¡otra vez!”. ¡Imperdible para comenzar a armar la biblioteca de los futuros lectores!

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De Liliana Cinetto. Editorial: Sigmar. Idioma original: español. Edad sugerida: a partir de los 7 años. Sobre el autor: Liliana Cinetto nació en la ciudad de Buenos Aires. Es profesora de enseñanza primaria, profesora de Letras, escritora y narradora oral. Tiene publicados más de cincuenta libros para chicos. Sobre la historia: el terror podría ser el género ideal para atraer a los lectores más reacios. Sin embargo, hay que ser cuidadosos a la hora de recomendar este tipo de historias, ya que algunas pueden llegar a ser demasiado crueles para los niños. No es el caso de El Club del Miedo. Esta es una novela infantil llena de misterio, contada en un lenguaje muy cercano al de los chicos. Por ejemplo, abundan frases como “porfa” o “la vamos a pasar rebién”. A pesar del miedo que esto le provoca, Cami decide seguir a su amigo Ariel en una aventura colmada de peligros. La historia, narrada desde el punto de vista de una niña, tiene muy buenas descripciones que ayudan a imaginar lugares, personajes y sentimientos. El suspenso está presente desde el primer capítulo. Ya en el comienzo se sabe que algo terrible va a ocurrir: “Pero ahora, después de todo lo que pasó, me doy cuenta del miedo que me causa”. Y la tensión aumenta a medida que la historia avanza. ¿Podrán escapar Ariel y Camila? ¿Qué otros peligros los esperan? Los niños no se pueden perder este cuento con un final que no es exactamente a prueba de pesadillas.


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piedra libre

[Arroyo Hotel]

Arte más diseño Remozado y pujante, este edificio de los ’80 vuelve al ruedo con una estética flamante, pensada metro a metro para deleitar a huéspedes y locales.

Al frente, un pequeño café de estética industrial da la bienvenida. Unos pasos más adentro, un living íntimo invita al relax e incita a tomar alguno de los tantos libros de viaje, diseño, moda y arte que atesora la biblioteca. Un poco más allá, el bar central convoca a la charla bajo un techo de vidrio repartido con vista al cielo. Un mural de 10 metros, pintado a mano durante dos meses por la artista Eloísa Ballivian, y el patio colmado de plantas tropicales le dan un marco único a este hotel que se renueva con las firmas de Cecilia Nigro y Mariana Rapoport (directoras de The Wow Factor), Miguel Florio y Adriana Tedesco (arquitectos del estudio FG) y Dolores Biocca. Suipacha 1359. www.arroyotowers.com

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casa

Le petit palais Con más de cien años de historia, esta joya de la arquitectura francesa renace de la mano de un matrimonio con gusto exquisito y muy personal. Texto: Marina Ortiz. Fotos: Vicky Schiopetto.

Había una vez un elegante caballero inglés fascinado por la arquitectura francesa. Digamos que se llamaba Henry. Allá por finales del siglo XIX vino al país a trabajar en los ferrocarriles y decidió hacer su casa en Buenos Aires. Siguiendo al pie de la letra los dictados del estilo Beaux-Arts: una pulcra simetría, obras de arte con temas afines para apoyar la identidad del inmueble, grandes entradas y escaleras, entre tantos otros. Muchas de esas características aún viven en el alma de esta casa que hoy habitan un matrimonio y sus niños. Los pisos originales de roble, por ejemplo, que, restauración mediante, se muestran flamantes en el hall principal y en uno de los escritorios. El resto de los pisos no soportó el paso del tiempo (y de cientos de niños, ya que en este edificio funcionó el kinder Sworn) y debió ser reemplazado por tablones de lapacho enchapado. Que se llevan de maravillas con el espíritu del lugar.

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En el living, las puertas-ventanas de vidrio repartido y el inmenso ventanal que da al jardín generan una fiesta de luz natural. Los cuadros de la artista plástica Loli Acuña y la lámpara de suspensión realizada con hojas de acrílico, imitación de la famosa Hope, acompañan y potencian el efecto multiplicador de la luz.

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La mesa, de una solidez acogedora, es de lapacho y forma parte de “los nuevos”, esos muebles que se sumaron a los que venían de la casa anterior. Es el caso, también, de los sillones y las mesas bajas, todos realizados por Habito.

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Cuesta creer que poco tiempo atrás esta casa encantadora tenía aulas oscuras, una sala de máquinas y pasillos largos y sombríos. Un pasado opaco que resulta imposible imaginar en medio de tanta claridad. En el cuarto de la niña, las cortinas amortiguan las tardes de puro sol. Son de terciopelo teñido “vintage” de la casa Géneros del Sur. La lámpara, souvenir de unos de los viajes por el mundo, es de papel y fue comprada en Ikea.

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Luego de un intenso trabajo de reciclado y de restauración, el sótano se convirtió en un fabuloso playroom que abre sus puertas a un patio inglés. Dos detalles aportan su cuota de originalidad: el cuadro Pinocho, de Florencia Temperley, y la lámpara de papel, recuerdo del MOMA, en el cuarto de los varones.

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Una cocina generosa, cálida, con mucha madera y pinceladas de autor, como las sillas Eames (una versión renovada de las legendarias Fiberglass Chair). Una vez más, la luz es protagonista gracias al gran ventanal de tipo industrial. En el Family, el cuarto junto a la cocina, la lámpara de goma eva, adquirida en la casa Ligne Roset de Estados Unidos, marca la diferencia junto a la biblioteca, diseñada por Bacano.

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snacks Recetas ricas y fáciles de realizar para festejar la llegada de la primavera en un picnic con los chicos. Por Marina Becher

Pancakes Ingredientes: • Harina 0000 1 taza • Azúcar 2 cucharadas • Polvo para hornear 2 cucharaditas • Sal 1/2 cucharadita • Manteca derretida 2 cucharadas • Huevo 1 grande • Leche 1 taza • Aceite vegetal 1 cucharada (para la sartén) Preparación: Colocar los ingredientes húmedos en un bowl (el huevo, la leche y la manteca derretida). Incorporar el azúcar, la harina, el polvo para hornear y la sal. Unir todos los ingredientes con un batidor de mano y (si quedan algunos grumitos, ¡no pasa nada!). Calentar una sartén de teflón apenas aceitada en la hornalla. Con una cuchara, formar el pancake en la sartén. Cuando empiezan a aparecer burbujas en la superficie hay que darlo vuelta por unos segundos y sacarlo. Estos pancakes son ideales para comerlos con un chorrito de miel y fruta fresca.

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Triangulitos de espinaca Ingredientes: • Tapas para copetín cuadradas 1 pack • Espinaca limpia, blanqueada y picada 200 g • Salsa blanca 1 taza • Queso mantecoso 150 g • Sal y pimienta a gusto • Huevo 1 (para pintar) Preparación: En un recipiente, unir la espinaca bien escurrida con la salsa blanca, la sal, la pimienta y el queso cortado en trozos pequeños. Tomar una tapa para copetín y humedecer el borde. Con una cucharita, colocar el relleno en una de sus mitades y luego doblar. Sellar los bordes con un tenedor y pintar con el huevo batido. Una opción es espolvorearlos con queso rallado. Acomodar los triángulos en una placa para horno y cocinarlos hasta que estén doraditos.

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Muffins de vainilla y granas Ingredientes: • Crema de leche 1 pote de de 360 cm3 • Azúcar ½ pote • Harina leudante 1 y ½ pote • Huevos 3 • Esencia de vainilla c/n • Grana 3 cucharadas Preparación: Vaciar el pote de crema de leche en un bowl grande. Agregar los huevos. Con el mismo pote de la crema medir medio pote de azúcar y luego 1 y ½ pote de harina leudante. Integrar muy bien todos los ingredientes y luego saborizar con la vainilla y la grana. Colocar la mezcla dentro de pirotines y llevar a horno a 180º. Para saber cuándo están cocidos, hay que pincharlos con un escarbadientes. Si sale sequito quiere decir que los muffins están listos.


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casa

[Compartir]

¡Fiesta en el bosque! Los días de primavera hay que vivirlos del otro lado de la puerta de calle. En el patio, en el jardín o en la terraza. Pero el plan puede ser más divertido si, además, incluye disfraces. Para empezar, te contamos cómo hacer estas originales máscaras de cartulina.

1. Imprimí la plantilla en papel grueso y doblala por la mitad. 2. Recortá el conejo. Los niños más grandes pueden hacerlo solos pero los chiquititos van a necesitar ayuda para recortar los ojos. 3. Desdoblá la máscara. Coloreá la punta de la nariz con un marcador. Si querés que la máscara tenga un toque de color, imprimí la plantilla sobre papel de color para que los chicos pinten sus máscaras a gusto y placer. 4. Doblá la nariz hacia abajo sobre la parte frontal, doblá la máscara por la mitad para darle forma a la nariz. Hacé agujeros en las pestañas laterales y poneles cintas, cordones o hilo para que puedas atártela atrás.

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QUEREMOS / V i a j a r

[Pacific Coast Highway]

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Tomรก la ruta


queremos/viajar

Un recorrido imperdible por la costa oeste de Estados Unidos, la famosa Route 1 o Pacific Coast Highway, más de 1.000 kilómetros que arrancan en la vertiginosa Los Ángeles y llegan hasta San Francisco. Plagada de estrellas, mansiones, sinuosos caminos con acantilados y bellísimas playas con palmeras, es famosa por los relatos del beatnik Jack Kerouac en On The Road, los estudios de cine y los destellos de Hollywood. ¡A ajustarse los cinturones! Texto: Paula Wachs. Fotos: Victoria Schiopetto.

En los Ángeles hay mucho para hacer. Se puede empezar con un paseo por Beverly Hills, que entre las calles sinuosas y los árboles altísimos deja ver las mansiones de las celebridades de Hollywood. Y si hablamos de estrellas, el Paseo de la Fama en Hollywood Boulevard es donde hay que ir: 2.000 estrellas coloradas de cinco puntas con los nombres de celebridades como Michael Jackson, Marilyn Monroe y Shakira ilustran la acera. La tradición tiene más de 50 años.

subirse a la montaña rusa de Jurassic Park y hasta de bailar con Bob Esponja y Los Simpsons. Una opción es tomar el tour hosteado por el comediante Jimmy Fallon, un bus sobre rieles que atraviesa los legendarios estudios de clásicos del cine como Volver al futuro y ET, las locaciones de series famosas, y atracciones inspiradas en las versiones 3D y 4D de nuevos hits como King Kong, Transformers, Shrek 4. También hay una experiencia VIP de Red Carpet, ¡a llevar los tacos!

Por su parte, el museo Paul Getty es ideal para hacer una salida en familia y dejar a todos contentos. Ya vendrán los días de playa. Mientras tanto, disfrutar juntos del arte es un plan inmejorable. El Getty es un edificio impactante, de diseño moderno con espacios abiertos y vistas únicas de Los Ángeles. Los jardines son una pieza de arte en sí mismos. Lleva un tiempo recorrerlos pero vale la pena. Sobre todo después de pasar una tarde en el Family Room, un espacio dedicado a los chicos. ¿El broche de oro? El gift shop para niños. Una visita merecida.

Luego de la aventura en lo más profundo de la industria del entretenimiento mundial, y para confirmar que Los Ángeles lo tiene todo, se impone una visita al Museo de Historial Natural. La institución alberga una de las colecciones más interesantes de historia de la naturaleza y la cultura (la lista de especímenes, así como objetos relacionados con la ciencia, la naturaleza, la historia y la tierra supera los 35 millones) y el nuevo Dinosaur Hall, con réplicas de fósiles de dinosaurios hechas a una escala monumental. Hay más. Se anuncia la llegada de un nuevo protagonista, Thomas, el T Rex.

Claro que el sueño de vivir el cine desde adentro también se hace realidad en el parque de Universal Estudios. Recomendado para chicos y grandes, la “experiencia Hollywood” incluye la posibilidad de

Satisfechos con la ciudad, es hora de regresar a la ruta y continuar. La primera parada es Santa Mónica y su característico Pier. Escenario de varias acciones

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de Forrest Gump y muchos otros momentos cinematográficos, con sus bares, confiterías y cines a cielo abierto y conciertos, es un must. A cada paso se respira un aire a los años ’50… Sin duda, sus tiendas y su arquitectura remiten a aquella época. Pero no hay que perderse el atardecer frente al mar. Santa Mónica es especial para pasar la noche antes de dirigirse al bello pueblo de Santa Bárbara, pasando por Malibú. El recorrido por Malibú Road (que corre paralela al mar) permite ver los altos acantilados donde las olas rompen con fuerza. Arriba se alinean mansiones como la de Charly Harper en Two and a Half Men (las diez temporadas de la famosa sitcom se rodaron en Malibú), con vistas panorámicas envidiables. Hay varios puntos donde detenerse y sacar fotos, “la vida es dulce cuando la brisa californiana acaricia las mejillas”. Para almorzar, sobre el muelle y con una vista espectacular, está el Malibu Farm Fresh Organic. Con sus amplias mesas de madera al estilo campestre y sus deliciosos menús orgánicos es una alternativa muy recomendable. Las zonas más interesantes de Santa Mónica son el muelle (en Ocean Ave, con edificios Art Decó) y el parque de atracciones. De noche las luces del emblemático carrusel y el restaurant Bubba Gump (perfecto para comer deliciosos conos de pescados fritos) lo hacen sumamente pintoresco. Al final una caminata por la Third Street Promenade para hacer shopping y luego dar una vuelta por el Hotel Georgian y su inmensa playa.

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Al pie de las montañas de Santa Ynez nace Santa Bárbara, una ciudad de estilo colonial con una espléndida playa, similar a la de Santa Mónica, embarcadero incluido. Fundada por españoles en 1782, también es conocida como la Riviera de California, por su arquitectura distinguida y las altas palmeras. Es imprescindible reservar una tarde para caminar por su calle principal, State Street, y tomar un tour en bicicleta. Descubrir las playas en bici es mágico si vas con chicos. Otra salida insoslayable es la visita al Zoológico de Santa Bárbara y al Jardín Botánico para conocer la variedad de flores. Eso sí, los amantes del deporte no se pueden perder el Surfing Museum, para explorar la historia del surf. A 382 km está Monterrey, el último destino antes de llegar a San Francisco por la Route 1. Aquí la estrella es el mar, ya que Monterrey se recuesta sobre el extremo sur de la bahía que lleva su nombre, en la costa del Pacífico. Tiene una reserva natural marina donde se pueden practicar deportes como kayak o buceo, y es posible embarcarse para realizar un avistaje de ballenas. En tierra, no hay que perderse la oportunidad de conducir por la 17 Mile Drive, un tramo de ruta privada que bordea la costa y atraviesa uno de los barrios más lujosos de Estados Unidos, donde también se juegan algunos de los más importantes torneos de golf del mundo. Y para volver a conectar con el mar, el increíble y cinematográfico Acuario de la Bahía de Monterrey. Sus pasillos tubulares fascinantes, sus altísimas peceras con infinidad de especies y el área de las medusas constituyen un espectáculo aparte, para atesorar por siempre en la memoria.


queremos/viajar

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[Mora Baldo]

Amor por el dibujo Dirige la agencia de modelos Pink con Sidney Scott. Pero adora el mundo de los chicos. Desde siempre. ¿Se imaginan lo que el nacimiento de su hijo Galo generó en su vida? La revolucionó. Tanto que decidió dejar de dar vueltas y volvió a dibujar. Gracias Mora por tanta pasión.

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Es difícil recordar cuándo comencé a dibujar. Siento que lo hice toda la vida. Cuando era chica, en mi bolso de Kitty nunca faltaban hojas y lápices: eran mis mejores herramientas para resistir el aburrimiento en cualquier lado al que me llevaran. Hoy, ya grande, sigo teniendo la misma costumbre. A los 16 años decidí tomar clases para perfeccionarme. Así conocí a la hermosa e inspiradora artista plástica Astrid Waldman, quien abrió las puertas de mi imaginación para siempre. Me gusta ilustrar mayormente en blanco y negro. Por medio de líneas y puntos genero texturas que le dan a la obra volumen y luz,

sin que la esencia de lo que ilustro se pierda por no llevar color. Elijo el arte naïf y soy una eterna adoradora de la naturaleza (mi casa está llena de plantas). La llegada de Galo, mi hijo, fue clave, porque me conectó más que nunca con estos dos mundos, él es mi llave a la fantasía. Los niños tienen una mirada pura y genuina sobre las cosas, el valor de la sorpresa es hermoso y disfruto mucho mirando las cosas a través de sus ojos y compartiendo sus emociones. Ilustrar es parte de mis días y un medio de expresión que me permite transmitir lo que veo. Y amo hacerlo.

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[Cuento]

La solidaridad según Norita Por Gabriela Fuentes

Se conocían hacía años. Para ser más precisos, desde salita de tres. No iban a la misma escuela, pero la escuela de Norita quedaba de camino a la escuela de María Paz y se habían hecho amigas a fuerza de encontrarse cada mañana y cada tarde, yendo y viniendo. La empleada de la familia de María Paz también se había hecho amiga de la mamá de Norita. María Paz (Maripi para los más amigos) iba a una escuela inglesa muy tradicional del barrio, mientras que Norita y sus cuatro hermanos iban a la escuela estatal Nº 7. Era la única con jornada completa de la zona y le permitía a su mamá trabajar de empleada doméstica durante las horas en que sus hijos estaban en el colegio. ¿Cómo llegaron a hacerse amigas? Como les dije, caminando. Un día se miraron, al siguiente compartieron unas galletitas, después corrieron unas carreras hasta la esquina y casi sin darse cuenta las caminatas de regreso de la escuela se convirtieron en cita obligada y esperadísima para jugar y para contarse todo, todo, todo. Desde luego que esta amistad no sólo se desarrolló en la calle. A poco de andar, Maripi invitó a Norita a tomar la leche en su casa. Y a ella le fascinó. Claro, la casa de Maripi era ENORME. La habitación parecía un palacio lleno de juguetes de todo tipo. ¡Hasta tenía un tobogán! Además, había un hermoso jardín lleno de flores y una casita de madera construida entre las ramas de un árbol. Sin embargo, lo que más le llamaba la atención a Norita era que en una casa tan grande vivieran sólo tres personas: la mamá, el papá y Maripi. Ah, y Ramona, la empleada. Pero ella tenía su propio lugar atrás de la cocina y como entrar ahí estaba casi prohibido era muy inquietante y tentador. Hasta tal punto, que uno de los juegos preferidos de las chicas era hacer excursiones supersecretas al “RR” o sea al “Reino de Ramona”, como ellas lo llamaban. Después de varias meriendas en lo de Maripi, la mamá de Norita, naturalmente, invitó a Maripi a su casa, aunque Norita prefería mil veces que fuera al revés porque la casa de su amiga parecía salida

de un cuento de princesas y, sobre todo, ¡porque no había ningún hermano que aguantar! La verdad es que a Maripi le fascinó la casa de Norita. Era tan diferente de la suya. Por empezar, era chiquita: dos habitaciones, la cocina, el baño y el patio. Y vivían allí nueve personas. En una de las habitaciones, Norita, su mamá y sus cuatro hermanos, y en la otra, las dos tías y la abuela. Si bien le dio la sensación de que estaban todos muy apretados, al mismo tiempo pensó que se hallaban muy acompañados y muy juntos. Y la abuela de Norita ¡era genial! Cocinaba como los dioses y siempre, siempre, siempre cuando llegaban del colegio les tenía preparadas la leche chocolatada y las galletitas caseras más ricas del mundo. Y cantaba unas canciones muy divertidas, que la hacían desternillarse de la risa, aunque no le pegaba ni a una sola nota. Su abuela, en cambio, vivía en Estados Unidos, sólo venía de visita cada tanto y definitivamente no preparaba galletitas caseras ni cantaba de manera tan desafinada. Además, la casa de Norita era puro bullicio y movimiento y eso a Maripi le encantaba. Y si no estaba la mamá, estaba una de las tías o la abuela, listas para solucionar cualquier problema, hacer un mimo o dirimir cualquier conflicto generado por tanto chico junto en poco espacio. En fin, la amistad entre ellas siguió creciendo al abrigo de todas sus diferencias y así llegaron a 4º grado. Una tarde Maripi iba con el ceño fruncido, callada, pensativa y reconcentrada. Norita hablaba y hablaba, hasta que se dio cuenta de que algo no andaba bien y le preguntó: “Decime Maripi, ¿me estás escuchando o te pasa algo?” Maripi respondió, desanimada: Es que la seño nos pide cada cosa... N: Ufff, ¿y qué les pidió ahora? M: Nos pidió que investigáramos sobre la solidaridad. N: Ah, ¿era eso? Fácil nena. Googlealo y ¡listo! Ahí está todo. Lo copiás y nos vamos a jugar. M: No che, ¡no es tan fácil!


queremos/soñar

N: Ah, ¿no? A ver… ¿Qué es lo difícil? M: Es que vos no entendés. Lo que ella quiere es que investiguemos y que expliquemos lo que es la solidaridad con nuestras palabras, nada de copiar y pegar y nada de internet. Bueno, podemos usar internet para consultar un diccionario, pero tenemos PROHIBIDO copiar algo. N: Bueno, yo te ayudo. M: ¡¡Sí!! ¡¡Dale!! Se hizo un silencio tan pero tan largo y profundo que Maripi se empezó a poner superansiosa... “¿Yyy?” Decía una y otra vez. “Pará que estoy pensando”, le contestó Norita. “¡Qué apurada! ¿Viste que una, a veces, se aburre?” Maripi no respondió. “¿Viste o no viste?” repitió Norita. “Sí, sí, vi”, dijo por fin Maripi. N: Bueno, ponele que vos estás aburrida y yo vengo y te hago compañía... M: Y te aburrís conmigo. No le veo la gracia, ni la relación con la solidaridad. N: ¡Uyy, qué difícil que sos! Pensá, pensá. Vos estás aburrida y yo vengo y me quedo aburriéndome con vos. Vos, ¿qué sentís? M: Y, aburrimiento, ¿qué voy a sentir? N: No, no. Vos te sentís acompañada. Sentís que me pasa lo mismo que a vos. Igualito. M: Ahh, ja, ja, parece un trabalenguas, ¡pero no entiendo nada! N: ¡Ay Maripi, hacé un esfuerzo y pensá!! Seguime. Ahí no más las interrumpió un mensaje en el teléfono de Maripi. Ella respondió, rápido, sonriendo y le dijo a Norita: son las chicas que quieren saber dónde estoy. Ponete acá que les mando una foto de nosotras. Sacó la foto y la mandó. Entonces se escuchó la voz de la mamá de Norita que decía ¡chicas, apúrense que tengo mucho que hacer en casa! Corrieron para alcanzar a las dos mujeres y a los cuatro chicos, que les habían sacado como media cuadra de ventaja. Norita siguió: “Escuchame Maripi, lo de la solidaridad, te doy otro ejemplo, vos te sentís triste y sola y yo vengo y te acompaño y siento tu tristeza y eso me hace sentir también triste y quiero hacer algo para ayudarte, ¿ves? “¡Ahhhhh!, eso me suena más. ¿Te das cuenta? Ahora con este ejemplo voy entendiendo. Es que lo otro, lo del aburrimiento, era raro”, dijo Maripi.

Otra vez sonó la voz de la mamá: “¡Nori, hija, vamos!” Habían llegado a la esquina en la que se separaban, una iba hacia la derecha y la otra, hacia la izquierda. “¡Mamá! –casi gritó Norita– Esperá un segundo, ¿o no decís siempre que querés que sea solidaria?” La mamá de Norita se rió por dentro y pensó que nunca le habían puesto semejante excusa para quedarse un rato más charlando o jugando. Así que esperó, con mucha curiosidad. Norita le preguntó a su amiga: “Entonces, ¿ya sabés lo que tenés que escribir?” “Sí –dijo Maripi–, que tengo una amiga, que es muy solidaria y me dijo qué poner.” “¡Nooooo, nena! ¡Si escribís eso te sacás un cero!” “No, ya sé –la tranquilizó Maripi–, es una broma. Lo que voy a poner es que la solidaridad es poder sentir las necesidades y los problemas de los amigos como si fueran propios y, entonces, tratar de ayudarlos, como hiciste vos, que me reayudaste.” “¡Buena! –le dijo Norita– ¿Ves que era refácil? Pero te digo algo más. A mí, a veces me pasa que veo que algo malo le ocurre a alguien que ni conozco y también me siento triste y me dan ganas de ayudarlo y me parece que eso también es la solidaridad.” “¡Tenés razón! Es cierto, a mí también me pasa a veces. Buenísimo, lo voy a escribir.” “Chicas, vamos”, dijo nuevamente la mamá de Norita, que ya estaba perdiendo la curiosidad y la paciencia. Entonces Maripi le pidió a Norita que fuera a tomar la merienda a su casa. “Así terminás de ayudarme. De paso, podemos jugar un rato, que tengo algo buenísimo para mostrarte, pero es una sorpresa.” “Ay, dale mami, ¿puedo quedarme con Maripi?”, preguntó Norita entusiasmada. “Bueno, sí, pero antes de las 6 tenés que estar en casa, ¿escuchaste bien? Y cuando estés por salir de lo de Maripi, me mandás un mensaje de texto así yo salgo y te miro desde casa. ¿Está claro, no?”, insistió la mamá. “Sí, sí, clarísimo. ¡Graaaaaciaaaas mami!” Y salieron corriendo las dos. Al segundo, Norita volvió sobre sus pasos rapidísimo para no perder mucho tiempo, le dio un lindo beso a la mamá y le dijo: “Mami, me gusta ser solidaria, se siente bien, acá”. Y se señaló el corazón. Mientras volvía corriendo a jugar con su amiga, la mamá (que sabía muy bien lo bueno que era encontrar una mano solidaria y desinteresada en momentos difíciles) le respondió, casi a los gritos: “¡Claro, preciosa! ¡Y yo estoy muy orgullosa de vos!”

Fin

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MODA ¡ QUEREMOS !

[¡Este anillo!] Anillo Babalaba bañado en oro con turmalina verde y rosa. ( info@dolorestrull.com )




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