Revista de Bellas Artes, núm.9, 1966

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TIEMPO

MARIANA de pie en el centro de la sala. SONIA: i Mariana! MARIANA: Buenos dias [sincera] i Que bellas rosas! soNIA: c!,Verdad? Son de mi jardin. MARIANA se ha apresurado a poner el bolso y la sombrilla en un asiento y le quita las rosas a SONIA. SONIA: t Que buenos vientos la traen por aca? Trata de disimular su turbacion. MARIANA, serena, empieza a poner rosas en los floreros, mientras dice: MARIANA: Siempre estoy con ganas de venir a verte, y siempre por una cosa o por otra, lo voy dejando para despues. soNIA ha ido por una toalla al fondo de la sala. Se la tiende a MARIANA: soNIA: i Que bueno que vino! MARIANA se seca las manos, mirandola a los ojos, y le devuelve la toalla. AI hacerlo, dice en otro tono: MARIANA: Quiero hablar contigo. SONIA se alarma. soNIA: Sientese. MARIANA lo hace con mucha calma. SONIA, ala expectativa, se sienta frente a ella con una compostura de escolar. Despues de una pausa pensativa, MARIANA empieza a hablar con voz seria y reposada. MARIANA: Supongo que ya sabes que tu no. vio esta dispuesto a matar a un hombre. SONIA se estira con una dureza de que no parecia capaz. SONIA: Si. AI hombre que mato a su padre. MARIANA: Supongo que sabes tambien que yo me iba a casar con ese hombre, hace muchos aiios .. . SONIA: Lo se ... MARIANA: Ayer vino a verme. Yo senti que me iba a morir, pero tuve fuerzas para no demostrarselo. Lo trate mal . . . para ver si se iba ... SONIA: Los hombres pueden huir. MARIAN A: Eso pensaba yo cuando tenia tu

DE

MORIR

edad. Eso mismo le dije a Juan Sayago. Y mirame como estoy ahora, renegando de mi error. SONIA se ha impresionado. MARIANA hace una pausa para impedir las lagrimas, aprieta los !abios, y su voz se quebranta. MARIANA: Me ha hecho falta toda una vida de amargura, para darme cuenta que vale mas tener un cobarde en la casa, que un valiente en la carcel o el cementerio. La emocion le impide continuar. Race un supremo esfuerzo por recobrar su dominio. Cuando lo consigue, ve a SONIA frente a ella, confundida, turbada, que empieza a levantarse. soNIA: c!.No se toma un cafe?

Int. Peluqueria. Dia Es un establecimiento pobre, con un gran espejo vertical frente a la {mica silla, y una mesita con frascos de lociones baratas. EL PELUQUERO, un viejo en proceso de momificacion, empieza a cortarle el cabello a JUAN, mientras habla con voz triste y nostalgica. PELUQUERO: Usted nose imagina lo que hemos sufrido en este pueblo. . . Gada dia mas polvo, cada dia mas calor. . . Pasa el tiempo y uno siente que se esta pudriendo vivo. JUAN lo escue:ha con la cabeza inclinada, los ojos bajos, de frente al espejo. PELUQUERO: Palabra, si no fuera por los muertos que tenemos enterrados aqui, hace aiios que nos hubieramos largado a otra parte. Lo interrumpe un grito en la calle: JULIAN [ofn: iJuan Sayago! Casi al mismo tiempo, un ladrillo pasa silbando sobre la cabeza de JUAN y se estrella en el espejo con una explosiva granizada de vidrio. EL PELUQUERO salta al rincon. JUAN, que en una fraccion de segundo ha alcanzado a ver a JULIAN por el espejo, se protege la cabeza con las manos. JULIAN, a caballo, frente al establecimiento, grita: JULIAN: No hay un Iugar en la tierra donde puedas meterte sin encontrarme, Juan Sayago. A ver quien tiene mas aguante. JUAN hace girar la silla y lo observa con una mirada pensativa. AI ver que tampoco esta vez

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