Bellas Artes, núm. 7, mayo-junio de 1957

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Año 11 e Número 7

fJ

Mayo y Junio

O

Publicación Bimestral o Organo del Instiluto Nacional de Bellas ArI es e Dos

EL

PRESÍDJUM

En Este Número: Consagración de Courbet o Francisco (joitia o la Música Dodecafónica o El Taller de A rtesdnÍas o ¿Está en Crisis la Danza Moderna? o Edificios Teatrales de Moscú o la Orquesta Hallé o Y otros muchos artículos, reportajes y secciones críticas profusamente ilustrados

PRIME R

l jcm¡.;lür e México. D . F.

de la sesión inaugural del Congreso de Teatro

NUESTROS HÉROES

EL

re~os

fueron honrados por lodos los congresistas

Congreso Panamericano de Teat ro es ya histórico


efemérides

1957 dica se trata de una interpreta ción del Estado de Yucatán po r di versos artistas, se ha impresc) un catálogo con 12 láminas a todo color y 65 en blanco y negro , Los textos de dicho catálogo co rresponden a Landa, Morley, He s rield, Mediz Bolio, Octavío Paz .y otr'os, Galerías de Arte Mexicano. chras de Pedro Hernández 1\1irel; joven pintor mexicano de un sen -

/lB/U L: Bct'llacd Fla,-igny da un irn p~)r!ante curso de perfección pianistl Dos grande s solistas: Hampal .r ca, Vcyron Lncrolx. SE' pn!spntan al públI co l11exlcauo.. E.\posici('lTl dE' Orozco Ri \-Cl'a l·~n (~ l Sa!f'ln de \a PLísticéI lVIexi C i1Ilil., Cabral del Hoyo d" lIn ,-ec,tal

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pa,-¡iH oficial ele fhHlza s l\(' g i()lIal(, ~ con ti n ¡'¡¡:-l su s pn lsl'nt¡'-lciOllC S popuLlres (' 11 pi Teatl'O d e l Bosqul' , El [nstitulo d"

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Be lla s A"t es de Acapllleo c Ull'pl e '"' de \'ida. Se Inotl!.;J UI!i¡ {'xposici(')lJ dt' ln Estalllp8 AJ'gf'ntirHI.. . Sal e d e gir¡¡ EL L, STITeTO de ('uenwl'aco p or \" (-u'i a s ciucladt's d e la Hepúhlic(I ~ (l Orqu esta Sinfónica ::\faciOn¡11. al nl dllCi 0 ,1" LlI;s Il'''Te,-n cJ" la Fu(';][('_ ¡"S,'" Gilll",.do expllne P11 pi Salc'l1I d" 1" Pli.Í sEl danés Viggo B" rlZOll se pl'Psp ntél ('11 Bellil s Art(' s, t;(;1, Salvador ' (1<, Jil C,-uz da su recital poético, L" ACAdemia el e 10 DiHlZil lVlc"icilna c lIlIlple diez ",']O S de vida , Se p,-escnta ell Nréxico Margill 'itil Xirgu_, He ci1a] dc 1\1a1'í" T"rcsa n o,!J-íguez_ MAYO: Lil Sinfónica Nocion,,1 ofl'"rc su t"lllpo,-ada ele prmlil\-pr<l_ Si> eslren" Enrie¡ Uf' IV. ,k PiJ'ilIlclello, HOJ1H' naje ¡¡ Nlanucl M, POllce en Bcll"s Arh's_ Tncleusz Ku li siewickz expone N' Bellas A,tes _ lYdllOY dirige D1J(' sl.ril Sinfónicél Nacio nal. Danie l Castélflcdél tOIn i¡ Sil hlgar e :l lo ; Viel'l10s Po,', ticos del INBA, J U NIO: Se dect,'" , el FpSliyal R e giollal de 'I'catro en el J), J'" . lVJUI'kcvitch di l'ige la Sinfónica N ocional.. Exposi Ci('Hl de 2,000 él tlO S de pin tUl"il chillH .. Se es trena Felicidad. de Emilio Carb,, Jorge RarYl,')fl Ju(,rez le e una Ilirio, selección de sus oht'{js en (-..1 Vi e rnes Po é tico CO'T(~spoYJ(lienl"" Lo mismo ha ce D()lo!'(~s C"slro" Imponente pn~scn ­ tación del RéquicnL d e V e rdi, en Bellas V E'HEliO :--; It".MPAL Y LacroLr Art es, _, Efrén N ,', f,ez .Mota lec sus p OPHlflS . . Sf~ la nza una conv o catClt'ía pa r a llf~nar las plAzas vncHutes de la Sinfó nica Na c ionaL . Se estrena Hipólito, de Eur ípides, en Bellas Artes" , Rafael Hclioelor o Valle da un recital poptico" , JULIO: Emma c;odoy se presenta tambi '-'n e n s u Vi e r n es Poético. " Curios Jiménez Nlabarak da una conferencia ilus trada sobre lflllsica concreta . , . Exposición e n homenaje a Julio Castellanos, en la Plástica Mexicano, Se inaugura la Exposición d e Arquitectura Panamerica na, Se inaugura el Instituto de In te rcambio Cultnral 1\1exicano-Checos¡uvaco, Se presen t a Beryl Grey en Nló " ico, con Ol eg Briansky, " Roberto Guz mán Arauja da su ,'ecital poético . . , Al igual que Vice nte Magdaleno" _ El gru po T e atro Club de México estrena CoIlumIlil Social. de Celestino Gorostiza .. , Se convoca para el Concurso Musical ":c Obn-l s de Ci:hYl{)l'(), rnismo que se celehra en U ruguay, AGOSTO: Recital con las obras, g('abac!as por ella mism a , de Gabriela MistraL, I-Iéctor Ayal a e"po n e en la Plústica lVlexicana.. Se prc D, C\STM\fEDA y E . Hernánde z Sé,nta d Coro de Madrigalistas en su XVIH te mporada, Exposición de lo Jo y en Pinturil ele Pa r ís. , SE' hac e un llamad o a los cantantes mexicanos para presen tarse en la Tempomd a de Ope ra Interna c ionaL " Hecital de la obra , grabada por él mismo , d e .J " im e Torres Bocle!. , Durante tres días , con d iversos actos c ulturales se celebra el 125 " anive rsario ele la rnuerte de Goethe , Fureya ex pone en B ellas AcL~s , El Teatro [nfantil d el INDA da una única función

I-iEI\RPlIA y

2

la Sinfónica

al público, Carlos Hoddguez ofrece funcion es teatrales en SHllta 1\1al'ía Na ti,i ta s, " SEPT 1EMBRE: Rafael Sola n a da un r('cita 1 peético" Se presenta una e xposición colectiva en la Plástica Nlex icana bajo el rubro generol de El Agua. Se prespnté-l la ten1porada de Opera Intern acional. Augusto j\'loJl terro so lee parte d" su obra nov e lístl ca, Se pre para e l p rimer Congl'e:;o Panaln erÍcan o de Teatro. Se c rea el Instituto d e Be lla s Al'les el " Cuernav,, ca, , T,~a tro Populo r el el INBA a los Estados de Nléxico, Jali sco y Michoa cán. . . S e i n tegra l a cOJn i s'i ón rne xica n a al Cong rC' so , P a nFl rn cri cHTI O d e l -'efltro, .

C;lSr.WO

ALA"b: El Estudio

T\.'acional ele Bellas Artes , Palacio de las . Bellas Artes, Salil de la i\mistad Internacional. Grabados Yugos]a vos, Se trata de un mcl nifestación de las artes de la es tampación de "lIla originalidad y tlnil seguridad en el procedimien to que aparece ('rJ todos lo s expusitores con que se cnr;quece el cr:ncurso,

TI

NSTTTCTO

GCERREHO

GALV"\'N: Ojo de Agua

Salón de la Plástica Mexicana, Puebla 16L La D:xposición Colec ~ tiva de Pintura sobre el tema El Agua, participan en ella Aceves Navarro, Aguirre, Anguiano, Alfara Siqueiros, DI'. At! , Angelina Beloff. ChiÍvez Merado, Estrada , Garcí~ Narezo, Meza, Nefero, Heyes Meza, etc. Se trata del desarrollo de un tema tan sugest!vo como lo es el del elemento líquido muy felizmente tratado por la mayoría de los expositores.

CASTIlO PACHECO:

El

BailO

Gaj e! las de Artes PI:ísticas de la ciuda d de México, Exposición del artlst :l Saturn~no H erriÍ.n. Los orientadores de esta Galería han tenido el buen acierto de conjuntar la obra más representativa del pintor que en sus fechas demos tró L,Ilil conciencia ar,í5tica tan depurada como bella en su representación. Galería Cha pultepec, frente al \ilonumento de los Niños Héroes, Visión ele Yucatán. De este certamen que como su nombre in-

DR.

A-rL: Llueve sobre el Lago

tido tristemente h umorístico pero desde luego pretendiendo valerse de ese humorismo para llegar a la entraila de lo doloroso en su realidad palpitante, Galería Proteo, Exposiciones de la artista. norteam ericana P a tr'ic y del pintor Alaní s. Con respecto a la primera expositora. hay que seña lar su sentido, enormemente geométrico aplicado a una sene de temas de simpático dina mismo y ele extraordinario efecto cromiÍtico, Con referencia al pintos Alanís, hay que consignar qu e se trata de un temperamento ima ginativo quien ha llevado ademá s a les arnbientes de sus ternas resueltos algunos con feliz éxito 1 un carácter estenográfico. Galería Diana. Exposición ele grabados en madera de Freder i k Marvin. Esta exposición ofrece la cualidad de presentar realiza Clo n~s de grabados en madera u}ílí ":lIla S como así acaece en Pans ¡Londres para la ilustración de ] libro , Galería Antonio SOUZ3 . E x pusición de óleos, acuarelas y cel,i mi ca de J ilan Soriano. ~1useo de Arte Industria 1 )' . Popular. Exposición de toda l lld rdestación de carácter popul a r, Galería Excélsior. Exposición d (~ Stanley G, Moller, artista cana diens e, Galería Romano. Exposici ón c'--' l('cti va consti tuída por , BecerriL Héctor Castellóll, HécrUi Cruz, Telésforo Herrera, Anlon io :Vlendoza, José Muñoz, H éclor Trillo, Ramón Zurita .

OBRA DE

G. Guerrero

"'ARTES


efe ,mérides,1957 A la hor a de cerrar esta edición del núm ero 7 de la Revista Bellas Artes la Carteler a T ea tral h übíJ vuelto u délr muestra s de inu sita da actividad, o sea . el último su spir o antes de la muerte económica de tou o fin de uña . H e uquí cómo esta ban los tea tros: En el /l riel Celia D'A la rcón cumpi ia, con sus desnu dos, sin m {¡s calidad, 300 1'epres entuc~o n es de l\lli Mujer Necesita Marido; Nudia H a ro OJiva, má s bella y con una obra má s graciosa, segu ía triunfal con El Amante tie Madame Vidal. en el A rlequin . El Ron Soir llevaba ya 10 meses de una com ediu apenus gr:JCiosa : Si . .. T ío. En el T eatro del fl osque Silvia P inal se coiocab a como nu estra mei or vede tt e v es trell a de revista s con Ring, Ring, L lam a el Amor, com edia musica l llüm2du ü durür mecho en cartelera. En la ChJpin , El Nocturno a Rosario con E Isa y Alma Rosa Aguirre seguíü dividiendo la :; opiniones, aunque ll enando el teatro. El T eatro de b Comedi:;¿ segu ía a su vez cen El Cornudc es el Amante, pésim o tItu lo para una comedia bastante ·bu en a. La interpretación h a bín si do mediana. L a 5 de Diciembre había estrenado (Perderá la Ca beza Rock Humer?, comedia graciosa para pasar un rato agr a da ble. En el T ealro de Compcd lores el T ea tro Un iversitario estrenaba Volpone, con muy bu en éxito, y m erecido ademá s. Un espectáculo de calidad fue éste. E l T eatro Espaíiol de México , a su vez, ponía en escena La Zapatera Prolf¡ giosa y Llanto por Ignacio Sánchez Mejí a ~ , obras que resultaron un espectáculo talJ1 bién de ca Edad. El F ribregas esta ba repo niend::¡ C2da Quien su V ida, de Lui s G. l3a sur to, pieza que se ha convertido en claye para ]u histori a del tea tro mexIcano m oderno. El Gante ponía u na obra cualquiera pa ra lu cir la belleza ele Cla udia Cclis, un a debu tante con suerte. El Granero quita ba del cArtel después de haber sido el tr iunfo miÍs n otable de obra, interpretación y dirección, el Viaje de un Largo Día Hacia la No che, de O'Neill, que es de lo mej or que se h1 visto en mu ch ::JS años, y el Insurgen tes reti raba a su vez otro éxito de :\1an olo Fábr egas y de Amparo Ri velles: U n Cuarto Lleno de Rosas. E l Milán h abía estren ado, bajo la dirección de Cardon a .Y Landeta, Los Días Felices, otra com edia de " locura sa na " . El j\;foderno segu ía sosteni en do la comedia La Cigüeiía Dijo S í, gracio~a la J1 ;bién. El T eatro de l Músico montaba Ulld o bril titu lüda El Asesino es la Señora; .Y en el Ródano se estr enaba también Un H uésped en la Casa. Kitty de Hoyos, actriz desnudista, aclu a ba con mediana fortuna artística pero con la taqui lla a reventar, una adaptacion de Buenos Días, Tristeza. En San A ngel I nll, en tre tanto, se estrena ba Asesinato en la CLltedral, de EUiol , por primera vez en lVIéxico. Y también con las opiniones dividida.;. En el Sulhvan continuaba el Réquiem para una ¡\!Jonja en med ia na adaptación,

GDARTE

EL MAL

de la .1 uventud

media n a actunció n .Y muja dire-.:ción. En el Tria,.,ón t r~unfa ba Tu lluicr me Engalla. divertida cor.:Jedia bla:7:a, cLr :gicb por J u liuj] Soler.

EL NOCT ü HN O

a Hosar;'o

Finalm ente el Seguro SocwL presentaba Naahaani , or: gin al d e Luz lVIari a Servín. con lamenlDble indiferencia por parte del m edio. En la Sala Villaurrut :a, por

Tu

MUJElI

l\!Je Engaiia

último, El Paquebote T enacidad, :le Vildra c, se presentaba con un grupo de actores no profesionélles ba jo la dirección de Aníba l Bcucho1.

UN

CUARTO

Lleno de Rosas

Estaban inactivos por lo tan lo, el BeUas Artes, el Ideal, el Payers Inc ., el Caracol y Orientación.

OCTUBRE: Se co ntinú an las confe ren . cias sobre la Arq u itec tu ra P anam erica · na. .. Se celebr a el Congreso Panam eri · ca n o de T €a tro, con la asisten cia de 2 2 pa íses, y se logra un gran tri unfo in· ternacional para M éxico en el terren o de la cu l tura. Se presenta E l Mensa · jera del Sol, en e l Aud itorio, a los con · g resista s de teatro. .. Viern es Poético de Ga briel García Nar ezo... Nacho L ópez e xpon e sus fo tografía s. . Pintura M exi : cana siglo X IX en el l\lu seo Nacional de A rt es P lústic a s. ' . Exposición colecti· " a en la Pl ástica l\1 exicana ... Se anun CO NGHE S:) A ME RI CANO de T eallo cia la creación de la Pri mera Exposición Bienal l nterame ri cana de Pintura y G r a· bado, con importantes premios para las rn ej on's obr as presentarl es.. . Se ll eva a ra bo una Se m an a de Arte en Cuern avil ca. .. Se repone F e l.ic;dad, de Ca rba llido, especialme nte para los congr esista s de tea tro .. . Se ofrece Il!'l<l exhib ic ión de Clu bes Corales en l a tri buna mon umen tal de Chapu ltep ec. . . M igLlel N . Lira da un reci tal poé tico . . . NOVI EMBR E: Exposic ión en h om enaje a cinco ma r st;·os de la Plá sti ca M exican a.. COI'del ia Uruet,¡ , por un a parte. y se is maestros de pin tu ra , por otra , expon en en la P l 3s tica j\l[?xicarw. Luis C. B2s urtO da públi ca lect ura a La l\lali nche. de Celes ti n o \J IJ rOs ti za. Calave r as, teatro. dan za, con· ciertos y e xposic ion es en l as Gal erí as Chapultep ec. ' . Ramón Gá l vez lee su obra en Bellas Artes.. . Ri cardo Moresco ofrece un c ur so inten sivo acerca de la interpretación de l drama mu sicaL . . Horne'''lje a don Antonio Mécl iz Boli o, con la int ervención del Lic. M igu el 1\, varez Acostn , de Na cho López Ta r so y de la orq uesta de la Opera . . . Se lan za la convocato, ii! para el ConcuI'so Cont in ental de Novela .. . Se anuncia la tem o ENRIQ U E IV porada de Danza Mod ern a del Ball et de 18 Univer sidad, dirigido por l\{a gda M ontoya . . . D ICIEMBRE: Se presentan t res .' x posi cion cs en e l Sa lón de la P lásti ca Mex icana.. . Se p" esenta unn exposin ón de 25 0 litografías bajo el r ubro de Méx ico en el siglo XIX ... Se lleva fl cabo una exposición col ec tiva con obra s (; e los ma es tros de Artes Pl ás ti cas d"l INBA, . Se inau g ura una exposición de escu lturos de José Cháve7, Morado . " Se presen ta una b ell o exposición de pinturas e n las ga le ría s de l ex conven to del D esierto de los Leo· nes. . . Se presenta un con cie no extra ordin ario de música israelí. di ,'igid o por Marc Lavry... y se termin a 19'57 .. . E n el Palacio de Bellas A rtes, para llliciar la T emporada Oficial de Teatro 1957, el INBA prese ntó. bajo la direc· ción de Ce lestin o Gorostiza , y ll evando a Ignacio López Tarso en el papel del protagoni sta , el Enrique IV , de Luigi P ira ndello, una de las más ri ca s, má s EL SALÓN de La Plástica difíciles y más be ll as obras de este escr itor i taliano . .. Enrique IV se ajusta punto por punto a ]¡¡s r aroct e ri st:ca s q ue el propio Pirandello seilülaba como distinti vas del " nu evo drama"' . Es un a ohm q u ~ parece osc u ra, pero es una pieza desarrollad a de manera em in en temen te ce rebra l. con una lógica literaria, tea tral y emocion al infl exibl e ; y fi n a lm ente es una obra cu yo person aje úni co (los dem ás no tienen, pn\cticamente. ninguna importa ncia , com o. no sea la de serv ir de pretextos teatr ales para el desarrollo del personaje centra l ), a l mismo tiempo que va sintien do q ue dent ro de él se producen las emociones más diversas, la s va tornando, los va desm enuzando, analizando fría m en te, ob je tivamen te desde di stintos p untos de vista hasta formar un todo emocionill y racional imponen t e, que da al espectador una vis ión clara, p en etrau te, de la com pl icada psicología del mismo Enrique IV y de la intrincada tra ma. En otras palabras, es el teatro apasionado. no la pasión intelectualizada, y a qu e, para segui r con la s palabras del propio P ir and ello. la manera de u sar la estricta lógica no es puramente cerebrai, sino viv a, caliente, pas ional. CORO DE i\lladrigalislas

3


LA

CO N SAGR AC ION

P I CTO R ICA

DE

Cefe rino PALENCIA e------- - ----------

~

CO U RBET FUE

CO U RBET NO

el paladín de las nuevas ambiciones: una nueva estética

desmay ó ante las persecuciones de los tradicionalistas del arte

tiempo, que en

L

?efinitiv~ es el :n~­ Jor y mas ecuanl-

me 'juez, se ha fijado en esta ocasión en el gran maestro del realismo franc és Juan Deseado Gustavo Courbet, nacido el 10 de junio de 1819, en Ornans, la cmtigua provincia del Franco Condado, y muerto el últim o día del 1877, en La Tour de P ei tz, en las inm ediaciones de Vevey, en SUIza . La vid a de Courbet es un ejemplo d e convencimiento de su arte y de fra nca protesta contra lo que se tenía entonces como inconmovible. A este artista de tan sincera actuación, los días en que laboró con toda energía no .le f ueron propicios ni mucho menos. Su existencia como profesional del arte fue agitada, por extremo combatida por la falange académica a ferrada a lo ca duco y por entonces vencedora en aquella batalla empeñada entre lo más tradicional y lo expuesto como punto de renovación y cambio. Ya luego de aquellos fero ces encuentros y bien entrado el siglo XIX, Courbet fue considerado, al fin, como uno de los m aestros de más consistencia , no sólo en la centuria decimonona francesa sino en el mundo entero de la plástica, que llegó a reconocer como m eritísima su prod~c­ ción eminentemente realista. P ero la m ás alta consagración se ha ~roduCldo en estas fechas concediéndosele en La Bienale de V enecia una sene de salas en las que Courhet rlprlrecírl en S ll má s radiante esplendor ofreciéndose como Un pintor de una consistencia, gravedad y ccn cepto plástico superlativos. Afirman cr íticos de arte de tanta conciencia y doctrina como Juan de la Encina que Gustavo Courbet "tuvo por único gaÍardón el haberse imbuído y h echo en el más puro de los clasicism os, ya que no tuvo más mentores e inspiradores de su arte que los pintores italianos, españoles, flamencos y holandeses". Con razón afirma el juzgador anteriormente m encionado que "a los que gritaban contra su s obras no se les ocurrió pasar por el Louvre para descubrir sus fuentes". Hijo de unos labradores h acendados, viose en un principio dominado por la a utoridad paterna que pretendía dedicarle a las prá cticas y ejercicio de las leyes, pero Courbet era un temperamento demasia do rebelde e independiente para dejarse someter a la voluntad y capricho de sus genitores. Desde su s años primeros y siendo aún un niño se mostró su inquebrantable decisión por dedicarse al arte pictórico y a tal profesión se dedicó poniendo en ello todas las potencias de su alma. Hombre poco dado a transigencias y convencionalismos, hizo de su arte la derivación concreta y exacta de su person alidad ; la verdad sin artilugios ni falsas simulaciones o torcidas interpretaciones. Eran los días en que los residuos del neoclasicismo y los últim os dest.elles del romanticismo t.enÍan a los públicos y aun a los mismos expertos hartos y deseosos de algo que no fuera aquella frialdad académica o aquella exageración y exaltación del mal del siglo. El realismo, pues, fue la tabla de salvación a la que se adhirieron cuantos pretendían una nueva visión para alcanzar una nueva emoción . Gustavo Courbet fue el paladín d e aquellas ambiciones; le abonaba además y le garant izaba su intento, su natural enérgico de extrema violen cia. Era temperamento dispuesto de continuo al encuentro y la trifulca. De primeras, se le rechazaron las obras que presentó en todos los salones o se le admitía unépor puro temor o compromiso. Courbet vociferaba y trinaba contra tal in justicia persever ando en aquel realismo que consideraba como único meru" de salvar al arte pictórico del marasmo en que había caído. En el año de 1848, fecha memorable en la historia de Francia, precisamente por la situación política ya imperante y después de negativas y opiniones opuestas, se le a dquirió por el Estado su cuadro Mediodía en Ornans, con lo que así se proclamó oficialmente la licitud del realismo. En el año de 1850, se le compra su famosÍsimo lienzo Un enterramiento en el cem enterio de Ornans, cua dro que levantó todo gén ero de iras y protestas. . . Hoy, naturalmente, 01'nando las salas del Louvre. En su primera presentación, sin saber por qué, al cuadro se le tildó de socialista. cosa verda deramente inexplicable como no fuera por la amistad y con comitancia ideológica que Courbet tenía con Prudhon, al que le hizo un espléndido retrato. No desfalleció Courbet por la insistencia COn que fue- perseguido por la gente tradicionalista en arte; no obstante los éxitos logrados ya por el artista de Omans, seguían rechazándole en los salones, pero Courbet con su tesón y su inquebrantable volunta d continuaba cultivando su realismo que y a puede decirse que extraoficialmente estaba sancionado y admitido, no así, desde luego, en el medio

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ARTES


JUAN DESEADO GUSTAVO COURBET

LA

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VIDA y

fue el maestro del realismo francés

la obra de este pintor son ejemplo de rebeldía en arte

ARTES

oficial, de tal modo negado por este ambiellte que en el año de 1855, Courbet, nuevamente rechazado, montó una barraca en la Avenida Montaigne y sobre la lona de aquel tenderete, el pintor fijó este cartel: El Realismo. Gustavo Courbet. Exposición de cuarenta obras. La nueva escuela fue abriéndose paso a fuerza de imposiciones y de realidades. Autoridad de tanto prestigio como el ya citado crítico Juan de la Encina ha dicho: "Fue desde luego el más potente de los pintores realistas de su época. Su misma estrechez de criterio, su decidida confianza en sí mismo y su obra, su fanatismo y sobre todo la sólida calidad pictórica de cuanto realizaba hicieron que se sobrepusiera a todos los demás. De ahí que fuera sin proponérselo maestro de las generaciones siguientes". y así ha sido. Por esta vez, el crítico ha tenido facultad de don adivinatorio. En el fondo, UNA NUEVA escuela se abría paso esa es la misión del crítico: situar al artista en el futuro haciendo ver al gran público esa extraña cualidad que todo artista debe poseer. Pero en este caso, el juzgador acertó plenamente cual lo demuestra el que a través del tiempo y en estas fechas en que todo es confusión y duda en arte, Courbet ha sido reclamado por La Bienale de Venecia para concederle no sólo un sitio de honor sino, probable e insensiblemente, para que con su realismo ponga un poco de orden en todo el maremagnum que hoy se padece. Pero unámonos de nuevo al maestro Gustavo Courbet. Aquel hombre tan empecinado en sus convencimientos no cedió un solo punto en su ideología. A los ecos románticos y como románticos melifluos contestó con el más feroz de los realismos. En los desnudos femeninos, por ejemplo, no perdonó detalle sin llegar jamás a lo pornográfico, pero con sus Doncellas a la orilla del Sena provocó un verdadero escándalo. Las voces de protesta no son suficientes para acallar lo que él cree que debe ser la pintura y a continua· ción presenta en el Salón de 1855 su conocidísimo lienzo El estudio taller del pintor, en el que Courbet se nos representa junto a la modelo desnuda. Como los anteriores cuadros, esta tela también es rechazada .. . y, hoy, como El entierro en Ornans, figura nada menos que en las Salas del Es- NUNCA CEDIÓ un punto en sus ideas tado en el Museo del Louvre. Yi1 al fin, en el año de 1866 y luego de una titánica lucha de años muy concordante hasta con su estructura física, pues no hay que olvidar que el artista presumía de fuerzas hercúleas, es admitido en el salón con su obra titulada Mujer con un loro. Courbet ha trabajado hasta llegar a esta imposición de la escuela en todos los géneros. El retrato, el paisaje, la escena de costumbres especialmente campesinas, la naturaleza muerta y lo animalístico y el mismo desnudo femenino, resuelta la integridad de la forma bellamente pero sin falsear el natural en el más leve pormenor. Sus impulsos y descomedidas acciones lleváronle a intervenir también en política, y en una revuelta en la que una facción derrumbó la Columna Vendome se le sorprendió mezclado entre aquellos revoltosos y por ello fue condenado a destierro a Suiza en donde entristecido, solo, preocupado por infinitos disgustos y dolencias físicas murió, como ya señalamos, en el año de 1877, en las inmediaciones de Vevey. Gustavo Courbet puede ponerse como ejemplo de lo que es el convencimiento de un ideal en arte. Pleno de confianza y fe en su labor, sabía Que más tarde o más temprano habría de imponerse valiéndose de ese realismo que él trocó en verdadera escuela pictórica. PUDO AÚN percibir su propia gloria

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EL TALLER DE trnd:cionahnente dominador d el arte en su s di stintas manifesta ciones, por medio de su escuela pro pia y hoy r evirtiendo hacia sus tesoros aborígenes que han sido reconocidos unjversal r:1ente a través de las exposiciones llevadas a otros continentes, ha puesto un nuevo eslabón entre la ac t 1.1al con épocas pr2téritas, con el Centro de Artesa nías de la Ciudadela que, al propio tiempo de im pul sar el arte mexicano, creará fu entes nu evas ele trabajo . Es a través de la E sc uela ele Pintura v Escultu ra de La Esmeralda y por m edi o de un "patronato, como el Instituto Nacional de Bellas A rtes sostien e ,,! funcionamiento del citado centro, m:e ft:e fundado en 1954 a iniciativa de la Secretaríi1 de CcmunJc~c iones v Obras Públicas y que in;ció su ~ egunda etapa de actividades a mediados de 19')6. Es en J3alderas 125, dond e se encecntn:n los sa Jc.ne3 del centro, al que concurren actualmente y en fr- rrna ordinaria ochenta alumnos, no sólo de México sino también procedentes de varias partes del nuncio : Suecia, Estados Unidos, Rusia, Centro y Sur améri ca, etc. La cerámica, los tejidos, los mosaicos en piedra , la pintura, la escultura , la platería, etc., son motivo ÉXICO,

JRiI _ -

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Lo~ TALLERES ~ --------

~jTESANIAS

de intenso e:i lldio p ;:¡ r a 8QUÓlJo;, oue lleyan arrai¡:w na e:1 el a lma la p oes ía de lu lín ea, creadora de formas suav es o vigorosa s, p ero que expresa la icliosinCl-asi a de los pueblo s a través de su s distinta s 0pocas. A tendidos por el maestro de modelado, seilor Sergio González R eyes, estuvimos en el sitio d onde los alumnos, en su mayoría mujeres, forjan COn su s ¡n:mos lo que su pensamiento, tal vez muy lejos, remontado a largos siglos atrás o en el turbulento presen te , les inspira. L os m a estros Ger'mán Cueto, de escultura; Juan ne la Cruz, de modelado; Santos Balmori Picasso, el e or ientación artística, y Carlos Rebollo , de yesería y lle n -a , enca uzan al alumnado en la divina tarea de aplic8r la plástica a la cerámica, d ejándoles libre s ele e:,presión en sus creaciones. Claro que la mayoría se inclina por la s formas tradicionales. En la e:"posición de cerámica y textiles que a fines de ju n ~o presentó este centro en la s galerías que el INBA t:en e en el J30sque de Chapultepec, se pudo apreciar e l ad elanto en sus obras como máscaras de barro coci clo , esmaltadas COn ricos colores y enmarcadas a m,mera de pinturas; jarras, pebeteros y vasijas de be llo s v variados contornos descansa ndo sobre tres p:e s. (El trípode, de valor mí stico y mrigico , era muy

l' sado en el México preccrtes:ano 21 igual que en otros países americanos ). Apolinc.r Góm ez modeló una mó. scJ ra represen t;1tiva de la faz de Coatlicue -o bra maestra de la pló.stica urehispánica qu e en le;sar preponderante se c-,hibe en el lVluseo de Antropología. Entre o~réls e ,culturas de este estilo, pucEmos a dmirar dos jaITas: un] con asa figu r ando cnclulante serpi ente, (-bnl de Sergio Reyes, y la otra ele finas línea s rep resentcmdo un quetza l -sí mbolo de la libertad en Guatemala - , esculpida p er b ccñorita Amalia V ér fz Colín. A demá s de la ceriÍmica decorativa, hay fJuien es c ~ ocupan de la alfarería v co n sus ágiles dedos dan forma a objetos domés ticos, los que n o dejan de t ener su t oque artístico.

Cerámica La cerá mica fue inventada probablemente cuan do el hombre dejó de ser nómada y pasó al estado sedentario. Tal vez observó cómo las pisada s h echa s en el lodo y secada s despu és por el calor del ~ol. dejaban moldeada una cavidad capaz de contener el agua ele la lluvia o de cualq uier otro cuerpo sólido . L os primeros h a bitantes d el globo empleaban para

crean nueoas [uen/ es de trabajo

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CEu .Á.lVl r CA , TEJIDOS , . - - - --

Dr GNJF 1CA H,

-

mos(//cos, pin tura, pra/ería

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.

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o

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conocer todas las arles populares

FUNCIONAN EN

forma permanente desde el año 1956

EL

LIC. ALVAREZ ACOSTA,

director del INBA, explica a los periodistas la enorme importancia de los talleres


Elda Ortiz VILLACORT A

c-----------------------guard ar y beber los líquidos, cu ernos ahu ecados de a nimales que los griegos ll amaban keramos, términ o que despu és dieron a los u tensilios de barro ama a do y endu recido p or el calor con qu e fu eron r eem pla zando a los primeros. D e aquí el nombre de cerámica aplicado al arte o industria de m anufa cturar va sijas, y en general, a los obj etos h echos del m ism o m aterial. L a cerámica com pren de lél é1 lfar er ía, el bar ro vidria do, la loza, la mayóli ca de esm a lte m etá lico fabricado antiguamente en las I sln s Baleares, el gres, vitr ificado y coloreado al fu ego Con óxidos m etálicos; la porcelana , que se di stingue por su transparen cia y cuya vitrificación , se obtien e cociendo una arcill a blanca especia l llam ada caolín , producto de la descomposición del feldespato. L a ca li da d de la p or celana depen de de la pureza del caolí n , cu yo s principales ya cimien tos se ha llan en China, el Japón , Sa jonia y Francia , y la fa y enza con esmaltes estañ íferos, o esm alte azul, ver de y blanco, ur odu cto in termedio entre la porcelana y el gres. Pa r a el Cen tro de Artesanías, la arcilla es traí da de Oaxüca. A la entrad a del salón de los talleres, hay u n motor que mueve el aparato pa r a moler la arcJlil , producto de la descomposición de cierta s r ocas volcán icas, y otro, para mezclar los ingred ien tes que sirven para impermeabilizar la materia prima. U n os pa sos m ás y vemos el horn o dende, u na vez m odelados los obj etos, se cuecen. La primera cochura , llamada terra cota o bizcoch o, es dura :r c;u ebradiza .

Entonces es cu ando se apli can los color es p or m edi o de técnicas diversas. D espués, vu elven a l h orno para fij ar los artí sticos m otivos que h an sido pinta dos en la superficie. Cu ando se qui eren obten er colores m ate, se a plican los colorantes al objeto crudo, técnica llamada en gobe _ y se cu ecen junto a los qu e y a ti en en la primera cocción . Este h orn o es ca lentad o con diesel y sólo logr a J , 1 00 gra dos centígrados, por lo que no se pu eden fa bricar el gr es n i la fa y enza que requieren 1 ,3 00 Y 1 , 200 , r espectivam ente.

T ejidos E l citado serlOr Gon zá lez n os aco mpü ñ a a los telares, en donde somos aten didos p or el señor Nicolá s Moren o, quien n os dij o: " N u estro propósito se en camina especialmen te a r eavivar la sa r ap er ía , m uy n uestra y tra dicion al. Quer em os in cr em entarla y dignifica rla , pa ra que n o pierd a su carácter n acion al , pues por la n ecesida d se han a ltera do un poco los ra sgos Qu e define n su m exican ida d, estilizándolos pa ra el tur ism o. N u estr a mira n o es ser tejedores; m ás que n ada, n osotros los or ientamos en el diseñ o que luego apli can a los sarapes, a los tapetes de n u do, y después a los tapi ces qu e se h ará n , algunos con las técnicas fran cesa y persa, per o siempre con disellos n uestr os". Nos muestra los traba jos qu e los a lumnos tejen con lana .Y urdimbre de h ilo, de trazos modernos y colores combina dos con gu sto exqu isito, sin sali rse de la técni ca del sarape.

A pregunta n uestra sobre qué finalidad tienen los traba jos y a termin a dos, el sellor Nicolás Moreno nos expli ca qu e SOn vendidos; los alumnos pagan el material y de las gana n cia s dejan u n porcentaje para la escuela. " M u ch o n os agr adaría qu e se diera a conocer qu e aq u í p odem os h acer los sara pes y ta petes de nudo, con ca lid ad y gu sto artístico. Esto no ayuda r ía tanto a nosotros como a la escu ela, econ óm icamente, porque al ser conocidos, n u estros teji dos serían ad quiridos", agregó el señ or M oreno. E l patron ato del centro 10 form an : Car los Al varado La n g. director de la Escu ela L a Esmer a lda ; Arq. P érez P alacios y Prof . Víctor María Reyes. L os alumnos traba jan diariamente dos h or as .Y con tinúan su s estud ios ordinarios de arte en La E sm eralda . En el espa cioso patio de la escu ela, hay un m u ro con r evoque de pi edra, a propósito del cua l el señor Raúl Ch acha nos inform a qu e per son al de esos talleres ha hecho varios m ura les com o el de la Biblioteca de la Ci udad Univer sitaria, lo s r evestimientos de la Secreta r ía de Comu nicaciones .Y Obra s Pública s y otr os qu e ]lam an la aten ción a los en tendidos en el arte. A sí, el mo ~ aico en piedra es otra de las a r tesanías a la que se le da incremento en los talleres del IN BA Carlos M . Lazo, y qu e, las manos há biles de esos arti sta s, hacen resaltar con su , composiciones vi stosil s e interesantes.

L\

CER ÁM ICA

PAR ." LOS

L os

EN

L OS TALLE RES

de A rtesan ías se usarán m étodos nue uos y más eficaces para la producción de obras

talleres se uso nada m ás arcilla de Oaxaca

CO LOlms

Los

comprende muchas bellas especialidade

se aplica n con técnicas mU1~ dij)"pJ.stlS_. . .

RESULTADOS

n o se han hecho esperar . . .


LA S

T AREAS

I N TEC; RAL ES

Lic. M iguel Alvarez ACOST A

~

Primer Congreso Interamericano de Teatro inicia sus labores en una fecha trascendental

Nuestra gráfi ca en el tiempo tiene líneas análogas: todos su · pimos de una etapa colonial ; en todos se inflamó la idea precursora de la libertad ; paril todos llegó el día de la inde· pendenci'l, y por igual empezam os, penosa e iluminadamente nuestra edificación autónoma. ' P ero de igual man era , en la,

tas, poetas, pintores, arqui tectos; esa pléyade de compositores, coreógrafos, directores. actores y dramaturgos, con stituyen el e jército de l a pa z por el intel ecto en América? E n sus ma -

de

últimas décadas. el hombre de Ampri ca ha encendido la nue-

oct ubre, iniciamos una de las múltipl es tareas que pueden

va fl ama; la que pretende h acer de nu estros aislamien tos unfl

la anh elada fisonomía humana, de un continente qu e n o h a llegado a las sombras de la decadencia y conserva las virtudes de la hermandad, de la juventud y de la madurez.

L

y simbólica para la vida de América.

Ha ce

cuatrocientos sesenta y cinco ailOS que al mundo

físico y humano conocid o hasta enton ces, fuE' incorporada la vida de un nuevo con tinente. Y ahora, también en un in tegrar el redesc ubrimiento de América .

12

Pruebas de tem o

pl anza tuvo el almira nte en su aventura náuti ca y fund a· dora ; luchaba co n tra la lentitud de la ciencia, la incompren·

comunid ad; de nuestra lejanía fí sica un a presencia espiritual de nupstros fru tos nacionales una gran riqueza continen·

nos quedará el modelado de ese mundo nuevo que está en el alba del N uevo Mundo. Avanzar án sin tregua , hasta darnos

y

tal. Y este es un indudable signo de madurez.

sión de su ti empo, la inmensidad marí tima y todas las con·

Ya se ha afirm ado qu e un pueblo sin teatro es un pueblo que se desconoce a sí mi smo. Es verdad; el m ejor espe jo en qu e puede r efl ejarse la r ealid ad del hombre y del tiempo, es

tingencias de una navegación dudosa; pruebas de templanza

El conv encimien to de los hombres, las instituciones y los

nos ha deparado esta nueva navegación de América para su segundo arribo ; vosotros también habéis luchado contra len·

gobiernos, de que la deliber ación común es una suma de ex·

la composición dramática.

periencias, una numerosa

lleJlte del teatro, tiene algo m ás,

titudes e incomprensiones y ahora todos hemos vencido a la

ccnfortante compañía que da espíritu y alien to para las gran ·

de la imagen social en pretérito y en presente, si no el la·

distancia, esE' determinismo geográ fi co que levantó murallas

des emp,·esas. nos h a h echo sumar luces dispersa s, en una

brado de las forma s futuras con los elementos potenciales del

y lejanías impidiendo o aplazando nuestra comunicación COI"

an torch a contin ental.

plenitud de pensamiento y una

Pero la esencia recóndita y ebu 110

sólo es la reproducciól.'

Se han alumbrado así los caminos y

hombre, no experim entados todavía en l a carne misma del suceso. N o es sólo el acontecer experimentado, sino el acon tecer experimentaL A ll í está, ante el aud itorio, en el espacio

dial. E l continente americano es enormemente vasto ; se alar·

los hombres.

L a co nsulta interamericana ha en contrado un

ga de polo a polo; y si la comunicación existe, el alto costo

campo fértil.

Responde al deseo de América por definirse y

de los vIajes sigue siendo distancia; sólo una voluntad su-

por ident ificarse. Es la realidad de un deseo y el deseo de

de la composición escénica, lo q ue puede arrostr ar el hombre

perior y un inquebrantable anh elo de fraternidad, puede ha·

prolongar esas realidades. No sabemos si es l a depuración téc-

en todas las estancias y dimensiones del plasm a social ; allí

cel' que los pueblos insistan en com uni carse y logren reunirse

nica del especialista que se mueve hacia el intercambio o el

para analizar los distintos aspectos de su vid a. Hemos ido

temor y la inseguridad del hombre que deriva a la confiden cia, lo que nos moviliza a las reuniones interna cionales del si·

está lo que pudo evadir, l o q ue no pu ede evitar. Lo qu e no fue ayer, lo que empieza a ser hoy e imprescindiblemente se r á en el mañana.

así, vencíendo toda s las barrera s. Y esta es una muestra evi· dent e de q ue tal propósito no se detuvo en las palabras, ni se va r ó en los deseos. P orq ue además de l a distancia, €n n uestra determin ante figu ra el t iempo. L uch amos también contra la in experien cia de los países jóven es. Nuestr o conti·

glo; lo cierto es que la economía, las finanzn s, l a educación, la medicina, la sociología y el derecho , er.tre otras disc , ! : ~ i ­ nas, h an dado ma teria para qu e nu es tra conduc te avance en América, h acia la con quista de un a vol unta:! C0mún.

nente puede m ostrar el vesti gio ar caico de civili zacion es asom o

Desp ups de deliber ar demasiado sobre nuestros apremios

brasas; hu bo señ orío y gra ndeza en la a utonomía aborigen

y n uestras n ecesid ades, ha venido la inminencia, el senti·

de los gr,.lpos hum an os anteriores a la Conquista; per o nues·

mien to un áni me de los pueblos de América por buscar en

tr a vid a de convi cción universal y de relación internacional ,

los yalo1'l.'s del espíri tu y en las fundaciones de la cultura,

no llega a ci nco centurias.

las cifras más duraderas y firmes de nuestra identificación.

Y así como el! la obra p ictórica mon um enta l de México, el observador siente a veces que la convivencia rea l del hom· bre no es la que inspira los murales, sino q u e más bien los imita, asi el teatro contemporáneo, suele consignar vivencias de tal modo elocuentes, q u e la vida real parece ser, poI' mo· mentas, una imitación del sucedido escénico. Si n q ue tal apreciación implique la ausen cia o m enosprecio de la crea· ción fantá stica, cierto es qu e el drama y la comedia no se han con cre tado a represe ntar la yerdad del hombre, sino a plantear realidades que és te habrá de vivir o de be organizar,

P or wpues to, América no sólo sufre las inferior idades

y entonces nos encontramos con qu e nuestra amistad es

teniendo como único an teceden te la fórmula dramática de un

de la juventud sino que goza sus atri bu tos de vigor, de con·

muy super ior a n uestro conocimien to. Esto debe alegrarnos;

acontecer po tencial. Direm os así que los comp lejos de la vida

fi an za, de optimismo.

Y ese optimismo nos da cierta espe-

ma l estaría q ue nos conociésemos demasiado y que a pesar

social de los pueblos, pueden ya utilizar los ' elemen tos de una

ranza filosófica pa r a juzgar q ue p recisa m en te por jóvenes,

de ello nada hubiese ganado nuestr a amistad. A ncho es el tiempo q ue se abre hac ia el mañana y hay plétora de deseos

nuestl'OS países no h an ago tado todos sus recursos de frater·

fic ción racion al, para ahorrar a los grupos hum an os el dolor de expenmentar en la vida, tragedias que sólo serán vividas

N o som os p ueblos desilusionados n i

por brindar con sistentes arm adur as a un afecto que h a naCI do de la in tuición . P OI' ahora, de l a poesía, la novela, l a

Si en ot.l'OS lugares del planeta se utiliza ron ya

pintura, la da nza, la m úsica y la arquitectu ra de los países

todos los rec ursos y se en saya r on todas las teorías, sin al·

am erica nos, nuestros pueblos sólo conocen lo que difícilmente

Por obvias an te un p úblico ilustrado no invocaremos las influencias del teatro en la in tegración de las grandes cultu -

canz ar m ás qu e zozobras, temor y escepticismo, nosotros cree·

puede ser ignorado.

ras.

nidad y de entendimiento. Ricos fil ones de ese t esoro permanecen todavía in tac tos. a batidos.

Ya aludimos a esta circun stancia an te

en la escena .

Baste decir que para el temperamento y psicología de

\'í nculos qu e América se descu bre cada día en el fo llaje de

Porq ue en verdad, rica es la germinación del arte en Amé·

nuestros pu eblos es alimento n ecesario y exqu isito y q ue sal· va aberracion es inatendibles desde el g uiñol y la pas torela,

su crecimiento. Con q ui star madurez sin men gua de juven·

r ica; pero nos fa lta la ínt ima comu nicación, l a cercanía, la

hasta el drama esq uiliano y el tea tro experimental, cumplen

presencia \'ital y t ra n sformadora. Clar as inteligencias h an abo-

deseo y realizan formación en todos noso tros; desde el ana l-

mas en ese ahorro espiritual, en esa rese rva de va lores y de

tud es el m ás preciado ideal de los pueblos de América. H ace cien ai'i os que los va rones ilustres de la Re form a nos dieron un código fu n dam ental. E n Méx ico este es el año de la Constitución , y para conm em or ar este suceso hi stóri co, h e· mas bu scado l a reson an cia con tin ental , po rq ue ciertam ente nuestra Carta :Magna n o es sólo un a f und ac ión mex ican a sino adem ás una pl'lleba indudable de l a a utonomía de América. Sin embar go, no podíam os invitar os a escuchar l aud anzas pa ra nuestros patricios, a q uienes profu ndame n te n u estro país vener a; os ll amamos para com partir con vosotros el fruto de cien años de liber tad estética y cultura en albed río; os lla · m am as para pen sar en América, para definirl a, pa r a ser virla y para confi arla. La hi-:toria n os mues tra simi litudes q ue nos vien en de re· m oto y p ueden explicarnos l a suscitación de estas asambleas.

8

los jefes de mi sión que conocieron de nuestras convocatorias.

nado l a m illa y tiue ha mad ura

tierra para este instante. Es el momento de la se· de la fe. Ven drá n después los fl'lltos de esa siembra empezado ya y en cuyas an chas seme nteras crece y nues tra esperanza.

En lo que atañ e a México, éste es el primer pa,o de su

tarea

:Euesb'a 1 rió

sembradora. Exposición

de

Conc urri eron ya v uestros países a Arquitectura

Con t inental ;

transcu-

también el Prime r Curso P anamericano de Dirección de

Orquesta y estamos en el dintel de n u es tro Primer Congreso Interam erica no de Tea tro, a las p uer tas de un a deliberación que ser á induda blem ente fec unda. P ero además, en l a ce r cana perspec ti va, otros llamados y otros eventos : el Certamen

fa beto h asta el er udito, y que si la predi lección por él acusa men t<> lidad ilus trada y ed ucación de cultu ra, n o es pl'iva ti vo de ellas en toda s sus expres iones y es deber de docencia y orientaci{n ir depuran do el I'lImbo de las dilecciones y el nú ' m ero de Jos di letantes. En los últimos aÍlos, el tea tro mexicano ha dado mues tra s de una férti l inquietud dentro y fu er a de la promoción oficia l ; se han r emovido las opinion es h acia una activi dad qu e para noso tros es asomb rosa y fecunda. E n un lapso de dos meses, el Estado prese nt aba, hace poco, obras de Pirande Jl o, Gar· cía Larca, Eu r ípicles, O' N eilJ y de los m ex icanos Ca rbalJi do y Hables. Además, en las salas profesion ales y experimentales

Co ntine nt al de Novela, la Bienal Interamericana de P intu rü

se escen ifica ban sim ultáneamen te veinte obras de autores n a·

y Gr abado y el Fes tiya l de la Dan za P opular de Amér ica. ¿No es hora de pensar que esa fami lia de escr itores, novelis·

cio nales y extranjeros. Se cele braba el Festival i\nu al de T ea tro en todo el país. transcurría la T emporada ~at ina l de Tea-

GDARTES


tro Infantil en Bellas Artes, en l a Sala Xavier Villaurrutia de la A cademia de Arte Dramático, se ponía en escena otra

Es la figura de Christian Bérard, el escenógrafo francés

obra mexicana y se inauguraba una sala de guiñol y teatro para niños. Esa diversidad en la que el teatro expresionista

y le desc'.-ibe en el insta nte mismo en que se desploma sobre el p asillo central del Teatro Marigny, ante l a postrera decora-

d

quien dedica J ea n-Louis Barrault un bello e inolvidable elogio

opera al lado del drama poético y l as creacion es nacionales

ción , de l a que se despren dió el ú ltimo pulso de su vida. Entre

caminan al lado del teatro universal, nos revelan una voluntad de hacer mejores dramaturgos, y más aptos intérpretes;

llantos y recuerdos, le acompaflaron a la tierra final, y algu -

más acuciosos directores y más numerosos y cultivados públicos. La compren sión solidaria del Estado es en M éxico una con fortante realidad, en la que figuran la colaboración municipal y estatal y la presencia de instituciones federales ajenas a la promoción artística. Sólo así se explica que los treinta grupos organizados en el país hace cuatro años, se hayan multi plicado h asta contar actualmente con doscientos diez; qu e man tengamos abiertos al mismo tiempo, tres certámenes de teatro; que los tran sportes aéreos del Estado hayan h echo POSIbles nu estras justa s anuales, movilizando compaüías enteras desde l as m ás apar tadas regiones de nuestro extenso territorio : que la obra creativa de dram aturgos y comediógr afo s haya au mentado en form a sorprendente; que h ayamos incorporado cinco nuevos escen arios oficiales a l a sala tradicional de Bellas Artes, que se estén edit ando l as obras l auread as en nuestros certámenes y qu e contemos con un edificio t écnicamente dotado para nuestra Academia de Arte D ramático. Creernos, por otra parte, qu e ésta es l a tónica de la época a lo largo del continente. No se concibe la indifer en cia o negación del Estado por la obra de sus artistas y la gen erosa ac ción de la cultura. Porque son manifestaciones elevadas del hombre; porque el idioma estético n os da el único lenguaj e universal, que al lado de la filosofí a y de la cien cia hum anizada, son la última esperanza de paz entre los pueblos y la única garantía de super vivencia pa ra la especie.

nos días :1espués, uno de sus más fieles amigos volvió a visitar su tumba y vio enton ces un enj ambre de abejas que empezaban a instala r su trabajo sobre l as flores marchitas del fun eral. Este es el sí mbolo de la muerte la boriosa. El enjambre de abejas sobre el silencio del hombre que entregó su vida al fanatismo del trabajo, a la constancia indagadora, tras el color y las formas que defin en y enaltecen el espacio escénico. En él murió l a inteligencia y l a maestría convertida en la seguridad del hombre que no h a descansado jamás. Adoptemos ese símbolo elocuente para este nuevo amanecer del teatro en América. Que cuando nuestra tarea quede en suspenso, vengan las nuevas abejas de l a l aboriosidad futura a instalar su colmen a no sobre una tumba, sí no en este viejo árbol, bajo cuya sombra n ace una famili a, identificada, en el ideal de dar al h ombre de América un nuevo signo, una nueva tarea y una nu eva espera nza. Seiiores delegados : éste es un di scurso de bienvenida y h e reservado el epílogo de mis palabras p ara ofreceros el corazón hospitalario de M éxi co. Vivid en él como vuestros colegas mexicanos han de h acerlo para merecer vuestra amistad; la casa na cional es vuestra, elem ental y sen cilla pe ro henchi da de afectos. D esearnos que volváis a vuestros países con la fiel imagen de un pueblo vivificado por su amor a l as tradi cion es y su fe en el porvenir. Os ruego qu e en tal registro de verdades llevéis constancia de la forma en qu e M éxico con cibe la gratitud. Ante voso tros, sólo a un año de distancia de nuestra fina l tarea de gobierno, cuando sólo nos queda el

Este Congreso, cuya realización fu e acariciada por largo

derech o a la fatiga, quiero expresar al seilOr ministro Cenice -

tiempo, os coloca en el trance de quien es ti enen tan num ero-

ros, lo i nolvidable de su generosa e inteligente protección.

sos y variados ternas de examen y observación , que l a su erte

Cuóntas realizaciones debernos a usted, gran amigo de l a cul-

misma del trabajo se ve comprometi da por un a apasionada

tura. El arte recordará siempre su pródi ga actitud para dig-

confusión . Pero vosotros sabréis disipar esas contingencias.

nifi ca rlo y enriquecerlo ; sus manos llenas de m erced es, lo mis-

Las cuestiones que vais a exammar, al quedar en vuestras manos, bajo la luz modelado r a de vuestra inteli gencia, sm apagar los veneros del entusiasmo tom ará la linea pitagórica, la exactitud del método y podréis h acer de es ta primera reunión, un código de amistad, un sis tema de trabaj o y un ideario ' común y respetado ; lo dem ás vendrá por añadidura . Al cerrarse vuestras consultas y vu estros debates, al hacerse el balance de los frutos obtenidos, grato será en contrar fi rmes los lazos que ya nos unen y asegurada la supervivencia del organismo que convoque a estas reuniones. Que no os abrume la responsabilidad excesiva de los deberes maj estuosos. Si lleváis cora zón , pensamiento y rec titud a las tareas, todo es tará bien hecho. Y M éxico y América reconocerán vuestra obra.

mo en los caudales que en la comprensión y el aliento. Sin su labar decidida, esta convención, sólo sería un proyecto y la provincia languid ecier a sin estímulos y elementos. Los triunfos de Oaxaca y de Campeche son eviden cias de esa obra, cuyos fruto s se recogen ya en el interior y han alcanzado con su acción fecunda h asta las colonias mexicanas de Norteamérica. Mil gracias por la casa que usted ha dado a l a pedagogía escénica y por el racimo de fundaciones que constituyen la Unidad Artís tica y Cultural del Bosque. Advierta yo, por otra parte, qu e sólo hablo de lo que atafle a escenarios, promocion es y docen cias de te atro, sin mencionar dádivas que con ig ual largueza ha brindado usted a otros cultivos del arte me xIcano. Mil gracias por todo esto , señor ministro. Ruego a u sted t rasmitir nu estro profundo reconocimiento al Prime r

Precisamente, en relación con los problemas de excepcional magnitud, el señor ministro Ceniceros expresó hace tiem po : "Es explicable la ansiedad por r esolver de una vez los problemas t rascendenta les de la nación, pero all í donde la solución total no es hum anamente asequibl e, much o hab rá ga nado el pueblo con tener una idea cabal de sus necesid ades y un plant e am~ e nt o veraz y h on es to de sus problemas". H e aquí una buena norma que valora y ca pitaliza, no sólo los resul tados, sino las ideas, los esq nemas y las exploraciones iniciales. El ideal mayor en que se ha inspirado este Congreso, pue. de sintetizarse en estas dos fórmulas concisas: poner al teatro contemporáneo en aptitud de expresar con mayor fid elidad y acierto el alma del hombre y los signos del tiempo; y h acer de esta consulta una razón má s de amistad entre nues tros países. Para acercarnos a esa meta de perfección, nos bastará constc.ncia, organización y una profunda fe en América. Confiar en esa labor perpetua e incansable que todo lo agrupa, lo ordena y lo sistematiza, sin dejar de mirar h acia el firma mento en espera de la luz secular, del genio, de esos monstruos sagrados que inflaman la creación m isteriosa de l a belleza, con fulgores que l a l aboriosidad y la experien cia no ha brían podido en cender jamás; mi entras llega l a hora del mi lagro, el signo de esta s anfictionías, iniciadas en torno de l as disciplinas del arte escénico, será n constancia, trabajo incan-

Magistrado de la N ación por su estimulante y decidido apoyo para la r ealización de este Congreso. D eudores somos también de usted, serlOr subsecretario de Relaciones, porque se h a dignado dar proyección eficaz en toda América a nuestros proyec tos corno gran m exicano, como dis tinguido hombre de letras y corno alto funcionario de nuestra Cancillería. Expresarnos también nuestra gratitud al maestro Celestino Goros tiza, símbolo del talento metódico y de la tarea que no se aplaza nunca; a su efic az colaborador en este evento, seilOr lice nciado Bernardo Reyes, acucioso organizador de es ta J unta; y del equipo básico de Bellas Artes, al jefe de T ea tro Foráneo, Antonio Magaita Esquivel, a la inca nsable y fervorosa Conchita Sada, al m aestro Salvador Novo, qu e escribe, dirige, actúa y ensefla con brillantez e inteligencia; al joven maestro, Antonio López Mancera, ejemplo de r esponsabilidad y talento cr eador , por el esmero con que ha realizado la Exposición Escenográfica; a los dirigentes del Consejo Nacional de Promociones Artísticas Populares; a María Elena Martínez Tamayo, fund adora del T eatro Popular de Bellas Artes; al maestro Ro berto L ago, patriar ca del Guiñol y promotor del júbilo de nuestras congregación es. y

por ú ltimo, lo p r imero, gracias a vosotros honorables

sable y permanente. Busco una figu ra qu e encarne esa cons-

hu éspedes de :M éxico, h erm anos en América, por l a fe que h abéis PU8!;to en e3 ta p eregrinación de la cultura, cuyo primer

tancia culminada en maestría, p ero la encuentro exán ime.

templo continental se erige hoy en nuestra patria.

4111DARTES

HUBO TAMBIÉN

varios actos tU tipo social

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Los (jrandes Conjuntos Musicales

LA ORQUESTA la proximidad de su centenario, la Hallé Orchestra de Man chester se en cuentra en el momento de may or gloria y prestigio de su brillante historia. N i en los esplendorosos días del mismo Charl es Hallé ni en los p erí odos subsiguientes en que Ritcher, Beec ham v H amilloll H arty dirigieron, uno tras otro, los destinos de la orque sta , pudo ésta e nor gullecerse de una Fama mayor que la que ti ene act ualmen te, en la época de Barbirolli. Cha rles H all é llegó a ~anch e ste r en 1849, fugitiv o de la revolución que lo había ahuyentado de Parí s en 1848. Aceptó el pu esto de director y a dministrador genera l de la orquesta para los Gentlem en 's Co ncerts, en 18 5 0 , y empezó la r eo rganiza ción de una orquesta que existía desde 17 7 0 y qu e habí a sido formada con lo s e lementos de una serie de con cierto s para abonados qu e databan de 1 744 . La r eputación que H a llé con sigui ó como director de los Gentlemen 's loncerts hizo que se lE' en ca rgara la forma ción de una orq u esta. El éx ito de H all é con su Ol'qu e~ t n totalm en tE' profes ional fue inmediato e impresionante. La la bor mú s importante de Ha llé fu e el cuIt ivo del buen gu sto mu sica l. Ha sta S ll fall ecimi en to en 1895 , m ejoró n otablem ente la edu ca ción mu sica l del pu eb lo británi co e impu so com o favorito s de és te las obra s m aestras clúsicas. A sombró al públi co de Londres con su s interpreta ciones de Berlio z. por la s cuales la ca pita l se di o cueJlta de qu e la Banda de Nlanchesler . 0n los dos últimos dece nios del siglo pa sa do, era tan buen a como las orquestas del Con tinente \' m ejor que cualquiera de la s bri tánica s. En 1898, se formó la H al/e COl7certs Societ)' con un reducido comité e jecutivo y cien fi adore~ por cien lib ra s esterlin as ca da uno. Ritch er, el más grande di rec tor del mundo en lél época, 110 sólo meioró la técnica de ;a orqu esta, sino que impuso re spe to para E lgar \' Hicharcl Strau ss, en ton ces compositores nuevos.

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SIR

J OH ' BAHBIROLLI

al frente de la Orquesta H allé dirigiendo FI Mesías

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MISMO DIRECTOH

en la interpretación de la N O/Jena Sinfonía de Beethoven

Primera temporada de la orquesta Durante la pr.imera tempora da en e l curso de la guerra que estall ó en 1914, Beech am dirigió seis con ciertos y causó tanta impresión que se le pidió que aceptara el cargo de asesor musical. Ha sta 191 9 fu e e l r esponsable principal de la políti ca de la orquesta y el director de mu chos de su s concier tos, e n los cUél les pu ede decir se que dirigió él los músicos \. a l público a l mismo ti empo, con much o éxito, h acia la música moderna y la escu ela n acional ru sa . Otros direc tor es que actuaron a' rnenu do en aquel per íodo fu eron ~11 v na r ski. Ronald , Hartv. Juliu s Harrison . Eugene Goosens, Bantock y, má s tarde, 'Albert Coa tes . .' , Hamilton Harty afirmó que lél orquesta era de gran calidad cu ando, o tardó mu cho este nueen 1920, fue nombrado directcr permanente. vo director, emuland o a Hallé y a Ritcher, en llevar la orqUEsta a Londres, donde ca usó un entusiasmo que culminó con la fundación de la London Philharmonic. Y como asesor de la Columbia Gramo phone Com pan)', obtuvo el primer contrato para grabaciones de la orquesta . En este período, se produj o el desarrollo de las emision es por radio y en cuanto el medio fu e lo bastante bueno para que valier a la pena hacer interpretaciones de ca lidad, la Or questa H all é contri huy ó, a través de la radio, a difundir la buena mú sica. Durante su última temporada com o director p ermanente ( 1 93 2 -33), Harty estuvo en Am érica para dar cuatro conciertos y en la ausencia fu e su stituído por John Barbirolli, Pierre Monteux, Sir Edward Elgar y Beecham. A partir de 1939, no hubo ningún director permanente y se trabajó con el sistema de directores hu Ps pedes. Estalló la segunda gu erra m undial cuando Sargent h abí a sido nom hrado director p ermanente por dos años. E l primer contratiempo para la sociedacd fue que su lccal permane nte, el Free Trade Hall, de Manches ter, fue requisa do y la orquesta desalojada . En las condiciones de aquellos día s, los con ciertos n octurnos eran imposibles y se escogió, como ,'AJ.oras má s convenientes, las de los domingos por la tarde, y como local, un cine. Dos años má s ta rde, se u só para una tempora da el Teatro de la Opera, y, después de esto, la orquesta tuvo qu e desplazar se para toca r en varias sa las de los suburb ios. En 1939, se comprendió que la política de la Hallé era demasiado loca l pa ra las n ecesidades culturales del paí s, pero entonces la orquesta se encontraba dema siado vin cula da con la BBC para ha cer planes de ex pansión. P ero la necesidad de esa expa nsión se hizo m ás eviden te en 1 94 2 y, al año siguiente, el H allé Committee tomó la heroica decisión de romper con la BBC y reorganizarse para formar una orqu esta completam ente ind ependi ente . . John Bar birol1i , qu e él los treInt a y siete 3110S dirigía la potente New York Philharmonic Orchestra, se dejó conven cer para que deja se los E stados Unidos y se hi ciese cargo de la H allé. Fue un acto de audacia con tratar a un director mu sica l de la talla de Barbirolli. P ero fue aún m ás a udaz el gesto de Barbirolli de ca mhi ar N u eva York por Manch ester en tiem po de gu erra. En un periodo n o tablemente co rlo, la Orq uesta Hallé recuperó su grandeza. En Londres y en otras ca pita les, se reconoce h oy que es la mejor orquesta de la Gran Bretaña, la m ejor de la Com unidad Británica y una de las cuatrO m e jores del mundo. . L a Orqu esta H all é loca r egularmente en el Royal Festival H all, de L ondres, y en las prin cipales ciudad es de la Gra n Bretaña, además de los conciertos que da regularmente, dos veces por semana , en el nuevo y magnífi co Free Trarle H all. de Vlanchesler.

4ID ARTES


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Marjorie FlETCHER .---------~------.

B.-\RBIROLLI

haciendo grabaciones en la Sala Real

LA ORQUESTA HALLÉ

LA ORQUESTA HALLÉ

Y coros en la Sala Usher durante el Festival de Edinburgo

se encuentra en la proximidad de su centenario, y en el momento de mayor gloria y prestigio de su ya lzarto brillante historia


El -. Teatro

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del Joven

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Elena DOROSHINSI<AYA

bondadoso tejón abre, por fin, la entrada de la bodega. El pequeflO Tenik está en libertad . Un instante más le bastará para sacar a su herma · nita Marzhenka y los dos podrán huir del cautiverio del malvado viejo. Pero, de pronto, se abre la puerta de la casita encantada y en el umbral aparece el viejo. Muchos espec tadores se kvantan de sus asientos y gritan horrorizados: --" ¡Pronto, pronto! ¡Huid, salvaos!" En los tres actos de la obra, se desarrolla una tenaz lucha en tre las fuerza s del bien y del mal. D e una parte, el viejo y la v ieja, indolentes y crueles, y la zorra astuta; y de otra, el guardabosques, el corcillo Gonzik y el tejón, alegres, labo riosos y compasivos. - " ¡Todos me ofenden! ¡Qué pobre y desgraciada soy! " . dice, lamentándose hipócrita mente la zorra . -"¡ Eso es lo que te mereces!", responde unánime el público que llena la sala . - "¡Ese cepo no es mío! ¡Jam ás he visto un cepo semejante!", dice, muerto de miedo. el viejo, justifi cándose ante el guardabosques. -"¡ Miente, ese es su cepo!", grita con indignación el público. Los pequeños espectadores se indignan y se ríen, tiemblan de espanto y se alegran ruidosamente. Claro es que, en fin de cu enta s, terminan triunfando las fu erzas del bien. Cuando termina la obra y se corre el telón, una nube de niños y niñas se acerca en tropel al proscenio para ver lo más cerca posible a sus artistas preferidos y, si tienen suerte, para poder tocar la piel aterciopelada que cubre al tejón o tirarle del rabo a la zorra. Los pequeños abandonan el teatro de mala gana. Si pudiera uno fundirse en el bullicioso torrente que desciende por la escali nata, se oirían las sinceras excla maciones de los niños : - "¡Qué lástima que haya terminado tan pronto! ¡Yo estaría mirando, mirando sin cansarme!" Y, efectivamen te, el escolar leningradense que asiste aun que sólo sea una vez a la [unción del T eatro del Joven Espectador, espera impaciente el día de volver a hacerlo. Si los párvulos se emocionan al contemplar los sucesos que se desarrollan en el mundo de las maravillas, los escolares de trece a quince años siguen, con teniendo la respiración , la s aventuras del intrépido Jim en La isla del tesoro, de Stevenson. Los alumnos de los últimos grados pueden ver en el tea tro El ;ardín de los cerezos, de Chejov; Romeo y Julieta, de Shakespeare, y obras de dramaturgos contemporáneos, las cuales ena ltecen la amistad, el amor y la felicidad . Hace treinta y cinco años, ll egó un grupo de personas al edificio de ese teatro, enclavado en la ca lle Mojovaya. Era en los días difíciles de los tiempos de la terminación de la guerra civil. En una de las conferencias pedagógicas urbanas, se oían entonces voces como éstas: - " ¡Para teatros estamos! ¡Lo que hay que hacer es dar de comer, vestir y calzar a los niños; construir escuelas!" Mas el grupo de entusiastas estaba persuadido de que los niflOS n ecesitaban también el teatro como el pan. Al frente de ese grupo, estaba Alexandr Bria ntsev, actor, director de escena y pedagogo. El Gobierno apoyó su iniciativa y fueron asignados los primeros fondos y concedido el edificio del teatro. El camino recorrido por el teatro infantil no estaba cubierto de rosas. Briantsev, que era un perspicaz director artístico, rechazó categóricamente, desde el primer momento, la melosa e infantil literatura denominada para niños. Pero, ¿de dónde sacar el repertorio para el teatro? Las primeras funci ones fueron a base de cuentos rusos y extranjeros, adaptados a la escena. Los mismos trabajadores del teatro comenzaron a escenificar los mejores libros para niños. Los prim eros que aparecieron en escena fu eron la inseparable pareja Tom Sawyer y Gek Finn y El ciudadano Dame)', de la novela de Dickens Las dos ciudades. Para los escolares de los últimos grados, se representaron obras de los clásicos de la iiteratura rusa y ex tranjera, que ellos estudiaban en la escuela. Mas, tanto los actores como los espectadores, echaban de menos a los héroes de la actualidao. Leonid Makariev, destacado director de escena y actor del tea tro, fu e al Donbass, reunió allí los materiales precisos y escribió una obra dedicada a un niño, héroe de la guerra civil. Así nació el primer autor del teatro, donde en la actua lid ad continúa trabajando. Claro está que para el teatro escriben también otros dramaturgos. Al principio, fue muy difícil también encontrar actores. - "A todos los que entonces venían a verme - relata Briantsev·- los asustaba intencionadamente, diciéndoles : ¡No se crea usted que es más fácil trabajar para los niños que para los adultos! Aquí no encontrará ni fama ni dinero" . Por eso, en el teatro no se quedaban más que los verda -

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deros entusiastas como Piotr y E lena Gorlov, que en otros tiempos acariciaron la idea de abrir ellos mismos un teatro para niños. Esos actores han entregado toda su vida al Tea/ro del laven Espectador y, ahora , su hijo Vad in Gorlov ha tra bajado como direc tor de escena en la obra La casa encantada. El director artístico del teatro repetía con mucha frecuen cia las palabras del céle bre Stanislavski: - " Para los niños hay que trabajar como para los adultos, incluso mejor" . Los nombres de los mejores actores y directores de escena del teatro son conocidos no sólo en Leningrado. Alexandr Briantsev, por ejemplo, que va a cumplir los set enta y cinco años, ostenta el honroso título de Artista del Pueblo de ia URSS y ha sido condecorado varias veces. El Gobierno ha condecorado tambi én a otros trabajadores del tea tro. Durante el tiempo qu e el teatro ll eva funcionando, ha puesto en escena más de ciento cin cuenta obras, a cuyas r epresentaciones asistieron millones de jóvenes espectadores. El teatro tiene un aforo de quinientas loca lidades, mas la compaflía da dos funciones diarias y, además, trabaja en otros grandes teatros y en l as Casas de Cultura. El elenco del tea tro está compuesto de sesenta y cinco actores y la orq uesta . Esa bien avenida fami lia tiene una sola idea, consistente en que : En el teatro no sólo se diviertpn los niños, se educan también . Y así es en realidad. La educa ción en el teatro comienza desd e e l momento en que los niños en tregan sus abrigos en el guardarropa, dond e son recibidos por amabl es personas y terminando en que, en lugar de acomodadores, trabajan allí expertos educadores. En el teatro, no hay oropel ni ostentación. En el vestíbulo, están colocadas las maquetas de los decorados de las obras que se representan y en l as paredes los retratos de los actores. Y, naturalmente, lo que los niños ven en el escenario, es, sin duda , lo que ejerce más influencia educa tiva sobre ellos, pues cada palabra y cada actitud de 'Ios actores están meditadas precisamente en sentido educativo. En la Sección P edagógica del T ea tro, se coleccionan millares de cartas enviadas por los niños, dando su opinión sobre las obras que han presenciado. Se coleccionan también otros materiales que recogen las discusiones interminables de 103 a lumnos de las clases superiores, que se iniciaron con el es· treno de l a obra de dos dramaturgos contemporáneos, titulada El diario de Natasha Sokolova. La protagonista de esa obra es una muchachita encantadora, buenn y audaz, la cual, de bido a su vehemencia , frivolidad y faIta de experiencia, comete mu chos errores en su vida que están a punto de hacer perderse a otra persona . En sus cartas, dicen los espectadores: "- Con frecu encia, se encu en tran entre nosotros mucha chas como Natasha. Desde ahora, comenzaré a examinar minu. ciosamente mi conducta" . "Casi todos los alumnos de nuestro grado hemos comenzado a escribir nuestro diario. Hablamos mucho de cómo debe cada uno comportarse en la vida" . El teatro dispone de muchos colaboradores, que le ayudan a reunir opiniones de los niños que han asistido a las funciones. En todas las escuelas, al comenzar el año docente, son los mismos niños los que eligen a dos delegados del teatro, los cuales se turnan y recogen las opiniones de los jóvenes espectadores. Dichos delegados son los primeros en asistir a los estrenos y los primeros en dar su opinión en las discusiones. Organizan en sus escuelas el Rincón del Teatro del Joven Espectador, donde pueden informarse los alumnos de l a historia del teatro, de su repertorio, de las opiniones sobre l as obras vistas, y se organizan exposiciones de dibujos y esculturas en las que los niños reproducen lo que vieron en el escenario. Los pedagogos prestan gran ayuda a la compañía del teatro; partIcIpan en las discusion es sobre las nueva s obras y re cogen los ecos que han producido. Los boletos para el teatro duran poco en las taquillas y cuestan aproximadamente como los de una función de cine. La dema nda es siempre superior a la oferta, lo que preocupa mucho a los espectadores y a los trabajadores del tea tro. Ma s ahora se ha encontrado una sa lida . Este verano se comenzará a construir un nuevo edificio para el tea tro, al qu e el Gobierno Soviético ha asignado diecisiet e millon es de rublos. E l nUe vo Teatro del loven Espectador estará enclavado en el mismo centro de la ciudad, rodeado de un parque. Como en el viejo edificio, la sala del nuevo será toda ell a un anfiteatro, que ofrece magnífica visibilidad a los jóvenes espectadores. L a ca pacidad del nuevo teatro será el doble que In del antig~o. Se ha destinado bastante más sitio para qu e, duran te los en tre actos, los niños puedan jugar o cambiar impresiones sobre lo visto. La construcción del nuevo T eatro del Joven Espectador es un magnífico regalo a los niños leningradenses.



FRANCIA

La Opera de Versalles, el teatro considerado como el más bello del mundo ha sido restaurado .

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CADA de ser fr:>nqueada una de las grandes etapas de la resurrección del Castillo de Versalles. La Opera del rey Luis XV, el más bello de todos los teatros del mundo, hél recobrado todo su resplandor urimitivo. Construído a partir de 1767, por Jacgues-Ange Gabriel, el famoso arquitecto de la Plaza de la Concordia , fue inaugurado tres aÍlos má s tarde , solemn emente, con motivo de un banquete dado en el matrimonio del Delfín de Francia - el futuro Luis XVJ.- con la archiduquesa María Antonieta de Austria. Despojado de su mobiliario bajo la Revolución, decorado en rojo pompeyano en tiempos de LUls Felipe, aún hubo de sufrir una transformación a principios de la Tercera República , en 1871. En efecto, fue convertido en sa la de sesiones del Senado; deplorable transformación con mutilaciones y nueva s construcciones cual la de una tribuna para los oradores, que hizo desconocido el maravilloso teatro original. Su restauración ha sido realizada , después del largo tiempo en que se planeó; compleja y delicada rest,1Uración n o tan sólo por la gran obra que suponía sino por ]a restitución total, poco a poco, de los elementos que habían desaparecido. En el teatro resucitado, la primera representación fue ofrecida en honor de S. M . la reina de Inglaterra , Isa bel 1I, y de S.A.R. el Duque de Edimburgo, en su reciente visita a Francia . La arquitectura interior de la Opera de VersaHes 11abía sido construí da en madera y fue necesa r io consolidar efi ca zmente todos los elementos que la constituían, so bre todo el gran arquitrabe del escenario, que am en aza ba desplomarse, así como los deLCJdos bajorrelieves de Paj ou que decoran los anfi teatros. ParLl dar a la sala todo su canlcter primitivo y pan} restaurar Con fidelid ad su policromía de falso márm ol, hubo que estudiar las descripciones hecha s en la épcca e inspirarse en los pocos fragmentos origln ¿lles que quedaban. Así, se pudo reconstruir el mármol rojo de la regió.!} de Languedoc, el de las columnas corintias y su s basamentos, y otros. En el almacén del museo del teatro, se halló la pintura de cora tiva de Durameau, representando a Apolo y ILls artes, que h a reemplazado el inoportuno vitral del plafón del techo. El piso ha sido situado en su nivel primero, y el prcblema de los asientos presentó el doble aspecto de instalar butacas confortables o, para ser fieles a la exactitud de la restauración, establecer los asientos semejantes a los que tuvo en su origen. Esta última solución fue la que prevaleció, pero mejorados los asientos con arreglo a las exigencias de nuestro siglo. Trozo s de tela que cubría los primeros asientos fu eron hallados por un verdadero milagro y ello permitió dotar a dichos asientos de terciopelo de Utrecht azul, como el que los recubría en tiempos de Luis XV. Igualmente, la cortina del escenari o fue repuesta. El palco real y los dos la terales al mismo, que correspondían al primer ministro y al intendente de palacio han sido decorados con bronces dorados como

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lo estuyieron en sus tiempos originales. Para completar la propiedad y la ilusión de revivir la época, se han colocado en el suelo espesas pieles de oso del Canadá, como se hacía bajo el reinado de Luis XV, época en la que se generalizó este uso en el teatro. Si bien la sala no es capaz más que para setecientos cincuenta espectadores, el escenario es el mayor de toda Francia después del de la Opera de París, construído en tiemos de Napoleón III, por Charles Garnier. El mismo ha sido equipado de la form a má s completa y moderna y dotado de los dispositivos de seguridad necesarios. Sus decorados arquitectónicos han sido reconstruídos tal y como se presentaban en el siglo XVIII. Una maquinaria extraordinaria permite levantar el suelo de la sala al nivel del escenario, y el teatro queda transformado así en una inmensa sala de baile. El admirable fo yer, decorado con medallones de madera debidos a Pajou, aparece con una atrayente policromía de falsos mármoles, y la electricidad, naturalmente, ha reemplazado las bujías de antaño, pero simulando éstas. Ciento sesenta y cinco kilómetros de cable se han dispuesto al efecto. Pronto, la Opera de Gabriel podrá ser el centro de un prestigioso festival que no cederá el paso a los de Salzburgo y Bayreuth. Lully y Rameau estarán aguí en su casa. Sus magníficas óperas de gran espectáculo tendrán, en el teatro má s bello del mundo, toda su razón de ser. La inauguración, con su representación de gala, marcó oficialmente la resurrección de la ópera real, y marcó un aniversario m emorable: hace un siglo, en el mes de septiembre de 1 8 55, la reina Victoria de Inglaterra y el príncipe Alberto eran recibidos en este mism o teatro por Na-

poleón III y por la emperatriz Eugenia. Una cena, servida en pequeñas mesas de grupo, dio a la Opera algo de la brillantez que había conocido en tiempos pasados. La reina Isabel y el príncipe Felipe, recibidos por el Presidente de la República Francesa en la vieja mansión de los reyes de Francia, evocaron la cena en que se desplegaron las elegancias fastuosas del Segundo Imperio. Por primera vez después de la caída de la monarquía, la Opera de Luis el Bienamado lucía con exactitud toda la gracia del siglo de la alegría de vivir.

VISTA GENERAL de la Opera de Versalles

UNA ESr:;ENA de M alatésta_ de Montherland

INGLATERRA Malate~ta.

de Montherland , en el L yric Theatre de l-lammersmith , después de El Maestre de Santiago.

El crítico teatral de The Illustrated London News, J. C. Trevin, comentando la presentación de la obra Malatesta, de Henry de Montherlant, en el Lyric Theatre de Hammersmith, refiere que Jacob Burckh3rdt, al escribir sobre el Renacimiento italian o, califica a Segismundo Malatesta, el tirano de Rímini del siglo XV , con esta~ pocas palabras: " Falta de escrúpulos, impiedad, táctica militar y alta cultura , que rara m ente se encuentran combinadas en un individuo". Henry de Montherlant ha usado esta figura como el centro de su obra l'dalatesta , que es todo lo que n o es El iVlaeslre de Santiago) estrenadª ~9n ªnt~ri9r idad en Londres. La d iferen cia es la misma que existe entre la exuberancia y la austeridad, el fuego y el hielo, entre un drama bien cargado y uno que flaquea sutilmente.

4111DARTES


Angel de las BARCENAS

• Donald Wolfit, en la que él llama su aventur a final después de veinte años como actor director, ha escogido ahora M alatesta como consecuencia de El l\1aestre de Sanúago y en el papel cr ea do por J ea Il Louis Barrault, en el T eatro Marigny, de Parí s. A primera vista , pu ede parecer extraño que no comen za se su temporad a con la obrA del personaj e ita liano, pues como actor está m ejor dotado para lo s fiero s ataques y In retórica del Seúor de Rímini que para el ascétIco noble castellano ; pero puede ser que ha ya escogido con acierto porqu e si, en efecto, 1\1alatesta va a ser su desp edida como actor director -aunqu e no se retire de los escenarios- , difícilm ente podría hallar una obra m iÍs recompensadora. Seg:'smundo lVla latesta es un espléndido bruto, un o de esos persona jes complejos del Rena cimiento, un hombre CUyél alma puede esta r , por entero y a la vez , en la s estr ellas y en~re el barro. Apasionad o, sensual, cru el, es también amante y ama do. El afecto qu e por él muestra su esposa Donna Isotta es lo qu e inspira la escena más sorprendente del drama: una escena que crece conforme se desarrolla la trama . El Papa , 8 quien lVIalatestil ha ven ido a m a tar a Barna, ha hech o prisionero él su turbul ento invi tado, aunque no lo califique de taL Este aprision ami ento es un acto de política llevado a ca bo en un a escena ex trañamente dramáticél , cuando el puil a l de lVlalatesta yace en el su elo entre dos h ombr es. P asan los m eses. D onna I sotta ll ega p ara pedir qu e su esposo pueda vo lver a Rímini, y entonces es cuand o el papa Paul o recoge por un m omento, al escucharl a, un asomo de lo que el amor de D ios pu ede significar. D e man era muy teatra l se ataca el asunto cuando, EL P ALCO R EAL ,

en la Opera de Ve rsalles

una vez que l sotta ha marchado, el Papa, a sola s con su secretario, encu entra el medio de disminuir su clemencia. lVIontherlant - como su traductor, Jon athan Griffin ha dicho- está siempre en guardia con tra una sen cillez qu e no es verdad en la vida, contra el obligar a los ser es humanos qu e parezcan lógicos cuando no lo son. La ubra no es enteramente correcta. Es verdad que se quema en el ardor del Rena cimiento, p ero ha y pasaj es en los qu e el autOr mantiene un equilibrio nada fácil entre la vieja forma de pieza teatral y la obra de prue ba intelectu al, en la qu e MOll therlant es un ma estro sin lugar a duda s. La s escena s de mayor seguridad son a quella s que se desa rrollan en Romil y los últimos momento s en Rímini, cuand o Malatesta, enven en a do y para líti co, ve cómo el manuscrito de su vida se rasga en pedazos. Donald vVolfit no s demuestra cómo la escena pued e mantener la pieza si n los fanta sma s de Po~peyo y César. de los Gracos y de Escipión el Afri ca no, que resu ltan perso naj es intrusos en el texto. Estos se h a n cortado y ciertamente no se echa de menos su fa lta. Los prim eros espectadores del T ea tro de H am mersmith se quedaron sorprendidos por la obra , ca r ente de la se veridad de El .1'vlaestre de Santiago. Malat esta comienza con una fiera pelea entre el tirano de Rímini y su maestro de esgrima, qu e resulta m u erto por una jugada su cia. "¿ Cómo, muerto ? ¡Idiota! ¡Nunca llegó a saber lo que es ha cer una gracia!". Este es el com en tario que sólo Segismud o Malatesta pu ede ha cer. Se le atribuyen todos los cr ímenes. Con todo ello y conform e entra la noch e, pensamos primero en la devoción qu e inspira i1 su esposa, de su propia entrega a la ci udad de Rímini .r de su rápida respuesta al arte y <J I aprendizaj e. VVolfit, actuando con rasgo poderoso, fij a rápl déllTI ente a ~1a lates ta en su orgullo pagano y está mu y apmp ia do en la última escena , con su invocación a Rímini y la repeti ción del nombre. ( " El mar, en las ribera s repite eternam ente : 1\1alatesla" ) . P e ro duranle las escena s centra les, en Roma, es cuan do la r('presenta ción a lcan za correctél sutileza. Ernest Mil ton. en e l P apa, es un actor del mi smo corte in telectu a l qu e :v1onthf'rlant, aunqu e ligeram ent e desva ído a ca usa de su am a n erilmi ento vocal. Si és ta es, de hec ho , la ú ltima temporada de vVoifit co mo <l ctor director. ha de Cél1ificarse de va li ente su empe l-Io de lJ e\·il r a Londres a un dramaturgo tan difí cil como lo es e l f rancé~ H enry de Montherlanl. Fa lta ver. toel av ía. a unque n o sea en la temporad a el e VVoHit , ~ u obra Por/ -Royal. lil FeslÍl'al S /ukespeare. en el M emorial Theol re. de Stralford .upol/ -AI 'on. para 1957.- E l programa para el Festiva l Shak es peare l 9S 7, alca nza la s fe ch a s com prendid as entre el diez de juni o a l veintisiete J e jul io. L as obrus a presentar son Co mo queráis, ii! rey Juan . Julio Charo Cy mbeline y La tempes Lad. Entre las figura s prin cipal e~ de los arti sta s intérpretes, aparec en Peggi As hcroft, Robert H arri s, J oa1l :\1i11 e1" y Geoffre y Keen. LA N OTA IN TER NACIONAL Del co nocimiento que en examen panorámi co elel tea tro en el mundo se logra por cuantas informa ciones nos ll egan, se alcanza la observa ción de dos h echos qu e son los má s destacados: la falta , al presenle,

"ARTES

de autores qu e r evolucionen la escena, como fue PirandelJ o el agitador teatral de la segunda déca da del siglo, por ejemplo, y la extensión y el predomimo de los autores fran ceses por los escenarios mundiales. A éstos, siguen lo s ingleses en su difusión universal. J ea n -Paul Sartre puede considera rse como el último ha sta ahora de los dramaturgos qu e renovaron la savia del viejo árbol del teatro, y el mismo queda en espera de un continuador. Tennessee William.;, de lenguéI inglesa, aportó tambi én una nueva voz a la escena . Otras aportaciones de interés, cual la de Ugo Be tti , han servido para continuar la lista de autores nuevos e importantes, mas sin la tra scenden cia y la resonancia requerida s para marcar una etapa. Mi ller posee otra voz vigorosa, con eco interna cional, y entre los com ediógrafos de ha bla es pañola surgen nu evo s va lores; pero la figura dominadora sigu e sin a parecer. Sartre pudo ser esta fi gura, ma s su filosofía , lleva da a la novela antes y m ás inten sam ente que al teatro, se quedó m ás en el libro y si pa só a los escenarios, n o fue con ]a mi sma intensidad. E s el filó sofo de nu estra ppoca, aunfJue no el autor teatra l de la misma. La razón de la difu sión adquirida por el tea tro fran cés bien pu ede encontrarse en la universalidad de su pen samiento. La vieja Francia continúa en su sitial de pen sami ento rector, y en cu anto al teatro se refiere, el dominio es m ás patente. E n el resto de Europa , en la U RSS y en el con tin ent e am erica no, los a utor es de Francia predom inan sobre los de la s dem ás ni-lciones, aunque hu y qu e seíia lar el hecho de la s num erosa s represen t: ciones de obra s inglesas en la U RSS, en dond ~ posibl emente pstas suman má s qu e ·las cr eacion es fran cesas . Itali a cu enta últimam ente con Filomena i\I/or[urano qu e da la vuelta a] mundo, pero aquel país el e arte llO ha ll a en la escena lo qu e ha conseg uid o en la panta lla. E l intercambio teatral se produce, con ba lan za a fa vor ele F r an cia e Ingla terril , prin cipa lm en te. com o paí ses exportadores. La producción na cional au m enta en na cion es como J\1pxico, con relación a afíos anteriores)" también la importación de ob!"(ls extra nj eras; lo qu e paten ti za ]¡Iinten sifi cación de su s actividad es escéni cas. Estados U nid os también aparece como pil ís rx por tador. O'Ne ill , Tennessee \ iVill i;un s \' !Vlil kr son sus autores m :ls represen tados r ]1 el rx tr ri or. los qu e ti enen proy ección má s a ll ú el e sus frOl lir l·as. El tea t ro m exicano ad qui ere f UCl"/'.i1 en el in tr rioL prin cipi o obligado pa ra qu e, mú s tarde, se rx pan da al ext ranj ero, Y , junto con el ilrgentino, es ele los prim e ros entre 1os paí ses de h a bla espa ¡lOla elr r ste con ti nente. El In stituto 1n ternél cional del T ea tro, deprnd i('nte de la UNESC O; el Festival In ternac ioll a l ele> Arte Dra má tico de Parí s y otra s ent idad es y i1con ,€cimient0S artí st icos en el orden tea trcd sir ven pa I-a el desarrollo y la inten sificación del inle rca l1lhi o n ecesa rio. P or ell o, hay qu e sa ludar y r ec ihi r 111 uy jubi losamente la noticia de la organi za ción de un Festiva l Contin en tal del Teatro, feli z id ea de l In stituto Nacional de Bella s Artes, de :M éxi co, qu e vendrá a ser en el programa mundial de la (~ s rena un núm ero el e importancia extraordinaria. Qu e la s circunstancia s propicien la r ealización de tan acertad? iniciativa es de desear, que su sola con cepción es y a un ha llazgo de tra scendencia en la búsqueda de id eas para el desarrollo teatraL


ALGUNOS ESCRITORES

tr

mexIcanos sienten a su patria algo así como " después de la tormenta", estado anímico que tiene por base urza falsa creencza

meditación sobre algo presupone un previo alejamiento. Un haber ganado la acertada distancia a fin de que n uestro ánimo cuente . .. .. con la p~rspectiva indispensable. Es el sedimen to de lenta y preciosa naturaleza que un suces~ o lugar, _en silencioso trabajo, va depositando en nuestro esplnt~. puenos de él, nos sentimos impulsados a deCIr la palabra, ultImo estadio de todo conocimiento completo. Al alejarme de México, cedo a la tentación d.e, escribir unas líneas en torno a varios aspectos de esta naClon donde hallé durante tres años, la patria que un día me negaron. No ~scapa a mi criterio que toda meditación respecto a un país obliga a una opinión y, en verdad, sólo las opinion~s ilustres tienen en este caso razón para dejarse escuchar. Sm embargo, en esta m~sma circunstancia hallo: por contraste, causa para mi osadla pues acaso resul~e mteresante, por inusitado el parecer de un hombre corrIente, capaz de suplir, a f~er de sinceridad, los atributos propios de las opiniones importantes. Anímame también, mi condición de suramericano, preocupado por el escaso interés que siente México por América del Sur y deseoso de aprovechar toda oportunidad posible para llamar la atención de la inteligencia mexicana sobre este fenómeno a todas luces perjudicial para nuestros pUf'.blos. No encontraremos la causa de él en la indiferencia de los países suramericanos para con su hermano mayor, pues, por el contrario, es para ellos, en forma casi constante, motivo de nobles preocupaciones. El fulgor esbelto de la Revolución Mexicana cautivó la atención del continente e, in cluso, dibujó en otros rostros hermanos lampos de conmovidos incendios. Fue el momento en el cual dieciocho naciones volvieron al unísono su cabeza hacia las tierras aztecas y, desde entonces, ya sea por posteriores nota bies sucesos o sim.plemente por una suerte de tortícolis histórica, las cabezas de esos países continúan vueltas hacia vosotros. Asimismo, la falta de grandes acontecimientos en las patrias aus trales de América no puede servir de explicación. Ellos se han r ealizado, aunque justo es reconocerlo no han tenido la trascendencia de los ocurridos aquí. La distancia tampoco cumple ~-u pretensión de excusa, en un siglo caracterizado precisamente por su cada día mayor acortamiento. A otras

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ODA

argumentaciones, lúcidas o no, podemos oponerles las incontrastables de nuestra comunidad histórica, geográfica y de lenguaje, amén de semejantes problemas e interdependientes soluciones. No es mi ;ntención, ni seria de mi capacidad, proponer medidas concretas para romper el aislamiento señalado, sino, como ya se dijo, invitar - principalmente a los artistas y hombres de letras mexicanos- a que mediten este hecho 110 grato, del cual son necesarios protagonistas. Terminemos con la absurda aseveración de que "México y América del Sur son de continentes separados por la América Central".

Por "después de la tormenta" . En algunos escritores mexicanos, desgraciadamente no pocos, prevalece un estado anímico que t iene por asiento una falsa creencia : la de sentir a su patria por "después de la tormenta". Expliquémonos. Cuando uno les habla de los problemas del Perú, por ejemplo, o de los de cualquier otro país, así como de sus luchas presentes y futuras, coligiendo de ello la necesidad de un arte ligado a las disyuntivas sociales americanas, afirman: nosotros ya pasamos por todo eso, ya vivimos la tempestad. De tal aseveración, concluyen en que, los escritores mexicanos, deben dedicarse ahora a crear el arte formal y -propio de una nación predestinada a cien años de paz social. Y, frente a una humanidad convulsa, sobreviviente y airada, y dispuesta a abrirse paso hacia la dicha sin importarle el precio, se declaran, como decíamos, amables espectadores. Es indudable que México ha hecho una revolución de enorme importancia, pero eso no le ha hecho una isla ni puesto a la vera de la historia. Por el contrario, el progreso obtenido a resultas de la revo 1ución ha diferenciado, con tintas e intereses propios, a los diversos sectores sociales. Es decir, ha tenido, a lo largo y a lo ancho de la patria mexicana, las nuevas trincheras de la conmoción social. Esto, felizmente, lo comprende la ma yoría de sus artistas y escritores, y a ellos corresponde la tarea esclarecedora de luchar contra una fábula peligrosa que adormece y desarma a algunos de sus intelectuales, mu chos de ellos valiosos.

Al vendaval, no se le puede decir im.punemente "yo no sabía". La tempestad no ha de respetar los castillos de naipes, sino las obras construÍdas con piedra y con sangre. Los intelectuales europeos que ante el avance del fascismo osaron declararse "por encima de la tormenta" son un ejemplo patético de la inocencia disfrazada con buenas intenciones. Al huracán, no se debe ignorarlo sino dirigirlo. Enseñarle a mover el aspa de los molinos.

La amistad en el mexicano. Al poco tiempo de llegar a México, en una cena de Cuadernos Americanos, un conocido escritor afirmó a don Jesús Silva Herzog que "el mexicano es hermético y se hace difícil entablar amistad con él", Silva Herzog no aceptó como bueno este juicio, atribuyéndolo a cierta precipitación en el opinar. Para salir de dudas, el escritor referido propuso realizar una encuesta entre los numerosos extranjeros allí presentes, muchos de ellos con años de resídencia en este país. Por unanimidad, todos le dieron la razón al opinante no nombrado. Sin embargo, agregaron un nuevo ele-mento que completaba felizmente el aserto: "pero cuando uno gana su estima, consigue un amigo para toda la vida" . A mi modo de ver, el resultado de la indagación no pudo ser más justo. Lo consigno porque constituye uno de los rasgos caracteristicos del ser mexicano y, por lo tanto, un interesante aspecto sociológico. Quien permanece poco tiempo en este país no se lleva un buen concepto de su gente en lo que a relaciones humanas se refiere. Por el contrario, quien radica por un tiempo más largo llévase en la boca el verdadero sabor de la amistad mexicana. También en el aspecto amical, México es un país de profundidad. A diferencia de otros hombres que viven cerca al ecuador geofísico, el mexicano es persona de pocas promesas, pero sabe cumplirlas. Parco, sobrio, pero cumplidor, o quizás precisamente cumplidor por parco y sobrio. Este talante hermético no elimina, como podría suponerse, la cortesía e xquisita. En el diccionario de la amabilidad ciudadana, que algún día escribirá un erudito, figurarán en lugar preferente expresiones como éstas: "EvÍteme la pena de negarle crédito", "No fumo. Muchas gracias", " L o invito a comer a su casa" .


¿POR

QUÉ

un pueblo eminentemente mUSlca . 1, amante como pocos de 1as artes pl'astzcas .

El ballet: ¿un arte prohibido? ¿Por qué un pueblo de psicología eminentemente musical, amante como pocos de la plástica y con una gran tradición de danza no es afecto al ballet?, me preguntaba. Aficionado a descubrir enigmas fáci les, creo haber entrevisto una respuesta en el decantado machismo del mexicano, a quien no puede agradarle un arte de apanencia asexuai, para decir lo menos. El éxito del ballet Zapata, antes que contradecinne, me afirma en este criterio, y así lo conversé con su autor. El Zapata gustó, aparte de sus valores íntrÍnsecos y de su mensaje social, porque es un ball.e t varonil. Y si este arte desea hacerse popular en M éXlCO, no debe olvidar la anterior consideración. El público no está dispuesto a aceptar un espectáculo, por muy bello que s.ea, contrario a su idiosincrasia, y, este hecho, va a dar ongen a que los autores mexicanos creen un ballet de muy particular naturaleza e inexistente hasta hoy: el ballet varón, el ballet masculino.

El nacionalismo. He oído a más de uno cntIcar el nacionalismo del mexicano. Nunca compartiré ese parecer. En principio, no es posible olvidar que existe el naciona lismo y el nacionalismo. Es decir, el nacionalismo de los poderosos y el nacionalismo de los que son débiles comparados con esos poderosos. El de estos últimos es, siempre, de buena ley, digno de elogio. El nacionalismo de -M éxico es, en todo caso, de ley inmejorable. Otro pueblo de fisonomía menos acusada no hubiese podido resistir con éxito la vecindad de un país de psicología tan absol-bente como Estados Unidos. En este sentido México no sólo se sirve a sí mismo sino que es una sal~dable barrera contra toda suerte de defonnaciones, principalmente en el campo cultural. En ninguna parte de América, se ve el agradable espectáculo de una indumentaria nativa llevada con legítimo orgullo por personas pertenecientes a los más diversos estratos sociales. El sagrado amor a la tradición constituye una de las mejores esencias mexicanas.

~ARTES

r

con una gran tradición de danza, no es afecto al ballet?

Lo que debe preocupa r nos en realidad no es el nacion3lismo del mexicano, sino precisamente cierta laxitud que se viene apoderando al respecto en el terreno del lenguaje. Por deogracia, estos pochismos adquieren carta de ciudadanía en la correspondencia y la parla burocrática, con detrimento del buen decir y de la cultura propia, y , lo que es mayormente grave, asalta las páginas de los periódicos, única fuen te de lectura para un gran porciento de la población. Es evidente, sin embargo, qu e en los escritores mexicanos sí existe una plausible vigilia respecto a la pureza nacional del lenguaje, yeso explica, en buena parte, la grata prosa de que hacen gala los literatos de México. Desde luego, no se debe llegar a extremos de sainete como sucedió en Panamá bajo el gobierno de Arnulfo Arias, donde se aplicaban fuertes multas a los ciudadanos que dije sen high-ball, en vez de bola alta; sandwich, en vez de emparedado; una copa de Johnny Walker, en vez de una copa de Jvanito, el caminador; pero es indudable que defender la lengua contra los extranjeros es defender la soberanía de una na ción en uno de sus basamentos sustanciales. Es preferible en nuestras patrias latinoamericanas pecar por nacionalismo a pecar por extranj erizan te. Siempre el primero será un pecado venial y capaz de alimentar otras virtudes.

Un libro mexicano que siempre llevaré conmigo. Después de varios años, releemos la Visión de Anáhuac, de Alfonso Reyes. D egustam os la línea, catamos el periodo, saboreamos la página : el tiempo no ha pasado, la frescura virginal de la obra sigue incólume. Trátase de algo im perecedero, es la Historia misma de México. Mas, igualmente, la Visión de Anáhuac constituye una transposición de la literatura a la plástica. Se mira el pensamiento, el párrafo que nace a pinceladas. on páginas como murales, o murales com o páginas. Alfonso Reyes en la Vi-

JUAN (jONZALO ROSE

sión y Diego Rivera en los frescos del Palacio Nacional han dado a México la mejor descripción de Tenchotitlán desde que pergeñaron sus folios los atónitos cronistas de l~ Conquista. ¡Cuánta razón ampara a Valery-Larbaud cuando exclama que la obra es un "verdadero poema nacional mexicano" ! ¡Y con cuánta verdad confiesa AzorÍn, refiriéndose a ella : "asistimos materialmente a UIJa vida que no hemos vivido" ! Evidentemente, este poema nacional mexicano nos transplanta a la edad de oro de "una civilización ciclópea, como la de Babilonia y Egipto", y transmuta el estar mexicano de hoy ,tía con el ser mexicano de siempre. Es una larga historia hecha epítome cabal; es una antigua vida que asalta nuestros ojos asombrados y en ellos permanece, sabia en su sempiterno reposo, ciega para la luz de la esca pada. Existe, además, una inteligente con catenación entre el lempo del acontecer precortesiano y la exégesis contemporánea, perspicaz y sugerente. Y todo con una fluidez de luz al mediodía v con un orgullo nacional que, al menor resquicio, se cuela por el texto y empapa nuestras manos. Estamos ci·~rtos de que Alfonso Reyes en su primera ausencia de México, al columbrar la ascética meseta de Castilla, se llenó de su cósmica altiplanicie mexicana, volvló a otear la diafanidad del Valle por antonomasia y, echando a volar una mirada retrospectiva y melancólica, pensó los capítulos amados. Porque este pequeño libro rezuma mexicanidad, traduce amor al ancestro, evoca la raíz y da un sitio exacto a la flor inmarchitable de la niñez patria. Convenimos con su autor en que la emoción histórica es parte de la vida actual. Trasluce tan nobilísima inquietud su Visión. Pero, creo yo, que sus páginas abren las alas hacia horizontes más amplios. Con justeza podemos asegurar: éste es un nuevo arte de la poesía, de la naturaleza y de la historia. El mejor homenaje para un libro, de alguien presto a partir, es darle cabida en la flacura de su equipaje. Yo me llevo éste para quedarme un poco.

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NUESTRA

¿ E S T A EN CRISIS

\od o s~

d a nza JlI ocl e rn il tra la el(' exp r esa r al h Olllh n' conte mporá n eo, CO Jl sus aspi ra c ionE's y su s p roh le m as , p ero fu n d ame nt al m e ll tP tr a ta de e x pl 'esa l' los Ciln ,inos por los qUf' e l It om b re de hoy pu ede sa lva r'se' dp l as Ca d"¡¡¡'lS q u P lo a tnn . Y ha,' - q ue l' eC(l ~·rlar. ade nlú s. q ue' l a da li za nl o clf' r na surg iú. pn U II 1110 m ento d a do. com o fu e l'za t" té ti ca opos ito ra al id ca lis nl o. e xte lupo ráneo" q ue las denlás drtes ~ \' la da n 7.i.1 r ll is n l {l ~ f'Xpl' t.' " ,a ba ll , L a da n za m od ern a !'s. f' l! Y" l'd" d , (-1 rpolislIlo d.' l a A

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18

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at r.-:wiesa por algulla

cu e n ta.

! u ral q ut-' In in \"es ti gac iú ll ¡J l,tís ti ctl ---q u P l a dau za

En 1\Ilé x ieo I d da nZ a InoJ el'll il cs tú r t', tI iZd Jl do ~ lI pn>ceso de' form ac ió n Y tieJlt' ca da d ía lll ÚS a de pt os a pas iotl a dos. lo

~'v10DEn~ ,\

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y si \·iv iJl loS CIl Un ,¡ é poca dp Il l\· t? s t i ~ [I c i ()"fl e s pro fund a s: cil ('jfliÍ Cil S. espac ia ll·s. illdu slJ'ictl r s. II H' cún in lS. e H las qu e la

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a rt e perso na l prop io. ge nu ino , ll en o d e m e x ica nid ad v .ie a rmonía . 11 11

por la (Iue alra /J iesa la r poca. de la cual la danza m oderna es una fiel expresión

"ARTES


Too:\s

LAS

corrientes lpcnicas ayudarán a la creación de nuestra Danza

Entre los fmtos má s valiosos de todo lo ant erior :;e cuenta también la resolu ción que h a tomado M agda . de ll egur a la crea ción integra l de un a verdader a técnica m exi cana de danza . Entiéndase hien : una técnica m exicana de danza. 110 un esti lo. Es decir : logr ar que los m e.ú ca nos adies-

¡ren su cuerpo de acuerdo con una serip progresi/Ja de eiercicios fu ndam entados en /a pstruc/ura ÓSNl r m uscular carac/ erística del /llf,xica flO. ¿T area difícil? Claro qU f' si, pero el din en q ue Magda Montoya logre sus p ropósit os, el dí a e n qu e los mexicanos no en tre nen ni pr~paren S1l instrum en to de exp resión - el cuerpo- conform e a téc ni cas na cid as de la s n ecesidades de c uerpos distintos al nuestro morfol óg ica mente ( Diego Ri ve ra puso de manifi esto y lo probó r epe tidas veces, que, por ejemplo, las pi e rnns de las mexicanns son gen er a lmente, y a ojos vistn s, I11f" co rt as flU t' las d e las muj eres de otros países) , ese clía la danza m e xi can a estará com o nunca en el camino de su s mejores rea li zacio n es.

Los

ELEMENTOS

del arte popular puro son material para lograr una expresión vigorosa

MAGDA MONTO YA

BALLET

Los

inspirado en La Trinchera, de 1. C.

GH AN DES

Ol"O ZCO

espacios tienen una imporlante misión

(der.) en Corona de Espinas, una de las obras de arte d e la danza moderna mexicana


Drama de Emilio Carballido, estrenado en el Teatro Ródano. Reparto por orden de aparición: Lola T inoco, Judy Ponte, Enrique Aguilar, José Elías Moreno, Carmen lWontejo, Roberto Corel! y Alberto Estrella. Dirección: Fernando Wagner. Escenografía: José Cava .

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D epartamento de Tea tro del In stituto N acional de Bellas Artes h a abierto en el Teatro Ródano una nueva Temporada de Autores M exican os, durante la cual, como su propio n ombre indica, se pondrán exclusivamente obras de autores nacion ales, que paso a paso , lenta pero seguramente, van conqui stando al reacio p úblico capitalino, quien hasta ahora ha desdeñ ado, o m ejor sería decir que hasta ahora ha ignorado, lo cual es bastante peor , la casi totalidad de la producción ca sera. Si el lem a gubernam en tal, patriótico y estimulante es Consume lo que el país produce, este lema y el ansia de superación nacional que en cierra no tienen ninguna vigencia en el campo teatral, o al m enos no la han tenido ha sta hace muy poco tiempo. A ctualmente, las cosas han cambiado de m a n era su ficientemente favorable como para abrigar fundadas esp era n za s de que no está lejano el día en el que un och enta por ciento de la s car teleras de nuestros teatros ostenten obras nu estras. Entendiendo por obras nuestras no simplem ente aquéllas que tengan por inspiración problemas absolutamente m exican os (tipo L os desarraigados, de Robles Arenas ) sino, por ampliación, t odas aquéllas que escritas por autores nacionales toquen con maestría problemas de aquí y de allá, de dentro y de fuer a de nuestras fronteras (tipo La última noche con Laura, de Schroeder Inclán ) , y esta primera obra de la actual Temporada de Autores, del I N BA, Felicidad, que ha salido a hora ha cia Europ a en la con ser Va de una lata de película s, después de haber triunfado en el Festival Regional del Distrito F ederal correspon diente a 1955 - un triunfo a medias, y a que el premio se lo repa rtió, sir;¡. que yo sepa todavía por ']ué, con una muy defi ciente comedia titulada Mi marido es un asesino--, subiendo por primera vez, de una manera profesional, sobre el escenario del confortable y acogedor Teatro Ródano . Con Felicidad, vuelve Emilio Carballido a la senda de su s éxitos : la de la comedia asain et ada , que tiene en este joven autor un eco decidido y decisivo. U na senda enm arcada p or dos obras suy a s (Rosalba y los llaveros y La danza que soñaba la tortuga, que cambió su poético nombre por el crucigrámico de Palabras cruzadas ) , senda que, no obstante, es con frecu en cia abandonada por este escritor, quizás pOr cómoda y fácil para él, para adentrarse por los peligrosos vericu etos de una moder nidad mal entendida, para presentarnos al fin, com o trofeo de sus experiencias escénicas, obras tan confusas y disparatadas, tan lejos de la que debería ser su línea autoral invariable e inflexible, como La hebra de oro. Se dice que Emilio Carballido es u n autor irregular, y n o estoy conforme con esta definición que de él se h ace. Estaría más de acuerdo con su clasificación si se dijera que es un autor conscientemente irregular. Porque en mi opinión --que puede valer tanto o tan poco como la de cu alquier a--, las obras de Carballido no son buenas o malas porque así le sa lgan de su pluma, sino porque voluntariamente siga su indicada senda de sainetero afortunadísimo o porque, voluntariam ente también, se deje arrastrar por las corrientes de snobism o, cuya fin alida d es, en el noventa por ciento de los ca sos, esconder tras una máscara uniforme de un mal entendido modernismo la incapacidad artística y la absoluta negación cr eadora de su s seguidores. Si Carballido llegara a entender esto que y o le digo (y que no sé si alguien le habrá dicho con anterioridad ) ; si comprendier a que es peligroso para su buen nombre de autor teatral, ca rgar con el lastre de ese snobismo insubstancial su s naves escénicas, EmIlio Carballido sería uno de los más altos exponentes del actual y resurgido teatro nacional. Felicidad, tal como se pr esenta en la presente Tem porada de Autores Mexicanos, del INBA, es una obra perfecta. Digo que tal como se presenta, porque originalmente n o era asÍ. Nos la leyó una tarde el propio a utor, a Carmen T oscano y a m í, en la casa de esta escritora y argumentista. La comedia que n os L

CARMEN

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MONTEJO y José Elias Moreno, protagonistas de Felicidad, de Carballido


r¡r¡

Sigfredo Cordón CARMONA

e------------------------------leyó Carballido tenía un final que, a pesar de ser humano y lógico, era sumamente antiteatral ya que después del climax dramático de alta intensidad con que ahora termina la obra, ese segundo cuadro del tercer acto en el que terminaba la lectura se antojaba tan anodino y tan vulgar que podía poner en predicamento'y en entredicho la totalidad de la magnífica pieza. Emilio Carballido pone en la balanza de Felicidad todo el peso de sus mejores condiciones escénicas y el resultado es una obra en la que, dosificadas convenientemente y en sus proporciones justas, se mezclan la ternura y la violencia, la risa y el llanto, dando a lo que sucede sobre el escenario un hálito de vida y de verdad; concediendo estructura y cuerpo a una serie de tipos de nuestra clase media con sus pequeños problemas que se les agrandan al través de los lentes de aumento de sus lágrimas, o con sus grandes problemas que se empeñan en empequeñecer para poderlos soportar; Con sus ilusiones, unas veces hechas realidad y otras humo; con sus alegrías .Y sus tristezas. Todo ello fluyendo en la comedia de una manera · natural, serenamente y por sus pasos contados, realmente. Tuvo la suerte Carballido y la tuvo también, naturalmente, el público de encontrar para Felicidad un grupo ideal de actores para encarnar los humanos muñecos de la obra. Unos de los artistas en plena madurez artística; otros de ellos afianzándose más y más en su difícil profesión. De los primeros, Carmen Montejo, toda sensibilidad y estremecida pasión, incorporando a la perfección su personaje, imprimiéndole los variados .Y contrapuestos matices que requiere; José Elías Moreno, sirviendo al suyo cun su naturalidad, su oficio y sus excelentes. condiciones artísticas, y Lola Tinoco dando a su papel una íntima ternura, una suave resignación, una vivencia humana en suma. De los segundos, Enrique Aguilar, en plan de superación constante, fincado en el estudio y la disciplina, y Judy Ponte, cada vez más firme y segura, mostrando su gran temperamento escénico y haciendo honor a su designación de la mejor revelación femenina de 1956. La composición externa e interna de su personaje en Felicidad la acreditaría como uno de los mtÍs prometedores valores de nuestra escena si no estuviera ya plenamente acreditada. Judy Ponte, cuerpo y corazón limpios deniña, sabe adónde va y cómo llegar hasta la meta que se ha fijado. Y llegará, sin lugar a dudas, por dos principales razones: porque tiene Con qué y porque sabe pisar el suelo bajo sus pies aunque la mirada decidida de sus ojos pícaros esté clavada muy arriba. Felicidad tuvo en Fernando Wagner un director sensitivo .Y apasionado, cuidadoso de los menores detalles de la acción y del movimiento escénico. La escenografía de José Cava cumple adecuadamente las exigencias de la obra. Hace tiempo, se habló de que en el nuevo Reglamento de E spectáculos habría una cláusula según la cual los teatros que se inaugurasen deberíi!n hacerlo con una obra mexicana, al mism o tiempo que se obligaría a los teatros ya en fu ncionamiento a poner u na obra nacional por cada dos o tres extranjeras. Fatal error que he combatido con la pluma muchas veces, que apartaría al público de las taquillas de obras mexicanas así representadas. No es con el sistema dictatorial de un decreto o de una ley como debe imponerse el teatro mexicano en las carteleras de nuestros teatros. El camino para ello es más difícil, pero más seguro. Es el camino señalado por Emilio Carballido ahora, y por otros escritores en otras ocasiones .-Es obligar al público a ver nuestra producción escénica casera no porque se lo manden desde arriba sino porque encuentre sobre los tablados obras que, como Felicidad, den la batalla ventajosamente a la producción extranjera. La imposición de las obras mexicanas en los gustos del público no debe ser labor de las autoridades sino de los propios autores nacionales. Los frutos serán así más tardíos pero más sabrosos, duraderos y honestos.

, -ARTES


JUDY PONTE,

Enrique Aguilar y Lola Tinoco intérpretes de Felicidad

Es UN A HISTORIA

ESTA OBRA

fue considerada por los Críticos de México como la me;or de 1957

UNA OBRA

h,umana, conmovedora, finamente humoristica y llena de ternura

cotidiana contada ·con habilidad y mucha sencillez

EMILIO CARBALLIDO,

\

el autor, pertenece a la nueva generaci6n autoral

fE~ICIDAD fu~resentada

<

especialmente para el Congreso de Teatro


L~

DIRECCI ÓN

estuvo a cargo de Fernando Wagner, un brillante director m exicano

LA DECISIÓN de los ériticos teatrales fu e ;usta

ClDARTES

¿Q UÉ El' LA

felicidad, en qué con~i~te? -p¡;~e'c"e s~r ·la · pregunta dramática central

EN E L INTERIOR

de la República la obra fue acogida con el m ismo entusiasmo que

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Ceferino PALENCIA

~

el pasado mes de agosto, en las Galerías de las Pérgolas de la Alameda y a iniciativa de la D!rPl~­ ción General de Acción Social del D . F., celebrose un certamen individual del gran pintor Francisco Goitia. Ante todo, preciso es consignar el poco interés que este concurso ha despertado en profesionales y crítica, hecho lamentable porque aun cuando se trataba de obra conocida y purgada, existía SIn embargo, por tal oportunidad, una ocasión que permitía anaEzar en toda su amplitud la labor del artista estudiándole en su proceso y desarrollo pictórico; estudio que hubiera facilitado el conocimiento de la personalidad de Goitia, si bien conocida ya, mejor examinada en sus tránsitos y mutaciones pictóricas. En la exposición, figuraban piezas realizadas por el artista con esa emoción y seguridad tan noble y sincera en el pintor Francisco Goitia. De entre otras, merecen citarse por su relevante mérito telas tan admira as pero. tan dignas de ser consideradas siempre como lo demandan Tata Jesucristo, Autorretrato, La india del chal bordado, Patio de vecindad y otras más de tanto valor pictórico como las anteriormente citadas. Al observar detenidamente aquel conjunto, fácilmente podía el espectador darse cuenta exacta y justa de las múltiples cualidades de análisis del pintor, quien con un escrúpulo y una conciencia nada comunes se interna en el tema sugeridor interpretando cada motivo Con arreglo a la psicología del modelo. Si de la escena costumbrista se trata, Francisco Goitia empieza por escoger y examinar el ambiente con ojos de observador agudo y sutil. Tal acaece con esos asuntos de tono popular en los que el sujeto o tipo humano, esencialmente mexicano además, se ve circuído por cuantos elementos de matiz apropiado pueden contribuir a enriN

empieza por escoger el ambiente, examinándolo con o;os de obse vador agudo r sutil por demás . ..

FRANCISCO GOITIA

_A.RTES .


quecer el escenario y en ese escenario, al personaje principal. El ejemplo del género pictórico a que aluchmos queda centrado, entre otros cuadros en Patio de vecindad, en El cilindrero, Patio de casa en Barcelona, etc. Si ponemos atención en otra modalidad pictórica tan opuesta a la ante6er como es la del retrato, advertiremos en cada realización upo sentido analítico de prime~ orden para saber sorprender en el trasla o al lienzo ese momento preciso y precioso que define la idiosincrasia de cada ser y que es el instante definido de cada sujeto humano, que hacía decir a Carlos Baudelaire, el gran crítico y gran poeta, que cada retrato debiera ser una "completa biografía". Si del paisaje se trata, entonces Goitia tiende a un concepto dramático, pero, dentro de ese dramatismo, lo lírico hace su aparición para así hacer mucho más agradable y atractivo el tema inspirador. Pero sobre todos eso.> motivos pictóricos, uno hay que preocupa y ocupó de continuo la sugestión creadora del artista. Es este motivo, el indígena, y concretamente el nativo de Teotihuacán y Oaxaca, "cuyas modalidades, al decir del Dr. Manuel Gamio, ha expresado el pintor en bellas obras plásticas". -y así es, en efecto. Con témplense, si no, producciones tan representativas como El nirzo indígena, La india del rebozo, El indio triste, La india sonriendo y muchas más que son la evidencia del entrañable amor que Francisco Goitia tuvo perennemente a sus enraizados compatriotas, a los que además el artista estudió a fondo porque no hay que olvidar que Goitia actuó con gran aprovechamiento, como otros artistas mexicanos, en la Dirección de Antropología, a la que fue llamado el pintor por don Manuel Gamío. No ha sido la vocación del artista de Zacatecas una inclinación desviada ni mucho menos contrariada por sus generadores y orientadores. Fue, por el contrario, su afición y preferencia artística bien dirigida y encauzada desde sus inicios. Pruébalo el que apenas terminados sus estudios de primeras letras, su padre, entusiasta de las preferencias del hijo, lo traslada a MéJdco, en donde su tutor Pedro Galaviz lo matricula en la Academia de San Carlos, en donde sillue sus cursos de pintura y dibujo. Una clara demostración de las esperanzas fundadísimas que el padre había puesto en el hijo es que, sin reparo alguno, el genitor vende una pequeñ hacienda llamada El Sauz para que, con el _ producto de la venta, el futuro pintor vaya a Europa a conocer a los grandes maestros, los que, estudiados con fructíferos resultados en Italia y Francia, tuvieron más amplias consecuencias de meditación y analítica madurez cuando el joven artista se residenció en la mediterránea Barcelona, en donde aprovechó grandemente las enseñanzas del profesor Fr ncisco Gallé. En la mism ciudad condal, celebra el joven Goitia su primera exposición, esencialmente de dibujos, en las Galerías Pares, de fama y crédito europeos. Como su condición ambulativa es grande, luego de una breve pausa en México, torna a Europa para reintegrarse a la patria en 1912, momento en que su nación lucha por el avance de su civilización y vida, ya que el país ha salido triunfante en su movimiento revolucionario, y no hay que decir que el muy sensible y netamente mexicano Francisco {Joitia se incorporó a la sublevación libertadora produciendo luego quizás lo más granado y mejor de su producción porque en ella aparece tamizado ya todo lo adquirido en sus viajes y estudios en el Viejo Continente fundido con lo que le sugiere la nueva y victoriosa fase de su pueblo mexicano. Actualmente y en este mismo concurso individual, Francisco Goitia, como tiene la obsesión de ese pintoresquísimo rincón de Xochimilco, en donde el artista está voluntariamente recluí do, pretende para ese lugar tan pleno de arácter y tradición histórica que aquello se convierta en un centro de cultura, y para ello aspira el pintor a la creación en tal sitio de un museo, un teatro al aire libre y otros atractivos de tipo cu~tural y turístico, aspirando igualmente a la plantación de una extensa zona en torno a Xochimilco de olivos, árboles que además de su bellísima estructura, recuérdense los inolvidables de las Islas Baleares, poseen la rara cualidad de atraer el agua al lugar donde crecen y se desarrollan. Todo este proyecto que tanto honra a su proyectista lo ha expuesto Francisco Goitia en este su más reciente concurso, en el que además de reafirmar su potente y definida personalidad, se ha mostrado como un mexicano apasionado de su rincón inspirador y como un cálido ambicioso de toda belleza para el rincón preferido, en donde para bien del arte nacional sigue laborando con toda actividad y entusiasmo. EN

GOITIA

existe un sentido analítico de primer orden

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_ARTES

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EnRIQUECE

escenurios y personajes

ESA EMOCIÓN

Y esa seguridad tan nobles y sznceras en Goitia

UN

dramático donde lo lirico aparece para equilibrar

.,cONCEPTO

CONOCIÓ y

EL

INDÍGENA

preocupa y ocupa de continuo la sugestión creadora de este pro fundo pintor

estudió a fondo, en Italia y en Francia, a los grandes maestros, lo q=:e dio por resultado una actitud meditaliva y una arraigada madurez analítica


EVIDENCIA DEL

SABE SORPRENDER

LA VOCACIÓ N

eli 'el

tran.~lado

al l:enio ese memento preciso que define a fondo al sujeto

amor de Goitia por los "suyos", ..

E N FRANCISCO GOITIA

cada retrato es una biografia completa

de aquel Goitia, el de Zacatecas, 110 ha sido una inclinación desviada ni contrariada por sus mcestros y úrientadores, sino una ¡:;referencia bien encaminada


CANTANTES

extranjeros en el Gran Teatro de la Opera

EL TEATRO DEL DRAMA,

en Nizhni Taguil, en la región de Sverdlovsk

N , MORDVÍNOV, durante el tercer acto de La

Masc~rada ,

de Lermontov

E N BAT UMI

se constru yó un teatro con capacidad para 850 espectadores

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al Gran Teatro de Moscú se ha levantado un edificio que, después de ser revestid as sus paredes, formará un todo único con aquél.

O:';TIGUO

En el edificio a que nos referimos, llamado bolsillo por los constructores, que pOI' :·H altura y . super fi cie es mayor que una casa de vivienda corriente, se instalará una fábrica de clima. En los días de más calor, circulará en el mejO!' teatro de ópera del país aire fresco y de tempera tura moderada . Los aparatos de acon..1icionamiento ideados por ingenieros soviéticos pel'mitirán llla ntener en la sala el clima deseable. El Gran Teatro es actualmente el más espacioso de la capital. Pero dentro de poco se edificará en Moscú un teatro mayor todavía, El inmenso hotel que se proyecta construir en Zariadie, próximo a la Plaza Roja, tendrá un teatro con un aforo de tres mil localidades. Se representarán en él óperas, ballets y obras dramá-

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~ARTES


ticas, actuarán grandes conjuntos artísticos y se darán recitales.

Además, podrán

celebrarse allí reuniones solemnes. Se pone esp ecial empeño en el acondicionamiento técnico del edificio, comprendida la acústica. L a esce na se verá igualmente bien desde todos los asientos del patio, d el balcón y de los pisos. La rueda giratoria de tipo mod erno asegurará ei rá pido cambio de las d ecoraciones.

MAESTROS DE LA PLASTICA MEXICANA

Distinguirá al nu evo t eatro un proscenio muy avanzado. La ventaja de esa in novaci ón es la siguiente : mi entras dura en la sala una reunión solemne, en el escenario, tras el telón incombustible, se efectúan los preparativos para el espectáculo. T erminada la reunión, se ap a ~a la luz y la mesa presidencial con la tribuna descienden a los sótanos, gra cias a lo cual el espectáculo puede comenzar inmediatamente. E stos días, los expertos estudian minuciosamente el proyecto de la sala, aproba do en lo fundam enta l ; introducen enmiendas y modificaciones que los autores del proyec to toman al preparar los diseños detallados. A unos diez minutos de viaje de la Plaza Roja , en el jardín Akvarium, termina de construirse el edificio para el teatr o Mosso v iet. Los andamios ocultan a la vista, todavía , su sala calculada para mil doscientas localidades. Se destacan los vestíbulos, el principal de los cuales se extiende a unos cincuenta metros y lo adorllan cuatro macizos florales. E n el Parq ue Ce ntral de Cultura y Reposo ]VI. Gorki, se está r eformando el Teatro de Verano. Los trabajos se efectúan día y noche para poner en servicio hacla el primero de julio esa sala teatral descubierta, la mayor de la capital. Para dar una idea de sus dimension es, se ñalaremos que entre la primera fila y la última distan unos cien m e tr os. El cua rto sector de la sala se halla un poco elevado para que se vea m e jor el escenario. Este estará mecanizado por completo y podrá ser entoldado en caso de necesidad. Dará cabida fácilm ente a tres mil personas.

LIUBOV Ol\LOVA en e: papel de Lizzy MacJ(ay, de La Prostituta Respetuosa

Raúl VILLASEJ\lOR

~

quien es como parece a los demás; la persona humana se perfila ante sus semejantes en una exteriorización de lo que por dentro lleva, o como diría uno de los grandes exponentes del pensamiento filosófico en lenQ'ua española, el individuo presenta frente a los que le rodean, íntegra o parcialmente, lo que caracteriza a su mismidad. ADA

...

Podría decirse que es una regla de validez universal ser como los otros piensan que es uno; en rigor, resulta punto menos que imposible aparentar que se lleva lo que no se tiene, porque a la superficie brota, aun sin tener plena conciencia de ello, aquello que conduce a forjar la imagen anímica de quien la produce, pues se repite siempre lo que se guarda en las inte rioridades. El grabador Abelardo Avila constituve uno de esos rarísimos casos en los que la regla o teoría - en apariencia. cuando menos- se rompe o escinde para ser la excepción. Quienes con él tienen trato, aquellos que le miran con frecuencia porque forman parte de su vida de relación, han construído, en su inmensa mayorÍa, una perfilación caracterológica de la personalidad del artista que posiblemente no guarda la debida proporción con lo que verda deramente es. Cuando se está ante su obra, en los momentos en que se adentra profundamente en la significación intrínseca de su producción artística y se trata de aparejarla con la persona física a la que se conoce, no puede menos que advertirse que existe una abismal contradicción, pues se tiene la sensación de que se produce la casi imposible conciliación de los contrarios. Ocurre eso porque Abelardo Avila no es como aparencialmente se muestra ante los demás. En su caso resulta, como en el de tantos otros, que él verdaderamente es como su obra lo representa, dado que quien realiza algo que en sí mismo lleva un valor, no hace otra cosa que repetir o representar lo que tiene en su interior. Es un artista en toda la extensión de la palabra y dueño de unos medios de expresión que reflejan una profunda y emotiva sensibilidad, lo cual se comprueba fácilmente ante cualquiera de sus producciones, que siempre son muestra indudable de su maestría creadora. Abelardo Avila nació en Jalpan, Ouerétaro, el 17 de diciembre de 1907; de cuna humilde, su infancia transcurrió dentro de situaciones difíciles pues sus menesteres obligados eran los de un pastorcillo. Su madre le enseñó a leer y a escribir; de dentro le surgió la posibilidad de expresión gráfica. gracias a cuyas excelencias pudo trasladarse posteriormente a la capital de su Estado, pues el Lic. José María Truchuela descubrió sus innatas posibilidades y cuando tenía catorce años de edad, le otorgó una pensión en cuyO disfrute pudo terminar su enseñanza primaria al mismo tiempo que concurría a disciplinar su mano baio los cuidados del maestro pintor y dibujante J. Germán Patiño, de quien también se reconocen discípulos, el grabador José Julio Rodríguez y el pintor Agustín Villagra. Sus magníficas disposiciones hicieron que el Congreso del Estado de Querétaro lo becara para trasladarse a la Academia de San Carlos, de esta capital, el año de 1926, la cual estaba bajo la dirección del pintor Ramos Martínez. Una cierta actitud hizo que Abelardo Avila no disfrutara de facilidades para el ejercicio de su profesión y, para subsistir, desempeñó durante mucho tiempo trabajos de inspección sanitaria como sellador de pollos, empleo que recientemente dejó porque, en reconocimiento a sus justos méritos, se le designó maestro de la Escuela de "La Esmeralda" . Su obra anda dispersa en colecciones privadas y museos del mundo entero; es socio de honor de la Sociedad Mexicana de Grabadores y correspondiente de la internacional Xilón, con sede en Zurich, Suiza.

~ARTES

ABELARDO A VILA:

unión de contrarios

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Daneil

DVEI\IAS

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N .A, de las figuras más extraordinarias de la historia de la música contemporánea, tanto por la discutible originalidad de sus composiciones como por la audacia de sus concepciones artísticas, es, indudablemente, Arnold Schoenberg, muerto hace poco tiempo y creador de uno de los sistemas más singulares que registra la historia del arte.

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PA U L

ALBA N

HIN DEMITH

B F. RG

LAS G U HR E LI E DEII SUI/.

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A RN OLD S r::HOEN BER G

particularmente hermosas en la obra de Schoenberg

Schoenberg, el creador de la dodecafonía o composlclOn a base de los doce sonidos, se nos presenta como el postrer elemento de una larga y vene rable tradición artística. (El mismo confiesa que las raíces más lejanas de su arte se pueden encontrar en los madrigales del genial italiano Gesuald o da Venosa. Sin embargo, pese a estar profundamente enraizado en las corrientes de la música occidental, las composiciones de Schoenberg suenan raras para nuestros oídos, parecen provenir de un mundo sonoro al que no estamos preparados, para el cual no tenemos medida ni proporción . La aportación fu ndamental de Schoenberg a la música (no sólo de nues tros días, sino de la música occidental en general ) parte de un principio teórico : en las composiciones de! genial músico austríaco aparece una desintegración del sistema tradicional de los tonos, es decir, la música de Schoenberg prescinde de la tonalidad (a la que, inconscientemente, estamos profunda mente acostumbrados ) y crea un nuevo universo de sonoridades que no tienen nada que ver con las antiguamente u sadas. En una palabra, el sistema creado por Schoenberg consiste no sólo en una escritura que no pertenece él una clave determinada (prescindiendo, por ende, del tono ) , sino que obliga a emplear todas las notas de una serie dada, sin pasar él otra antes de termi nar can la primera empleada . Schoenberg prescinde, pues, de la modulación de tipo clásico y pasa directamente de una tonalidad a otra sin que tenga que hacer preparaciones de ninguna naturaleza para ello. Precisamente por lo a nterior, la música de Schoenberg suena extrañamente a nuestros oídos, acostumbrados todavía a la modulación y a determinadas convenciones que la música conocida nos ha impuesto. Claro está que la ruptura con la tonalidad en su sentido clásico no ha sido solamente obra de Schoenberg (1ohann Mathias Hauer ha creado un sistema atonal, independientemente del de Schoenberg ) pero creemos que la más importante visión y realización en este sentido son obra exclusiva de nuestro compositor y de su s discípulos, entre los cuales se desta ca, con dimensiones tan grandes como su propio maestro, la figura fascinante y dra mática de Alban Berg, el creador de obras maestras como W ozzeck , Lulú y la Suite lírica. La actividad creadora de Arnold Schoenberg ha sido, forzosamente, muy limitada en comparación con otros compositores modernos como Hindemith, cuya obra cubre una extensión mucho más amplia, puesto que ha tenido que crear una técnica totalmente nueva y que pretende en cada una de su s obras lanzar un mensaje radical y profundo. En este sentido, podríamos de cir que casi ningún otro músico en la historia ha tenido una preocupación tan honda por la madurez y congruencia de la forma y el contenido. Particularmente he"mosas entre las creaciones de Schoenberg, se destacan momimentos como Gurrelieder ( Canciones de arrullo) , inspiradas en una obra homónima del genial poeta danés Jens Peter Jacobsen, Un super· viviente de Varsovia, La noche transfigurada, Cinco piezas para orquestas, Kol Nidre y muchas otras. La evolución de la conciencio artística del compositor, así como sus progresos en el sentido técnico de la música, pueden irse estudiando a través de las obras que hemos mencionado y en mucha s otras en que aparece estratificada su calidad musicaL aun antes de haber realizado la creación de su sistema musical propio: el dodecafonismo. En un punto de vista más amplio, esto es, desde el criterio simple del concepto estético, la música de Schoenberg tiene nexos profundos y sólidos con el expresionismo. En efecto, la música dodecafónica tiene un sabor pro fundamente doloroso y humano, aun en los momentos en que técnicamente parece estar más distante de nosotros, contiene momentos de desazón y desaliento que h acen recordar las h~rribles figura s amargas de Sutin y algunos cuadros de Munch. Schoenberg deriva principalmente de VVagner y como otros muchos que toman nacimiento en la figura de este coloso, se acerca a los veneros de los sentimientos más humanos y siente el peso terrible de la condición humana , limitada y pequeña. Empero, en muchas obras (sólo queremos mencionar los Fuenf Orchesterstuecke ) Jasdimensiones de su música se dilatan hasta. lin~es desconocidos, extraterrestres, y parecen hacernos entrever un menSélJe aun no escuchado por los hombres, una palabra de otros ámbitos, o como podría decirlo el propio autor: "Siento soplar el hálito de otros planetas".

~ARTES


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Germán lIST ARZVBIDE

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don Benito Juárez hombre de pocas pala bras según informan sus biógrafos, razón por la cual no se conocen mu chas anécdotas de sus decires; y a pesar de Que vivió en plena tormenta su vida fue tan sencilla en lo personal, como era él en todo, Que hay poco Que contar de su vivir como hombre, alUl cuando sobresale inmensamente en su existencia de héroe. A pesar de esto, las pocas anécdotas que se relatan, lo presentan en toda su grandeza, como hombre de frío valor, sin arrogancias ni alarde3, austero, fiel cumplidor de la ley por encima de todo, seguro de su camino y firmemente convencido de la bondad de su empeño. lJE

Las anécdotas principian dentro de la leyenda como digno marco a una vida que linda con lo ex traordinario, a una vida que asentada en la más pura realidad, parece encarnar en el mito. Leyenda es, seguramente, la de la Laguna Encantada, pequeño depósito de agua que no da proporciones para el relato, pero que en sí, revela cómo los pueblos, enamorados de sus héroes, agregan a sus vi das hechos y sucedidos en los que ponen el sueño que los 'e leva sobre lo cotidiano. Es lo que, si no fue cierto, debió serlo, porque el héroe pudo ha berlo realizado. y es el caso que se dice que siendo Benito muy niño, cuando cuidaba los borregos de su tío Bernardino, un día se quiso hacer una flauta con uno de los carrizos que crecían en las márgenes de la Laguna Encantada. Brincó sobre una pequeña lengua de tierra que al parecer formaba parte de Id

orilla y cuando mas entretenido se hallaba en la

búsqueda del mejor carrizo, un fuerte viento arrancó de la margen aquel trozo de tierra que flotaba como una chinampa y lo llevó hacia el centro de la laguna. Benito se halló de pronto rodeado el., lél so·· ledad , y el silencio. La tarde caía y no había ma nera de salir de aquella isleta. Vino la noche y con ella la obscuridad, el frío y el hambre y el pequeño indio se tendió estoicamente a dormir esperando el nuevo día. Cuando despertó, el viento había llevado la chinampa nuevamente a la orilla y Benito, con su carrizo escogido, saltó a la orilla y volvió a su jacal a contar tranquilamente su aventura. Su pasión por educarse está retratada en los Apuntes para mis hijos, breve anotación biográfica en la que relata: " .. .los ejemplos que se me presentaban de algunos de mis paisanos que sabían leer y escribir y hablar la lengua castellana y de otros que ejercían el ministerio sacerdotal, despertaron en mí un deseo vehemente de aprender en términos de que cuando mi tío me llamaba para tomarme mi lección yo mismo le llevaba la disciplina para que me castigase si no la sabía . . . " Tenía escasos doce años cuando decidió escapar del lado de su tío Bernardino camino de Oaxaca, la ciudad donde la gente podía educarse, y a pie, sin pan alguno, confiando napa más en su decisión, emprendió el viaje que duró todo el día, llegando en la noche a la ciudad desconocida. Esto aconteció el 17 de diciembre de 1818. Su protector don Antonio Salanueva pretendía que el joven Benito siguiera la carrera del sacerducio, pero a éste le repugnaba seguir ese camino, particularmente porque en aquellos días los sacerdote.>


ron al baile y en plena fiesta un joven estudiante ma l vestido se acercó a una de las hi jas de don Benito y la invitó a bailar. La jovencita lo miró desdeñosamente y le dijo qu e no bailaba por estar indispuesta , con ]0 que el estudiante se retiró muy mortifica do. Acto seguido un petimetre muy elegante se acercó a la jovencita y ]e hizo igual invita ción y cuando ell a se disponía a aceptar, el Gobernador o sea don Benito, que había observado la

destinados a servlr en los pueblos, estudiaban muy poco y Benito deseaba ensanchar sus conocimientos y con toda firmeza le ex plicó a su protector la s ra zones que lo impulsaban a seguir la carrera de leyes, en Un instituto que era llamado por los enemigos casa de prostitución y a su s ocupantes herejes y libertinos. " Los padres de familia rehusaban mandar a su s hijos a aquel establecimiento y los pocos alumnos que con curríamo s a las cátedras éramos ma l vistos y excomulga dos por la inmen sa m ayoría ignorante y fanática de aquella desgraciada

escena se acercó y pidió al solici ta nte excusara a la señorita pOr hall arse indispuesta y dirigiéndose a esta le dijo: " No bailaste COn el estudiante porque lo viste pobre y mal vestido. No olvides que tu pa dre fue también un es tudiante pobre y que también anduve con r aída indumentaria". D espués lla mó al desairado y le dijo: " Amigo, mi hija le su plica le perdone que no haya aceptado su anterior invitación por ha ll arse indispuesta; pero pasa do su mal a cepta muy complacida bailar con u sted ... " Pa só en la Habana y Nueva Orleáns días muy amargos des terrad o por el gobierno santanista y cuando esta lló la r evolución de A y utia se presentó al gen eral don J u an Alvarez ofreciéndose como un civil que quiere servir a la lucha. El hijo del general Alvarez mirándolo tan mal vestido le encargó des -

sociedad . l\1u chos de mis comparleros desertaron , espantados del poderoso en emigo que nos perseguía . Unos cuantos nomás quedamos sosteniendo aqu ella casa .. ."

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Recibido de a bogado, su pnmera defen sa fu e para los indígena s del pueblo de L orich a, expoliados por un cura que les cobraha en forma a trabiliaria. Por esta defensa fue a su vez acusado "de sublevar al pueblo contra las autoridades . .. " llevado a la cárcel y mantenido en prisión por espa cio de dos semanas. "Es tos golpes que sufrí y que veía sufrir casi diariamente a todos los desvalidos que se quejaban contra las arbitrariedades. . . me afirmaron en el propósito de trabajar constan temente para des truir el poder fun esto de las clases privilegiadas" . Cuando ocupó el cargo de Gobernador de Oaxaca llegó un día a visitarlo su cufiado José Maza y como lo invitan a comer éste dijo " por mí no se preocupen, pues ha sta con coles fritas me conformo" y no sabía que ese día los esposos no habían comido más que coles fritas porque no tenían otra cosa. Así estaba de pobre el señor Gobernador. Por esos días se celebró un baile en el Instituto de Oaxaca al terminar el curso del mismo. El Go bernador don Benito Juárez y su familia con currie-

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pachar como amanuense, ha sta que un día se reCIbió una carta dirigida al señor licenciado don Beni to Juárez. Se buscó al destinatario y cuando el hijo del general Alvarez se diocuenta de quién se trataba vino muy mortificado a darle una disculpa por no haberlo reconocido. Juárez le respondió: " Yo no vine a hacer valer ningún derech o, sino a servir a una causa que salvará a M éxico". Siendo ministro de Justicia en el gobierno del Gral. Alvarez concurrió un día con don Guillermo Prieto a una función del Teatro Nacional, hallando su asiento ocupado por un ranchero, el que al pedirle lo desocupara respondió : "¿Pues qué no he pagado ? i Vaya el r ot o a buscar madre ... ! Juárez se r etiró a otro lu gar y cuando en el entreacto el acomodador explicó a l ranchero quién era el reclamante del asiento y este quiso ir a pedir perdón a don Beni to este no lo dejó disculparse y le pidió

cambia)' de política y que tú m e acompañarás" .r le informó de su intención de descon ocer la flaman te Constitu ción . Juárez le replicó : "Te deseo mucho éxito en el camino qu e vas a emprender pero yo no te acompañ o". Y no agregó una palabra más a las reiteradas instancias de Comonfort para obliga rlo a una declaración. Consu mado el golpe de Estado, Juárez, que además de m inistro de Gobernación era el presidente de la Suprema Corte, ocupó, de acuerdo con la propia Constitución el puesto que abandonaba Comonfort y aballdonó la capital en poder de los reaccionarios. Llevando únicamente el manto de la lega lidad, .T uárez, con el escaso número de sus adictos se tra sladó a Guanajuato donde formó gobierno libera l y poco después llegaba a Guadalaj ara. Allí supo la terrible derro ta de su s fuerzas en la batalla de Salamanca. Juárez se hallaba en junta con su ga bin ete cuando le llevaron la noticia. Todos quedaron en silencio ante noticia tan terrible, silencio que Juárez rompió diciendo con gran tranquilidad : "Le han quitado una pluma a nuestro gallo" y acto seguido ordenó a don Guillermo Prieto, designado mini stro de Hacienda de su gabinete, reda ctara un manifiesto en el que dij era que a pesar de ese y otros desa str es, la lucha segu iría hasta el fin .

y fue en Guada lajara donde se puso de marlifiesto la tranquila serenidad de Juárez frente a la amenaza de morir. Una tarde, precisam ente cuando se celebraba una reunión del Gabinete estalló un motín en el propio Pa lacio de Gobierno y la guardia se vio arrollada y vencida. Se había sublevad o una parte de la tropa y se apoderó de Palacio. En un momento todo se volvió confusión y oesorden . Un grupo de soldados sublevados penetró en la sala donde se h allaban Juárez y su s ministros.El capitán que los mandaba ordenó al pelotón disparar con tra del grupo. Juárez, impasible, se asió del pestillo de la puerta y esperó. Iba a sonar la descarga, cuando don Guillermo Prie to, en un momento de sublime decisión , cubriendo con su cu erpo a l Presidente PTitó a los soldados: "¡Deténganse, los valientes no asesinan! Y les dirigió una encendida arenga que hizo a los soldados bajar la s armas salvando así la vida de Juárez y los suyos. Juárez seguía impasible. Cuando la s fuerzas fran cesas, después de rendir Puebla avanzaron sobre la capital, Juárez tuvo que abandonar el Palacio Nacional, pero, esclavo de la Ley, antes quiso clau su rar la s sesiones del Congreso leyendo su último informe. D espués, esperó a la s seis de la tarde para que el pabellón nacional

siguiera ocupando el nsien to. En 1857, cunndo Comonfor t planeaba ya dar el golpe de Estado desconociendo la constitución r écien jurada, hizo ll amar a don Benito Juárez qu e ocupabn el cargo de ministro de Gobernación y le dijo : " T e quería com uni car qu e estoy decidido a

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fuera arriado y cu ando la enseña nacional bajó en medio de los toques de clarín y el estampido de los cañones, Juárez la tomó entre sus manos, la besó y esperó h asta que la última nota del Himno Nacional se apagara. Después, dirigiéndose a la multitud que contemplaba conmovida el acto, gritó ¡Viva México! y partió nuevamente hacia el destierro . Cuando saliendo de Guadalajara llegó a Colima, algunos de su s acompañantes un día se entretenían en tirar a los cuervos. Un individuo vestido de ranchero los increpó diciéndoles; "Señores, está t ermi · nantemente prohibido tirar dentro de la ciudad porque esto pone en peligro la vida de quienes aquí viven" Juárez que escuchó esto se adelantó para sal udar al que así hablaba y ' le preguntó: "¿ Se puede saber con quién hablo ?" "Soy el alcalde de este lugar", le respondió. " Pues lo felicito a usted por su enérgica actitud" , le dijo don Benito y se puso a sus órdenes como Presidente de la República.

y en V era cruz, después de dar la vu elta por P anamá, Juárez se alojó en la casa que le proporcionó el Gobernador Gutiérrez Z amora. El primer día de su llegada al levantarse se asomó a la puerta de su cuarto en mangas de camisa y pidió a una sirvienta agua para asearse. La muchacha, que por cierto era una negrita , a l ver a ese señor de tipo tan indígena lo tomó por uno de su igu al y le dijo "i Vaya impertinente, sírvase usted si quiere . . . " Juárez tomó la jarra y se sirvió el agua. Cuando a la hora del almuerzo, la negrita vio a Juárez ocupar el lugar de h onor, toda compungida contó a su s patrones lo sucedido y quiso ir a pedir perdón. Juárez calmó a la muchacha y rio de lo ocurrido .

te cuando el poeta se presentó, Juárez, SIn decirle una palabra, le entregó un sobre y le extendió la mano. Ya en la escalera, Juan de Dios Peza abrió el sobre y h alló la orden del Presidente para que le fuera devuelta la beca . Tuvo para morir la misma serenidad que lo acompañó en la vida, E l mismo día que sufrió el primer sín cope, continuó despach ando su correspondencia y por la tarde salió a su acostumbra do paseo ~n carretela acompañado de su s hij as. Al día siguiente ya no pudo salir de sus habitaciones y por la noch e, mientras afuera de su recámara estaban su s ministros, que no se a trevían a entrar, pues Juárez le h abía prohibido a su hij o Benito que diera la noticia de su enfermedad, llamó a su criado Camilo y le pidió le comprimiera con la ma:t;lo el lado del corazón. Cerró los ojos y sin agonía, se quedó dormido para la et ernida d. Pero Juárez tuvo aun otra virtud, la de engendrar la fe y la seguridad en el triunfo que sostuvo la lucha contra los conservadores y el Imperio Slll desmayos y sin titubeos. Fue esta confianza la que originó una actitud resuelta y de sacrificio que se advierte lo mismo en los campos d e batalla que en la precaria paz que siguió a l fin de la Guerra de Tres Años y a la destrucción del Imperio. Sacrifi-

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cio que hizo a los que iban a monr, caer con tranquila dignidad como aconteció can Ocampo y con los generales José María Artega, Santos Degollado un en emigo sediento de sangr e, u conservarse dignos

rostro mienfuete llegar

a un punto Que a l asesino Ca jiga pareció conveniente diio "Aquí" y ordenó a Ocampo ba jar mientras forma ba el cu a dro. Firme y sereno Ocampo ocupó el lugar que se le sefialó y cuando se intentó vendarle 10 5 ojos, dijo con clara voz: " Puedo ver llegar a la muerte. M i única r ecomendación es que no me tiren al rostro" y esperó la descarga que 10 privó de la vida. Los asesinos todavía agregaron a su delito la villanía de colgar el cadáver de las ra mas de un árbol.

y austeros . incorruptibles ante el oro y el mando como lo prueba la inmacula da conducta de Ignacio

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Ramírez, de Guillermo Prieto, de Ignacio Mariscal, de tod a aq u ella pléy ade de natriotas aUe murieron en extrema pobreza después de manejar millones. De aquella fe en la victoria que crea valor y honradez de sa crificio, obra t ambién de Benito Juárez, existen gloriosa s anécdotas que vale la pena de recordar. El 19 de enero de 1861 r egresaba a la capital de la República el gobierno constitucional de Juárez. Parecía h aber terminado la llamada Guerra de Tres Años, pero los reaccionarios no se conformaban con la derrota y a fines de mayo de ese año, una partida de clericales. al mando del bandido español Lindoro Caj iga llegó hasta la hacienda de Pomoca, en el E stado de Mich oacán, a donde se había reti-

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gó al acto diciéndole: "Padre, estoy bien con Dios

ximo a sucumbir, contaron que el impasible del mártir no manifestaba emoción a lguna, tra s su mano iuga ba tranquilamente COn el acariciando la cabeza de su cabalga dura. Al

y Leandro Valle, entre otros m [(chos victimados por Trinufante la República, el poeta Juan de Dios P eza , hijo de uno de los servidores del Imperio, se acercó a Ju árez y le dijo que no contaba para continuar su s estudios más que Con una beca y ' le confesó que su padre había sido servidor del Imperio. Juárez lo escuchó impasible respondiéndole nada m ás : "venga u sted mañana, joven", Al día siguien-

de juniJ, pidió se le dejara escribir su testamenlo lo que hizo Con un pulso tan firme, que deja ver la tranquilidad que tuvo para morir. Llevado au te Márauez y Zuloaga, en la ha cienda de Caltengo, todavía COn la mism a letra, agregó una nota a su lestamento y se dispuso a ser fu silado. Llamado nn sacerdote para que lo confesara, Ocampo se ney E l está bien conmigo " , N u evamente lo ,hicieron ~ubir al ca ballo y quien es lo vieron a esa hora pró-

Cuando la s fuerzas invasoras francesas llegaron a Chihuahua y por falta de elementos el Gral. Luis Terrazas advirtió a Juárez que no podría defender la plaza y le aconsejó huir h acia los Estados Unidos, Juárez le respondió: "General, usted conoce es te ter ritorio, lléveme a la región más abrupta de la sierr a , al lugar más inaccesible y si es preciso allí me moriré de hambre y sed, pero sin salir del territorio nacional, pues si eso hiciera, dej aría de ser Presidente de la República" .

rado a lA. vida privada don Melchor Ocampo, después de su dura lucha por el triunfo de la causa liberal, y lo apreh endieron dici 6ndole llevar orden para h acer esto del sanguinario Leonardo l\1árQuez, el llamado Tigre de Tacubaya. Los aprehensores de Oc ampo lo hicieron montar a caballo y lo condujeron a Maravatío, Villa del Carbón y por último a T epeji del Río, Ocampo, que sabía cuál ion a ser su fin , a l llegar a esa última población el 3

Tan horrendo crimen , a l con')cerse en la capital, hizo estallar el furor de los liberales. Voces violen-


tas cla m a nd o cast igo y vell gall za se levan taron el l e l Congreso pidiendo castigo a les vi ctim arios. JU¿) r ez expidió un decr e to pom !:!ndo a los autor es del deli to fu era de la ley. En esa hora . se presentó ante la Cámara el Gral. Santos D egoll ado, el lla ma do COI1 jm ticia Santo de la Heform a, a quél qm' junto il una con du cta de pla ta a rrebatada a l enerm go, qu(' va lí a miles de pesos, fue visto rem en dando su s pa ntalon es, se presen tó a ofrecer su es pada pa ra sa lir a ba tir al execrable en emi¡w. El Congreso en p leno le otorgó el man do y Degolla do salió d busca r a los asesi n os cayendo en una emboscadd en el Montp de la s Cruces. Disper sos sus soldados, an te la sorpresa se> deshand aron. el Gral. Degoll adu tra tando de hacerlos r eco bra r la m or a l los in cr epó con voz de trueno, sus pa la bras de a lien to llama ron la atención del en emigo Cl ue por ell a s recon oció a l jefe v sobre él se la n 7.aroll; en ese m omentu el ca ba llo que m onta ba r es bHló y Degollad o ca y ó a l su elo: cu ando tra tó de leva nta rse, un a multitud ebria de odio lo rodeó y lo acr ibilló fu r iosamente.

l ;na ve/. mús el COllgreso ardiendo en ir a pidló un cast igo ejemplar para los reaccion arios y se cu mi sionó al jovclI genera l Leanclr o Valle p~ra Clu e ,ali era n comhatirle),;.. v otra vez el Monte J e la , Cru ces fu e Ja tal para las fLH~rzas libera les. HoJ eado Va]) ", qu e tení a ram a rlp ;t-' r va li pn te bas tu i.1 temer idad com batió hasta que pi parque se ag otó <l su cu adro y entonces or denó romper el sitio. ' Se lan zó a ca ha llo so brp las bIas en emigas y consig LlJ ó pasa r po r en t re ellas pero poco despw;s fu e deteni do. Conduci do ante ,\1á rq uez es te orden ó de in m e(tiato e l I'u silam ient o. Llevado 0 01' el asesin o d I' Oca mpo, L illCloro Ca jiga , se le form ó el cuad ru_ -- "" Quién ha ordenado mi f usilamiento?" preguntó: A lg uie ll le di jo ( 1LIe .:vlá rq U éL - " Hace bi en, respon dió Va ll e, pues ,;¡ a mí me hu hiem tocado tom a rlo prisioner o. lo fusilo sin pieda d". Se presen tó un ~acerdo t e p re ten diendo confesarlo. Valle le dijo: "No pierda Ilsted el tiempo, pa -

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dre, no m e confieso, no creo en eso pero en cam bio, le obsequio a usted mi capa". . y despojándose de su h ermosa ca pa gris de campaña la puso sobr e los hombres del sacerdote. Después obsequió su s fina s botas feder icas al coron el Ism a el Piña y pidió le permitieran escribir una car ta de despedida a sus padres. Con firme pulso es cribió: " En el Monte de las Cruces. Junio 23 de 186 1. - Pa dre y ma dre queridos; herm a n os todos: Vaya morir porque esta es la su erte de la gu erra y' n o se hace conmigo más que lo que YO hu biera h echo en igu al caso; por man era qu e nada de odios, pues no es sin o en iu sta revancha. He cu mplido siem pre COn mi deber ; her m anos chi cus, cum plan u s lLdes v que nuestro n ombre sea h onrado . . .". Se quitó del cuello una ca den a de or o con una meda lla que su m adre se ha bía empeña do en puner le a n tes de salir a campañ a y se la dio a l cura diciéndole: - "Le su pli co devo lverlo a mi m adre di cién dole q u e el santo ese n o es m u y mil agroso" . Sacó de su bolsillo el diner o que tenía y lo en tn egó a los soldados que iban a tira r so bre él y a l ver Cl Ue pr etendían fu silarlo de espaldas dij o: ' - "¡ Por qué m e han de fu silar de espa ldas) ¡ A q uién soy traidor? " . y como le dij eran qu e er a la orden term in an le de Má rquez, respondió : - " Lo mi smo da m ori r de frente q ue de espa lda s. L a pa tr ia escogerá" . :vlárquez hiza colgar el cuerpo a u n árbol dicien do: - " Estos jóvenes de va lor y ta lento son los peli grosos y SOn los que debem os h lcer desapa r ecer" . J unto con Va lle fu e fu sila do su ayudante, el francés Aquiles Collín , joven revolucion ario que se ha bía unido a los combatientes por la liberta d de ~éxico . Se h abía sa lvado del desastre, pero al saber Cl u e su jefe es ta ba pri sion ero regresó y se pre,en (ó a l'VléÍ r q uez. ' - " ¡ Quién es usted ?". Le preguntó el fiero r eaccionario. - " Soy el capitán Aqui les Collín, ayudante del gen eral Va lle". Nlárquez no tu vo má s que u na ualabra : - - ·'Fusílenlo".

Pasará e l tiem po, Vendrá el imper io y con él la gu erra sin cuartel amparada por la Ley de Ma ximiliano de fusilar sin piedad a todos los prisiolleras de guerra. U n o de los gen era les más leales, José María Artega, que h abía hecho una larga guerra contra los reaccionarios, cayó prision ero en San ta Ana Amatlún , traicion ado pOI' el Tte. Cor o Julic'lll Solano y el capitán Pedr o Ta pia, compr ados por el en emigo. Fu e lleva do ante el Gral. M éndez, --" Tengo órdenes precisas del emper ador l\Ila ximiliano - le di-jo ~éndez a Artega- , de fUSIlarlos a todos u stedes, pero na da más lo h a r é con los jefes" . --,"Cumpla u s led con es a ~ órden es" le r espon dió tranq ui lam ente Artega . Los ¡efes eran Arteaga, Carlos Sa lazar, Villagó m ez, Díaz P arach o y Juan González . Cada un o de los prisioneros escri bió una ca r ta de despedida a su s fam iliares . Arteaga escribió a ~; 1I nla dr e : --" .. .no de-jo otra cOsa qu e mi nom bre sin man cha .. y efectivamente eso deja ba , Siendo gobernador de .:vIíchoacún, se le presen tó el director de las escuela s del Esta do diciéndole q ue su s pr ofesores ha cía tiempo qUe no cobraban. A1'teaga mandó llamar al tesorero y le dijo: --"; Cuánto diner o tiene u sted?". - "Doscientos pesos" r espondió el empleado.

--" D ele usted cien to ochenta a l señor director para su s profesores y guarde veinteuar a el correo" . y a cto seguido, saca ndo su reloj de oro, le dijo a su ayudante J acinto H ernández - " Dile a Jiménez que m e preste cincuenta pesos por este reloj y llévala s a mi mujer que está esperando pa ra hacer el gasto del día ". (Jiménez era un empeñ ero de la localidad ) . En a quella ocasión muri ó también el gener a l Carlos Salazar, uno de los republicanos m ás va lien tes. Sorprendido por la traición de Sola no y Ta pIa, se encerró con unos cuantos de los suyos en una casa y desde allí se batió ha sta agotar el pa r que. Obliga do a r endirse, fue lleva do ante el coronel M éndez quien le hizo saber , a l igual que a Artea ga , la orden del emper ador. Sa la zar pidió úni ca m ente escribir la despedida a su m adre en la que le dii o : - " ... ba jo a la tumba a los trein ta y tres aflOf. de eda d, sin que haya una sola mancha en mi ca, rrera m ilitar, ni el m enor borrón en m i nombre. No llores m am á, ten conformidad, pues el ú nico delito de tu hii o consiste e n h a ber defendido un a cau sa sagrada: la independencia de su pa tria .. .". Dela nte del cua dro qu e iba a fu silar a los CUl co prisioneros a l m ism o tiempo, la seren idad de to, dos fu e gr andiosa. Arteaga dii o: - " M uer o defendiendo la integrida d de m i pa tr ia, n o conlO gen eral, sino como m exicano". Salazar, fi er o y orgulloso, se desa brochó la camisa y señaló a los soldados dónde tenía el corazan diciéndoles: - " Apunten aquí , porque a los desleales les tiembla siempre el pulso por el rem ordimiento. Voy a en sefwr cómo muere un leal republicano" . M ientras esto a contecía, un grupo de person as que sabía quién era Arteaga y admira ba a Salazar, se acercaron a la emperatr iz Carlota pidiéndole in, terviniera con l\IIaximiJiano pa ra qu e no fueran fu silados los pr ision eros. La desdeñosa princesa r es, pondió: - " H ay q ue m a tar a los bandidos para que S11'"an de eiemplo de m or a lidad" . Poco después el coronel Méndez fue ascendido por el propio M a ximiliano por este hech o de armas, enviándole una ca r ta per sonal de feli citación.

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algunos arIOs se venia invitando a México para que participase en la fa J n mosa Trienal de Milán; la exposición de ~__ . artes industriales y aplicadas modernas que viene celebr á ndose en la ca pital lombarda desde hace más de treinta años. Ya en 19'14 trataron los di rectores de la Trie na l de formalizar la participación de nu es tro país, pe ro circunstancias de un tipo y otro - ¡es tan tlifi cil promover c ualqui er cosa !- impidier on tam bién en esa ocasión qu e nos adhiriésem os al gran e veIllO mi lanés. y defraudaron una vez más el interés de los italianos üm igos de Méxi co. "CE

Acababa apenas de cerrarse la décima Trienal a prin cipios de 19')'1 v el que escribe se encontraba en Itaha gozando de una beca que el gobie rno de aquel país le había co ncedido para estudi ar asuntos de urbanismo, cuando un amigo le escribió desde México pidiéndole daws sobre la Trienal de Milán, para hacer una información periodística. Esto ocun'ía en Roma, y había quP empezar por averiguar quién podría saber algo de la celebración mil a n esa . D espués de algunas investigaciones pude localizar al propio presidente de la Trienal. que resultó ser un gran amigo de M éxico : el senador italiano Ivan Matleo Lombardo, quien , ante mi interés por el asunto r es ultó ser tan gentil como para invitarme a ir a la ca pital del norte para ll evar a cabo allá, y en la pronia sede de la exposición las investigaciones que necesitase. Una vez en Milán, la gentil eza del secr e· tario ejecutivo de la Trienal , comendador Tomasso Ferraris, m e abrió de par en par las puertas de los archivos de la institución, y así pude: conocer en su propia fuente la historia de treinta años verdaderamente interesantes y fru ctíferos: desd e que la que ll egaría a ser Trienal de Milán era una modesta exposición de muebles y artesanías e n la vecina población de Monza, hasta los días del presente en que la institución mi lanesa ha bía llep'ado a convertirse en una asamblea de la mo· dernidad europea. En aquella celebración, la décima, la dimensión europea se desbordaba ya por cierto en un ámbito internacional ; habían participado ya unos doce países - -Estados U nidos, entre otros- y podía prever se ya el advenimi ento de la gran presencia de Am érica . P ero faltaba México, que a mucho s milaneses interesaba especialmente, y la invitación que había vuelto a hacérsele no había dado resultado. Después de dedicar varios día s de aquel febrero de 55 a sa ber qué era y qué había sido la Trienal , m e sentí con la posibilidad de cooper ar en un nu evo intento para invitar a nuestro pais, y '<11 efec to obtuve de los directivos Lombardo y Ferraris una ex traordinaria ca rta en la que se me soli citaba ofIcialmente mi interve nción ante las a utoridades mexica· na s para volver a invitar a nuestro país a tomar parte en la sig ui ente Trienal de Mil án. D espués de eso, y una vez que envié a México .la información que se me soli ci taba, habían de transcurrir todavía largos meses de permanencia en Italia antes de qu~ fu ese posible iniciar gestión alguna en México. Pero en cuanto volví al país a fine s de octubre de "" inicié un planteo del problema ante el senador Julio Serrano Castro quien inmediatamente me puso en COlltacto con el licenciado Miguel Alvarez Acosta, direc tor del Instituto Na cional de Bellas Artes. P ero este tipo de cosas son lenta s, y las promociones que aparentemente no inciden de modo direc to e inmediato en la vida nacional, tien en que abrirse paso, pese a la buena vo · luntad de las autoridades superiores, a través de las alambradas de púas del trámite y la burocracia, responsables de más de un atraso en la marcha de la yida na cional. Así, otros largos meses habrían de transc urrir en gestiones diversa s hasta que por fin, en agosto del año pasado, se logró qu e tanto el señOl' Presidente de la República com o el secretario de Educación Pública patrocinasen la empresa y autorizasen al que esto escribe para in tegrar, bajo la presidencia del licenciado José Angel Ceniceros, un comité para proceder a l a organización definitiva de nuestra tarea en Milán . Ese gru po de trabajo tuvo como yicepresiden tes al licenciado Alvarez Acosta, director del INBA y al arquit ecto P edro Ramírez V ásq uez, presidente del Colegio Nacional de Arquitectos, y contó además con el arquitecto A lberto T . Arai, jefe del departamento de Arquitectura del INBA; con el maestro Victo!, M . Reyes, jefe del departamento de Artes Plásticas, y con el arquitecto José Antonio Gómez Rubio, especialista en exposiciones y mu seografía, a quien se confió el proyecto arquitec tónico de nuestra exposición. El que escribe fue designado vocal ejecutivo atendiendo a su conexion con la Trienal de M il án y a su larga tarea de promoción en este asunto. L a tarea de planear el tipo de aportación qu e con· \'en dr ía llevar a Milán fue bastante difícil y fue motivo de una prolongada consideración. El problema nues tro desde luego consistía fundamentalm ene e n ll evar a cabo un primer acto de presencia ante un con junto de P?íses de larga tr<ldición tecnológica y a rtística que 1lor di versas razones (m e refiero especialmente a los países europeos ) tienen de México poco o ningún conocimiento. Había, sí, el antecedente casi aislado de aquell a gran exposición de arte mexicano que r ecorrió el norte de Europa hace algunos años, y también habí a sido vista en algunos de esos países la ya famosa exposición foto · gráfi ca conocida con el nombre de Cuatro mil Años de A~qu ite ctura M exicana. Pero desde luego, una e xposi· clOn de ?cuerdo con el espíritu, tradición y progl'ama de la Tl'lenal de Milán no h abía sido pla nteada siquiera. Por otra parte, Méxi co no podía repetir una e XDOsición de arte, y tampoco pre tender competir en ma tena de novedad en diseño industrial y técnico con países como la propia Italia o como Suiza, Al emania o Suecia.

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Entonces decidimos que el núcleo de esta primera ..participación nuestra en Milán fuese una nueva interpretación; una segunda edición a umentada y disminuída, por así decirlo, del espléndido conjunto fotográfico que resume la historia de nu estra arquitectura. Con esta idea, se mandaron hacer nuevas fotografías de las rea · lizaciones recientes en materia de a¡'quitectura y de conjuntos urbanos, e igualm ente se agregaron fotografías de elementos de mobiliario recientemente diseñado para nuevos edificios en M éxico. Para esto, v a se habí a pre· cisado que esta ex posición fotográfica en su forma original SP encontraba depositada en la Embajada de Mp· xico en París, y que lo que procedía entonces era re · cogerla allá. llevarla a Milán y entonces renovarla elI minando una gran ca ntidad de material prehispánico y orecortesiano y agrega ndo las fotografía s recientemente organizadas, como efectivam ente se hizo. Con el criterio de que lo má s inter esa nte y más va · lioso que pudiera presentar México en Milán es su arquitectura moderna, se concibió nuestra participa Ción centrada, como ya se dijo, en torno a este gran tema. Pero, además de esto, se concedió un importante Jugar a las artes e industrias populares, al mueb le moderno. a la orfebrería contemporánea y desde luego, a la anl · bientación generaL museográfi ca y artística de la P .' posición . La Trienal de Mi lán se ha venido celebrando en los úl timos años en un edificio especialmente construído para el efecto que fue donado por el fi lántropo e industrial mi lanés Bernocchi. Se encuentra situado en un extremo de un hermoso par que en el corazón de la ciLldad, y lleva el nombre de Palacio del Arte. En ese edificJO escogimos uno de los mejores y más amplios salones. con un área de más de trescientos m etros cuadrados :Y una altura de casi doce, y en ese espacio proyectó mi colaborador el arquitecto Gómez Rubio, de acuerdo con el comité formado, el arreglo de la expos i c i~n . El pri mer problema era hacer va ler las generosas dimensiones del local escogido. Mi entras que la mayorí a de los países participantes hicieron bajar los plafones hasta una altura de unos tres metros, nosotros en cambio, planea mos desde un principio que precisamente esa dimensión excepcional fu era uno de los elementos importantes de nuestro salón . Una enorm e cortina de algodón tej ido y estampado a mano, obra dc la firma Riggs-Sargent y de la ¿ecoradora Esperanza Velasco cubría en toda su Ion· gitud y en toda su altura el muro oriente del salón , y uno de los fotomura les más grandes que se hayan h echo en México, producido y diseñado por la artist a Maria Teresa Méndez se leva ntaba espectacularmente desde el cerramiento de la pue¡·ta de salid a en el muro nor te ha sta el tech o del salón, y en general la composición que se ll evó a cabo y que refinamos hasta su último detalle en los mismos días que precedi eron a la ina u guración, tuvo como sentido fundamenta l hacer valer el gran espacio de que dispusimos. Era interesante advertir cómo el público que visitaba l a exposición, fatigado por la estrech ez y el exceso museográfico de algunos países, cuando llegaba al salón de M éxico descansaba a sus ªIichas y tomaba asiento tranquilament e respirando por fin un poco de libertad y de espacio.

MElito MILAN MÉXICO

participó en la famosa Trienal de Milán

Las opiniones que el arquitecto Gómez Rubio y yo recogimos todavía en Milán fueron sumamente favora bles para nuestra participación. Directivos de la Trienal , arqui tectos de la exposición, compañeros participantes; público en general tanto italiano como de otros países de Europa nos dijeron que nuestra exposición era a udaz y original; que era distinta de todo lo que habían presentado los demás países; que daba a l a Trienal en esa ocasión una nota diferente : que México se nresentaba a través de lo expu esto como un país adelantado, vigoroso y profundamente personal. En ocasión de una conferencia de prensa que organicé en el propio salón de México poco después de inaugurada la exposición, tuve el gusto de saludar entre el público a la señora Gilles de Lafont. secretaria de la Asocia ción Internacio· nal de Críticos de Al'te; a H enry Russcll Hitchcock, del Museo de Arte Moderno de Nueva York, v al arquitec to y artista George Mo lnar, de la Universidad de Sidney. Estas t res personas expresaron en esta ocasión un grall entusia sm o y una gran simpatía por lo que había logrado México en su primera participación de la Trienal de Milán. Es oportuno, y es de justicia hacer notar que sin la activa e inteligente colaboración de algunos amigos mi laneses; los directivos y funcionarios de la Trienal, los arq uitectos de la misma, y muy especialmente nuestros amigos: los señores Luciano Colombo v Ettore Setti de la firm a ARTES, que ll eva ron a cabo nuestro proyecto, las dificultades con que hubiésemos tropezado en Milán hubieran sido casi insuperables. Sin el a uxilio de las per son as di cha s; de nuestro cónsul en aquella ci ud'ld :v de los agentes aduanales de la firm a Gondrand Hnos .• hubiera sido casi imposible abrir nuestra exposI ción en aquel famoso 27 de julio en que se inauguraba la U ndécima Triena l de Milán. Afortunadamente, aquella calurosa tarde de julio. después de dos días de casi no dormir, y habiendo re· cibido la mayor parte de la ca rga marítima una s horas antes, con un retraso de casi 15 días, pudimos terminar el arquitecto Gómez Rubi o y yo nuestro trabajo pocos minutos antes de que su excelencia Gioyanni Gronchi, presidente de la República Ital iana entra se al Pal acio del Ar te a inaugurar la Trienal. El salón de M éx ico fue el primero que visitó Gron chi, acompañado de nuestro m ejor amigo: el senador Ivan Matteo Lombardo, presiden te de la Trienal de Milán.

Arq. MAVRICIO CiOMEZ MAYOR CiA

--------------------------------------e

LA

TRIENAL

de Milán es una de las más importantes


FRACjMENTO DE L TRANSITO D E FVECjO e--------___________________ ( ,ORO

1 CORO

t ' n air(' illlll Ó\' iL UlI a ire a p f' n a~ alt o y h il b ila blf' . la to m ó por e l bo rd p ~i ll Iw rirl a, Luego d ijo qu e sí , ql1 f' la qu e r ía para d f'c ir qUf' s i CO II Olu c h a , ~í l a ba" y a l pa sa r po r la s,11 ,,(¡ lo c' nt o rlla r la. IHIll Ca Pll 'P llilrl a . 1I0.11lll1 l a (' 1"'Plla rl a . Il i nlh lf' J'a r ,u paz i II n¡]lI e ra bl e ,

H a b ía ulI a \'f'Z ,

AlRO U Il <1 VC L

CORO elil a d

AIH '\ lIabí a lIll a

H! / . ,

ca ll a d ,

d o rlllid

AmO

L l "i (' nl o la Il e yó r O/ h igo e lltrp "" , rú fAg<l ~, Hubo lIll Ip \'f' (('llI bl o !' dp ri(' lo d d f'll lro :'

Am A

p r;¡ d p rd S \' a olro la bio" !l(' rd i(' r o ll' limbos. ja , p(' <; \' ge r a n ios ;

Ccdl CJf'r ,

.-\hí n o f's t a ba , D ólllk f'" laría lo jOH' Il, lo iJlll o lllb n:l bl e . ('1 II Oll lb rf' el f' l)(' rI'UIlW q1l e IC' dif' r a F I (; lI <l rd i:1 I I dp la colm e u a 1 , .'.<¡l lt"1 ql lP la Il e\'c¡ h,l r o l' sóli d a" lUlu l,h , di;ll ld l'O'; CO ll flf' llh ,1 dC' c¡rcilJl ge l.J

d

ABEJA

Sp 110 r. Spj¡ o l'

(; lIi l rd

iú 11 , l! p o h 'id a d o p i 1I 0 mbrc qu c m e d i, ll' : pNd ól1 a Jll P PII p i 11 0 m brp d e l a gua. tlP l p a n y la m a lla u a ,

I lc' J! p("l d o cO lllra li. cO lllra la h o nd a pa la b r il . contra 1,1 gra n dlll z llra e difi ca d a ,

cono Ci pl'ld \' C '/. . e n pri m él\'e ra . LlJl d a be ja l)('rdió su m il'! a l rp g re ~ a r l ; 11 a irr inmó\'i l

y d \ it' lll o ..,c J1 p,,(¡ 10 (jll e o hid a bc¡" él

AIRO l'

Un ai re illll lÓ\il ,

lll l g l',l ll , lIt 'lleio ".., ulll it') 10 (fU(' ('1 \' it' lllo d l'ja lu . lo s h c cllO ' COl! n ú lll Pr o, cl p ni l'\'e.

~ llJll Ó

\ h 'lIlra s tu (,¡['; l dp aU l' jil li p!llbl a \' se sobrpcogt" pl1 rg'd lu pe lld ,

1: 11 lI iÚO

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y rlO u i jo llaua ,

cono j D o rm

; (;r<1\ p r pC<ld o es o h ' idar Jo - n on lbres!

la colme na .

id COII lI1i s pa la urd ~ I

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I ,a a bej a,

D o r'llJi r palabl' a~ , ,

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L;1l

g igantf' d e n ll lO d e-,f' JIlbocaba f' ll poI por (, Illrt" 10<; paú a le, y los signos,

perd id o 10 qUf' f'r a S il h úm e da ef ica cia , - la a bf' ja q lle cambió s u pcc h o II I1 C \ ' O po r llll p ec h o dp únge l-d e sa ndu \'o con r e llo \'d do a cclll o la s ltIú .,ica s csca la s que ya n del aZ Úel l' a l Il a rd o,

Il il-IU'

\k d up l(' m u e !lo pI 11 111 0 tO Il pd CiCll Cid d e ,ti ,, : II]P dll f' \(. ,di ;, P Il [¡¡ «(' ra , 11 1(' uu c lp a q lli PII los rlli e mb ros pe ql l eú o~ d p Il li :\ !g ll ie ll de be sufri r p a ra qll r

11 0

, tl n lé!

pCl'eZCi I l u lilldj e.

P o r lu C<l¡l'd . \¡iI «(' h o ril '. kl oh id<ldo. lo q ue lLI <lu aJld o l],¡.., Il' 1' 11 la lll C'lllori a , , ' , T udo e , CfJllfll -,iÓIJ (' 11 e l ('u j<i lllbre,


EVNICE ODIO

---------------------------------------------------e Pr('g lllll dJI e l 1I0mbre. la pa la bra ... , -"di p la .;ah,...

Sula pI ,'(',is le es tp lIimbo t' n la ca nl(' . So lo pI con su d e lgad a pac ipll cia de ala

D phi,[(' n'co r d a r Qu e ('!"(' " ull a ch i,;p<I d(' 1 g r d ll l ue rpo d or a do. \'a go IlIltl tipl o de la g ra n unidad qll P sin t' lI lba rgo pn ti .;e nlultipli ca . de ti part e. a ti ot or gd su impulso \"irgin a \.

¡Gwíl'dalp ('1 ro ~ tro. Padr(', tú que lodo lo gllarda s !

; Po r ti. (' /1 \" ez d(' a/l PI1i Oll a s. e ll /l acp r:J11 ru i ~ e ú o res !

Y a ti ¿qUl en te lo guard a )

H 'Z

dp ro sa s.

U p aqlli quP tú , arti cul a d a bri , o. de la mi e l e re ~ sombra . ~ il e /l c i o d (' tu es tirpe, d ba nd on a da (' 11 lJ'a ila d p la.; fl o re, Ol \i d¡h le Id <1 c titlld illfinit a qu(' lIll , o 10 li,'io a SUlII l'. Id 11l/" qu l' Illi enl!"a , ( rele ll , at (',orall lo~ tall o,;

y un i! a Uli a, la, p a rt e ~ d pl todo 'lo. co nfund('n , ¡ P or ti e, tú turba da y di\" idida la ~o llriente ulIidad ! ¡ Por ti ' 1I e str(,llIerid a p('t'fp('ción , e quie bra larga · llIell te' ! .\ ]¡. p l T ql:p lI L pa , ¡¡I'l', pOI" tu r ostro ' 1.

Si un <., 0 10 pa so di (' I'a por tu bala . 1(' d(' ,¡1l1IId"rÍ a pa ra , ie m prp .

ABEJA

EL GL\ RDfA:\f

1l as di spuesto que sea el fid f'di g n o. CO II

P('l'O t¡¡J] gra n ¡)('r ado cO lltra tll e, tirp p. di g n a d(' I ( h ¡llamo,. It a d p paga rl o ('1 fidedi gno .

S lI

la pa .;a da pri m a ve ra !

\" (" peso pi ( lI prpo. , í. P' !J("O e l c uerpo. (' 11 ('1 l1l11bra l d(' lo s tri ste s a h "éolc, tllt pla reo, y e l1 cil n f' cido el flL('gO

v , ~; " Lp ,

ABEJA tú. D d rd ll HLío. ' d bp, tú ('] n Olllb rp ?

largil pa c ien c ia de a la

EL C;PARDlA:"o: ; A.llda l Bu ~c a al qu e te daní e l Jlombre, pI lo sa be de sde antes de la o cosa s. Su oficio es reparar.

~db p! !I o ' ( " p llO!llbll' PII p",,, do. ¡Jt' tr i ricl do. IplI tu. iJII per fe( lo.

ABEJA

Ppro \ " <1 !lO (' ~ ('1 Jlli - lll O. Yo qll i(' ro UIl Ilolllbrf' a nti g ll o (' 1: cont in uo 11l'c, Pllt e

POllPr do nde s(' osc ureCla la tieni! uJl a a m a pola

l\" L OBO D r' ja c into NI ja cinl o dpse lHPd ó CdIllLll O' . Se perdió bu scilndo un luga r en las fe cha s: lugar quP le d i(,l'a ~. u espa cio Id pa , ,,da prilll a \ PI'a : e ll a qu e ll a prÍma\"cra de plata , donde la miel per dió su Ull

él

:\"0 tie np mi el e n pI co' tad o. ni o lor e n "¡ l ~ i ll1 ie !lt e.

.'\ BEJA

-' la., . ., i le ago DJO. /lO podr:" sufrir \" PlIl olllrarl o, :\0 qu ipro qu e pad ezca .; . SP r a uda .

I Qu p pe ll a dp lil a b(' ja qu (' , (' fu e po r e l pra do

DARDO .\ quí l1a di (' lo , a bp. T C' Il PllI O, !Io ti c ia dc tu pf; nli da ; pe !"ll Jl a dd dec in lO '. F , ta lllO, , pil ada s. , in ru ido, illlll ó\" i l(' s g ira nd u. .'\BEJ .'\

DAn.DO

f 'JI

\I ie nt;'a s bu scas, ha de pllrgar d /liilO ull a I")('lla de a be ja,

Aquí 11('1110' d p e, ta r porqu e d e pron to e l h Olll o r' n os r ec u erda ,


y él l mom ento h emos de rodearlo. (Sino ¡qué miedo! )

A BEJA

ABEJ A

y si me pierdo, ¿qui én me encon trará ?

¿Lo sabes?

y todo vu elve, al punto, de su au sencia : Se alegran de su forma las esferas, la rosa se dirige a su perfil, vuelve un mayo a su órbita, entra en su tallo el lino. D espu és una codicia n u eva consume al que recLH~rda, y olvida los bienes recordados. Entonces la rosa se interrumpe, entra en la u va el vino, yo n o sa lto ; y todo permanece sin ruido, sin mowrse . ..

pídele al hombre qu e recuerde ABEJA

Todo lo sa be el pasado, todo su s h abitantes vacíos y

rcpent ~l1os

VI

¡Ha vuelto desandando pesebre y arroyuelos, solo rindipndose a su peso de oro!

A BEJA e escuch a como un ruido de Dios

DARDO

ALONDRA

A llá estarías SI no hablaras conmigo, toda tú en un futuro de hoja s y de años, en húmedos traba jos los muslos y las ala, y con un vestido a la moda de las amapolas

Es octubre que pasa cen su pueblo de hOj iiS A BEJA ¿Estú en octubre el que h ace las cosas?

ABEJA

ALONDRA

y la alondra , ¿lo sabe ?

DARD O

Eso dij o brotando la enramada

DARDO

Te lo dirú la primera alondra del año

A BE JA

Tal vez ... la eligi eron unánim e los árboles. Ha de ser muy fragante

ABEJA

y fue aquí, en esta primaver a pasada, donde el (viento ... DARDO No h ay viento en esta parte de tu viaje. Repito que estamos inmóviles girando. Al viento le encargaron la otra primavera y se ha ido a servir la; a hora mu eve la fronda, lleva el agu a del tiempo, en otra parte de sí m ism o . ABEJA

ABEJA

¡ Buen viaj e por el pu eblo de las h ojos!

¿Cómo iré tan lejos?

A BEJA DARDO

¿Vive aquí el qu e lo sa be ?

Lejos estú la alondra en tu memoria.

N IMBO

Irás en un relámpago.

Pregúntale a la Altura . Ha de parirlo ella entre los rayos ;

(Por dentro abre la luz; por fuera la custodia )

después na cer á en m í.

ABEJA y

A llá en la pnma vera que vendrá . ..

¡ Voy a segu irlo! AL ONDE A

La al ondra no estú aquí Sll10 en la prima vera qu e vendrá

SI

A BEJA Dime, Altura del aire, dime, presen cia, longitud del cielo

caigo, ¿quién me levantará? DARDO

ALTURA

DARDO }~a

Lúmparas ma tinales con crespo paladares de crista l

ABEJA

No me oye. Yo vivo en un sonido qu e se reclina en su oído sin tocarlo

A llá en la prilnavera que

DARDO

DA.RDO

vino

U na nube, de pie, te sosten drú el aliento y 19 blQndo (:ª9<;r9 virginal

Después de la

e

~---.

EXD~nsión

h e de alumbrarlr


ABEJA ¿Mu chos alumbrami en tos encender án su carne :

¡r

T ú en tre todos no lo conocerás

ALTURA

Un solo alumbramiento su cesivo

VII

AIRO

¿Allá, en el pie de D ios se consumía? ABEJA A BEJ A Dile que vengo a preguntarle Allá tenía final cu an do em pezaba en la tierril

LA EXP ANSION Vive, m as no h a nacido

LA EXPANSION

ION

Nada r esponderá Ven go de la palabra de El Gu ardián

ABEJ A

Dime cómo lo llamas

este lapso irisado, esta apa r tada clar idad, blan co clavel se llama

LA EXP ANSION

LA E XPANSION E n u n lugar de mí que y a conoces

H ay un lugar del aire, un lucien te dominio don de pace n evando la blancura;

A BEJA

ABEJA ¿D ónde está el Vigilan te ?

ION

I on. na die du erme. n adi e te deja solo, na die parte. '

A BEJ A ¿Vive aquí el h acedor?

1l1á en el pie de Dios se consum ía acababa sin término. Su movimiento era u n perfume inagotable, espesa y sonreída su corola, alta la hu medecida forta leza.

CORO

Yo estaría ya en tornada si antes h u bieras dicho El Nombre cuy a prim era sílaba es m i cuerpo, con cuya duración m e dilato eter n am ente fi ja, quieto mi cen tr o, velozmente inmóvil.

A BEJ A No volveré a pecar ION

LA E XPANSION I on, e1 gen erador, el en trafia ble AIRO

Entra, La s abejas te esperan. T odo es confu sión a11;] en tu Cilsa .

par a qu e y o t e abra la puerta de la tierra

Ve y diles que el obj eto, recobrado, 113 vu elto a ser idén tico a sí m ismo ; qu e te h a sido devu elta la llave de su cu erpo. íntegra y poseídil para SIem pr e .

VIII

Conozco al n iü o

.

cono ¡Silen cio !

A BEJ A Ohidé el n omhre que m e dio El Gu ardi;]n de la colm en a

A BEJ A

AIRO

Iré y jamás la perderé

ION

Sabem os dónde están comen zando su s huesos CORO Nadie lo con ocerá jamá s AIRA M ás robusta es su voz qu e el cu r so de las agua s

ION

Habla de lo olvidado

Sea contigo El que todo lo guarda A BEJ A

A BE J A

T enía los atr ibutos del rocío, los bienes y el crecer de la mañana ; y tan a}jgera do el color, q l~ e cU2n do com en zaba,

Sea contigo , poseedor de las cosas, una pa labra fí sica de D ios.

\


II doncella tendida es un continente virgen inviolado bosque rodeado de misterio . ...y _-.:,.........,¡.:>;:

la cabellera pájaros encendidos orilla de los sagrados,

La infancia de los ríos se llena de ¡Jt::llg,¡,-\,!::. ; no pueden andar solos, se pierden en la muchas veces se agostan por oír a los páj o al saltar un abismo los pulveriza el viento. No hay nada más hermoso que un río adolescente. Su piel es de leopardo con islas como manchas, ocultas esmeraldas le brillan en los ojos y luce un vello fino de sauces adyacentes.

y en los tobillos de oro los címbalos reviven el espectro remoto de danzas primitivas.

Las barcas como novias se duermen en sus brazos.

Inmóvil y desnuda es sagrada como los bosques.


arena y la falsa luz que él mismo desataba . & :a, todavía , un <Íngel en el tiempo condenado a monr. La ala rma de los lugares visitados se adelantó a ~u vuelo _ El halló ciudades vigilantes, pertrechadas ; no dirigírsele innecesarios telescopios, vio astrón?mos encan ecidos que lo aguardaban con azoro Saple?te y manejaban compases y rayaban map.as y fr~nCIan sus ceños cuando él se diluía en la clarIdad; VlO pueblos arrodillados vio tumultos y velocidades hormigueras entre las ' pa~edes. hondas de ,1<;>s edificios, .v i.o rostros mansos y VlO mIradas profetlcas que adIVInaban su terrible misión. Cruzó impasible, en el tiempo de la siesta, sobre la desesperanza de todas las manos que había en el mundo.

IV

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Sereno y con las sienes fresc as, como el despertar que ü'ae el alba al fin de la fiebre, como el amanecer tras de los vidrio s lívidos después de una noche poblada de monstruos, como si el resto innun;tera?le del mundo no fuera consternación o presentIda mminencia de derrumbes colosales y no hubiera va indicios, por dondequiera, de inapelable horror:. las aguas de los lagos, erizadas, las nubes desp?vondas o lentísimas o al ras del suelo en algunas reglOnes, el tronar del hondo que percibieron los enfern;t0s, ~a vaga inquietud de los espíritus fuertes, el sllenclO seco alrededor de los monumentos, la inmovilidad de los ríos cu y os torrentes parecían la sa~gre en las vena s del cadáver el sol duro y la OSCUrIdad de alguna s playas, el ¿let~ar de miles ,~e alas r?tas que oyeron los niños, los mcontables paJaros .hendos que empezaron a caer por todas pa~tes, los rmcones ateridos donde se amontonaron los lllseC!OS que se al!astran: como si nada hubiera su cedIdo o estUVIera sucediendo ni fuera a suceder, Matías contemplaba su eterno campo y su sol, dorados, apaci~les, su at~r­ decer - el último del mundo- que nadIe compartla. Fue haciéndose larga la luz, se fue acostando ..Llegaba el frío y el cencerro que campaneaba haCIa el pesebre. Sonaban los follajes sombríos. Temblaba el húmedo lucero de la tarde. La nuca sobre las manos enlazadas, las piernas extendidas, la nariz anhe. losa, Matías se iba durmiendo.

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.=::.:.-o_~_-

V Al otro lado del mundo , descendía una oscuridad . , lodosa. En ninguna casa, en nin~una calle,. en nmg~n mar en ningún herbazal y en nmguna mIrada haCIa la l~z propia o aiena, ni el más humilde esp~endor, ni la más leve esperanza de que una luz dIstante fuera reflejada. Nada se distinguía, nada olía a nada, nada tenía consistencia, nada era doloroso o dulce o agrio. La oscuridad venía de ninguna parte y se apretaba más y más y cada vez era más ancha .

Ricardo G A RlB A Y e------- - - - - - ----

¿p

oco antes de la siesta, salió de su casa : sin vental)as y de puerta breve. Un viento largo y frio cortaba la luz del sol. Una tenue lividez cercaba los celajes de las nubes -incandescentes. Un susurro, se diría el presagio de una canción o su recuerdo, multiplicaba el cielo de las fronda s. La luz bajaba a plomo y sin mesura; el horizonte, lejos, era una claridad lineal y un halo gris ; había desolación en aquel horizonte. Matías se dijo : "¿ Y este aire?". Porque un aire rastrero se engendraba a cada paso de Matías y se perdía cuesta abajo entre arenillas negras, desusadas. Matías se dijo . . . No se dijo nada, pero supuso que había pensado : "La tierra se agriela" o "Esta no es la misma tierra" o 'Algo cambia", y supuso que había sentido una vaga invasión, como si secretísimo temor le hubiera despertado la luz, de pronto acuosa y parpadeante y luego otra vez calma, o la rugosidad furtiva de las colinas y la sierra hacía un momento, cuando, al levantar la cabeza, sus ojos, acaso enfermos, sorprendieron la crispatura : un vasto horror ceñudo en las montañas y en las laderas de las montañas y en las elevaciones de la llanura y en la l~anura y aun bajo sus pasos, que un instante balbUCIeran sobre la tierra temblorosa. Matías subía la cuesta de la colina ' desde arriba vigilaría sus animales, vería caer el ~ol, saludaría --la mano en alto- el paso diminuto del caminante -que rodearía el alfalfar-, oiría el cencerro ronco y la p~erta del corral, que gemiría, se dormiría con el pnm~r lucero, y ya muy tarde descendería trotando haCIa su casa .. . M~tías y su p~queña casa .y sus vacas y sus frutales tIernos; Matlas y su maIzal, su alfalfa, los pi-

~ ARTES

nos; Matías y su llanura y su colina; sus dientes fuertes, su blusa abierta, su sueño poderoso; Matías y sus manos simples, y las montañas .. . lejos. Subía la cuesta entre el fragor de un sueño y se iba descubriendo la llanura y él dijo con grande voz : " ¡Esa llanura parda!", pero nunca la llanura había sido parda, pero él entonces no lo supo porque se revolvió de pronto, cayó, se levantó -la congoja agarrada a sus mandíbulas-, y sintió en su dura carne un beso horrible. Del estómago le subía un puñal de miedo cuando buscó sus vacas lentas, cuando subió las manos hasta su boca desamparada ("Pobrecito de mí" ) , cuando gimiendo alzó sus ojos hacia la luz más blanca que había visto y rodeada por aquel halo de acero. Entonces pasó el ángeL .. Y Matías lo vio. Y luego vio sus vacas muertas, pequeñitas. Y vio que el ángel volaba sin rumor y que era enorme y que su rostrO era impasible.

II Cuando el ángel se perdió de vista, todo volvió a la paz acostumbrada: la luz fue de nuevo la del crepúsculo de aquella tierra, las colinas se sucedieron sin fin, y sobre los montes y la llanura apareció la placidez de la hora; los animales pastaban, surgía tranquilo y múltiple el vocerío de la tarde. Matías subía pausado hacia la verde colina.

III Volaba lento, impávido, tras el silencio gnsaceo y las espadas de frío, tras de la arruga instantánea de los espejos y de la piel de las víboras, tras de la

VI Unos minutos antes, mientras Matías miraba la estrella un niño de blusa azul corría con sus cuadernos baj~ el brazo, un pescador -a cientos de kilómetros del niño, sentado al borde del muelle- mordía un pedazo de pan, un indio arriero trotaba tras de su carga en un camino -muy lejos del pescador- , un corO bajo cúpulas anchas ~on~aba eI?-t:e los misterios de un rosario, y alguna SIrVIenta VIeJa de una casa campesina -en otro país distante- hacía su lumbre y arrimaba su agua a la lumbre y se sentaba a esperar junto a su lumbre.

VII Y reventó la sal de las aguas y de las arenas, reventaron los desiertos, los bosques y los lodazales; se desgarró el asfalto; el aire y las nubes se calcinaron y quedó vacía la altura; tronaron todas las paredes y todos los techos y se derrum~~ron, t~ona­ ron los lechos de los ríos, tronaron VIeJOS abIsmos descubiertos en medio de los mares, descomunales cavernas desnudas de toda agua; las cosas emergieron de sí mismas hacia su destrucción, huyendo de un centro múltiple que se pudría; montañas de polvo sepultaron los jardines, donde las plantas se devoraban vergonzosamente, y a la orilla de los minutos horrendos, acurrucadas unas junto a otras, ciegas gritaron las garzas de todos los lugares. En medio de las tinieblas, todo era hondura y la hondura era miedo y el miedo era angustia y la angustia era desesperanza y la desesperanza ceguedad y la ceguedad el grito de las bocas abiertas, exhaustas, las uñas enloquecidas entre las tinieblas que tronaban como explosión de lodo inagotable. Pero sobre MatÍas soplaban aires largos, y la estrella parpadeaba para siempre en sus ojos abiertos.

41


Eduardo y yo nos casamos, fuimos a vivir al pueblo_ Parece grabada para siempre en mi mente y en mi corazón, nuestra risueña c asita, con su prado siempre verde al frente y su rejita de madera cubierta por frondosa enredadera. A un lado de la puerta, la fl amante placa : Eduar<lo Escudero. Médico cirujano. ¡Con qué orgullo contemplamos las letras negra s sobre el fondo brillante de cobre pulido! En la pieza del frente, el consultorio inmaculadamente blanco, con sus cortinillas de muselina a falta de vidrios opacos. Tijeras y pinzas, sondas y bisturíes se destacaban cuidadosamente alineados en la pequeña vitrina con entrepaí'ios de cristal y sobre el escritorio, la pulida calavera con la s oscuras cu encas vacías y los dientes amarillos increíblemente grandes.

<Q

UANDO

..

Muebles de mimbre en la salita de espera; sobre la mesilla, revista s atrasadas y un ramo de ~osa s írescas destinadas a alegrar el corazón de qUIenes esperasen alivio a su s males de las manos milagro sas del médico nuevo. Al principio, la sa la de espera permanecía desierta, acogedora y limpia, invitando a pasar, pero desde que enfermó de difteria nuestro pequeño vecino y Eduardo tuvo el acierto de devolverle la salud, fueron llegando los enfermos uno a uno, con curiosa ansiedad primero, confiados y serenos más tarde. Después de unos meses, nuestra vida empezó a no ser ya tan nuestra: en lo mejor de la velada, cuando mi marido leía cómodamente arrellanado en su sillón predilecto, puestas las zapatillas y la bata de casa y cuando yo gozaba en silencio de su compañía, venían a llamarlo. El nunca se negó a ir. Con admirable prontitud , cambiaba de ropa, tomaba el petaquín y salía. Minutos y horas interminables de espera. Más de una lágrima me costaron sus salidas imprevistas. Al principio, miedosa, le esperaba temblando con . los ojos abiertos y la respiración anhelante. Un ruido en la calle, rumor de voces: -¡ Es él!- y corría ansiosa hacia la ventana. Mas... eran los vecinos que regresaban del cinematógrafo.

CuªndQ ªl fin ll~gªbal ªrrojábame ~n sus brazos llorando, en tanto que él me reñía dulcemente: -¿Por qué te casaste con un médico? Tienes que ser valiente. y lo fui en efecto. Poco a poco, aprendí a esperar. Horas enteras de soledad, bajo la media luz de una veladora, hablando conmigo misma, proyectando imposibles como asistir el sábado al té de caridad que organizara el club, o cuando menos al cine. y aprendí algo más : a renunciar a mis gustos y diversiones. i Cuántas veces permanecí en la sala vistiendo mi mejor traje, pulidas las uñas y peinados para baile los ca bellos ! Y allí fue la velada, sola, esperando . .Cuántas otras salimos de ver una película en lo de ella, y queda ba yo en el coche, en algún barno apartado, esperando.

rueJ~r

La prueba más dura fue la noche en que nació Miguelito. Desde la mañana, sentí un raro malestar y, acostU!fibrada a no llamar la atención de mi marido por mIS pequeños achaques, no le dije nada' además n o era la fecha en que esperábamos que el ~iño lleg~ría. . Vinieron a buscarle para ir a una ranchería, a V 'lrIas horas de camino del pueblo; se trataba de un herido grave y él no se iba a negar. Fue después de Ja cena. Para entonces, unos dolores cortos se clavaban .en mi cintura, pero confiando en que el niño llegaría .dos o tres semanas más tarde, lo atribuí a cansancio a nervios; en fin , a una indisposición pasa jera. ' Sin embargo, a las dos de la mañana los dolores se hicieron más intensos. N o tenía familiares en el lugar y no se m e ocurrió molestar a nadie en esa hora. A las seis, comprendí que el viajero se había adelantado y que no podía esperar. Me acerqué al teléfono y llamé a una amiga de mi madre, única persona que poda ayudarme en ausencia de mi marido. Cuando Eduardo llegó, ya Miguelito reposaba en su cuna.

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~esde entonces, fue menos desesperante m i vida; el nmo ocupaba la mayor parte del día y no me sentí ya tan sola. .

. D os añ;>s despué.s, nació Ana Luisa y al cabo de Clnco, ya eramos seIS. Fue un gran acierto que Dios me enviara a los niños, pues a medida que los años .transcurrían mi marido me pertenecía menos. Días en que no lo veía sino a la hora de comer. Esperar, esperar siempre el momento de verle de conversar con él sobre tantas cosas nuestras. ' Cuando los niños empezaron a ir a la escuela, volví a tener la misma sensación de soledad desesperante, pero fue durante unos días. Después, volví a esperar, esperar siempre. A veces, Eduardo regresaba menos tarde, pero era tal su aspecto de cansancio que no me atrevía a decirle nada . Apoyaba la cabeza sobre mis rodillas y se tendía en el sofá con los fatigados párpados cerrados . Canas precoces comenzaban a nevar sus sienes.

El es mio, mio - pensaba- pero ¡qué lejos está de mi! Lo absurben, lo arrast!-an , lo aniquil'an. Se lo llevan con lágrimas, con ruegos y me lo devuelven fatigado y con una honda arruga de preocupación en la frente. Cuántas veces me decidía a contarle algo respecto a los niños, sin trascendencia, que lo distrajera U'1 tanto, y cuando creía que al fin SU pensamiento era mío : -No cabe duda que se trata de un tétanos - decía- ¡pobre familia! En esos momentos, no sabía si rebelarme o admirarle. Durante años, no escuché de sus labios u n cumplido ; parecía como si yo no existiera y sin embargo sé que era todo para él, que éramos su mundo sentimental los niños y yo, pero aquella otra familia de necesitados, aquel mundo de angustias y dolores fue siempre nuestro victorioso rival.

y una mañana. " los niños" se fueron ' a la univesidad y nos quedamos solos; es decir, quedé yo. El sentía sobre sí el peso de la ausencia mas n o tenía tiempo de pensar en ello. Soñaba en que nues-

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ARTES


de mujer ahogadas en horas de angustiosa soledad. Me quedaba él o, más bien, lo que de él me dejaban: los pocos minutos que dedicaba a tomar un bocado, a cambiarse de ropa, el adiós apresurado, el beso fugaz sobre mi frente. Pero estaba allí aunque no le viera , en el pequeño consultorio blanco. Oía su voz afectuosa: -¿Cómo amanecimos hoy, amiguito?-. Y la respuesta infantil, dulce y confiada, balbuceando no sé qué absurdos silabeos. Allí estaba, le oía hablar, moverse, cerrar la puerta. No estaba sola. El vendría a comer, quizá hasta reposaría unos instantes su cabeza sobre mis rodillas. H abía que esperar.

y esperaba una hora, dos, anhelante como en lo primeros meses de matrimonio, sólo que ya no me echaba en sus brazos llorando : ahora, apoyaba la cabeza unos segundos sobre su pecho para escuchar el latir del corazón, rítmico y fuerte. D esde hace algún tiempo me siento mal. Es algo 'como una angustia que me oprime el pecho y me <deja en el vacío por n o sé cuánto tiempo. Después, el :golpear frenético del coraZÓn que me martillea las s ienes. Mi aspecto debe haber cambiado bastante -pues Eduardo se ha fijado en ~llo y ha, prom~tido: - - Nos tomaremos una s vacaCIOnes, estas fatlgada . Iremos a la orilla del mar; creo que bien lo mere<cemos después de tantos años de trabajo. - ¿Será posible que me pertenezca dur~nte die_z) (Iuince días por entero? ¡ Ah, el mar, cuanto sone con él desde pequeña! Al casarnos, se proyecto un viaje p.ara tod~s lo veranos. Entonces anhelaba lucir un lmdo traje de barlO rojo que exhibían en la mejor tienda de.l pueb lo y sandalias de colores vivos: dorarme la pIel b~­ -jo el ardiente sol tropical. Ahora .sólo pensa?a en ~l\ e n tenerlo cerca, recibir su s atenCIOnes, sentIrlo mIO ; pero tenía que esperar. Aquella mañana dejé tarde el lecho. ha bía salido ya.

Eduardo

U na sensación de completa laxitud me in vadía , así como un deseo incontenible de descanso. Volv] a la cama sin probar el desayuno y allí permanecí quieta sin mover un solo músculo dei cuerpo, pensa ndo. Sin saber porqué, empecé a recorrer men· talmente mi existencia: me veía niña, en el rancho de mis padres, con los rubios cabellos sueltos, trepando a los árboles para coger guayab"!s verdes. ~¡~ S tarde, vistiendo mi único traje de fiesta para aSIstIr él la repartición de premios de la escuf'la. Entonc~s toqué una pieza de piano. ¡Cómo se . en?rgulleClél mamá COn mi actuación ! Arreglaba mIS riZOS y me besa ba en las mejillas. .. Después, el gran día: mi boda con Eduardo y desde enton ces, e~perar. De pronto, algo así como la .luz de un relámpago hirió mi mente y tuve una certIdumbre clara y precisa que me estrujó el corazón llenándome de angustia infinita, negra y desesperada : ¡ la muerte ! Yo iba a morir. - ¡Eduardo, Eduardo! ¿Qué iba ti pensar a su llegada ? Yo no podría explicarle, n o podría expli-· carle nada nunca, nunca más, y i tanto como teni a que decirle, tanto como se acumula en treinta años t

C uca

MI\ SS IEV

e--------------------------------------tros hij os tuvieran lo mejor y, ante la seguridad de que no carecía de nada, de que eran felices, su pena er a muy llevadera.

una mujer ante un mundo que se debate entre el dolor y la muerte?

-Cuando vuelvan, serán médicos -decÍa- y Ana Luisa, una culta mujercita.

g~ncia, no le pertenecían. Era yo quien debía cam-

y volví a esperar, pero ahora con un gran peso en el corazón. Todas las semanas recibía carta de mis hijos: jugaban futbol, nadaban, progresaban en los estudios, n os echaban mucho de menos. Ana Luisa, m ás tierna, quería regresar pues pensaba mucho en mí.

Una vez me miré al espejo : mis sienes eran de espuma, pequeñas a rrugas se insinuaban en los párpados. ¡Habían pasado muchos años! Una vida de espera.

Cuando vinieron por las vacaciones, estaban muy hermosos y crecidos, tanto que me sentí pequeña ante ellos, pequeña y tonta, pero ellos parecían tan felices que compre ndí que valía la pena el sacrificio y seguí ~sperando; Ahor a, eran cinco ausencias que me deJaban vaCIO el corazón. Muchas veces pensé hablarle a Eduardo, pedirle apoy?, amparo en mi angustia moral, pero comprendI mI egOlsmo: ¿qué valen los sentimentalismos de

fa ARTES

No, él era médico. Su vida, su amor, su inteli-

bIar.

Por ~se tiempo, regresaron nuestros hijos. Sólo Ana LUIsa y Jéllille se quedarían : Miguel prefería establecerse en la capital, necesitaba horizontes má s amplios, el pueblo le ahogaba. Ricardo, el menor, obtuvo una larga beca para los Estados Unidos. Estaría ausente cinco años . U:nos I?eses más tarde, Ana Luisa fue pedida en matnmomo y , antes del año Jaime se casaba también. ' ~hora sí e~ta ba so~a; sola con mis sueños de jovencIta para SIempre Idos, sola con mis aspira ciones

Yo no estaría en mi sillón, bajo la pálida luz dela lámpara. No estaría ya. Con los oj os cerrados y apretando los dientes, intenté incorporarme, la cabeza me daba vuelta s; un sudor frío y pegajoso seuntaba a mi cuerpo. Con un esfuerzo supremo, 10-' gré ponerme de pie, di un paso, luego otro. Mis ma nos enloquecidas buscaban a poyo, a mis oídos súbitamente torpes llegaba confusamente el ruido de objetos que caían de los muebles. Las pi.ernas se mp h icieron de plomo y una angustia múrtal me subía a la garganta. Tenía que llegar. Si no podría hablarle a su regreso, si no podría decirle cuánto sentía el dejarlo solo, tenía al menos que llegar al sitio de costumbre, sentarme como todos los días : quizá él llegase . .. No supe cómo encontré al fin mi camino y mehallé senta da en mi sillón: mis dedos tambalean te encendieron la luz. Ya estaba allí, me encontraría en el sitio de siempre, pero violenta, imperiosa, incontenible, volvió la sensación de inerc ia y el infir; ito deseo de descanso. Nle encontrarás Eduardo, pero ya no estaré aquí. . . perdóname .. ahora n o podré . . . no podré esperar.

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Disco de fu ego gira en la flore sta, llam a sen sible, brasa en am orada . Despierta el faun o, y la doEente siesta

los tremolantes, nítidos saludos del pá jaro que vuela contra el sino, ennegreciendo el aire en tre sus nudos.

u nos perdidos otros centelleantes, al desolla r sobre la hi erba qui eta Ln r ocío de lúcidos diamantes.

por ser sa n gre que fluye apresu r ada, en fi ebre torna - parca- lo vivido, juntando al fu ego la visión h allada .

y en la vitanda h or a h ay u n camino COn fértiles pupilas como fieras : las cr ea la embriaguez de u n rojo vino

y ya tendido el ar co, la saeta clispara el tiempo - fiel en cada pluma. N iño de oro levanta su cometa

D escubre al ojo u n m undo repetido el su eñ o con que su eñ a un río mudo, tan sól o por los árboles sen tido,

en las alas vibrá tiles, via jer as, ceñidas por un álam o fogoso. Ofrece el olmo su s flameante s peras

en la roja campana de la br uma ; cu aja Un instante solitario y puro, y un cer o r ueda a su universo en suma .

por la lldma celeste cu a ndo es nudo la secreta corrien te que navega u n muslo melan cólico y desnudo.

al toro cenital que corre brioso, doblando las llameantes sonajeras qu e decoran su cu ello poderoso.

T estuz doliente contra el duro m u ro. En la deshora mora su con vivio. y oscuro sol solar le alumbra oscuro.

¿El fa uno vesperal por qué renueva su gastada osa m enta dolor ida, in an tes ensayar tan loca prueba?

Han pisado ya tantas primaveras en las mancha s celestes de los ríos, qu e el Ar gos de Septiembre en su s r iberas

N o ser á el p á jar o -en el aire a nfibioqui en buscará los grumos en su axila: ti erno de amor y de rubores tibio;

¿D esorbitado belfo lo con vida al abism o del beso prision ero, - debaj o la quin ca lla de la vi da?

despeñ a un toro amargo por los fríos ijar es del correr que arrastran, vago. A la tarde pervierten los sencillos

El di sco gira con sonido fi ero ; ígn ea h err adura con sabor a m ora desprendida de u n fúnebre ca r nero,

ruiseñ ores su pá mpano y su lago, su m ejilla, al sonar a verd e cobre entre las manos de un eterno mago.

en el requiebro del saú z que aíi.ora u n fu ego que despeinan los estíos. Mas la sangre al tei1irlo lo decora

Sobre la luz se posa y m arch a sobre la flor esta que flu ye el fa uno r udo. Pobre de su ei10 y de vision es pobre.

de trém ulos romeros y cu clillos : brasas de yerba , gatos de ba salto, qu e retu er cen las llam as en a nillos.

A h í sus manos desatand o el n udo desan gran lentas a los torpes dedos, pudiendo apenas lo que apen as pudo

Agazapados van. D espu és el salto se electr iza en el h umo qu e despiden, a l en cen der la chispa de su asalto.

no má s ayer , cuando n o m iÍ s los m iedos asa ltaron sus pasos va cilantes, pobres del r i tmo en que qu eda ron quedos :

A sí los brazos del verano miden el calor de los árboles cei1udos, que el pa so quedo del rocío impiden,

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0----------------------------------------. e A R lO S l l E S e A S

ni picará en el mar de su pupila la dorada ilusión que cr ece al sueño si el sexo atrás en su ilusión se hila . j Oh pla nta fu giti va sobre el leño de secretos carbones en cendido: ¿Qu é buscas tem erosa con empei1o,

si lo vivido es sólo lo vivi do, si n ada existe f uera del asombro y la m em oria vive del olvi do? Esu ch a cóm o can ta sobre tu h ombro la certidumbre del m om ento justo y mí ralo después cómo es escombro; polvo qu e marcha en el in stante adusto a y acer en la cr ipta fun eraria : llám ese huesa o lech o de P r ocusto. Indefendido toro: muerte va ria . Disco sin sed: finita tolvan era . j Fauno en cendido - llaga inn ecesaria qu e roe el hueso de la Primavera!


EL

MUSEO

MUNI C IPAL

DE

-------------------------------------------e

ma

L

~, io l o n c h e!Jsta J . Ricart Matas

( 1) ,

co~ el alllOr .- pacien cia y ener-

Salvad o r e

MORENO

gJa- que msplra una profunda vocaclOn ha reu md o, sa lvado, ganado al tiempo, una gnm cantidad de in str umen tos m usicales. ¡Setecientos h a logrado encerrar ya en su m useo! , secunclüdo por el Municipi o c1 p Barcelona, que ha sabido comprender su apasiorw,' o y noble em pei'ío. Cuan do este m u seo ( 2) pueda exponer en deb ida form a el instru menta l q ue posee, c<lda familia de instrwncn tos pueda moverse en un espacio adecu ado, puesto en valor su interés y su calidad- será sin d ud a un o de lo s primeros de E uropa, para honra de la ciud a d de Barcelon a r¡ue ha tenido la fortuna de contar con un ci ud adano C()mo el sei'íor J . Rica r't Matas, graciCls al cua l el suei'ío qu e es siempre un gran museo es ya realida d. E l mundo de la m úsica en es te museo par ece ca ll ado y si lencioso, pero es solamente en apari encia , ya que el sei'ío r Ricart Ma tas hace sonar los inst r um entos o, am abl ement e, nos in cita a hacerlo nosotros m ismos. Es emoci onan~e arrancar algún so n ido al chitarrone cons trui do por Petrus Oli ve:'c:s en el siglo XV I; tocar u na m elodía, ta r tamud ea d a, en un clavicordio, m a l o bie~ temperado, como el inter esante de J. E. Jaar, de 17 28; hacer sonar el piano de m esa construído en Londres por J ohannes Z um pe en el mi smo ai'ío en qu e n ació Beethoven ; rasguear la cu r iosa guitarra de ca rtón que T orres - ll am ado el Stra di varius espa i101- const ruyó pura demostra l· q ue la imp ortan cia acú stica de est e ins. trumerlto re dica, pri nci pnlmen te, en la tapa de pino-a beto ; soplar en l a tenora qu e p ~r: ~n cció a P ep Ven tura , el m úsico popul ar que hace cien arIOS fi jó las nonnas de la sardana q ue se danzCl en toda Ca ta lui'í a; tocar en los pianos q ue pe rten ecieron a 1\1alats y Vives o simplemente hacer sonar instrumentos tan lejanos como el timpanon , bisa buelo l egítimo ciel piano, o el salterio delicado y poéti co q ue se de ja arañar t a n fáci lmente, o dejar que un órgano primitivo, cuyo t ecl ado apenas roza m os, deje escapel' sonidos ailejos y n: ela ncólicos, sorprenden tes por su calidad musical y expresiva. 1\nt2 la presencia fís ica de los instrumentos m usicales, la h istoria de la m úsica parece consta tarse, pero n o diremos nada de lo que ca da u n o de ellos eveca - com p :¡s: tO!': s, formas m usica les, etc., para no desviarnos de la in tención de esta cróni ca. y sólo nos I'eferirem os a la admiraC Ión q ue nos produ ce con tem pla r las ex traordina ria s tiorbas ven ecianas, artisticamente trabajadas en é ba no y marfi l, o la colecc ión J ~ vio las en s us vnrin dos tamarlOS y denom inaciones. Instrum en tos éstos de gra n ca lid ad, entre los qu e se encuentra un va lioso ejemp lar construido por T iel ke, en el siglo XVII ; o el quintón, de la m isma fami li a de las viobs, de cuya cabeza esc ul tUl·ada penden aretes de esme r aldas.

Los bellísimos laúdes y otros instr um entos com o órganos portátiles, fl autas, sacabuches, arpes, serpentones, etc .. etc., nos hacen pen sar en todo ese instrumenta l que debió existir en México, en Nueva Espa ña , y del qu e sólo ten emos tes timon io por rcpresl~n tación iconográfica o algún raro ejempla r real como la espin e ta del siglo XV II I, cons truída en Quer étaro, prop iedad de don Cn rl os Prieto. J un to a estas coleccion es de instrumentos que podría m os ll amar clásicos o cul o tos, h ay en el museo u na grn n variedad de instrumentos pop ul a r es y exóticos, pe r _ ten ecien tes a regiones de Espai'ía y lugares de A fri ca y Orie nte. . Como es de. su pmIer, es muy rica la colección de instrum entos que integran la cob:a, el conJ~nto m strumenta! de la sardana: tenora, tiple, fl aviol, e tc., y más n ca a un la del ll1s trument o espai'íol por antonomasia: In guitarra. (D e la vihuela el m useo posee un facsímil del único ejemplar conocido, q ue se conserva en F r an cia ): En tre los instrumentos de aliento, se enc uen tra n dos xirimÍas r aro instrumen to del qu e p udo h aber n acido el oboe, del q ue existe n en el mund; dos o tres ejem plares m ás. E ntre los ins trume~tos de percuslOn, las castaíiuelas tienen un lu gar importa nte, y sorpren den alg unos e jemplares por el tamai'ío descomuna l o por la belleza del traba jo artísti co con que están d ecoradas. , Sería p rolij o enum era r la gr an cantidad de in strum en tos com o gaitas, sanfom as, tambores, panderos, soncias, etc., y tantos otros qu e llam a n nu estra atención como el . rudimentar io zanza, el ú n ico tipo de instrumento cr eado por los n egros, ~ d conOCId o bandlr que tan to ayuda al en cantador de serpi entes en Marruecos o la gaita bicorne del Sah ara., . ' , . También vem os e.n el m useo instrumentos casi inver osímiles (3 ) y seguram ente Ul1lCOS en el mundo; m str um entos nacidos de la búsq u eda de los constr uctores en su a fá n por perfeccionar m ecanismos y sonoridades o simp lemen te pa ra mostrar, com o d e paso, ta lento o ingenio. En vitrinas aparte, algunos a utógrafos, libros, fo tografí as y otros rec uerdos son com o el complem ento documen tal y humano de a lg unos mú sicos q ue parece n querer participar calla dam ente también de este mundo apa r en tem en te sil en cioso.

el ) El violonchelista J . Ricart M atas además de ser el creador de este magn ífico museo es autor del ~efranero Interna~lOnal de l a Música y de l a D anza, publicado po:, ~l ConseJo. S up.error de I.nvestlgaCZOnes Cier¡tífi cas de Barcelona. Además de sus n:.l.tLples cola~oraczones en ~zbros de muslcologw, es autor del recién publicado DicClOnan o BlograÍlco de la MusIca, por la Editorial Iberia, de Barcelona. e2) El museo s~ enwe:ztra aloiado provisionalmente en los salones de la parte alta del conservatoru? Munz clT!al ( calle Bruch, 1 1 0 ), vecindad escolar que nada lo fa vorece ya que su zmportancza como entidad artística merece un edificio propio. (3) El s~ñor Richard Graves, autor de un artículo sobre este museo publicado en The MUSIca l T I.m es, df! L om!res, dice de uno de ellos: "Es difícil de describir. pero sup~ngo que tIen e m as de. organo que ~e cualq uier otre instrumento. El sonido, muy agl adable, se produce ~al a,ndo una sen e de varillas disp uestas lateralmente en la part e SUperior, Se n ecesztan an muchas horas para poder descubrir el peculiar or1e:z en que estas vanllas . estún dIspuestas, y aú n m ás tiempo para saber obtener ';!::z~cX~I1¡,Vas. Este raro /Ilstrumen to parece haber sido construído a principios del

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ARTES 45


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INEBRA.- LOS maestros que formarán parte del jurado del Concurso de Ejecución Musical de Ginebra, que ten drá lugar en es ta ciudad del 2 1 de septiembre al 5 de octubre del presente a ño, serán : Canto. Yvonne Brothier (Fra n cia ); Senta Erd (E. UA. ); Emmie Sittner (Austria ); Carla A. Pizzini (l talia ) ; Franz Paul Decker (Alemania ) , etc. Piano. Lotti e Morel (Suiza ); Rodolfo Caporal1 (Italia ); Richaru H au ser (Austria ); Manuel Palau (Espa ña ) ; Nikita Magaloff (Suiza ), etc. Violon chelo. Lud wig Hol sch er (Alemania ) ; Nikolaus Hübner (Au stria ) ; Antonio Janigro (Italia ) ; Iulien FrancOls Zbinden (Suiza), etc. Cuarteto de cuerdas. Willi Boskovsky (Austria); Alfred Loewenguth (Fran cia ) y F r anz Tischhauser ( Suiza ) . I nstrumentos de orquesto . André Ameller (Francia ) ; Otto Matzerath ( Alem ania ); Otmar Nussio ( Suiza ) . Clarinete . AI fred Boskovsky, etc. l/agoto Rosa ri o Gioffreda (lta , lia ), y otros.

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di Y algunos otros compositores italianos. El am biente ha sido verdaderam ente poético y en soñado r para Jos asistentes a di chos con ciertos.

f ue estrenada por la Orquesta l\!runi cipal de Bar · celona, bajo la dirección de Eduardo Toldrá. COI Pilar Bayon a de solista. '

BA YREUTH.- D el 23 al 25 de agosto, tuvo lu gar el famo so F es tiv al VVagneriano de Bayreuth . U n a nu eva mise en scéne de Tristán e I solda fue pr'esentada en el cu rso del festival. bajo la acertada dirección del maestro VVolfgan g Sawallisch . H a n s Knapper tsbu sch dirigió dos ciclos de E l Anillo de los Nibelungo s y dos r epresentacion es de P arisfa l. El director francé s André Cluytn s dirigió Los Mae<, tros Can tores v dos representa cion es de Parisva l o Parsifal.

YIOSCD.- EI compositor \'Uso Serge ProkofiefJ poco a ntes de su muerte, ocurrida en 1953, terminó de r evisa r y corregir su Sinfon ía N 9 4 Op. 47, compuesta originalmente para celebrar el 509 ani ver sa rio de la Orquesta Sinfónica de Boston y es trenada por este conjunto en 1930, bajo la dirección del no menos célebre músico ruso Serge Koussevi tz· ky. La nueva versión de esta sinfonía tuvo lu gar en el mes de en e ro del año en curso en la propia ciudad de Mosc ú, bajo la batuta del joven director Gennady Rojdess tynes ky.

SALZBURGO.- Del 27 de julio al ) 1 de agos to. se ll evó a ca bo la celebra ción del Festiva l de Salz burgo. E n él, el m aes tro H erbert von Karajan , di rectOr :1rtÍsti co del festival, dirigió Fidelio, de Beethoven, y el Falstaff, de Verdi. P ara el Festiva l de 1958, el maestro Kar a jan anun ció su inten ción de llevar a escena The Greek Pass ion. de Bohu slav \1artinu.

PARIS.- Se informa de la secretaría del Concurso Internacional Pa blo Casals para violoncheli sta s, que el concurso que debía celebrarse durante los día s j 2 , 13 Y 14 de junio, se aplaza ha sta la pri mera quincena del mes de octubre, en virtud de los deseos de que se ll eve a ca bo con la presen cia de Pablo Casals, pues se tien en esperanza s de que para enton ces el maestro se en cu entre totalm ente restablecido de los males de qu e adol ece.

\1ADRID.- En el curso de los meses anteriores. la Orquesta Naciona l, de M ad rid, qu e dirige Ataul fo Argenta , ejecutó en primera audición la Misa Ducal, para coro v orqu esta, de Cristóbal Halffter. La mi sma orquesta estrenó tambi én, ba jo la batula de Kl ecki, el Con cierto Serena ta para arpa )' or questa, de J oaq uín Rourigo.

RA VELO.- En la villa -Rufolo, el en cantador lugar italian o donde vivió Wagner y donde se ins piró para la música del Jardín Encantado de Klin gsor, en el Parisfal, se han venido celebrando varios festivales musicales en los cuales se ejecutaron obras principalmente de \'Vagner. Beethoven, Mozart. Ver -

ALICANTE. -EI allO último, fu e creado en es ta ciudad española el premio Oscar Esplá, en me moria de uno de los más grandes compositores es pañoles. Recientemente, dich o premio fu e otorgado a J esús Guridi, por su fan tasía para piano y orquesta titulada Homenaje a Walt Disney. Esta obra

BRAHMS

W EBER

VIENA. - EI ministro d e In strucción au stríaco, DI'. Drimmel, ha entrega do el anillo l'v1ozart a los directores de orqu esta Dr. IZad Bohm y a Herbert von Km-ajan , a l prime ro por su interpretación de \10zart y a l segundo par su arte universal de in terpre tación. El famo so anill o fue crea do el año pasa do ( 1956 ), recon ocido uni ver salmen te com o el Año de IVl ozart. PAHIS.- El Teatro de las Naciones presentó en esta ciudad E l Zorrito M alicioso, ópera del r epresen tante de la escuela nacional ista ch eca, Leos Janacek, quien la escribió en 192 3, a la edad de sesenta y nu eye aflOS . La ma estrí a del discurso m elódico en la obra está unida a la con cisión má s grande. E l Zorrito Ma licioso es un cu ento a la vez filosófico y moral, donde se pintan las rela ciones entre 105 animales y el hombre a través de una especie de panteísmo de la naturaleza. La sorprendente ca n tante Irmgard Arnold encarnó el principal papeL que es el del zorrÍto de la obra . La compañía P a thp

MASSEN ET


--------------------------------------------------------------------------------. JOSE

L UI S

M ART I NEZ

BI~AVO

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l\1arconi grabó en Praga, no hace mucho, una suitp orquestal de esta obra. En el TEatro de la Opera Cómica, cantó la ex quisita soprano de nacionalidad china Mlle. Liú Li -Fei, la ópera de Puccini, Madame Butterfly, en francé s. E sta cantante oriental causó sensación en los parisienses, que la aplaudieron a rabiar. MILAN.--D es de que murió Puccini, nunca ópera alguna había alcanzado tanto éxito a su estreno como Diálogo de la s Carmelita s, de Fran cís Poulen c. El estreno de esta obra logró gran éxito al prr,vocal' marcado entusiasmo entre los especta dores, artistas y críticos. Bernanos, el autor del libreto, se refiere a la condenación de Carmen por el Tribu nal de la Revolución Francesa y la ejecución de un grupo de religiosos. Otra obra que fue es trenada mundia lmente ha ce poco en la Scala, fue L a Lámpara, ba llet de Fran ca Donatoni ; el éxito no fue para m en os. TOLOSA. - Se verifi cará en esta pintoresca ciudad , del 14 al 20 de octubre, un con cu rso inter nacional para cantantes que se enru entren entre los dieciocho y treinta años de edad. El jurado lo preSIdirá M. Georges Hirsch, administrador de la Junta de los Teatros Líricos de Francia ( La Opera y la Opel a Cómica, de París) y formarán parte de él distinguida s personalidades del arte lírico y del teatro de diez países diferentes, tanto europeos como american os. Las prueba s eliminatorias serán del 14 a119 del mismo octubr". El día 20, habrá una velada espec ial en la que actuarán los triun fadores para el deleite de los escuchas, y se entregarán los premios.

STRAUSS

BONN.--Durante un vlélJe r ea lizado por la República Federal Alemana, el c~l ebre músico mexi cano Julián Carrillo . fue recibido con grandes honores por el señor Presid ente Federal, Prof. y Dr. Theodor H eu ss. El mini stro de Asuntos Exteriores, Von Bretano , ofreció a tan distinguido huésped un regio ban quete al cua l asistieron los mó s alto s dignatarios del Gobierno F ederal Alemán . El ma estro Carrillo aprovechó es ta vi sitn para comprar quinCe pianos de m odelo especiaL los cu ales servirán para ofrecer una serie de conci ertos v reci ta les a base de obra s escritas en el sistema del Sonido 13_ del que el maestro Carrillo es inventor, en la F eria ~undi a l de Bruselas, que tendrú lugar en 1958. ROMA. - Bajo el p a trocini o de la C. 1. M., la R. C. A. Italiana va a publicar dentro de tres años una Antología Histórica de la lVlú sica Italiana , desde sus orígenes ha sta el siglo XIX. Esta 2dición monumenta l constará de t r einta discos L.P. La colec ción se completará posteriormente con una serie de diez discos má s, que comprenderán la mú sica instrumental y de ópera del siglo XIX. E l precio de esta Antología será de 35,000 liras italianas. Informes m ás amplios de es te su ceso los puede proporcionar el Slg. Cesa re Valabrega , en la Discotec.a di Stata, via dei Funari N q 3 1. Roma. Italia . HOUSTON.--P or recomendación del m aes lro Leopold Stokowsky, director titular de la Orques ta Sinfónica de esta ciudad, se va a encargar al com positor Sergio Saxe, qu ien radica en ~éxico , Ulla obra sinfóni ca COn duración de di ez a doce mi.nutos, la cual será estren a da en la temporada 1957-1958. NUEV A YORK. - El conocido compositor ingh;s

MASCAG N I

Benjamín Britten, cuyas obras musica les se en cu entran en el repertorio de los principales conjuntos , fue nom brado recient emente miembro h onorario de la Academia America lla v del Insti.tuto Nacional de Artes v Letra s de los Estad os U nidos del Norte. GINEBRA. - Se llevarrí a ca bo el XIII Concurso Internacional de Ejecución Musica l qu e or ganiza el Conservatori o de esta ciud Rd, del 2 1 de septiembre al 6 de octubre de este año, por lo que ya han empezado a llegar numerosos concursantes ele varios lugares del mundo. Se dice que es probable que participen en las diversas secciones del concurso m ás de seiscientos ióven es r epresentantes de los prin cipa les países del mundo . POZNAN .- E l Ter cer Concurso Interna cional H enryk VVi eniawsky, dividido en tres partes, tendrá su culmin ación an tes de que fen ezca el presente <" ú O. La primera parte de este origina l con curso fue la de compositores, que se celebró en el mes de abnl del añ o próximo pa sado La segunda parte será un con curso de fabricantes elel deli ca do instr um ento ll amado violín, justa que tenelrú lugar del 1 \> a l 1';' de noviembre elel arlO corriente. Como se puede ouservar, los en carga dos de organiza r este con curso tomaron en cuenta tres importantes factores: el arte de los compositores, el vi rtuosismo de los con struc tores de instrumen tos )' los conocimientos y sen sibil idad de los intérpretes, ya qu e la tercera etapa ele este cita do concurso serú dedicada a la ejecu ción mu sica l ; Id que se efectuará del 1 0 a l 1 '5 de diciembre tambi én del present e a ño. Así, el me'jor de los violini stas jóven es podrá interpreta r la obra .premiada en el meior de los instrumentos que se hayan construí do últimamente.

R OSSI N I


EL

ARTE DE

los títeres o marionetas es casi tan anllguo como el arte teatral hecho por personas mvas

EL TEATRO GUIÑOL

de Bellas Artes enseña a los niños a escribir sus obras y a hacer sus propios muñecos

ROBERTO LAGO

ha sido el más notable impulsor del arte teatral de muñecos mediante una generosa labor

ACTUALMENTE

el Teatro Guiñol de Bellas Artes asoma a una verdadera edad de oro para ese género.


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arte de los títeres o marionetas es casi tan antiguo como el mismo arte teatral. No solamente en Europa, donde los italianos alcanzan renombre por sus teatros de fantoches sino en Asia, donde los titiriteros cargan su pequeño escenario a cuestas para dar representaciones en las plazoletas y en Java, donde el Teatro de Sombras goza de gran popularidad que data de muchos siglos atrás, encontramos ampliamente desarrollada esta forma de diversión, una de las más encantadoras que haya creado el hombre para su recreo. L

El maestro Roberto Lago, actual director del Teatro Guignol de Bellas Artes, nos dice que el arte de los títeres era ya conocido en México en la época prehispánica, como lo demuestran diversas figuras de barro articulada s procedentes de diversa s culturas precortesianas, pero el muñeco de funda o guante, como el u sado en el moderno Guignol, fue inventado, según una tradición popular, por un fraile capuchino catalán, como elemento de diversión para amenizar sus prédicas religiosas. Aun cuando los muñecos animados por hilos, como los famosos Ro-l sete Aranda ya eran conocidos desde el siglo pasado en nuestro país, los muñecos de funda fueron exhibidos por primera vez en 1906 por el catalán Julián GumÍ en el Casino Alemán de las calles de López. También se afinna que los hijos del célebre clown Roberto Bell fueron los introductores de este género de títeres. En 19 2 9, funcionó en México el Teatro Guignol El Periquillo ideado y dirigido por Bernardo Ortiz de Montellano, como . parte de las actividades teatrales organizadas por la señora Amalia G. C. de Castillo Ledón, las decoraciones fueron de Julio Castellanos. En 1932 se reúne un selecto grupo integrado por Germán y Lola Cueto, los fulklorista: Graciela Amador, el pintor Ramón Alva de la Canal, el grabador Leopoldl Méndez, el escritor German List Arzubide, la pintora Angelina Beloff Roberto Lago, actual director del Guignol, Elena Huerta Múzquiz, qUl escribe la primera obra llevada a escena y Enrique Assad, que talla lo: muñecos. De este esfuerzo surgieron dos grupos: Rin-Rin y Comino Este último fue más tarde El Nahual y actualmente el Teatro Guigno de Bellas Artes. Labor prolífica por excelencia es la del Teatro Guignol en México donde ha sido un elemento fundamental para las campañas de Higient Escolar y de Alfabetización y ha llegado a convertirse en elemento dE incalculable valor pedagógico. El maestro Lago ha organizado curso~ a educadoras y maestras, para dotarlas de los elementos técnicos neceo sarios para lograr la coheSIón de equipos infantiles que construyan Ji sostengan sus propios teatros de muñecos, como un medio de estimula) las facultades literarias y plásticas de los niños y crearles el espíritu de trabajo de equipo. El maestro Lago ha creado diversas innovacione~ al arte del guignol, tanto en la fabricación de los muñecos como en 1<1 del escenario para su presentación, sirviendo el folklore mexicano dE vena inagotable para la creación de obras del repertorio. Actualmente el Teatro Guignol de Bellas Artes asoma a una verdadera edad de oro para el género. El año próximo pasado, fue invitado por el Instituto de Arte de Detroit, para realizar una gira por la~ principales ciudades de Estados Unidos, ofreciendo representaciones y conferencias en los museos de Bellas Artes. Ofreció, ya en esta capital, un curso a educadoras de los estados en los meses de julio y noviembre, habiendo otorgado certificados de capacitación a 200 de ellas. Actualmente se ofrece un curso similar a normalistas y maestros en la ciudad de Jalapa, Veracruz, como base de un gran programa de intensificación de los trabajos impulsores del Teatro Guignol. Dentro de este programa se incluirá un concurso de obras de Teatro Guignol y Un Festival de Guignol al que concurrirán grupos profesionales y escolares de todo el país. El teatro de títeres tiene una sola finalidad: servir a la propagación de ideas, de enseñanzas, de valores legítimos y de nobles y bellos principios; y una sola función: servir de agente integrador de todas las facultades creadoras del niño, de sus actividades intelectuales y manuales, de su vocación artística, de sus inquietudes plásticas . y literarias ~ aun de su sentido social. "El Teatro Guignol del Instituto Nacional d Bellas Artes -ha dicho una maestra- supera la finalidad para qu fue creado dentro de los lineamientos éticos, estéticos y pedagógicos".

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IGNACIO No ALTAMIRANO -

1-

LA EPOCA

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ocó e n suerte a la Patria que Altamirano lle gara a l mundo en una de las época s más ag itada s y má s defin :ti vament e importantes para In 4 histor'ia de M éx ico. L a Independ en cia se había r ealizado de manera incompleta_ so lamen te en el plano pol ítico. M e a t revo c. decir qu e más importante que la Revolu ción de Ind epend encia y su culm inación en 182' fu e esa ot.ra larga y tormentosa etapa en qu e se for; a la nac iona lid ad mex ica na. E sa época en la que los pa tr iotas m exica nos, los m e jores va lores que .uroj ó In Ind epend en cia_ ti enen que lu ch ar con todo su esfu erzo, con lo m e jor de su ca beza y de su corazón, contra la más ter ribl e d e las tiranía s qu e jamús haya sufrid o el pueblo mexicano, la d 2 Ant onio L ópez de San ta -Anna . En las do s déca da s qu e sigu;eron a 182' , se viye en m ed io de una g,-a n inSeguridad , todo es inciert o. D e los campos de batd la se pasa a luchar en los ca mpos de la po lí ti ca. L as lu chas e ntre los partidos políti cos n o log ran crear un Estado fuert e y estable, y de aquí q ue In caren cia de verda (bras institu cio nes haga má s pa l pa ble lil uisis de la econo mía d ~ l país. La grnn pobreza qu e sufre e l p ue bl o. la cri s:s de aj uste d e la s clases soc ial es, de sus cost umbres y de sus pensamient03 Co;l un orden socia l nu evo. p royocan un largo es ta n camiento en l a marcha de la sociedad . Un poco más allá de los di ez a ilOs, en 1833, se ini cia es te período crítico de la más abs urda de las tiranías: sobre el pod er, San t a -Anna , el traidor de tra id ores, y junto con é l, en la Vi cepresid e n cia, su a ntípoda, el recto, el noble, el sin ce ro Gómez Fa rías. Don Va len tín , con sus ind ec isiones, con su ex age r'a da con cepción lega lis ta de las cosas, con SIl S grav es errores y sirvien clo lo men os posib le <1 1 tirono. es la R(' forma q ue se gesta .

- 11 EL HOMBRE Un año d espués, en 1834, nn ce en un pueb lecito del su r de la Repúbli ca . p erten ecient e on aq ue l enton ces a l Estado de M éxico y actu almen te a l Estado de Gu e rrer o, en Tix tI a, Ignacio M . Altam irano. A los sie te oli os de ed ad , in -

LEÓN TOLSTOY

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gresa Altamira no a lo escu ela qu e dirigía don Cayelano de la Vega . Esa escuela, com o tod as las de la época, esta ba destinada a los hij os de mestizos y españoles, y en i a q ue se aceptaba, com o favoc, a los nifios indí genas, tan sólo para est udiar el catecismo. L os ;¡l umnos estaban d ivi didos en dos grupos: uno era el de los nilios "con razón", forma do por los hij os de los ricos, y el otro, el de los niilos "sin ra zón " , hijos de i11 dios. Los prim eros tení an cer ec ho il qu e se l es enseilara a leer y escribir. Los indígenas sólo pod ian aprender a rezar el P adrenues tro_ El dos de e nero de , 84.2, 1gna cio Manuel se prese ntó il la escu ela, y p OI' e l pecado de hab er nacido ind ígena, ingresó <J I grupo de los nij'¡os "s :n razón " . Muy po cos d ías, sin emba rgo, le duró la "sin razón" a es te al umn o_ Su padre, don Francisco Altomirallo, fu é nombrado alca ld e de indios pocos días desp ués de ini ciad"s la s clases. D on Cay eta n o de 1" Vega s~ presentó a feli citar al nu evo alcalde. Al r ecom endar don F r an cisco a su hij o, refiere don Lui s de la Bren il c: ue el ma estro contestó: -"¿ Su hij o? mafi a n a mi smo lo p aso con los " de r azón " . A la m aña na sig ui ente, don Francisco A ltamiran o p roveyó a Su hijo con la cartill a y el p untero, útil es a nte s vedad os. y lo m and ó a la escu ela. E l niüo se ha c ía cru ces por la a legrí a de su padre y por e l in esperado rega lo de aqu ell os útil es q ue sólo los niú os blan cos usa ban en la escue la. Pronto. iba a pod er expli carse a lg una s cosas. Don Luis de la Brena me ha r ega lado con el sigui ente pasa je: " U na pro testa genera l motivó la in ('orporación de l ni ilo Tgna.cio M anu el a los alumnos hijos de espaiioles y m es t izos. - "¡ Fu era de aquI el ind io! , exclamaron algun os en tono a ir<ldo. - " ¡Tú no eres "de razón " !, dij eron otros con ton o a nJ enazador. P ero el maes tro, q ue estaba ate nto a la esce na, levantó 13 voz y con tono a ut orita r io dijo: - Ese nirl o es ya "d e ra zón" . Y el orden vo h -ió a impe rar en la clase." E l nir-lO A ltami r ano no sólo demostró ten er la razón qu e ta n graciosa m ente se le h ahíil regalado, sin o qu e dio mu estras de una dedicación al estudio y un a inteligencia brillantes, q u e l e permi ti eron ser el illumno má s aventaja do de la clase. Durante el prim er año, este llilioindigena obtuvo e l primer premio en lec tura y escritura , y en el segundo a ú o pudo obten er el primer premio en doctri na cri stiana y aritm ética. Carezco desgraciadamente de d8tos r ep ecto ni r es ultad o H ER IBE RT O FRÍAS

de sus estud ios pr illlilrios, pero lo dicho basta para af irmar que el niii o A ltamira no no ll egó a los catorce aúos de que nos habl a don Luis Gonzá lez Ob regón y todos los qu e lo sigu en , como un sa l vajilla qu e n o sab ín h acer otra cosa qu e ape drear a los pújaros. P ero como es t entador el ca mi no de la an écd'Jtn para pintar la infan cia de Altilmirano, aventu raré alguna de mi cosecha . Los n iñ os de Tixtl a, c uen ta la infancia de mi madre, aprendían desde muy tem pra na edad a nadar, pa ra poder juga r todos los dí as, a 1" salid a de la esc u ela. en lu laguna un as veces y en la al be rca, ot ras. Estos baúos diarios han sid o siempre el juego pre di lec to de los escolares y el depor te por excelen cia . Adem ús, e:1 los ll anos qu e e ~ t {m al p ie del cerci to de l T epeyac, en donde está La Vill a ( tambi én en Ti xtl a se apar eció la V irgen de G undalupe ) , los niñ os de la esc uela iban todos lo s d ías a montar bece rros. Cuand o no bC'cerreaban, iba la b alldada de escda r es ' 1 las hu ertas de m ,mgos cerca de l a al berca, por dond e sa le el ca min o pilra Chilpan cingo, a cazar mangos a pedr adas. T en emos noti cias d e que A ltam inmo ,mtes de tennin a r su instru cción elem ental , ya era, ademús de un ag ue rrid o CAbecill a de gru po infa ntil , porqu e e ra r eb eld e .Y pel e ador, un bu en n adad ')!- de la a lb erca, u n h ábil m ontador de bece rros y un ma es tro pn el arte de Ca~.ar mangos; y él m ism o lo dec!<lra e n un a d€ su s ohl'as: " e :-" un nili o p obre, bU E'n comedo,' d ? (' I o t ~ s calientes" . T ermiJ! nd;J la "du cación elemcn tn l, 105 p::ld r (~ s de J\ lta mi "a no p ien san en hac erle aprende,- un oficio. El di ce qu e quic"c se r he rre r'o . Ingresa en un:l fl'ngL!n y fracasa. Su d¿.bi l copsti tución fí sica no le p ermi le L, 2pti t ud pa ra el ru do trabajo del her rer o. Pi ensa e n h acerse pint or. D esrll!és de alG un os intentos, fraca sa tambi é n. Con la preparac ión escola r y ex traescolar qU(' hemos CO II tad o .Y co n Jos fra casos en la vid a del tall er, le sorprende la llc g~da 11 Tixtla de In L ey Ramírez, qu e ofrece un a bCGí pilra e l es tudiant e indí gena miÍ s ade lantado. D ebía ser n otor iame n te pobre .Y ten er de doce 11 ca torce airas. El niúo Alta mirano r eunía estns condi ciones. Y, n o obs t8nte que habí a sido el a lumno m iÍs distinguido de l a es GH;!a de don Cayetano d e la V ega, la beca In obtuvo por oposición. Otros veintinueve niilos y él S2 presentaron al CO:1c u rso. Altami ra n o fue el ven cedor. Casi se pued e decir q ue la infan cia de A ltamirano termma a quí con este tri unfo m er ecido. D espu és de ese día , su vid a va a cambi ar totalmente. Ya en el Institu to LiteM E L CHOR O CAMPO

411DARTES


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rario de Toluca, la adolescencia del indígena va a encontrar en don Ignacio Ramírez, autor de la ley qu~ l e abria los caminos del saber y de la gloria, motivo para un culto nu evo de admira ción y de cariño respetuoso que va a durar toda su vida. Cer-ca del maestro, protegido y alentado por é l, aprendió a amarlo con un amor sin límites. Y deseó ser como él. Ambicionó con todas sus fu erzas ll egar a ser lo que e ra el ilustre indígena que lo había sacado de la nada. De sobra, sabemos que lo logró amplia y sa tisfactoriamente. En el oscuro estudiante de Tixtla, había el genio suficiente que le permitió ll egar a formar parte con su modelo y protector Ignacio Ramírez, y con don Benito J uár ez, el triángulo de los indios más grandes de nu estra historia. Altamirano fu e un indio genial. Un análisis hasta superficial de cualquier aspecto de su vida nos afirma en esa opinión . Siempre lo encontramos r ealizando una especie de mil agro con lo q ue la vida le presenta. Eso es la infancia de Altamirano, pero eso es, sobre todo, su adolescencia, época la más sorpre ndente, la más desconce rtante de la formación del homb re. Mil cosas se podrí a n de cir reveladoras de esta etapa que tan poco se ha estudiado, pero las limitaciones de este p:-::llcr t;'ebajo nos lo impid en. Diremos lo esencial de cs te fenómeno en que de lI'lil manera casi incomprensible el niflo se hace joven y el joven se convierte e n U:1 lu chadoc ma duro. Todns bs notic ;a s coinciden en que Altam irano, a los veinte al!OS y yn co:no estudiante del C01cgio d e Letrán en México, se t,·ansforr.1.a en solú,¡do y se V3 a sus montaflas d el sur a l Indo d e don Junn Alv2.:ez, pnra servir a la cnusa de Ju árez. E sto qu:ere deci r qu e tan sólo se is a llOS bnstan n A ltn, mi:'::n0 p::ra r ~:l iiznr un mundo de actividad es definitivas ¡Dra su form nción cultu rd , sobre toc10 p2ra tran sfo:'ma r las ensclianzas y el ejemplo de su am;:¡do maestro TIamírez, en la mnteria preciosa de su condu cta. S~, exp eriencia como biblioteca rio y alumno elel Instituto Litera rio de Toluca. sus trabajos r omo mneS~ tO de primeras letras, sus aventuras co' rno animado : , untar y apuntador el e ll~l g r:no c!e cómicos que sa Ló dC! Toluca a trabajar en a lgu:l:1s ciuda des. impar, tantes de provin cia. lo mism o que sus pr:meras enseñanzas en ",1 C ol~g;o de L et,'án, Ins conv i e r~C! en la sustancIa humana y en la ca lidad necesaria pa ra ser ya a los veinte aflos un hombre prematuro, U:1 'l utodidnct :> :-crprEndentemente culto, un e!1ciclopedista a la mane ra de su m aestro Ramírez, y, sobre todo, un hombre de acción. un patriota, un soldado dispuesto a morir por su patria.

En cualquier aspecto que se le estudie, es sorprendente esta etapa de la for mación de Altamirano. Como estudiante superó su ejemplaridad de alumno y su ded icación al es tu dio co n que ya había asombrado n sus paisanos en Tixtla , pero e n el empleo d e bibliotecario se vuelve un lector voraz y único, no queda un libro en aquella biblioteca qu e él no haya leído cuidadosamente, y por demás está decir, sin que lo haya asimilado a su cultura. Esta fu e la primera y principal fuent e donde bebió ávidamente las ciencias, las artes y la filosofía, que le permitieron acercarse a la estn , tura de su maestro Ramírez. En otro aspecto, tanto o más interesante que los ya anotados, A!tamirano se nos aparece como el más joven sol, dado de la Reforma, pero ya precozmente desengai1ado de la vida, profundamente amargado, ha biendo sufrido los pri , m eros golpes serios que iban a acentuar su escepticismo, su orgullo, su a ltivez, y aq u el complejo de fealdad que tanto le hizo sufrir. Ya un grand e y primer amor fru strado habia convertido aquel vigoroso corazón en un volcán apagado a fuerza. En aquel joven soldado de veinte afIas, se puede hacer ya una pintura más o m enos completa del carácter del hombre. Es aquel joven militnr, moreno OSC UI'O, m ediano d e cuerpo, rasgos faciales de un a gran firmeza y virilidad, frente despejada, p elo lacio y melena r ebelde, lo que se pued e ll amar un hombre pasional. Es un S~ r complejo. En su carácter, caben todas las to' na lid ao es. Puede ir de la mayor de licadeza a la má s fuerte e xp losión d e ira. Es capaz ele la mayor ternura y de la ma y or exaltación. Parece haberse preocupado por superar su fea ld ad física, elaborándose para a dornarla una cultura sin pa ralelo y una s~nsibilidad e xquisita . H aber realizado esta tran sfo:'mación de su ser le permitió demostrar a su patri a y a l mundo no sólo lo que había demostrado Juárez, que era falsa la llamada inf eriorid ad del indio, que con opor, tunidad .le educarse, de supera r su miseria económio, pued e vdcr te nto o más que un europeo, sino que dio en su p er, sana U:1 ejemplo único. Su extraordinaria cultura, puesta al servicio de su ideal de patriota, transforma su carne de in , dio e n una madera especial. Por eso. su condición de hom bre adquiere una gran singularidad. Si se le encontraba feo como indio, eso n o estaba en su mano evitarlo, ·¿q ué im portaba esto si tenía una sensibilidad exquisita, SI su a lm a e ra universal y en su cerebro batía sus alas el genio? Altamirano, sin embargo, tuvo que sufrir en su carne

la gran injusticia y la gran limitación de algunos genios: la esterilidad. No haber podido tener hijos de su sa ngre fu e el drama de su vida. Esta incapacidad que limitaba su am ol' le convirtió en el me jor maestro de su ti empo. Rra sólo un r ecu rso: a través del magisterio, derramó entre sus discípulos el amor que le estaba vedado ofrecer a los hijos de su carne. Todos sus alumnos lo confiesan : fue p:u-a ellos el más <, mante de los padres. Su preoc upación por la ni, flez desvalida y las medidas que tomó para la organización de las primeras instituciones ce beneficencia qu e existieron en M éxico no tienen tampoco (:ra explicación. Haber sido el fundador de la pl'imera escuela de maestros en el país; su gran apología d ~ l m aest ro del campo que hace a través del personaje central de su novela La Navidad en las montarías, nos dan a conocer los desvelos amorosos de este padre frustrado, por la educnción de los niños de su patria. y fue con esto Altamirano, como hombre, víctima de SLlS idens y de sus convicciones. Del Instituto Literario de Toluca, ya sin el amparo de Ramí rez, fue expulsado por sus ideas liberales. D espués, ya muerto Juá rez, muertos sus m e jores .q migos, desterrados Ocampo y Lerdo de T ejada, se convierte en un elemento peligroso pnra Porfirio Díaz, el tirano de la paz engaiiosa. El hombre que había combatido, en el periódico, en el libro, en In tribuna y en el campo de batalla, las tiranías como nadie y que había juzgado al propio J uárez con severidad, se convirtió e n una persona poco grata. Fue p :>r esto por lo qu e con la carava na de una misión dIplomática, se le destie rrn al extran jero, donde mue, '0 poco después, tube rculoso. Patriota y maestro fu e ha st a los últimos días de su vida. Ya e!1 fermo de mu erte, soilaba con volver a su patria. Sólo !JensabCl en ella. Como recu,'so desesperado, ya que no podía tener ce rca a los hij o:; de su carne que tanto anh ~ l ó, se contentaba con pregunt arl e an gustiado a un p equeTlO h ijo de Joaquín Casasús: - ¿Sabes quién soy? - Sí, papá Nachito, r esponde e l niño. -·¿ Te nccrúarús siempre de mí? - Sí, papá Nachito, vuelve a decirle el a ngustiado niüo. - y si yo me llegara a morir, ¿tendrías siempre presente mi r ecuerdo? -Sí, pnpá Nachito, r epite el niño llorando. Y con esta conmovedora y deliciosn esperanza, se fu e a la tumba el gl'a n maestro, el extraordinacio hombre qu e fu e Ignacio M. Altamirano.

D E PIE:

L erdo de T ejada; I. Ramírez; G. Prieto; A. Lacunza; V. R~va Palacio; M. Romero Rubio. Sentados: l. Mariscal; Presidente Juárez; M . Romero y C. Pacheco


cerrar su s actividndes de certámen es ya en lejsnns hor as, llegó a fun darse n ada men os y concursos artísticos, por otra parte 1eque la hoy llama da A cademia de Pintura y Esculcundísimos en resulta -los y diversidad tur a de San Carlos. Esto quier e significar todo el de plásticas, el Institulo Na cional de I3efo n do t rél di c~onal que el grubQdo posee en la naHas Artes ha franqueado sus salas a los tra baj os ción , p rá cticas y aficiones que dieron na cimiento y fama a temperamentos tan extr aordinarios como de estampación qu e duran te veinte años con secutivos ha realizado por todos los procedimientos que el de José Guadalupe Posada, padre espiritual del el grabado tiene, el Taller de Gráfica Popular. Por " pcsadismo" b ~ sc a su vez de la enraizada proprurito de justicia debe consignarse que en este con ducción pictórica contemporánea . El importantísimo creto caso, aun cuando el lapso r ecorrido ha sido conjunto, preciosamente emplazado en las estancias principales del P alacio de las Bella s Ar tes ha sido bastante dilatado, ello no m erma un solo ápice al esfuerzo llevado al cabo por un centro al que hall clasificado con un titulo genérico " Vida y Drama de elevado de categoría firm as importantísimas de la M éxico" v Dor tal denominación puede lógica y ac tual legión pictórica mexicana. Forzoso es consigfácilmente deducirse el contenido importantísimo nar que en la múltiple y diversa colección ofrecida del certamen. En efecto, las prácticas de los artista s del Taller de Gráfica Popular liaD H:loifcoal público y crítica por los grabador es de México, pia ndo en esos veinte años, tan pródigos en prolo primero que debe advertirse es la pericia, la maestría que desde el m ás elevado en m éritos hasta el ducción bella, cuanto can caracter histórico, cosm ás modesto en sus prácticas, han demostrado por tumbrista, personal en cuanto a principales figuese arte de la estampación, el ~ijifJi~,,~' M_ ..ulS-:~ev:oluciona ~.s , y-:pa.pu~f:lr H en . c~~u..n.:t? _a. ~c.r:a~~~~ _., medios, con esos mismos medios TIanz%ase~ sucesos, nail ido estructÚrando eso que por los gra zas y efectos más puros y atrayentes. A certamen badores mexicanos se ha llamado "La Vida y el tan importante han acudido no sólo los grabadores Drama de México". No habrá que anotar que los grupos de las obras presentadas correspondientes a y estampadores que actualmente militan en el grupo que hoy por hoy prestigia al Taller de Gráfica éste y el otro grabador o grabadora, delatan por el Popular, sino los que en otras fechas contribuyeprocedimiento empleado el carácter, la fas e diferon con su labor e inspiración a cimentar sólidar encial personalísima de cada autor, y aun más el mente en México el arte del grabado. Es oportuno concepto ideológico, no solo del género cultivado sino la propia psicología de cada uno de los practi- -, el recordar que por las artes de la estampación, y ARA

V E INTE

VIDA y

AÑos del Taller de Gráfica Popular DRAMA

de M éxico: acopio de todo cuanto con carácter histórico, costumbrista, popular en los suce:;os y en las figuras ha tenido nuestro pais


cantes de la estampa Clan. Esta psicología se descubre en el tema seleccionado para su interpretación en primer término, luego en la manera peculiar de desarr ollarl o, en el sentimiento ya m ás libre ó má s m eticuloso de la práctica realizada, etc. pero en todo ello ali enta un enorme entusiasmo y un profundo respeto para esa vida y ese drama que es tructuraron el pasado de un México enardecido y lu chador siempre entregado a una palpitante y cálida vibración patriótica sinceramente sentida. Sólo elogios merece la instalación del certamen y hay que ofrecer con stancia , ademá s del respeto y recuerd o que se ha tenido para formidables colosos del grabado y la estampación. Los nombres de don Francisco de Gaya, de Honorato Daumier, de Tou louse-Lautrec, entre otros, magnifican con José Gua dalupe Posa da la trascendenci<l de esta exposición verdader<l honra de la sen sibilidad m exicana. Di g~ n as de ser admirada s por la fuerza de evocación qu e las enga lana, son las seccion es dedica da s a viejas y ya verdaderamente hi stóricas revistas humorísticas y de las que en estas h oras de escepticismo y materialism o acentuados se desprende un<l fragan cia de intención y donosura ejempla res. P ero lo que tal es publicaciones acreditan ya se tra te de periódicos o revista, ya de volúmenes lindamente ilustra dos con graba dos o litografías es el que en M éx ico podría fácilmente logrars@ una industri a del libro consistentt> en edi ciones para aficionados y biblió,A GRAN THADICIÓN

plástica mencana en toda su fuerza

filos que por su excelencia podría competir muy honrosamente con los países que tienen a honra el contarse entre los cultivadores de las ediciones limitada s .Y de excep ción. También ha si do un acierto el mostrar al público los útiles y elementos de que puede di sponer el grabador o el estampador para llegar a producir su obra con este o el otro sistema del grabado y la estampación y de entre tal es sistemas no es el m en os lucido y hermoso por los m a tices que con él pueden obtenerse, el de la litografía que un tiempo bien enlazado con el período romántico fue el vehículo más importante y cultivado por artistas de primerísima línea . Para acreditar esta afirmación nuestra , están los nombres de los hermanos Deveria, Gavarni, Jeannet en Francia , mantenedores de un arte pleno de bellezas y recuerdos históricos. Lo realizado por el T aller de Gráfica Popular posee desde luego un valor artí sti co de innegable m érito, pero también reserva un conteni do documental del pasado de México qu e en m odo alguno puede pasar inadvertido porque en é~ se cond ensa ~ y .c on cretan los ideales, las aspira. ClOn es v las VIctOrIa S de un pueblo que puso todo el ímpetu de su s energías por ennoblecer y engrandec~r a su . J;ación. Considérese pues si con estas saVIas nutrIClaS el certamen del T aller de Gráfica Popular no debe de ser tenido como una de las rea li zaciones plásticas m ás relevantes ofrecidas en su ininterrumpida actividad , por el Instituto Naciona l de Bellas Artes.

r belleza

TA :VfI3 l ú N LOS

EL

ASPECTO

de la expesición era imponente

instrumentos de Q/.{e disfJQne el_ .I!r,r¡bador fU,eron mostrados, acertadamente

I


II

El órgano.

~OMPOSICIOM

DE LA ORQUESTA

~

órgano, el solemne instrumento que preside con su polifonía todos los actos religiosos, constituye por sí solo una orquesta y es con seguridad el instrumento musical más voluminoso, potente y complicado. Las partes más importantes en el órgano son los tubos sonoros (cuyo número puede llegar a la cifra fantástica de dieciocho mil; los más grandes alcan zan una altura de diez metros y un peso de qui nientos kilos ) , los fuelles destinados a producir el viento, el mecanismo de transmisión y los teclados, que tienen la apariencia de un teclado de piano. Cada serie cromática de tubos produce timbres diferentes y recibe el nombre de juego. Hay dos clases de tubos: los tubos de embocadura y los tubos de lengüetas. La lengiíeta, utilizada igualmente en numerosos instrumentos de viento, es una lámina delgada de madera o de metal, que entra en vibración baio la acción del soplo y determina la vibración de la columna de aire que produce el sonido. Esta descripción incompleta y somera del órgano nos dará una idea sobre la complejidad de dicho instrumento cuyo manejo reclama tanta ciencia, tan ta virtuosidad, y cuyo registro es inmenso pues desde él se maneja en toda su extensión la escala mu sical. Ciertos compositores han empleado en alguna de sus obras el órgano, sinfónicamente, como una segunda orquesta. El descubrimiento del órgano se realizó aproximadamente unos doscientos años antes de J. c., y su fundamento se encuentra en la flauta primitiva de Pan, en la cornamusa y en un antiguo instrumento chino llamado cheng, cuyo origen se remonta a más de cuatro míl años. El armonio, instrumento de viento autónomo, es una especie de caricatura del gran órgano y su extensión está limitada a cinco octavas.

de este instrumento. El clarinete tiene caSI la mis· ma agilidad que la flauta .

.Pagol, contrabajón y corno inglés.

L

~! fagot, tubo cónico de lengüeta, tiene una ex tenslOn de tres octavas. En . el grave, su timbre recuerda el del órgano; el timbre medio está lleno de dulzura, y el agudo es expresivo mas sin gran brillo. El contrabajón, variedad de bajo, es el instrumento má~ grave de la orquesta, y el corno inglés es una vanedad del oboe. pero con sonoridad más grave

El metal. La orquesta clásica no emplea más Que dos instrumentos de la fami lia del metal: la trompeta y el corno, de manejo difícil. A estos instrumentos, hay que añadir el trombón de corredera la tuba y el saxofón. '

El corno de pistones. Como la trompeta, el corno de pistones es el cuerno de caza perfeccionado. Su extensión es de cerca de tres octavas y su timbre en extremo variado

Trombón de corredera, tuba y saxofón. El trombón está caracterizado por el empleo de la corredera, que modifica la longitud acústica mientras el eiecutante sopla el instrumento. Su timbre es potente, domina con facilidad una orquesta completa y, además, posee deliciosos pianísimos. La tuba es una especie de trombón de pistones, pero su sonido es más grave y proporciona una ba se magnífica al grupo de metal. El saxofón es un instrumento híbrido, ni metal ni madera; su repetido empleo en la música de jau ha familiarizado a l público con este instrumento, que hoy goza de una gran popularidad . Para completar esta ligera enumeración del metal, citaremos el cornetín de pistones, instrumento de fácil manejo.

Los instrumentos de viento . Hay dos manera s de producir el sonido en los instrumentos de viento, según sean tubos con embocadura de flauta o tubos de lengüeta. En todos los tiempos, se han esforzado los constructores por lograren un mismo tubo la producción de diferen tes sonidos, bien sea por agujeros sucesivos Que se tapan aplicando los dedos, o bien por un cambio de longitud real en el tamaño del tubo (trombón de corredera ) , y, por último, por medio de pistones.

La madera. El grupo de la madera en la orquesta clásica comprende cuatro géneros de instrumentos distintos : la flauta, el oboe, el clarinete y el fagot.

La flauta . La flauta es un tubo abierto y cilíndrico. Es el único :nstrumento de abertura lateral. La extensión musical de la flauta es de tres octavas. Los sonidos de la octava más grave sonde una débil sonoridad; los de la segunda octava (parte media ) son má s vi14orosos y los de la tercera son duros y penetrantes. En coniunto, el timbre de la flauta está impregnado de una dulzura y una suavidad insu perables; este instrumento se presta a todas esas combin2ciones brillantes de las nota s rápidas.

El oboe. El oboe, tubo cónico de lengüeta, tiene una extensión de cerca de dos octavas y media. Su timbre, un poco agudo, es de una finura encantadora en los pianos, muy penetrante en los fortes y se hace ronco en los sonidos más graves. Sin tener la flexibilidad de la flauta, puede abordar con facilidad las combinaciones de notas má s rápidas.

El clarinete. El clarinete, tubo cónico con lengií€ta, posee el registro má s extenso de los instrumentos de viento (cerca de cuatro octavas y media en la octava baja ); el sonido es cavernoso y grave pero, en cambio, en la octava superior acusa una fuerza y un brillo incomparables; el tono medio es la parte más floja

54

Instrumentos de cuerda. Estos instrumentos de cuerda forman en la orquesta clásica la parte que se ha convenido llamar el cuarteto: primeros violines, segundos violines, altos y violonchelos, a los que se añaden los contra bajos y las arpa s.

El violín. El violín es bien conocido de todos. Es un instrumento de cuatro cuerdas susceptibles de emitir un sonido diferente cuando con el arco se ataca una de ellas mientras con un dedo de la mano izquierda se recorre la porción vibrante y se obtiene una su cesión interrumpida, insensiblemente graduada, de todos los sonidos existen tes. El violín es un instrumento de una delicadeza y de una variedad prodigiosas, y con justicia se le llama el rey de la 01'· questa.

El alto o viola . El alto es un violín de tamaño un poco mayor, de sonido más grave y en el que el timbre es m enos brillante Que el del violín.

El violonchelo . El violonchelo es un instrumento de cuerda de más extensión. Su timbre semeja la voz humana y posee una riqueza de sonido casi tan considerable como la del violín.

El contrabajo. En realidad, es un gran violonchelo v ocupa, entre los instrumentos de cuerda, la región má s ba ja en la escala de la orquesta . Todos estos instrumentos de cuerda necesitan un arco para producir soJlidos; tanto unos como otros, cuando se pellizcá la cuerda con el dedo, producen sonidos pinzados, pzzzicati. El empleo de la sordina, pinza que se coloca sobre el caballete en que se sujetan .las cuerdas, intercepta en parte la transmisión de las vibra ciones y da al instrumento una apagada y suave sonoridad.

48ARTES


El arpa . El arpa es el principal instrumento de cuerdas pinzadas utilizado en la orquesta. Es un complicado instrumento de cuarenta y seis cuerdas fijadas sobre una armadura en forma de triángulo y siete pedales, cada uno de los cuales modifica el sonido de todas las notas del mismo nombre. Su estructura se presta a todos los géneros de acordes de sonido no simultáneos (arpegios). El timbre del arpa en las cuerdas bajas es velado y se transforma en cristalino en las octavas superiores. El arpa es un instrumento muy antiguo, pues su invención se remonta a más de seis mil años. Entre otros instrumentos de cu erda s pinzadas, citaremos el clavedn, precursor del piano, la guita rra y la mandolina, instrumentos raramente utiliza dos 'en una orquesta sinfónica.

El piano. El piano, instrumento en que el sonido eS pro ducido por pequeños martillos que golpean la cuer .. da, es un instrumento autónomo cuya descripción omitimos Dor ser sobradamente conocida de todos. Su extensión es de siete octavas, o sean ochenta y cinco nota s. Por su erte, cada vez es más u sado el piano como instrumento en la orquesta.

Los instrumentos de percusión . Este grupo de instrumentos es, sobre todo en la orquesta, el producto del ritmo. Hay dos clases de instrumentos de percusión : los de sonoridad fija .Y musical y los de sonoridad varia o indeterminada.

LAS r.UERDAS:

IJiolín , viola, chelo, bajo

r arpa

EL ÓRGANO:

ese solemne inst rumento polifónico

El timbal. El timbal es realmente el único instrumento de percusión en que el cuerpo sonoro da una entonación determinada . El timbal recuerda un gran caidero cubiert0 por una m embrana suficientemente tensa para producir vibraciones musicales. Un sistema de clavijas permite modificar la tensión de la m embrana para producir sonidos diferentes. E ste instrumento se emplea por parejas y se presta a todas las forma s rítmica s, incluso a la má s rápida s como los trémolos. Las campanas de la orqu esta son tubos metálicos acordados sohre los que se golpea con un pequeño mazo. El juego de campana s es hoy día reemplazado con ventaja por la cele sta (piano de timbre ) . El xilofón consiste en una serie de láminas de madera, de longitud y grueso variables, que se golpean con un par de pequeños mazos. Enumeramos ahora la serie de instrumentos de percusión de sonido ind eterminado: el bombo, son0ro y ruidoso; los platillos, par de placas redollcta s, de cobre o bronce, que se golpean o se frotan una contra otra, o se las hace vibrar golpeándolas con una varilla ; el t ambor militar; el triángulo, triángulo de acero y de sonoridad cristalina; el tamboril ; la pandereta, simple cerco de madera en el que se mantiene tersa una piel .Y en cuyo cerco se Í¡jan sus pequeñas lámina s m etálica s (sonajas ); las casta ñuelas, típico instrumento español formado por dos conchas de madera unidas por una cinta y el gong, el más extraño y violento de los instrumentos de percusión. No queremos cerrar esta rápida reseña del ma·· terial sonoro puesto a disposición de los compositores sin mencionar el acordeón, cada día más en u so, instrumento portátil de viento, actualmente en su gra do más alto de perfección, y apto para tocar en todos los tonos y para variar sus efectos. Desgraciadamente, este instrumento conserva un timbre callejero, y su repertorio no h a alcanzado calidad musical. Citaremos la sierra musical, de la que algunos intérpretes sacan curiosas sonoridades, y la ocarina, instrumento de viento que se presta a numerosos y fáciles efectos. En las descripciones anteriores, no hemos indica do má s que las propiedades partin.Jores de cada instrumento ; sin embargo, es evidente que cada uno d~ ellos posee un pod er de evocación, que queda pre CIsa do por el u so que de este poder evocativo ha cen los compositores. ¿Quién no recuerda el carácter ~ampes tre y bl:lcólico del oboe (por an alogía con el tlmbre de la galta ) ; el canto lánguido del violonch elo, pleno de emoción amorosa; el sonido solemne y guerrero del trombón ? En fin, cada instrumento. según la frase melódica que se le h a confiado, pro ~ duce en el alma sensible del oyente sentimientos di versos e imprecisos.

~ARTES

EL CLARINETE

UN I CO

pertenece a las maderas

instrumento de abertura lateral

EL FAGOT:

Co

un tubo cónico de lengüeta

STI T U YE

por sí solo una orquesta

55 ·


VISTA PARCIAL

de la Exposición

LA EXPOSICIÓN

DECORADO S,

trajes, diseños, máscaras, utilería

de Escenografía J'vIexicana se montó con motivo del Congreso de Teatro

MÉXICO EN CUANTO

a la presentación teatral ha avanzado con pasos de gIgante y puede ya compararse con las grandes capitales mundiales del teatro


LA ESCENOGRAFÍA

A N TON IO LÓPEZ MANCERA

meXlcana ya tiene carácter

y Jesús Talavera tuvieron a su cargo el monta;e y la recopilación

TODAS LAS

modalidades escenográficas fueron incluídas

.-----------------------------------------.

~

motivo de celebrarse en México y por iniciativa del Institut~ Nacional de Bellas Artes, el primer Congreso Interamericano del Teatro, la citada institución organizó, como demostración y complemento de lo que en el Congreso Teatral pudiera tratarse, una exposición en la que se ha evidenciado hasta dónde llega el concepto plástico mexicano en lo que a escena se refiere. Por este concurso puede y a, sin caer en exagerada hipérbole, a segurarse que México, en cuanto a presentación teatral avanza a pasos de gigante para poderse parangonar, en plazo brevísimo, con los más acreditados centros de mise en scene, París, Rusia, Japón. En el certamen escenográfico se unieron cuantos elementos de la plástica pueden ser necesarios para el buen éxito de una justa y adecuada presentación evocadora, y así la Exposición de la Escenografía lVlexicana contemporánea n o sólo ha ofrecido lo que correspondía al decorado, sino lo referente a vestuario, iluminación, figurines de toda condición y época, sin olvidar el encanto de eses llamados títeres intérpretes en el Teatro Infantil y en el Guiñol, ejemplos en los sitios en que se cultivan tales interesantes espectácu los de gracia y buen gusto, donaire y exquisitez que aquí en M éxico ha sabido mantenerse con una elegancia y gracejo dignos del mejor modelo en su género. P ar a la mejor comodidad del visitante, la exposición fue dividida según la clase del espectácu io, en " Historia", " Teatro Clásico Internacional" , ON

.;, .

, -ARTES

" T eatro Moderno Internacional", " Pequeños Teatros", "Teatro Mexicano", " Teatro Infantil y Guiñol", " Danza y Ballet", " Opera" , " Teatro Popular y Espectáculos al Aire Libre", " Teatro de Masas", " Teatro Círculo" , " Comedia Musical" y "Escenografía para Televisión". Bien completo queda el cuadro y nuestro lector comprenderá que de todos estos apartados, existieron en el concurso ejemplos o modelos que hicieron ver la justificación de esas definiciones. Ya en lo que se refiere al efecto escénico, han contribuído con sus talentos los artistas de más inspiración y ello ha dado por resultado el que se haya fortalecido un arte escenográfico mexicano con caracteres y fisonomía propios, en la Que de continuo han colaborado la inspiración y el buen guslo de sensibilidades de tan alta categoría como lo son las de José Clemente Or02co, Carlos Mérida, Rufino Tamayo, Julio Castellanos, Roberto Montenegro, Miguel Covarrubias, López Mancera que ha sido uno de los principales organizadores de esta bellísima manifestación de estética y con los anteriores Chávez Morado, Julio Prieto, tan experto en estos menesteres de presentación teatral. David Antón, Gunther Gerso, Leonora Carrington, Valdez Peza, Santos Balmori y otros más, que han puesto de manifiesto tanto su emoción artística como su clarísima comprensión, en concordancia con los servicios escénicos. De los notables ar tistas anteriormente mencionados, los unos pusieron su talento al serVIcio de un ambiente teatral determinado ; los otros,

la finura de su sentido colorístico en favor del indumento de estos y los otros personajes, pero siempre naturalmente ateniéndose a las existencias de ]0 mitológico o de lo histórico, de lo pretérito, como de lo contemporáneo, y , por tal atención y escrúpulo, se logró acopiar todo un depósito de bellos diseños, autorizados con firma s de mérito relevante, garantía de un arte que tiene y a en México caracteres concretos de matiz nacional. A darle vida personal a una expresión tan importante hoy en el mundo entero, como lo es la escenografía, han intervenido muchos artistas y aun cuando desde la mlCla ClOn hasta su amplio desarrollo ha transcu rrido no muy dilatado lapso, hoy el arte de la e;.cenografía en México puede parangonarse como y a Quedó señalado, con los de ideología s más avanzadas. No hay que an otar oues, dadas las autoridades que en esta r enovación han intervenido, se supone de antemano, la variedad de conceptos que en la exposición se dan, desde el m ás acentuado de los realismos al má s exager ado sintético, desde el m ás sobrio de entonación al más audaz en coloraciones, pero siempre sometidos estos criterios a las necesidades escénicas y en justa relación la creación del ambiente COn la presentación de los intérpretes que en el tabladillo escénico habían de lucir su presencia. Por prurito de estricta justicia, debe m en cionarse la muy acertada disposición del . concurso en la que muy directamente han intervenido los señores Antonio Lóoez Mancera y Jesús Talaver a competentísimo museógrafo. ,

57


GUADALUPE POSADA

y PANCHO CORNEJO Frane

seo

D I A Z

DEL E O r'.J

NC ~ aij os a trás, en 194 6, El. Rancho del A ,:lista orga n :zó m cm orablQ exposlClon de Cuatro sIglos de x ¡/ografw en l\1eXlco. Ell ell ;), se dio a co nocer por p l'im era y ú ni ca vez h as ta hoy , la seri e com pletu de lito¡:;r afías d e Posa da qu e il ust ra n los on ce n úm eros de un p e riódico político ll amauo El ¡icote y qu e se p ublicó en la ci ud ad de A gu asca li en tes, en el año de ,88 1. Quien es a sistier on a la ex p osición de qu e ha blo p udi era;" agr eg¡:r a l co noc imi en to de la obra m etroD:Jli ta n a de es te geni a l graba dor. un a idpll de sus tr a bajos pri m e r izos y no por e ll o fa ltos d: cse a gud o y p er spicaz con ocimi ento d e l p ueblo.

@

D z nu evo, Panc h o Corn e jo yuelv e él e n[ocar- su in terés en la obra de P osada . P 8:'a cll o, rc úne multitud de es tampas e impresos. Compra p lan ch as origina les. M ed ita en la gI ga n tesca lab0 r del ma estro y tra ta de a ll ega rse, m edia n te la colabora c ión de institu tos de cultu ra, es tudiosos y coleccion istas, tod" aqu ell o q ue p ueda con t ri bui r a la r ea li za ción de un conjunto en elquc fi g uran obra s poco co nocida s y nu evos datos biográficos al lad o elc los má s sobrcsa lientes dc P osada.

"EO-IEN U N

roscón, compañeros.--Suban los q ue tengan ham bre"

Este p r opósito lo h a logr ado el infa ti gab le dil'ectoL al obte ner p or mi inter'¡e nci ón antP el hi storiador do n A lej andro T opete del Va ll e: un" fra cci ón de los da tos r efe rentes a la fa mil ia Posa da Ag ui la r·. E s decir, el n ombr e d e los h en nano s de J osé Gt'ada lu pe Que hasta hoy es conocido g rac ias a su s pa cientes inves ti gacion es: J osé Marí a de la Concepc ión , Andrea, José Cirilo, José Ca tarino, J osé Bárbaro_ C iri a co, y , proba bJ emen , e, M an a P orfiria. Este se nsa cion al docum en to lo h e v isua lizado con una gráfi ca qu e figura en tre e l cGntógente exp u esto. Aquí están , adem ás, una am plia ción de l a n otab le fotcgrn fía de Posnda, t al cu al era en la vieln diaria, an te l a pu er ta ele su talle r ; doc umento public ad o a ra íz de l centen a rio de su na cim ien to y cuy o or igina l obr a en mi poder. También podem o adm irar tres litografías origiria les de la serie de El ¡icote y otra m ás del p e ríodo ju.ve nil, q ue r epr esenta un a escen a de t au rom aqu ia. H ay m uch o q ue ver: la colección d e cuen tos con p ortadas crom olito gráfi cas que edi tó en ' 900 la Casa M a ucci, en Barcelon a ; cua der n ill os de pastorelas, cu en tos,' epistolarios ' y aun ·c onocimientos ·l'lJ(limpnt úrios de m ngia y cIenCIa. E n In sección pol.ítica , pueden v er se dos im par-tan tísimos docu m en tos. El primero, rela tivo a los a contecimien tos q ue en P u ebla de term inaron , en n oviembre de 1910, el primer br ote r evolucion a ri o por Aq uiles Se rdán y su s compañeros. E l ot ro es un r elc1to del llam ado cuartelazo o decena trágica, a partir del 9 d e feb rero dc '9 ' 3, q ue tan ta s vidas. cos tó y tantos tra storn os polí ticos ocasionó ha sln a ntes q ue el señ or C"1'l"a n za pu di ese con solida r su gobi erno. A p esa r ele q u e esta p ieza ll eva gra bados suy os, son en r eal idad de época anterior pu esto qu e su mu erte, como es sabid o. oc u rri ó ve in te día s antes de esto su ceSoS. . E ntre el m'a teri al bibli ogrMico, fi g ura el prim e ro qu e se ocupa , entr e otros asp ectos, del folklor e, de la p rod ucción literat'ia Y' poética, y de la g rá fi ca q ue las il ustra : Las A rIes Populares, obra q u e en dos vol úmen es p ublicó el DL Atl, en el ÚlO de 192 1. Si blcn es cierto qu e n o h a ce sin o un a apr eciación p asa jer a de P osa da y su a r te, es, en ca m b io. abundante presen ta n do ejemplos de su s gr ab ados m aravillosos. E n ' 9 25 , esc ri bió J ea n Ch arlot un artíc ulo en Revista de Revistas q ue ll am ó U n precurso r del movim ien to de arte m exicano.' E n él, va loriza ·concien zu da me nte el seIl tido p opular y p lástico de n ues tro Posada , h acien do ' q ue se reiv in diqu e su n ombre corr:o el d e un pr ecu rsor del ca u ce m od e rno de las artes p lásti cas m e xicana s. E n la e xposició n, v er em os también este tra ba jo en u n a im presión origin al qu e conse rvo desde aquel los día s ya le janos. C uat ro añ os más ta rd e, m i paisan a Anit a Br e nn er h ace figurar e n su lik o p ubl icado en in glés Idoios Ir as los altares, en 192 9. un capí tu lo qu e ocu pa exactamente catorce páginas, destinado a El profeta Posada - com o lo titu la'. Esboza alg un os da tos biográ ficos e in sist e en su gran v alor como artista popu lar. A í <lÚO sig u ien te, corr espon de l a p u blica ción de esa !l1onografía de las obras de José Guada!upe Posada q ue ha sta el p resen te es vista corn o el vademecum de todo gra badm', es tudi oso o coleccioni sta de trabajos suyos. La monum enta l obni fu e conce bida y r ea lizada gra cias a la compr en sión y empeño de Frances T Oor - a cuy a m emoria dedica E l Ran cho del A r tista esta e xposic ión - o del pintor Pablo O' Hi ggi n s y del hi jo de Van egas A r royo, a don BIas, h oy desap a recid o. L leva, adem ás, un pró logo de Di ego Riv e:-a, admir nd or nú mero uno del gra n m aestro. La obra r ept'Odu ce cuatrocien tos seis gr¡:bad os, algunos de los c ua les n o son , c iel';tam e'n te_ de su ma n o.

el

E n 193 ', sie;';c]o que hab la codi r ec tor de la Sal a de .\rte de la Secreta r ía 'dE' Educación Pública, cSCl:ibiÓ'un a introd ucción p ara el ca tálogo de un a exposición que ll am am os Cíen años de [¡toiráfia m exicana, en la cual por p rim era vez se ha cen públ icos a lgunos datos de las actividades de Posada en Aguascali entes, com o fru to de in vest igaciones que

.

ARTES


realic:'i d esde 1928, cuando pude contempla r todas las p iezas originales q u e reprodujo en 1952 m i estimado amigo don Fra n cisco A ntú n ez en sus Primicias litográficas de J . G uadalupe Posada, que comprenden el período de act ividades del grab ador en las ciudndes de Agu asca li en tes y León. Contadas personas han tenido éxi to en lograr datos biogl"áfi cos y documen tales re lacionados con Posada y su f am ilia. El primer trabajo que existe lo escribió en 1928, a solicitud mía, un viejo h istoriador ag uasca lenten se y co ndiscí pulo de Posada, don Rodrigo A. Espinosa. Es admirable q u e habiendo transcurrido cin cuen ta y sie te aÍlos pudiese recor dar con frescura el tema y nombre de las personas que apa' recen en las carica turas de El jicote, el rumbo de la casa que habitó y quiénes contribuyeron a su form ación artística. El p rincipal aportador de datos biogr áfi cos ha sido h asta 3hora otro historiad or, don Alejandro T opete del Valle. A ~l se debe el halla zgo del acta de n ar:imiento del grabador, m 1939, así como el de su matrimon io con lV[aría de J es ús Vela, en la ciudad de L eón. P ara cor onar su obra de i n vestigación, ha localiza do actas dt. m atr im onio de sus padres y hermanos, fa llecimiento del pa dre y, sobre todo, la seu ;acional búsqu eda y encu entr o de l a casa que habi tó con ;u familia en el barrio de San Mar cos, en Aguasca li entes. El Seminario de C ul tura Mexi ca n a - al q ue tengo e l hon "r

EL

TALLER DE

grabados de José Guadalupe Posada

/

CORNEJO VU E LVE

a enfocar su interés en la obra de Posada y reúne multitud de estampas y de impresos

de ·pertenecer- tiene ya en su poder el original cíe su lib,Q y p rocede a imprim irl o para q u e sea divulgado. Don Fernando Gamboa, en el momento en que se prepa raba el homenaje nacion al a la mem or ia del genial g ra ba dor por la Dirección de Educación Estética de la Secre taría de E ducación Púb lica en el año de 1943, tuvo la fort una de localizar el acta de defunción de Posada , a tra vés de la cu a l vemos de qué manera miserable fue premiado después de cuarenta y dos alios oe ser vir con su gráfica al pu ebl o: " ... Se dio ---dice el documento- boleta de 6" clase en el P anteón de Dolores". Entonces, P osada volvió a l a tierra de l os humildes; a su propio origen : con su pad r e, panadero; con sus hermanos, zapa tero y cu rtidor; con sus parientes, h ortelanos y alba ñiles. En cuanto a los documentos que hablan de la forma en ' ¡ue Posada se ha impuesto an te el mun do entero, veamos la vitrina que contiene el catálogo de aquella memorable e xposición de 2Q Siglos de Arte M exicano que en 1940 fu e llevada al Museo de Arte Moderno de Nueva York; el de la exposición de su obra en la ciudad de Chicago, en "944, con el tex to de don Fernando Gam boa; el del Museo Nacional de Arte Moderno, de París, y el más r eciente, en 1955, de la exhibición rea lizada en la ciudad de Tokío. No cabe duda que asistimos a una exp osición en verdad importante y digna de aten ción por todo el material (lve e n cierra. Debemos estudiar las secciones que la fo rm ar , ~a ­ ra aquil atar el sentido social de que está impregnada la obra de P osada ; su sátira hirviente o el humorismo con qu e suele tratar a los personajes qu e r etrata; pero, a nte todo, por esa . consisten cia monum en tal, eterna, que es el cimiento de su grabado extraordinario. Felicitamos a Pancho Cornejo por el éxito que ha logrado e n esta excelente exposi ción, y esperamos ver el fruto de su esfu erzo en las conclusiones que de ellas se esperan.

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ARTES

59


s por demás halag. ador poder constatar, que cua· tro meses después de haberse celebrado en Mé· xico, el Primer Congreso Panamericano de T eatro, un país. pequeño en cuanto a su extens ión, pero grande en cuanto a su entusiasmo, realiza con fenorosa pasión, el Mes de Teatro Cubano.

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E s así como Cuba se da a la tarea, nada fácil por cierto, de dar cu mplimi ento a uno de los acuerdos del Congreso, e n donde se estipula que los países de América deben tener un Teatro Nacional que sea expresión de su propia vida, para que las simili tudes que den homogeneidad al Teatro de América, sean el producto natural de las similitudes que dan homogeneidad a la vida de América, aspirando a que el Teatro de América sea una entidad del Teatro Universal, pero conservando sus características propias del mismo modo que América fOl'ma parte del concierto universal de las naciones si n renunciar a su propia vida. Para los artistas y trabajadores del teatro en Cuba, no pasaron inadvertidas las palabras, que en su discurso de salutación y bien venida a los congresistas hiciera el Lic. Miguel Alvarez Acosta, Director General del Instituto Nacional de Bellas Artes: "El ideal en que se ha inspirado este Con greso, puede sintetizarse en estas dos fórmulas concisa:;; poner el teatro contemporáneo en aptitud de expresar con mayor fidelidad y acierto el alma del hombre y los signos del tiempo; y ha cer de esta consulta una ra zón más tie amistad entre nues tros países. Para acercarnos a esa meta de perfección, nos bastará constancia, organización y una profunda fe en América" . CARMEN MONTEJO

r J. J. Lanza en Lo que no se Dice

Febrero, mes del

Pues bien, ese llamado a la constilllcia, organización y profund a fe en su propio país, que patentiza a la vez, su prof unda fe en América, es lo que durante el mes de febrero realiza el teatro en Cuba. Los autores cubanos, y ellos mismos así lo reconocen, no han logrado plasmar aún las grandes obras dramática>, pero en las realizadas hasta ahora, es en donde se expresa mejor el senti r de su propio pueblo, es en donde se les ha bla y a con su propio lenguaje. Es por ello, que esta ce· lebración, trae además, consigo, el mejor estímulo que se pueda ofrecer a los autores, que ven así representadas su. obras, y que se tradu cirá en un esfuerzo mayor por parte de ellos mismos, para la creación de obras que cada día tengan una mayor calidad. Esta celebración se siasmo y desinterés de Habana, que agrupa a presa privada, y a la del propio Insti tu too

ha podido efectuar, gracías al entula Unión de Salas Teatrales de La ocho salas que trabajan como emSala de Bellas Artes, dependíente

Esta generosa idea ha sido apoyada, desde luego, por toda la prensa cubana , siempre atenta a ayudar todo intento serio y noble que aspire a una superación; por el comercio de La Habana, y desde luego por un público ávido de su propio conocimiento y perfeccionamiento, que ha acudido sin reparo, a aplaudir, y aun criticar, la obra de sus propios a rtistas teatrales. lVfención especial m erecen los artistas y técnicos que t rabajan estas obras - según propias palabras- como si fue sen las mejores del mundo.

UNA MAGNÍFICA

ELENA MARTINEZ TAMAYO .----------------------------------~ Sería posible pensar que las Salas Teatrales se hiclOr on solidarias de esta idea, pero que se limitan a cumphr un compromiso contraído entre ellas, y que cada quien tra· baja por su cuenta, y sin embargo, nada más lejos de la realidad. Es agradable observar cómo, con noble desinterés, y _recordando a Lope de Vega en Fuenteovejuna, todos a una anuncian el Mes de Teatro Cubano, e incluso expresan en sus programas, cosas como éstas: "Nuestro saludo a nuestros compañeros de los otros grupos teatrales, a los que deseamos unirnos más fuertemen te, para trabajar en una dirección común que colme nuestras aspiraciones de un teatro mejor, más firme, definitivamente consolidado" . La Sala Hubert de Blande abrió el fuego con la comedia de costumbres de alta sociedad : L o que no se dice. reestreno de Isabel F . de Amado Blanco y Cuqui Ponce d~ León, quien también dirige ; la escenografía magnífica de María Julia Casanova, y la actuación de una primerísima actriz que es gloria de Cuba por los premios y honores con· quistados en varios países de América, al través del radio televisión, cine y teatro, que colaborando también, genelo: samente da su aportación al teatro cubano: Carmen Mon tejo, a quien la escena mexicana considera como uno de sus mejores elementos. En la Sala Atelier, y bajo la direc ción y con la actuación de Adolfo de Luis, se presenta un estreno de Virgilio Piñeira, titulado La Boda. El Sótano, reestrena la obra de su director, Paco Alfonso, que tiene el sugestivo título de : Ya no me dueles, Luna. En Prado 206, se reestrena la magnífica pieza de Rafael Suárez Salís, que tanto éxito tuvo hace arIOS en su estreno por el P atronato, La Rebelión de las Canas. La Sala TaNa presenta el estreno de una obra de Enrique Núñez Rodríguez ti tul ada Gracias, doctor, con Minín Bujones y Eduardo Egea como protagonistas. El grupo de Las Máscaras tiene otro estreno en su propio local : La víctima, ele María LUIsa Alvarez Río, bajo la dirección de Andrés Castro. En Pro· meteo cubren con el reestreno de Electra Garrigo de Vil'gilio Piñera y la dirección de Francisco Morin. Este esfuerzo ha impulsado, además, a las salas tea· trales, a presentar exposiciones que confirmen el trabajO r ealizado por cada una de ellas, y en general, ya sea por medio de caricatura s de sus mejores artistas, ya sea con la presentación de bocetos o escenografías, en fotografías u originales, además de obras y objetos pertenecientes a los a%"ti stas más conocidos que pronto se podrán reunir para formar el Museo Teatral. Es por demás decir que los mejores elementos técnicos y artísticos hacen acto de presencia, y que a esta labor con junta de salas teatrales, actores, directores, escenógrafos, iluminadores, musicólogos, toda la prensa cubana y público en general, no cabe sino aplaudir su fervoroso entusiasmo, y desear que el teatro e n Cuba siga por ese camino de mperación para el mejor conocimiento de sus propios problemas, al través de esta expresión artística, patentizando, al mismo tiempo, su profunda fe en América.

escenografía de María Julia Casanova para la Sala Huberl de Blanch. El ambiente criollo cubano logra aquí acabada expresión


Galeria (jentI°al de Arte lUoderno

Brahms Johannes Recital de can ciones (Disco Capital P-828g ) La ext raordinaria con tralto Nell Rankin nos ofrece un programa de canciones de Brahms en este disco que incluye Cuatro canciones serias, En la quietud de la no<:~e y las Dos canciones para cOlltralt.o r UlOla obligada. Pocos autores comprendIeron tanto como Brahms el sentido ver dadero del arte lírico de con cierto; en todas estas piezas la magnitud de su enorme g.en io está evidente. Sobre todo en las can CIOnes con viola debemos reconocer y admirar el magistr~l tratamiento de la voz y de los instrumentos. La contralto Ran kin interpreta con absoluta propiedad este bello recital de lieder. Su voz profunda y hermosa tiene l a escuela precisa para dar a estas canClo:les el grado de perfección que requieren.

Shostakovich toca Shostakovich (Disco Capitol P -18013 ) Interesante por todos concep tos y con su recon ocido valor documental e histórico es est e disco en el que Dimitri Shostakovicn luce sus grandes dotes de pianista al interpretar seis de sus Preludios r Fugas op. 87 . El modelo de estas obras, obviament e, se remonta al siglo XVIII con la composición del mismo n ombre debida a Juan Seb astián Bach, pero Shostakovich ha empleado en su elaboración un material compl etamente nuevo que par te de su lengu aje propio y m oderno. L a autenticidad de la versión y la p erfecta dicción del propio autor ' en -el piano hacen de este disco un verdadero ejemplar de col ección que debe poseer todo aficionado.

Recital de piano L uz María P uente (intérprete) (D isco Concermex CM -20 ) Es Luz María Puente, sin el menor género de dudas, una de las pianistas mexi-

canas q ue verdaderamente han dado esplendor al nombre de México en el ar te mun· dial. Su refinado estilo interpretativo, su asombroso ta lento y el ext remo cuidado que pone en sus versiones siempre serán motivo de n u estr o mayor elogio. En este disco, la escuchamos tocando obras de H aydn, Rameau , Paradisi, Ravel y J achaturián. Nos agrada sobrem an era su in terpr etación de la sonatina de Ravel en donde todo su conten ido armónico-m elódico ha sido revivido con excepcion al t al ento y g usto.

Virtuosi de Philadelphia (D isco Columbia M L -5129) Con obras de Paganini, Gabrieli, Milhaud, Ricardo Strauss, Brahms y Elgar, la orquesta de virtuosos de Filadelfia, a cuyo frente se destaca la magistral batuta de Eugen e Orman dy, nos deja escuchar una vez más su perfección de conjunto instrumental. La sonoridad, la igualdad en el ataque, la disciplina, son bases técnicas que esta maravillosa orquesta aún a a su calidad artística. T oda la música con tenida en este disco (y casi toda la q ue in terpret a) n os ha conm ovido por estas razones. Vaya, pues, un aplauso p ara estos virtuosi y su director.

Música de órgano española r portuguesa E. Power Biggs (intérprete ) (Disco Colum bia ML-5167 ) Gran interés despierta esta admirable grabación del gran or ganista E. Power Biggs, que interpret a composicion es de autores casi . olvidados de España y Portugal. Los nombr es de An ton io de Cabezón, Tomás Santa María. A ntonio Val ente, J uan Cabanilles, Carlos Seixas. Joao de Souse Carvalho, Anton io Carreira Narcis Casanova s, Fray Agostinho da Cruz y Frei J acinto su rgen poderosamente de las notas angélicas que Power Biggs obtien e de los viejos órganos q u e probablem ente fueron tocados por algunos de estos maestros. Este es un disco, desde todos puntos de vista, interesante.

Av. Juárez No. 4 ilIéxico, U.F.

Exposición

Permanente

de obras de Diego Rivera, Orozco, Tamayo, Siqueiro s, y grupo de lo s jóvenes valores

Bel las ULTI~IAS

PUBLICACIONES DEL

DIREC T O RI O

INSTITUTO NACIONAL DE BELLAS ARTES

DIRECTOR GENERAL: L IC. MIGUEL ALVAREZ ACOSTA D IRECTOR: JORGE RAMÓN JUÁREZ ED ITOR: CADENA M . JEFE DE REDACCION: M.IGUEL GUARDIA S ECRETARIO DE REDACCION: A NGEL DE LAS BÁRCENAS CORRECCION: HERo RODRÍGUEZ TORO D IBUJO: GABRIEL A GUILAR ADMIN ISTRACION: LUIS F . NAVA JEFE DE FOTOGRAFIA: J ORGE GUTIÉRl\EZ C OLABOR A DORES :

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MIGUIIL ALVAREZ ACOSTA CARLOS ALVARADO UNG ANGEL DE LAS BÁBCENAS GERóNIMO BAQUEIRO F OSTER JOsÉ PASCUAL Bu xo WILBEl\TO CANTÓN DANIEL CASTAÑEDA ROSAl\IO CASTELLANOS ANTON IO CASTRO L EAL ALi CHUMACERO DANIEL D UEÑAS H ÉCTOR FALCÓN MAnJORIE FLETCHEII fu ÚL F LORES GUERRERO AQun.E3 FUENTES RICARDO GARIBAY M AURICIO GóMEZ MAYOl\GA MIGUEL GUARDIA JOsÉ RAÚL HELLMER ANDRÉS RENESTROSA CARLOS JIMÉNEZ MABARAK J ORGE RAMÓN JUÁREZ M IGUEL N . L IRA NACHO L ÓPEz ANTONIO LÓPEZ M AN-

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CERA SERGIO M AGAÑA J . L. M ARTÍNEZ BRAVO ELENA MARTÍNEZ T AMAYO MARÍA L UISA M ENDOZA RAMÓN M ENDOZA MONTES FRANCISCO M ONTERDE A UGUSTO MONTERROSO SALVADOR MORENO J AVIER MOYSSEN CEFERINO P ALENCIA CARLOS P ELLICER JULIO PRIETO ESPERANZA PULIDO GABRIEL DEL Río A NTONIO RODRÍGUEZ CARLOS RODRÍGUEZ M IGUEL SALAS ANZURES MAYO ANTONIO SÁNCHEZ LUIS R. SÁNCHEZ Al\l\IOI-A F ERNANDO SÁNCHK'l; M AYANS RUFlNO T AMATO ABEL TIRADO LóPEZ JORGE A DALBERTO VÁzQUE'l; JOsÉ VERDE RAÚL VlLLASBÑOll.

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por SALVADOR

~IORENO

PEDIDOS:

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Editada por el INSTITUTO NACIONAL DE BELLAS ARTES de M éxico, D . F . Registra da como Cor respondencia de Segunda Clase en l a Admin istración General de Correos de M ¿xico, D . F ., el día 3 de Febrero de Ig5 6. N úm er o de Regist ro: 26080. Oficinas Generales: Palacio de Bellas Artes. Tel. : 18-0 1-80, Ext. 54. Redacción: 18-60-44- Precio del ejemplar: $ 2.00. Números a trasados: $ 4.00. Impreso en M é xico por Arana Hermanos, Chimalpopoca 34- Distribuída por Everardo Flor es. Grabados de Ollervidel y Gr abadora M exican a.

"'ARTES

• Anuario Poético 1955-1956 • Anuario del Cuento 1955-1956 • Aguinaldo Poético 1956 • Angeles Músicos en ~Iéxico

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Extensión 58.

(jI


LAS SIETE PALABRAS DE HAYDN

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5éllvad0r M"'lnNn

• UANDO estuve en Cádiz en 1952, quise . visitar el Oratorio de la Santa Cueva porque sabía, según la tradición gaditana, que fue para este templo y no para la catedral que Haydn escribió sus Siete palabras. Sa bía también que en una de sus capillas existen tres lienzos de Gay a y cuadros y esculturas de arti stas de la época; que el edificio, arquitectónicamente, es de una sobriedad y buen gusto poco frecu ente en el siglo XVIII español y que, bajo la doble planta de la capilla y el oratorio, existe, subterránea , una cueva que servía para ejercicios espirituales a una congregación de hombres solos. En un sencillo sepul cro, se encuentran los restos del fundador: José Sáenz de Santa María , marq ués de Valde-Iñigo, creador de este pequeño mundo de la más severa espiritualidad y la m á s alta calidad artística . En la lápida, bajo su nombre, la palabra:

<Q ( ' .

V ERACRU CENSIS

SR.

DON

Jesé Sáenz de Sant a !liar':a

SEPu Lcno del fundador de la Cue'd

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E n 1954, al embarcar en Vera cruz nuevamente ha cia E uropa , busqué en la Parroquia de la Asunción el libro de n a cimientos y bautizos correspon diente a la fecha de nacimiento del marqués. El señor Daniel López Valenzuela, secretario del templo, me mostró el pequeño archivo en el que falta, justam ente, el que contiene los regi strados dur ante la primera mitad del siglo X VIII . En Cá diz, gracia s al señor Serafín Pro Ruiz, cronista de la ciudad, pude consultar algunos de los libro s y documentos que se refier en al Oratorio de la Santa Cueva y a su fundador. En todos ellos, se asienta el origen veracruzano del marqués de Valde-Iñigo y se dan toda clase de detalles referentes a su vida y a su obra. En cuanto a las Siete palabras de Haydn, los biógrafos del gran músico no han tomado ningún empeño por determinar a quién se debió la idea del encargo de esta obr a, una de las más importantes de la historia de la música y crucial en la obra del compositor. Unos y otros se limitan a repetir que fue escrita para el servicio de la catedral de Cádiz y, a falta de un nombre, atribuyen la idea del encargo a cualquier canónigo o a la ocurrencia de una familia española, o a la simple participación de Haydn en un concurso, etc., etc. En alguna s biografías, se citan las supuesta s declaraciones del propio Haydn, aparecidas en algunas de las primeras ediciones de Las siete palabras. Haydn, desde Sll Viena , no le interesaba sin duda comprender a q:lé se refería lo de la Santa Cueva y le era más fác il pensar que se trataba de una cofrúdía existente en la propia catedral. No faltan , sin embargo, autores más verídicos como Ricardo Benavent, que dice: "Las siete palabras - episodios para cuarteto, llenos de misticismo y de santa poesÍa- escritos para la Cueva del Rosario, de Cádiz" . ( Haydn, Mozart y Beethoven. Va lencia, 1907 ) . En el importante libro de H. C. Roblins Landon, The Symphonies of Joseph Haydn (Universal Editíon. Rockliff. London 1955) se insiste, o mejor di cho se repite, que Las siete palabras fueron escritas para la catédral y que, según el prefacio a la edi ción hecha por Breitkopf en 1799, Haydn estuvo en relación con un obispo ( !) para ponerse de acuerdo en la duración de cada parte musical. El carácter puramente instrumental que la obra tuvo en un principio (y alguna otra versión con un pequeño recitativo acompañado al principio de cada trozo ) y el posterior contexto (de Gollfried van Swieten, según Landon ) para cuatro voces y IJrquesta, ha contribuído a que no se haya determinado el género musical a que pertenece. Algunos autores la catalogan entre los cuartetos, como Op. 51 , si bien com o un a suite de morceaux religieux.

(Suazay. París, 1861 ) Y otros la sitúan entr e la s obras orqu,.stales y los oratorios. El título con que apareció en la primera edición, dice l\lichel Brenet, en ehez Artaria fue: .M u sica instrumentale :;opra la sette ultime parole del nostro Redentore in croce, o siano sette Sonate, con un introduzicne, ea al fine un T eremoto . La disciplina a que se sujetó Haydn para eSCrlbir siete movimientos lentos (además de la introducción y el terremoto ) de inspiración contenidam ente dramática dejó en su ánimo ele compositor una profunda huella, como explica y an a liza Robert Sondheimer (cita do por Lan,ton ) y puede comprobarse en sus obras posteriores. L as crónicas de la época y no sólo la tradición gaditana prueban que L as siete palabras fueron compuestas par a el Oratorio de la Santa Cueva y por la mi sm a r a zón tampoco puede dudarse de la intervención del marqués de Valde-Iñigo en el encargo de la obra . D e los d:xumentos con sulta jos, se con cluy e lo siguiente. José Sáenz de Santa M aría nació en Veracruz el 25 de abril de 1738. Fue hij o de don Pedro Sáenz de Santa M aría y de doña Ignacia Sáenz Rico, ambos de la nobleza de La Rioja española. Al morir su m a dre en Vera cruz el año 1750, su padre lo tra jo a E spaña . A lo s veintitrés años de edad, p or privilegio especial fu e ordenado sacerdote (por el célebre obispo de Cádiz don Fr. Tomás del Valle ) . Vivió en Madrid algunos años y volvió a Cádiz donde nasó el r esto de su vida h a sta su muerte, el 26 de septiembre de 1804. EL 17 de abriL de 1783 fue Ínaugurada la Santa Cueva, para la que "expidió dicho Señor sumas considprables en su adorno y funcione s, siendo entre estas sumamente notables las de las tres horas, que costeó muchos años y que se hicieron famosa s en todo el reino" . Dos años más tarde, en 1785, Haydn escribió por encargo de esta congregación y para servicio de ella sus Siete palabras. Entre las personas que rodeaban al marqués, uno de los Íntimos fue don Francisco de P. Micón, marqués de Méritos. La principal afición de este personaje, de ascendencia italiana, era la músiCa. Durante las funciones de Semana Santa, fungía como maestro de capilla, para lo cual reunía y formaba con sus amigos una orquesta que, durante el sermón de las tres horas, tocaba trozos para meditar sobre cada una de las siete palabras. El fue el encargado, de acuerdo con el marqués de ValdeIñigo, de escribir a Haydn, con quien al parecer ya sostenía correspondencia, para encomendarle la música que debería alternar con el sermón. Con las palabras mismas, un tanto ingenuas del cronista don Nicolás María de Cambiaso y Verdes, sobrino del marqués de Méritos, quiero referir este episodio: "Como era reconocido maestro de ca pilla, se le encargó la correspondencia con el bien conocido músico alemán José Haydn, el que trabajó una completa obra para el acto y la formó tan elegante y patética como digna de su autor; pero confesó el maestro Haydn que más se debía la composición que remitía a la exposición que había recibido por escrito del señor de Micón que a su propia invención, porque aclaraba de un modo tan singular todos los pasos que le parecía, cuando estaba leyendo las instrucciones recibidas de España, leer sólo música". La memoria del marqués de Valde-Iñígo se encuentra viva aún en el Oratorio de la Santa Cueva , de Cádiz. Junto a su sepulcro, se conservan casi todas las obras de arte por él encomendadas y en la cueva la cátedra desde la cual dirigía los ejercicios. L a música tampoco ha desaparecido... Caso afortunqdo de mecenazgo el de este criollo ilustre, en que el posible oro de Nueva España se aligeró, en sus man os, del peso material para brill ar s01a · mente en el espíritu y el arte.

"'ARTES


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IBSEN,PI U: nNDELLO,GIRAUDOUX EN BUSCA DE ACTUALJ DAD

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. ---------------------------CelestülO Gorostiza, una p ersonalidad seren a qu e tIene ca ud alosos conOCImIentos t ea tra les verdaderamente sólidos. Su activida d en el t eatr o mexicano h a sido y es de un va lor ex t raordinari o p a ra su desarrollo. DirectoI: puntilloso y dram aturgo sond eador incan sable del a lma, G orosti za vive consagrado sin limita ciones a '-engrandece r la dram ática de México. N o sólo contribuye con obras c read as eh largas vigilias, sino alentando en voz ca lma y bondadosa a todos a q u ellos qu e tien en la semilla del teatro e n el co,-azón . A l lado del a gudo e inteligente liter at o Salva dor Novo, columna innega ble del t eatro. nuestro y una de la s más a ltas f iguras n acionales del intelecto, Gorostiza r espond e a una en c uesta especial sobre qu é representa n hoy , para el tea tro u n iversal, tres dramaturgos: R enrik 1bsen , n oruego ; Luigi Piran dello, itali ano y J ean Giraudou x, fran cés. Acer ca de auién de los tres es -o será- el m ás p erma nente en la dram ática universal, el maestro Gorostiza sost ien e qu e a l os t res ha brá de agranda rlos m ás aún el pasa del tiemp o. ¡ P or qu é 1bsen escandalizaba en su époc a ? Responde : - P orque f u e el primero en descubrir las l acras de una cl ase - la bu r gu esía- que se h abía constituído en la directriz de la sociedad y se consid er aba a sí mism a perfec ta e ina tacable . ¿Piran dello es ya una técnica a nticuada? - Es sabid o que las obras m aestras crean su pro.p ia técm ca. L a de Pirand ello no p odrí a u sar se ahora en su totalid ad, sino para producir réplicas de las obras de Pira n dell o. Sin embar go, siempre q u e un autor dé a. su s p er sonajes l a varieda d de facetas psicol ógicas y la movIh dad en el . tI empo descubier tas por P ira nd ello, estar á u sando, en cierto modo, su técnica . Po r otra parte, es posibl e que se h ayan r ealizado h a llazgos técnico.s más n ovedosos que los de Pira nd ello, p ero n inguno de ellos ha produ cido todavía una o.bra superior a las suya s. Girau dou x n o ha t ermin ado. como ejemn lo. de sátira sociai, y así afirma don Celestino al decir q u e si algun a vez fu e e jem plo de sátira social continu ar~ siénd olo aún cuando el o.bJ eto d e la sátir a se modifIque y de je, por lo tanto, de ser u n blanco efi ca z de ella. L as circun stancias sociales que. satiriza~a M oliere en su ép oca - precisam ente el en cumbram Ien to de la hu r guesía fren te a una nobleza e? decad.en cia- han dejado de existir. Pero n o el e jemplo de satIra SOCIal qu e son las obras d e Moliere. ¿Y qué en señanza s contiene a ún para los mod er n os auto.,res? - 1bsen est á tod avía presen te en el teatro contemporan eo. - sobre t odo en el n ort eamericanopo.r la maestría de su Co.nstru cci ón dramática , p orqu e abrió innumerabl es v eta s . q.u e n o h an sido a gota das v por(1ue la ma:l:'o.r pa;te de los VICI,OS so cial es que él señaló no se han corregIdo mas qu e er: t eona. L a apor tación d e Pirand ello.. qu e es en el t e:,tro el eqUIval;nte d e la teoría de la relatividad en l a s matematIcas, no podi-a ya ser ign orada en el presente n i en el f utu ro. - E n cu anto a Gir audoux. - contin úa el maestro Gorost iza- aparte de h aber crea do uno de los estilos lit erario.s más brillantes de su época, der ribó l as b arrer as del tiemp o para contemplar el aco.ntecer histórico. en u n solo. p lan o. -¿Un anticipo de T oynbee?- . Esta lección n o podrá ser desapr ovechada por el t eatro. del fu turo. y d esde luego el t eatro. cont em . p oráneo ha empézado a utilizarla . . - Pirandello deja Enrique IV, SeIS personales en busca de autor. L a vida QUf! te dí v al g unas otr a s dI~as de colocarse a l lado d e las ;(H'jf) ~es q'" e h aya producido el mgem o humano en cu a lq uier';'>m po. y de Giraudou x, aun c~ando p or r azon es difíciles de explicar en u na b r eve en trevIsta, r:'e par ece a mí - persona hzn- c;u e supervivirán más como ejemplo 1;te rar io que teatra l, queda una seri e de obr.a,s que no es POSIble dei al' de clnsifi car como m aes tras: AnfItrwn 38, I nterm~z.zo , Ondina e in cluso Por Lucrecia, t an desdeñosamente reCIbIda por el público m exicano . . Ante la seguridad que demu estr a don Celestmo al h ab lar del triángulo m ay úscu lo 1bsen-Piran dello-Gll'a udou x , es lIlt~­ re sa nte c~no c e r si hay quien es los su stituyan en ~l t eatr o um ver sal; a lo que opon e qu e Ibsen , Pi randello y .G Ir audou x eI,llpiezan a tener una ná tin a que lo s autor es . VIVOS de nIngun m odo pu eden tener. Entre los m uertos reCIen~es, c ~ya obr a está aún viva, ~nmbra Gorostiza a qui enes es Imp osIble .olVIdar : Bernar d S . N , O' N eill, Chéiov , L énorma nd. M aeterlmck, Strindberg. García L or ca, Rugo Betti y Bertold Br echt, apenas d esapar ecido s y qu e empiezan a cobr ar un brillo univ er sal que nunca tuvieron en vida. _ y entr e los vivos la importan cia de cuyas obras h ace cr eer qu e ll ega rá n a al~ anzar la gran est atura d~ los mue~tos, deb e mencionarse a P r iestley. a Gh elderod. a Múler, a Cnst op h er Fry , sin deja r se deslum brar dem asiado nor 1onesco y los otros inn ovador es de ú ltima hora qu e siempre estarán expues tos, mient ras su s obras no p osea n l a solidez intern a que l es dé ve rd",dera consistencia, a la fu gacid ad de la moda . U na última pregunta de esencia l interés se po n e an te G orostiza , a ut or de la premiada obra E l color de nuestra piel: ¿Qué se necesita, aquí, para qu e a fl oren y f ructifiqu en gran des a utor es dramát icos?

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- Si b ien es cierto qu e u n gra n a utor , influy e en su m edio y lo modifi ca, n o es m en os cierto que los au tores son, a su vez, produ cto d el am biente en q u e v iven. E n M éxico, puede n n acer-_ y es posibl e qu e h ayan n acido --de h ech o. ya nacieron aqur Sor Jua n a y J ua n Ru iz de A lar cón- mu chos gr and es autor es en potencia qu e, falto.s de alicientes y estímulos, y a tem oriza dos por la h ostilidad del m edio, aba n donar on l a car rera tras de los primeros in t en tos o qu izá ni ll egaron a emprenderla . P or las misma s r azon es, es probable que muchos de los que h an p ersistido, no hayan escrito obr2s super ior es a las qu e h an p r od u cido hasta hoy. - L o que se n ecesita - plantea- para qu e M éxico. t en" ga gran des autores es, ante todo, que q ui er a .verdad eram en te ten erlos. Que el público efectiv o y poten CIa l de M éXICO llegue a sentir un vivo inter és por el teat ro y , sobre tod o, por un t eat ro pro.pi o.. Q cuando m enos, qu e aprend a de quienes están obligados a saber m ás q u e él a n o despreciar lo su y o por el solo hech o de ser suyo. D e esta manera , ' los autor es t en drán m ás oportun idades p ara v er sus obras r ep rese nta das y p ara ganar se con ellas el derecho a empl ea r su t iempo en p erfeccionarl as. Nor ue ga pen sionó en ~l ex; t ranj ero a lbsen , que no er a nin guna l umbrer a unIver Sl taria sin o un m odesto m an cebo de bo.tica de pueblo, y , a p esar de sus r eiterados fra casos del prin cipio, durante cerca d e tr ~i nt a años. - Si a p esa r de ello, M éxico n o produc e un I bsen , un Pirandell o o un Gir audou x, la cu ltura mexicana h abrá dad o de cu alqui er m odo un p aso importante. A l fin y al cabo, ni siquier a los p aíses de mayor tradición t eatral produ cen t odos los días un 1bsen. un Pirandell o o un Girau dou x, y no p or eso dejan de t en er y de fomentar u n teatro naCIO n a l del q ue se sienten muy orgullosos. Cua n do m enos, ha n apren di do q u e el genio. es un m ilagro de Dios y que Dios no h ace los mil a gros sino m u y de vez en v ez, siemp re y cu an do' qu e los h ombres se h ayan esforzado en p repara r el ambien t e in dispen sabl e p ara q u e se real icen .

Doce pregu ntas. 1.-¿ Qué representan h oy 1bsen, Pirandell o y Gira udou x! 2.- ¿S o.n los suyos dram as mu ertos o sobreviven a su s pro~ nios autores? ,, :- ¡ Quién de los t res es - o seráel m ás permanen te , en la dramática u niversal ? 4.- ¡ P Or qué 1bsen escandalizaba a su época? " .- ¡ Pirandell o es y a de una técni ca anticuada? 6 .- ¡G iraudoux acabó com o ejemplo. ' de sátira social ? ' 7.- ¡QU2 en señanzas contienen aún p a r a los m odernos autore ~?

S.- ¿D e su s obras y per sona jes cuáles se salvan? 9.- ¿Fuer on clásicos, lo son o vivieron sólo p ar a su ti empo ? 10. -¡ Quién es - si los hay - los sustituyen ah ora en el t eat r o universal ? 11.- ¡México, pu ede, en p ró ximo futuro, aspirar a t en er un I bsen, un Pira nd ello, u n Giraudoux? Si no, ¿por cuales r azones? 12.- ¡ Qué se n ecesita aquí, p ar a que afl oren y fructifiquen grandes autore s dram áticos?

iW aese respon de. Salvador Novo, au tor, director t eatral , humorista, ensay ista , poeta, periodista y director incluso de tel evi s ió~ , sen tado entre mil libros que empared ados ah ogan el rUId o de la ca ll e, r esponde magistralmente breve, a las pregu ntas sob r e 1bsen Pirandello y Giraudoux, tres de los má s gran des cad áveres ' de 1906, 1Q36 y 1944, r esp ectiv amen te. N ovo desen vain ó su famosa prosa ir ónica par a verterla en p ocas p alabras qu e m erecen ser trasl adadas a l papel exactamen te com o M a ese las em itió : l.- Hoy, 1bsen, P irandello y Gira udoux r epresentan para el teatr o lo que Char cot. Freud y Jung aportaron a l a micología. 2.- Lo p r opio de la obra de arte es sobrevivir a su a utor. 3.- I bsen , 7:=' %. P irand ello. 40. %· G iraudoux, 25% · 4.- P or que el r ostr o er a feo en el espejo limpio qu e él empuñab a. 5·- ¡N o! 6.- No. 7.- U n a en seña nza f undamental: la d e partir de una realidad estáti ca ha cia u n desarrollo y u n a solución dinámica . S.- Los hombres, de 1bsen. La s m uje res, de P irandell o. L o.s fa n tasm as. de Giraudoux. 9.-- Son ahora clásicos p orque vivier on i nten samente para su época. 10.- Q'Neill. Bompiani. A n ouilh. 11.- Ya los t ien e en un solo autor: U sigli. 12.- No conozco la receta. Ya la habr ía seguido.

CEL E E,C N O G O RO STIZA

~A LVADO R

Novo


FRAGMENTO

de uno de los más conocidos murales de Di.Jgo Rivera, a quien la Revista Bellas Artes dedicará íntegramente su próximo número, a manera de homenaje

EN

NUESTRO

PROXIMO

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