De íconos a documentos. Las fotografías de la huelga general de Uruguay en 1973
un año más tarde se sumaron Hermes Cuña y Julio Alonso, este último procedente de la sección de noticias gremiales. En 1964, el periódico cambió de sede y amplió sus instalaciones. Desde entonces, en diferentes fechas, se incorporaron a la sección fotografía Eduardo Bonomi, Sergio Pereira, Daniel Bauer, Francisco González, Héctor Mesa y Fernando González. No obstante, nunca fueron más de cinco los que en simultáneo integraron el plantel de fotógrafos del periódico. Al igual que en las secciones escritas, El Popular se nutrió ocasionalmente de los aportes proporcionados por colaboradores ajenos a su plantilla fija. Los fotógrafos concebían su trabajo como parte de la militancia política, lo cual –en su opinión– los colocaba en un peldaño más alto con relación a un trabajador que se limitaba a cumplir tareas en un horario determinado. Héctor Mesa refiere a este orgullo derivado de esa responsabilidad que trascendía el marco contractual de una obligación remunerada: “Era más bien un trabajo militante. Cuando vos hacés algo de ese estilo debe ser como el corresponsal de guerra, lo hacés por sentimiento, no es como el que está pago”.15 Ligada a este compromiso con la labor, otra de las características sobresalientes en la actividad habitual de los fotógrafos del El Popular fue el trabajo compartido y la ausencia de una distribución jerárquica en el reparto de tareas. Si bien Aurelio ocupaba el cargo de “jefe de fotografía”, el trabajo cotidiano se caracterizó por la horizontalidad en las tareas y la labor colectiva. Por regla general, los testimonios coinciden al destacar esta forma de trabajo cooperativa como uno de los valores positivos, derivados del compromiso compartido entre los miembros del equipo. La profesionalización del equipo de fotógrafos también estuvo sujeta a las posibilidades de incorporación de tecnología, materiales y productos químicos. Debido al escaso presupuesto con que funcionaba esta empresa periodística no se contaba con un rubro destinado a acompasar la innovación tecnológica en materia de insumos y equipos fotográficos. Por lo general, las cámaras utilizadas venían de la URSS u otros países del bloque socialista, sobresaliendo las marcas Zorki y Kiev. En este sentido un punto de inflexión se ubica a partir de la adquisición de máquinas marca Praktica, procedentes de la República Democrática Alemana (RDA), rememoradas por el plantel de fotógrafos como las más cercanas a una cámara “profesional”. 15 Entrevista a Héctor Mesa, op. cit. 185