L a s f o t o s q u e n o a l c a n z a m o s a v e r. . .
Los trabajadores no tenían que apelar a un imaginario comunista o “subversivo”. Más bien, ellos tomaron del marco legal de la Colombia de los veinte una inscripción de igualdad ya existente y exigieron que se implementara y se hiciera valer. Al citar repetidamente la Constitución colombiana, los trabajadores estaban exigiendo que la compañía cumpliera con las leyes que ya existían en los libros, llamando así la atención sobre el núcleo de poder soberano en Colombia: la United Fruit Company. Por tanto, a pesar de que la zona bananera no era un enclave hermético, la UFC logró posicionarse por fuera del orden jurídico, eligiendo qué leyes debía obedecer y cuáles podía ignorar. Frente a una huelga masiva, la compañía pronto se reafirmó como quien definía ese orden, invocando el poder represivo del Estado colombiano para cumplir su mandato contra un grupo de ciudadanos indirectamente empleados por ella. La mañana del 7 de octubre, los trabajadores de la plantación nombraron sus negociadores: Erasmo Coronel, Nicanor Serrano y Pedro M. del Río. Los tres hombres viajaron entonces a Santa Marta a presentar las exigencias de los trabajadores a la compañía. El gerente general de la UFC, Thomas Bradshaw, se rehusó a reunirse con ellos. Mientras tanto, empleando una prensa que habían traído con ellos a Ciénaga, Mahecha y Bernardino Guerrero publicitaron las actividades de los obreros imprimiendo volantes y el periódico Vanguardia. El 28 de octubre, la delegación obrera trató de nuevo de reunirse con la administración de la compañía. Pero Bradshaw se rehusó a negociar, citando un decreto de 1925 del gobierno colombiano que establecía que los trabajadores contractuales no eran empleados porque no había ningún “vínculo jurídico” entre los trabajadores y la compañía. Después, el Congreso colombiano aprobó la Ley de Defensa Social (Ley 69, 30 de octubre de 1928), apoyada por los ministerios de Guerra, Interior y Hacienda para acortar las huelgas, restringir la libertad de reunión y permitir la censura de la prensa.11 El 11 de noviembre, el comité negociador y los representantes de sesenta y tres fincas bananeras se reunieron en Ciénaga. Los trabajadores declararon una huelga general, que entraría en efecto el día siguiente.12 Los trabajadores sostuvieron que la UFC “no cumple una sola de las leyes de Colombia referentes a los tratos y contratos con los trabajadores, declarándose en abierta rebelión”. Más aun, “los obreros de la Zona Bananera en cambio 11 LEGRAND, Catherine, “Legal Narratives of Citizenship, the Social Question, and Public Order in Colombia, 1915-1930 and After”, en Citizenship Studies 7, nº 5, 2013, pp. 530-50. 12 LEGRAND, Catherine, “Bananeras”, 202. 157