Leyenda galga la Aina

Page 1

Leyenda de la galga Aína Cuentan que los llanos de la Aina fue el lugar donde se domaron a los caballos cartujanos. Estas tierras se realizan muchas actividades. Unos se dedicaron a domar caballos o toros, otros siguieron la afición de los galgos y todos se dedicaban a las ganancias del producto de las viñas y otros cultivos, porque los llanos eran unas tierras fértiles. Cuando recogían lo que se sembraba hacían carreras de galgos. Se organizaban muchas competiciones. Una de éstas fue el Premio La Ina que se celebró en estos llanos el día 24 de Diciembre de 1911. En el lugar donde se celebró la competición había muchos chozos. Estaban allí para que descansaran los campesinos que cultivaban las tierras. Cuando los llanos estaban sembrados no se podían correr las competiciones. Tampoco cuando acababan de ararlo. Sólo se podía correr cuando el suelo estaba asentado. Cuentan que un año uno de los Domecq tenía una galga que era muy buena corredora, se llamaba Aina. Cogía muchas liebres. Una vez llegaron a la final Aina y Terremoto. Antes de empezar la carrera los engancharon juntos en la “trailla”, que es un aparato que tienen dos collares, con un mecanismo para que los dos perros salgan a la vez. En un momento determinado se tira de un palo que está enganchado a una muñequera y se abren los dos collares para que puedan correr los galgos. Los galgueros, que llevaban los perros, iban andando. La galga Aina olía la liebre. Terremoto oteaba el horizonte. Alrededor y en los cerros estaban los que iban a ver las carreras, los aficionados. Los jueces, siempre con muchos pañuelos de colores y montados en unos bonitos caballos, tenían un pito esperando que salieran las liebres, cuando ésta sale corriendo, el traillero la sigue con los galgos y cuando el juez toca el silbato suelta el palo de la trailla y empieza la carrera. En ese momento salieron corriendo por el campo. El público estaba emocionado. La liebre era muy dura, es decir corría tanto que era muy difícil cogerla. Todos esperaban que llegara el minuto y medio o dos que suelen durar las carreras. La liebre a toda velocidad iba buscando un lugar donde resguardarse, para que no la cogieran los perros. Pasaron tres minutos. La liebre encontró un chozo y para escabullirse empezó a dar vueltas a su alrededor. Al poco tiempo Terremoto se paró. Los dueños de Terremoto cogieron a su perro, lo amarraron y le empezaron a dar vueltas para que no se echara al suelo evitando que se muriera. Pasaron cinco minutos. Aina seguía corriendo. Un minuto más tarde Aina poco a poco fue perdiendo las fuerzas, su velocidad fue disminuyendo hasta que se tuvo que parar. Se desplomó. Sus dueños salieron corriendo a ver lo que le pasaba. Aina no reaccionaba. Intentaron levantarla, pero no era posible. Quisieron que anduviese, intentaron reanimarla hasta dándole un corte en la oreja para que reaccionara con el dolor. Entonces espabiló un poco. La cogieron en brazo y la llevaron al veterinario. Cuando llegaron vieron lo que le pasaba. Estaba muy grave. Intentaron que mejorara, pero no era posible. Quince días después Aina, desgraciadamente, murió. Dicen que desde entonces la barriada donde está el colegio La Ina, se llama así. Por este motivo se quitaron los chozos de los llanos y los pusieron en el cerro donde está la Barriada. Fin.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.