Estudio Ambos a dos : proveer y cuidar El desafío pendiente en una sociedad en evolución

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manufacturero; mientras se acentúa el proceso de tercerización de la economía, al aumentar la importancia de las actividades de servicios. Al mismo tiempo, se profundiza la segregación ocupacional según género, visto el incremento en la participación de la mujer en el sector “otros servicios” de 38.6% en 1996 a 44.0% en el 2008. El gran peso de esta rama de actividad se debe parcialmente a que incluye el servicio doméstico. La Encuesta de Ingresos y Gastos de los Hogares realizada por la Oficina Nacional de Estadística en el 2007 estimó que 254,071 personas trabajan en este sector, lo cual representa el 6.7% de la PEA ocupada. Una tendencia que se ha profundizado durante los últimos años es el descenso de la participación de la mujer en el sector manufacturero, con una disminución del 21.5% en 1996 al 13.1% en el año 2008, prácticamente igualándose a la cifra masculina. Esta tendencia guarda coherencia con dos hechos simultáneos: la caída de la participación de la mujer en las zonas francas, la cual pasó de 56% en 1996 a 51% en el 2008 y la crisis que ha experimentado el sector de zonas francas a partir del año 2005, como consecuencia de la eliminación total de las cuotas de importación de prendas de vestir hacia los Estados Unidos (Consejo Nacional de Zonas Francas, 2008; CIPAF, 2007).

Estos cambios en la organización del trabajo, de mantenerse, deben dar origen a políticas conciliatorias que den respuestas a las nuevas necesidades y que involucren a los hombres en el trabajo doméstico en los hogares.

La tercera rama de actividad en importancia para la PEA femenina es la de comercio, que ha experimentado un crecimiento muy leve de 19.4% a 20.3%, aumento inferior al de los hombres que pasaron de 19.4% a 21.7%. La cuarta rama de actividad en importancia es hoteles, bares y restaurantes, producto del peso de la actividad turística en la economía dominicana. En esta rama la proporción femenina experimenta un moderado ascenso de 8.6% a 9.8% entre el 1996 y el 2008, de forma similar a la cifra masculina, la cual aumenta de 3.4% a 4.3%. Es importante destacar que los tres sectores en los cuales la mujer tiene una elevada participación (zonas francas, comercio y turismo) se caracterizan por condiciones laborales tales como las largas e intensivas jornadas, horarios rotativos, jornadas partidas y trabajo durante fines de semana y vacaciones, las cuales dificultan la conciliación de forma importante. Estos cambios en la organización del trabajo, de mantenerse, deben dar origen a políticas conciliatorias que den respuestas a las nuevas necesidades y que involucren a los hombres en el trabajo doméstico en los hogares.

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