Así como su cuerpo, también, como objeto del deseo: Esta es la primera vez en la historia de Colombia que un hombre aparece en un desnudo frontal en la tapa de una revista. Soho no podía tratar diferente a las mujeres, así que mostró un símbolo sexual para nosotras, y quién mejor que el futbolista, cuyo miembro se convirtió en un mito. El mito no comenzó porque Faustino Asprilla era negro, o alto, o atractivo o famoso. Empezó el día en que una fotógrafa (“si no estoy mal, era una mujer”) disparó su cámara al hombre que llevaba el balón. El resultado fue una foto del Tino con su miembro asomándose rebelde a través de los pliegues de la pantaloneta azul del uniforme de la Selección… En el momento en que se quitó la bata color chocolate, era evidente que habíamos escogido al indicado. A sus 37 años, Asprilla es un hombre perfectamente formado, pero con el peso que da la edad. No tiene cuerpo de adolescente lleno de vitalidad y succionado de grasa, sino el cuerpo de un hombre que sabe que la vida está en el equilibrio. Mucho más atractivo. Sus pectorales son perfectos. Sus abdominales siguen siendo poderosos. Sus nalgas son magníficas (Orrantía, 2007).
Franz Fanon (1973, pp. 148-151) denominó ‘maniqueísmo delirante’ a aquellas parejas discursivas que –aunque el color de la piel no sea depositario de valores específicos– caracterizan al negro como genital y símbolo del Mal y lo Feo, mientras el blanco es la razón y el símbolo de lo Bueno y lo Bello123, y estudió, como psiquiatra, el deseo del negro de ser blanco (“No quiero que se me reconozca negro, quiero que se me reconozca blanco… y [hacer] mías la civilización y la dignidad blancas”) (1973, pp. 52 y 67). El ex futbolista colombiano Faustino Asprilla apareció en la portada de la revista ‘Cromos’, mitad negro, mitad pintado de blanco. “Sería bueno cambiar de color por un ratico, para ver si me ven diferente, si paso desapercibido, si puedo hacer cosas que hace la gente común y corriente, normal y que nadie dice nada… No me incomoda para nada ser de color, lo que pasa es que últimamente con tanto problemita que he tenido, pensé que puede ser por racismo, porque como siempre me han perseguido por el hecho de ser famoso, nunca le había prestado atención a lo del racismo”. Asprilla no desconoció sus escándalos pero señaló que por su color se recuerdan más. “Siempre me sacan a relucir cosas del pasado, y siempre quieren mostrar que yo soy el malo. Y yo creo que una parte es uno, y otra parte creo que es el color que uno carga encima, porque sin lugar a dudas, me hubieran juzgado diferente si hubiera tenido otro color”, aseguró (Providenceenespanol.com , 2008, resaltados nuestros).
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Y para seguir con las reflexiones de Fanon sobre el discurso acerca de la simplicidad negra, “mito forjado por observadores superficiales”, sigamos también con el Tino: Los colores de la fama [La] carrera deportiva [del Tino] fue tomando el color dorado de la gloria y el verde de los dólares… Este sábado, en el estadio Atanasio Girardot, de Medellín, la despedida de Faustino Asprilla…fue un