Catalogo Ihuatzio

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Retrato de la diversidad P’urhÊpecha



Agradecemos a todas nuestras familias, en especial a nuestros padres y hermanos, por su apoyo incondicional y su comprensión durante todo este año de trabajo. La realización de este catálogo no hubiera sido posible sin el apoyo y asesoría en el proyecto, del coordinador de la trayectoria de Estudios Multiculturales de la Universidad de La Ciénega del Estado de Michoacán de Ocampo, el maestro y amigo Pedro Cortés Rodríguez. Agradecemos también al Dr. Luis Arturo Ávila Meléndez y al CIIDIR Michoacán, unidad Jiquilpan, por su apoyo y asesoría. A la comunidad de Ihuatzio, Michoacán por permitirnos el acercamiento, diálogo y apertura

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cultural, en especial al Sr. Ismael García Marcelino y familia, y al Sr. Oscar Valdovinos Marcelino por las facilidades brindadas. Al LDCV. Christian Vallarta Villalpando por su colaboración en el diseño de este producto. Al Mtro. Ignacio Moreno Nava por el apoyo técnico prestado. A nuestro amigo, el Ing. Oswaldo Jiménez Martínez por las facilidades brindadas dentro de las investigaciones de campo en la comunidad de Ihuatzio. A la Universidad de La Ciénega del Estado de Michoacán de Ocampo (UCM) por facilitarnos los recursos y materiales audiovisuales necesarios para la recopilación de información. Al cuerpo docente de nuestra Universidad por todos los conocimientos adquiridos, necesarios para formar, crear y consolidar este proyecto.


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Presentación

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Lugares Principales

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Fiestas Tradicionales

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Fiesta Grande Noche de Muertos

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Gastronomía

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Semblantes

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Artesanías

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Bibliografía

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Apéndice Fotográfico

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En el presente catálogo se retratan los principales lugares y prácticas culturales de Ihuatzio, Michoacán, o “Lugar de coyotes” por su significado en p’urhépecha. Esta comunidad indígena pertenece al municipio de Tzintzuntzan, y se puede llegar a ella por la carretera federal número 15 (Morelia – Guadalajara). Así, al llegar a Quiroga, se toma la desviación a Pátzcuaro y en el kilómetro 14, se encuentra la carretera que lleva a la comunidad de Ihuatzio, misma que se ubica a la orilla del lago de Pátzcuaro. Aunque no se cuenta con mucha información acerca del pueblo ancestral que alguna vez ocupara Ihuatzio, las yácatas o “plaza de armas” son una primera muestra de la importancia histórica de la comunidad. Las prácticas culturales de Ihuatzio, que van desde la gastronomía hasta la organización y práctica de sus festividades, están marcadas por cierto misticismo de los antiguos p’urhépechas,

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pues en ellas se recupera la herencia de un imponente pueblo prehispánico. Su organización social es de tipo comunal, esto permite la integración de toda la población en dichas costumbres y tradiciones. En las calles de Ihuatzio podemos encontrar sus artesanías hechas con chuspata tejida (o tule), comida típica de la región, una agradable calidez por parte de los pobladores, así como la lengua p’urhépecha típica de esta región que se rehúsa a desaparecer. Este material da muestra de la riqueza cultural que existe en Ihuatzio, pues además de las imágenes, acompañan a éstas algunos textos de carácter descriptivo, en donde se habla de la importancia histórica y simbólica de esta población indígena. Ihuatzio brinda riquezas naturales y culturales para el turismo, además de ser una comunidad que muestra la diversidad cultural que coexiste en nuestro país y hace de la multiculturalidad una experiencia viva.


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La riqueza de las culturas se puede ver reflejada en los espacios naturales con que cuenta, pero también en los lugares que cobran importancia gracias al significado histórico y cultural que poseen. Existe una relación muy estrecha entre los lugares principales de Ihuatzio con su historia, las prácticas artísticas, tradiciones y costumbres. Una característica propia de Ihuatzio, es la forma de sus calles, pues además de contar con algunas que cruzan la comunidad, tiene también pequeños y múltiples callejones, en su mayoría empedrados, conservando así su apariencia antigua y pintoresca.

El centro del pueblo es reconocido por la presencia de tres edificios de relevancia para la comunidad: la parroquia católica dedicada a San Francisco de Asís, la priostería y la jefatura de tenencia. En la entrada al pueblo podemos encontrar la llamada “Plaza del coyote”, es aquí donde desembocan la carretera y el libramiento, que son los dos accesos para llegar a Ihuatzio. En el centro de esta plaza se eleva una estructura piramidal de tres niveles, y en lo alto un coyote de piedra, este es un monumento a la memoria histórica de la comunidad, pues Ihuatzio significa “Lugar de coyotes” en lengua p’urhépecha.

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Esta comunidad cuenta también con vestigios arqueológicos, pues como Tzintzuntzan y Pátzcuaro, Ihuatzio fue uno de los tres centros ceremoniales más importantes del imperio p’urhépecha en Michoacán antes de la conquista española. A estas edificaciones se les conoce como “yácatas” que significa en lengua p’urhépecha “montón de piedras”.

Monumento al coyote 8


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Leyenda “Bienvenidos a Ihuatzio�, ubicada en la entrada de la comunidad.

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Vista panorámica de Ihuatzio y parte del lago de Pátzcuaro. Fachada del Templo (y sacristía) Establecidos a la orilla del lago, los habitantes de Ihuatzio ya evangelizados, edificaron un templo que ahora es uno de los lugares más importantes para la comunidad, pues es considerado como el centro del lugar, además de ser principal punto de reunión en los ritos y celebraciones más representativas para la población.

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Palmera. Incrustación en la fachada del templo.

Torre

Coyote de piedra. Parte alta de la torre del templo. En la fachada del templo se observan algunas incrustaciones que responden a figuras de gran importancia simbólica para los habitantes de Ihuatzio, pues dan muestra del sincretismo ocasionado con la llegada de la religión católica. La gente de Ihuatzio aceptó la nueva religión, pero sin olvidarse de sus raíces y su historia, evidenciando esto en la fachada del templo en honor a San Francisco de Asís. Se tiene la representación de la pesca, mostrada a través de una pareja a bordo de una lancha, pues ésta era una de las actividades principales de los antiguos pobladores. La figura de más relevancia, ubicada en la parte alta del campanario del templo, es un coyote de piedra que hace referencia al significado en p’urhépecha de Ihuatzio, “Lugar de coyotes”. Se realizan fiestas a los santos católicos, se veneran y se reza con la devoción que los frailes franciscanos enseñaron a la comunidad de Ihuatzio cuando se dio la evangelización, sin embargo, a pesar de todo eso, su pasado como pueblo p’urhépecha aún se recuerda, y como prueba de ello se encuentra el pequeño coyote hasta la punta de la torre.

Pescadores. Incrustación en la fachada del templo. 13


Vista frontal de la priostería. Priostería. Vista desde de la plaza. La priostería es otra de las edificaciones con suma importancia social para los habitantes de Ihuatzio, pues es la casa del prioste en turno, está ubicada a la izquierda de la entrada principal al templo, ahí se llevan a cabo algunas de las asambleas y rituales religiosos más significativos de la comunidad.

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Plaza del Coyote ubicada a la entrada de la comunidad. Plaza del Coyote o Plaza del Coyotito como lo llaman los lugareños, es el lugar que recibe a los visitantes, pues se encuentra justo a la entrada de Ihuatzio. El monumento erigido representa al coyote en la cima de una yácata, listo para hacerse escuchar, resguardando al lugar de coyotes.

Jefatura de Tenencia. El principal edificio de carácter político en Ihuatzio, es la jefatura de tenencia. En ésta, el jefe de tenencia, así como el cabildo, se encargan de mantenerse conectados con el pueblo, tomando el papel de intermediarios entre la comunidad misma y el gobierno de Tzintzuntzan, municipio al que Ihuatzio pertenece. El jefe de tenencia representa una de las tres autoridades máximas que existen en Ihuatzio, las otras dos corresponden al prioste, persona encargada de las diligencias de la iglesia por determinado tiempo; y la iglesia misma, representada ésta por el párroco en turno. Los habitantes de Ihuatzio tienen una organización territorial y social muy peculiar, que heredaron de sus antepasados. Hay nueve linajes que corresponden a nueve barrios consanguíneos, no territoriales. Los barrios se forman de acuerdo a linajes patrilineales, es decir, los hijos varones del líder de la familia heredarán ese linaje, en cambio las mujeres, adquirirán el linaje del hombre al que desposen, conservando así los nueve linajes representados en los nueve barrios existentes. Existe otra forma de organización dictada por la iglesia, pues era necesario organizar a la gente en dos grandes grupos. Así surgen dos colonias: la del Sagrado Corazón y la de la Asunción.

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Yácatas. Vista desde el camino. Yácatas. Principales edificaciones del antiguo centro ceremonial p’urhépecha. Muro que rodea la plaza de armas.

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Los vestigios arqueológicos con que cuenta Ihuatzio, adquieren mayor relevancia al conocer la historia del imperio p’urhépecha. En La Relación de Michoacán, se narran acontecimientos de relevancia para Ihuatzio y los dos centros importantes en el señorío p’urhépecha: Pátzcuaro y Tzintzuntzan.

Construcciones de piedra laja.

Tariácuri, personaje y héroe distinguido para el señorío p’urhépecha, era gobernante supremo de toda la ribera del lago hasta llegar a Pátzcuaro, lugar que gobernó durante muchos años, hasta que su primer hijo, Kurátame, ayudado por su abuelo, tomó el poder en esa población obligando a Tariácuri a salir de la región. Cuando Tariácuri regresa, vuelve a tomar el poder y en un intento por restablecer la unidad de su grupo, dividió el extenso territorio en tres partes y nombró gobernantes a sus sobrinos Hiripan, quien gobernaría “la aldea de Kuy(uw)akan”, ahora Ihuatzio; y a Tangax’wan lo puso a cargo de “la aldea de Michwakan”, hoy Tzintzuntzan; mientras que al otro de sus hijos Hikíngare lo mantuvo en Pátzcuaro a su lado. Taríacuri les dio un cuchillo de obsidiana, el cual pertenecía al dios del fuego conocido como Curicaveri, para que lo llevaran a Ihua-

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tzio y comenzaran a levantar un templo de piedra. A la muerte de Tariácuri, alrededor del año 1250, Hiripan tomó el poder y así, Ihuatzio se convirtió en la más importante de las tres capitales, pues ahí se resguardaba aún el cuchillo de Curicaveri, así como todo el tesoro del Estado. Este centro ceremonial se encuentra rodeado por murallas, utilizadas entonces como mecanismo de defensa, para protegerse de posibles ataques de otras aldeas y de animales salvajes. La forma que presentan las yácatas de Ihuatzio difiere de las que se encuentran en Tzintzuntzan, pues en este lugar su forma es redonda, a diferencia de las edificaciones de Ihuatzio en las que se erigen sus contornos cuadrados. Esta distinción se debe a herencias culturales de los antepasados del lugar, pues antes de que llegara a esos territorios la cultura purépecha, había ahí un asentamiento náhuatl. Encontrarse ante las imponentes edificaciones, hacen que la imaginación despierte en estos paisajes, mismos que hace tiempo ya, fueron ocupados por toda una cultura, floreciente y llena de vida.


La gastronomía en Ihuatzio, juega un papel fundamental en los acontecimientos sobresalientes, ya que complementa la fiesta y reunión, en donde la sazón y la tradición se conjugan de manera exquisita.

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La gastronomía en Ihuatzio es un claro reflejo de la esencia de la cocina tradicional mexicana, ya que se utiliza como ingrediente indispensable el Maíz. Los platillos típicos de la comunidad son el atole de maíz, las corundas, los lacatamales, el churipo, pozole, mole de pollo, caldo de pescado, pescado frito, entre otros. En el marco de sus festividades las encargadas de preparar los alimentos son las mujeres de Ihuatzio, conservando esa herencia gastronómica cuasi artesanal distintiva de la comunidad. Tampoco hay distinción en cuanto a edades, ya que se involucran desde las niñas más pequeñas hasta mujeres con gran experiencia en este ritual de preparación de los alimentos.

Pan elaborado para la fiesta Grande. 20


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Ingredientes básicos para la alimentación en Ihuatzio. Lacatamales. Caldo de pescado. Corundas. Otra de las celebraciones más importantes para los habitantes de Ihuatzio es la Noche de Muertos. Para esta ocasión, se preparan los llamados lacatamales, preparados con masa de maíz, batidos con manteca y sal, agregándole ya sea carne de pollo o res.

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Tradicional mole de pollo preparado en la Fiesta Grande. Corundas.

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Ihuatzio Michoacán también es lugar de artesanos. En la comunidad hay talleres familiares en donde se trabaja la chuspata o tule, produciendo diversas figuras decorativas, cestos, lámparas y mueblería. Anteriormente se extraía la materia prima de la orilla del lago de Pátzcuaro, sin embargo este recurso se agotó con el paso del tiempo. Ahora, las familias de artesanos salen de la comunidad para conseguir la chuspata, siendo el principal lugar para el abastecimiento de este material el lago de Cuitzeo. Además de las artesanías de chuspata, en Ihuatzio se producen también algunas prendas de la vestimenta típica, como los mandiles que suelen lucir las mujeres en las fiestas de la comunidad.

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Los artesanos de Ihuatzio pueden, con sus manos, tejer un sin número de figuras, tantas como su imaginario pueda crear.

Armazones de lámparas de fibra teñida. 26


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Elaborando una lámpara.

Ihuatzio es también lugar de artesanos. La actividad artesanal del tejido de chuspata, o tule, es la principal fuente de ingresos a la economía local junto con la venta de alimentos fuera de la comunidad. Las artesanías se producen en el seno de talleres familiares, en los cuales se enseña a las nuevas generaciones desde temprana edad el manejo de esta fibra natural, logrando así que la artesanía se vuelva tradición, y perdure a pesar del paso del tiempo.

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Hace muchos años se extraía la materia prima de la orilla del lago de Pátzcuaro, y por este motivo se convirtió en la principal actividad productiva de la comunidad, sin embargo, el lago dejó de producirla, y la actividad artesana de Ihuatzio se vio severamente afectada, ahora los artesanos deben salir de la comunidad para conseguir dicho material, siendo el lago de Cuitzeo la fuente más cercana para el abastecimiento de este. Es impresionante el esfuerzo que hacen los artesanos para rescatar ese patrimonio cultural y saber popular que han heredado generación tras generación, teniendo que viajar para conseguir materia prima y continuar así con la fabricación de un producto artesanal que los distingue.

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Actualmente algunos talleres familiares están combinando el tejido de tule con la herrería, con esta composición se producen muebles de todo tipo, desde cajoneras y mesas, lámparas de distintas figuras, portarretratos, sillones y comedores completos, solo por mencionar algunos, esto está abriendo más oportunidades a algunos artesanos por cautivar nuevamente a los exigentes consumidores. Desgraciadamente no todos los artesanos tienen los medios para implementar esta nueva manera de producción.

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Además de las artesanías de chuspata, en Ihuatzio se producen también algunas prendas, propias de la vestimenta típica femenina, como son el bordado de delantales y de guanengos que suelen lucir las mujeres en las festividades de la comunidad.

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En este apartado se aprecia plenamente la esencia y manera de celebrar en Ihuatzio, en las que se combinan la fiesta, la devoción religiosa, las herencias gastronómicas y conductuales, así como simbólicas, de los pobladores de la comunidad. En otras palabras, se mezcla el colorido y el sabor de la comunidad p’urhépecha. El reflejo de la gran devoción de la comunidad de Ihuatzio hacia su santo patrón “San Francisco de Asís”, el día 4 de octubre de cada año, se ve reflejada en la preparación y realización de “La Fiesta Grande” como ellos la llaman. Se puede apreciar a una cultura impregnada de historia y tradición ancestrales. En la preparación de estas festividades participa toda la comunidad. Los cargueros son los responsables de la organización de la fiesta, y toda su familia está comprometida a colaborar, pues ser carguero en Ihuatzio representa un fuerte prestigio social. Los días 1 y 2 de noviembre los habitantes de Ihuatzio celebran la “Noche de muertos”, de una manera tan peculiar como sólo ellos pueden hacerlo, conviven de manera cercana y cálida con sus parientes muertos. Las tumbas son adornadas con flores de cempasúchil y alimentos que se colocan como ofrendas, y los familiares velan toda la noche a sus fieles difuntos. Esto gracias a la herencia purépecha que han heredado. Existen otras festividades en Ihuatzio a lo largo del año que en su mayoría son de carácter religioso, sin embargo, las principales son las antes mencionadas.

Tumba típica y ofrendas. 36


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Fiesta Grande

El día 4 de octubre de cada año el pueblo de Ihuatzio está de fiesta, pues es el día en que honran a San Francisco de Asís. Esta fiesta es una de las más grandes en la comunidad, en la que llenan al santo con flores y velas. Todos los que participan tanto en la organización como en la realización de dicha fiesta, adquieren prestigio y reconocimiento social dentro del pueblo.

San Francisco de Asís. Toritos. Figuras pirotécnicas.

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Casa del juez. Víspera de la Fiesta Grande. Cargueros El ser carguero en Ihuatzio es de suma importancia, pues no sólo se trata de organizar la fiesta del 4, si no que durante todo el año se está al pendiente de las necesidades del santo en la iglesia y la fiesta es la culminación del cargo mismo. Entre otras cosas, el carguero debe asegurarse que San Francisco, durante todo un año, tenga una vela prendida siempre. La lista de los que aspiran mantener este cargo durante lo largo de un año es tan grande que incluso tienen que esperar años para que su turno llegue. Cuando se llega a las casas de los jueces a reiterar la invitación se da un ritual, en el que se ofrendan cigarros y tequila a los hombres presentes, pronunciando un discurso en p’urhépecha que según las palabras del señor Ismael García, habitante de la comunidad, dice así: “ya que queremos pedirles permiso para que salgamos un poco a andar por el camino, aquí el moro capitán, soldado capitán, alférez, sargento, vinieron a pedir permiso, y no teniendo otra cosa que ofrecer, solamente les ofrece aquí un poco de agua bendecida de San Juan, para que así tengan a bien recibirlo”. El tequila toma el papel de esa agua bendecida de San Juan que mencionan y junto con los cigarros forman parte del acto de dar gracias por la aprobación a la fiesta por venir.

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Moro CapitĂĄn y acompaĂąante. PeregrinaciĂłn de los Moros hacia las casas de los jueces.

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Grupo de Chirimiteros Un día antes de la fiesta, el día 3 de octubre, salen los grupos de moros y soldados, acompañados por los hombres que corresponden al barrio de cada grupo a pedir permiso ahora a los jueces que integran el cabildo, reiterando la invitación a la fiesta. Una característica de estos grupos que peregrinan por las calles de Ihuatzio antes de la fiesta, es la banda musical que los acompaña. Cada grupo tiene una banda de chirimiteros que tocan música prehispánica durante todo el recorrido, los instrumentos, las chirimías, datan de tiempos ancestrales y afortunadamente se han logrado conservar como parte de esta tradición.

Chirimitero 1 y 2 Grupo de Chirimiteros 41


42 Soldados y sus esposas.

Mujer lavando loza.

Mujeres en la v铆spera de la Fiesta del 4. En la preparaci贸n de atole.


Las Mujeres en la Celebración En días de fiesta las esposas de cada uno de los cargueros convocan a las demás mujeres de la familia, para así poder preparar grandes cantidades de comida y así compartir y convivir con el resto de la población. Son ellas las que se encargan de preparar los alimentos para todos. En los patios de las casas puede verse un número considerable de ellas dándole su sazón a los caldos y al mole, otro grupo prepara tamales y corundas, otras esperan a los hombres y niños con cestos repletos de pan y con enormes cazos llenos de atole. Es el día 3 de octubre cuando las mujeres se reúnen y dejan todo listo para la Fiesta Grande. Soldados Para la Fiesta Grande, como la llaman los habitantes de Ihuatzio, se forman dos grupos, el de Moros y el de Soldados. Esto, en voz de Ismael García Marcelino, habitante y principal promotor cultural de Ihuatzio, se cree que tiene la intención de mofarse de los conquistadores españoles, recordándoles que ellos también fueron conquistados por pueblos árabes y franceses. De esto último se desprende la confección de los trajes que cada grupo usa en la fiesta. Los soldados visten uniformes de estilo europeo, representando militares franceses. Estos trajes son adornados con plumas de colores y espejos, siguiendo la tradición año con año. Además, el traje se completa con un sable que usan en la danza popular, ejecutada el día 4 de octubre dentro y fuera del templo a San Francisco de Asís, ofrecida a este mismo santo.

Vestimenta típica de un soldado.

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Moros El traje típico de los moros se creó pensando en un estilo árabe, sobresaliendo una especie de turbante con muchos adornos, entre los que se observan flores, collares y espejos. Los colores de estos trajes son llamativos, usando múltiples pañuelos atados alrededor del rostro y un pantalón especial con barbas en la parte inferior, que se mueven al ritmo de la danza, acompañando así a estos personajes.

Grupo de Moros el día de la fiesta. Moro a caballo. Atrio del templo. Vestimenta típica en los Moros.

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Noche

de muertos

El día de muertos es otra celebración representativa de la comunidad de Ihuatzio, misma que los pueblos rivereños del Lago de Pátzcuaro le dan un toque especial que atrae la atención de turistas de todo el mundo. Las tumbas de los panteones son decoradas con diferentes figuras hechas de flores de cempasúchil, que por lo general tienen que ver con la ocupación, o los gustos que en vida haya tenido el difunto al que se le dedica la ofrenda, misma que se complementa con diferentes muestras gastronómicas que algún día fueron del agrado del familiar caído, además de velas y veladoras, vino o agua y en algunas ocasiones objetos personales del difunto. Para los habitantes de Ihuatzio esta tradicional celebración tiene una particularidad, pues los difuntos fallecidos en el año, antes del mes de julio, reciben como ofrenda especial un arco adornado con flores de cempasúchil, el cual muestra el camino a los difuntos que por primera vez vienen a encontrarse con sus familiares, y al mismo tiempo les da la bienvenida. Los fallecidos después del mes de julio no pueden ser ofrendados con el arco hasta el año entrante.

Tumba adornada con portal. Ofrendas. 46


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Mujer velando. Tumbas.

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Velaci贸n de tumbas. Noche de muertos.

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Entrada al pante贸n de Ihuatzio.

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La gente que ahora habita Ihuatzio, tiene una singular calidez, reservados pero con expresiones fuertes. Sus miradas hablan del trabajo de la vida y la alegría de vivir. Se ha capturado el correr de la cotidianidad de los habitantes de este lugar, revelando un retrato de los rostros que dan muestra de la diversidad cultural que en Ihuatzio existe.

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Ihuatzio desborda una quietud que es percibida desde que se llega a la comunidad y en la medida en que se va adentrando en sus calles y callejones hasta llegar a su corazón, el templo, se siente la invasión por esta calma y el misticismo que parece haber conservado desde que los habitantes prehispánicos lo habitaron. Sus callejones empedrados son acompañados por el sinnúmero de perros que deambulan por toda la comunidad, quizá éstos puedan ser los restos de lo que fuera el lugar de coyotes hace años.

Alegría desbordante. 52


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54 Atento infante.


Mirada tímida. Priostería.

Mujer alegre. Víspera de la Fiesta Grande.

Conversando. 55

Los rostros de Ihuatzio La diferencia de edades en los rostros de Ihuatzio deja ver la diversidad en cuanto a la carga cultural que cada uno posee. El paso generacional ha hecho ya algunos cambios, pues se observa cómo la forma de vestir no es la misma para los jóvenes que para los adultos, y son estos últimos precisamente los que aún se revisten con prendas típicas del lugar, dejando a los más jóvenes las ropas contemporáneas. El mismo caso corresponde al uso de la lengua purépecha, los adultos mayores son los que más la practican. Los niños, en cambio, sólo saben algunas palabras aprendidas en la escuela. A pesar de todo esto, ellos conservan una historia común que los define como una comunidad única y la inclusión de discursos en p’urhépecha en algunos rituales que se tienen en las festividades principales de Ihuatzio, ha logrado que la lengua purépecha viva aún entre sus hablantes.


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Pensamientos.

Hombre a la orilla del lago.


Por los callejones de Ihuatzio.

Laborando.

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Hombre en su jornada de trabajo.

Cocina tradicional en Ihuatzio.


Vivienda típica de Ihuatzio.

Fe. Templo a San Francisco de Asís.

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60 Caminata. Carretera a Ihuatzio.

De camino hacia las yรกcatas.


Caminantes Las jornadas laborales que existen en Ihuatzio son distintas de acuerdo al género de que se trate. La mayoría de los hombres aun trabajan el campo, son ganaderos, o hacen trabajo de construcción. Las mujeres en cambio, se dedican al hogar principalmente, además preparan comida que llevan a vender a los alrededores, sobre todo en Pátzcuaro.

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Fotografía Grupo Taninda Karen Alondra Guízar Miranda Brenda Glosinia Montoya Rodríguez María del Carmen Moreno Cárdenas Todos los derechos reservados.

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