Lecturas Bíblicas
LECTURAS BÍBLICAS
TRADUCIDO DEL INGLES POR SRTA. CARMEN CORTES P. COMPAÑÍA DEL TRIUNFO CRISTIANO Corpus Christi, Texas E. U. A. www.TriunfoCristiano.com
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EL PECADO Definición del pecado. Es la transgresión de la ley. la Juan 3:4. Es hacer las cosas que la ley de Dios prohibe. la Juan 5:17. Es desobedecer la ley que Dios manda. Sant. 4:17. Todo lo que no es de fe, es pecado. Rom. 14:23. La insensatez es pecado. Prov. 24:9. Los malos pensamientos son pecado. Gen. 6:5; 8:21. El pecado está en contra del hombre, cuando éste sabe que las cosas que está haciendo son condenadas por la ley de Dios. Juan 9:39-41; 15:22-24. Descripción del pecado. Proviene de un corazón malo. Marc. 7:21-23. Es el fruto de un deseo desordenado. Sant. 1:15. Es el aguijón de la muerte. la Cor. 15:56. Es la obra de las tinieblas. Ef. 5:11. Es la obra del Diablo. la Juan 3:8, Juan 8:44. Son las obras muertas. Heb. 6:1. Es el engaño. Prov. 14:34. Es grande. la Sam. 2:17. Es poderoso y puede presentarse en diversas formas. Amós 5:12. Algunas de las veces es necio. Salmo 19:13. Algunas veces se muestra abiertamente. la Tim. 5:24. Algunas veces se oculta. Sal. 90:8, Ecl. 12:14. Es como la grana y el carmesí. Isa. 30:1. Los malvados. Son siervos del pecado. Juan 8:34, Rom. 6:16. Están muertos en sus pecados. Ef. 2:1. No pueden dejar de pecar. 2a Ped. 2:14. Añaden pecado al pecado. Isa. 30:1.
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A menudo creen que no están pecando porque son prosperados. Prov. 10:16. Aunque se encuentran desesperados, continúan pecando. Jer. 18:12. Casi siempre echan la culpa de su pecado a otras personas. Gen. 3:12, 13. Inducen a otros a pecar. Gen. 3:6. Su deleite está en la amistad con los pecadores. Rom. 1:32. Los efectos del pecado. Los efectos presentes: Produce la muerte. Sant. 1:15. Separa de Dios. Is. 59:1-2. Esclaviza. Juan 8:34. Los efectos futuros del pecado: Todos los que mueren siendo pecadores, están perdidos. Juan 8:21-24. Todos los pecadores serán echados en el infierno. Salm. 9:17. Todos los que cometen pecado, son hijos del Diablo. 1a Juan 3:8.
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EL PECADOR El pecador – Su estado espiritual. No es nacido de Dios. la Juan 3:8; Juan 8:44. Es esclavo del pecado. Prov. 5:22. Su nombre no está escrito en los cielos. Ex. 32:33. Es cautivo de Satanás. 2a Tim. 2:26. Está condenado por el pecado. Tito 3:11. No tiene paz. Is. 57:21. Está muerto en sus pecados. Ef. 2:1. Es del mundo. la Juan 2:15-16. Es pecador por naturaleza. Ef. 2:3. El pecador – Su vida diaria. Pecando está sirviendo a Satanás. la Juan 3:8. Anda en el camino de pecado. Ezek. 3:18. Es deshonesto. 2a Cor. 4:2. Su conversación es pecaminosa. Ef. 5:3-4. Es orgulloso. Prov. 21:14. Va al camino que dirige a la perdición. 2a Ped. 2:15. Va por el camino de muerte. Jer. 2:8. El pecador en la muerte. Es injusto. Hechos 24:15. Obtiene su recompensa. 2a Cor. 5:10. Viene a condenación. Juan 5:28-29. Es atormentado en la muerte. Heb. 2:15. El pecador en el juicio. Es execrado. Mal. 2:2. Avergonzado. Luc. 9:26. Todavía es injusto. Apoc. 22:11. Tiene prometido el infierno. Sal. 9:17. Sus pecados le siguen al juicio. la Tim. 5:24. 5
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El pecador en la eternidad. Está en el infierno. Apoc. 20:10-15. Está con Satanás. Apoc. 20:10, 15; Mat. 25:41. Se le ha dado una recompensa. Gal. 6:7-8. Es atormentado por los demonios. Apoc. 14:11. Conclusión. Mat. 25:46.
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LA RECONCILIACIÓN Se explica en: Rom. 5:8-11; 2a Cor. 5:18-19; Gal. 1:4; la Juan 2:2; 4:10. Ordenado de antemano, l a Pedro 1:11, 20; Apoc. 13:8. Profetizado. Is. 53:4-6; 8:12; Dan. 9:24; Zac. 13:1; Juan 11:50, 51. Se efectuó solamente por cristo. Juan 1:29, 36; Hechos 4:10-12; 1a Tes. 1:10; 1a Tim. 2:5-6; Heb. 2:9; 1a Ped. 2:21. Fue voluntario. Salmo 40:6-8; Heb. 10:5-9; Juan 10:11, 15, 18. Nos muestra: La gracia y bondad de Dios hacia el hombre. Rom. 8:32; Ef. 2:4, 5, 7; 1a Tim. 2:4; Heb. 2:9. El amor de Cristo hacia el hombre. Juan 15:13; Gal. 2:20; Ef. 5:2; Apoc. 1:5. Una necesidad. Is. 59:16; Luc. 19:10; Heb. 9:22. Los efectos. Reconcilia con Dios. Rom. 5:10; 2a Cor. 5:18-20; Ef. 2:13-16; Col. 1:20-22; Heb. 2:17, 1a Ped. 3:18. Da admisión a Dios. Heb. 10:19-20. Da remisión de pecados. Ef. 1:7; Apoc. 1:5. Da justificación. Rom. 5:9; 2a Cor. 5:15. Da santificación. Ef. 5:26-27; Tito 2:14; Heb. 10:10; 13:12. Redime. Mat. 20:28; Hechos 20:28; 1a Tim. 2:6; Heb. 9:12; Apoc. 5:9; 1a Pedro 1:18-19.
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LA SANGRE La sangre es la vida. Se aparta para el sacrificio del alma. Lev. 17:11. El sacrificio. Los pecados no pueden redimirse sin la sangre. Heb. 9:22; Lev. 17:11. La sangre de los animales solamente traía perdón, pero no podía quitar los pecados. Lev. 4:32-35; Heb. 10:4. La limpieza por la sangre, era solo una ceremonia. Heb. 9:13-14; 10:1-4. La sangre de los animales tipificó la sangre purificadora de Cristo. Heb. 9:6-26. La sangre de Cristo y sus efectos. Es más poderosa que la sangre de los animales. Heb. 9:13-14. Es una oferta para todo pecador, desde la creación. Heb. 2:9; 9:14-15. Limpia del pecado. o Se adquiere. Apoc. 1:5. o Se hereda. 1a Juan 1:7, Apoc. 7:14. Redime de toda iniquidad. 1ª Ped. 1:18-19; Ef. 1:7; Tito 2:14; Col. 1:14, Heb. 9:12; Apoc. 5:9. Perdona los pecados. Ef. 1:7. Justifica. Rom. 5:9. Da la Paz. Col. 1:20. Nos capacita para ser dignos. Apoc. 12:11. Nos acerca a Dios. Ef. 2:13-16; Heb. 10:19-22. Purga nuestra conciencia. Heb. 9:14. Da vida. Juan 6:52-54. Santifica. Heb. 13:12; 10:29. Nos perfecciona. Heb. 13:20-21; 10:14. Cristo compró la iglesia con su propia sangre. Hechos 20:28.
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BUSCANDO EL PERDÓN Mateo 7:7 La parte que le toca al pecador, al buscar el perdón: Debe reconocer que es un pecador. Is. 6:5. Debe sentir que el espíritu de Dios le constriñe. Juan 6:44. Debe tener fe en Dios. Heb. 11:6. Debe confesar sus pecados. 1ª Juan 1:9; Prov. 28:13. Debe abandonar sus pecados. Is. 55:7; Jonás 3:8. Debe perdonar a aquellos que le han hecho mal. Mat. 6:14-15; 18:35. No debe dejar de pasar esta oportunidad. Ez. 33:15; Luc. 19:8. Debe llamar a Dios en oración. Rom. 10:13. Debe aceptar a Cristo como su único Salvador. Hech 4:12. Necesita creer en Jesús para recibir perdón. Rom. 10:9-10. A los que buscan, dios les promete: Encontrar. Mat. 7:7. No echarles fuera. Juan 6:37. Redimirles de pecado. Is. 1:18; Heb. 10:16-18; 1ª Juan 1-9. Descansar. Mat. 11:28. Limpiar y dar un corazón y un espíritu, nuevos. Ez. 36:25-28.
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EL NUEVO NACIMIENTO La necesidad del nuevo nacimiento. La naturaleza corruptible del hombre, lo necesita. Juan 3:5-6; Rom. 8:7-8. Sin el nuevo nacimiento, no podremos entrar al reino de Dios. Juan 3:3, 5-7. El nuevo nacimiento se efectúa, por medio de: Dios. Juan 1:13. Cristo. 1ª Juan 2:29. Por medio de los instrumentos siguientes. La palabra de Dios. 1ª Ped. 1:23. De su espíritu. Juan 3:6. El nuevo nacimiento, se recibe: Por fe. 1ª Juan 5:1. Por la compasión de Dios hacia el pecador. Tito 3:5. El nuevo nacimiento, se describe como: Una nueva creación. 2a Cor. 5:17; Ef. 2:10. Una resurrección espiritual. Ef. 2:1, 5, 6. El nuevo nacimiento, es una experiencia presente. Juan 1:11-13; 1ª Juan 3:9; 1ª Ped. 2:2. Los resultados del nuevo nacimiento son: Un corazón y un espíritu nuevos. Ez. 36:26. Una vida recta. 1a Juan 2:29. Amor fraternal. 1a Juan 4:7-8. Victoria sobre el mundo. 1a Juan 5:4. Vivir sin pecar. 1a Juan 3:9; 5:18.
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DEBERES DEL CRISTIANO Nuestro deber hacia Dios es: Amarle. Marc. 12:30. Adorarle. Mat. 4:10; Juan 4:23-24. Guardar sus mandamientos. 1a Juan 5:3; Juan 14:15, 21, 23. Nuestro deber hacia los hermanos en Cristo es: Amarles. Juan 13:34; la Pedro 1:2; 3:8. Ayudarles cuando lo necesitan. 1a Juan 3:16-18; Sant. 2:15-16. Nuestro deber hacia los vecinos es: Amarles. Marc. 12:31. Tenerles compasión, y ayudarles en la adversidad. Luc. 10:29-37. El deber hacia nuestros enemigos es: Amarles. Mat. 5:43-44. Hacerles todo el bien posible. Rom. 12:20. El deber hacia nuestra familia es: Proporcionarle lo necesario. 1a Tim. 5:8. Instruir a los niños en el camino del Señor. Ef. 6:4. El deber hacia nuestros acreedores es: Pagar lo que les debemos. Mat. 18:26-27. El deber hacia nuestros gobernantes es: Orar por ellos. 1a Tim. 2:1-3. Sujetarse a ellos. Rom. 13:1-8. El deber nuestro hacia los ministros de Dios es: Estimarles. 1a Tes. 5:12-13. Honrarles. 1a Tim. 5:17-18. Sostenerles. Gal. 6:6; Heb. 13:16; 1a Cor. 9:9-14. 11
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LA GRACIA DE DIOS Juan 1:16 En cuanto a la gracia: Dios es el Dios de toda gracia. 1a Ped. 5:10. Dios la da gratuitamente. Sal. 84:11. El trono de Dios es la gracia. Heb. 4:16. La gracia vino por Jesucristo. Juan 1:17; Rom. 5:15-21. Trae salvación. Tito 2:11-12. Por esta somos salvos. Ef. 2:5. En ella permanecemos. Rom. 5:1-2. Es dada por Cristo. 1a Cor. 1:4; Ef. 1:6. Le es declarada al hombre por medio del Evangelio. Hechos 20:24, 32. La gracia de dios es: Poder. Rom. 5:20-21. Riqueza. Eph. 1:7; 2:7. Abundancia. 2a Cor. 9:14. Grandeza. Hechos 4:32-33. Diversidad. 1a Pedro 4:10. Suficiencia. 2a Cor. 12:9. Verdad. 1a Pedro 5:12. Lo que recibimos por medio de la gracia. Elección. Rom. 11:5; 2a Pedro 1:10-11. Justificación. Tit. 3:7. Salvación. Hechos 15:11. Santificación. Hechos 20:32. Fe. Hechos 18:27. Consolación y esperanza eterna. 2a Tes. 2:16. Los cristianos están: Bajo la gracia. Rom. 6:14. Deben estar establecidos en la gracia. Heb. 13:9. 12
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Fuertes en la gracia. 2a Tim. 2:1. Dar de gracia. Hechos 4:31-35. Crecer en la gracia. 2a Ped. 3:18. Su manera de hablar debe ser con gracia. Ef. 4:29; Col. 4:6. Ser de la manera que se es solamente por la gracia. 1a Cor. 15:10; 2a Cor. 1:12. La gracia se les da: A aquellos que caminan rectamente. Sal. 84:11. A los humildes. Prov. 3:34; Sant. 4:6. La gracia es necesaria a fin de servir a Dios rectamente. Heb. 12:28. Cuidaos de caer de la gracia de Dios. Heb. 12:15.
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EL CAMINO DEL CRISTIANO 1a Tes. 2:12 El cristiano debe andar como Cristo anduvo. 1a Juan 2:6. Como ejemplo, debemos seguir el camino de Cristo. 1a Ped. 2:2122. Heb. 7:26; 1a Ped. 2:23; Fil. 2:7. Para andar con Cristo debemos: Negarnos a nosotros mismos. Mat. 16:24; Tito 2:11-12. Abandonar todo lo que sea pecado. Luc. 14:33. Andar delante de Dios. Sal. 56:13; 116:9. Andar humildemente delante de Dios. Miq. 6:8. Ser veraces. 3a Juan 4; Sal. 86:11. Andar como es digno del Señor. Col. 1:10; la Tes. 2:12. Andar en amor. Ef. 5:2. Andar honestamente. la Tes. 4:12; Rom. 13:13. Andar con mucho cuidado. Ef. 5:15. Andar en santidad. Is. 35:8-10; Luc. 1:74-75. Para andar tan santamente como Cristo anduvo, debemos: Abstenernos de todo mal. la Tes. 5:22. Tener conversaciones santas. la Ped. 1:15. Evitar las vanas conversaciones. Ef. 5:1-4. No andar en el camino de los impíos. Sal. 1:1. No andar como hacen los pecadores. Ef. 4:17. Una promesa a todos los que así caminan. No caminarán en obscuridad. Juan 8:12. Llevarán vestidura blancas. Apoc. 3:4. Estarán con Cristo. Juan 12:26.
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HUMILDAD Miq. 6:8 Se nos exhorta a: Humillarnos a nosotros mismos. la Ped. 5:6. Vestirnos de humildad. Col. 3:12. Revestirnos de humildad. la Ped. 5:5. Tener una mente humilde. Ef. 4:1-2. Las promesas benditas a los humildes. Dios les da gracia. Prov. 3:34; Sant. 4:6. Dios habita con ellos. Is. 57:15. Dios les favorece. Job. 22:29-30. Dios les exalta. Mat. 23:12. Dios les honra. Prov. 15:33. Dios les prospera. Prov. 22:4. La humildad es un ejemplo para nosotros. Se manifiest贸 de las maneras siguientes. En su humilde nacimiento. Luc. 2:4-7. Al tomar nuestra naturaleza humana. Fil. 2:7. En su estado de vida. Mat. 13:55. En su pobreza. Luc. 9:58; 2a Cor. 8:9. En hacerse siervo. Fil. 2:7. En rehusar los honores. Juan 5:41. En su muerte. Heb. 12:2.
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LA HERENCIA DEL PECADO Romanos 7:14 Todos los hombres han nacido con el germen del pecado en sus corazones. El hombre, cuando nace está impuro ante los ojos de Dios. Job. 14:1-4, 15:14, 25:4. El es concebido en pecado. Sal. 51:5. Por naturaleza, el hombre es pecador. Ef. 2:3. El hombre tiene inclinación hacia el mal desde el “vientre” o desde el “momento en que nace.” Sal. 58:3. El intento del corazón del hombre es malo desde su juventud. Gen. 8:21. La humanidad es pecadora por el nacimiento. Muy cierto es que la humanidad es pecadora por el nacimiento, y todavía es más, desde que se efectúa la concepción; en consecuencia deducimos, que el germen de la depravación está en el germen de la vida humana, y éste se va transmitiendo a través de toda la familia humana. Por esta razón esta naturaleza degenerada debe haber empezado en él (Adam) a través del cual fue la caída humana. Rom. 5:12, 19. El pecado es un elemento del mal moral; una fuerza interna variable que no cesa de trabajar. Rom. 7:9-13, 17. El pecado está difundido en todo el ser del hombre. 2a Cor. 7:1. En el corazón del hombre y en su alma. Prov. 4:23; Gen. 8:21; Ecl. 8:11; Jer. 17:9; Marc. 7:21-23; Mat. 15:18. En los miembros. Rom. 7:23. Es la fuente de la cual provienen todos los pecados actuales en la vida del hombre. Marc. 7:21-23. Luc. 6:45; Prov. 4:23.
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Los creyentes que se justifican, poseen esa naturaleza depravada. Los discípulos, antes del día de Pentecostés, fueron justificados. Cristo perdonó a otros; de aquí se deduce que ellos también fueron perdonados. Luc. 7:37-50. Los discípulos creyeron en él. Juan 6:69. Los discípulos no eran del mundo. Juan 17:6-16. Estaban en Cristo. Juan 15:4-5. La carnalidad se manifestaba en sus vidas. Aspirando a ser los mayores en el reino de los cielos. Marc. 9:3334; Mat. 20:20-23. Por medio de la envidia y de la ira. Mat. 20:24. Por medio del disgusto. Luc. 9:51:56. Por medio del miedo. Mat. 26:56. Los Corintios fueron justificados. Estaban en Cristo. 1a Cor. 1:30. Eran el campo de labor de Dios, el edificio de Dios. 1a Cor. 3:9. Eran niños en Cristo. 1a Cor. 3:1-2. Eran aún carnales. 1a Cor. 3:3. La santificación es la gracia que quita la depravación hereditaria. La santificación limpia de corrupción; purifica del pecado. La santificación se obtiene por medio del Espíritu Santo que es el que limpia y purifica los corazones. Rom. 15:16; Hechos 15:8-9. La santificación se obtiene por medio de la sangre de Cristo, que purga o limpia los corazones de todo pecado. Heb. 13:12; 9:13-14; la Juan 1:7. La santificación es el proceso que sigue a la regeneración. Juan 15:2; la Tes. 1:1; 4:1-3. La libertad del pecado original, se puede obtener en esta vida. Rom. 6:22; Mat. 5:8.
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BUSCANDO LA SANTIFICACIÓN Mateo 7:7 La porción del que busca. Debe estar en Cristo. Juan 15:1, 2; 1a Cor. 1:2; la Tes. 1:1; 4:3 Debe tener fe en Dios. Heb. 11:6. Debe acercarse a Dios con una fe segura. Heb. 10: 19-22. Debe creer que Dios santificará. la Tes. 5:23. Debe dejar a un lado el pecado, porque muy fácilmente le molesta. Heb. 12:1. Debe dejar al hombre viejo. Ef. 4:22; Col. 3:9. Debe sufrir para crucificar al hombre viejo. Rom. 12:1-2 Debe pedir a Dios, en el nombre de Jesús. Juan 16:23. Por un corazón limpio. Sal 51:10. Por el Espíritu Santo. Luc. 11:13. Debe tener fe. Mat. 21:22; Marc. 11:24. Dios promete a todo aquel que busca: Encontrar. Mat. 7:7. Desarraigar toda planta mala. Mat. 15:13. Que el Dios de paz santificará completamente. la Tes. 5:22-24. Perfeccionar. Heb. 13:20-21; 10:14-15. Limpiar de todo pecado. la Juan 1:7. Dar el Espíritu Santo. Luc. 11:13.
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LA SANTIFICACIÓN Es una doctrina bíblica. Hechos 20:32; 26:18; la Tes. 4:3; Heb. 10:10. Se puede alcanzar en esta vida. la Cor. 1:2; 6:11; la Tes. 5:23; Heb. 13:12; Judas 1. Es para todos los que han creído. Está reservada para todos los que han creído que Jesús les ha perdonado todos los pecados pasados. Juan 17:17, 20; Hechos 20:32; 26:18; la Tes. 4:1-3. Es una obra definida. Es la segunda obra de la gracia. Ej. Los discípulos, se convirtieron antes del día de Pentecostés. Las condiciones del discipulado. Luc. 14:33. Se encontraron las condiciones arriba mencionadas. Mat. 19:27. Eran creyentes. Juan 2:11; 6:69. Los efectos de la fe. Hechos 10:43; 1a Juan 5:1. Eran nacidos de Dios. Juan 1:11-13. No eran del mundo. Juan 17:6, 9, 14, 16; 15:19. Fueron ordenados para el ministerio. Juan 15:16; Marc. 3:14-15. Jesús les dio poder. Mat. 10:1. Jesús les envió a predicar. Mat. 10:5-8; Marc. 6:7, 12-13. Ellos obedecieron y predicaron. Marc. 6:7, 12-13. Cuando Pedro negó a Jesús volvió a pecar. Mat. 26:69-74. Pedro se arrepintió y lloró. Luc. 22:61-62. El nuevo llamamiento de Pedro, y su confesión pública. Juan 21:15-17. No había recibido todavía el Espíritu Santo. Juan 7:37-39. Jesús había prometido enviar el Consolador. Juan 16:7; 14:16-17. Jesús pidió al Padre que los santificase. Juan 17:14-17. Jesús les mandó regresar a Jerusalén y esperar ahí, hasta el Espíritu Santo viniera sobre ellos. Hechos 1:4-5. Los discípulos hicieron lo que se les mandó. Lucas 24:50-53. El Espíritu Santo vino sobre ellos, como Jesús lo había prometido. 19
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Están santificados. Hechos 2:1-4; Rom. 15:16. Los agentes que se necesitan en nuestra santificación. La palabra de Dios nos da fe. Jn. 17:17; Rom. 10:17. La sangre de Cristo limpia los corazones. Heb. 13:12; la Juan 1:7. El Espíritu Santo aplica la sangre de Cristo, y da poder. Rom. 15:16; Hechos 1:8. La filosofía moral de la santificación. Limpia al creyente del pecado innato. Juan 1:29; Mat. 15:13; Heb. 12:1; la Juan 1:7-9. Purifica el creyente. Hechos 15:8-9; la Juan 3:3; Heb. 10:14. Perfecciona a los santos. Heb. 2:11. o En amor. la Juan 4:17-18. o En santidad. 2a Cor. 7:1. o En buenas obras. Heb. 13:21. o En unidad. Juan 17:17, 20-23; Hechos 4:31-32, Heb. 2:11. o Prepara el corazón para servir a Dios. 2ª Tim. 2:20-21.
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EL BAUTISMO DEL ESPÍRITU SANTO Hechos 19:1-6 La pregunta hecha por Pablo en Hechos 19:2, implica: Que el Espíritu Santo es para los creyentes. Juan 7:39. Hechos 2:38-39. Que si los creyentes le tienen, le conocen. Heb. 10:14-15. Que es necesario tenerle. Juan 16:13. Que el bautismo del Espíritu Santo está prometido. Is. 32:15; Ez. 36:27; Joel 2:28-29; Mat. 3:11; Juan 14:16-17, 26; Luc. 24:49. El Espíritu Santo es para todos. Hechos 2:38-39. El bautismo del Espíritu Santo se recibe después de la justicación. Es dado solamente a los verdaderos creyentes. Hechos 19:1-2; Ef. 1:13; Hechos 8:5-17. Habita en los obedientes. Hechos 5:32. Habita en los santos. la Cor. 3:16-17. Su obra. Santifica a los creyentes. Hechos 15:8-9; Rom. 15:16. Derrama el amor de Dios, en todo el corazón. Rom. 5:1-5. Da poder. Hechos 1:8. Es el sello de los creyentes. Ef. 1:13; 4:30. Conduce a toda verdad. Juan 14:26; 16:13. Perfecciona la unidad entre los hermanos. Hechos 4:31-33. Estar todos unidos con Cristo. Heb. 2:11; Gal. 3:28.
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LA LUCHA DE LA FE 1a Timoteo 6:12 La armadura del cristiano: Para luchar se necesita obtener toda la armadura de Dios. Ef. 6:11-13. Esta armadura consiste en: Ceñir los lomos de verdad. Ef. 6:14. La cota de malla de justicia. Ef. 6:14. El apresto del Evangelio de paz. Ef. 6:15. El escudo de la fe. Ef. 6:16. La espada del Espíritu. Ef. 6:17. Esta armadura es: La armadura de Dios. Ef. 6:11. La armadura de Justicia. 2a Cor. 6:7. La armadura de luz. Ro. 13:12. Sin carnalidad. 2a Cor. 10:4. Poderosos por medio de Dios. 2a Cor. 10:4-5. Rectos en todos sentidos. 2a Cor. 6:7. Nuestros enemigos son: El diablo. Sant. 4:7; la Pedro 5:8-9. Los gobernadores de las tinieblas de este mundo. Ef. 6:12. Las malicias espirituales en el aire. Ef. 6:12. El pecado. Heb. 12:4. El mundo. la Juan 5:4-5; Sant. 4:4. Las cosas necesarias para el éxito son: Una buena conciencia. la Tim. 1:18-19. La abnegación. la Cor. 9:25-27. La estabilidad en la fe. 1a Cor. 16:13; la Ped. 5:9. Sinceridad. Judas 3. Vigilancia. la Ped. 5:8. 22
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Sobriedad. la Ped. 5:8. Oración. Sal. 35:1-3. Tolerancia. 2a Tim. 2:3, 10. Confianza en Dios. Sal. 27:1-3. Libertad de los negocios mundanales. 2a Tim. 2:4. Combatir juntos. Fil. 1:27. Tener ayuda de Dios. Sal. 118:13. Tener protección de Dios. Sal. 140:7. Este combate, debe llevarse adelante: Bajo las órdenes de Cristo como el capitán. Heb. 2:10. Bajo la bandera del Señor. Sal. 60:4; Is. 13:2; Cantares 2:4. La recompensa del vencedor será como sigue. Comerá del maná escondido. Apoc. 2:17. Comerá del árbol de la vida. Apoc. 2:7. Será vestido con ropas blancas. Apoc. 3:5. Será una columna en el templo de Dios. Apoc. 3:12. Se sentará con Cristo en el trono. Apoc. 3:21. Tendrá poder sobre las naciones. Apoc. 2:26. Tendrá la estrella de la mañana. Apoc. 2:28. Heredará todas las cosas. Apoc. 21:7. Cristo le confesará delante de su padre Dios. Apoc. 3:5. Estará su nombre escrito en el libro de la vida. Apoc. 3:5. No le tocará la muerte segunda. Apoc. 2:11. Recibirá una corona de vida. 2a Tim. 4:6-8. Obtendrá un hogar en el cielo. 2a Cor. 5:1; la Ped. 1:3-5.
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LA DILIGENCIA En los asuntos temporales. Trae la prosperidad financiera. Prov. 28:19; 10:4. Conduce a la honra. Prov. 22:29. La falta de diligencia. Conduce a la pobreza. Prov. 10:4; 13:4. En la sociedad, se distingue perfectamente el hombre diligente y el que no lo es. Prov. 12:24. Comprendemos que un hombre está prosperando, por el medio ambiente material en que vive, Prov. 24:30-31. En las cosas espirituales: Nuestro ejemplo es Cristo. Luc. 2:49. Los santos de Dios deben ser muy diligentes. 2a Cor. 8:7. Dios exige que seamos diligentes. En buscarle. Heb. 11:6. En obedecerle. Deut. 6:17. En escucharle. Is. 55:2. En cultivar las virtudes cristianas. 2a Ped. 1:5-8. En guardar el alma. Deut. 4:9. En guardar el corazón. Prov. 4:23. En las obras de amor. Heb. 6:10-12. En encontrarnos sin mancha. 2a Ped. 3:14. En estar seguros de nuestros llamamientos. 2a Ped. 1:10-11. En examinarnos a nosotros mismos. Sal. 77:6. En predicar su palabra. 2a Tim. 4:2. Instruyendo a los niños. Deut. 11:19. Conclusión. la Cor. 15:58.
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LA OBRA DEL MINISTRO Efesios 4:11-13 Los ministros de Dios se describen como: Embajadores de Cristo. 2a Cor. 5:20. Mayordomos de los misterios de Dios. la Cor. 4:1. Defensores de la fe. Fil. 1:7. Los requisitos para ser un verdadero ministro son: Estar revestidos del poder del Espíritu Santo. Luc. 24:49; Hechos 1:8. Estudiar arduamente de modo de ser capaces de exponer claramente la palabra de verdad. 2a Tim. 2:15; Tito 1:9-11; 2a Cor. 3:6. Deben ser: Puros. 1a Tim. 3:9. Santos. Tito. 1:8. Humildes. Hechos 20:19. Pacientes. 2a Tim. 2:24. Hallados sin falta, irreprensibles. Tito 1:7. Diligentes. la Ped. 5:2. Imparciales. la Tim. 5:21. Amables. la Tes. 2:7. Cumplidos. Hechos 20:24. Fuertes en la gracia. 2a Tim. 2:1. Penitentes. la Cor. 9:27. Sobrios, justos y templados. Tito. 1:8. Hospitalarios. la Tim. 3:2. Aptos para enseñar. 2a Tim. 2:24. Estudiosos y dados a la meditación en los asuntos espirituales. la Tim. 4:13. Vigilantes. 2ª Tim. 4:5 Devotos, entregados a la oración. Fil 1:4 25
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Enérgicos para gobernar a sus familias. 1ª Tim 3:4. Cariñosos con todas las personas. 1ª Tes. 2:8-11. De corazón tierno. Sal. 126:5-6. Vivos ejemplos del rebano que pastorean. Fil. 3:17; 1ª Tim. 4:12 No deben ser: Señores en la heredad de Dios. 1ª Ped. 5:3. Ambiciosos ni amadores del lucro. 1ª Ped. 5:2. Contenciosos. 2ª Tim. 2:24 Tramposos. 2ª Cor. 4:2. Aduladores. Gal 1:10. Deben ser ordenados. Por Cristo. Juan 15:16 Por los ancianos de la iglesia. Hechos 13:2-4 Su oficio. Colaboradores de Dios. 2ª Cor. 6:1. Embajadores de Cristo. 2ª Cor. 5:20. Deben predicar el Evangelio. Marc. 16:15-16. Su circuito. Jer. 1:5-10; Marc. 16:15-16. Sus deberes son: Alimentar a la iglesia de Dios. Hechos 20:28. Edificar la iglesia. Ef. 4:12. Vigilar por las almas. Heb. 13:17. Enseñar. 2ª Tim. 2:2. Exhortar con amor. Hechos 20:31. Reprender. Tito 2:15. Consolar a los demás. 2ª Cor 1:4-6. Su responsabilidad. Ezeq. 3:17-21. Su manera de predicar. De acuerdo con las palabras de Dios. 1ª Ped. 4:11. Non con palabras de sabiduría humana. 1ª Cor. 2:1-5. 26
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Sin ponerse siempre en el primer lugar. 2ª Cor. 4:5. Sin engaño. 2ª Cor. 4:2. Sin rodeos. Hechos 20:20-27. Sin ser groseros. Mat. 10:27-28. Con un lenguaje sencillo. 2ª Cor. 3:12. Con celo de Dios. 1ª Tes. 2:8. Con conformidad. 2ª Cor. 1:18-19. Con cautela. 1ª Tim. 4: 16 Con poder. 1ª Cor. 2:4-5. Con libertad. 1ª Cor. 9:18. El efecto de su predicación. Muchos creen a la palabra de Dios y se salvan. Hechos 17:10-12; Rom. 1:16-17. El peligro que envuelven los artificios humanos. Hechos 19:23-28. La calidad del pedestal es removida. Hechos 17:5-7. Los deberes de los creyentes hacia los ministros de Dios son: Hacer caso de sus instrucciones. Mal. 2:17. Seguir su santo ejemplo. Fil. 3:17. Obedecerles e imitar su fe. Heb. 13:17. Amarles. 2ª Cor. 8:7. Orar por ellos. Rom. 15:30. Defender su reputación. Fil. 2:29; 1ª Tes. 5:13. Sostener para suplir sus necesidades temporales. Gal 6:6; 1ª Cor. 9:9-14.
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LA MUERTE La muerte natural es: La pérdida de todo. Ecl. 8:8; Heb. 9:27. Está ordenada por Dios. Job 14:5; 1ª Tim. 6:7. Hace igual a todos los hombres en cuanto a su posición social. Job 1:21; 3:17-19. Se describe como: Un sueño. Deut. 31:16; Juan 11:11. El hogar terrenal de este tabernáculo se deshace. 2a Cor. 5:1. Quitando el tabernáculo. 2a Ped. 1:14. Dios necesita el alma. Luc. 12:20. Nos reúne a donde están los nuestros. Gen. 49:33. Conduce al silencio. Sal. 115:17. Quita el espíritu. Hechos 5:10. Se va. Fil. 1:23. Es una separación del cuerpo y del alma. Gen. 35:18; Ecl. 8:8; Luc. 12:20, 23, 43, 46. En la muerte el espíritu se vuelve a Dios. Ecl. 12:7; 2a Cor. 5:1-9; Fil. 1:21-25; Hechos 7:55, 59. El espíritu permanece consciente. la Tes. 5:10; Apoc. 6:9-10; Luc. 16:19, 31; 2a Reyes 2:11-12; Marc. 9:2-9. En la muerte el cuerpo vuelve al polvo de donde salió. Gen. 3:19; Ecl. 12:7. Duerme. Dan. 12:2. No sabe nada. Ecl. 9:5-6; Sal. 146:4. La muerte de los santos de Dios es: Bendita. Apoc. 14:13. Ganancia. Fil. 1:21. Pacífica. Sal. 37:37. Llena de fe. Heb. 11:13. Llena de esperanza. Prov. 14:32; 2a Tim. 4:6-8. A veces es deseada. Luc. 2:29. Fil. 1:23 28
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A veces es esperada. Job. 14:14. Se admite con resignación. Jos. 23:14; 1a Rey. 2:2. Se toma con resignación. Jos. 23:14. No se le teme. Sal. 23:4. Es preciosa a la vista de Dios. Sal. 11:15. La muerte de los hijos de Dios conduce: Al descanso. Job 3:17; Apoc. 14:13. Al consuelo. Luc. 16:25. A la presencia de Cristo. 2a Cor. 5:8; Fil. 1:23. A obtener una corona de vida. Apoc. 2:10. La muerte de los pecadores e impíos es: Sin esperanza. Prov. 11:7. No agrada a Dios. Ez. 18:23-32. Le causa terror. Job. 18:11-15, 27:19, 22; Prov. 1:24, 31. Le sigue el castigo. Is. 14:9; Hechos 1:25; Luc. 16:22-25. La muerte espiritual: Llega a la familia humana, por medio de la caída en pecado. Rom. 5:12-15. Por naturaleza, este es el estado de todos los hombres. Ef. 2:2. Es el resultado del pecado. Sant. 1:15; Rom. 6:23. Quienes están muertos espiritualmente: Los que tienen mentes carnales. Rom. 8:6. Los que viven en pecado. Ef. 2:1, 5-6. Los que viven en los placeres del mundo. la Tim. 5:6. Los que no aman a su prójimo. la Juan 3:14-15. Cristo promete la vida espiritual. Juan 10:10. La muerte eterna: Será el pago de todos los malvados. Apoc. 21:8. Es la paga del pecado. Rom. 6:23.
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Se describe como: Un lago de fuego. Apoc. 19:20-21, 18. Las tinieblas. Mat. 25:30. Las tinieblas eternas. 2a Ped. 2:17. Un gusano que no muere. Marc. 9:44. La expulsión. 2a Tes. 1:9. La sociedad con el diablo. Mat. 25:46. Desdén y vergüenza eternos. Dan. 12:2. La ira que viene. 1a Tes. 1:10. La condenación del infierno. Mat. 23:23.
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EL ESTADO DEL HOMBRE ENTRE LA MUERTE Y EL JUICIO La muerte natural. Separa el alma del cuerpo. Gen. 35:18; Luc. 12:20. Es la hora en que el alma se separa del cuerpo. Gen. 35:18. No envuelve al alma en su ruina. 2a Cor. 4:16; Mat. 10:28. En la muerte natural: El cuerpo vuelve al polvo de donde salió. Gen. 3:19; Sal. 104:29; Ecl. 12:7. Duerme. Dan. 12:2; Mat. 27:52. Nada sabe. Ecl. 9:5, 6. El espíritu va a Dios. Ecl. 12:7; Hechos 7:59; Luc. 23:46. El estado del alma después de la muerte. Los justos están en un reino celestial llamado: El paraíso. Luc. 23:43. El seno de Abraham. Luc. 16:22. Están viviendo con Cristo. Fil. 1:21-24. Están ausentes del cuerpo y presentes con el Señor. 2a Cor. 5:1-9. Están viviendo con su pueblo. Gen. 49:33; 50:1-13. Están en un estado de santidad. Apoc. 14:13. Están descansando. Job 3:17. Son consolados. Luc. 16:25. Están conscientes. 1a Tes. 5:10; Apoc. 6:9-10; Luc. 16:22, 25, 26. Los malvados. Están sufriendo conscientemente. Luc. 16:22-24.
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EL TIEMPO DE SALVARNOS En esta dispensación el Evangelio de Cristo ofrece la última esperanza de salvación, a la caída simiente de Adán. Hoy es el día de salvación. Is. 49:8; 1a Cor. 6:1-2. Ahora es cuando el hombre caído debe asirse de la mano divina y amorosa. Heb. 3:7-8, 4:7; 2a Ped. 3:7, 12, 14, 15. Ahora se ofrece la salvación a todos. La oferta del Evangelio. Marc. 16:15, Rom. 1:16. La invitación del Evangelio. Mat. 11:28-29; Apoc. 22:17. Las promesas del Evangelio. Salvar. Heb. 7:25; Rom. 6:22. Guardar. Judas 1:24. Las amonestaciones del Evangelio. Mat. 24:14; Marc. 1:14-15, 16:15-16; Juan 8:21, 24; 1a Ped. 4:17, 18. Una pregunta. Heb. 2:1-3. La respuesta. 1a Tes. 5:2, 3. Una pregunta. 1a Ped. 4:17. La respuesta. 1a Tes. 1:7-10. “Ahora,” Dios ordena a los hombres de todas partes que se arrepientan. Hechos 17:30. Exceptuando a los que se arrepientan, “todos” perecerán: Luc. 13:1-5; Sal. 9:17.
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LA VENIDA DEL SEÑOR La segunda venida del Señor, y lo que le seguirá. Sant. 5:7-8. Solamente hay un futuro que viene. Mat. 24:3; 1a Tes. 5:23; 1a Juan 2:28. Como será la venida del Señor. Visible. Apoc. 1:7; Luc. 21:27. Repentina. Mat. 24:37-39. Con sus santos. 1a Tes. 3:13; Mat. 25:31. Con un grito. 1a Tes. 4:16. Rápidamente. Mat. 24:27; Marc. 13:35-36. Advertencias solemnes a la iglesia en vista de la venida del Señor. Mat. 24:44; 2a Ped. 3:11, 12, 14. Cuatro cosas que sucederán en el instante de su venida: La resurrección universal de los murtos. 1a Tes. 4:16, 17; Juan 5:28-29; Apoc. 20:11-15; Hechos 24:15. El Juicio general. 2a Tim. 4:1, 8; 1a Cor. 4:5; Ecl. 12:14; Apoc. 20:11, 15; 2a Cor. 5:10; Rom. 14:10-12. Dará su recompensa a los justos y castigará a los malvados. Mat. 16:26, 27; 2a Tes. 1:7-10; Luc. 17:28-30; 2a Ped. 2:4-9; Mat. 24:44-51; Mat. 25:1-12; 25:31-46. La consumación de la tierra y sus obras. Apoc. 20:11, 12; 2a Ped. 3:7-12; 1a Ped. 4:7.
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PREGUNTAS Y RESPUESTAS EN CUANTO A NUESTRO HOGAR ETERNO Preg.-¿Existirán los justos por la eternidad? Resp.-“Y los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento y los que enseñan a justicia la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.” Dan. 12:3. “Y reinarán para siempre jamás.” Apoc. 22:5. Preg.-¿Existirá este mundo para siempre? Resp.-¿Cuál será la señal de tu venida y del fin del mundo? Mat. 24:3. “He aquí, yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. Mat. 28:20. “Mas el fin de todas las cosas se acerca.” 1a Ped. 4:7. Preg.-¿Pasará este mundo? Resp.-“Los cielos y la tierra pasarán.” Mat. 24:35. “Hasta que perezca el cielo y la tierra.” Mat. 5:18. “Tú fundaste la tierra antiguamente y los cielos son obras de tus manos. Ellos perecerán y tú permanecerás. Sal. 102:25-26. “Quebrantarse del todo la tierra, enteramente desmenuzada será la tierra conmovida. Temblará la tierra, vacilando como un borracho, y será removida como una choza; y agravarás sobre ella su pecado y caerá y nunca más será levantada.” Is. 24:19-20. Preg.-La tierra es una de las cosas que vemos. ¿Qué dice Pablos acerca de las cosas que son vistas? Resp.-No mirando nosotros a las cosas que se ven, sino a las que no se ven; porque las cosas que se ven son temporales, mas las que no se ve son eternas. 2a Cor. 4:18. Preg.-Nuestro hogar eterno es algo que no podemos ver con nuestros ojos naturales. ¿Dónde está y cómo es? Resp.-Edificio de Dios, una casa no hecha de manos, eterna en los cielos. 2a Cor. 5:1. Preg.-¿Cuándo y cómo pasará esta tierra
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Resp.-Mas el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos y la tierra y las obras que en ella están serán quemadas. 2a Ped. 3:10. Preg.-¿Cambiará del todo la forma actual de la tierra? Resp.-Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él, de delante del cual huyó la tierra y el cielo; y no fue hallado el lugar de ellos. Apoc. 20:11. Preg.-¿Qué quiere decir en los textos anteriores que “los cielos pasarán?” Resp.-Los cielos alrededor del mundo. Gen. 7:3, 23; Jer. 9:10; 10:13; Zech. 8:12; 2a Ped. 3:10. Preg.-¿Qué promesa hizo Jesús a sus discípulos? Resp.-Bienaventurados los mansos; porque ellos heredarán la tierra. Mat. 5:5. Preg.-Puesto que literalmente esta tierra pasará ¿de dónde debemos esperar el cumplimiento de esta promesa? Resp.-“Bien que esperamos cielos nuevos y tierra nueva, según sus promesas.” 2a Ped. 3:13. Preg.-¿No entraremos al cielo y tierra nuevos hasta que la tierra actual desaparezca? Resp.-“Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron y el mar ya no es.” Apoc. 21:1. Preg.-¿Pero no serán este mismo cielo y tierra los prometidos nada más que renovados? Resp.-“Empero deseaban la mejor, es a saber, la celestial.” Heb. 11:16. Preg.-Puesto que este plantea pasará, ¿qué promesas benditas se nos hacen para el futuro país celestial?
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Resp.-“Conociendo que tenéis en vosotros una mejor sustancia en los cielos.” Heb. 10:34. “Porque sabemos que si la casa terrestre de nuestra habitación se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna en los cielos.” 2a Cor. 5:1. “Para una herencia incorruptible y que no puede contaminarse, ni marchitarse, reservada en los cielos.” 1a Ped. 1:4-5. “A causa de la esperanza que os está guardada en los cielos.” Col. 1:5. “Voy a prepara un lugar para vosotros.” Juan 14:1-3. Preg.-¿Dónde recibiremos nuestra recompensa futura? Resp.-Vuestro galardón está en los cielos. Luc. 6:22-23. “Grande es vuestra recompensa en los cielos.” Mat. 5:11-12. Preg.-¿No tendrá que trabajar el justo para poder vivir en ese país celestial? Resp.-No tendrán más hambre, ni sed… porque el Cordero que está en medio del trono, los pastoreará y los guiará a fuentes vivas de aguas y Dios limpiará toda lágrima del los ojos de ellos. Apoc. 7:16-17.
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NUESTRO HOGAR FUTURO Negativo. Esta no será nuestra tierra. Este mundo llegará a su fin. Mat. 24:3; 28:20; 1a Ped. 4:7. Esta tierra pasará. La prueba del Antiguo Testamento. Sal. 102:25, 26. Is. 24:19-20; 51:6. La prueba en el Nuevo Testamento. Mat. 24:35; Luc. 21:33; Heb. 1:10-11. El tiempo cuando esta tierra pasará. Rev. 20:11-15. La manera en que pasará. 2a Ped. 3:7-12. Positivamente será el cielo. Col. 1:5; 2a Tim. 4:18; Mat. 6:1924; 19:21; 5:11-12; Heb. 10:34; 1a Ped. 1:4, 5. El cielo es un lugar preparado. Juan 14:2-3; 2a Cor. 5:1. Una ciudad. Heb. 13:14; Apoc. 22:14. Un país. Heb. 11:16. Estos son el cielo y la tierra nuevos en los cuales entraremos cuando este mundo pase. 2a Ped. 3:7-13. Apoc. 20:11-15; 21:1. El cielo se describe como: Eterno. 2a Cor. 5:1. Santo. Sal. 20:6. Un lugar mejor. Fil. 1:23. El pueblo de Dios. Estarán con Cristo. 1a Tes. 4:17. Verán a Dios. Mat. 5:8; Apoc. 22:4. Serán glorificados con Cristo. Rom. 8:17-18. Reinarán con Cristo para siempre. 2a Tim. 2:12; Apoc. 22:5. Descansarán de todas sus obras. Job 3:17.
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Brillarán como las estrellas. Dan. 12:3. Recibirán. La corona de justicia. 2a Tim. 4:8. Una corona de gloria. 1a Ped. 5:4. Una corona de vida. Apoc. 2:10. Una corona incorruptible. 1a Cor. 9:25. La preparación necesaria para entrar en el cielo. El nuevo nacimiento. Juan 3:3-5. Un corazón puro. Mat. 5:8. Una vida santa. Heb. 12:14; 2a Ped. 3:11, 14; 1a Juan 4:17. Diligencia. 2a Juan 8; 2a Ped. 1:5-11. Fidelidad hasta la muerte. Apoc. 2:10.
Fin
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