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La Rosa de Jericó: la planta de la resurrección

Es considerada sagrada y mágica por sus peculiares propiedades

Por QIU XINNIAN*

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LA Rosa de Jericó (Anastatica hierochuntica) es llamada oficialmente en China como juanbai, que en español quiere decir “hoja de ciprés arrollada”, pues sus hojas parecen las de ese árbol y también haber sido arrolladas. En realidad, la planta no tiene nada que ver con el ciprés y su nombre en chino se debe a la forma de sus hojas. En español es llamada Rosa de Jericó, aunque ciertamente no es oriunda de esta ciudad palestina. De hecho, hasta hoy en día todavía no se conoce a ciencia cierta el porqué de este curioso nombre. Sin embargo, llamarla “planta de la resurrección” es totalmente comprensible por sus peculiares características.

Singulares propiedades

La “planta de la resurrección” es considerada una planta sagrada y mágica, única en el reino vegetal por una particularidad: tiene la capacidad de encerrarse como una pelota y resecarse –como si estuviera muerta– a fin de reducir su superficie de transpiración cuando en el ambiente falta agua por mucho tiempo. Luego se extiende y parece revivir en cuanto pasa el período de sequía, por lo cual es llamada la “planta de la resurrección”. La naturaleza es sabia y magnífica, cada elemento tiene su razón de ser y la “planta de la resurrección” la tiene también. Entonces, ¿por qué esta planta no se muere cuando ya está seca? Cuando hay algo que la ciencia no puede explicar, están los cuentos y las leyendas que aparecen para hacer su parte. Esto ocurría sobre todo en los tiempos antiguos. De hecho, se cuenta que hace mucho tiempo, en una cima de las montañas Kunlun, había una laguna cristalina a la cual llamaban el Estanque Celestial y era el lugar donde se bañaba la Reina Madre, comandante en jefe del mundo femenino. A la orilla de la laguna crecía una hierba sagrada que podía devolverle la vida a alguien que acababa de fallecer. Hubo un año en el que el mundo de los seres humanos sufrió una grave sequía y pestilencia. Millones de personas morían. La hija del Rey Dragón, que vivía en el palacio situado en el fondo del Estanque Celestial, tenía mucha simpatía por los seres humanos, quienes pasaban por un serio problema. Por ello, robaba muchas de estas hierbas sagradas para ayudar a numerosas personas que se encontraban al borde de la muerte. Fue así como salvó a muchísimos. No obstante, al enterarse de lo que hacía su hija, el Rey Dragón se puso rabioso y la deportó al mundo terrestre. Al llegar a la Tierra, la princesa e hija del Rey Dragón decidió voluntariamente convertirse en una de estas “hierbas de la resurrección”, todo con el afán de ayudar a los seres humanos. De hecho, la flor de esta planta es tan hermosa que simboliza la belleza de aquella generosa princesa.

Una segunda historia

Se cuenta también que hace muchos años atrás, en la antigua Palestina, vivía un misterioso personaje al cual le gustaba mucho hacer el bien y sobre todo ayudar a la gente en dificultad. Un día se desplazó de una ciudad a otra para ampliar su área de ayuda. Sin embargo, al atravesar un inmenso desierto que unía a ambas ciudades se perdió. Al cabo de varios días se le habían acabado el agua y la provisión de víveres, por lo que la sed y el hambre terminaron con su vida. Como el Dios se apiadó de la bondad de su ser, lo convirtió en una rosa, única en el desierto. A la planta la dotó de especiales propiedades para que no muriera por la falta de agua y humedad en el desierto. Le otorgó una alta capacidad de adaptarse a su medio ambiente y de encerrarse o extenderse, según el clima a su alrededor.

El secreto de la resurrección

Si bien es cierto las leyendas son leyendas, es seguro que el ser llamada la “planta de la resurrección” tiene una razón científica de ser. Claro que se trata de un fenómeno muy complejo, el cual involucra muchos mecanismos de autoprotección en la planta. Esto ha incitado el interés de muchos científicos, quienes se han dedicado a investigar tal fenómeno. Por ejemplo, la profesora sudafricana de biología molecular y biología celular Jill Farrant se ha dedicado durante dos décadas a estudiar los secretos de estas misteriosas y maravillosas plantas. “El proceso está relacionado con la producción de azúcares, que contribuyen finalmente a la formación de una sustancia vidriosa en el citoplasma de las células. Este estado vitrificado estabiliza el tejido seco. Otros factores que juegan un rol son los metabolitos protectores como el glicerol, grandes cantidades de antioxidantes y proteínas asociadas al estrés”, ha subrayado Farrant. Esta explicación no es fácil de comprender para nosotros, la gente común. Sin embargo, la especialista en biología molecular y biología celular asegura haber avanzado significativamente en su objetivo de revelar estos mecanismos. Esperemos que consiga nuevos logros en su campo de estudio.

Funciones terapéuticas

La Rosa de Jericó es, en realidad, un helecho; mejor dicho, es una doradilla, un helecho medicinal. Es de sabor picante y neutro, y su naturaleza está relacionada con el hígado y el corazón. Su principal propiedad terapéutica es la de ser antinflamatoria y hemostática. Es utilizada frecuentemente para tratar la hematemesis, la hemoptisis, la hematoquecia, la menorrea, la hemorragia uterina, la metrorragia, la rinorragia, la hemorragia por lesiones externas, entre otras condiciones.

*Qiu Xinnian fue uno de los primeros estudiantes de español enviados por el Gobierno chino a Cuba. Posteriormente trabajó como diplomático en Cuba, Argentina, Perú, entre otros países hispanohablantes.

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