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La reapertura de relaciones entre China y Nicaragua

China continúa con su acercamiento a la región centroamericana

Por MICHAEL ZÁRATE

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DURANTE semanas la atención estuvo puesta en si Honduras oficializaba la apertura de relaciones diplomáticas con China, pero la noticia llegó sorpresivamente desde otro país centroamericano. El jueves 9 de diciembre (la mañana del viernes 10 en Beijing), el Gobierno de Nicaragua anunció la reapertura de relaciones diplomáticas con la República Popular China; y decimos reapertura, pues entre 1985 y 1990 ambos países tuvieron vínculos diplomáticos.

Delegación nicaragüense en Tianjin Tras una reunión llevada a cabo en la ciudad de Tianjin (a poco más de 130 kilómetros de Beijing), el viceministro de Relaciones Exteriores de China, Ma Zhaoxu, y el representante del Gobierno nicaragüense Laureano Ortega suscribieron el comunicado conjunto que oficializaba la reapertura de lazos diplomáticos. “China da la bienvenida y aprecia la decisión correcta tomada por Nicaragua”, manifestó poco después el consejero de Estado y ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, en un encuentro virtual que sostuvo desde la ciudad de Anji, en la provincia china de Zhejiang, con su homólogo nicaragüense Denis Moncada. La decisión tomada por Nicaragua es el más reciente eslabón de un paulatino acercamiento entre China y Centroamérica, un proceso que se inició en junio de 2007, cuando Costa Rica se convirtió en el primer país de esa región en establecer relaciones diplomáticas con China en el siglo XXI. Costa Rica es, además, uno de los tres países latinoamericanos que cuenta con un tratado de libre comercio con China (los otros dos son Chile y Perú). La cercanía entre China y Centroamérica adquirió un mayor impulso en junio de 2017, cuando Panamá tomó la misma decisión y, más aún, se convirtió en el primer país de América Latina y el Caribe en sumarse a la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Tras Panamá, también abrieron relaciones diplomáticas la República Dominicana (mayo de 2018) y El Salvador (agosto de 2018). “El acercamiento de China con Centroamérica es una opción política acertada tomada por ambas partes. Esta opción se adapta a la corriente histórica y demuestra plenamente que el principio de una sola China se ha vuelto un consenso general en toda la comunidad internacional”, señaló Li Han, investigadora asistente del Instituto de América Latina de la Academia China de Ciencias Sociales (ILAS-CASS), a China Hoy. “Las relaciones establecidas con Panamá, la República Dominicana y El Salvador se basan en el beneficio mutuo y ambas partes siguen fortaleciendo la cooperación en ámbitos como la agricultura, la ciencia y tecnología, la infraestructura, la cultura, la reducción de la pobreza y la lucha contra la pandemia de COVID-19”. En sus primeras declaraciones tras el anuncio de reapertura de relaciones, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, manifestó que la decisión de su Gobierno fortalecía las relaciones internacionales de su país en todos los campos. “En China tenemos una economía fuerte”, destacó Ortega en un acto de graduación de oficiales del Centro Superior de Estudios Militares. Cabe señalar que Nicaragua vive un momento complejo en política exterior, luego de que el 19 de noviembre anunciara su decisión de retirarse de la Organización de Estados Americanos (OEA), a raíz de los cuestionamientos que este organismo hiciera de sus últimas elecciones presidenciales. Con la reapertura de relaciones diplomáticas, se abre también un espacio para la implementación de proyectos de cooperación. De hecho, durante su paso por China, Laureano Ortega –quien es también asesor para Inversiones, Comercio y Cooperación Internacional de la Presidencia de Nicaragua– sostuvo una videoconferencia con el viceministro de Comercio y representante adjunto de Negociación de Comercio Internacional de China, Yu Jianhua. Según cifras de la aduana china, el comercio entre la parte continental de China y Nicaragua alcanzó los 506 millones de dólares en 2020, de los cuales 487 millones de dólares correspondieron a las exportaciones chinas, por lo que una tarea para la administración nicaragüense será reducir esa gran brecha en el intercambio comercial e incrementar los productos enviados a China, que actualmente son productos agrícolas, azúcar, cuero y madera. China, por su parte, exporta a Nicaragua productos industriales ligeros y textiles, computadoras y equipos de comunicación, así como motocicletas y repuestos para bicicletas.

Un frente contra la pandemia

Apenas tres días después del anuncio de reapertura de relaciones, el 12 de diciembre (hora de Nicaragua), un avión de Air China aterrizó en el Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino, en Managua, llevando 200.000 dosis de la vacuna contra el COVID-19 desarrollada por la farmacéutica Sinopharm. Se trataba del primer lote de un total de un millón de dosis donadas por el Gobierno chino. Además de Laureano Ortega, en ese vuelo de Air China llegaron también procedentes de China el ministro de Hacienda y Crédito Público de Nicaragua, Iván Acosta, el delegado presidencial Rafael Ortega y el representante de la Cancillería china Yu Bo, quien mencionó: “Nos solidarizamos con Nicaragua en medio de esta pandemia, y la llegada de esta vacuna china es una muestra de amistad y afecto del pueblo chino hacia el pueblo nicaragüense”. De acuerdo con cifras oficiales, hasta el 11 de diciembre, el 70,7 % de los nicaragüenses habían recibido al menos la primera dosis de algunas de las vacunas contra el COVID-19 y alrededor del 35 % contaba ya con dos dosis. “Este apoyo de China tiene un significado importante. Se muestra que China pone en práctica la propuesta presentada por el presidente Xi Jinping en la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la Iniciativa para el Desarrollo Global”, apuntó Li Han. Este primer donativo chino de 200.000 dosis fue recibido, entre otros funcionarios, por la ministra de Salud de Nicaragua, Martha Reyes, quien en declaraciones a la agencia Xinhua señaló que con la reapertura de relaciones, China y Nicaragua podrían también intercambiar experiencias en la medicina natural, “en la que los dos países tienen conocimientos y saberes autóctonos que podrían complementarse”.

La Franja y la Ruta

Dentro del abanico de sectores que se abren para la cooperación sino-nicaragüense, hay uno en particular que mereció una inmediata mención por parte de las autoridades de ambos países: la inminente inclusión de Nicaragua en la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR). De hecho, durante la misma rueda de prensa conjunta en la que se anunció la reapertura de vínculos diplomáticos, el representante del Gobierno nicaragüense Laureano Ortega afirmó que su país estaba preparado para participar activamente en la iniciativa que viene proponiendo China desde 2013. Nicaragua podría ser el vigésimo país latinoamericano y caribeño en adherirse a la IFR. Este asunto formó parte de la conversación entre los cancilleres de China, Wang Yi, y de Nicaragua, Denis Moncada. Mientras el primero invitó al país centroamericano a unirse a la IFR y a la Iniciativa para el Desarrollo Global, Moncada aseguró que Nicaragua estaba dispuesta a suscribir los documentos de cooperación sobre la IFR “lo antes posible”. “Las prioridades de la IFR son las áreas de inversión en interconectividad e infraestructura, cooperación financiera e intercambios culturales, que responden a las necesidades de desarrollo de Nicaragua”, valoró Li Han en diálogo con esta revista. La investigadora asistente de ILAS-CASS hizo hincapié en que el Plan Nacional de Lucha contra la Pobreza y para el Desarrollo Humano, planteado por el Gobierno nicaragüense, enfatiza la realización de programas dirigidos a su costa caribeña que involucran la construcción de infraestructura vial en carreteras, puentes y acceso a puertos modernos. “Nicaragua tiene entre sus prioridades la conectividad con su costa caribeña y el desarrollo de su infraestructura vial como la carretera Nueva Guinea-Bluefields, la cual conectará el futuro puerto de Bluefields, que es fundamental para la conexión interoceánica. Por eso, es una oportunidad para que estos proyectos se incluyan también en el marco de la IFR”, consideró Li Han. Cabe resaltar que Nicaragua es el país más extenso de Centroamérica y cuenta con salida tanto al océano Pacífico como al mar Caribe (y con ello al océano Atlántico), por lo que presenta una estratégica ubicación dentro de la región de ALC. Hace casi diez años, en 2013, el Gobierno nicaragüense anunció su decisión de impulsar el histórico proyecto de construcción de un canal interoceánico que uniera el litoral Pacífico y el Atlántico a través de una vía de 276 kilómetros de extensión y de entre 230 y 280 metros de ancho, con dos puertos, un aeropuerto, dos esclusas, una zona de libre comercio y otros destinos turísticos. El sueño del Gran Canal Interoceánico de Nicaragua se encuentra en estos momentos detenido, aunque el presidente de dicho país, Daniel Ortega, ha declarado que con China el proyecto está “vivo”. En ese sentido, el presidente del Banco Central de Nicaragua, Ovidio Reyes, puso énfasis en esta oportunidad que ofrece su país. “Estar en Nicaragua da acceso a los dos océanos y esa es una gran ventaja al servir de puente para el resto de las naciones”, afirmó. Más allá de si se concreta o no el canal interoceánico, China continúa con su acercamiento en Centroamérica. Queda por ver si la presidenta electa de Honduras, Xiomara Castro, materializa el anuncio que hiciera durante la campaña electoral de abrir relaciones diplomáticas con la República Popular China. “Aunque hay factores que influirán en Honduras, la apertura de relaciones con China está en consonancia con la tendencia general, por lo que es factible”, concluye la investigadora asistente de ILAS-CASS Li Han.

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