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Medir el clima desde la cima del mundo

La sacrificada labor en la Estación Meteorológica de Tuotuohe

Por TAO XING

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¿Listos?”. “Listos”. “¡Tres, dos, uno, vamos!”. Esta conversación ocurre dos veces al día en la Estación Meteorológica de Tuotuohe, ubicada en lo alto de la meseta Qinghai-Tíbet. Apenas termina la conversación, el personal de la estación suelta un globo meteorológico que mide la presión, la temperatura y la humedad atmosférica, así como la velocidad del viento, a través de un pequeño dispositivo de medición fungible llamado radiosonda.

Por lo general, el personal trabaja en grupos de tres, turnándose para soltar los globos. Por la noche, la temperatura en la meseta desciende varios grados por debajo de cero, por lo que los trabajadores de guardia del turno de la mañana deben abrigarse adecuadamente antes del amanecer. Inflan el globo, depuran el radar y la radiosonda, y sueltan el globo a las 7:15. El globo recopila datos hasta que revienta a una altitud de unos 30.000 metros, luego de lo cual todo el proceso comienza de nuevo a las 19:15.

Desafíos únicos

La meseta Qinghai-Tíbet, donde se encuentra la estación meteorológica, es la más alta del mundo, con una altitud promedio de 2800 a 4000 metros. Esta ubicación geográfica presenta desafíos únicos para la operación de la estación, que se sitúa en el poblado de Tanggulashan, en la ciudad de Golmud, provincia de Qinghai, en la ladera norte de las montañas Tanggula.

En idioma mongol, Tanggula significa “montañas que ni las águilas pueden atravesar”. Su nombre se debe no solo a la altura de las montañas, sino también al inhóspito entorno en general. La cantidad de oxígeno en el aire es aproximadamente un 60 % menor en comparación con la del oxígeno a nivel del mar, en tanto que la temperatura media anual es de -4,2 o C, mientras que en invierno es de -25 o C y en casos extremos ha descendido incluso a -45,2 o C. Además, al año se registra un promedio de 168 días con vientos fuertes y 11 días con tormentas de polvo.

A una altitud de 4539 metros, la estación es la más alta en el mundo donde se utilizan radiosondas. Establecida en 1956, fue situada primero en otra parte de las montañas Tanggula a una altitud de 5051 metros, pero fue trasladada posteriormente a su actual ubicación al ser más apta para la observación y recopilación de datos.

“Debido a la baja cantidad de oxígeno en el aire, los 11 trabajadores de la estación son adultos jóvenes en buenas condiciones físicas”, señala Qiao Wei, vicedirector de la estación, al semanario Beijing Review. “El mayor tiene 33 años”.

Qiao, de 30 años, lleva nueve años trabajando en la meseta. Antes de 2017, había formado parte de la Estación Meteorológica de Wudaoliang, que se encuentra a 146 kilómetros de la de Tuotuohe, con una altitud de 4614 metros. La automatización de Wudaoliang en enero de 2018 llevó a una relocalización de la plantilla de trabajadores.

Meng Lijun, de 23 años, es la empleada más joven del equipo. Su padre ahora trabaja en otra estación en la prefectura autónoma tibetana de Yushu, en Qinghai, que también se ubica a una altitud elevada, mientras que su abuelo también era trabajador meteorológico.

“De cierta forma, las experiencias de los mayores me han inspirado”, dice Meng a Beijing Review. El año pasado, apenas se graduó de la especialidad de ciencia y tecnología electrónica en la Universidad Forestal del Suroeste en la ciudad de Kunming, provincia de Yunnan, fue contratada por la Oficina Meteorológica de Golmud. Al igual que muchos otros organismos gubernamentales, la oficina exige a los empleados recién integrados trabajar en los niveles de base por dos o tres años. El periodo de servicio de Meng en la estación de Tuotuohe comenzó en agosto del año pasado.

“Cuando me enteré de que me habían asignado aquí, tuve ciertas aprensiones porque había escuchado cuán severo era el clima”, recuerda Meng. Por ello, muchos de sus amigos se sorprenden al saber que vive en Tuotuohe.

Salvo las primeras semanas, en las que le resultó difícil adaptarse al clima local y sufrió hemorragias nasales debido a la altura, Meng se ha acostumbrado a las condiciones de vida extremas. “La infraestructura aquí es mejor de lo que había esperado”, indica.

Según Qiao, en el pasado escaseaban los artículos de primera necesidad y de vez en cuando se veían obligados a recolectar agua directamente del hielo invernal. Ahora, la estación está equipada con un purificador de agua, mientras que se trae agua potable desde el exterior. “Los organismos meteorológicos municipales, provinciales y nacionales hacen todo lo posible para proporcionarnos los suministros que necesitamos”, puntualiza Qiao.

La recolección de datos de la estación se encuentra automatizada desde 2014. Aparte de la radiosonda, también se utiliza un dispositivo para soltar globos automáticamente. Sin embargo, las condiciones de viento altamente volátiles hacen que el personal sea una parte indispensable en el proceso. Según Qiao y Meng, deben prestar atención a la trayectoria del globo en el cielo para asegurar su vuelo dentro del rango deseado y el envío de datos precisos.

Compromiso con el clima

En el debate general del 75. o período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre de 2020, el presidente Xi Jinping anunció que China alcanzaría su punto máximo de emisiones de dióxido de carbono antes de 2030 y la neutralidad de carbono antes de 2060. El compromiso es una señal clara de la determinación de China de buscar soluciones de desarrollo ecológicas y bajas en carbono, y su sentido de responsabilidad como nación para abordar activamente el cambio climático y salvaguardar un futuro brillante para la humanidad.

Desde la estrategia nacional hasta acciones individuales muy pequeñas, China y su pueblo están haciendo todo lo posible en el combate contra el cambio climático.

Según la Agencia de Noticias Meteorológicas de China, el país ahora cuenta con 120 estaciones meteorológicas con radiosondas, 89 de las cuales están abiertas para el intercambio global de datos. De esta forma, los datos que son compartidos representan el 10 % del total mundial.

Debido a su particular ubicación geográfica, los datos climáticos recopilados en la estación de Tuotuohe son de suma importancia para monitorear los cambios en los glaciares y la capa de nieve, y fundamentales para el estudio climático de toda la meseta Qinghai-Tíbet.

“Los datos que recopilamos son enviados a agencias de mayor nivel para su posterior análisis y compartición”, manifiesta Qiao.

Por otro lado, los datos también son vitales para la adecuada operación de los ferrocarriles y aviones en la región, pero además son útiles para la población local. “Gracias a la recopilación de datos, los meteorólogos pueden hacer predicciones sobre el clima y transmitir esta información a la ciudadanía para que se logre preparar con anticipación ante las heladas”, explica Qiao. “Esto me revela la importancia del trabajo que estoy realizando”.

Entre el 1 de mayo de 1956, día del establecimiento de la estación, y finales de 2021, se habían lanzado más de 47.000 globos en la estación de Tuotuohe, proporcionando cientos de millones de datos a la población.

“Si me vuelven a entrevistar en unos meses más, ya no seré la persona más joven del equipo. Varios compañeros que nacieron en la década de 2000 se unirán a nosotros este año”, dice Meng.

“La incorporación continua de colegas nuevos nos da ánimo para seguir cumpliendo nuestras responsabilidades”, concluye Qiao.

19 de agosto de 2021. Qiao Wei (segundo a la der.) y sus colegas observan datos utilizando un teodolito en la Estación Meteorológica de Tuotuohe.

19 de agosto de 2021. Qiao Wei (segundo a la der.) y sus colegas observan datos utilizando un teodolito en la Estación Meteorológica de Tuotuohe.

Jin Quancai