PROYECTO FINANCIADO POR EL FONDO NACIONAL DE DESARROLLO CULTURAL Y LAS ARTES (FONDART)
EN EL CAUTIN / Grabando el olvido
Daniel Lagos Ramírez
Memoria Investigación Estampa
Daniel Lagos Ramírez
Es Magíster en Arte por la UPLA y docente de la PUCV y Universidad Católica de Temuco. Posee estudios en la Universidad Javeriana en Colombia. Es columnista del diario La Estrella de Valparaíso y fundador del Taller Cherkán Color (Temuco 2010). El año 2020 publicó el libro de estampas: “La Pintura en Temuco 1900 - 1960”. Su temática versa sobre el tema del paisaje rural/urbano y la valorización del patrimonio cultural a través de posibles desplazamientos desde el grabado tradicional mediante la investigación y creación, habiendo dirigido diversos proyectos como el “Bestiario Nativo de la Araucanía”. Ha expuesto en diversos espacios y participado de residencias, en Chile, Argentina y Estados Unidos. El año 2021 fue nominado al Premio Queen Sonja Print Awards, Noruega y formó parte de la exposición “Grabado: hecho en Chile” en Centro Cultural Palacio La Moneda, por la cual obtuvo el Premio del Círculo de Críticos de arteChile mención Grabado.
Dedicado a mi hijo Martín
Deseo agradecer a Vane Gutiérrez por su respaldo permanente, a mis padres apoyadores, a la poeta Angélica Beltrán Barraza por su gran aporte en los registros de N. Imperial y también al antropólogo Cristián Tavie Díaz por su respaldo bibliográfco. Igualmente doy gracias al hacedor de Wampos Hernán Marinao, al Museo Regional de la Araucanía, al Museo del Wampo Isla Llepo y su director Jorge Vallejos, a la Galería Aníbal Pinto de Temuco, Esc. Básica Patricio Chávez - Curacautín, Biblioteca Municipal de Carahue, Centro Cultural de Lautaro, Centro Cultural de Nueva Imperial y Agrupación de artistas Artko.
Créditos
Javiera Delgado Herrero Antropóloga investigadora Cristián Yañez Ilabaca Diseñador y audiovisualista
Los Wampos y la estampa xilográfca
Todo grabado nace de una matriz. Esta alberga los primeros atisbos lineales, la forma general de la composición que surge al principio desde ciertos bocetos, evocaciones imaginarias o recuerdos que se materializan por el trazo de plumones, lápices de cera o grafto; es cuando inicia la ejecución del grabado. Pero es necesaria la materialidad, la madera o aglomerado que será depositaria de esta latencia de la imagen, con las gubias el grabador horada y traza líneas y gestos en profundidad, es un trabajo físico, donde la mano ostenta fuerza y control para sugerir el dibujo. Tal como se fabrica un Wampo, el cual surge por su cavidad maderosa que es desbastada con la azuela u otras herramientas. El hueco en el tronco albergará a quien navegue en él y surcará así las aguas de los ríos o lagos. De alguna manera la factura y proceso del Wampo se hermana con la técnica xilográfca y ambos son posibles por la acción de sustraer material, entonces nace el bajo relieve, el cual cumple su rol en cada elemento.
Cada línea cavada en la matriz puede ser la luz o color preexistente en el papel, así avanza la imagen en mi proceso xilográfco, en la acción se va alternando la operación del desbaste (que es registro y memoria de la forma a la vez) con una nueva capa de tinta / color y huella transferida mediante la prensa, es la impresión de la matriz perdida, que aquí logramos ver tanto en las estampas como en las matrices que fueron el soporte para mis grabados. La presente serie gráfca Wampos en el Cautín que surge como proyecto Fondart Nacional 2023 se sustenta en su mayor parte por la xilografía y es la culminación de una aventura creativa que inició en la precordillera de la Araucanía, donde nace el río Cautín, imaginando aquellos antiguos wampos que fueron emergiendo primero como bocetos a tinta, hasta llegar a confgurarse como grabados. Ante la inexistencia de registro fotográfco, quedó solo la posibilidad de la fcción, una interpretación que situase nuevamente las canoas sobre la corriente del río, aparecieron entonces las imágenes de familia, momentos de pesca, de viaje, de anocheceres y refejos junto a las plantas, animales y árboles de ribera. Un intento para retornar al tiempo de los grandes laureles, que volcados a las aguas vuelven a aparecer y ser los protagonistas de este proyecto.
Daniel Lagos Ramírez
Xilografía a matriz perdida
48 x 56 cms
"Salida de Pesca al Atardecer"
“Surcando los últimos refejos de la tarde“
Xilografía a matriz perdida
36 x 46
cms
“En la penumbra del río“
Xilografía
36 x 40 cms
“Entre
18 x 28 cms
los canales”
Punta seca s / tetra Pack
La Ruta del Cautín
Constituyó parte importante en la difusión y mediación de nuestro proyecto. Junto a Javiera Delgado recorrimos cinco comunas en la Región de la Araucanía accediendo a diversos espacios culturales en las comunas de Curacautín, Lautaro, Temuco, Nueva Imperial y Carahue. Siguiendo el sentido del fujo del río los talleres se desarrollaron de cordillera a mar, y se centraron en rescatar la memoria y práctica ancestral de la navegación mediante el wampo u otros elementos, al respecto surgieron numerosas experiencias y refexiones de los asistentes con el Cautín, traduciendo a través del proceso de la xilografía sus ideas y emociones con el tema.
EN EL CAUTIN / Grabando el olvido Daniel Lagos Ramírez
Memoria Investigación Estampa
78 x 106
Xilografía
"Wampos de vuelta a casa"
cms
“Penumbra en el río II” Xilografía a matriz perdida
36 x 46 cms
Los tiempos de los ríos son distintos a los tiempos humanos
Javiera Delgado H.
Wampos en el Cautín. Estampas confuentes es una invitación que nos hace Daniel Lagos Ramírez a mirar el río Cautín. Es un viaje imaginando el recorrido desde la cordillera al mar y también a lo largo del tiempo. Partimos con la pregunta orientadora que nos otorga un experto 1 : ¿Qué es un río? Una posible respuesta se desprende de la técnica del grabado xilográfco, a través de imágenes creadas que nos conducen a interrogarnos acerca de cómo entendemos este cuerpo de agua y su rol en la sociedad actual y pretérita. Nos centramos en el signifcado del río y cómo se presenta ante nuestro imaginario para llegar a las prácticas de tránsito en su curso, como la navegación, vadeo o cruce y los artefactos que se han utilizado para tal fn.
A través de recuerdos de su infancia, la presencia de boteros que cruzaban el río desde Santa Rosa a Niagara y la emoción de desplazarse por sus aguas de un lugar a otro, Daniel pregunta si fue posible la existencia de otras embarcaciones y sentidos sobre este hilo acuático. Aquellas que tienen que ver con los habitantes mapuche de las riberas de los ríos. Antes que esta ciudad construida como fuerte -recién en las últimas décadas del siglo XIX - dominase sus aguas para domesticarlo y se construyera dándole la espalda, sin mirar de frente a la realidad fuida que nos separa con el mundo rural y como comúnmente se suele llamar a la relación urbana con este curso de agua.
La experiencia de habitar cerca del río en la ciudad y en otros sectores de los trayectos por los que atraviesa el río Cautín, nos otorga una visión diferente. La relación de Daniel con las personas que atravesaron sus aguas, permite reconocer el río desde sus paradojas: sus dualidades entre frontera y camino. Un borde y lugar de conexión entre la ciudad y el campo. Entre la vida y la muerte. La vida cotidiana y lo festivo. Pero también un espacio que impulsa relaciones sociales profundas. Donde los otros lados se juntan gracias al conocimiento íntegro del territorio, de árboles de los bosques que permitieron construir elementos para su circulación y personas conocedoras del ofcio y sus signos.
¿Cómo leer las huellas invisibles que se encuentran bajo el agua?
Acá es donde emerge el wampo como un elemento central en el relato visual. Una embarcación que las actuales generaciones no han visto surcando el agua, al menos desde las orillas que él visitó de niño, pero cuya existencia predominó en los cuerpos de agua del sur de Chile, varias décadas atrás y que actualmente se posiciona como un elemento que resurge en distintas comunidades ribereñas y lacustres. Los wampo, artefactos de navegación mapuche, fabricados con un solo gran tronco ahuecado 2, capaces de transportar familias enteras, que permitieron la continuidad de las rutas terrestres por las a veces, insondables aguas de este territorio, haciéndolas caminos.
“Si yo vi estos botes, tuvo que haber existido un wampo”, piensa Daniel, atento a señales que se pueden perpetuar a través del grabado. Que sean parte en su dimensión escenográfca de un pasado imaginado, compuesta de signos, con personajes que conviven cerca de los ríos, que se alimentan gracias a la fertilidad de sus orillas y de los peces que proveen sus aguas. Y así comienza a crear estas imágenes que nos muestran las cualidades de trasladarse por los ríos. Equilibrio, comunidad, expectativas, intercambios.
Las estampas creadas por Daniel , cuidadosamente a través de las luces y sombras, nos invitan, entonces, a refexionar sobre la necesidad de preservar y recordar el mundo cultural que fuye en sus aguas, la huella invisible que los mapas no retratan. Los tiempos de los ríos son distintos, nos sugiere el artista, a los tiempos humanos. En cualquier momento retoma su curso, comerá las barreras y desafará nuestros intentos de controlarlo y quizás, si quiere, nos invita a sortear y fuir en él.
1 Miguel Chapanoff, entrevista, septiembre 2023.
2 Nicolás Lira San Martín, “Canoas monóxilas en el Centro-Sur de Chile: navegando sobre los árboles” (2008).
EN EL CAUTIN / Grabando el olvido Daniel Lagos Ramírez cherkancolor@gmail.com
