Entorno 19

Page 73

de armar la historia para justificar la obra en el presente, endiosar el legado de la arquitectura moderna local (ni hablar de su llamada tropicalidad), el limitado modo de ejercer la arquitectura solo a través de oficinas con aspiraciones corporativas, el ombliguismo de nuestras bienales y premiaciones, así como la aceptación de que el arquitecto debe ser una figura de adoración. Nos hemos olvidado de los múltiples roles que puede adquirir nuestra disciplina (no todos nuevos, por cierto), pocos son los que desde sus trincheras luchan día a día para ampliar nuestras referencias. Algunos lo hacemos desde el taller y el salón de clases, otros desde la gestión comunitaria, otros con la acción inmediata del espacio público, otros buscando diversificar su oficio en disciplinas afines (prácticas prohibidas en el marco de la legalidad de nuestra profesión en la Isla), pero, la gran mayoría no hace nada. Al día de hoy busca sobrevivir de un modelo profesional fracasado y busca alianzas forzadas e hipócritas para establecer un falso sentido de comunidad y colectividad. Esa

CAAPPR

gran mayoría no se ha bajado del carro de la Cenicienta y va por ahí en carroza de calabaza creyendo ser doncella. Hace falta construir voluntades, es decir, nuevos proyectos para la arquitectura (con énfasis en lo plural), con una clara consciencia de lo colectivo. Hay que escudriñar las historias, no para abusar de ellas ni buscar validación, sino para interrogarlas. Hay que habilitar y estimular las posturas críticas, no con el fin de desmaterializar lo existente, sino como catalizadoras de realidades renovadas. Hay que buscar y aprender mucho en la incertidumbre, y eso debe ser en gran medida el rol de las escuelas. No podemos enseñar certezas como dogmas, porque muchas de ellas lo dejaron de ser en los pasados veinte años. Es en el principio de incertidumbre donde nos debemos posicionar y reconocer que nuestra disciplina ya no tiene una ruta definida que nos obliga a abordar las variables dinámicas que motivan su producción; ahí estamos aquellos que buscamos aportar desde las posiciones menos acomodaticias.

71

CODA ENTORNO PRESENTA

tener un norte particular, no exento de cuestionamientos, pero el everything goes heredado de las postrimerías del siglo pasado, el mal entendido profesionalismo evidentemente descalificado con la crisis financiera y la fe ciega en la tecnología como panacea de nuestros pesares las han llevado a caer en una ambigüedad poco deseable si queremos educar a nuestras nuevas generaciones con sensatez de acuerdo al momento histórico que vivimos. Las escuelas no deben ser el escenario oscuro de las necedades que nutren el ejercicio de la práctica profesional, por el contrario, deben ser el espacio de mayor debate y apertura donde discutir los quehaceres de nuestra disciplina. Un lugar dispuesto a valorar las aportaciones de todas las generaciones, a fomentar la actitud crítica y a desarrollar una postura proactiva ante los retos que nos presenta la arquitectura en nuestro contexto. Por último, y no menos importante, el problema del conformismo. Hemos aceptado que el marco de referencia de nuestra disciplina sea el afán


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.