
1 minute read
5.6. Parto y posparto
Puede que también tengas que realizarte exámenes para comprobar si tienes toxoplasmosis o citomegalovirus (CMV), dos infecciones comunes que pueden transmitirse al bebé. Las pruebas deberían efectuarse lo antes posible durante el embarazo y, en caso necesario, deberías recibir tratamiento contra ellas.
Si no es el caso, las pruebas serán mera rutina y podrán variar ligeramente de un/a médico/a a otro/a. Las pruebas de rutina incluyen la toma de presión sanguínea y análisis de sangre y orina, así como el control fetal.
Advertisement
A menos que necesites algún cuidado adicional, probablemente tengas que visitar la clínica de forma mensual durante casi todo el embarazo y, a partir del octavo mes, cada dos semanas.
5.6. Parto y posparto
El periodo de mayor riesgo de transmisión vertical del VIH es en el momento del parto. Por lo tanto, la forma de nacer del bebé constituye un tema controvertido.
Las directrices españolas recomiendan que la forma del parto debe ser consensuada por la madre y el equipo multidisciplinar que la atiende (obstetricia, neonatología e infectología) tras la determinación de una prueba de carga viral en la semana 36 cuyos resultados permitan orientar en la elección de una u otra modalidad y tras informar a la paciente sobre los riesgos y ventajas de cada una de ellas.
El grupo español de expertos recomiendan el parto vaginal a las muje res con VIH que han estado tomando tratamiento antirretroviral y que han llegado a la semana 36 con la carga viral indetectable y no sufren otras complicacines médicas.
Los datos disponibles indican que las madres que reciben terapia combinada con una carga viral indetectable pueden dar a luz por vía vaginal y que el parto programado por cesárea no ofrece ninguna ventaja adicional a los bebés (a no ser que lo necesite por otro motivo). No obstante, es posible que los equipos médicos sean algo más cautelosos con una mujer con el VIH que con una seronegativa a la hora de dar a luz por vía vaginal.
Durante el posparto es importante mantener la adherencia al tratamiento. Para muchas madres, el mejor modo de recordar que tienen que tomar su propia medicación es vinculándola al patrón de dosificación de su bebé. Por eso, si tu hijo tiene pautadas dos tomas al día y tú también, sería buena idea programarlas para el mismo momento.