ISSN: 2665-2412. AÑO 1 3
131 OC TUB R E
2 0 2 0
“Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que sale del corazón”.
Hayuelos, Modelia, Capellanía, Baleares, La Felicidad
poder vivo de la palabra
Mario Benedetti, escritor uruguayo (1920-2009).
Localidad de Fontibón l
Bogotá D.C
l Distribución Gratuita l
Año 13
l
ne j
“Mejor Ma
ó
GANADOR
DEL XV TA I
Categoría: Reportaje Gráfico
Noticia en Peri
del I Premio Distrital a Medios Comunitarios y Alternativos
er mio P iodístico Pre
IS
io or m ed
e od
ría go te
n it a ri o .
mu
co
A DEL X LIST I NA Revista Sema Pr
FI
l
m ej
FINALISTA DEL CONCURSO MODELOS 2014 de la Secretaría de Movilidad.
”. co di
Al
GANADOR DEL CONCURSO MODELOS 2013, de la Secretaría Distrital de Movilidad Categoría: Crónica en prensa escrita
Ca
n
L
e Periodismo io d R ema - Grupo Argos 2018 e
nal. gio
El contenido de este periódico le puede interesar también a su vecino. ¡Compártelo!
Octubre 2020
FI NA
El
l periodicosectorh@gmail.com
l
Periódico Sector H
¡Que se caigan los
monumentos! Álvaro Toquica
Coordinador general, Observatorio Ciudadano de Fontibón – OC9
E
n mi niñez, muchos perros fueron nombrados Tony o Leoncico; unos
ENORGULLECERNOS DE los conquistadores y fundadores españoles de nuestras ciudades es algo que debemos considerar seriamente.
¡Que se caigan los monumentos!
en honor a los Antonios gringos y otros en honor al sanguinario mastín de Vasco Núñez de Balboa, reconocido por sus poderosas mandíbulas llenas de sangre indígena. En los relatos del cronista Lucas Fernández de Piedrahíta, menciona cómo algunos indios murieron de impresión al ver a los invasores que parecían uno sólo con sus caballos. En una primera jornada invasora del codicioso Gonzalo Jiménez de Quesada, se ofreció a la caravana española a su paso por los territorios muiscas de Moniquirá, Susa, Tinjacá, Guachetá, Lenguazaque, Cucunubá y Suesca, ofrendas de venados, conejos y preciosas telas coloreadas con pigmentos vegetales y animales, en un ambiente de profundo desconocimiento sobre las verdaderas intenciones de los magníficos jinetes. Las generosas riquezas obtenidas de estas primeras incursiones al Palacio de Tunja, el poblado de Suamox (Sogamoso) y la provincia de Bogotá, fueron de 249.976 pesos de oro y 1.815 esmeraldas, algunas de considerable valor. La historia europeizada permitida por tanto tiempo en el sistema educativo colombiano, habla de unos pueblos amerindios “ocultos” y necesitados de un “descubrimiento” europeo. Expone esta historia una grandeza mal atribuida a jornadas genocidas que tan sólo pretendían llenar las arcas de unos cazafortunas, como Sebastián de Belalcázar, Nicolás de Federmán, Pedro de Heredia o Gonzalo Jiménez de Quesada y de las empobrecidas monarquías del viejo continente.
la Revolución Industrial- fueron esclavizados pueblos en todo el mundo que aún hoy se mantienen cautivos, ya no sólo por el poder de las espadas, arcabuces y trabucos conquistadores, sino por la fuerza de los poderes del mundo posmoderno.
Una necesaria relectura de nuestra historia nos ayudará a determinar el verdadero valor de esos objetos de culto tradicional que admiramos en virtud de nuestra ignorancia. No se les puede elevar a la categoría de monumentos históricos, como promueve el alcalde de Popayán Juan Carlos López Castrillón, sin antes haberlos puesto en el centro del debate para determinar su verdadero valor histórico y explicar satisfactoriamente aquello que en realidad representan; quizá no grandeza, sino codicia, violencia desproporcionada y hegemonía. Los indígenas Misak que derrumbaron hace algunas semanas la estatua de Sebastián de Belalcázar en la ciudad de Popayán, expresaron que su motivo principal fue protestar por los múltiples abusos, masacres, muertes de indígenas, robos de sus tierras y persecuciones realizadas por los invasores españoles desde 1492 hasta nuestros días, tal como lo referencian fuentes históricas.
Enorgullecernos de los conquistadores y fundadores españoles de nuestras ciudades es algo que debemos considerar seriamente. ¿Acaso necesitábamos de ese nuevo orden y esa catequesis impuesta a sangre o hubiésemos sido capaces de escribir nuestra propia historia, de organizar nuestras ciudades y adorar a nuestros propios dioses Sua y Chía?
Pondríamos en su lugar monumentos de esos indígenas que opusieron firme resistencia a los invasores, como Zaquesazipa, torturado y asesinado por orden de Gonzalo Jiménez de Quezada, para que confesara dónde estaba la tumba de su hermano Tisquesusa, que se suponía plena de tesoros. Y a cambio de destruir las estatuas de nobles y conquistadores, podríamos conducirlas a museos en donde sean expuestas con generosos textos que expliquen la verdad tras ellas, poniendo de relieve los abusos que caracterizaron las jornadas conquistadoras. Diseñador Industrial y especialista en Desarrollo Social. atoquica@gmail.com
Como reivindicación al patrimonio étnico colombiano, queremos resaltar en octubre: Mes de las Etnias colombianas, el Monumento a la Deidad Tayrona (estatua alegórica a esta comunidad y a todos los indígenas de nuestra América), que reposa en el Paseo Bastidas o camellón del centro histórico de la ciudad de Santa Marta.
Gracias a los europeos y a su malsano afán hegemónico -que heredaron a los estadounidenses en
Los avisos sí se leen.
Mayores informes: ¡Ordene ya el suyo!
4107897 3165312627. sectorheditor@gmail.com
l periodicosectorh@gmail.com