Reverberan las pasiones, y los grito a voz en cuello se dejan oír en cada rincón nacional, mientras banderas van y banderas vienen, se quitan y se ponen ofertan de barricada, y el mercadillo electoral nos vende la mejor estrategia publicitaria. Aún quedan esos artistas de las paredes que dejan la huella del candidato de su preferencia en los vecindarios de la ciudad.
Nos enfrentamos a un momento de definición histórica local como nunca antes habíamos tenido la responsabilidad. Nuestra decisión deberá ser consensuada y racionalizada antes de escribirla en la papeleta y asumir con valentía la decisión más correcta de acuerdo a nuestra elección. Conocer de cerca las propuestas, las personas y el trabajo realizado.
La ruralidad debe emerger como un polo de desarrollo nacional, levantando gestores de cambio, para que no sólo nos regresen a ver el momento de contienda electoral, sino mantener un trabajo permanente, no en procura de una proyección política, sino en miras de un plan de desar