El horizonte legislativo de la ciudad, se ha convertido en un verdadero cardiómetro, donde 21 voluntades estarán prestas a defender sus criterios de desarrollo. ¿Cuál será el resultado de la contienda política?, ¿Cuáles los consensos?, ¿Quiénes representarán la voluntad popular?, son algunas de las preguntas más obvias que debe realizarse la ciudadanía.
La comunidad deberá enfrentar este proceso con una serie de sentimientos cruzados, y consensuadas definiciones en procura del bien común de su barrio, sector o parroquia. Habrá que deponer intereses individuales, vigilar victorias obtenidas y defender derechos comunales, a fin alcanzar las metas propuestas.
La ruralidad deberá convertirse entonces, en la impulsora del desarrollo local, en función de sus carencias. Servicios insatisfechos, infraestructura deficiente, vialidad en construcción, reordenamiento territorial. Son algunos de los temas en la palestra de la construcción de sociedades del buen vivir.