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vida/Sullka Llaxta Agua Blanca
Ilustracion fotográfica 18. Apacheta Katantikas y Amauta preparando la Ch`alla (extraido del Plan de vida/Sullka Llaxta Agua Blanca)
Sin embargo, con la introducción de las sectas evangélicas, se ha producido divisiones entre las familias, entre comunidades, pues estas sectas son más controladoras en cuanto a oponerse rotundamente a las prácticas ligadas a rituales ancestrales o indígenas; se imponen una serie de valores y cultos con mayor rigidez de imposición cultural.
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Un impacto negativo de estas sectas evangélicas, es que las comunidades ya no valoran a su patrimonio histórico cultural representado en los sitios arqueológicos, las ruinas, capillas católicas, sitios sagrados, rituales indígenas, prácticas ceremoniales ancestrales y otras manifestaciones culturales asociadas a la religión católica andina.
2.2.1.9. La interculturalidad y la diversidad cultural
En Bolivia, se reconoce en la Constitución Política del Estado, las características de ser un Estado Plurinacional, intercultural, reconociendo la diversidad de culturas indígenas originarias campesinas, interculturales y afrobolivianas, con el reconocimiento de todos sus derechos políticos, culturales y territoriales.
En el Capítulo referido a las culturas, se destaca lo siguiente:
Artículo 98.
I. La diversidad cultural constituye la base esencial del Estado Plurinacional Comunitario. La interculturalidad es el instrumento para la cohesión y la convivencia armónica y equilibrada entre todos los pueblos y naciones. La interculturalidad tendrá lugar con respeto a las diferencias y en igualdad de condiciones. II. El Estado asumirá como fortaleza la existencia de culturas indígena originario campesinas, depositarias de saberes, conocimientos, valores, espiritualidades y cosmovisiones. III. Será responsabilidad fundamental del Estado preservar, desarrollar, proteger y difundir las culturas existentes en el país.
Artículo 99.
I. El patrimonio cultural del pueblo boliviano es inalienable, inembargable e imprescriptible.
Los recursos económicos que generen se regularán por la ley, para atender prioritariamente a su conservación, preservación y promoción.
Para el caso de la caracterización sociocultural del ANMIN Apolobamba, es necesario hacer referencia a los procesos de interculturalidad en las diversas relaciones económicas, políticas, sociales, culturales, religiosas entre otros ámbitos de la vida de las poblaciones que en este espacio habitan.
La convivencia de diferentes grupos étnicos y culturales, ha sido una característica histórica en estas regiones, ligada a las formas de acceso a los recursos naturales, a las estructuras de poder, dominación y expansión, ha caracterizado diversos escenarios de diversidad cultural existente en la región.
Retomando las definiciones de Albó y Galindo (2012), define a la “interculturalidad” como a la relación entre dos culturas distintas, o también expresan como a “personas o grupos de personas que viven y se han desarrollado en culturas distintas.” Desde esta perspectiva la interculturalidad, es también en gran medida, un intercambio entre gente con identidades distintas.
Con frecuencia se llama “intercultural” a una persona o una situación en la cual existe o se genera una buena relación entre gente de diversas culturas. Pero en rigor, esta definición se refiere sólo a una interculturalidad positiva, la cual a su vez, puede tener grados distintos desde una simple tolerancia hasta un permanente aprendizaje y enriquecimiento mutuo que no desemboca necesariamente en fusión cultural.
Sin embargo, existe también una interculturalidad negativa, en la que hay efectivamente relaciones entre grupos culturalmente distintos pero éstas llevan a uno de los grupos a imponerse sobre los otros, que van disminuyendo, subordinándose o incluso llegan a desaparecer, absorbidos o simplemente eliminados por el grupo dominante. Esto ha ocurrido y sigue ocurriendo en las guerras y conquistas, situaciones coloniales, migraciones, etc (Op. Cit.)
Las relaciones de interculturalidad se deben dar en el marco del respeto a las identidades propias de los distintos grupos que interactúan, respetando procesos políticos, sociales, territoriales, autonómicos tanto para la reproducción cultural como para que cada grupo decida sobre los procesos de transformación y desarrollo de nuevos elementos de identificación cultural que no sean negativos para sus identidades milenarias.
En el país, se están desarrollando políticas sobre todo en los campos de salud y educación para encarar los procesos de interculturalidad en la aplicación de programas, proyectos y lineamientos de acción.
En Apolobamba, es necesario estudios socioculturales que apunten a identificar aquellos procesos en los que están inmersas las poblaciones, quechuas, aymaras, las naciones Kallawaya y Pukinaqolla; los procesos de autonomía indígena, cómo se están restituyendo los ayllus, sus identidades, y los problemas asociados a la influencia de culturas externas.
En los talleres del diagnóstico, en muchas comunidades, se expresó como una amenaza, la salida de población joven (hombres y mujeres) a las ciudades, convirtiéndose en una población denominada localmente como “residentes”, población que sigue guardando sus lazos de pertenencia territorial con sus comunidades, pero que sus costumbres están cambiando, y en cierta medida el grupo de residentes ( que suele ser a veces mayoritaria al de la población permanente) también influencia en la inserción de nuevos y ajenos elementos culturales, por ejemplo la influencia en la vestimenta, en la música, y prácticas sociales.
2.2.1.10.Patrimonios reconocidos por la UNESCO
Una característica que manifiesta la relevancia del ANMIN Apolobamba, es que en Bolivia es la única área protegida que hasta el momento cuenta con tres reconocimientos de la UNESCO.
Reserva de la Biosfera
El primer reconocimiento de la UNESCO fue la Declaración de Reserva de la Biosfera, obtenida en 1977, antes de la ampliación cuando esta área protegida era Reserva Nacional de Fauna Ulla Ulla.
Reserva de Biosfera es una categoría internacional de conservación y manejo de la biodiversidad y los recursos naturales, cuyo objetivo principal se orienta a crear modelos de compatibilidad y complementariedad entre la conservación y el aprovechamiento de los ecosistemas por las comunidades humanas ( Ribera y Campos, 2005).
Esta categoría fue impulsada por el Programa Hombre y Biosfera (MAB ) de la UNESCO, desde finales de los años 70 como una alternativa socio-ambiental que buscaba asociar los objetivos de protección de la naturaleza con iniciativas de desarrollo local y regional. Así mismo, es equiparable a la categoría boliviana de Área Natural de Manejo Integrado, y a la categoría VI de la UICN (1994) “Área protegida con recursos manejados” para garantizar la protección y el mantenimiento de la diversidad biológica a largo plazo, y proporcionar al mismo tiempo un flujo sostenible de productos naturales y servicios para satisfacer las necesidades de la comunidad.
En el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), sólo tres áreas protegidas nacionales han logrado obtener esta categoría de la UNESCO, la Reserva de la Biosfera Estación Biológica del Beni (1986), y la Reserva de la Biosfera y Territorio Indígena Pilón Lajas (1977).
Reconocimiento a la Cultura Kallawaya
El segundo reconocimiento, fue otorgado por la UNESCO, en un proceso iniciado por Bolivia en 2003, e inscrito en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2008, en el cual se reconoce a la Cosmovisión Andina de la Cultura Kallawaya como “Obra Maestra de Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad”.
