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Figura 53. Comportamiento de precipitaciones en los Valles y Charazani
Figura 53. Comportamiento de precipitaciones en los Valles y Charazani

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Observando la figura 51, se puede establecer que las precipitaciones en las zonas de Camata son más uniformes, pero hay una leve concentración en los meses de enero y diciembre, por otra parte una baja de precipitación en noviembre, época muy importante para el establecimiento de los cultivos, los meses con menor precipitación son de mayo a agosto.
En los meses de febrero y marzo de los últimos años, se presentaron lluvias concentradas, por lo tanto atrasadas, lo que hace suponer que en estos meses tienden a concentrarse las lluvias, lo cual ocasionaría daños en las zonas donde las pendientes son pronunciadas.
En el caso de Charazani, las lluvias en algunos años, sobrepasan las normales del mes (puntos y asteriscos), se registran más desde diciembre a abril, lo cual genera en las familias una incertidumbre, peor aún en los últimos meses de producción, se nota que las precipitaciones se retrasaron y llegan concentradas en algunos días. Las lluvias no se presentan entre los meses de mayo a agosto, y cuando es requerida entre septiembre a noviembre es muy poco lo que llueve.
Para las regiones altas, cercanas a las cordilleras, los datos meteorológicos de los últimos veinte años (si bien parciales e insuficientes), junto a otras sistematizaciones (Banco Mundial, 2010; PNUD, 2011) e investigaciones sobre las percepciones de los habitantes de la región (Nordgren, 2011: 24-37), coinciden y apuntan a un patrón climático marcado por una época de lluvias más corta en el altiplano norte y que tiende a empezar con retraso, así como a presentarse con precipitaciones más intensas hacia el final de la temporada.
La incertidumbre con respecto a las precipitaciones (debido a las limitaciones de los modelos existentes, así como a la información empírica que se recoge y procesa) hace suponer que, hacia 2030, se confirmaría y