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Mapa 9. Mapa de contentración de Biodiversidad
Mapa 9. Mapa de contentración de Biodiversidad
De manera complementaria y en base a información proporcionada por Wildlife Conservation Society (Mapa 9), se realizó una evaluación general respecto a los valores de biodiversidad en términos de riqueza de especies, endemismos y funciones prioritarias. De este modo se considera que la región altoandina es una zona con valores bajos de importancia para la biodiversidad, debido principalmente al número de especies presentes en esta ecorregión, sin embargo estas especies puedes resultar las más sensibles a cambios bruscos o acelerados en el ambiente –aumento de la temperatura o variación en la precipitación-. Por otro lado resaltan los bosques montanos y yungas presentes en la región central y sureste del AP, principalmente por la riqueza de especies presentes en estas unidades vegetacionales. Los bosques montanos son considerados como ecosistemas con alto valor de biodiversidad por sus características fisiográficas, altitudinales y latitudinales. Finalmente, la importancia y prioridad de conservación de especies y ecosistemas en el ANMIN Apolobamba debe entenderse desde un concepto regional más amplio, del que el AP forma parte. El Gran Paisaje Madidi Tampopata- que intenta preservar un corredor importante en la región oeste de Bolivia logrando una conectividad entre hábitats y ecosistemas muy diversos.
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Del mismo modo, en el Mapa 10, se resalta la parte central del AP, por presentar pendientes mayores a 70%, donde se encuentran los bosques montanos medio y superior limitando la actividad agrícola y ganadera de las poblaciones aledañas. Por tal hecho esta zona aún se encuentra en buen estado de conservación con áreas poco intervenidas y por lo tanto poco estudiadas. Es primordial fomentar la investigación y generación de información en esta zona, dada la complejidad y características particulares de cala ladera es probable incrementar los registros de fauna y flora para el AP.
7. Conservación y Manejo sustentable de las poblaciones de vicuña
La vicuña (Vicugna vicugna), especie de camélido de mediano porte se encontraba bajo la categoría Vulnerable hasta antes de la publicación del Libro Rojo de Vertebrados de Bolivia, sin embargo la recuperación de sus poblaciones y el manejo sostenible de esta especie que se realiza en todo el territorio nacional han dado como resultado el cambio de categoría de esta especie, aunque aún se mantiene dentro del Apéndice II de la Convención CITES (2015). Se distribuye en toda la región puneña del continente Sudamericano entre los 3000 y 4800 msnm. Se estima que ha estado presente en el continente americano por más de 10 millones de años, ya que esta especie se ha adaptado muy bien a las características extremas de la región altoandina como la baja disponibilidad de alimento, las condiciones climáticas extremas y el desarrollo de actividades humanas.
Desde tiempos de las culturas originarias preincaicas e incaicas era común la utilización de la fibra de vicuña (una de las más finas del mundo) de acuerdo a las necesidades y costumbres de cada pueblo mediante el aprovechamiento denominado Chaku, que consistía en el arreo de las vicuñas para lograr su captura, esquila en vivo y posterior liberación. Durante la época de la colonia los españoles y mestizos implementaron la cacería de vicuñas para la obtención de su fibra. Esta práctica se generalizó y extendió durante los siguientes cuatro siglos incluso con la conformación de la república y el establecimiento de nuevos Estados independientes. Pese a esfuerzos puntuales mediante ordenanzas y decretos por parte de los diferentes Estados, durante la colonia y el periodo republicano se redujo fuertemente las poblaciones de vicuña en toda la región altoandina.
A mediados del siglo XX, de acuerdo con algunos autores, la especie redujo su población hasta casi su extinción en toda su distribución. Fue en ese contexto que en 1979 Perú, Bolivia, Ecuador, Chile y Argentina firman el Convenio para la Conservación de la Vicuña. El contenido del Convenio y los compromisos asumidos por los Estados miembro marca las líneas de trabajo concretas que derivan en actividades de conservación y manejo de la vicuña, que cada año son evaluadas a través de reuniones internacionales entre los países.
En 1996 se desarrolla el primer censo nacional de vicuñas dirigido por la Dirección Nacional de Conservación de la Biodiversidad en la que se contabilizan alrededor de 33.844 vicuñas. En 1997 se emite el DS 24529 mediante el cual se crea el Programa Nacional de Conservación de la Vicuña, la normativa reconoce a las comunidades campesinas como los actores fundamentales para la conservación de la especie y por lo tanto les corresponde ser beneficiarios de su aprovechamiento. El aprovechamiento de fibra de vicuña sólo está permitido a partir de la esquila de animales vivos, en poblaciones naturales silvestres que se encuentran en áreas de manejo comunal.
En 2009 se promulga el DS 0385 que reglamenta la conservación, manejo y aprovechamiento sustentable de las poblaciones de vicuña en todo su rango de distribución de manera extensiva y no limitativa. En dicha norma se establece el marco institucional para los actores estatales, departamentales, municipales y las instancias comunales que aprovechan este recurso.
En 2009 se desarrolla la Segunda Estimación Poblacional de vicuñas en Bolivia nuevamente liderada por el Viceministerio de Medio Ambiente en estrecha coordinación con las comunidades locales. Los datos evidencian un total de 112.249 vicuñas en todo el territorio nacional, lo que significa que las poblaciones de vicuña se han recuperado y se han incrementado en una proporción de 3:1 respecto al censo de 1996.
Aprovechamiento de la fibra de vicuña
El aprovechamiento se realiza a partir de la captura y esquila de poblaciones silvestres de vicuña con el uso de mallas de captura, procedimiento de corte de la fibra y de la liberación de los animales. La actividad tiene un fuerte componente social, las comunidades rurales constituyen una Comunidad Manejadora de Vicuña
(CMV) que se organiza a través de sus usos y costumbres para hacer el seguimiento a las poblaciones de vicuña, capacitación, organización para la temporada de esquila de vicuña. Posteriormente se realiza el acopio de la fibra de vicuña a nivel regional, departamental y nacional. Toda la fibra de vicuña producida en el territorio nacional es vendida en un solo lote a empresas extranjeras que aprecian el alto valor y calidad de dicha fibra (una de las más finas del mundo). Todas las actividades son estrechamente coordinadas entre el Programa Vicuña de la Dirección General de Biodiversidad y la Asociación Nacional de Manejadores de Vicuña.
Es importante recalcar el fuerte empoderamiento de las organizaciones sociales para el manejo de la vicuña. A un inicio del Programa se establecieron cuatro Asociaciones Regionales de Comunidades Manejadoras de Vicuña (ARCMV), desde 2007 se han establecido 13 ARCMV que en la actualidad engloba a 76 Comunidades Manejadoras y beneficia de manera directa a aproximadamente a 4500 familias de la región altoandina especialmente en zonas rurales más deprimidas de Potosí y Oruro.
La venta de fibra de vicuña genera recursos económicos adicionales para los pobladores locales, y es considerada como un reconocimiento o compensación por el cuidado de esta especie en sus territorios. Hasta 2015 se han realizado ocho ventas nacionales y se han generado más de tres millones de dólares que han sido distribuidos entre las Comunidades Manejadoras de Vicuñas.
El Programa Vicuña procura garantizar la distribución equitativa de los beneficios económicos a través de una estrecha coordinación y fiscalización de las actividades desarrolladas por la Asociación Nacional de Manejadores de Vicuña. La Dirección General de Biodiversidad y Áreas Protegidas apoya técnicamente durante todo el proceso de aprovechamiento.
Manejo de las poblaciones de vicuña en el ANMIN Apolobamba
La vicuña es una de las especies de mamíferos silvestres más importantes de la región de los andes, de hecho durante finales de la década de los setenta las poblaciones de vicuña en las planicies de Ulla Ulla fueron la justificación para la creación del AP. Varias décadas han pasado, las poblaciones de este camélido se han ido recuperando e incrementando permitiendo un manejo sostenible de su fibra –una de las más finas del mundo- a través de la esquila de animales vivos.
El ANMIN Apolobamba alberga la mayor población de vicuñas de todo el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (alrededor del 67% del total de vicuñas en áreas protegidas y aproximadamente 11% del total nacional), la cual, a pesar de las presiones que sigue enfrentando (caza furtiva, enfermedades - en particular la sarna -, depredación por perros pastores, competencia con camélidos domésticos por las áreas de alimentación y depredación de crías por zorro y puma) parece mantenerse e incrementarse (SERNAP, 2012). Recientemente Wildlife Conservation Society realizó un conteo total de vicuñas distribuidas en toda la región altoandina del AP, en agosto de 2015, se contabilizaron un total de 11978 individuos (S. Rivera com. pers.) lo que corrobora la importancia de la región para la conservación de esta especie (figura 21).

Figura 18. Población de vicuñas en el ANMIN Apolobamba entre 1997 y 2015 (Fuente: Elaboración propia en base a informes de censo del ANMINA, MMAyA 2010, VALE 2013 y WCS 2015)
El Estado Plurinacional de Bolivia es el único país que realiza el manejo de las poblaciones silvestres de vicuña y es un referente importante de la compatibilidad de manejo de recursos de la biodiversidad con los actores locales. De acuerdo al DS 0385 de 2009, se permite el aprovechamiento de la fibra de vicuña a los pobladores locales que se constituyen en los custodios de este recurso del estado. Los pobladores locales para poder aprovechar y comercializar el recurso deben conformar Comunidades Manejadoras de Vicuña (CMV) y estas a su vez conforman una Asociación Regional de Comunidades Manejadoras de Vicuña. En el ANMIN se conforma el año 1999 la ARCMV Apolobamba conformada por 18 CMVs que se encuentran principalmente en la zona altoandina.
Apolobamba se constituye en el primer sitio donde se realiza el aprovechamiento de fibra de vicuña desde 1999. Hasta la fecha se han realizado esquila de vicuñas por 13 años (ver figura 22). La distribución de los beneficios, producto de la venta de la fibra, a las familias, ha motivado una mayor participación de la gente en las capturas; y por consiguiente más capturas y esquilas se han traducido en una mayor producción de fibra. Sin embargo a partir de año 2011 por consenso entre las Comunidades Manejadoras de Vicuña y el directorio del ARCMV se definió realizar la esquila de vicuñas año por medio, dado que es necesario esperar un largo de fibra mayor a los 4 cm para realizar los cortes. De esta manera el año 2012 no se realizaron esquilas y el año 2014 sólo esquilaron cuatro CMV que se encontraban en proceso de capacitación.