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Ilustracion fotográfica 4. Cirsium vulgare y detalle de sus hojas provistas de espinas
Impactos potenciales: Compite y desplaza especies nativas, limita el crecimiento en cultivos y pastizales.
Comunidades invadidas: Bosques naturales y plantaciones forestales, áreas perturbadas, tolera una gran variedad de tipos de suelos y niveles de humedad. Puede alcanzar grandes abundancias a orillas de caminos y en sitios sobrepastoreados.
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Ilustracion fotográfica 4. Cirsium vulgare y detalle de sus hojas provistas de espinas
Con relación a este temática se deben realizar controles biológicos y aplicar programas de erradicación considerando su manejo y control hasta lograr su eliminación.
El conocimiento y la concientización de las comunidades locales pueden constituirse en instrumentos útiles para detectar nuevas invasiones de especies exóticas o malezas. Por lo que se deberían realizar programas de información sobre los perjuicios que ocasionan este tipo de plantas.
d) Cambio climático
En las últimas décadas ha surgido otro tipo de amenaza más drástica y acentuada para los ambientes altoandinos y regiones de montaña, el calentamiento global o cambio climático. Esta nueva amenaza ha tenido un efecto inmediato sobre la disminución del agua de los glaciares que alimentan a los pastizales y humedales altoandinos. Comprometiendo la integridad funcional de las tierras altas, que depende de la existencia de suelos estables y de una cobertura vegetal natural íntegra, poniendo en riesgo la complejidad de tipos funcionales e interacciones que ocurren en las plantas, así como el conjunto de la biodiversidad de los ambientes altoandinos (Spehn et al. 2008).
Existen muchas evidencias de que los cambios en el medio ambiente físico o en la biota, resultante del cambio climático, viene ocasionando efectos nocivos significativos en la composición, la capacidad de recuperación y la productividad de los ecosistemas naturales, en los medios de vida de las poblaciones locales, la salud, seguridad alimentaria y bienestar de las personas.
El Proyecto Madidi en los 15 años de trabajo ha instalado 50 parcelas permanentes, que se encuentran distribuidas en todas las grandes formaciones vegetales y a distintas altitudes. De las cuales 19 están dentro del ANMIN Apolobamba. Este diseño está pensado para monitorear el efecto del cambio climático en la dinámica de los distintos tipos de bosque. Se estima que a lo largo del tiempo, muchas de las especies se desplacen hacia áreas de mayor altitud debido al aumento de temperatura y por otro lado que las especies que se encuentran en los extremos superiores vean reducidas sus poblaciones e incluso algunas de ellas podrían eventualmente desaparecer (Cornejo et al. 2011).
i) Cambio Climático y sus efectos sobre los bofedales (Extraído de Liberman, 2015)
En los últimos 30 años, como consecuencia de los efectos del cambio climático sobre el planeta, las familias de criadores de camélidos en la alta montaña están siendo cada año más vulnerables, de acuerdo a campesinos de las planicies y valles en la alta montaña de la cordillera de Apolobamba, provincias Bautista Saavedra, y Franz Tamayo, en el departamento de La Paz. La población ganadera se ha visto perturbada por la intensificación de fenómenos climáticos (incremento de temperaturas que disminuyen la superficie glaciar) y microclimáticos extremos (nevadas, heladas, granizadas y fuertes vientos). Estos cambios climáticos han determinado un retroceso de los glaciares, por lo tanto un derretimiento de la masa de hielo, produciéndose un escurrimiento mayor de las aguas. Este hecho ha determinado que en muchos casos se generen nuevas lagunas en sitios donde se encontraban los glaciares, así mismo un paulatino proceso de colonización de estos sitios con especies de bofedales, que han determinado en algunos casos el incremento de la superficie de los mismos.
De manera general podremos observar los siguientes impactos del cambio climático en cuanto se refiere a los recursos hídricos y bofedales:
1. Incremento de necesidades de agua para riego de bofedales y agua potable debido a largos períodos de estiaje. 2. Poca recarga de acuíferos, por escasez de lluvias. 3. Competencia creciente por el uso de aguas entre sectores de uso y al interior de cada sector. 4. Deslaves, mazamorras, inundaciones debido a tormentas, incremento de cantidad de lluvia, y mayor frecuencia de tormentas con menor número de días con lluvia. 5. Erosión y desertificación de suelos. 6. Mayor contaminación de fuentes de agua por bajos caudales en los ríos y vertidos de aguas residuales. 7. Inundaciones y desastres 8. Conservación de la biodiversidad de los bofedales 9. Acciones en cabecera de cuencas para garantizar recargas. 10. Control y regulación de operadores de aguas subterráneas 11. Control de perforación de pozos. 12. Manejo de recursos hídricos para garantizar humedales, el desarrollo de infraestructura y la conservación de vegetación y biodiversidad.
Un indicio dramático del cambio climático en Bolivia es el retroceso de los glaciares en la Cordillera Real y de Apolobamba que ha determinado el derretimiento y retroceso de las masas de hielo en la alta montaña. Del análisis multitemporal de imágenes satelitales del área de estudio entre los años 1985 y 2014 se midieron una disminución de la superficie de los glaciares de la cordillera de Apolobamba equivalente a 58,8 Km2. En cambio la superficie de bofedales hasta la evaluación del 2014 se estableció una superficie total de unos 44.8 km2 . En algunos sectores se observo un proceso de degradación de los bofedales por lo tanto de una disminución de la superficie como ocurrió en Suches, Ulla Ulla, Puyo Puyo. Por otro lado se presentan sectores donde la superficie de bofedales se ha incrementado como se observó en Ulla Ulla, Nube Pampa y Cañuhuma. Este fenómeno se debe a que al retroceder los glaciares por el aumento de las temperaturas se presenta un aporte continuo de agua que se derrite del glaciar. En muchos casos se presenta la formación de lagunas glaciares al que dar en los frentes glaciares hondonadas. Al incrementarse las temperaturas del aire se está dando el fenómeno de colonización y sucesión vegetal de especies típicas de bofedales en esos cuerpos de agua ubicados a gran altura. Este fenómeno se presentará hasta que se derrita el glaciar.
8. Amenazas
De manera general las amenazas reportadas por el MMA y A (2012) para las ecoregiones que incluye el Área Protegida son las siguientes:
Puna Mesofítica
En el límite superior de los ambientes altoandinos, existen amplias superficies de pastizales conformados por gramíneas y diversas herbáceas. Estas comunidades de pastos constituyen un recurso vital para la ganadería de estas zonas, pero al mismo tiempo son extremadamente frágiles a los cambios drásticos del régimen hídrico, a las variaciones del clima (Liberman 1987; Seibert 1993) y al manejo pastoril inapropiado.
Entre las amenazas más importantes para los pastizales y bofedales altoandinos, están la sobrecarga ganadera, el pastoreo intensivo y la existencia de rebaños mixtos como el ganado ovino y porcino que causan daños severos a la cobertura vegetal, especialmente a algunas comunidades vegetales frágiles como los bofedales (Alzérreca et al. 2008).
Los pajonales altoandinos, de gran valor para la economía ganadera de las poblaciones y afectados en grandes extensiones por perturbaciones derivadas principalmente de un manejo agropecuario defectuoso como las quemas excesivas y la sobrecarga ganadera
Los humedales altoandinos, incluyendo bofedales, lagunas y pajonales de suelos húmedos. Su importancia para el pastoreo de camélidos y ganadería en general, es decisiva, así como su papel en la regulación hídrica de las cabeceras de cuencas (captación y reservorio de agua). Constituyen ecosistemas con áreas dispersas y discontinuas, especialmente vulnerables, muy sensibles a perturbaciones inducidas por el manejo humano o por el cambio climático.
Yungas Peruano Boliviano
Las plantas y la vegetación yungueñas, también están sometidas a una fuerte presión antropogénica y a diversas amenazas como son: las quemas para uso ganadero, las elevadas tasas de deforestación para extracción de madera, la ganadería extensiva, el alto nivel de ocupación y colonización reciente, la existencia de carreteras, la erosión y pérdida de fertilidad de las tierras (Navarro et al. 2004; Josse et al. 2008).
A pesar de la existencia de varias áreas protegidas, muchos de los ecosistemas yungueños de Bolivia están sometidos a una fuerte presión humana desde hace tiempo, intensificada particularmente en los últimos años. Impactos principales importantes son la extracción no sostenible de maderas valiosas, la deforestación, los incendios y quemas incontrolados, la actividad hidrocarburífera, la construcción de nuevos caminos; así como la destrucción de la cobertura vegetal para ampliación de las actividades agropecuarias y la proliferación de nuevos asentamientos humanos espontáneos. Los grupos de ecosistemas más amenazados de los Yungas, son los siguientes:
• Los bosques basimontanos yungueños del subandino inferior, por expansión de la frontera agrícola y actividad maderera a partir de los ejes de colonización del piedemonte andino en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz.
• Los bosques húmedos yungueños del piso montano, donde tienen su óptimo ecológico de distribución, por ejemplo, muchas de las especies de pinos de monte (Podocarpáceas) y de otras familias, intensamente explotadas por su madera desde hace muchos años y con poblaciones severamente diezmadas en la actualidad.
• Los bosques húmedos altimontanos de la Ceja de Monte Yungueña, que conforman el límite altitudinal