AMORIS LAETITIA - LAS SITUACIONES IRREGULARES

Page 1

NÚMERO 6

REFLEXIONES TEOLÓGICAS CENTRO UC DE LA FAMILIA

AMORIS LAETITIA LAS SITUACIONES IRREGULARES Paulo López Soto



CENTRO UC DE LA FAMILIA FACULTAD DE DERECHO PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE

REFLEXIONES TEOLÓGICAS CENTRO UC DE LA FAMILIA NÚMERO 6 AMORIS LAETITIA LAS SITUACIONES IRREGULARES Autor: Paulo López S.

Edición: Alejandra Retamal R. Santiago, mayo 2022

Todos los derechos de texto son reservados. La reproducción parcial o total del texto deberá contar con la autorización del Centro UC de la Familia, o en su defecto, de la Pontificia Universidad Católica de Chile.



PRESENTACIÓN El Centro UC de la Familia tiene el agrado de presentar “Reflexiones Teológicas Centro UC de la Familia”, publicación que tiene por objeto divulgar los análisis y observaciones de distintos instrumentos eclesiales, que tienen impacto en la familia y en las personas que la componen. En ocasión del año “Familia Amoris Laetitia”, se editarán ocho publicaciones con el fin de analizar cada una de las temáticas propuestas por la Exhortación Apostólica, a cargo del Académico de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Paulo Ibrain López Soto*

* El profesor Paulo López, es licenciado en Ciencias Religiosas por la Pontificia Universidad Católica de Chile; licenciado en teología moral, con mención en Bioética, por la Academia Alfonsina de la Pontificia Universidad Lateranensis; Máster universitario de segundo nivel en Ética clínica, por la Pontificia Universidad Católica de la Santa Cruz (Instituto de bioética de la Facultad de Medicina y Cirugía “Agostino Gemelli”); y Doctor en Teología moral, con mención en bioética, por la Academia Alfonsina de la Pontificia Universidad Lateranensis.


VI LAS SITUACIONES IRREGULARES

En relación a las personas separadas o divorciadas y vueltas a casar el Papa dedica una atención particular en esta exhortación. A estas realidades, que causan dolor y tristeza a muchas personas el texto las llama situaciones irregulares. Estas situaciones reciben una valoración distinta, ya que es importante considerar las circunstancias en las cuales estas han ocurrido a la hora de darle un grado de valor, por ejemplo, cuando por «salvar la dignidad propia o el bien de los hijos» o en prevención de actos de violencia y después de que cualquier intento razonable haya sido inútil (AL 241), la separación es un remedio extremo para subsanar una disuasión difícil, mientras que el divorcio es un mal (AL 246) que priva el amor y divide la familia.


A este respecto se pide a los pastores y agentes pastorales «acoger y valorar especialmente el dolor de quienes han sufrido injustamente la separación, el divorcio o el abandono, o bien, se han visto obligados a romper la convivencia por los maltratos del cónyuge» (AL 242). Esto implica conocer cada realidad, acompañarlas y, por último, abrirse a una ‘pastoral de la reconciliación y de la mediación’ por medio de centros de escucha especializados que habría que establecer en las diócesis (AL 242), alentando a «las personas divorciadas que no se han vuelto a casar —que a menudo son testigos de la fidelidad matrimonial— a encontrar en la Eucaristía el alimento que las sostenga en su estado. La comunidad local y los pastores deben acompañar a estas personas con solicitud, sobre todo cuando hay hijos o su situación de pobreza es grave» (AL 242).

2


Frente a las personas divorciados y vueltas a casar el Papa afirma la importancia de hacerles sentir ‘parte de la Iglesia’, que no están ‘excomulgadas’ ya que participan de la comunión de la Iglesia. La preocupación de la Iglesia por estos casos exprime de modo notable el amor de la Iglesia, evitando todo lenguaje y actitud que provoque discriminación y promoviendo la participación (AL 243). En vista de la agilización de los procesos que reconocen los casos de nulidad matrimonial – el Santo Padre – menciona los dos Mutu Propio Mitis Iudex Dominus Iesus (15 agosto 2015) y el Mutuo Propio Mitis et Misericors Iesus (15 agosto 2015), los cuales han llevado a una simplificación de los procedimientos para una eventual declaración de nulidad matrimonial. Por ello y para su correcta ejecución es necesario «poner a disposición de las personas separadas o de las parejas en crisis un servicio de información, consejo y mediación, vinculado a la pastoral familiar, que también podrá acoger a las personas en vista de la 3


investigación preliminar del proceso matrimonial (cf. Mitis Iudex Dominus Iesus, art. 2-3)» (AL 244). Durante el proceso de separación, el Papa llama a los padres a: «Jamás, jamás, jamás tomar el hijo como rehén. Os habéis separado por muchas dificultades y motivos, la vida os ha dado esta prueba, pero que no sean los hijos quienes carguen el peso de esta separación, que no sean usados como rehenes contra el otro cónyuge. Que crezcan escuchando que la mamá habla bien del papá, aunque no estén juntos, y que el papá habla bien de la mamá» (AL 245). En vista de este sufrimiento que significa para el alma de los niños la separación de sus padres – muchas veces difícil y problemática – las comunidades cristianas no deben dejar solos a los padres divorciados en nueva unión (AL 246), ya que «ayudar a sanar las heridas de los padres y 4


ayudarlos espiritualmente, es un bien también para los hijos, quienes necesitan el rostro familiar de la Iglesia que los apoye en esta experiencia traumática» (AL 246). Otras situaciones complejas son los matrimonios mixtos, tratando de lograr una colaboración cordial entre el ministro católico y el no católico, desde el tiempo de la preparación al matrimonio y la boda (FC 78). Los matrimonios con disparidad de culto, deben ser un lugar privilegiado de diálogo interreligioso (AL 248), por medio de una pastoral diferenciada en función de los diversos contextos sociales y culturales. Afirmando la libertad religiosa en aquellos lugares donde los cristianos no pueden desarrollar libremente su fe (AL 248). En relación a las personas homosexuales, los padres sinodales afirman que «toda persona, independientemente de su tendencia sexual, ha de ser respetada en su dignidad y acogida con respeto, procurando evitar todo signo de discriminación injusta, y particularmente 5


cualquier forma de agresión y violencia» (AL 250). En relación a los proyectos de equiparación de las uniones entre personas homosexuales con el matrimonio, los padres sinodales afirman que: «No existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia […] Es inaceptable que las iglesias locales sufran presiones en esta materia y que los organismos internacionales condicionen la ayuda financiera a los países pobres a la introducción de leyes que instituyan el “matrimonio” entre personas del mismo sexo» (AL 251). A las familias monoparentales, el Santo Padres, las llama a encontrar apoyo y consuelo en las demás familias que conforman la comunidad cristiana (AL 252). Cuando la muerte alcanza a un ser querido – un hijo o un cónyuge – debemos comprender que no nos hace bien querer prolongar 6


el sufrimiento, como si fuera un homenaje (AL 255), ya que «la persona amada no necesita nuestro sufrimiento ni le resulta halagador que arruinemos nuestras vidas» (AL 255). No debemos olvidar que una forma de comunicarnos con nuestros difuntos es la oración por ellos (AL 257), y prepararnos para el encuentro final en el cielo con todos nuestros seres querido en la unidad de Cristo.

PAULO IBRAIN LÓPEZ SOTO Académico Facultad de Teología UC Miembro del Comité Ejecutivo del Centro UC de la Familia

7


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.