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HABITACIÓN

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Espacio(s)de artistas Artisten espazioa(k)


20/9/19 Mi espacio de trabajo, la verdad es que me gusta como es tal cual es, me gusta que tengo una ventana porque gracias a ella me da la sensaciรณn de que el espacio es mรกs amplio. Ana Galar


21/9/19 Creo que siendo una “artista joven” (se supone que soy artista joven) que depende de la economía de sus padres pero que al mismo tiempo intenta salir de esa dependencia (si Dios quiere...) puede ser guay compartir mi caso/experiencia/lo que sea. Ahora mismo estoy en La Haya, Holanda, de Erasmus. lo que también puede ser interesante compartir cómo son los estudios de las Academias en Europa y cómo son los no-estudios en la Facultad de Bellas Artes en Bilbao y cómo trabajamos no teniendo ningún espacio. Aizpea de Atxa


22/9/19 Mi espacio está en un edificio industrial donde hay más artistas trabajando. En realidad, la zona de calle San Francisco y calle Cortes está nutrida de artistas, tal vez por ser zona más depauperada que otras y más asequible económicamente, aunque no deja de ser la parte más viva de la ciudad. Verdaderamente a los pintores pienso que nos gustaría un lugar con luz cenital y techos altos, al menos a mí, pero eso de momento es difícil. Yo estoy a gusto aquí. En realidad, el espacio del pintor es el interior de la obra, allí el tiempo se dilata y el derredor se amolda a esa atención primordial de la obra. Pero un estudio con vistas al mar no estaría nada mal, claro. Luis Candaudap


4/10/19 Espacio de arte y maternidad, porque lo comparto casi a diario con mi hijo de 5 años. Una sala rectangular de 60 metros cuadrados, con un suelo de baldosa ya con muchos años, desgastado, usado, el cual me encanta porque es perfecto para trabajar con escultura, ya que no da miedo manchar. Tiene unas paredes grandes blancas, donde puedo fotografiar obra, colgar bocetos, dibujos y pinturas, pero lo mejor de todo, es la luz natural que entra por dos ventanales enormes. Se ve el monte y apenas hay ruido. Tengo muchas plantas, que se hacen enormes por la luz y la temperatura del taller.

Es un espacio que se adapta a todas mis necesidades, como artista y como madre, puedo venir con mi hijo sin problemas, tiene sitio para jugar y para aprender. Además, comparto el taller con niños que vienen a aprender arte y experimentar con un modo de trabajo libre y creativo y con mayores que quieren desarrollar sus propios proyectos. Es como mi segunda casa, me transmite calma, me da energía y es un lugar idóneo para desarrollar mis proyectos. Irene Cabañas


9/10/19 Mi taller es un espacio diáfano, con mucha luz, translúcido en el sentido de que entre la luz, pero es opaco al exterior. Esa opacidad es buscada para generar una intimidad, un recogimiento que lleve al ensimismamiento y este a la creatividad. Necesito tener visible la obra última, en aquella que estoy trabajando para que me envuelva y me mande los estímulos que necesito. Sin embargo, la obra ya presentada, expuesta, la finalizada dentro de su período, tiene que estar oculta, archivada para que no interfiera en el nuevo desarrollo. Me ayuda a avanzar, a obligarme con nuevos descubrimientos en no volver la mirada atrás, dar por zanjado un periodo. Quizás mi taller

ideal sería más espaciado, juntando en el mismo lugar, espacio expositivo, espacio de ejecución, espacio de reflexión. Y si encima estaría conectado al espacio de vida o refugio junto a una salida directa a naturaleza para descansar la vista y el cuerpo pues.... eso ideal. Natxo Barberena


9/10/19 Para mí lo más importante es que tenga luz, cuanta más mejor, a ser posible natural pero también buena iluminación. También diferentes zonas de trabajo, para ordenador, mesa para papeles y dibujo, espacio para cosas más guarras (con mesa también). Y espacio para almacenar herramientas, materiales... Otra zona de lectura y biblioteca. Una cosa que me parece muy importante es que las paredes sean blancas o neutras. Yo no dispongo de metros de pared suficientes. Nerea de Diego


Anabel Barberena


10/10/19 Recuerdo el taller que desplegamos entre enero y mayo del 2018 en Rosario para el proyecto Trampa de vocales. Habitamos una casa prestada, vacía, que se llenó de muchos encuentros, debates, reflexiones y ensayos. También de muchos ruidos de máquinas y aserrin. También de experimentos sonoros. Me pregunto qué implica un espacio de taller, qué es lo que hace que un espacio se convierta en taller. Después de todo, un taller puede ser un lugar donde producir desde pensamiento hasta tangibilidades. Pues un taller puede ser desplegado en prácticamente cualquier espacio. Desde un café hasta un galpón. Al migrar de un continente a otro (y dejar atrás un espacio físico de producción al otro lado del océano) pienso mucho en esto, en la idea de taller “pop-up”, taller nómade, taller montable y desmontable. Algo así como una tienda de campaña que

puedo llevar conmigo a cualquier lado. Y como toda instalación, su montaje dependerá de su entorno y de habilitar(se) una serie de estrategias para que eso sea posible. Apropiarse del espacio es fundamental, para ello, suelo tener una serie de pequeños objetos, a modo de talismanes, que llevo conmigo para generar actos mágicos de encantamiento. La lista de pequeños actos-rituales que realizo en cada espacio para “instalar el taller” podría ser infinita, aunque resumiendo, podría decirte (y decirme) que la clave está en poder ser lo más moldeable, flexible y porosa posible. Eso si, la relación que tengo con estos espacios es de amor. Siento mucho amor por todas las personas, objetos, materiales, prácticas y herramientas que pasaron y pasarán por todos mis talleres. Romina Casile




10/10/19 La finca solía ser una vivienda con un espacio anexo que funcionaba como taller. Por razones económicas el edificio se fue transformando paulatinamente desde 1995 hasta ahora en un espacio de trabajo, vivienda, producción artística y enseñanza. También por razones de economía en calefacción las zonas de producción están separadas. Gran parte de las decisiones durante la reforma del inmueble se tomaron en función de la luz. En una parte el taller cuenta con luz cenital y en otra parte con ventanas que permiten secar papel mediante la exposición directa a la luz solar. Algunos procedimientos fotográficos requieren de oscuridad total, por lo que también se adaptó otro espacio para ello. En esta zona se sustituyeron algunos muros por una viga de madera sostenida por pilares de hierro recuperados de la demolición de un pabellón antiguo. Por muchos años la artista y su pareja trabajaron en el espacio y lo adaptaron en varias ocasiones a los formatos en los que estuvieron elaborando sus obras.

Actualmente resulta suficientemente cómodo y espacioso para el trabajo personal y didáctico que se desarrolla en el taller. Angela Moreno (entrevista)


11/10/19 El espacio de trabajo para mi actividad artística es un tema que va apareciendo en mi panorama de manera cíclica, y últimamente por distintos cambios de nuevo. Saioa Olmo


13/10/19 Mi espacio de trabajo físico es de risa: una mesa con el ordenador y una cajonera en mi habitación. Este espacio de trabajo es compartido con mi pareja (que toca la guitarra y lo tiene lleno de pedaleras y cables). Como tengo tres hijos, me interrumpen continuamente y me es muy difícil concentrarme. Lucho contra corriente todo el rato... De todas formas, arrastrada por las circunstancias mis trabajos son de pequeñas dimensiones adaptado al espacio disponible: pocos materiales y obras de pequeño formato. Dibujo con rotuladores calibrados. Suelo dibujar y fotografiar en el monte. Me voy por los alrededores de mi casa y me llevo las libretas y los rotuladores y la cámara fotográfica. ¿Que cómo sería mi espacio ideal? Pues un espacio que no necesariamente tiene que ser grande, no compartido y por supuesto con luz natural y paredes blancas. María José Sánchez



22/10/19 Un artista cuya materia prima es el sonido, no lo tiene fácil a la hora de compartir espacio. Y doy por hecho el que se quiera compartir espacio o edificio, ya que, dejando de lado razones económicas y demás, cada uno nos encerramos demasiado en nosotros mismos, y conviene respirar, socializar, recibir diferentes puntos de vista sobre el arte y tu arte, hacer comunidad... En mi caso, el lienzo vacío es el silencio. Al igual que un bailarín necesita espacio libre de obstáculos, a mi normalmente no me convendrá trabajar con ruido de fondo. Y si el ruido es constante, no me quedará otra que trabajar con él, o cambiar el espacio de trabajo. Hablo de ruido entendiéndolo como un sonido que distrae o molesta. Y es que lo que un artista sonoro está creando, fácilmente puede ser ruido para otro artista que se encuentre en el mismo espacio. Los auriculares pueden ser una solución en ciertos casos, pero en la mayoría, el que trabaje con sonido

necesitará su propio cuarto, a ser posible insonorizado. Llevo ya un año trabajando en la tercera planta del Centro Huarte y me ha servido de mucho. Aquí he hecho mi trabajo de oficina (indispensable hoy en día) y he trabajado en un video para un concierto musical/ visual con proyección en directo (también hago visuales). He preferido hacer la parte sonora de este proyecto desde casa. Mi espacio ideal de trabajo sería un cuarto con luz natural, insonorizado y sin que sea compartido, para no molestar. Pero con otros artistas trabajando en el mismo edificio y al menos un espacio común. De todas formas, y por otro lado, me parece que la incomodidad también ejercita la creatividad, y que andar siempre buscando fórmulas para trabajar lo mejor posible tiene también su lado positivo. Peru Galbete


24/10/2019 Lo ideal, desde mi experiencia, sería compartir espacio. Y en un mismo taller separaría 3 espacios: taller sucio (si puede ser cerrado mejor, que el material final no se manche), un espacio para mirar (espacio limpio y de montaje) y un espacio común (donde, hablar, leer, compartir...). Que el espacio sea una experiencia. Que el espacio te lleve a trabajar (que no sea tan limpia como una oficina, castrante, ni del todo sucio, el material es delicado). Mucho suelo y pocas mesas (repito hablo desde las plásticas). Luz natural pudiendo elegir, que se pueda cerrar para proyecciones. Si el espacio es abierto y compartido no más de 3 personas, si se separa por cabinas las puertas abiertas, que te puedan ver da un punto de presión que te obliga a trabajar. Un espacio que dé pie a relacionarse me parece fundamental, casi tan importante que el de trabajar...no un espacio para echar unas cervezas, sino más un café, y seguir trabajando, pero compartiendo, biblioteca con libros de consulta en el espacio común. ¡Calefacción fundamental! con frío no se trabaja bien...en el taller sucio, al ser trabajo más físico no importa tanto, pero en la zona común o la de mirar importante estar a gusto. Katixa Goldarazena



26/10/2019 Mi espacio es muy grande, a pie de calle. Combina mi estudio con espacios para alquiler a otras personas - un espacio compartido y 3 salas individuales para cualquier tipo de actividad creativa. Mi ideal sería que se convierta en un lugar flexible, abierto dónde se genere un intercambio de motivaciones, de prácticas, para inspirarse el uno del otro, ¡contagiarse en las ganas! Para mí es importante la sensación de estar cerca de la vida, por eso me gusta tener un taller abierto a la calle. Pero en mi espacio tengo que tener estas dos posibilidades: poder estar totalmente aislada para poder concentrarme cuando se necesita, y del otro lado me inspira mucho en mi obra el contacto con la gente. También me gusta que la gente vea mi trabajo desde la ventana, desde el espacio público, y que me vean a mi trabajando. Soy mi trabajo. Me gusta que mis cuadros provoquen emociones, que sean negativas o positivas. Disfruto también la crítica. Mi espacio ideal se llama “la cúpula imposible”. En Puebla (México) había una cúpula acristalada. Me quedé 5 horas sentada, escuchando a los pájaros. ¡Si eso fuera mi taller, podría estar ahí pintando, mirando a la naturaleza, con una tormenta maravillosa afuera! Ana Pagola


Fanzine 19 forma parte del proyecto expositivo Habitación 19, que tuvo lugar del 6 de septiembre al 10 de noviembre de 2019 en el Centro Huarte. Fanzine 19, zehazki, Habitación 19 erakusketa proiektuan sarturik dago. Erakusketa Uharte Zentroan egin zen, 2019ko irailaren 6tik azaroaren 10ra bitarte. Proyecto / Proiektua Lorenzo Rocha (OUT) Orekari Estudio/ Salomé Wackernagel Imágenes / Irudiak Aizpea de Atxa Anabel Barberena Natxo Barberena Luis Candaudap Romina Casile Ana Galar Peru Galbete Saioa Olmo Irene Cabañas Román Rey Arias Mari José Sánchez Textos / Testuak Sus autores / Egileak Diseño y maquetación / Maketazio eta diseinua Marisa Mantxola DL/LG NA 84-2018

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