LOS POBLADORES EN SAN JERONIMO 1615-1630

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LOS POBLADORES EN SAN JERONIMO 1615-1630

ANTECEDENTES:

Por supuesto, la destrucción de la población indígena por la guerra, el hambre, las enfermedades, el trabajo en condiciones desacostumbradas, los maltratos, fue acompañada rápidamente por la destrucción de sus formas culturales: son relativamente pocos los rasgos culturales indígenas que entraron a la cultura mestiza de Antioquia, con excepción de aquellos pertenecientes a la vida material y a la utilización del medio ambiente y los recursos naturales: el empleo del maíz y la yuca, las técnicas de explotación minera, algunas tecnologías en la construcción de vivienda. Poco a poco la cultura antioquena fue una cultura fundamentalmente hispánica, católica, occidental, en la cual se incorporaron, en posición subordinada, diversos elementos de origen indígena y africano.

COMO COMENZO

Así dice el documento Real: “Don Felipe, por la gracia de Dios rey de Castilla, de León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalem, de Portugal, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaen, de los Algarves, de Algesira, de Gibraltar, de las Islas de Canaria de las Indias Orientales y Occidentales, Islas y tierra firme del mar Océano, archiduque de Austria, duque de Borgoña, Brabante y Milán, conde de Habsburgo, de Flandes y de Tirol, de Barcelona, señor de Vizcaya y de Molina. A vos el licenciado don Francisco de Herrera Campuzano, mi oidor en la mía Audiencia y Chancillería Real del Nuevo Reino de Granada, salud y gracia. Bien sabéis como yo para el buen tratamiento e conservación espiritual y temporal de los naturales de las mis indias y para su policía y aumento, por mis cédulas y provisiones reales e, viadas a mi presidente y oidores de la dicha Real Audiencia, les tengo ordenado y mandado que uno de ellos, por su rueda y tanda, en cada un año, anda visitando por su distrito la parte que le fuere ordenado los naturales y proveyendo cerca de ello lo que convenga al servicio de Dios nuestro señor y mío y ejecución de mi justicia, y conviene que al presente se haga en la provincia e gobernación de Antioquia, porque nunca ha sido visitada”1

El Rey de pide expresamente a Herrera Campuzano estas cosas, entre otras:

1. Es visitador general de los naturales de la provincia y gobernación de Antioquia, debiendo visitar ciudades, villas, lugares sujetos y comprendidos en ellas, rancherías, estancias y reales minas y asientos que están en ella.

2. La visita debe ser por el término de un año, donde debe ver y visitar personalmente los pueblos, tanto de indios como de españoles.

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3. Mirar que no haya corrupción ni encubierto algún daño suyo o de los encomenderos y que se asiente cada indio por su nombre, con su mujer e hijos, que edad tienen y oficio.

4. El temple y clima del pueblo, las frutas, sementeras y legumbres que en él se dan y cogen; la comida de los indios y de los españoles.

5. “Se haga la dicha visita viendo sus asientos, casas y pueblos, y os informéis de sus tratos y granjerías industriales y naturales y lo que han pagado y podrán pagar buenamente de tributo a sus encomenderos sin que les sea estorbo para su conversión, conservación, salud y bien espiritual”.

6. “Y así mismo os informéis de los agravios, fuerzas, daños y malos tratamientos que hubieren recibido los dichos naturales y sus mujeres y hijos en sus personas y haciendas y así de vuestro oficio como a pedimento de partes hagáis justicia procediendo en las causas y castigando conforme a derecho los excesos que en ello hubiere habido, desagraviando a los dichos naturales por la orden y forma que mejor entendiéredes convenido”.

7. . “Y os informéis en qué otros servicios y granjerías se han ocupado y servido los dichos naturales varones y hembras, así a los encomenderos, administradores y mayordomos como a otras personas que los hayan recogido y gobernado, y si de ello les ha sobrevenido malos tratamientos y muerte en sus personas, mujeres y hijos, y si se les ha pagado sus debidos salarios y doctrinandolos, y sí habiéndoles hecho la paga se les ha vuelto a quitar, y si los dichos encomenderos no los han amparado y defendido como sus defensores conforme a los títulos de encomienda que en mi nombre tienen de ellos y todo lo demás que conviniere”.

8. “Y os informáis qué otras, vejaciones han recibido los dichos naturales en sus tierras, casas estancias, labranzas y otras haciendas, así de sus encomenderos y familias, criados y calpisques, mestizos, mulatos, indios ladinos, negros y de otras cualesquier persona (f. 6 v.) y les restituyáis todo lo que se les hubiere quitado y sepáis cómo han sido tratados y desagraviéis haciendo justicia sobre ello. En lo que toca a la doctrina de los dichos naturales estaréis advertido, pues en esto consiste el descargo de mi real conciencia, os informáis si la han tenido y tienen entera o qué tiempo del año les ha faltado y si se les ha administrado los santos sacramentos por los sacerdotes doctrineros y han sido presentados conforme a mi patronazgo real. Y sepáis si en los pueblos de indios ha habido y hay iglesias suficientes y decentes con ornamentos cumplidos para celebrar y administrar los santos sacramentos proveyendo en todo lo que conviniere, apremiando por todo rigor de derecho a los dichos encomenderos y a cada uno de ellos a que hagan iglesias y tengan

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ornamentos suficientes en cada uno de los pueblos de su encomienda como son obligados y por mí está ordenado y mandado sin remisión alguna, haciéndoles cargo del tiempo que hubiere faltado doctrina a los indios de su encomienda haciendo justicia sobre ello”.

9. “Se manda que los delitos que los españoles cometen contra los indios se castiguen con mayor rigor a los españoles que injuriaren u ofendieren u maltrataren a los dichos indios que si los mismos delitos se cometiesen contra los españoles os mando que la veáis y en la dicha visita general de vuestro cargo lo guardéis, cumpláis y ejecutáis castigando los excesos y delitos que conforme a ella averiguáderes haberse cometido contra los dichos naturales y cesen los daños y malos tratamientos que reciben” Fechado en San Lorenzo, el 25 de Mayo de 1588, Rey Felipe.

VISITAS A ANTIOQUIA

Una manera española de conquista y evangelización en América fue la encomienda.

¿Qué es la encomienda? Fue una institución creada por la Corona española y su finalidad era la de premiar el servicio de los conquistadores en las nuevas colonias de América. De esta forma se satisfacía también, la necesidad de mano de obra y se culturizaba a los indígenas, quienes como vasallos de la Corona no podían ser utilizados como esclavos (aunque la encomienda llegó a tratarlos como tal). Se institucionalizó en América, por una Real Provisión del 20 de diciembre de 1503. En este sistema se establecía que la encomienda no era a perpetuidad y que los indios solo podían ser encomendados por un período de dos años.

VISITAS A ANTIOQUIA

En la tabla, se encuentra un resumen numérico de los indios que Francisco de Herrera Campuzano contabilizó en su visita a las jurisdicciones de la provincia de Antioquia.

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De acuerdo con estos datos, en la provincia de Antioquia para aquel momento habría una población total de 3.179 indios, de ellos 864 eran tributarios, llamados también “útiles” por ser hombres cabeza de familia y mayores de dieciséis años. Esa población indígena estaba encomendada en cincuenta y tres españoles y sus descendientes, es decir, habría alrededor de sesenta indios en promedio por repartimiento. Este bajo número de indios por encomienda denota que la importancia de esa institución en Antioquia recaía en el prestigio que otorgaba ser encomendero, pues constituía un premio ganado por los conquistadores de las provincias de indios, quienes merecían el honor de convertirse en encomenderos y lucrarse de la producción de las tierras de los indios y del rentable trabajo de estos en las minas. La encomienda era, entonces, la realización de las aspiraciones señoriales del conquistador, con ella obtenía relevancia social, se destacaba dentro del reducido grupo de vecinos y podía aspirar a participar políticamente en la ciudad o villa y en la región.2 No hay que olvidar que para la mayoría el tributo indio era un complemento de la minería, principal actividad económica de la provincia en esa época, en la que invertían en la compra de mano de obra esclava.

VISITA A LOS POBLADOS FUENTE DE HISTORIA SOCIAL

Dada la importancia de las visitas a los poblados como una fuente para la historia social, los expedientes de las distintas visitas del oidor Francisco de Herrera Campuzano han constituido como la fuente primordial para estos relatos que hacemos.

Las visitas producían mucha información manuscrita que era archivada en las audiencias americanas y otras veces enviada a España., por lo que son una fuente inapreciable de la historia social: ya que informaban sobre la vida de la sociedad indígena (demografía, cargas tributarias, condiciones y contribuciones laborales, administración local, relación con otros grupos sociales, vida cotidiana, el papel de la mujer, religiosidad, educación), así como sobre la economía de un territorio rural (productos, rendimientos agrícolas, cabezas de ganado, límites de las propiedades, vías de comunicación.) etc.

ENCOMENDEROS

Quienes eran los encomenderos:

Tradicionalmente, el encomendero era una persona con mucho dinero y con poder en la sociedad colonial, pues las cantidades de tierra dadas para las encomiendas solían ser muy grandes y de gran productividad. Los indígenas encomendados tenían la labor de trabajar la tierra y producir. Los encomenderos también pagaban impuestos a la corona en proporción a lo que recibían del trabajo de los nativos.

Cuáles eran las obligaciones de los encomenderos:

Los encomenderos tenían que habitar y defender las provincias donde fueran encomenderos y debían de alimentar, evangelizar, proteger y educar al indígena.

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Legalmente se entregaba la encomienda para el aprovechamiento por dos vidas, es decir, la del encomendero y su hijo, pero esto no solía cumplirse

Tenían un sistema de culturización y de evangelización obligatoria. Los indígenas eran organizados por los encomenderos en pueblos conocidos como “Doctrinas” donde tenían que trabajar y recibir la enseñanza del cristianismo a manos de religiosos que pertenecían a las Órdenes regulares.

En la encomienda, los indígenas eran responsables de la manutención de los religiosos, los curas doctrineros.

LOS NATURALES EN SAN JERONIMO EN 1615

A la llegada a la Ciudad de Antioquia Herrera Campuzano encontró 19 encomenderos, con un total de 1.566 indios, de los cuales 409 son útiles, 75 caciques (que no pagan tributo). 1. 082 mujeres e hijos Es decir que la población indígena estaba en decadencia en los territorios de la jurisdicción de Antioquia. Según el censo de 1615 hecho en la Ciudad de Antioquia la mayoría de los indígenas estaban entre los 20 y 40 años, muchos de ellos ya al tope de su vida, los niños son una gran representación, pero también la mortalidad infantil es alta. Las epidemias que arrasaban con los adultos, también perjudicaba a los pequeños, que se quedaban sin quien los cuidara y sustentara.

En auto del 5 de junio de 1615 de Francisco de Herrera Campuzano2, para juntar los indios del resguardo de los Guaracúes y Catias, ante el secretario de visita, se hace el censo completo del paraje de Guaracúes y Catias: nombre, edad, si es tributario, mujer e hijos.

Para proteger pues a estos indios y sus comunidades Francisco Herrera Campuzano funda varios pueblos de indios, entre ellos uno en el lugar del Pie de la Cuesta que llamó San Juan del Pie de la Cuesta, y que hoy conocemos como San Jerónimo. La expresión “pueblo de indios” no alude a un asentamiento o aldea prehispánica ni mucho menos denomina peyorativamente un asentamiento informal de naturales de la tierra, sino que corresponde a una división administrativa del territorio creada por los españoles, como lo eran también las ciudades, las villas y los reales de minas. Los pueblos de indios se fundaban anexos a las ciudades o a los reales de minas para su servicio, se asociaban a tierras de resguardo y en ellos estaba prohibido el asiento de otras razas.

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SITIO ESCOGIDO EXIGENCIAS PARA FUNDAR

Cada uno de los sitios debe ser organizado por los encomenderos. El responsable de construir a su costa el sitio del Pie de la cuesta es el encomendero Bartolomé de la Rúa. Las poblaciones deben ser hechas en dos meses, plazo que también tiene el encomendero Bartolomé de Rúa. Y cada sitio debe tener en cuenta estas recomendaciones: El lugar de la construcción debe ser sano y que fácilmente se pueda entrar a pie o a caballo, que tenga buenas aguas, buenos aires y fértil para las rosas. La traza del pueblo debe ser como exigen las normas: la plaza en medio, de buena proporción y de ella salgan todas las calles y solares conforme a la gente que haya; los solares y casas deben ser de veinte varas cuadradas. Se haga la Iglesia junto con la casa del padre doctrinero. De debe procurar que los indios planten plataneras y otros árboles frutales (yucas, batatas, y otras raíces y semillas y las demás legumbres y algodonales) que se dan en esos sitios y sus alrededores

SAN JUAN DEL PIE DE LA CUESTA

Según esto el lugar escogido para el sitio de San Juan de Pie de la Cuesta (San Jerónimo) no fue escogido al azar, sino después de analizar el territorio y ver que ese lugar era el más conveniente, aunque después se vea necesario trasladar la población al sitio donde actualmente está asentado nuestro municipio de San Jerónimo.

LOS NATURALES DE SAN JUAN DEL PIE DE LA CUESTA 1616

Al Sitio del Pie de la Cuesta3, donde tenía una de sus haciendas el Capitán Alonso de Rodas, que pierde su encomienda por orden de Herrera Campuzano, son enviados los indios de las encomiendas así:

- los Guaracúes: Era la encomienda del Capitán Alonso de Rodas el viejo (17 útiles, 7 reservados, 46 mujeres y niños)

- los Catias; los Titiribí y Ebexico (que están en la estancia de Pedro de Silva);

- los Noques, Urraos y Guaracúes (de la encomienda de Miguel de Urnieta);

- los del repartimiento de Peque, de la encomienda de Bartolomé de la Rúa (20 útiles, 6 reservados, 59 mujeres y niños;

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- el Repartimiento de Peque de la encomienda de Francisco de Arce (18 útiles, 6 reservados, 56 mujeres y niños;

- el Repartimiento de Sisquiarco, de la encomienda de Gaspar Gómez (8 útiles, 12 mujeres y niños).

El total de indígenas que inician el poblado de San Juan del Pie de la Cuesta son 623: 148 útiles, 35 reservados, 2 ausentes, 438 mujeres y niños.

Según Rodrigo Zapata, escribano de visita a la Provincia de Antioquia,4 a las poblaciones fundadas por el Visitador se les asigna el estipendio a los padres doctrineros, 250 pesos por doctrina, 25 fanegas de maíz, cada año que se le deben pagar al encomendero, mandó a hacer en cada población las iglesias y las proveyó de ornamentos necesarios para celebrar el culto y administración de los sacramentos. Los lugares tienen agua suficiente, grandes porciones de tierras para las labores y sementeras de los naturales. A cada indio de la población de Nuestra Señora de Sopetrán y San Juan del Pie de la Cuesta dos pesos y medio de oro de veinte quilates, dos fanegas de maíz y dos gallinas. En la administración pastoral de estos primeros años acompañó a los naturales el cura doctrinero Rodrigo de Santander, quien es protagonista del cambio de San Juan del Pie de la Cuesta al sitio de San Jerónimo de los Cedros (17 de septiembre de 1617), buscando mejores terrenos y mejor calidad de vida para los indígenas.

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MAPA LA PROVINCIA DE ANTIOQUIA A PRONCIPIOS DEL SIGLO

En el mapa están consignados los asentamientos urbanos y la delimitación geográfica que tenía la provincia al momento de la visita de Francisco de Herrera Campuzano, así como los pueblos de indios mandados a conformar por este oidor

LA POBLACION EN DECADENCIA

Hacia 1629 por los problemas económicos de los encomenderos de Antioquia, deciden recurrir al Rey porque las encomiendas que hay en los poblados de Nuestra Señora de Sopetrán y San Jerónimo de los Cedros, no les da para vivir ni para pagar lo correspondiente a los curas doctrineros.

El Documento presenta una comunicación del Rey de España, con una Real Provisión, a la Audiencia de Santa Fe, para que haga llegar a la ciudad de Antioquia, en que responde a comunicación que le habían enviado Alonso de Rodas Carvajal, Francisco de Guzmán, Juan Jaramillo, Juana de Ávila, Francisco Pérez Bobadilla, Diego Ruiz, Melesión Velásquez, Bartolomé Gómez de la Rúa, Manuel López, encomenderos de la Ciudad de Antioquia que le habían escrito a Felipe IV (el grande, el Rey Planeta):

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Abro comillas: “los vecinos encomenderos de esta ciudad de Antioquia que esta carta firmamos…. Que somos de Vuelta Alteza y de su Real Corona, siendo los muy grandes trabajos que en esta tierra ay de sombras y otras calamidades y por falta de oro, y grande los de bastimentos, y esto por la grande falta y disminución que ha habido y hay de los indios y naturales de estas provincias y que dejó poblados don Francisco de Herrera y Campuzano, fiscal y oidor, cuando hizo la visita de los que en aquel tiempo eran más de cuatrocientos cincuenta indios y ahora de ellos no hay de cientos en todas las encomiendas y así por las grandes pestes que en ellos ha habido, como en los trabajos que tienen alquileres rosas…

… Esta falta de indios es tan grande y tan notoria y los curas doctrineros de cada pueblo cobran por entero el grande estipendio que se le ha señalado, al tiempo y cuando se hizo la visita, que hay copia de naturales para ellos pagar y ahora no hay… las tres partes y menos aún que aún la mitad del estipendio no la puedan pagar al encomendero… en que se poder sustentar así y a su familia.

Que viéndose los dichos indios con tan gran carga de doctrina que han de pagar, que son más de trescientos y cincuenta pesos de oro de veinte quilates cada año, por no poder acudir a ello se ausentan y se van huyendo a tierras extrañas, donde es imposible de ellos recoger, y muchos de ellos dejan sus mujeres e hijos y se van… y los demás enferman y se mueren…

… por ser como nuestro Rey y señor naturalmente, mande proveer en esto todo el remedio que más convenga al servicio de Dios mismo y a Vuestra Alteza que con brevedad no se remedia bien presto no habrá naturales en esta ciudad y los dos vuestros vasallos padeceremos grandes necesidades de escasez de oro y de minas y se acaba y acabará que en ciento y cuarenta… indios que aquí y en los pueblos de Nuestra Señora de Sopetrán y San Jerónimo de la Cuesta, que están una legua el uno del otro. Bastando un doctrinero, que ambos pueblos se junten y agreguen en uno. Y estos podrán pagar a doctrinero su estipendio y que les sobre alguna cosa al encomendero para su sustento, lo cual no pueden pagar… … que los dichos indios no paguen ni de oro ni de los demás, sino que sean tasados en que hagan rosas de maíz para sus encomenderos, haciendo reparación a cada uno conforme hubiese la encomienda y que el encomendero pague al doctrinero, que de esta manera se reservan de gran trabajo de los alquileres que les cuesta demás, los contume y acaba porque las personas que los llevan alquilados como no son de su encomienda los hacen trabajar excesivamente sin mirar más de su particular interés y provecho y así se enferman y mueren. Lo que les será muy al contrario en los encomenderos pues los han de recibir y mirar por ellos como por cosa que les sucede.

Y toca Vuestra Alteza mandar en esto y en todo lo que fuere servido, cuya vida guarde Dios muchos años, con aumento de mayores reinos… para bien de la cristiandad y de sus vasallos de la ciudad de Antioquia.” Cierro comillas

Y firman todos los dichos encomenderos

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LOS POBLADORES EN DECADENCIA

En total de los indígenas que hay en San Jerónimo, sin contar 24 indios que están en el poblado que se vinieron del Poblado de San Lorenzo de Aburra, peques y Ebexicos, son 48 indios.

De los 623 indios que son enviados a la nueva población por Herrera Campuzano, 14 años después son 48.

Razón tenían los encomenderos al pedir al Rey ayuda, porque son cinco encomenderos para vivir de 48 indígenas y pagar a cura doctrinero en San Jerónimo y algo parecido sucedía en el poblado de Nuestra Señora de Sopetrán.

LOS POBLADORES EN SAN JERONIMO EN 1630

Los curas doctrineros, primeramente, poseían la potestad de jurisdicción sobre cada indio que habitaba el pueblo, brindando el permiso para que pudieran salir o no del mismo. Además, dicha normativa otorgaba al doctrinero injerencia en dos áreas: jurídica y económica. En relación a la primera, se establecía que en situaciones un juez eclesiástico tuviese que pronunciarse acerca de algún indio debía hacerlo dentro de los límites del pueblo y con la presencia del sacerdote a cargo de la doctrina. En cuanto a sus atribuciones económicas, se establecía que el sacerdote era quien debía legitimar los “conciertos”. Estos eran contratos de trabajo entre los indios y los españoles que se caracterizaban por atribuir una remuneración a cambio del trabajo, así como establecer y fijar previamente el tiempo de trabajo. “el cura doctrinero era aquel sacerdote a cargo de la enseñanza de la religión y la vigilancia de la moral de los pueblos indios”.

En el Archivo General de la Nación, ubicado en la ciudad de Bogotá, Sección Colonia, Fondo Miscelánea: SC.39, Legajo: indios, pleitos, demandas, tierras, nombramientos, autos. Título y Signatura: Descripción indios de Sopetrán y San Jerónimo. -Fecha inicial y fecha final 1630 se encuentra un documento muy importante para nuestra historia jeronimita, y es una descripción de los indios que había en este poblado en 1630, el documento, de 1630, tiene ya partes ilegibles, pero en lo que se puede leer podemos conocer un poco más de nuestra historia y de lo que somos.

El Documento presenta una comunicación del Rey de España, (como lo dijimos anteriormente) con una Real Provisión, a la Audiencia de Santa Fe, para que haga llegar a la ciudad de Antioquia, en que responde a comunicación que le habían enviado Alonso de Rodas Carvajal, Francisco de Guzmán, Juan Jaramillo, Juana de Ávila, Francisco Pérez Bobadilla, Diego Ruiz, Melesión Velásquez, Bartolomé Gómez de la Rúa, Manuel López, encomenderos de la Ciudad de Antioquia que le habían escrito a Felipe IV

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Recordemos que la finalidad de la carta de los encomenderos al Rey, era pedirle les ayudara, porque la situación económica no les daba para pagar al cura doctrinero, ni para su sustento y describen la dura realidad de la disminución de los indígenas y según ellos el porqué de esa dramática disminución y alguna solución al problema, pero le piden al Rey, que les mande qué hacer

En respuesta a esa carta el Rey, por medio de su Real Audiencia, decide abro comillas:

“ Los mando, que siendo con ella requeridos a cualquiera… en cualquier manera, por parte del cualquiera de todos los vecinos encomenderos de esa dicha ciudad hagáis descripción de los indios de los pueblos contenidos en la carta suya incorporada… doctrineros y encomenderos informaséis a mi Audiencia de la doctrina que pagan y cómo se distribuye dentro de ciento y veinte…

Lo cual mando a cualquier escribano notifique esta mi carta y dé testimonio de su cumplimiento para que conste… a veintiocho de septiembre de mil seiscientos y veinte y nueve años.”

La comunicación Real llega a Antioquia, donde se cumple la Provisión en los términos siguientes:

Abro comillas:

“En la ciudad de Santa Fe de Antioquia a diez y nueve días del mes de enero de mil seiscientos treinta, ante el Capital Agustín de Burgos Antolines, teniente de gobernador y de justicia mayor en esta dicha ciudad pareció el Capitán Francisco de Guzmán, Depositario General y vecino encomendero y presentó esta Real Provisión y el dicho Señor Teniente habiendo leído, visto y entendido, la tomó en sus manos y besó y puso sobre su cabeza y dijo la obedecía y obedeció, como carta y provisión de su Rey y Señor natural y quien nuestro Señor guarde muchos y felices años… y en cumplimiento manda se guarde y se cumpla como en ella se contiene y aprueba de hacer la descripción de los naturales de los pueblos de Sopetrán y San Jerónimo como se le manda y atento aquel escribano que hay en esta ciudad no puede hacer audiencia de ella hará de su misma mano y letra la dicha descripción y visitará los doctrineros y el presente escribano cite a los vecinos encomenderos que hay en esta ciudad, como lo manda la Real Provisión, para que estén presentes a la descripción que se ha de hacer. Y así lo mandó y firmó: Agustín de Burgos. Ante Mí Baltasar Sánchez de Rivera, escribano….”

El 20 de enero es citado el Capitán Alonso de Rodas, que comenta que entre las dos doctrinas no hay ni para una sola.

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LOS POBLADORES EN SAN JERONIMO EN 1630

Agustín de Burgos, le pide Luis Cerpa Baena, en nombre del Procurador y de toda la Ciudad y del bien de las dos repúblicas (de españoles e indios naturales) que sabiendo que la Ciudad de Antioquia se funda en la conservación de los dichos indios naturales, se adjunte a la descripción de ellos que se necesita juntarlos y revisar su vida laboral.

Luis Cerpa pide además que se coloque en la descripción el deseo y la obra del visitador Francisco de Herrera Campuzano para el beneficio de los indios y que se relacione con la realidad de ese entonces, de que los indios se están acabando, y que no pueden pagar lo que corresponde y los encomenderos tampoco tienen de que sustentarse.

A continuación, leeré la descripción textualmente:

La primera descripción es sobre los indios de Sopetrán, a donde se dirige Agustín de Burgos y cumple la Provisión el 26 de enero de 1630, donde se encuentra con el Licenciado Baltasar Pereira de Orrego, doctrinero de Nuestra Señora de Sopetrán, siendo testigos Juan García, presbítero y Alonso de Holguín.

En el mismo poblado de Sopetrán hace la descripción de los indios de San Jerónimo el 30 de enero de 1630.

La primera descripción es sobre la encomienda de Bartolomé de la Rúa, que tiene como cacique a Mateo, que es solo. Se le toma juramento a Esteban para que diga cuántos son los indígenas de esta encomienda y dijo que estaban: Mateo, él (Esteban), Francisco, Alonso, Diego, Lorenzo, Hernando, Andrés, Pedro, Juan Blanco, Esteban, Lucas, Hombé y que no hay otros.

Se hace descripción de la encomienda de Manuel López. Dan la información Julián y Esteban. En esta encomienda están: Don Pedro (el cacique) Cristóbal, Rodrigo, Esteban, Jerónimo, Pedro, Alonso, otro Jerónimo y Juan y que no hay más de ellos

De la encomienda de Juan de Taborda: la información la da el cacique Francisco Nequima, que dice que tiene a cargo a: Francisco Limpia… Bartolomé, su hijo, Luis Atiño, Juango Ron, Diego Grande, Cristóbal, Juan Necaya, Pedro Caña… Juan ... Pedro, Jerónimo, Diego Quin Jaramillo… Pedro, Francisco. Y que todos los conoce.

De la encomienda de Juan Jaramillo: No tiene cacique esta encomienda y la información la de Francisco Nequima, que dice los conoce muy bien y que son: Gaspar Hurtado, Miguel, Lorenzo, Luis, Simón, Andrés, Isidro, Gaspar, y que no hay más de ocho

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De la encomienda de Luis Fernández de Sotomayor: el cacique de esta encomienda Diego Numara, pero él está ausente (se encuentra en Río arriba del Cauca), entonces la información la da Francisco Nequima, que los conoce muy bien: el cacique Diego Numara… su hijo de este cacique llamado Albatrón, Antonio Cucahita, Agustín, Sebastián Cabeza ancho, Lorenzo, Antonio Jiménez, Luis… y que no hay más de diez y siete moreros

No tenemos documento de respuesta de la Real Audiencia ni del Rey al informe del Teniente de Gobernador de Antioquia… pero lo cierto fue que la república de los indios naturales desapareció paulativamente.

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