


• MA. Alexander González Vega, Coordinador del proyecto
González, A. 2022. Estrategia para la conservación y mejora de la conectividad ecológica en la Ruta del Almendro. Proyecto: Viabilidad ecológica para el aprovechamiento comercial de la nuez de Dipteryx panamensis en Maquenque y Tortuguero. Centro Científico Tropical. San José, Costa Rica.
©Centro Científico Tropical.
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Contexto socioeconómico en los sitios clave para la conectividad ecológica en la Ruta del Almendro
Tenencia de la tierra
Características demográficas
Relación con la finca
Relación con el medio ambiente
Propuesta de acciones para la conservación y mejora de la conectividad ecológica
Viabilidad social y técnica de las acciones para la conservación y mejora de la conectividad ecológica
Validación comunal
Validación técnica
Priorización de actividades para la mejora y conservación de la conectividad ecológica en la Ruta del Almendro
Estrategias para la implementación de acciones prioritarias para la conservación y mejora de la conectividad ecológica en la Ruta del Almendro
Árboles dispersos en potrero
Cercas vivas
Enriquecimiento de bosques degradados
Educación ambiental para jóvenes y niños
Campañas de reciclaje
Corredores ribereños
Acuerdos voluntarios de conservación
Reservas naturales privadas
Sistemas agroforestales
Programa Bandera Azul Ecológica
Monitoreo biológico participativo
Bancos mixtos de forraje
Setos forrajeros
Esta estrategia es producto del proyecto “Viabilidad ecológica del aprovechamiento comercial de la nuez de Dipteryx panamensis en el Refugio de Vida Silvestre Mixto Maquenque, el Corredor Biológico San Juan La Selva y el Refugio de Vida Silvestre Barra del Colorado” (Proyecto Almendro), el cuál contemplo el análisis de la conectividad ecológica y del contexto social de los bosques en esos tres sitios que conforman el área donde se encuentran las principales poblaciones del Almendro de Montaña en Costa Rica. La estrategia tiene el propósito de: Conservar y Mejorar la Conectividad Ecológica entre el Refugio de Vida Silvestre Mixto Maquenque, el Corredor Biológico San Juan La Selva y el Refugio de Vida Silvestre Barra del Colorado.
Los 3 sitios mencionados son áreas protegidas en categorías de manejo que permiten el desarrollo de actividades humanas y en las que casi la totalidad de su territorio pertenece a propietarios privados. A su vez, permiten la conectividad
ecológica y por ende el mantenimiento de los servicios ecosistémicos que generan 3 de las más importantes masas boscosas del país como lo son los bosques en el sector Este del RVS Barra del Colorado, los bosques del RVSM Maquenque y los bosques de la Cordillera Volcánica Central. En medio de todos estos territorios se encuentra el Corredor Biológico San Juan La Selva, el cual constituye una plataforma de concertación social para trabajar en pos de conservar la conectividad ecológica pero no implica ninguna restricción en el uso de la tierra más allá de lo que ya impone la legislación para todo el territorio nacional.
Por lo tanto y tal como se observa en el Mapa 1, esta estrategia contempla el área que llamaremos Ruta del Almendro y que comprende el sector al Este del río San Carlos en el RVSM Maquenque, el sector central del CB San Juan La Selva y el sector terrestre del RVS Barra del Colorado.
La Ruta del Almendro comprende un territorio de aproximadamente 150.000 hectáreas de las cuáles el 60% corresponde a cobertura natural, el 33,5% a pastos y 6% a cultivos entre los que destacan piña, banano, palma aceitera y algunos tubérculos. Al ser un territorio tan extenso se priorizó un 15% del total de su área mediante la identificación de sitios clave para la conectividad ecológica con el objetivo de identificar sitios específicos en los cuáles implementar acciones que tengan un impacto efectivo en la conservación y mejora de la conectividad ecológica. Estos sitios clave se muestran en el Mapa #2, el detalle del análisis realizado para su identificación se puede consultar en el documento “Línea base de la conectividad ecológica en la Ruta del Almendro – Año 2021 (González et al, 2022).
Sitios Clave para la conectividad
Hábitats fuente Vacíos de conservación Áreas Silvestres Protegidas
Rutas de Conectividad Vías principales Ríos y quebradas principales
Uso de suelo Edificaciones Piña Banano Pastos Árboles Otros cultivos
Mapa 2. Sitios clave para la conectividad ecológica en la Ruta del Almendro. Fuente: Centro Científico Tropical, 2021.
La tenencia de la tierra en los sitios clave en la Ruta del Almendro está en su mayor parte en propiedad privada, por lo tanto, las acciones que se pretendan desarrollar para conservar y mejorar la conectividad ecológica dependen en gran medida de lo que están en capacidad y disposición de hacer sus propietarios. Por esta razón se desarrolló un estudio para conocer las principales características y percepción de los propietarios locales (Centro Científico
Tropical, 2021). Contó con dos fases, la primera consistió en un análisis catastral de tenencia de la tierra y la segunda en la realización de entrevistas a grandes propietarios (con terrenos mayores a 1 ha) que abarcó temas como información demográfica, información sobre la propiedad, actividades productivas, relación con el medio ambiente y relación con el Almendro de Montaña, a continuación, se muestran los principales hallazgos.
Se identificaron un total de 526 planos y 485 propietarios entre los 30 sitios clave de acuerdo a información pública obtenida a través del registro catastro de los gobiernos locales de los cantones de San Carlos, Sarapiquí y Pococí. El 88% de los planos pertenecen a Sarapiquí que forma parte del sector San Juan La Selva y que cuenta con el mayor desarrollo urbano y densidad poblacional en toda el área por lo que la tenencia de la tierra está más dividida, principalmente en 2 sitios clave que forman parte de Puerto Viejo, el mayor centro poblacional en este territorio. A su vez, el 67% de los planos se encuentran en vacíos de conectividad y el restante 33% en hábitats fuente. En el mapa #3 se muestra la distribución de los planos según el tipo de sitios clave en el área de la Ruta del Almendro:
Mapa 3. Mapa de tenencia de la tierra en la Ruta del Almendro Fuente: Centro Científico Tropical, 2021.
Entre los meses de mayo a julio del 2021 se realizaron entrevistas en campo a un total de 84 personas, es decir, una muestra del 17% con respecto al total de propietarios identificados. Cabe mencionar que la situación real de tenencia de la tierra no es clara ya que existen planos madre que no han sido segregados pero que actualmente pertenecen a varios propietarios, así como se da la situación de que hay algunos propietarios con varios planos a su nombre. No se entrevistaron personas jurídicas solamente personas físicas, el 90% de ellos propietarios, co-propietarios o familiares en primer grado del dueño de la finca. El 10 % restante son personas que alquilan las propiedades o las ocupan a modo de préstamo.
En cuanto al rango de edades, los propietarios en los sitios clave de la Ruta del Almendro son en su mayor parte personas mayores a los 50 años (56%), las personas entre los 40 y 50 años de edad representan un 21% de los propietarios mientras que solamente un 23% de ellos son personas entre 18 y 40 años. En cuanto a género el 73% son hombres y 27% mujeres.
El nivel de escolaridad es en general bajo ya que el 86% de los propietarios no completaron la secundaria, entre ellos un 42% que no completaron la primaria o que del todo no recibieron educación. Solamente el 7% cuenta con estudios universitarios.
El nivel de ingresos también es bajo ya que el 50% de los propietarios reporta ingresos mensuales de entre ₡100.000 y ₡250.000 y un 19% vive bajo la línea de la pobreza, es decir, con menos de ₡100.000. Solamente un 8% reporta ingresos mayores a los ₡500.000 mensuales.
Existe un nivel de arraigo bastante alto con el 50% de los propietarios con más de 25 años de vivir en la finca, una cuarta parte tiene de 10 a 25 años y la otra menos de 10 años de ocuparla.
Los propietarios dependen en gran medida de lo que producen en sus fincas. Así, por ejemplo, tenemos que el 44% de ellos tienen un nivel muy alto de dependencia de la finca ya que les genera del 75% al 100% de sus ingresos. Un 5% tiene un nivel alto de dependencia con 50% a 75% de sus ingresos, 15% con una dependencia media al generarles del 25% al 50% de los ingresos y un 14% con niveles bajos de dependencia ya que les genera menos de una cuarta parte de sus ingresos mensuales. El 17% reporta no generar ingresos a partir de la finca.
Por lo general utilizan el 65% del área de sus fincas para el desarrollo de las actividades productivas, mientras que el 35% se mantiene como bosque, el cuál es en mayor medida bosque primario (80%). Las principales actividades productivas que desarrollan son la ganadería (67% de los propietarios) y la agricultura de subsistencia (44%). Actividades relacionadas con la conservación de los
bosques son desarrolladas por una mínima proporción de los finqueros, entre las que se encuentran la conservación de bosque (9,5%), plantaciones forestales (8%), Pago por Servicios Ambientales (7%) y turismo (3,5%).
Casi el 70% de los finqueros indican que implementan buenas prácticas ambientales siendo la principal de ellas las cercas vivas. Aun así, más del 70% indicó tener interés en implementar más o nuevas buenas prácticas e incluso el 65% indicó tener interés en desarrollar la agroforestería en sus fincas.
Entre los principales problemas ambientales que identifican en sus comunidades están la cacería mencionada por el 17% de los entrevistados seguida por la tala ilegal (12%), envenenamiento de ríos para pesca (8%), monocultivo de piña (8%), mal manejo de los desechos (8%), sequías de ríos y pozos por deforestación (5%).
El 97% de los propietarios indica que la conservación de los bosques es importante, sin embargo, el 64% cree no tener ningún beneficio a partir de ello. Entre los principales beneficios que identifican están la provisión de oxígeno, la provisión de agua y la salud mental.
El 87% de los finqueros indica que su propiedad contribuye a la conectividad ecológica porque permite el paso de fauna, se conservan áreas de bosque, se cuenta con árboles frutales, se tienen cercas vivas, entre otras. Un 65% indica que estaría dispuesto a implementar más acciones para mejorar la conectividad ecológica.
Sin embargo, el 60% de las personas entrevistadas indicaron que nunca habían participado de actividades relacionadas con la conservación del medio ambiente, 25% participó en charlas ambientales y 8% en siembras de árboles. Otras actividades en las que participaron en menor medida fueron recolección de desechos, observación de aves, campañas de reciclaje y limpiezas de ríos.
El 95% de los propietarios indicaron conocer al Almendro de Montaña y un 85% conoce su rol ecológico mencionando la provisión de alimento para la lapa verde y otra fauna. En al menos el 65% de las propiedades se cuenta con esta especie.
A través de las entrevistas se obtuvo una lista de acciones para la conservación y mejora de la conectividad ecológica, todas ellas propuestas por los propietarios en los sitios clave. Como se muestra en la figura #1 estas acciones se clasifican en 4 ámbitos: prácticas ambientales, prácticas en las comunidades, prácticas en las fincas y gestión institucional.
• Reforestación
• Educación ambiental
• Proteger nacientes de agua
• Mejor manejo de desechos en las piñeras
• Disminuir el uso de agroquímicos
• Eliminar el uso de agroquímicos
• Participar en charlas sobre medio ambiente
• Aprender sobre especies de árboles
• Aprender a observar y monitorear aves
• Participar de monitoreos de fauna
• Educación ambiental para jóvenes y niños
• Implementar un sistema productivo más amigable con el ambiente
• Conservar áreas de bosque
• Conservar los bosques ribereños
• Reforestación con especies maderables
• Sembrar árboles frutales que sirvan de alimento
• Implementar, aumentar o mejorar las cercas vivas
• Implementar o aumentar bancos forrajeros
• Participar en capacitaciones que ayuden a que mi finca sea más amigable con el ambiente
• Sembrar árboles de almendro en mi propiedad
• Organización entre los vecinos para vigilancia
• Establecimiento de centros de acopio para reciclaje
• Sembrar árboles de almendro en la comunidad
• Participar de limpiezas de ríos
• Participar de brigadas de monitoreo ecológico
• Mayor presencia del MINAE
• Facilitar los procesos para denuncias ambientales
• Atención más expedita a las denuncias por parte del MINAE
• Recolección de desechos por parte de la municipalidad
• Rotación de funcionarios del MINAE en diferentes sedes para disminuir corrupción
• Realizar operativos en época seca por parte del MINAE para evitar pesca ilegal
• Mejorar el conocimiento de las especies forestales por parte de los funcionarios del MINAE
Figura 1. Matriz de acciones propuestas para la conservación y mejora de la conectividad ecológica por los propietarios en los sitios clave para la conectividad ecológica de la Ruta del Almendro. Fuente: elaboración propia.
Para validar la viabilidad social y técnica de estas acciones se hicieron dos ejercicios de consulta, el primero a nivel comunal y el segundo a nivel organizacional e institucional.
Se llevó a cabo durante la actividad conocida como Ruta de la Lapa, en la que el Centro Científico socializó los resultados de la Línea base de la conectividad ecológica en la Ruta del Almendro – Año 2021 (González et al, 2022) en 9 comunidades en el área de la Ruta del Almendro contando con una participación de más de 60 personas de
las cuáles el 60% fueron mujeres y 40% hombres. En esta actividad los participantes votaron por aquellas actividades que consideraban más viables de implementar en sus comunidades.
Tal y como se muestra en la figura #2 en la categoría de prácticas ambientales las acciones mejor votadas fueron la educación ambiental, la reforestación y la protección de nacientes de agua. Por el contrario, las que se consideran menos factibles de implementar son disminuir y eliminar el uso de agroquímicos, participar del monitoreo de fauna, mejorar el manejo de los desechos por parte de las plantaciones de piña y participar de charlas ambientales.
Mayor educación ambiental para jóvenes y niños
Participar de monitoreos de fauna
Aprender a observar y monitorear aves Aprender sobre las especies de árboles de importancia ecológica
Participar en charlas sobre medio ambiente Eliminar el uso de agroquímicos Disminuir el uso de agroquímicos Mejor manejo de los desechos por parte de las piñeras Proteger nacientes de agua Educación ambiental Reforestación -5 0 5 10 15 20 25 30 35 40
Figura 2. Evaluación por parte de las comunidades de la viabilidad en la implementación de las prácticas ambientales propuestas. Fuente: elaboración propia.
La figura #3 muestra las prácticas en la comunidad, entre las que se consideran poco factibles la organización entre vecinos para vigilancia y la participación en brigadas de monitoreo ecológico. Destaca el establecimiento de centros de acopio para reciclaje como una de las actividades mejor votadas siendo el manejo de los desechos una de las principales problemáticas señaladas en las entrevistas:
Participar de brigadas de monitoreo ecológico en mi comunidad
Participar de limpiezas de ríos
Sembrar árboles de almendro en la comunidad
Establecimiento de centros de acopio para reciclaje
Organización entre los vecinos para vigilancia
0 5 10 15 20 25 30 35 40
Figura 3. Evaluación por parte de las comunidades de la viabilidad en la implementación de las prácticas propuestas en el ámbito comunal. Fuente: elaboración propia.
En la figura #4 se muestran las prácticas en las fincas, donde destacan aquellas relacionadas con la siembra de árboles, evidencia de la gran disposición de las comunidades por reforestar. Se consideran muy viables la conservación de los bosques remanentes, la siembra de árboles frutales, de Almendros y de cercas vivas:
Sembrar árboles de almendro en mi propiedad Participar en capacitaciones que ayuden a que mi finca sea más amigable con el ambiente
Implementar o aumentar bancos forrajeros en la finca
Implementar, aumentar o mejorar las cercas vivas en mi finca
Sembrar árboles frutales que sirvan de alimento a la fauna
Reforestación con especies maderables
Conservar los bosques ribereños en mi propiedad
Conservar áreas de bosque dentro de mi propiedad
Implementar un sistema productivo más amigable con el ambiente en mi finca
0 5 10 15 20 25 30 35 40
Figura 4. Evaluación por parte de las comunidades de la viabilidad en la implementación de las prácticas propuestas para las fincas. Fuente: elaboración propia.
Finalmente, la figura #5 muestra las prácticas propuestas en el ámbito de la gestión institucional, siendo estas las que se perciben con menor viabilidad por parte de las comunidades si se les compara con las acciones propuestas en los ámbitos anteriores:
Mejorar el conocimiento de las especies forestales por parte de los funcionarios del MINAE
Realizar operativos en época seca por parte del MINAE para evitar peca ilegal
Rotación de funcionarios del MINAE en diferentes sedes para disminuir corrupción
Recolección de desechos por parte de la municipalidad
Atención más expedita a las denuncias por parte del MINAE
Facilitar los procesos para denuncias ambientales Mayor presencia del MINAE
0 5 10 15 20 25 30 35 40
Figura 5. Evaluación por parte de las comunidades de la viabilidad en la implementación de las prácticas propuestas en el ámbito de la gestión institucional. Fuente: elaboración propia.
Para priorizar las acciones propuestas, además de tomar en cuenta el criterio de las comunidades y propietarios en los sitios clave para la conectividad ecológica de la Ruta del Almendro se tomó en cuenta el criterio técnico, representado en este caso por los miembros del Comité Científico del Área de Conservación Tortuguero y del Comité Local del Corredor Biológico San Juan La Selva. El primero conformado por la dirección general, directores de áreas protegidas y otros departamentos técnicos del área de conservación; el segundo conformado por organizaciones comunales, empresas del sector turístico, organizaciones ambientales y funcionarios del Área de Conservación Huetar Norte, todos
con influencia tanto en el área del corredor biológico como del RVSM Maquenque.
Se realizó una presentación de resultados de la Línea base de la conectividad ecológica en la Ruta del Almendro – Año 2021 (González et al, 2022) y se evaluaron las acciones propuestas por los propietarios en sitios clave a través de las encuestas. Esta vez valorando el nivel de esfuerzo y de impacto potencial de cada acción según el criterio experto de las personas que participaron de esta evaluación. Un total de 22 expertos aportaron su criterio, los resultados de su evaluación se muestran en la figura #6.
Figura 6. Evaluación técnica del impacto y esfuerzo en la implementación de las prácticas para la conservación y mejora de la conectividad ecológica. Fuente: elaboración propia.
Las evaluaciones anteriores permitieron priorizar las acciones de acuerdo a su nivel de aceptación por parte de las comunidades locales, además del potencial de impacto y el nivel de esfuerzo que conllevan de acuerdo a lo indicado por actores técnicos e institucionales con injerencia en el territorio de la Ruta del Almendro. El cuadro #1 muestra las acciones propuestas de acuerdo a 4 niveles de priorización que fueron definidos según los niveles de impacto, esfuerzo y factibilidad social:
• Sembrar árboles frutales que sirvan de alimento a la fauna
• Conservar los bosques ribereños en mi propiedad
• Reforestación
• Educación ambiental
• Proteger nacientes de agua
• Sembrar árboles de almendro en la comunidad
• Conservar áreas de bosque dentro de mi propiedad
• Capacitaciones que ayuden a que mi finca sea más amigable con el ambiente
• Sembrar árboles de almendro en mi propiedad
• Recolección de desechos por parte de la municipalidad
• Mejorar el conocimiento de las especies forestales por parte de funcionarios del MINAE
• Participar en charlas sobre medio ambiente
• Aprender a observar y monitorear aves
• Aprender sobre especies de árboles de importancia ecológica
• Reforestación con especies maderables
• Establecimiento de centros de acopio para reciclaje
• Organización entre vecinos para vigilancia
• Implementar un sistema productivo más amigable con el ambiente
• Mayor presencia del MINAE
• Participar de brigadas de monitoreo ecológico
• Facilitar los procesos para denuncias ambientales
• Participar de limpiezas de ríos
• Implementar, aumentar o mejorar las cercas vivas
• Participar de monitoreo de fauna
• Implementar o aumentar bancos forrajeros en la finca
• Rotación de funcionarios del MINAE para disminuir corrupción
• Disminuir el uso de agroquímicos
• Mejor manejo de los desechos por parte de las piñeras
• Eliminar el uso de agroquímicos
• Realizar operativos en época seca por parte de MINAE para evitar pesca ilegal
Cuadro 1. Priorización de acciones para conservar y mejorar la conectividad ecológica en la Ruta del Almendro de acuerdo al criterio comunal y al criterio técnico. Fuente: elaboración propia.
De acuerdo al análisis anterior se proponen 13 estrategias por medio de las cuáles se pueden implementar las acciones identificadas previamente. El orden de prioridad responde al nivel de aceptación por parte de propietarios y comunidades locales, el impacto potencial, el nivel de esfuerzo para su implementación y la contribución de las acciones al objetivo de conservar y mejorar la conectividad ecológica. En el cuadro #2 se indican según orden de prioridad las estrategias propuestas y más adelante se detalla en que consiste cada una de ellas.
Prioridad 1
• Cercas Vivas
• Enriquecimiento de bosques degradados
• Educación ambiental para jóvenes y niños
• Campañas de reciclaje
Prioridad
Prioridad 2
• Corredores ribereños
• Acuerdos voluntarios de conservación
• Reservas naturales privadas
Cuadro 2. Priorización de estrategias para conservar y mejorar la conectividad ecológica en la Ruta del Almendro. Fuente: elaboración propia.
Los árboles dispersos en los potreros son un modelo de sistema silvopastoril que promueve la combinación de árboles con pastos, establecidos para obtener unos beneficios que pueden ser ambientales, como la generación de sombra y hábitat, y productivos, como la disponibilidad de leña, madera y forraje. Pueden generarse por medio de la plantación de árboles en arreglos homogéneos o a partir de permitir la regeneración de vegetación en áreas en. De igual
forma, también se pueden utilizar como cortinas o barreras rompevientos, además de mitigar la erosión y la escorrentía del suelo tienen potencial para conservar e incrementar las reservas de biomasa y carbono descanso (Fondo Patrimonio Natural, 2021).
La implementación de sistemas silvopastoriles permite aumentar la cobertura vegetal y mejorar la conectividad entre los fragmentos de bosque. Los árboles en los potreros promueven la recuperación de los suelos, permiten
incrementar la biodiversidad asociada, regular la humedad y la temperatura. Estos factores favorecen la llegada de especies nativas de escarabajos, aves, mamíferos y otras especies (Fondo Patrimonio Natural, 2021).
A nivel productivo, las implementaciones de árboles dispersos se ven reflejadas en una mayor rentabilidad para las fincas debido a que:
• Mayor ganancia de peso del ganado
• Dan sombra al ganado
• Generan bienestar animal reduciendo el estrés calórico a través de la sombra.
• Producen frutos y follaje de buena calidad durante la época seca, cuando la alimentación escasea.
• El productor incrementa los ingresos, ya que además de vender los productos tradicionales (carne, leche y quesos) puede comercializar frutas, leña, madera, y generar servicios ambientales.
• Mejoran la calidad de los suelos y ayudan a proteger los animales silvestres.
De acuerdo a el Fondo Patrimonio Natural (2021) los árboles que se van a seleccionar deben tener condiciones mínimas de vigorosidad, raíces profundas, tolerancia a la competencia
por luz, agua y nutrientes; resistencia a ataques de plagas y enfermedades, y deben ser especies con alto valor de uso local. El arreglo espacial y la densidad se determinan según las condiciones agroecológicas y las especies de árboles, arbustos y pastos de la zona. Se recomienda habitualmente entre 25 y 50 plantas leñosas por hectárea. Es clave proteger los árboles, especialmente en su estado juvenil, contra los posibles daños de los animales en pastoreo, por ejemplo, construyendo mini cercos de madera o cercos en líneas para evitar posibles daños de los animales, así como favorecer el establecimiento y desarrollo de los árboles sembrados.
El Fondo Patrimonio Natural (2021) indica que para el establecimiento de árboles en pasturas se deben seguir las siguientes recomendaciones:
• Combinar especies de rápido crecimiento, que permitan obtener sombra en corto tiempo, con otras especies que ofrezcan diversidad y otros recursos de beneficio ambiental.
• Incluir especies o facilitar procesos de establecimeinto por regeneración natural de especies leguminosas que aporten un valor agregado en materia de fertilidad del suelo.
• Proteger las especies sembradas por la acción del ganado como ramoneo y otros daños mecánicos.
• Mantener estricto seguimiento al control de la competencia entre la gramínea y el árbol.
Las cercas vivas son plantaciones de especies forestales que pueden cumplir funciones importantes tanto para la producción sostenible como para la conservación de la biodiversidad. Se establecen y se mantienen para facilitar el manejo de la finca y el ganado, obtener productos o servicios e incrementar la cobertura total de árboles dentro del paisaje, creando hábitats y recursos para la vida silvestre. Algunas veces, las cercas vivas forman redes a través del paisaje, que de otra forma se encontraría fragmentado (Fondo Patrimonio Natural, 2021).
Las cercas vivas aportan a la conservación del paisaje, ya que mejoran la heterogeneidad y aumentan la conectividad entre bosques. Hacen parte de los sistemas de protección para reducir la velocidad del viento que llega al cultivo y los animales, evitando daños y pérdidas económicas. También, reducen el movimiento del suelo, previniendo la erosión, ayudan a mantener la humedad en el suelo y a regular las condiciones del microclima en el cultivo (Fondo Patrimonio Natural, 2021).
Las cercas vivas proveen un complejo vertical de árboles dentro de un sistema de pasturas simples. Pueden proveer recursos para la fauna silvestre y conectividad entre parches de áreas forestales remanentes y boscosas, primarias o secundarias. Es posible incorporarlas a los sistemas productivos de las fincas, trayendo beneficios como barrera para el movimiento del ganado, proveedoras de madera, plántulas para nuevas cercas y frutos aprovechables (Harvey et al., 2005 y León y Harvey, 2006 en Garbach et al. 2010).
Los beneficios que prestan a la ganadería se pueden resumir en el aumento en la calidad y cantidad de forraje, evitan el enfriamiento en épocas de fríos intensos y mejoran la pérdida de calor cuando las temperaturas son altas. Los cultivos se benefician al disminuir el efecto desecante de los vientos y la erosión eólica, la evapotranspiración es regulada, mejora la distribución de la humedad en el suelo, se facilita la polinización de las flores y se obtienen cosechas de mejor calidad y en mayor cantidad. Las arreras pueden además hospedar predadores que controlan plagas tanto para los cultivos como para los pastos (Uribe et al., 2011).
Para decidir cuáles especies de árboles son las más indicadas para una finca, de acuerdo con Villanueva et al., (2008) es importante considerar lo siguiente:
• Utilizar especies nativas o adaptadas a la zona.
• Seleccionar las especies de acuerdo con los productos de interés para la finca.
• Que no sean especies tóxicas para los animales domésticos y silvestres.
• Que sean preferiblemente de uso múltiple (madera, leña y forraje).
• Disponibilidad del material a utilizar para la propagación (semilla sexual, plántulas o estacas).
• Seleccionar especies que provean alimento y refugio a los animales silvestres.
Según la composición de las especies y la estructura, como altura y diámetro de las copas, las cercas vivas pueden ser clasificadas como simples o multiestratos (Murgueitio et al., 2003 en Villanueva et al., 2008). Las cercas simples son aquellas que tienen una o dos especies arbóreas dominantes y manejadas bajo poda a una altura similar mientras que las multiestratos tienen más de dos especies leñosas de diferentes alturas y usos (maderables, frutales, forrajeras, medicinales, ornamentales, etc.). Se pueden combinar para atraer y conservar fauna y flora silvestre, llegando incluso a convertirse en un corredor biológico que aumente la conectividad en paisajes agropecuarios (Fondo Patrimonio Natural, 2021).
Las cercas vivas conformadas por multiestratos con diversidad de especies y tipos de crecimiento, soportan una mayor capacidad de forrajeo y de actividades de reproducción para la avifauna en comparación con las cercas vivas simples. Esto muestra que las cercas vivas multiestrato pueden ser de gran importancia en la provisión de los servicios que requieren las poblaciones de avifauna (Garbach et al., 2010).
Se debe realizar la poda parcial o total en la que se incluya la eliminación de estacones, así como la eliminación completa de la copa conforme a la fisionomía de la especie plantada. Se debe establecer el raleo (aprovechamiento o eliminación) de los árboles al momento que sus copas se juntan. Se recomienda proteger con una cerca muerta (madera, cemento, postes plásticos) paralela con el fin de facilitar la regeneración natural que permita aislar el área (Fondo Patrimonio Natural, 2021).
Los sistemas de enriquecimiento son plantaciones realizadas en claros naturales del bosque o abiertos para mejorar la proporción de especies con valor ecológico y con oportunidades de mercado. (Sanchún A., et al.2016). La importancia de esta práctica radica en mejorar la salud y composición ecológica de los bosques para conservar y mejorar los servicios ecosistémicos que proveen a la sociedad, entre los que se encuentran control de erosión, regulación hídrica, suministro de agua, captura y almacenamiento de carbono, producción de oxígeno, generación de hábitats para la vida silvestre, entre otros.
El enriquecimiento es un sistema de regeneración artificial donde la regeneración natural es complementada con la plantación de especies forestales con valor comercial. (Barrera, et al. 2019). Se utiliza sobre todo en los sitios donde la regeneración natural no es suficiente como sucede en bosques sobre-explotados para incrementar el volumen de especies de alto valor ecológico y comercial.
Las propiedades del suelo, la profundidad, la permeabilidad, la capacidad de retención de agua, la fertilidad, entre otros factores, deben ser adecuados para la germinación de las semillas y para el desarrollo inicial de las plántulas (Fondo Patrimonio Natural, 2021).
La UNESCO en 1977 definió la educación ambiental como “el proceso que promueve una toma de conciencia y una comprensión de la evolución de los medios social y físico en su totalidad, sus recursos naturales, culturales y espirituales, predica el uso y conservación racional y sostenible de esos recursos para garantizar la supervivencia de la humanidad en armonía consigo misma y con la naturaleza” (UNESCO, 1977). Más recientemente, el SINAC (2020) actualizó y adaptó el concepto para la institución y el país como “un proceso de aprendizaje, con participación de la sociedad, capaz de fomentar valores y cambios en el comportamiento del ser humano, para la conservación y uso sostenible de la biodiversidad y recursos naturales.”
Independientemente de las diferencias entre ambas conceptualizaciones, es claro que la educación ambiental se debe basar en las problemáticas ambientales a los que se enfrentan los diferentes territorios. En el caso de la Ruta del Almendro se identificó la cacería, la tala ilegal, el envenenamiento de ríos para pesca, el monocultivo de piña, mal manejo de los desechos, sequías de ríos y pozos por deforestación.
Es importante mencionar que en este territorio, principalmente en el Corredor Biológico San Juan La Selva, existen varias organizaciones y empresas que trabajan en la educación ambiental, sin embargo, se carece de una estrategia que aborde de forma integral la problemática ambiental de la región y que al mismo tiempo maximice los recursos que invierten estas organizaciones mediante una estrategia de educación ambiental que logré un impacto mayor en el cambio de actitudes que erosionan la conectividad ecológica.
Aunque la educación ambiental debe ser intergeneracional se recomienda enfocar esfuerzos en las poblaciones de niños y jóvenes debido a que muchas veces la población adulta indica no tener suficiente tiempo para asistir a este tipo de actividades. Por lo tanto, para la población adulta se recomienda enfocar esfuerzos a través de apoyar el mejoramiento de las actividades productivas que desarrollan.
En el caso de la población joven se recomienda una educación ambiental más activa y participativa de tal forma que puedan ir descubriendo intereses y desarrollando habilidades para adoptar prácticas amigables en su vida
diaria pero más importante aún, que les permita convertirse en agentes de cambio en sus comunidades. Un ejemplo exitoso de educación ambiental con esta población son los grupos de liderazgo ambiental juvenil y monitoreo biológico participativo que desarrolla el Centro Científico Tropical como parte de los programas de educación ambiental que implementa en la Reserva Biológica Bosque Nuboso Monteverde y Refugio de Aves Los Cusingos en los cuáles se capacita y apoya a jóvenes de las comunidades locales para que desarrollen iniciativas de educación y conservación en sus comunidades. Estas iniciativas además de formar jóvenes más conscientes ambientalmente también les ayudan a aumentar su autoestima, empoderamiento y satisfacción de vida.
La mayor parte de las comunidades que se encuentran en sitios clave para la conectividad ecológica de la Ruta del Almendro no cuentan con servicio de recolección de desechos de ningún tipo. De acuerdo a entrevistas realizadas por el Centro Científico Tropical en el año 2021 esta situación provoca que el 62% de los hogares en estos sitios opten por enterrar o quemar los desechos sólidos que generan. De acuerdo al Ministerio de Salud de Costa Rica (2016), el promedio de producción de desechos por persona es de 0,8 kilogramos de los cuáles el 53% son desechos orgánicos, 33% residuos valorizables y 14% no valorizables. Para el territorio de la Ruta del Almendro con una población de aproximadamente 20.000 personas esto significa que más de 5 toneladas de desechos están siendo enterrados o quemados diariamente. Solamente un 10% de los hogares practican reciclaje, un 13% utiliza los residuos orgánicos para producción de abono, o lo coloca directamente sobre las plantas y solo un 2% transporta sus desechos sólidos al pueblo con servicio de recolección municipal más cercano, lo cual muchos pobladores no pueden hacer porque no disponen de un vehículo propio u otro medio para transportarlos.
Por lo tanto, es necesario en el corto plazo al menos mitigar el impacto ambiental que los desechos sólidos están generando en este territorio por medio de campañas de reciclaje y posteriormente por medio de estrategias de más largo plazo en que los gobiernos locales puedan asumir la responsabilidad que les corresponde en cuanto a la recolección de residuos sólidos.
Los corredores ribereños contribuyen a la protección de ecosistemas y a la regulación hídrica para el mejoramiento de los servicios ecosistémicos asociados con naciente, quebradas, ríos, lagos y lagunas (Barrera et al, 2019). Actúan como amortiguadores entre el área de captación y la quebrada, reteniendo el exceso de sedimentos y nutrientes, reduciendo la velocidad de la escorrentía, proveyendo energía e incrementando la diversidad de hábitats.
Gracias a que los corredores ribereños funcionan como filtros, impidiendo la llegada de sedimentos a las fuentes hídricas, ayudan a reducir la erosión y la contaminación (Weigel et al., 2000 en Fondo Patrimonio Natural, 2021). Además, retienen nutrientes, reducen la velocidad de la escorrentía y favorecen los ciclos ecológicos del ecosistema (Chará et al., 2007). Los árboles que crecen a lo largo de quebradas y ríos reducen la temperatura del agua, proveen sombra y otros elementos que facilitan el procesamiento de contaminantes, mejorando la calidad del agua (Zuluaga et al., 2011).
Estos corredores pueden ser una de las formas más propicias de mejorar la conectividad entre diferentes parches de bosque. Incluso mejoran la eficiencia de conservación de áreas protegidas de mayor tamaño al unirse a otros paisajes (Chará et al., 2007).
Se recomienda utilizar especies nativas usualmente de la sucesión secundaria para acelerar el proceso y generar cobertura rápidamente (Barrera et al., 2019). Los corredores de vegetación que se dejan crecer en ambos lados de las quebradas y el aislamiento para impedir el acceso del ganado a dichos lugares contribuyen notablemente a disminuir el impacto negativo del pastoreo.
Cuando no existe protección ribereña se generan mayores crecientes durante los eventos lluviosos con el consecuente efecto sobre la calidad de agua, ya que, a mayor escorrentía, mayor arrastre de sedimentos, materia orgánica y otros elementos (Fondo Patrimonio Natural, 2021).
Un acuerdo de conservación es un documento que permite formalizar la implementación de herramientas de manejo del paisaje en propiedades privadas (Lozano, 2009). Se dan entre por lo menos dos partes involucradas en el proceso de implementación, el propietario y las instituciones interesadas en los procesos de conservación, tales como instituciones, organizaciones no gubernamentales, municipios, entre otros (Fondo Patrimonio Natural, 2021).
El acuerdo de conservación es una herramienta de negociación entre dos o más actores donde hay un ordenamiento de actividades relacionadas con la producción, la conservación y el manejo de los recursos existentes en una finca o propiedad privado, con el ánimo de cumplir las necesidades de conservación en una escala mayor o de paisaje (Ocampo-Peñuela, 2010).
Un documento de acuerdo voluntario de conservación se compone de tres partes fundamentales (González et al. 2019):
• Descripción de los objetivos del proyecto.
• Información de la persona que suscribe el acuerdo.
• Descripción de los compromisos que asumen las partes de forma voluntaria.
Por otra parte, Peñaloza (2006) señala aspectos que se deben establecer en los acuerdos de este tipo:
• Ubicación de las propiedades en áreas estratégicas de conservación.
• Validación jurídica o informal del acuerdo entre las partes estando el mismo bajo parámetros legales que permitan exigir el cumplimiento de las partes.
• Gestionar la participación de entidades estatales, privadas locales o regionales para que apoyen con recursos y cooperen interinstitucionalmente.
• Definición clara de los compromisos de cada una de las partes.
• Tiempo de vigencia del acuerdo.
• Caracterización de los aspectos ecológicos, socioeconómicos y administrativos de la propiedad para identificar áreas y aspectos a trabajar.
• Definir un plan de manejo para las áreas que entren en el acuerdo.
• Establecer el plan de costos e inversiones en el que se valoren los recursos económicos, insumos, materiales, mano de obra y asistencia técnica aportados por las partes.
• Establecimiento de los mecanismos de control y seguimiento que permitan evaluar la efectividad de las actividades realizadas por las partes durante el acuerdo.
• Definición de los mecanismos para la resolución de conflictos que puedan presentarse durante el desarrollo del acuerdo.
• Establecimiento del procedimiento a seguir en caso de transferencia de la propiedad a otra persona, ya sea por arriendo, venta o sucesión
De acuerdo a la Ley de Áreas Silvestres Protegidas de Costa Rica las reservas naturales privadas son espacios geográficos compuestos exclusivamente de terrenos pertenecientes a particulares, cuyos propietarios han decidido voluntariamente conservar, restaurar y manejar los ecosistemas y sus componentes con criterios de sostenibilidad.
Los propietarios de terrenos que reúnan los criterios técnicos mínimos para el establecimiento de reservas naturales privadas podrán solicitar al Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) su clasificación como tales. En caso de aprobación, el establecimiento de la reserva se realizará mediante decreto y el acto deberá ser publicado por una única vez, en el diario oficial La Gaceta.
Las reservas naturales privadas serán administradas por sus propietarios, con sujeción al plan de manejo de la reserva respectiva y bajo la superior vigilancia del SINAC. Se constituirán por un periodo mínimo de diez años, plazo que podrá ser prorrogado en forma automática, por periodos iguales, si el propietario no manifiesta, dentro del término de tres meses antes de que venza, el deseo de que su propiedad no continúe sometida a este régimen.
Estas reservas ayudan a mejorar la funcionalidad de los ecosistemas, en muchas ocasiones sirven de conectores entre parches de bosques que se encuentran desconectados, son proveedoras de servicios ecosistémicos, tales como agua, protección de suelos, alimento, regulación del clima, captura de carbono, entre otros. Por lo tanto, la promoción para el establecimiento de reservas naturales privadas en predios de grandes propietarios con parches de bosque significativos ubicados en sitios clave para la conectividad ecológica pueden ser una estrategia efectiva para su mejora y conservación.
Son sistemas de producción agrícola que promueven el asocio de especies perennes maderables y/o frutales con cultivos. Pueden incluir cultivos agrícolas de ciclo corto como plátano. Tienen la finalidad de realizar un máximo aprovechamiento del espacio, facilitar interacciones ecológicas benéficas para el cultivo y la biodiversidad, así como generar ingresos al propietario en el corto, mediano y largo plazo (Fondo Patrimonio Natural, 2021).
Plantar árboles en los sistemas productivos mejora y amplía la oferta de servicios ecosistémicos y la conservación de la biodiversidad. De acuerdo al Fondo Patrimonio Natural (2021) los árboles facilitan el establecimiento de un modelo de producción sostenible que al aprovechar las interrelaciones ecológicas a favor de la producción genera los siguientes beneficios:
• Aumento de la diversidad y la variabilidad de nichos para las especies.
• Mayor facilidad en el control natural de plagas, enfermedades y malezas.
• Regulación del clima y el microclima, modificando hasta 5 ºC las condiciones del entorno.
• Mayor fijación de nutrientes y mejora en la fertilidad del suelo, lo que previene la erosión.
• Mayor disponibilidad de polinizadores.
• Disminución de la dependencia a insumos externos.
• Fuente de proteína para el ganado, para la obtención de leña y postes, y como barreras contra el viento y el sol.
Para obtener los beneficios deseados, es necesario establecer la cantidad de sombra requerida de acuerdo con el sistema productivo (UTZ, 2017), así como los factores ambientales, climáticos y las
características del cultivo. Para la selección del sombrío se recomienda el uso de especies frutales, maderables, de crecimiento rápido o especies nativas que ofrecen alimento para la fauna (López et al., 2012).
La siembra de especies en los sistemas agroforestales puede ser temporal o permanente. La temporal se aplica por un tiempo determinado para dar cobertura a las plantas jóvenes y/o durante su proceso de crecimiento, así por ejemplo, en
los cultivos de café y cacao la sombra ayuda a un crecimiento rápido de las plantas, reduce la evapotranspiración y genera cobertura ante la radiación solar. Las especies permanentes usualmente sustituyen las especies temporales, regulan la temperatura, la humedad y la luz en la plantación, ayuda a mejorar las propiedades del suelo incrementando la materia orgánica y facilitando el drenaje (Arvelo et al. 2017)
Arcila et al. (2007) recomienda establecer árboles en relieves fuertemente quebrados con pendientes mayores al 50 %, en suelos susceptibles a erosión, poco profundos y estructurados, con bajos contenidos de materia orgánica, baja fertilidad, mal drenaje y baja permeabilidad y retención de humedad.
Se debe tener en cuenta que la densidad de sombra y la cantidad de especies que se proyecten para hacer sombra depende del clima, la altitud y las condiciones específicas de cada sitio. La distancia y su densidad varía según las necesidades de la actividad productiva y las especies seleccionadas.
Para estimar el porcentaje de sombra Farfán (2015) recomienda:
1. Determinar el grado de incidencia de la luz solar sobre el cultivo, la cual se afecta por el relieve, la proyección de las hojas y las ramas. Asimismo, establecer el follaje de los árboles de sombra y las condiciones climáticas (nubosidad y su frecuencia).
2. Establecer un patrón de sombra de acuerdo con los requerimientos del modelo productivo implementado.
3. Determinar el grado de sombra adecuado (porcentaje de sombra óptimo).
4. Realizar la evaluación de la sombra presente en el cultivo.
5. Plantear el modelo de mantenimiento para el manejo de la sombra.
El éxito en la implementación de árboles dentro de los sistemas productivos está influenciado por aspectos de localización, clima y recursos económicos por lo que el Fondo Patrimonio Natural (2021) recomienda:
• En la planeación considerar una adecuada distribución de los árboles para evitar una excesiva concentración de sombra o su ausencia en algunas zonas del sistema productivo.
• Conocer las características y necesidades nutricionales del cultivo permiten identificar las especies que se pueden utilizar en el sistema agroforestal para evitar generar competencia por la luz y nutrientes con las especies forestales.
• Las características del suelo en la que se establece el sistema agroforestal son importantes debido a que no todas las especies forestales o frutales a implementar se desarrollan de igual forma en cualquier tipo de suelo.
• Considerar el componente arbóreo como un cultivo y por
lo tanto requiere actividades de manejo como fertilización, limpieza y podas.
Se debe tomar en cuenta que el uso inadecuado de especies maderables o frutales puede generar competencia por el agua y nutrientes entre los diferentes componentes del sistema (especialmente durante las sequías y en suelos pobres); desbalances de este tipo pueden incidir en la presencia de ciertas plagas, por lo que el exceso de árboles requiere de mano de obra para la poda y otras tareas (Montagnini, F,2015).
Es un programa impulsado por el estado costarricense a través de Acueductos y Alcantarillados (AyA), consiste en un galardón que se otorga anualmente para premiar el esfuerzo y el trabajo voluntario. Busca la conservación y el desarrollo en concordancia con la protección de los recursos naturales, la implementación de acciones para enfrentar el cambio climático, la búsqueda de mejores condiciones higiénico-sanitarias y la mejoría de la salud pública de los habitantes de Costa Rica.
Existen diversas categorías en las que se puede participar por este galardón, por las características del territorio que forma parte de la Ruta del Almendro se recomienda promover las siguientes:
• Agropecuaria: busca incentivar la aplicación de mejores prácticas para la gestión sostenible de los recursos naturales en la producción agropecuaria, dirigido a fincas agrícolas o pecuarias.
• Microcuencas: busca promover la participación responsable de las personas y las comunidades en la conservación, restauración y protección de las microcuencas del país e incluye ríos, quebradas, lagos y manantiales.
• Comunidades: dirigido a barrios, condominios, urbanizaciones, residenciales y comunidades indígenas.
• Centros educativos: en esta categoría se promueve una cultura de sostenibilidad en los centros educativos mediante prácticas amigables con el ambiente y el fortalecimiento de los procesos de aprendizaje, en ella pueden participar jardines de niños y niñas, escuelas y colegios, universidades, INA, CEN CINAI, CECUDIS y guarderías; tanto públicos como privados.
• Cambio climático: incentiva a las organizaciones a tener un desarrollo con criterios de sostenibilidad socio ambiental, minimizando el riesgo provocado por efectos del cambio climático, mediante una gestión ambiental integral, que genere un efecto multiplicador en los diferentes sectores del país y que les permita ser competitivas. Está dirigido a empresas, industrias, comercios, hoteles, universidades, oficinas, bancos, o bien oficinas de servicios y manufactura.
• Espacios naturales protegidos: en esta categoría se busca reconocer a los gestores de estos espacios los esfuerzos realizados en la promoción y adopción de prácticas sostenibles y amigables con el ambiente, está dirigido a reservas naturales privadas, estaciones biológicas, entre otros similares.
• Hogares sostenibles: impulsar mejores prácticas y conductas económicas, ambientales y socioculturales que contribuyan a mitigar cambio climático, está dirigido a casas habitacionales y apartamentos.
Consiste en la participación de representantes de la sociedad civil, como por ejemplo organizaciones comunitarias, grupos de mujeres, grupos de jóvenes, productores agrícolas, propietarios de fincas, organizaciones no gubernamentales, centros de investigación universidades, instituciones estatales en el monitoreo de la biodiversidad y la generación de información que sirva para la toma de acciones para su conservación o manejo sostenible.
Entre las ventajas del monitoreo biológico participativo se encuentran una mayor educación y concientización ambiental, implementación de un sistema de alerta temprano que sirva para generar información oportuna y ayuda a complementar las actividades productivas promoviendo el turismo rural. La implementación del monitoreo biológico participativo requiere de alianzas, capacitación, seguimiento, apoyo logístico, equipamiento básico, gestión de la información y comunicación. En el país existen ejemplos exitosos entre los que destacan las brigadas de monitoreo biológico promovidas por el proyecto Paisajes Productivos del PNUD en el Área de Conservación La Amistad Pacífico y el Grupo de Monitoreo Biológico de Rancho Quemado en la Península de Osa.
Son cultivos forrajeros intensivos en los que se establecen especies ricas en energía (gramíneas de corte ricas en fibra y carbohidratos solubles) en asocio con especies de árboles y arbustos forrajeros (ricos en proteínas, vitaminas y minerales), son diseñados para obtener una alta producción de hojas y tallos, y ofrecer forrajes de corte y acarreo de excelente calidad durante todo el año (Fondo Patrimonio Natural, 2021).
Uribe et al (2011) menciona que los bancos de forrajes ayudan a la conservación de nacimientos y quebradas, y disminuyen la presión de los ganados sobre bosques y zonas frágiles”. Igualmente, se pueden convertir en una alternativa para mejorar la oferta alimenticia y el sostenimiento del ganado; además, traen múltiples beneficios ambientales ligados a la protección del suelo, el reciclaje de nutrientes y la generación de sombra.
Los beneficios de los bancos de forraje son varios. En lo productivo, el ganado tiene ganancia de peso superior y aumenta en la producción de leche. En lo reproductivo, mejora la fertilidad del hato por la calidad de los alimentos. Ambientalmente, se mejora el suelo, captura de carbono y se protegen las fuentes de agua, aumentando su disponibilidad y calidad. En lo económico, los ganaderos tienen una reducción en los costos de producción, debido a la disminución de insumos externos usados en la finca (Ochoa, 2011).
El Fondo Patrimonio Natural (2021) indica que para montar un banco forrajero se debe tener en cuenta el tipo de suelo, el nivel freático, la fertilidad y el clima. La selección de especies forrajeras dependerá de las necesidades de los productores, sin embargo, para el establecimiento de los bancos de forraje se debe:
• Ubicar cerca de la vivienda, el establo o de los animales.
• Seleccionar una zona que no se inunde.
• Situar en donde no haya exceso de sombra.
• Tener cerca una fuente de agua para riego.
• Cercar el área para impedir la entrada de animales.
• Localizar cerca de las fuentes de materia orgánica para fertilización.
• Seleccionar los forrajes para el banco de acuerdo con las características bioclimáticas de la zona y el análisis de suelos. Para el manejo de los bancos de forraje es necesario (Fondo Patrimonio Natural, 2021):
• Cortar el forraje de tal forma que evite la entrada de hongos e infecciones.
• Seleccionar antes del primer corte los árboles que van a ser fuente de semilla
• Definir el primer corte dependiendo de las especies utilizadas.
• Control de arvenses para evitar competencia por nutrientes y efectos negativos en el cultivo.
En el documento Herramientas de gestión de manejo del paisaje (Fondo Patrimonio Natural, 2021) se indica que los setos forrajeros son un sistema silvopastoril que permiten mejorar la alimentación del ganado, aumentar la capacidad de carga, mejorar la calidad del suelo y ampliar la cobertura vegetal. Al inducir una rápida cobertura vegetal mediante la plantación de especies forrajeras arbóreas y arbustivas, que faciliten el intercambio energético (proteína- fibra-minerales) se da un mejoramiento de la producción animal y del suelo). Esta práctica brinda los siguientes beneficios al ambiente:
• Aumento en la disponibilidad de materia orgánica y biomasa.
• Mejoramiento de las condiciones físicas del suelo (estructura, aireación, humedad), lo cual disminuye la erosión.
• Ampliación de la oferta de nichos para especies silvestres.
• Fijación de nitrógeno y mejoramiento del ciclado de nutrientes.
• Aumento de microclimas y regulación de la humedad.
Estos se setos se implementan mediante el establecimiento escalonado de franjas de plantas forrajeras y leguminosas, que pueden ser caña, pastos y maní forrajero, como coberturas principales. Se plantan en surcos con una distancia aproximada de entre 0,4 y 0,8 m (Gil et al.,1991). Al definir las especies de plantas para la implementación de los setos forrajeros, es importante considerar lo siguiente:
• Utilizar especies nativas o adaptadas a la zona.
• Seleccionar las especies de acuerdo con los productos de interés para la finca.
• Que no sean especies tóxicas para los animales domésticos y silvestres.
• Que sean preferiblemente de uso múltiple (madera, leña, forraje).
• Disponer del material a utilizar para la propagación (semilla sexual, plántulas o estacas).
• Seleccionar especies que provean alimento y refugio a los animales silvestres.
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