Ositoytía en sus aventuras
Para mi Osito Santi a quien amo con todo mi corazón
Para mi Osito Santi a quien amo con todo mi corazón
En el corazón del bosque, bajo la sombra de un árbol milenario, nació un pequeño osito. Sus ojos, aún cerrados, brillaban con una luz tenue, y su pelaje, tan suave como un algodón se erizaba con cada movimiento. Era un día mágico, un día de alegría y emoción para toda la familia.
El corazón de tía se lleno de emoción y amaba a ese pequeño osito que acababa de nacer, amaba la sensación de amor y alegria que toda su familia le transmitia y sabia que ese pequeño oso iba crecer llenito de amor lo cual brindo tranquilidad y certeza de que cuando crezca sera un osito noble y feliz
El día que osito nacio, el cielo se vistió de un gris plomizo y la lluvia comenzó a caer en suaves gotas sobre el bosque. A pesar de la inclemencia del tiempo, en la acogedora guarida, el ambiente era cálido y lleno de vida. El pequeño oso, envuelto en una manta suave, emitió su primer ¡agu! , un sonido tan débil como el murmullo de la lluvia.
¡Eres nuestro rayito de sol!
Escúchame siempre...
Tía siempre había amado a los animales, pero cuidar de un osito era algo completamente nuevo para ella. Al principio, se sentía un poco perdida. ¿Cómo se bañaba a un osito? ¿Qué comía? ¿Y cómo se le enseñaba a jugar? Cada día era una aventura, y la tía se enfrentaba a retos que nunca había imaginado
Se preguntaba como hacer muchas cosas entre ellas preparar la papilla de oso. La receta no era complicada pero si nuevo, tía se sintió como una científica en un laboratorio. Pero cuando vio la carita de felicidad del osito al probar la papilla, supo que todo el esfuerzo había valido la pena.
Con el tiempo, tía fue aprendiendo todo lo que necesitaba saber sobre los osos. Descubrió que a Osito le encantaba bailar, que le tenía miedo al sonido de la lluvia y que comía a más no poder. A pesar de los desafíos, tía se sentía orgullosa de que osito fuera un pequeño muy feliz
Cuidar de Osito le había enseñado a ser más paciente, más responsable y más amorosa. Había descubierto un mundo nuevo y emocionante, lleno de pequeñas alegrías y grandes aventuras. Y aunque a veces se sentía cansada, siempre encontraba la energía para jugar con Osito, para leerle historias, cantar y bailar o simplemente para acurrucarse con él en el sofá a veces los acompañaba Capi el perrito gruñoncito de tía que tambien cuidaba de Osito...
Mientras observaba a Osito crecer y aprender, se daba cuenta de que había encontrado un amigo para toda la vida....
¡Te amo, espero recuerdes cada canción que bailamos!
¡Escúchame cuando seas un Osito bailarin!
Osito era un bebé muy apegado a su mamá. Pasaban horas juntos en el bosque, trepando árboles y buscando miel. Pero un día, Mamá Osa tuvo que irse a trabajar para que osito tuviera una vida bonita y dejó a Osito al cuidado de Tía.
Osito se sintió muy triste. Extrañaba los abrazos suaves de su mamá y su voz arrullandole. Se acurrucó y comenzó a llorar.
Tía Osa, al verlo tan desconsolado, se acercó y no sabia muy bien que hacer asi que lo tomó en sus brazos.
“Sé que te sientes muy triste, Osito”, dijo Tía con voz dulce.
“Es normal extrañar a Mamá. Todos nos sentimos así a veces”.
Osito aún con los ojos llenos de lágrimas se acurruco con tía en su regazo y Tía Osa lo acarició suavemente y empezo a cantar una dulce canción:
“Duermeee, duermeee, osito, que tu mami anda en el bosque osito... Duermeee, duermeee, osito, que que tu mami anda en el bosque osito... y va traer mucha fruta para tí... que va traer mucha mielita para tí.... que va traer sorpresas para tí... que va traer muchas cosas para tí...”
Tía lo arruyo hasta quedarse dormidito y en voz bajita le dijo:
“Está bien sentir tristeza, Osito. Es una emoción que todos tenemos. pero recuerda, yo estoy aquí para ti. Siempre estaré para escucharte y acompañarte”
Osito durmio hasta que mamá osa volvio y su corazóncito latio y latio de felicidad y amor.
Tía siempre estara para tí mi pequeño osito...
¡Escúchame cuando seas un osito triste!
Osito y Tía vivían en un bosque muy bonito, pero a veces les gustaba salir a explorar nuevos lugares. Un día soleado, Tía Osa le propuso a Osito: “¿Qué te parece si vamos de paseo y descubrimos cosas nuevas?” Osito, emocionado, asintió con la cabeza y ambos se pusieron en camino
Primero, llegaron a un río donde tía agarro a osito para que caminara en el agua y tirar pequeñas piedras. Luego, subieron una montaña desde donde podían ver todo el la ciudad Osito quedó maravillado con la vista y quiso volar como un pájaro para tocar las nubes.
. Después, llegaron a un campo lleno de flores. Tía le mostró a Osito las diferentes flores y le explicó cómo cada una tenía un olor y un color especial. Osito se sentó en medio de las flores y comenzó a olerlas una por una, sintiendo la suave brisa en su pelaje.
Al final del día, cansados pero felices, Osito y Tía regresaron a casa no sin antes disfrutar un helado de miel. Osito se durmió rápidamente, soñando con todas las aventuras que habían vivido. Al día siguiente, Tía al ver su emoción le propuso un plan con un poco de imaginación: “¿Qué te parece si mañana vamos a visitar la cueva de los zombies?” Osito, emocionado, no pudo contener un gruñido de alegría.
¡Amo cada aventura contigo Osito!
Escúchame cuando seas un osito aventurero
“Recuerda que en cada lugar al que vamos juntos, siempre queda un pedacito de nosotros”
Osito era un bebé pequeño y curioso. Le encantaba explorar el bosque con su mamá. Juntos, buscaban bayas, trepaban árboles y escuchaban los sonidos de la naturaleza. Mamá Osa era su mejor amiga y su protectora.
Un día, mientras jugaban en el bosque Mamá Osa le contó a Osito una historia sobre una estrella que brillaba especialmente para ellos. “Esa estrella”, dijo Mamá Osa, “siempre nos guiará, sin importar lo lejos que estemos el uno del otro”.
Osito guardó esas palabras en su corazón. Pero a veces, cuando Mamá Osa tenía que irse a buscar comida, Osito se sentía solo y triste. Extrañaba su abrazo cálido y su voz suave.
Una noche, mientras miraba las estrellas, Osito vio la estrella especial de la que le había hablado su mamá. Cerró los ojos y se imaginó que estaba abrazando a su mamá. Al instante, se sintió seguro y amado.
Al día siguiente, Osito le preguntó a Tía: “¿Cómo hace Mamá Osa para estar siempre en mi corazón, aunque esté lejos?”
Tía Osa sonrió y le dijo: “El amor de una mamá es como una estrella, Osito. Siempre brilla, incluso en la oscuridad. Y el amor que sientes por tu mamá es tan fuerte que puede cruzar cualquier distancia”.
A partir de ese día, Osito supo que el amor de su mamá era como un tesoro que llevaba siempre consigo. Y aunque a veces estuvieran separados, su corazón siempre estaría conectado al de su mamá.
¡Escuchame cuando extrañes a mamá!
Papá Oso era un oso fuerte y trabajador. Desde que su pequeño Osito nació, se dedicó a darle todo lo que necesitaba. Cuando Osito era solo un bebé Papá Oso lo llevaba a todos lados en un pequeño carrito de madera que había construido con su padre. Juntos exploraban el bosque, descubriendo nuevos olores y sonidos.
A medida que Osito crecía, el carrito se hacía cada vez más pequeño. Papá Oso, viendo la necesidad de un medio de transporte más grande y cómodo, decidió ahorrar todas las bellotas que encontraba y parte de la miel que producía. Después de mucho esfuerzo, por fin pudo comprar una camioneta. Era enorme y suave, perfecta para que Osito pudiera estirarse y dormir.
La primera vez que Osito vio la camioneta, sus ojos brillaron de emoción. Papá Oso lo subió con cuidado y juntos emprendieron un viaje por el bosque. Osito se asombró al ver el mundo desde una nueva perspectiva. Jugaron rieron por horas, nadaron en el lago y exploraron senderos desconocidos.
La camioneta se convirtió en su hogar sobre ruedas. Era el lugar donde compartían aventuras, donde Osito se sentía seguro y amado. Y para Papá Oso, era la prueba tangible de todo el amor y el esfuerzo que había invertido en su pequeño. Cada vez que veía a Osito feliz y contento en la camioneta, sentía una inmensa alegría.
Así, la camioneta de Papá Oso no era solo un vehículo, sino un símbolo de su amor por Osito y de los maravillosos momentos que compartían juntos.
Nunca olvides de agradecer a papá y mamá por todo lo que dan con mucho amor para tí.
¡Escúchame cuando pienses en papá!
Osito tenía dos amigos muy especiales: Tuky, una tortuga pequeñita y linda, y Nutelo, un perrito juguetón y traviesito. Juntos exploraban el bosque, compartían muchas aventuras.
Un día, mientras jugaban cerca del río, Nutelo se emocionó tanto que salió corriendo detrás de una mariposa. Osito y Tuki lo llamaron, pero Nutelo no volvió, le salieron alitas y se fue volando al campo de las maripositas. Buscaron por todas partes, pero no pudieron encontrarlo. Osito se puso muy triste y lloró mucho.
Poco tiempo después, Tortuguita tuvo un accidente y se quedó dormida para siempre. Osito la extrañaba muchísimo y pasaba mucho tiempo junto a su caparazón, recordando todas las cosas bonitas que habían pasado juntos.
Abuelito José, que vivía en una nube muy bonita del cielo, se dio cuenta de lo triste que estaba Osito. Un día, mientras Osito miraba las estrellas, Abuelito José le habló: "Osito, no te pongas triste. Tuki y Nutelo están ahora en un lugar muy bonito, jugando todo el día y comiendo todas las hojas y huesos que quieran. Y yo los estoy cuidando".
¡Escúchame para recordar a tus ángeles en el cielo!
Osito se sintió un poco mejor al saber que sus amigos estaban felices. Abuelito José le dijo también que aunque Tuki y Nutelo ya no estaban físicamente con él, siempre los llevaría en su corazón.
Desde entonces, cada vez que Osito miraba al cielo, pensaba en sus amigos y les enviaba un beso. Y cada vez que sentía una brisa suave, sabía que era Tuki jugando con las hojas, y cuando escuchaba un ladrido lejano, sabía que era Nutelo corriendo detrás de una mariposa.
Aunque Osito extrañaba mucho a sus amigos, sabía que algún día volverían a estar juntos, en un lugar muy bonito, junto a Abuelito José.
Osito habia quedado un poco triste despues de perder a sus amiguitos tuki y nute por lo cual por ser un osito muy bueno del cielo le mandaron dos pequeños regalos. Un día, su abuelita le sorprendió con un regalo muy especial: una perrita negra llamada Majo.
Majo era como un huracán. Corría de un lado a otro, olfateaba cada rincón del bosque y jugaba a la pelota con Osito hasta que ambos quedaban sin aliento. Aunque a veces era un poco traviesa y se metía en problemas, como cuando mordia todo lo que se le atravesara, Osito la quería mucho.
Pasó el tiempo y la familia de Osito creció y Llegó Hony, una perrita café como caramelo y tan dulce como la miel. A diferencia de Majo, Hony era más tranquila y le gustaba seguir a Osito por todos lados. Osito se encargaba de mostrarle los mejores lugares del bosque: el río donde podían jugar al agua, el árbol hueco donde vivían los pajaros y claro los lugares secretos para esconderse.
Al principio, Majo y Hony eran como el fuego y el hielo. Majo, con su energía inagotable, asustaba a la tímida Hony. Pero con paciencia y cariño, Osito logró que se hicieran amigas. Juntas exploraban el bosque, cazaban mariposas y se acurrucaban al calor de sus papitos en las noches frias.
Cuidar de dos perritas en el bosque no era fácil. Osito tenía que asegurarse de que tuvieran siempre agua fresca, de protegerlas de los animales salvajes y de enseñarles a obedecer. Pero a pesar de todo, Osito estaba muy feliz. Sus perritas eran sus mejores amigas y le acompañaban en todas sus aventuras.
Una noche, mientras miraba las estrellas, Osito se dio cuenta de lo afortunado que era. Tenía un hogar en el bosque, rodeado de naturaleza y de los animales que más quería. Y sabía que, mientras tuviera a Majo y a Hony a su lado, nunca se sentiría solo.
¡Escúchame con Majito y Honey!
Osito era un niño inquieto y curioso. Mientras sus amigos del bosque trepaban árboles y jugaban a la pelota, él prefería pasar horas frente a la tableta, diseñando mundos virtuales. Su papá oso, un contador de profesión, soñaba con que siguiera sus pasos y se convirtiera en un gran científico.
Su mamá osa, una tierna y protectora osa, no quería que su bebé creciera nunca. La abuela osa, una cantante talentosa, soñaba con que su nieto heredara su voz melodiosa.
Mamita osa una Maestra insistía en que Osito se convirtiera en doctor para curar ositos. Papá oso queria que fuera un Osito importante en el mundo de los negocios o en el área de los números. y Tía que fuera un artista....
Pero Osito tenía sus propios sueños. "Quiero hacer aplicaciones para Google", les decía con entusiasmo. "Quiero que los niños de todo el mundo puedan jugar y aprender con mis creaciones".
Sus familiares se miraban entre sí, confundidos. "¿Google? ¿Qué es eso?" preguntaba su papá, rascándose la cabeza. " Los niños deben jugar al aire libre", decía mamita
Osito les explicaba con paciencia que Google era una empresa grande donde se crean juegos y programas para computadoras. "Quiero ser parte de ese mundo", decía con determinación.
Con el tiempo, Osito se convirtió en un experto en programación. Pasaba horas frente a su computadora, creando juegos, aplicaciones educativas y herramientas útiles para todo tipo de personas. Sus familiares, al ver su pasión y dedicación, decidieron apoyarlo.
El día que presentó su primera aplicación, toda la familia se reunió para felicitarlo. Su papá, aunque un poco sorprendido, reconoció el talento de su Osito inteligente mamá osa y papá oso con lágrimas en los ojos, lo abrazaron fuerte.
Y así, Osito demostró que con pasión y determinación, se pueden alcanzar grandes metas, incluso si son diferentes a las expectativas de los demás. Osito descubrió que sus sueños eran solo suyos, y que él tenía el poder de convertirlos en realidad. Y lo más importante, aprendió que está bien ser diferente y seguir su propio camino.
Tía aunque veia en él tanto talento creativo sabía que osito estaba haciendo lo que soñaba y amaba hacer aún, si el día de mañana Osito decidia ser un Osito astronauta o un Osito elegante tía y seguramente todo su circulo amoroso lo apoyarian porque confian en que Osito puede lograr todo lo que se proponga con amor y dedicación.
¡Eres un osito inteligente y capaz!
Nunca lo olvides...
APP Osito
Santi, Osito de cada historia Cuidarte ha sido un viaje hermoso en mi vida. Ver cómo creces tan rápido es agridulce, pero sé que siempre serás mi pequeño osito. Espero que este cuento te recuerde lo especial que eres y lo mucho que tìa te ama y que cada recuerdo juntos lo guardes en tu corazòn.
Recuerdo tu primer dìa de kinder me puse un poco sentimental en ver cómo te has convertido en un niño tan independiente me llena de orgullo.
Espero que este cuento te recuerde siempre que puedes lograr todo lo que te propongas y que no importa lo que pase tìa siempre ira al rescate y te acompañara en cada logro, en los dìas bonitos y en los no tanto.
Te amo pequeño osito...
Con amor tìa Cendy
¡Escúchame siempre!
Con amor por CendyHecho