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Créditos En este número... Dirige la revista Javier Alquézar Penón Edita CELAN Escriben M.ª José Intxausti Gabilondo, Beatriz Ara Comín, Pilar Sarto Fraj, José Luis Lagares Latorre, Borja Barba Martín-Montalvo, M.ª Ángeles Tomás Obón, J. García-Aráez Martín-Montalvo y Eloy Fernández Clemente. Han hecho fotografías Javier Alquézar Penón, Rosa Pérez Romero, José Luis Lagares Latorre, Borja Barba Martín-Montalvo, La Mimbrera, Comarca Andorra-Sierra de Arcos, Parque Cultural del Río Martín, M.ª Ángeles Tomás Obón, Antonio Delgado González, Mercado Agroecológico norte Teruel y Carlos Roca Vidal. Acuarelas de Isabel Martín-Montalvo Cortes. Diseño e ilustración de la portada Roberto Morote Ferrer / www.robertomorote.com Maquetación Inés Roda / www.inesroda.com Edita CELAN (Centro de Estudios Locales de Andorra) / www.celandigital.com Fecha de publicación Abril 2021 Colabora Comarca Andorra-Sierra de Arcos.

A TIRO DE PIEDRA WEB

ISSN 2603-7300


Sumario

SUMARIO

Viajando por este número encontrarás...

GADES

LETRAS VIAJERAS 04

M.ª José Intxausti Gabilondo e Isabel Martín-Montalvo Cortes

LA GINEBROSA, LA CAÑADA DE VERICH Y LA CEROLLERA 08 EL TIEMPO LENTO Beatriz Ara Comín y Javier Alquézar Penón

TERUEL SIEMPRE SORPRENDE 24

DE LA VAL DE MOTORRITAS A ALLEPUZ Pilar Sarto Fraj y Rosa Pérez Romero

GALERÍA NATURAL 38

MARIPOSAS EN MAESTRAZGO Y SOMONTANO DE TERUEL

José Luis Lagares Latorre

EXTRA VIAJE 46

NORUEGA NO ESCATIMA EN ESPECTÁCULO

Borja Barba Martín-Montalvo

LA COMARCA 60 ACTUALIDAD: EL GR 262 A UN SOLO CLICK NUEVA APLICACIÓN TURÍSTICA DESTINO: CASA RURAL LA MIMBRERA RINCONES: LOS PRIMEROS ARTISTAS COMARCANOS MIRADORES SECRETOS DE ANDORRA-SIERRA DE ARCOS II GASTRONOMÍA: EL MERCADO AGROECOLÓGICO NORTETERUEL

ÁLBUM 80

MADRID A SOLAS J. García-Aráez Martín-Montalvo y Carlos Roca Vidal

FOTO CON LETRA 90

LA CAMPANA DE ALLOZA

Eloy Fernández Clemente y Rosa Pérez Romero

LA RESEÑA 92 ALMA TIERRA

PUBLICACIONES 93

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LETRAS VIAJERAS

SUMARIO


LETRAS VIAJERAS

Gades Por M.ª José Intxausti Gabilondo Acuarelas de Isabel Martín-Montalvo Cortes

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oogle Earth es una herramienta que sorprende, escribes el nombre de un lugar del globo terráqueo, aunque sea remoto, y te lleva hasta allí. Ya se sabe que la tecnología nos provoca una poderosa fascinación y, aunque la analogía que voy a proponer quizás sea algo forzada, no me resisto a plantearla. Seguramente podamos reconocer alguna de estas situaciones que paso a describir. En la primera -una sesión de relajación-, nos proponen la visualización de un paisaje para realizar un paseo; la frase que escuchamos es algo así como: “Imagina que te adentras en un bosque…” y allí que vamos, poco a poco, dando pasos por un suelo mullido, rodeados de árboles que nos ofrecen una reconfortante sombra -son los bosques de nuestras excursiones-. En la segunda, la sugerencia es rememorar una visita a un lugar al que no habíamos ido desde hace mucho tiempo y que, por lo tanto, ha vivido cambios en su fisonomía. Se nos superponen de manera casi alucinatoria el paisaje que guardábamos en nuestra memoria (y que casi seguimos viendo) con el real, distinto y totalmente nuevo. Estos viajes paisajísticos tienen además una gran fuerza sensorial. Son imágenes, pero también olores, temperatura, sensaciones…, con lo que aumenta mucho su poder evocador. Quizás, quien lee estas líneas pueda no identificarse con ninguno de los dos ejemplos anteriores, pero ya que sigue leyendo, eso quiere decir que es una persona que pone interés, le pediría un esfuerzo suplementario, para que inicie un viaje a cualquier paisaje interior que le resulte atractivo y se deje transportar hasta allí. Sí, aquí quería llegar. Tenemos infinidad de paisajes guardados en nuestro interior. Nítidos y evocadores, rescatarlos viajando hasta ellos es una maravilla que tenemos ahí al alcance y sin ningún aparataje. Desde el norte, que es donde vivo, el viaje hasta la ciudad de Cádiz lleva unas cuantas horas, el paisaje de la Ruta de la Plata es siempre precioso de recorrer, pero como digo cuesta unas horas. Sin embargo, no me hace falta invertir todo ese tiempo para llegar a Cádiz, viajo hasta allí en muchas ocasiones, y son esos viajes los que ahora quiero compartir.

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LETRAS VIAJERAS

Viajar a la luz, su rotundidad es total, pero sus matices infinitos. Es cierto que a primera hora de la mañana se tiene la certeza, sobre todo en verano, de que el cielo va a ser azul, pero el día no pierde un ápice de misterio, porque el viento se encarga de que sea así. No es lo mismo un día de poniente, con su brisa refrescante, que uno de levante con sus rachas indomables, que en la playa levantan la arena y te obligan a defenderte de ellas construyendo imaginativos parapetos, pero al anochecer esas ventoleras te hacen desear la calle y quedarte allí hasta muy, muy tarde. Y, claro, hablando de arena vienen las playas; una coqueta y con mucha solera, La Caleta, otra familiar y cercana, la de Santa María del Mar, o la playa de las Mujeres y la playa de la Victoria, un arenal extenso que invita al paseo. Ahora mismo estoy metiendo los pies en el agua de la orilla y qué gusto da, creo que me voy a dar un baño, hay unas olas muy apetecibles, vuelvo enseguida. Esos pies que han pisado la arena y han paseado por un paisaje diáfano y abierto van a comenzar ahora un paseo totalmente distinto. El mar abraza todo el contorno de la ciudad, pero el abrazo es especialmente estrecho cuando rodea su parte antigua. Todo el casco antiguo linda con el mar, pero ese límite preciso esconde un laberinto de calles que da la ilusión de lo inacabable. Hay que perderse y volverse a perder para descubrir que las calles son una ocasión de conocer el infinito. Esta es una sensación muy intensa la primera vez, porque parece imposible encontrar lo que uno busca. Es un regalo y no hay que agobiarse y, por supuesto, no usar un GPS, sería desaprovechar una preciosa oportunidad, además nunca faltará un gaditano o una gaditana que amablemente te den pistas y te hagan sentir que no te has perdido. Paseo por el gusto de andar girando aquí y girando allá, disfruto de la sorpresa de llegar a un lugar sin saber cómo y me admiro de que en pleno laberinto aparezcan preciosas plazas: Mina, Candelaria. Todos esos pasos, no perdidos sino esparcidos, producen cansancio, porque han sido muchos, pero ese cansancio tiene recompensas, hay lugares donde reposar, me voy a sentar en el Parque del Genovés, hasta aquí llega el olor a salitre del mar que bordea la muralla.


LETRAS VIAJERAS El abrazo salado adentra sus dedos más allá de la ciudad (la antigua y la nueva), marea a marea dibuja un territorio también laberíntico. El Parque Natural de la Bahía de Cádiz tiene sus tradiciones, su geografía y también sus habitantes. En el paseo que me gusta evocar, tengo que destacar una ventaja respecto al paseo real y es que ahora no me pueden picar los mosquitos, sobre todo en verano y al anochecer hay unos cuantos. En ese paseo, tengo predilección por mirar las aves. Hay algo muy especial en las aves que viven junto al mar; su ligereza al moverse en la arena recién mojada por las olas, su determinación al lanzarse al agua, su rebuscar en los fangos seguras de que hay algo sabroso. También sus nombres; chorlitejo, correlimos, avoceta, charrancito. Mirarlas es todo un entretenimiento, en eso estoy. Seguro que hemos oído hablar de las limitaciones que tiene el lenguaje, también el escrito para describir, explicar ciertos asuntos y en este momento voy a reconocer mi incapacidad para llevaros a través de estas palabras escritas a una evocación que es realmente placentera: sentarse en cualquiera de los lugares que están preparados para ofrecer unas exquisitas tapas con algo de beber, disfrutar de esa hora mágica en la que el sol va bajando y la luz de las farolas no aspira todavía a alumbrar, espera tranquila el relevo. Ese momento lo tenéis que vivir en vivo y en directo, echar un ratito en Cádiz y luego volveréis, como hago yo, sin gastar billete ni gasolina. Bueno, no voy a acabar diciendo una mentira, yo vuelvo siempre que puedo “en vivo y en directo”. “Vámonos pa Cai”.

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LA GINEBROSA, LA CAÑADA DE VERICH Y LA CEROLLERA

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LA GINEBROSA, LA CAÑADA DE VERICH Y LA CEROLLERA: EL TIEMPO LENTO

El tiempo lento Por Beatriz Ara Comín Fotografías de Javier Alquézar Penón Ver la galería completa de fotos

Volver a la carretera, reconocer paisajes, ejercitar la vista hacia el horizonte. Recuperamos el placer de viajar por la provincia de Teruel. Esta vez lo hacemos con tres localidades que comparten un pasado en el que las protagonistas son las órdenes militares de los Templarios y los Calatravos y actualmente paz y tranquilidad dentro de una situación incierta como es la de la pandemia. El tiempo lento envuelve la excursión.

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LA GINEBROSA, LA CAÑADA DE VERICH Y LA CEROLLERA: EL TIEMPO LENTO

Salimos desde Andorra con un día que oscila entre la salida del invierno y la entrada de la primavera. Vamos hasta Alcorisa y allí tomamos dirección Mas de las Matas y Aguaviva. El puerto del Caballo nos ofrece una vista renacentista. La lección de la perspectiva aérea nos viene a la retina al observar los sutiles azules degradados de la lejanía aumentando la sensación de distancia. Desde Aguaviva tomamos la carretera que va hasta La Ginebrosa, pero antes se impone la parada en el Pont de l´Arenal sobre un Bergantes transparente y limpio que casi invita al baño. Seguimos hacia La Ginebrosa atravesando un valle con almendros, olivos, vides y el nuevo cultivo de placas solares que alimentan de electricidad a las granjas de animales.

La Ginebrosa Aquí nos espera una de las guías de excepción, Dolores Altarriba, concejal del ayuntamiento. La primera visita es a la casa consistorial, pero mientras llegamos nos cuenta que a principios del siglo XVII, en 1613, el pueblo perdió parte de su término municipal al segregarse Aguaviva y Mas de las Matas, hasta entonces barrios de La Ginebrosa, y que se constituye como ayuntamiento en 1834 formando parte del partido judicial de Alcañiz. ​

Pont de l´Arenal sobre el río Bergantes. Vista general de La Ginebrosa.

Fachada principal del ayuntamiento de La Ginebrosa.


LA GINEBROSA, LA CAÑADA DE VERICH Y LA CEROLLERA: EL TIEMPO LENTO La casa consistorial no puede esconder su origen medieval, como atestiguan los arcos ojivales que dan a la plaza. El edificio se modifica en el siglo XVII, con arcos de medio punto y balcones con rejas de forja, pero conserva un amplio zaguán y la cárcel. La rehabilitación posterior mantuvo la escalera, los techos de madera y la distribución de los espacios ocupados en la actualidad por la Casa de Cultura y la Asociación Cultural Tarayola entre otros.

Detalle decorativo correspondiente al periodo barroco de la iglesia de La Ginebrosa.

La siguiente visita es a la iglesia parroquial, dedicada a San Bartolomé, que como todas las iglesias de la provincia esconden agradables sorpresas. Al entrar nos encontramos con un espacio pequeño y acogedor en el que se mezclan dos estilos arquitectónicos: por un lado, el gótico levantino del siglo XIV, que se desarrolla en el ábside y en el primer tramo de la nave cubierto con bóveda de crucería, y el resto, que pertenece al siglo XVII, de estilo barroco con bóvedas de crucería estrellada. La decoración de la iglesia corresponde a este último estilo. Al salir nos fijamos en que la portada y la torre lateral también son del siglo XVII. Una vuelta por el ábside nos permite ver los contrafuertes que sujetan la cabecera, los elementos decorativos de figuras zoomórficas y un vano con tracería gótica.

Iglesia de La Ginebrosa dedicada a San Bartolomé.

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LA GINEBROSA, LA CAÑADA DE VERICH Y LA CEROLLERA: EL TIEMPO LENTO Al entrar descubrimos unos lavaderos con forma de L y un tipo de cubrimiento que recuerda a las domus romanas con su impluvium para recoger el agua de lluvia y almacenarla en una pequeña pila. En la actualidad están, casi en su totalidad, restaurados. La parte no restaurada conserva la fecha de 1816. Para llegar a la nevera hay que subir hasta la parte más alta del pueblo. Pertenece a la Ruta de las Bóvedas del Frío y se mantuvo en funcionamiento entre los siglos XVII y XX. Era de propiedad comunal y servía para abastecer de nieve al pueblo, utilizada casi como medicina. Con forma de tinaja gigante su planta es circular y está acabada con una falsa bóveda realizada por aproximación de hiladas de piedra. La siguiente parada es el Centro de Interpretación del Urbanismo Medieval ubicado en el antiguo horno de pan. En él podemos conocer un poco mejor la forma de construcción de algunos de los pueblos con trazado de recinto amurallado defensivo, como es el caso de La Ginebrosa, y algunas otras peculiaridades como son sus masías, sus paisajes o parte de su historia. En la actualidad está en plena restauración ya que las últimas nevadas han hecho mella en la estructura. Entre panel y panel nos encontramos la boca del horno o los cajones para que repose la masa de pan. En este punto nuestra guía Dolores nos propone subir a la nevera o bajar a los lavaderos. Escogemos la segunda opción. Antes de llegar una vecina nos explica que ir con la ropa seca era tarea sencilla, lo complicado era subir con la colada. También nos cuenta que había que lavar arrodillada ya que la altura de las pilas era demasiado baja. Así que echamos cuesta abajo, abajo y abajo. Solo pensamos en la subida con la ropa mojada y el camino pegado a la punta de la nariz.

Al entrar descubrimos unos lavaderos con forma de L [...] con su impluvium para recoger el agua de lluvia y almacenarla en una pequeña pila.

Lavaderos de La Ginebrosa.

El paseo de un edificio a otro nos permite percibir ese trazado medieval expuesto en el centro de interpretación. Pasamos por arcos pasadizos que comunican con el barrio de la judería o por el único portal de muralla que queda. Son las once de la mañana, el estómago pide algo, así que no podemos despedirnos de Dolores e irnos de este pueblo sin probar las delicias de la panadería Borraz y Sancho. Hacen variedades dulces y saladas, pero vamos a probar las clásicas tortas de alma que no defraudan, con sabor dulce sin empalagar traen al paladar el sabor agradable de la calabaza y la miel. Un placer irresistible.

Techumbre por aproximación de hiladas de la nevera de La Ginebrosa.

Ermita del Pilar en La Cañada de Verich.


LA GINEBROSA, LA CAÑADA DE VERICH Y LA CEROLLERA: EL TIEMPO LENTO

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LA GINEBROSA, LA CAÑADA DE VERICH Y LA CEROLLERA: EL TIEMPO LENTO

La Cañada de Verich Rumbo al este, y a unos escasos 4 kilómetros, se encuentra La Cañada de Verich. Nos acompañan los campos de cultivo y del barranco de la Vall. En esta vía se encuentran las canteras de arcilla refractaria que durante muchos años han dado de comer a parte de los paisanos de la zona por ser extracción bajo tierra. En la actualidad, las explotaciones a cielo abierto han provocado que solo trabajen apenas dos personas por mina. El contacto de La Cañada es José Antonio Eixarch, alguacil del ayuntamiento, que nos cita en las afueras para visitar el exterior de la ermita del Pilar construida durante el Barroco. Pero lo que nos deja gratamente sorprendidos es el Museo del Molino sobre el proceso de la extracción del aceite de oliva. El recinto pequeño, restaurado con mimo, nos muestra la selección, moltura, prensado, filtrado y decantación para conseguir el oro líquido. Las máquinas funcionan a la perfección y así nos lo muestra José Antonio al accionar el mecanismo.

Lavaderos de La Cañada de Verich. Museo del Molino con la maquinaria necesaria para la elaboración del aceite.

Camino de la plaza principal pasamos por los lavaderos, ubicados en una hondonada del terreno y muy céntricos. La plaza alberga los edificios principales, la iglesia parroquial y el ayuntamiento.


LA GINEBROSA, LA CAÑADA DE VERICH Y LA CEROLLERA: EL TIEMPO LENTO Entramos en la iglesia dedicada a San Blas. De nuevo un espacio acogedor nos muestra una construcción gótica de nave única, sin vanos, con cabecera poligonal y bóvedas de crucería. La portada es muy sobria, con elevada espadaña y contrafuertes.

De nuevo un espacio acogedor nos muestra una construcción gótica de nave única, sin vanos, con cabecera poligonal y bóvedas de crucería.

Calle de La Cañada de Verich con la fachada de la iglesia parroquial al fondo.

Casona del casco urbano de La Cañada de Verich.

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LA GINEBROSA, LA CAÑADA DE VERICH Y LA CEROLLERA: EL TIEMPO LENTO

Entrada entibada a la nevera de La Cañada de Verich.

Interior de la iglesia de La Cañada de Verich dedicada a San Blas. Interior de la nevera de La Cañada de Verich.

Casa consistorial de La Cerollera.

El ayuntamiento se ubica en un antiguo palacio calatravo. Es un edificio enorme con tres alturas y portada con arco de medio punto. Solo queda la nevera, a la que accedemos por un camino que nos lleva hasta el barranco de La Cañada. José Antonio nos explica que fue restaurada en 1996. Para acceder a esta construcción contrataron los servicios de entibadores de minas. Así que tanto la entrada como la bóveda interior resultan espectaculares. Unas luces indirectas y una música de fondo hacen el resto. Salimos de la obra con la sensación de haber estado por un momento en otra dimensión. Se despide nuestro guía y le agradecemos su amabilidad y entrega. La siguiente parada es tomar un refrigerio en el bar de la plaza. La terraza rodeada de los edificios emblemáticos (iglesia y ayuntamiento) y el buen servicio generan un momento de descanso bien merecido.

Salimos de la obra con la sensación de haber estado por un momento en otra dimensión.


LA GINEBROSA, LA CAÑADA DE VERICH Y LA CEROLLERA: EL TIEMPO LENTO

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LA GINEBROSA, LA CAÑADA DE VERICH Y LA CEROLLERA: EL TIEMPO LENTO


LA GINEBROSA, LA CAÑADA DE VERICH Y LA CEROLLERA: EL TIEMPO LENTO

La Cerollera Se nos ha hecho la hora de comer. El siguiente destino está a 7 minutos tomando dirección SE. Camino de La Cerollera volvemos a toparnos con minas de arcillas y con un bosque de pinos y encinas. Alguna val aparece aprovechada para cultivos mediterráneos, pero apenas se atisban grandes campos de cereal. Comemos en la Villa Hostal La Cerollera un menú del día para cargar las pilas y volver al ataque con el ánimo renovado. Por la tarde hemos quedado con Antonio Celma, alcalde de la localidad, dispuesto a cualquier hora de la tarde para hacernos de guía de su pueblo. Hemos quedado en la plaza de la Constitución donde se encuentran dos joyas: el ayuntamiento y la iglesia. Llega al encuentro con una llave del tamaño de una cerradura de castillo. Es con la que nos abre la iglesia parroquial consagrada a Nuestra Señora del Remedio. Está construida sobre el antiguo templo que decidieron demoler a principios del siglo XVIII.

Iglesia parroquial dedicada a Nuestra Señora del Remedio.

Cúpula del crucero de la iglesia de La Cerollera.

La nueva edificación la proyectó Antonio Moreno, maestro de obras, vecino de Valdeltormo. A partir de 1734 se inició la nueva edificación bajo el modelo barroco que triunfó en el Bajo Aragón en las décadas centrales de ese siglo. Al entrar es evidente la diferencia con las anteriores iglesias. Es mucho más grande, de planta rectangular con tres naves de igual altura, divididas por esbeltos pilares dobles que crean un espacio amplio y unitario, siguiendo la idea de la basílica del Pilar de Zaragoza. Su nave central y los brazos de la nave crucero se cubren con bóveda de cañón con lunetos, las laterales con arista y el crucero con cúpula sobre pechinas, decoradas con los cuatro evangelistas, en estuco y pinturas que datan de 1779. Se conserva la antigua sillería del coro, con sus misericordias decoradas, hoy fragmentada y ubicada una parte de ella en el altar mayor tras la restauración general de 1997 y la otra, en el coro ubicado encima del último tramo de la nave central.

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LA GINEBROSA, LA CAÑADA DE VERICH Y LA CEROLLERA: EL TIEMPO LENTO


LA GINEBROSA, LA CAÑADA DE VERICH Y LA CEROLLERA: EL TIEMPO LENTO La fachada principal se subraya con un hastial mixtilíneo coronado con una hornacina donde se ubica la patrona. La torre se yergue sobre un cuerpo inferior de cantería y los tres superiores de ladrillo.

Nave central de la iglesia de La Cerollera cubierta con bóvedas de lunetos.

El edificio del ayuntamiento o casa consistorial se realizó en sillería y mampostería y se estructura en dos pisos o plantas. En la planta baja de su fachada principal se abren dos grandes arcos de medio punto que definen la lonja de sillería. Seguimos el paseo para llegar al espacio expositivo La Guerrilla en La Cerollera. La exposición vuelve a aprovechar el edificio del antiguo horno de pan cocer. Es un proyecto desarrollado por el Gobierno de Aragón a través de su programa Amarga Memoria. Se ha contado con la colaboración de La Gavilla Verde, la Asociación local SERVA y vecinos de la localidad. Pretende difundir la historia de la guerrilla antifranquista en Aragón y reconocer el papel de los vecinos que vivieron la presencia guerrillera en sus localidades.

Sillería del coro ubicada en el altar de la iglesia de La Cerollera. Se observan los detalles esculpidos de las misericordias.

Contiene un completo multimedia que recorre la historia de la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA) en tierras aragonesas y un audiovisual que recoge el testimonio de varios vecinos de la localidad que de niños vivieron las actividades de la guerrilla y su lucha contra las fuerzas de la Guardia Civil. La explicación se completa con un panel mural con destacados hechos históricos titulado «La guerrilla en el tiempo» y un panel explicativo con un mapa del Campamento Escuela de La Cerollera. Continuamos tras Antonio, que nos va mostrando las magníficas viviendas del pueblo. En la calle Ráfec está la casa-palacio del marqués de Santa Coloma, edificada durante el siglo XVI con piedra sillar, que cuenta con una galería aragonesa y un espléndido alero de madera. Aunque lo que más nos llama la atención es que es una casa habitada en la actualidad. Otra gran casona es la casa Pallarés, edificada entre los siglos XVII y XVIII.

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LA GINEBROSA, LA CAÑADA DE VERICH Y LA CEROLLERA: EL TIEMPO LENTO Está distribuida en tres plantas, el superior rematado con un gran alero de madera. Destaca la bella balconada de madera de grandes dimensiones abarcando casi toda la fachada. Nos cuenta Antonio que los dueños viven en Cataluña, pero que no han abandonado la propiedad, cuidándola para ocuparla durante los periodos vacacionales. Y siguen las casas y palacios, vemos la casa Borrás, la casa Peris, la casa Marcelino, todas con escudos, balcones y rejerías. Pero de lo que más orgulloso se siente el alcalde es de las infraestructuras actuales, como la piscina o una serie de apartamentos rurales que se construyeron hace pocos años en la parte alta del pueblo, con el objetivo de atraer a un turismo con ganas de pasar unos días en un paraje magnífico, bien conservado a nivel medioambiental y sobre todo tranquilo. En la entrada de estos apartamentos nos despedimos de Antonio y de nuevo le damos las gracias por habernos acompañado durante la tarde del sábado en el recorrido por La Cerollera.

Palacio del marqués de Santa Coloma.

Detalle de una vivienda de La Cerollera.

Callejeando por La Cerollera.


LA GINEBROSA, LA CAÑADA DE VERICH Y LA CEROLLERA: EL TIEMPO LENTO

Nos llevamos una información valiosísima sobre el trazado medieval de estas localidades, la elaboración del aceite o el mundo de la guerrilla después de la Guerra Civil. Hemos podido admirar estilos arquitectónicos que van desde el gótico hasta el Barroco y la útil ingeniería popular en las neveras. Vamos diciendo adiós a esta zona de la comarca del Bajo Aragón. Nos llevamos una información valiosísima sobre el trazado medieval de estas localidades, la elaboración del aceite o el mundo de la guerrilla después de la Guerra Civil. Hemos podido admirar estilos arquitectónicos que van desde el gótico hasta el Barroco y la útil ingeniería popular en las neveras. Y finalmente hemos visto las actividades económicas basadas en los cultivos mediterráneos o en las explotaciones mineras. Pero, como siempre, lo mejor son los paisanos que te cuentan su pueblo cargado de vida. Para la vuelta Antonio nos recomienda llegar hasta Torrevelilla y luego hasta Castelserás, carretera que toman los vecinos para ir hasta la capital de la comarca. Declinamos la invitación y tomamos la carretera que nos lleva hasta Torrevelilla y Calanda. Las vías secundarias siempre guardan sorpresas, la prisa ha quedado desterrada de este viaje, así que las curvas de nivel marcadas por el asfalto nos permiten disfrutar de un bosque cerrado de pinos, encinas, matorrales y de un pequeño puerto que se abre a la fértil vega de Calanda. La vista vuelve a los rincones conocidos, se acabó la lejanía. Cae la tarde y volvemos a casa.

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DE LA VAL DE MOTORRITAS A ALLEPUZ

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DE LA VAL DE MOTORRITAS A ALLEPUZ: TERUEL SIEMPRE SORPRENDE

TERUEL SIEMPRE SOPRENDE Por Pilar Sarto Fraj Fotografías de Rosa Pérez Romero Ver la galería completa de fotos

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DE LA VAL DE MOTORRITAS A ALLEPUZ: TERUEL SIEMPRE SORPRENDE

Masía de la Solsida y chopos cabeceros.

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lo hace con el sendero GR 199, de la val de Motorritas a Allepuz, la Ruta de los Chopos Cabeceros del Alto Alfambra, una joya de patrimonio natural y cultural. Este territorio, desde el siglo XV, orientó su economía a la ganadería de ovino y a la elaboración de lana para la fabricación de paños. La necesidad de pastos para los rebaños supuso la transformación de los bosques en unos páramos de impresionante extensión y belleza. En paralelo, la necesidad de madera obligó a plantar miles de chopos y a gestionarlos como árboles trasmochos generando la mayor masa de chopo cabecero de Europa. Lo iniciamos donde acaba de nacer el Alfambra, un río tranquilo, pacífico, entre dos vecinos más agresivos, el Guadalope y el Mijares, que por el mayor desnivel que tienen que superar amplían la superficie de sus cuencas a su costa. El Alfambra continúa su recorrido dando un largo rodeo, poco a poco, como si supiera que va a conformar paisaje y vertebrar un parque cultural. En el término de Gúdar lo llaman río Blanco. Nace en la fuente de la Teja, en el valle de Motorritas, a unos 1650 m de altitud, aunque como curso discontinuo se remonta cien metros más alto pues surge de la confluencia de dos arroyos que surcan el Bolage de los Pares. Nuestro río está vivo, orgulloso de la calidad de sus aguas de montaña y de la comunidad biológica que establece.

Poste al inicio de la ruta.

Este territorio, desde el siglo XV, orientó su economía a la ganadería de ovino y a la elaboración de lana para la fabricación de paños. La necesidad de pastos para los rebaños supuso la trasformación de los bosques en unos páramos de impresionante extensión y belleza.


DE LA VAL DE MOTORRITAS A ALLEPUZ: TERUEL SIEMPRE SORPRENDE

La ruta parte de la ermita de Santa Quiteria, del siglo XVIII, con paredes de mampostería, sillares en el arco de acceso y cubierta de teja a dos aguas; es la de los masoveros de la val de Motorritas, en término de Gúdar, y llega hasta los Estrechos de los Alcamines, término de Galve, atravesando en su singladura los términos de Allepuz, Jorcas, Aguilar del Alfambra y Camarillas. 48 kilómetros. En este reportaje haremos tan solo el tramo hasta Allepuz, una senda balizada y señalizada, de 15,5 km. Conecta con el PR-TE 29 Alcalá de la Selva-Gúdar-Valdelinares y también con el PR-TE 33 Gúdar-Barranco de las Umbrías.

Ermita de Santa Quiteria.

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DE LA VAL DE MOTORRITAS A ALLEPUZ: TERUEL SIEMPRE SORPRENDE La val de Motorritas es un amplio y alargado valle cerrado por montañas, tanto por el norte (Loma Gorda, 1865 m; La Silleta, 1928 m) como por el sur (El Morrón, 1912 m; Alto de la Gitana, 1951 m; Peñarroya, 2028 m). Se puede acceder en vehículo tomando la carretera que une Gúdar y Valdelinares, desviándose a los 2,5 km por una buena pista o bien tomando el PR-TE 29, si se quiere llegar caminando, tras 5,8 km.

Río Alfambra (llamado Blanco en Gúdar).

El paisaje vegetal en estas sierras es algo engañoso. Lo que lo hace tan verde son más las bajas temperaturas medias (puede helar los doce meses del año en estos pueblos), que disminuyen la evaporación, que las precipitaciones, que son escasas e irregulares… Va a haber una constante en nuestro camino, los muros de masías y delimitaciones de prados, construidos por la técnica constructiva de la piedra seca, incluida en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO. Estos prados y bosques forman parte del Lugar de Interés Comunitario Maestrazgo y Sierra de Gúdar, por los hábitats, por las especies que alberga y por la singularidad de los procesos ecológicos que en ellos tienen lugar.

Muros de la masía de los Charcos.


DE LA VAL DE MOTORRITAS A ALLEPUZ: TERUEL SIEMPRE SORPRENDE

Masía de Villarroya de Arriba.

Masía de los Charcos.

Siete masías de piedra jalonan el fondo y la solana de Motorritas, con varios edificios: vivienda, graneros y corrales. Un patrimonio difícil de mantener, pero que tiene un encanto especial. La de los Charcos, Villarroya de Arriba y de Abajo, los Barrancos, la Solsida, la Pedrera, el Olmo y Casa Borreda. Mucha vida vivida entre sus piedras, muchos sueños de gente que vivió allí y dejó su huella. La imaginación se va en torno al hogar, con el fuego bajo, contando historias del pasado, adivinanzas y cantinelas; después leyendo las cartas de los hijos que se fueron, celebrando sus triunfos, sufriendo por sus problemas; planificando el verano cuando vuelvan con los nietos; cuatro generaciones, en algunos casos, con la raíz en la masía, porque los de fuera también soñarían con ese mismo fuego, esas mismas vistas, esos mismos afectos sin palabras, los de los rudos masoveros. La vida entre el estar y el ir, el querer y el volver, el pasado y el presente… y las piedras que aguantan los años y que se resquebrajan esperando manos que las acaricien y las reconstruyan.

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DE LA VAL DE MOTORRITAS A ALLEPUZ: TERUEL SIEMPRE SORPRENDE

El masovero que continúa viviendo en la masía de los Charcos. Masía de la Solsida.

Un camino bien trazado permite disfrutar de la variedad de paisajes.

Caños de Gúdar.

El sendero pasa junto a las monumentales masías de los Barrancos y la Solsida. Deja la pista y se encarama por una ladera, la solana de la Hoz, cubierta por un pinar abierto entre matorrales de tomillo, espliego y salvia. A la izquierda, a los pies del caminante, resuena -pero no se ve- el río, que abre una estrecha y larga garganta en las duras calizas. Más hacia el sur, se levanta la imponente mole del Peñarroya, por donde desciende un frondoso pinar, de pino moro en la cima y de pino royo en el resto del monte. El contraste entre la solana de la Hoz y la umbría de los Caños es evidente. El camino desciende bajo el dosel de un joven pinar crecido sobre terrazas abandonadas hace cincuenta años. Algún tramo está empedrado. Son los restos de un antiguo camino de herradura que unía la val de Motorritas con Alcalá de la Selva, otro elemento patrimonial para añadir a la larga lista que pasa desapercibida.

A la izquierda, a los pies del caminante, resuena —pero no se ve— el río, que abre una estrecha y larga garganta en las duras calizas. Más hacia el sur, se levanta la imponente mole del Peñarroya [...].


DE LA VAL DE MOTORRITAS A ALLEPUZ: TERUEL SIEMPRE SORPRENDE

Por las laderas descarnadas alternantes estratos de calizas y margas forman un graderío natural. No es raro ver algún pequeño grupo de cabra montés cuando baja a beber al río, que ahora casi se ve. Una señal invita a desviarse hacia el mismo para disfrutar de una espléndida cascada y, cuando están funcionales, de los Caños de Gúdar. En un buen año de lluvias, se puede disfrutar de la cascada, es un trop plein, fenómeno hidrogeológico curioso: tras temporales prolongados de lluvia o deshielos de copiosas nevadas, una docena de manantiales situados a media ladera -y a la misma altura- descargan su caudal con energía y crean otros tantos pequeños arroyos que desembocan en el joven río Alfambra. En las paredes hay un montón de fósiles.

No es raro ver algún pequeño grupo de cabra montés cuando baja a beber al río, que ahora casi se ve.

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DE LA VAL DE MOTORRITAS A ALLEPUZ: TERUEL SIEMPRE SORPRENDE Los antiguos campos de labor son ahora pastos para las vacas, cercadas por muros de piedra o red metálica. Hay que cruzar a lo largo de la ruta varias porteras con pastor eléctrico, debiendo cerrarlas tras nuestro paso. El sendero pasa cerca de las ruinas del molino de Arriba. Y, algo más adelante, junto a un área recreativa muy bien sombreada por un pinar maduro. Muros de piedra seca o espinares de agrillo, vizcodera, cornejos, aligustres y galabarderas cierran los prados. Es el reino de los mirlos, los escribecartas y los petirrojos, que encuentran insectos en la estación favorable y frutos en el otoño y el largo invierno. Vemos tarabillas y zorzales. Y muchas mariposas a lo largo de todo el recorrido. El río traza varias curvas. Sargas y espinos sombrean sus limpias y frescas aguas. Una pequeña cascada, en realidad el azud del molino de Abajo, alegra el paseo y oxigena las aguas.

El sendero se abre paso entre prados y bancales cultivados para cereal. Sale a la carretera vieja por la que hay que continuar un tramo hasta llegar a la nueva y cruzarla, dirección Allepuz. El valle, que desciende desde el puerto de Alcalá, se ha abierto ahora. Afloran arcillas rojas y areniscas blancas del Cretácico y, más hacia el oeste, arcillas grises del Jurásico. Unos y otros son materiales blandos y la erosión ha sido eficaz. La pista pasa junto a la fuente del Cura y se acerca al río, ahora poblado por sargas, chopos y espinos, en cuyo lecho asoman gravas cuando hay estiaje. Hacia la derecha se yergue la solana del Barranconero, que va cubriéndose poco a poco por un joven sabinar. Seguimos por la margen derecha del Alfambra. Hay una nueva opción para ir a Gúdar, luego habrá otra. El GR 199 sigue dirección Allepuz.

Río Alfambra.

Cinglas de Gúdar, llamadas cinglos por los lugareños.


DE LA VAL DE MOTORRITAS A ALLEPUZ: TERUEL SIEMPRE SORPRENDE

Las piedras están abajo, en las paredes de las masías y en los muros, construyendo azudes y molinos, pero también están arriba, en las cinglas de Gúdar. Queda a un lado el molino de Abajo. Aparecen los primeros chopos cabeceros, árboles amigos de los molineros. Y entraremos en la vega, donde los vecinos de este pueblo de término tan peñascoso, cultivaban sus hortalizas. En la margen izquierda de la senda quedan las masías de la Peña y del Prado, donde terminamos la excursión cruzando el río por una palanca de cemento para ir a comer.

Masía de la Peña.

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DE LA VAL DE MOTORRITAS A ALLEPUZ: TERUEL SIEMPRE SORPRENDE Propuesta gastronómica: Venta Liara (Allepuz) Ascensión Corella Miravet, de Linares de Mora, y Ecequiel Santafé Nebot, de Allepuz, regentan el lugar desde hace 20 años. Abrieron el establecimiento restaurando la antigua venta. El nombre se explica en un plato de cerámica: “Liara: Comida o merienda en un trato de caballerías en que invita una de las partes según se conviene, al cerrar aquél”. Es un hostal con siete habitaciones y tienen un restaurante con menú de comida tradicional aragonesa, con muy buena relación calidad/ precio. Son famosos sus almuerzos, a base de conserva (longaniza, lomo y costilla), huevos con jamón y escabechados de conejo, codornices y trucha. Para comer, nos ofrecieron de primero cocido de garbanzos, crema de calabaza, migas y espaguetis; de segundo, chuletas de cordero, trucha escabechada, conejo al ajillo y secreto. De postre; flan, natilla, macedonia y helado. El menú cuesta 12 euros. Allepuz Pertenece a la comarca del Maestrazgo, junto con Bordón, Cantavieja, Cañada de Benatanduz, Castellote, Fortanete, La Cuba, La Iglesuela del Cid, Mirambel, Miravete de la Sierra, Molinos, Pitarque, Tronchón, Villarluengo y Villarroya de los Pinares. La mayor parte de su término municipal se halla recorrido por el río Sollavientos, que vierte sus aguas al Turia y da su nombre al espléndido valle que forma la parte este del término. Sus aguas alimentaban también, no hace muchos años, dos molinos harineros: el del Tormagal, en la partida de este nombre, y el de debajo del pueblo. Un poco de historia Pertenecía a la Comunidad de Teruel. Gentes de Allepuz participaron en la conquista de Valencia con el rey Jaime I. En el Llibre del Repartiment de esta ciudad consta que recibieron algunas casas por su colaboración en esta gesta. Peones de Allepuz participaron en la conquista y custodia del castillo de Alcalá de la Selva, recuperado de los castellanos en

Asunción Corella Miravet en la Venta Liara (Allepuz), la referencia en la zona, muy recomendable.

Allepuz, un pueblo con mucha historia.


DE LA VAL DE MOTORRITAS A ALLEPUZ: TERUEL SIEMPRE SORPRENDE Ermita de Nuestra Señora del Loreto Es una obra del siglo XVII, de mampostería y cantería, con nave cubierta con cúpula (1692). El atrio con grupos de cuatro columnas en cada lado, las puertas y las marcas de cantero sorprenden por su belleza. Iglesia de la Purificación

1364. Los aldeanos de Allepuz sufrieron los desastres de la guerra que Pedro IV sostuvo contra los castellanos. En 1381 el obispo de Zaragoza D. Lope Fernández de Luna concede las primicias para la reconstrucción de la iglesia destruida, en 1375, por los efectos de la guerra contra los de Castilla. La aportación de Allepuz a la Corona fue reconocida por el rey Fernando I en 1412: en vista del gran endeudamiento que tenían los habitantes de Allepuz y observando su fidelidad para la Corona en grandes servicios de bienes, armas y hombres durante los años anteriores, decidió aplicar una moratoria de cuatro años.

Nuestra señora del Loreto.

Estas agrestes tierras testigos de las guerras carlistas y del paso de republicanos, nacionales y maquis han sufrido desde los años 60 una auténtica “crisis poblacional” con la salida de muchos habitantes hacia Valencia, Barcelona y Zaragoza, principalmente. Recorrido por el pueblo Las casas de Allepuz se aferran a la ladera del cinglo, que como inexpugnable muralla se levanta al norte del pueblo. La población la cruzan de este a oeste las calles Mayor y Enmedio. Otras más cortas siguen la misma dirección: San Roque, El Sol, La Luna, El Solanar... Entre ellas, como nervios que unen las vías principales, surgen pequeños callejones que facilitan el paso de unas a otras y dan lugar a hermosos rincones. Hay dos fuentes, en la plaza del Trinquete y en la de la Iglesia. Cuando se pavimentaron las calles y arreglaron los muros, se descubrió un aljibe en la calle Portal de Jorcas, desde donde se canalizaba el agua hasta el abrevadero de la calle Mayor.

La Casa Grande, hoy hospedería de Allepuz.

Ventana de Casa López, en la plaza de la Iglesia.

Es una obra barroca (1771) de mampostería y cantería, con tres naves, cubierta la central con cúpulas vaídas, las laterales con bóvedas de arista y el crucero con cúpula y linterna sobre tambor. Pilares cruciformes, con curvas entrantes y salientes, y capiteles decorados con rocalla y cabezas de animales; tiene un retablo neoclásico dedicado a san Antonio Abad. La torre, situada a los pies, tiene cuatro cuerpos, de cantería y ladrillo. A finales del 90 se sustituyó el cimborrio de cuerpo octogonal de ladrillo, por latón.

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DE LA VAL DE MOTORRITAS A ALLEPUZ: TERUEL SIEMPRE SORPRENDE Casas señoriales La de López, en la plaza de la Iglesia; la del Conde, con muros de mampostería de gran altura (bajo y tres plantas) que conservan algunos arcos de medio punto y rebajados. En el interior se encuentra la nave de lo que fue la antigua ermita con una hornacina. Perteneció al conde de la Florida. El ayuntamiento está ubicado en la casa de los Fermines, con un curioso balcón de madera volado. La Casa Grande, hoy hospedería, ubicada en la calle La Luna, en la parte alta del pueblo, es un gran edificio renacentista (cuatro alturas más bodega) construido en sillería y mampostería vista y cornisa de piedra con molduras. Tiene al este la portada de medio punto y sobre ella ventanas rectangulares encuadradas en sillería. El interior presenta un gran zaguán con enguijarrado y escalera renacentista. En el piso superior exhibe una lonja de cuatro arcos de medio punto que se apoyan sobre columnas cilíndricas. El antiguo horno con bóveda de cañón es ahora el restaurante de la hospedería. En lo que era antes el antiguo patio, sobre una bóveda de cañón de mampostería y piedra, se levanta ahora la cafetería, que ofrece magníficas vistas de la población y del valle.

Hipérico (Hypericum perforatum).

Gordolobo (Verbascum thapsus).

Si vas en primavera, es un derroche de flores, aquí tienes una muestra. Y una mariposa para terminar el reportaje.

Orquídea silvestre (Orchidaceae).

Salvia de los prados (Salvia pratensis).


DE LA VAL DE MOTORRITAS A ALLEPUZ: TERUEL SIEMPRE SORPRENDE

Veza (Vicia tenuifolia).

Lino (Linum narbonense).

Ononis aragonensis.

Erebia meolans.

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GALERÍA NATURAL

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GALERÍA NATURAL

Mariposas en Maestrazgo y Somontano de Teruel Por José Luis Lagares Latorre Fotografías de Jose Luis Lagares Latorre Ver la galería completa de fotos

FRÁGILES Y FUERTES. Así son las alas de las mariposas. Frágiles por su sencilla estructura, fina y cubierta de delicadas y diminutas escamas, que no se regenera si se daña. Fuertes pues aguantan infinitos aleteos, roces e inclemencias como el viento o la lluvia... Alas frágiles y fuertes que un buen día dejan volar a la terrestre oruga...

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GALERÍA NATURAL Aglais io. Amarilla (Colias croceus).

Anthocharis cardamines subsp. meridionaliscroceus.

Argynnis adippe subsp.chlorodippe.

Aporia crataegi subsp. meridionalis.


GALERÍA NATURAL Argynnis paphia.

Bella dama (Vanessa cardui).

Carcharodus alceae. Cupido osiris.

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GALERÍA NATURAL

Cleopatra (Gonepteryx cleopatra croceus).

Glaucopsyche alexis. Euchloe crameri.

Leptotes pirithous.

Gonepteryx rhamni.


GALERÍA NATURAL

Hemaris fuciformis.

Libythea celtis.

Loba (Maniola jurtina).

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GALERÍA NATURAL Medioluto ibérica (Melanargia lachesis).

Mimas tiliae.

Melitaea cinxia.

Satyrium esculi.

Polyommatus icarus.


GALERÍA NATURAL Sphinx ligustri. Thymelicus acteon.

Zygaena fausta.

Zygaena lavandulae subsp.teruelensis.

Zygaena occitanica.

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EXTRA VIAJE

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EXTRA VIAJE

NORUEGA no escatima en espectáculo Texto de Borja Barba Martín-Montalvo Fotografías de Borja Barba Martín-Montalvo Ver la galería completa de fotos

Noruega no escatima. Todo lo que ofrece, que no es poco, es extremo. Desde la espectacularidad de sus paisajes hasta el coste de la vida, pasando por la limpieza y pulcritud de todos sus rincones o por la, en ocasiones, implacable rectitud de costumbres de sus habitantes.

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N

oruega, que hunde sus raíces etimológicas en las lenguas protonórdicas y que viene a significar algo así como ‘el camino hacia el norte’ (Nord veg), tiene tanto que enseñar en sus cerca de dos mil kilómetros de sur a norte que la visita exige una planificación detallada y, por desgracia, un buen número de destinos por descartar, si uno no dispone de todo el tiempo requerido. Por hacerse una idea de su magnitud, la costa noruega, con su infinidad de quiebros y recodos, cuenta con un total de 25 000 kilómetros lineales. Como referencia, la línea costera española suma 7600 kilómetros, archipiélagos incluidos. Si a sus distancias le sumamos una red de carreteras que empeora a medida que el viajero deja atrás la capital y se adentra en el norte del país, con unos límites de velocidad muy bajos (y de estricto e inexcusable cumplimiento por estos lares) y un sinfín de vicisitudes en la ruta en forma de fiordos, ferrys, túneles submarinos y puertos de montaña –algunos de ellos con nieve durante todos los meses del año-, la conclusión a la que llegamos es más que evidente: Noruega es un país para ser disfrutado con paciencia y sin prisas.

BRYGGEN DE BERGEN. Cuesta poco imaginar, cuando uno pasea ensimismado entre sus estrechas callejuelas, la vida que esas paredes de madera encerraban en los momentos de máximo esplendor de la Liga Hanseática. FORTALEZA DE AKERSHUS. El complejo fortificado de Akershus recibe al visitante que llega a la ciudad a través del fiordo de Oslo desde hace más de siete siglos. El Aker Brygge es uno de los barrios más distinguidos de la capital. Concentra en sus calles edificios de apartamentos de lujo, comercio y restauración.


EXTRA VIAJE Oslo, capital del país, fundada en el siglo XI y desarrollada urbanísticamente, sobre todo a partir de los siglos XVIII y XIX, en torno a la fortaleza de Akershus, es hoy una ciudad abierta y cosmopolita (aproximadamente el 25 % de sus habitantes son de origen extranjero). Su intensa vida social actual se percibe particularmente en el Aker Brygge, moderno barrio levantado sobre lo que fueron los potentes astilleros de la ciudad y que hoy agrupa a los restaurantes más de moda, además de apartamentos de lujo con vistas al fiordo de Oslo y edificios de oficinas.

El Operahuset, inaugurado en el año 2008, alberga la Ópera de Oslo y es uno de los edificios con más personalidad del país.

BARCO DE OSEBERG. Es inexcusable la visita al Museo de los Barcos Vikingos, en el barrio de Bygdøy. El magnífico estado de conservación de los barcos allí expuestos, con más de doce siglos, sorprende al visitante.

No es el Brygge lo único con aire moderno de la antigua Christiania. El Operahuset, el vanguardista edificio que alberga la Ópera de Oslo y que ha sido reconocido con diversos premios en el mundo de la arquitectura, fue inaugurado en el año 2008 y es hoy uno de los grandes atractivos turísticos de la ciudad. Una visita inexcusable antes de abandonar Oslo es el Museo de los Barcos Vikingos, localizado en el bonito y tranquilo barrio residencial de Bygdøy. El sobresaliente estado de conservación de los barcos que allí se exponen (el barco de Oseberg y el barco de Gokstad, fundamentalmente) tiene una explicación: ambos fueron encontrados en sendos túmulos funerarios bajo tierra muy cerca de Oslo. El camino hacia Stavanger atravesando la región de Telemark es tortuoso. Estrechas carreteras de montaña entre bosques interminables. La aparición de alguna vistosa stavkirke (tradicional iglesia de madera de origen medieval), como la de Heddal, en Notodden, obliga al pertinente alto en la ruta.

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Stavanger es una populosa ciudad, la cuarta en importancia en el país por detrás de Bergen, Trondheim y la propia capital, que a una activa vida universitaria le une el bullicio y el movimiento que se desprende de su condición de centro de operaciones de un gran número de plataformas petrolíferas del Mar del Norte. Sede de una importante industria conservera en el pasado, cuyo reflejo aún se aprecia hoy en el pintoresco barrio de Gamle Stavanger (vieja Stavanger), es además la puerta de entrada al Lysefjord, fiordo sobre el que se levanta el impresionante Preikestolen, plataforma granítica elevada sobre el

HEDDAL STAVKIRKE. Levantada a principios del siglo XIII, la iglesia de madera de Heddal es uno de los ejemplos de arquitectura religiosa medieval del país, por su estado de conservación tras las sucesivas restauraciones a las que ha sido sometida a lo largo de la historia.

abismo, a más de seiscientos metros sobre las aguas, y que es hoy uno de los recursos turísticos más visitados del país. El Boknafjorden, siguiendo ruta hacia el norte, es la primera oportunidad para comprobar la idoneidad de que el transporte vía ferry es el más directo posible en muchos puntos de este país. Un viaje de apenas una hora y cuarto, disfrutando del frío en cubierta, sustituye a un recorrido por carretera de 180 kilómetros entre Stavanger y Haugesund, próxima parada con la vista puesta en Bergen.


EXTRA VIAJE Bergen es tal vez el principal destino turístico del centro de Noruega. Se percibe tan pronto se pone el pie en sus calles, con la abundante presencia de mercados callejeros de marisco vivo, y queda de patente manifiesto en cuanto se pone el pie en el fotografiado Bryggen, el pintoresco barrio de los comerciantes de la Liga Hanseática, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1979. Sus casas de madera con fachadas de vistosos colores (ayudaban a los comerciantes y marinos que atracaban en el puerto a identificar a sus contactos en la ciudad) conforman hoy uno de los lugares de mayor reclamo turístico de toda Europa. El ambiente estudiantil anima de forma permanente el barrio del Viejo Stavanger. Lo que hoy son terrazas y hostelería, antaño dio cobijo a una importante industria conservera especializada en el arenque. PREIKESTOLEN. El ‘Púlpito’ se asoma sobre las aguas del fiordo de Lysefjord desde la imponente perspectiva de sus más de seiscientos metros verticales. Tendrás que madrugar mucho si quieres disfrutar del lugar sin aglomeraciones.

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BOKNAFJORDEN. El trasbordo en ferry se hace inevitable en muchos puntos de la geografía noruega si queremos ganar tiempo en nuestro viaje. Muchas veces la travesía ofrece paisajes inolvidables. BERGEN DESDE MONTE FLOYEN. La ciudad de Bergen se encuentra en el fondo de un valle flanqueado por siete colinas. Desde la de Fløyen, a la que se sube en funicular, hay una espectacular vista de la ciudad y el fiordo.


EXTRA VIAJE La oferta gastronómica de Bergen tiene como principal protagonista al marisco fresco. Sus terrazas ofrecen al visitante degustaciones de king crab, cigala o… carne de ballena.

SNOVEGEN. La carretera de las nieves, que une las localidades de Aurland y Lærdal, ofrece unos paisajes que la convierten en un recurso turístico en sí misma.

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EXTRA VIAJE Bergen queda atrás con la vista puesta en los fiordos interiores y la Noruega más montañosa. El recorrido en coche es una sucesión de paradas que convierten la ruta en interminable. Y es que todo es bonito. Todo merece la pena. Todo te deja tan boquiabierto que la tentación de hacer un alto y buscar las mejores fotos para el recuerdo es irresistible. La Snøvegen (Carretera de las nieves) recibe su nombre porque el viajero se ve, de pronto, rodeado de amplias extensiones de paisaje nevado hasta allí donde le alcanza la vista. No importa que sea julio y que la temperatura en Bergen rozara los veinte grados. La nieve aquí es permanente y mantiene la carretera cerrada al tráfico entre octubre y junio. Jostedalsbreen, el glaciar continental más grande del continente europeo con sus 487 km2, permite al viajero tomar contacto con un entorno natural único, aunque la breve excursión apenas permite ser consciente de las gigantescas dimensiones de la superficie helada. Es uno de esos momentos en los que

uno vuelve a pensar que Noruega requiere tiempo para ser disfrutada en toda su magnitud. Es este un país tan especial que te permite pasar de clavar los crampones en el hielo a navegar por uno de sus fiordos más largos y profundos en un viaje de apenas una hora de carretera. Geiranger tiene el enorme mérito de ser una autopista para barcos (y no precisamente pequeños) sin que la presencia de estos alteren el equilibrio paisajístico y ecológico. Surcar sus aguas, de cerca de trescientos metros de profundidad en su punto más profundo, invita a disfrutar de la calma que procura el lento fluir entre las paredes rocosas que lo encajonan, observando la multitud de pequeñas granjas que salpican las laderas allí donde estas conceden un descanso a la verticalidad. La espectacular Cascada de las Siete Hermanas (De Syv Søstre) es el anticipo de la llegada al pequeño pueblo que da nombre al fiordo. Geiranger recibe anualmente unos 600 000 visitantes.

JOSTEDALSBREN. El mayor glaciar de la Europa continental ofrece la posibilidad de realizar excursiones guiadas, debidamente equipados, por su superficie helada.

El glaciar de Jostedal, en claro retroceso desde hace décadas, tiene una profundidad máxima de 600 metros de espesor.

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EXTRA VIAJE

calle, en cada plaza. Ålesund, levantada sobre un pequeño archipiélago formado por pequeñas islas e islotes urbanizados, tiene fama de ser la ciudad más bonita de Noruega, un título oficioso, pero de enorme mérito en un país como este. Pese a ser una pequeña población de poco más de setenta mil habitantes, la ciudad desprende una inusual alegría –si tenemos en cuenta que esto es Noruega- en sus luminosas calles. La particular querencia por la arquitectura art nouveau en muchos de sus singulares edificios se deja notar en cada

Molde, al otro lado del Moldefjord, es conocida como ‘la ciudad de las rosas’, debido a la cantidad de jardines y rosaledas existentes entre sus calles. Su habilidad para combinar edificios de aspecto tradicional con la más moderna arquitectura (presente, por ejemplo, en el simbólico edificio del hotel Seilet, a los pies del fiordo) hacen de Molde otra anotación más en la lista de paradas obligatorias en este viaje.

GEIRANGERFJORD. El fiordo de Geiranger es una ramificación de un fiordo mayor que llega a los 15 kilómetros de longitud. Cerca de doscientos cruceros navegan por sus aguas cada año.


EXTRA VIAJE

Resulta sorprendente comprobar cómo el marcador de kilometraje del coche hace tiempo que superó los dos mil kilómetros desde Oslo… y que aún quedan ¡otros dos mil kilómetros! hasta Cabo Norte (siempre que viajásemos sin desvíos, cosa realmente improbable). La Noruega del norte, donde las poblaciones comienzan a distanciarse cada vez más unas de otras y el turismo masivo apenas llega, tendrá que esperar hasta una nueva

ocasión. La Atlanterhavsveien, la carretera del Atlántico, prodigio de ingeniería que parece levitar sobre las siempre tumultuosas aguas del Mar de Noruega entre Molde y la cercana Kristiansund, marca el inicio del retorno hacia Oslo. Conducir por sus puentes de quiebros imposibles es una experiencia más que sumar a las muchas que Noruega nos ha ido ofreciendo a lo largo de estas casi dos semanas de viaje. La idea de pensar que aún nos queda mucha Noruega por conocer mitiga, en parte, la pena de nuestra despedida.

La pequeña población de Geiranger, en el fondo del fiordo del mismo nombre, se ha convertido en un pequeño pero transitado puerto de interior. Cada año, unos 300 000 turistas llegan a sus muelles.

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La estratégica localización geográfica de Molde hizo de la ciudad un enclave de gran importancia a lo largo de los siglos. La pequeña, pero pintoresca, ciudad de Ålesund fue devorada por las llamas de un incendio en el año 1904. Fue reconstruida con mimo siguiendo corrientes arquitectónicas cercanas al art nouveau.


EXTRA VIAJE

ATLANTERHAVSVEIEN. La carretera del Atlántico recorre durante algo más de ocho kilómetros parte del Mar de Noruega saltando de islote en islote. Son casi las diez de la noche de un día de julio y la luz sobre el Mar de Noruega, visto desde el ferry entre Vestnes y Molde, luce así de espectacular.

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LA COMARCA Espacio realizado en colaboración con el Departamento de Cultura y Turismo de la Comarca Andorra-Sierra de Arcos Escríbenos a: culturayturismo@andorrasierradearcos.com o visita nuestra página www.turismoandorrasierradearcos.com

SUMARIO


LA COMARCA

ACTUALIDAD

El GR 262 a un solo click En su día ya dimos cuenta en esta sección de la señalización del sendero de Gran Recorrido 262 paralelo al cauce del río Martín que discurre por los dominios del Parque Cultural del Río Martín. Hoy el sendero es noticia porque ha pasado también al mundo virtual, es decir, tiene su propio perfil de Facebook e Instagram y además se han geolocalizado los puntos de mayor interés en Google Maps.

Portada del Facebook del GR 262.

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LA COMARCA

ACTUALIDAD La sima de San Pedro es una de las localizaciones estrella en Google Maps. Son muchos ya los visitantes que han comentado su experiencia y han compartido sus fotos.

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s por ello que los aproximadamente 100 kilómetros señalizados y homologados como Sendero Turístico de Aragón e incluidos en el itinerario cultural europeo Caminos del Arte Rupestre Prehistórico son ahora mucho más accesibles para todos los públicos, pues desde cualquier lugar del mundo, a través de las pantallas de sus ordenadores o móviles, los interesados pueden conocer los vestigios rupestres, los yacimientos de época íbera, las cascadas, los puentes, los santuarios, los baños termales, las formaciones kársticas y los idílicos y espectaculares paisajes que están unidos por este sendero. Además, también pueden estar al tanto de las impresiones de los senderistas y visitantes que ya han recorrido el sendero y una vez en el lugar dejar constancia de su visita, bien dando sus opiniones y recomendaciones, bien compartiendo sus fotografías, a modo de los tradicionales libros de visita. Estas nuevas herramientas permiten también a los senderistas planificar su viaje con antelación, pues en redes se informa puntualmente de las posibles incidencias que afecten al sendero como, por ejemplo, pasos bloqueados por lluvias u obras de mejora, así como de las

La cuenta de Instagram del sendero destaca por la belleza de las fotografías que se comparten.


LA COMARCA

ACTUALIDAD actividades culturales y festivas que tienen lugar en cada momento del año en los pueblos por los que discurre el sendero. También se ofrecen sugerencias de posibles recorridos cercanos o de visitas de interés en el entorno del sendero.

Puente Negro son los puntos geolocalizados actualmente y de los que hay disponibles magníficas fotografías. Todos ellos tienen ya un montón de opiniones de los senderistas y visitantes que los han disfrutado, aunque la estrella es la sima de San Pedro en Oliete.

La cascada del Chorredero, kilómetro 0 del sendero, el pozo de las Palomas, el Portillo, la sima de San Pedro, el abrigo con arte rupestre del Frontón de la Tía Chula, el santuario solar, el puente colgante, el abrigo rupestre de los Chaparros, el Calvario de Híjar y el

No olvides dejar tu reseña y compartir tus fotos cuando camines por el GR 262. INSTAGRAM FACEBOOK

Entrada en el Instagram del GR 262.

Las publicaciones que se realizan en el Instagram del sendero recorren con sus magníficas fotografías todos los rincones del mismo.

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LA COMARCA

ACTUALIDAD

Nueva aplicación turística Fotografías del archivo del Parque Cultural del Río Martín

Ya está disponible una nueva herramienta gratuita que permitirá a los aficionados al arte rupestre optimizar la visita a los abrigos rupestres, manifestaciones culturales únicas, del Parque Cultural del Río Martín.

Uno de los guías del Parque Cultural del Río Martín utilizando la aplicación en el abrigo de los Trepadores, en Alacón.


LA COMARCA

ACTUALIDAD

S

e trata de una app sobre el arte rupestre del río Martín basada en la realidad aumentada, que ha sido posible gracias al ingente trabajo previo realizado y publicado en el Corpus de Arte Rupestre del Río Martín, que recopilaba todos los calcos de los abrigos pintados. Calcos en los que trabajaron un nutrido grupo de especialistas bajo la dirección del profesor A. Beltrán y del equipo de investigación del Centro de Investigación de Arte Rupestre que lleva su nombre en Ariño, sede del Parque.

Los visitantes a los abrigos pintados pueden, mediante su smartphone o tablet, habiendo descargado previamente la aplicación a través de un código QR, identificar las pinturas rupestres, cuyo efecto de realidad aumentada consistirá en superponerse el calco sobre estas ayudando a su identificación y observación. De este modo se crea un fotocalco que resalta las figuras pintadas. En el caso de que el efecto de la realidad aumentada no se active, por problemas como la luminosidad (sombras según la incidencia del sol sobre el soporte, dificultades orográficas del abrigo, etc.) entre otros, con los fotocalcos podrán identificarse las figuras representadas y su posición original. Muchas de las pinturas rupestres se ven con dificultad, bien por su diminuto tamaño, bien por la capa de calcita que durante milenios se ha formado y nos impide observarlas con claridad, o bien por ahumados o ennegrecimientos de la roca por brotes fúngicos. También por desconchados de la superficie rocosa o rayados y otras acciones antrópicas. Esta tecnología permite ver mucho mejor las pinturas y disfrutar al máximo de la visita a los abrigos. Además, la app pretende ser también un sistema de contenidos de apoyo para las visitas guiadas que se realizan, pudiendo ser una valiosa herramienta de trabajo para los guías turísticos, que verán cómo sus descripciones son apoyadas además de por la imagen del elemento representado en el abrigo, por

contenidos sobre el tema. En este sentido la aplicación dispone de un acceso a documentación sobre historia general del arte rupestre del río Martín y descubrimientos, además de otro acceso a los abrigos rupestres, donde se describen sucintamente las figuras de cada abrigo y la protección de la que disponen. Todo ello con un mapa de ubicación por el que se podrán desplazar a lo largo de todo el Parque y localizar los abrigos que seleccionen para su visita. En definitiva, se trata de una completa e innovadora guía para conocer y disfrutar del Arte Rupestre del Parque Cultural del Río Martín, que en 1998 fue declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. Web Parque Río Martín Facebook Parque Río Martín

Pepe Royo, el gerente del parque cultural, utilizando la aplicación en el Frontón de la Tía Chula, Oliete.

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LA COMARCA

DESTINO

Casa Rural La Mimbrera Fotografías del archivo de La Mimbrera Ver la galería completa de fotos

El pasado otoño abrió sus puertas en Estercuel La Mimbrera, última casa rural abierta en nuestra comarca, aunque el proyecto se empezó a forjar hace 4 años con enorme ilusión y gran esfuerzo por parte de Sonia y Carlos, los propietarios, para ofrecer a los visitantes el remanso de paz que brindan estos pueblos.

E La fachada de la vivienda ha sido cuidadosamente restaurada.

stercuel se asienta a la orilla del río de su mismo nombre, a los pies del Castillo, caserón que fue palacio de la baronía y morada de los señores de Estercuel, Gargallo y Cañizar, bajo cuyos cimientos se abren numerosas cuevas y bodegas, algunas de las cuales se han recuperado para el Centro de Interpretación del Fuego y la Fiesta, donde se expone cuanto el fuego tiene de mágico y festivo, recoge todo el ceremonial de una fiesta tan arraigada en Estercuel como la Encamisada, declarada Fiesta de Interés Turístico de Aragón, y hace un repaso de las múltiples manifestaciones que el fuego propicia en el Maestrazgo. Entre los elementos más singulares de su casco urbano destaca la sobria iglesia de Santo Toribio, de estilo barroco y mampostería, la ermita de Santo Toribio y el portal de los Mártires. Pero si hay un lugar único en Estercuel este es el monasterio de Santa María del Olivar, a


LA COMARCA Sarga, en la planta bajo cubierta, es un estudio abuhardillado con capacidad para dos personas. Este apartamento conserva la esencia de la antigua casa, con sus paredes de piedra y vigas de madera, que hacen de él una estancia muy agradable.

Patio de acceso a los apartamentos.

El apartamento Mimbre se encuentra en la primera planta y es el más espacioso. Tiene capacidad para 4 personas y dispone de un amplio espacio compartido por el comedor y la cocina, un baño y dos habitaciones, una de ellas con aseo propio. Una de las habitaciones conserva la pared de piedra y en ella se puede disfrutar de un gran ventanal hacia el patio interior. En todos los apartamentos destaca su cuidada decoración.

unos cuatro kilómetros del pueblo, siguiendo el valle del río, rodeado de pinares, un oasis de paz y recogimiento. Allí Tirso de Molina, dramaturgo del siglo XVII, alumbró alguna de sus obras aprovechando historias cercanas, como La Dama del Olivar. En la recientemente ampliada plaza de la Iglesia, justo frente a la misma, se ubica, en un edificio tradicional cuidadosamente restaurado en el que destaca la calidez de su fachada empedrada, La Mimbrera. Su nombre hace referencia a la madre de Carlos, el propietario, que en el pueblo ejercía la cestería, un oficio artesanal, ahora casi en desuso, y muy relacionado con el mundo rural. Así se honra el recuerdo de su madre y se realiza un pequeño homenaje a las mujeres y oficios rurales. En el pueblo casi cada casa tiene una muestra de lo que sus manos tejían: cestas, cestos, canastos, caracoleras, sillas, etc. Además, su labor está más que presente en la fiesta de la Encamisada ya que los cestos portadores del pan bendito son un bonito legado apreciado por todo estercolino. La Mimbrera consta de tres apartamentos cuyos nombres hacen referencia a las materias primas naturales que se usan en la elaboración artesana de la cestería y en los trabajos de encordado de sillas: Sarga, Mimbre y Enea. La mimbrera es la planta de la que se obtiene el mimbre después de su tratamiento para dicha labor.

Dormitorio del apartamento Mimbre, que conserva la pared original en piedra.

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LA COMARCA La casa tiene, asimismo, un patio interior de uso común, en el que se encuentra un cuarto de lavado, barbacoa y un jacuzzi exterior, así como una pequeña y agradable zona al aire libre para poder disfrutar, por ejemplo, de una buena lectura o del detalle de bienvenida con productos de proximidad y/o kilómetro 0 con el que los clientes son recibidos.

Cocina de uno de los apartamentos. Todas ellas están completamente equipadas.

Detalle de la zona de descanso del estudio abuhardillado.

Patio interior de uso común, donde además se puede disfrutar de un jacuzzi exterior.

Zona de estar de Sarga, el estudio abuhardillado.

En la planta baja de la casa se sitúa el apartamento Enea, con capacidad para 4 personas. Tiene dos habitaciones, comedor-cocina y baño. Su principal encanto reside en que desde él se tiene acceso a la bodega original de la casa, acondicionada para tomar unos vinos entre amigos. Los tres apartamentos disponen de todo lo necesario para disfrutar de una agradable estancia: tanto en menaje de cocina, electrodomésticos, secador, vajilla, lencería de cama, así como wifi, televisiones smart, aire acondicionado y calefacción. También disponen de cuna de viaje para bebés y se admiten mascotas sin ningún coste adicional.

En resumen, La Mimbrera ofrece a sus visitantes una estancia cómoda, con un estilo moderno, pero respetando la arquitectura original y el encanto de una casa de pueblo. Los bonitos detalles con los que está decorada y el trato cordial con el que los propietarios agasajan a sus huéspedes hacen de una estancia en la misma una experiencia inolvidable. Web La Mimbrera Instagram La Mimbrera


LA COMARCA

RINCONES

Los primeros artistas comarcanos El arte rupestre en Andorra–Sierra de Arcos

Fotografías de los archivos de la Comarca Andorra-Sierra de Arcos y del Parque Cultural del Río Martín Ver la galería completa de fotos

Andorra-Sierra de Arcos es tierra de artistas. El escultor Pablo Serrano, el pintor Alejandro Cañada y sus hijas las pintoras Nati y María Ángeles Cañada, o el pintor Manuel Blesa son algunos de sus artistas más conocidos, pero nuestra vinculación con el arte se remonta a la prehistoria, a hace unos 8000 años. Cuadrúpedos. Cueva Eudoviges. Alacón.

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LA COMARCA

Audiovisual, Centro de Interpretación de Arte Rupestre Antonio Beltrán. Ariño.

Barranco del Mortero en Alacón.

Cabecera del barranco del Mortero, Alacón, en la que hay varios abrigos con pinturas rupestres.

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ue unos 6000 años antes de Cristo cuando nuestros primeros artistas nos dejaron testimonio de sus obras y durante más de 4000 años dieron rienda suelta a su creatividad sobre las paredes de abrigos y covachos a lo largo de todo el curso del río Martín. El arte rupestre levantino está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1998 y se encuentra presente en nuestra comarca en los abrigos del barranco del Mortero y del Cerro Felio en Alacón, y en el Frontón de la Tía Chula en Oliete. También existen manifestaciones cerca del manantial de Los Baños en Ariño y en el barranco de San Pedro en Oliete. Todas estas manifestaciones artísticas forman parte del Parque Cultural del Río Martín.

El Parque Cultural del Río Martín, al que pertenecen además de otros pueblos Alacón, Oliete y Ariño, de la comarca Andorra-Sierra de Arcos, se enclava al nordeste de la provincia de Teruel, encuadrado en la rama aragonesa de la cordillera Ibérica y en torno al tramo medio del río Martín, donde a lo largo de los cañones y barrancos se agrupan más de cuarenta abrigos con arte rupestre prehistórico, principal eje vertebrador del Parque y origen del mismo. El conjunto de arte rupestre presente en el Parque Cultural del Río Martín constituye una “comarca prehistórica”, en la cual a lo largo de miles años se sucedieron y sobrepusieron una serie de representaciones de estilos levantino y esquemático en las que aparecen figuras animales de cabras, ciervos, toros, caballos, incluso serpientes y felinos; arqueros en actitud de caza, lucha o ceremonia, jinetes, escenas con figuras femeninas danzando o recolectando, numerosos signos y marcas que, en palabras del profesor D. Antonio Beltrán: “Son la expresión gráfica de las ideas del hombre prehistórico”. Manifestaciones culturales únicas, representativas de las sociedades pospaleolíticas.


LA COMARCA

Borrico. Abrigo de los Borriquitos. Alacón.

Sendero y mirador accesible del barranco del Mortero. Cuadrúpedos. Abrigo de los Encebros. Alacón.

Espacio dedicado al profesor Antonio Beltrán en el Centro de Interpretación del Arte Rupestre (CIAR) en Ariño.

Las pinturas no están en cuevas, sino en abrigos poco profundos en las paredes de roca y normalmente en lugares especiales y de gran interés paisajístico. Además de los animales también podemos ver muchas figuras humanas. Las pinturas suelen ser monocromas. Son reseñables los conjuntos del barranco del Mortero y Cerro Felio de Alacón; los Estrechos y los Chaparros en Albalate; la cañada de Marco de Alcaine; el Cerrao, la Coquinera o la cueva del Chopo de Obón y el Frontón de la Tía Chula en Oliete, entre otros.

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LA COMARCA

Figura humana. Cueva del Garroso. Alacón. Fontón de la Tía Chula. Oliete. Mirador accesible del barranco del Mortero.

Pinturas esquemáticas. Frontón de la Tía Chula. Oliete.

Si se quiere saber mucho más y descubrir los misterios que los investigadores han revelado sobre la prehistoria y las pinturas rupestres del Parque Cultural se debe visitar la sede del Parque, que está en Ariño y acoge el Centro de Arte Rupestre Antonio Beltrán. Este centro de interpretación –CIAR- está dirigido a la conservación y difusión del arte rupestre y en él, además de una sala en la que se presentan las especiales características geomorfológicas, paisajísticas y naturales del Parque Cultural del Río Martín y todos los abrigos con pinturas rupestres declaradas Patrimonio Mundial, hay una exposición permanente que nos permite conocer todo lo relativo al arte rupestre. Dispone también de una biblioteca especializada en arte rupestre con más de 1500 ejemplares, residencia para investigadores, salón de actos y zona exterior con arbolado.

Además ahora, como se cuenta en la sección de actualidad de esta misma revista, ya está disponible una nueva herramienta gratuita que permitirá a los aficionados al arte rupestre optimizar la visita a los abrigos rupestres puesto que los visitantes pueden, mediante su smartphone o tablet, habiendo descargado previamente una aplicación a través de un código QR, identificar in situ las pinturas rupestres, cuyo efecto de realidad aumentada consistirá en superponerse el calco sobre estas ayudando a su identificación y observación. El centro de interpretación está abierto de jueves a domingo por las mañanas y se pueden concertar visitas fuera de ese horario. También se pueden concertar visitas guiadas a las pinturas rupestres. Más información


LA COMARCA

RINCONES

Miradores secretos de Andorra-Sierra de Arcos II Fotografías de Mª Ángeles Tomás y Antonio Delgado Ver la galería completa de fotos

La comarca Andorra-Sierra de Arcos por su abrupta orografía y localización entre las sierras ibéricas y el valle del Ebro atesora una serie de miradores privilegiados sobre los paisajes del entorno.

Relieves en cuesta. Val de Ariño desde el mirador del Carnicero, Alloza.

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LA COMARCA

Alloza desde el Carnicero. Restos del aeródromo del Campillo, construido durante la Guerra Civil, situado junto al camino de acceso al mirador del Campillo.

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a mayoría son muy desconocidos y llegar a ellos no es sencillo, pues algunos no están señalizados, pero la aventura merece la pena, no solo por la recompensa de las extraordinarias vistas que se pueden disfrutar desde los mismos, sino también porque el camino hasta ellos es toda una experiencia. En este número nos detendremos en dos de ellos, de sur a norte: el mirador del Campillo en Gargallo y el mirador del Carnicero en Alloza.

El mirador del Campillo se localiza a unos 1100 metros de altura, a medio camino del sendero PR-TE 93 que une Ejulve con Gargallo. También se puede acceder a él desde la A-1702, The Silent Route, a la altura del kilómetro 5,500 a través de un camino en buen estado y señalizado, que además pasa junto al aeródromo del Campillo, aeródromo de circunstancias construido por los republicanos, que sirvió de apoyo en la batalla de Teruel. Todavía hoy se pueden observar las marcas de impactos de artillería sobre el edificio que aún queda en pie y que hacía las veces de comedor y casa de mando.

Contrastes entre los espacios mineros y su entorno agrícola desde el mirador del Carnicero, Alloza.

La extensa planicie de la paramera del Campillo, que habremos atravesado con nuestro vehículo si llegamos al mirador tanto desde la N-211 como desde Ejulve, se quiebra bruscamente hacia el oeste para dar paso al valle del río Escuriza en sus primeros metros de vida. El sendero que llega al mirador discurre por el borde de dicha paramera; desde allí y a nuestros pies, unos cientos de metros más abajo, se divisa el extenso y valioso pinar por el que

transcurre el discreto río Escuriza, cuyo cauce solo se adivina por la disposición lineal de los chopos entre los pinos y que esconde numerosas sorpresas, como los viejos túneles de un tren que nunca llegó -el proyecto de línea de ferrocarril entre Teruel y Alcañiz que nunca se puso en funcionamiento, pero del que quedaron las estaciones, puentes y túneles víctimas del paso del tiempo y del olvido-, una cuidada área recreativa en un bucólico paraje a orillas del recogido embalse de Tejeda, las surgencias del nacimiento del río bajo las rocas que dominan buitres y cabras montesas o la increíble variedad de colores que nos ofrecen los cortados sobre calizas, areniscas, arcillas o leonarditas.


LA COMARCA

Detalle del embalse de Tejeda visto desde el mirador del Campillo. Foto Antonio Delgado. Casi todos los miradores se han equipado con bancos y mesas de interpretación del paisaje como este del Carnicero, Alloza.

Hacia la derecha la vista nos conduce siguiendo el curso del río hasta el pequeño casco urbano de Gargallo. El magnífico bosque que cubre la pendiente va dejando paso a los campos de cultivo y a los pequeños huertos que van jalonando el río a medida que este se acerca a la población. A nuestra espalda, el siempre omnipresente por estos lares pico Majalinos, con sus 1601 m. Aunque un incendio acabó en 2009 con su magnífico manto de pinares, todavía conserva esa magia de las cumbres nevadas donde se atrapan las nubes y la lluvia. De allí proceden los gélidos vientos que curan con esmero los jamones, elaborados cárnicos y quesos que dan fama a Ejulve. Recomendamos la visita al mirador a finales de abril y primeros de mayo, cuando miles de gamones florecen sobre la paramera inundando de flores todos los rincones. También podrás escuchar el canto de la alondra ricotí, un ave en peligro de extinción, que habita estas parameras.

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LA COMARCA

Niebla camino del Carnicero.

El mirador del Carnicero se localiza en Alloza a unos 850 metros de altura y nos ofrece magníficas vistas sobre la val de Ariño, val minera por excelencia que une Andorra con Ariño. Se accede al mismo a través de un camino en buen estado, de unos 3 km de longitud, que se toma a la derecha del cruce entre la A-1402 y la A-1416 justo antes de iniciar el descenso hacia la hoya de Alloza. Las antenas de comunicación al final del camino nos pueden servir de referencia. Panorámica de 180º desde el mirador del Campillo. Foto Antonio Delgado.

Entre el mirador y la sierra de Arcos, justo enfrente, se extiende a nuestros pies un territorio en el que se suceden las minas tanto de interior como a cielo abierto. De derecha a iz-

quierda: el pozo de San Juan, la Andorrana, la Oportuna, la corta Barrabasa, la corta Alloza, la mina María, la corta Santa María, la mina Sierra de Arcos… Hoy ya solo testigos de un pasado basado en el carbón, pero cuya huella sigue muy presente en el paisaje, sobre todo la de las explotaciones a cielo abierto, donde las restauraciones mineras contrastan con los tradicionales paisajes agrícolas del entorno. Y es en estos contrastes entre las minas, tanto restauradas como no, y el resto del territorio en donde radica la belleza de las vistas de este mirador. Desde allí arriba todas las piezas encajan como en un extenso puzle en el que continuamente las piezas se van renovando, pues es un paisaje en continua construcción.


LA COMARCA Si dejamos el mirador y seguimos unos metros hasta el final del camino, tras las antenas, las vistas son igualmente magníficas. Al fondo Alloza domina una hoya repleta de almendros y olivos. Recomendamos la visita en las mañanas de invierno, cuando es posible que la niebla cubra la val a nuestros pies, de la que solo sobresalen las cumbres de las colinas en cuesta que hay a nuestra derecha, las zonas más altas de la sierra de Arcos y la silueta al fondo a la derecha de la chimenea de la central térmica de Andorra, mientras el sol calienta la mañana en el alto del Carnicero. Val de Ariño desde Carnicero.

Vista desde la muela del Campillo hacia la cabecera del río Escuriza y Majalinos. Gargallo.

Gamones en el camino del mirador del Campillo.

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LA COMARCA

GASTRONOMÍA

Mercado agroecológico norteTeruel

Fotografías de los archivos de la Comarca Andorra-Sierra de Arcos y del Mercado Local Agroecológico norteTeruel Ver la galería completa de fotos

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esde hace varios años todos los terceros jueves de mes tiene lugar en Andorra el Mercado Agroecológico y Local norteTeruel, un espacio de relación directa entre consumidores y productores en el que se facilita a locales y visitantes el acceso al producto ecológico y local. La plaza del Regallo de Andorra se convierte una vez al mes en un punto de venta regular para los productores agroalimentarios ecológicos y de proximidad, en un espacio de diálogo entre productores, transformadores, el sector de la restauración y los consumidores.

Además de la venta de productos ecológicos, de proximidad, de comercio justo y productos limpios, en el mercado se realizan también actividades de sensibilización y concienciación hacia la importancia de la agricultura y ganadería limpia, la alimentación saludable, los criterios de sostenibilidad en el ámbito del consumo, etc. Los show-cooking, las catas, degustaciones y talleres son actividades habituales del mercado. Así, mientras realizas una compra responsable puedes aprender también nuevas recetas o las propiedades de alguno de los productos.


LA COMARCA Frutas y verduras de temporada, miel, azafrán, huevos, ropa ecológica, productos de belleza, aceite de oliva, trufa, chocolate… son algunos de los productos que se pueden adquirir.

En la página web del mercado hay información detallada de todos los productores que participan y lo que ofrecen. Además, puedes descargarte un recetario con ricas propuestas gastronómicas y consejos sobre la utilización de los diferentes productos. Mercado Agroecológico Teruel

Agroexperiencia para conocer el queso de cabra de Ejulve.

Verduras de invierno.

Habitualmente desde el agromercado se organizan también agroexperiencias a lo largo de todo el año para dar a conocer los productos y, sobre todo, el trabajo de los productores integrantes del mercado. Ha habido agroexperiencias en Ráfales, para conocer la elaboración de procesados vegetales de manera artesanal, legumbres, mermeladas o crema de algarroba, que son los productos que elabora Naturalmente Bio. En Caspe, donde Javier Mañas mostró el proceso de secado natural del tomate. Conocer la vida de las abejas en la colmena, cómo se extrae la miel y qué subproductos se pueden obtener fue lo que aprendieron los asistentes en Ariño a la agroexperiencia con Apícola Levi. En Ejulve estuvo relacionada con el queso de cabra Los Santanales, con visita a la granja y a la quesería. Además, los asistentes pudieron participar en un taller de elaboración de queso fresco. También ha habido experiencias relacionadas con la trufa, el aceite de oliva, el azafrán o la almendra.

Legumbres ecológicas cocidas. .

El mercado agroecológico tiene lugar en la plaza del Regallo de Andorra, los terceros jueves de cada mes. Agroexperiencia en Ariño.

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ÁLBUM

SUMARIO


Madrid a solas

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Por J. García-Aráez Martín-Montalvo Fotografías de Carlos Roca Vidal Ver la galería completa de fotos

Madrid sin gente me recuerda a Varosha, esa ciudad chipriota de la que huyeron sus habitantes en 1974. Se despobló de la noche a la mañana, la vallaron y hasta hoy ha permanecido inaccesible y suspendida en el tiempo. Sin personas, las calles de una ciudad parecen las venas vacías de un cadáver desangrado. Hace un año Madrid se quedó de repente tan sola. Tan asolada.

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ÁLBUM Como el escenario de aquella película de Amenábar.

Embajadores. Estación de metro y Cercanías Renfe.

Emporio vaciado. El Corte Inglés de Paseo de la Castellana.

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uesta allí como por azar, Madrid es una capital bastarda y bipolar, sin acceso al mar ni comunicación por río. Genuinamente acogedora y absorbente de una manera única, su esencia se la dan las gentes variopintas por sus calles. Madrileños-gatos de tres generaciones o castizos nuevos que llegan de paso se cruzan en el metro, regatean en el rastro, toman cañas y se relamen de Madrid como un bocata de calamares. Madrid es canalla, trasnochadora y crápula. Las casas son pequeñas porque sus calles no duermen. Uno siempre encuentra algún bar abierto.

Pero bruscamente Madrid se quedó yerma. Mercados vacíos de gritos y ruido. Ni un alma en las misas. Puertas y ventanas cerradas. Maniquíes, aún más petrificados, en sus escaparates. Gélidos paisajes urbanos convertidos en cementerios. Y terribles miradas silenciosas desde paredes y paneles publicitarios pidiendo una explicación que sólo encontraban reflejos de una ciudad pandémica, rota y rara. Madrid así lo hacía todo aún más extraño y alienígena.

Esperando el autobús. Entre los trabajadores esenciales no había notarios ni brockers de bolsa.


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ÁLBUM Madrid se apagó en una luz fría y dejó de fluir. Ya nadie llegaba a ella y en las vías del tren sólo resonaban despedidas. La ciudad se había convertido en un espejismo distópico, en un cementerio extraño por el que caminar daba frío. Como un plató abandonado después del rodaje en el que a veces aparece alguien por casualidad. Madrid desierta y triste. Hasta que vuelva a vibrar, las estaciones se tiñan de reencuentros y nos podamos volver a fundir con ella en un largo, largo abrazo. Entrada a Torre Picasso. Los ejecutivos trabajando en casa. Estación de Atocha. Trenes sin viajeros.

Filmoteca Nacional. Las películas únicamente en casa.


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Intercambiador de Plaza de Castilla.

La normalmente atestada estación de metro de Sol.

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Las únicas sonrisas de la ciudad.

Mercado de la Cebada.


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Plaza del Callao en hora punta.

Primera fase de desconfinamiento. La hora de paseo de los mayores.

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Rastros humanos de cuando no había gel hidroalcohólico.

Sin conexión con dios. Apagado o fuera de cobertura.


ÁLBUM Transeúnte solitaria en Gran Vía. No queda ni el consuelo del Primark.

Viendo pasar el tiempo.

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FOTO CON LETRA

SUMARIO


FOTO CON LETRA

La campana de Alloza Por Eloy Fernández Clemente Fotografía de Rosa Pérez Romero Bello, descomunal cencerro en bronce para avisar de cuanto pasaba en la contornada. Bloqueada la escalera de la torre de la iglesia por miedo a accidentes, cuando te dejaban subir el gozo era enorme. Los mozos, fuertes, serios y alegres con la hazaña, bandeaban animosos, mientras la procesión transcurría pueblo abajo. Hermosas voces femeninas entonaban cánticos, desfilaban las casaderas en torno a la de la Virgen de la Cama. Mientras, en el coro, algunos jóvenes entonaban latines arcanos, “divinas palabras”. Y la campana, que había sobrevivido a depredadores y guerras y muertes, retumbaba solemne y gozosa, en toda la enorme Hoya. Por falsa modernidad y pereza mental, fueron desapareciendo. Vendidas por valiosas en épocas pobres, consideradas difíciles y peligrosas y sin apenas ya bandeadores, fueron abandonadas o sustituidas por aparatos que chirriaban al anunciar misas, rosarios, funerales, fiestas, y servían a los ancianos clérigos para dirigirse a la menguada parroquia. Por eso se hincha el alma al ver rescatarse las viejas costumbres y, de nuevo, sonar con estrépito la campana.

Si quieres colaborar en esta sección, envíanos tu foto a secretario@ celandigital.com junto con una breve descripción de quién la hizo, cuándo y con qué finalidad.

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LA RESEÑA

LA RESEÑA

Alma tierra José Manuel Navia participa con Acción Cultural Española y Ediciones Anómalas en un viaje fotográfico por el espacio y el tiempo, que termina siendo una exposición y un libro, con la aportación de Julio Llamazares. Es un homenaje a las personas que, con energía, resignación o ilusión Catálogo de la exposición fotográfica de José Manuel Navia, con textos de Julio Llamazares, Barcelona, Acción Cultural Española y Ediciones Anómalas, 2019.

resisten y pelean cada día por poblar ese mundo rural que se fue o que se está yendo y un homenaje también a quienes ya no están, a su cultura, a sus desvíos y desvelos

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y a su memoria, que es la memoria de la tierra.

on muchos años viajando por distintos lugares y retratándolos: el Maestrazgo de Teruel, los Ancares y la Laciana minera leoneses, la Bureba burgalesa, el Campo de Montiel manchego, el prepirineo oscense, la Asturias de los vaqueiros de alzada trashumantes, los páramos toledanos y conquenses, las llanuras y montes del abulense valle de Corneja y del Aliste de Zamora, la tierra interior de Lugo, las sierras de Extremadura, la montaña palentina, el antiguo señorío de Molina de Aragón, entre Guadalajara y Teruel (el epicentro de la llamada Laponia española junto con Soria), las Tierras Altas de esta provincia…, además de la belleza estética, sobre todo por la luz y la composición, transmiten la vida que fue y de la que quedan retazos. En las fotografías de Alma Tierra, hay un recorrido discursivo que le hace ir saltando de unos lugares a otros para mostrar la realidad

de esa España vacía. Se nota que ha convivido con los fotografiados y que la quiere dar a conocer para que nos interesemos por ella y sus consecuencias. “De la emoción estética al pensamiento y de éste a la conmoción hay un hilo conductor que es el que Navia maneja con maestría cuando elige el cuadro a fotografiar”, dice Llamazares. La despoblación y la soledad le han conmovido y lo transmite en sus fotos, en los paisajes y las personas que los pueblan, en el alma de quienes se resisten a abandonarlo y siguen dando la vida a esa tierra para que no se convierta en un paisaje muerto. El título tiene sentido: Alma Tierra. En los pies de foto se refleja el lugar y la fecha, además de la descripción y pequeños fragmentos literarios que acompañan el alma de la tierra y de la foto.


PUBLICACIONES

PUBLICACIONES Guía del Parque Cultural del Río Martín 1995-2020

Dirección y coordinación: J. Royo Lasarte, J. C. Gordillo Azuara Editan: Asociación Parque Cultural del Río Martín y PRAMES (Colección: Guías Turísticas) ISBN: 978-84-8321-511-1 Edición: 2021 Formato: 11,5 x 22,5 cm Rústica con solapas 158 págs. Incluye mapa

Rutas por el patrimonio arqueológico industrial de España Xavier Martínez i Edo Edición: Anaya Touring Colección Guías singulares 2020 336 págs. ISBN: 978-84-9158-356-1

Una guía completa, con buen soporte gráfico, que abarca el medio geográfico y físico y una visión global del Parque. Recorre los centros de interpretación y las rutas monumentales, destacando Montalbán, Peñarroyas, Obón, Alcaine, Alacón, Oliete, Ariño y Albalate del Arzobispo. Bien trabajadas las rutas senderistas articuladas en la GR 262: Montalbán, Peñarroyas, Obón, Alcaine, Oliete, Ariño y Albalate del Arzobispo. La guía aporta rutas festivas tradicionales e incluye la llamada zona periférica, que acoge Las Parras de Martín, Martín del Río y Montalbán. Un buen mapa del parque completa esta publicación.

30 itinerarios variados que permiten conocer España desde una perspectiva diferente, con buenas fotografías y mapas detallados. Aragón está reflejado: minas de hierro de Sierra Menera, estación nueva de Caminreal, Parque Temático de la Minería y el Ferrocarril de Utrillas, Museo Minero de Escucha, central térmica de Aliaga, Las Fábricas de Villarluengo, Parque Minero de Andorra-Sierra de Arcos, minas de Ariño, antigua fábrica de aceite del sulfuro de Valdealgorfa, fábricas de papel de Valderrobres y diversas fábricas de Beceite.

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A tiro de piedra n.º 8

Galdós. Ayer y siempre

BOLETÍN DE CULTURA E INFORMACIÓN DE LA COMARCA ANDORRA-SIERRA DE ARCOS

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DICIEMBRE 2020

GALDÓS GALDÓS, AYER Y SIEMPRE

Podríamos hacerlo mejor, pulirlo más... En general, los arrepentimientos que yo tengo no son por errores de estilo, sino por precipitaciones de plan. Pero me resigno. Acepto la limitación. Como acepto el tránsito de la moda. Pero no crea usted que por resignación ni por modestia. Es porque creo que un escritor tiene tres momentos. Primero: momento de aparición, éxito coetáneo. Segundo: momento de elaboración. Quizá el público más fino, más ávido de novedad, se le haya ido alejando y él realiza, fuera ya de moda, su obra maestra. Tercero: momento de revisión. Es decir: la incógnita, porque nosotros no podemos verlo. Es eso que llamamos posteridad y tiene la virtud de sumar el juicio de varias generaciones sobre lo que valga la pena de ser leído, cuando mi estilo y el de todos no valgan por la sorpresa de la novedad, sino por otras cualidades más permanentes.

AYER Y SIEMPRE

Benito Pérez Galdós (Luis Bello, “Aniversario de Galdós. Diálogo antiguo”, El Sol, 4-1-1928)

Coordinan

M.ª Victoria Benito Morales Teresa Gamarra Chopo EDICIONESCELAN

EDICIONESCELAN

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Ayuntamiento de Andorra

BCI n.º 37

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