Acciones específicas durante los controles: En cada uno de los controles se realizará una actualización de la historia clínica y examen físico, similares al primer control de embarazo. En los controles de la segunda mitad del embarazo se debe buscar signos de bienestar fetal, tales como la percepción y número de movimientos fetales. También se debe identificar síntomas y signos sugerentes de hipertensión (cefalea, fotopsia y tinitus), infección urinaria (disuria, poliaquiuria, pujo y tenesmo vesical), amenaza de parto prematuro (contracciones uterinas) y de colestasia intrahepática del embarazo (prurito palmo-plantar de predominio nocturno), signos de ITS. Exámenes que se deben solicitar durante el segundo trimestre del embarazo En gestantes calificadas como normales, los exámenes de laboratorio solicitados durante los controles de la segunda mitad del embarazo son: hemograma, VDRL o RPR, prueba de tolerancia a la glucosa, Coombs indirecto en mujeres Rh negativas. Estos exámenes buscan el seguimiento de patologías ya descubiertas, o su eventual aparición durante la gestación. La tabla 2 muestra las actividades a realizar en los cuidados prenatales durante el embarazo. Recomendaciones generales En cada control, la mujer debe ser informada de los fenómenos que normalmente ocurren a medida que el embarazo progresa. Se debe instruir acerca del comienzo de los movimientos fetales, eventuales lumbalgias, alteraciones de la marcha y equilibrio, contracciones de Braxton-Hicks, así como los síntomas y signos según los cuales debe consultar de inmediato, éstos son similares a los del primer control de embarazo. Ejercicio: Recientemente han sido comunicados diversos estudios relacionados con el efecto del ejercicio sobre el embarazo y los resultados perinatales. CLAP estudió placentas de mujeres corredoras, que continuaron corriendo durante el embarazo. Demostró que las placentas de las gestantes que continuaron corriendo durante el embarazo presentaron un mayor volumen vascular en las vellosidades placentarias. (9) El mismo grupo investigador además demostró que mantener desde el principio del embarazo un régimen moderado de ejercicio, 3 a 5 veces a la semana, se asoció a un incremento del peso al nacer en comparación con las embarazadas que no realizaron actividad física desde el inicio del embarazo (3,75 vs 3,49 kg respectivamente). (10) Sin embargo, el mantener un régimen de ejercicios moderado a intenso en la segunda mitad del embarazo se asoció a pesos de nacimiento significativamente menores que aquellas que no realizaron actividad física (3,39 vs 3,81 kg respectivamente). (11) Existe evidencia de los beneficios del ejercicio en el embarazo, para reducir los niveles de insulina y con ello disminuir los riesgos de diabetes gestacional. (12) Por otra parte, múltiples meta-análisis de Cochrane han demostrado que el reposo en cama no es beneficioso en condiciones patológicas como son la amenaza de aborto, cardiopatía materna, restricción de crecimiento intrauterino y embarazo gemelar, observándose cierta evidencia de beneficio en la prevención de preeclampsia. (13, 14)
Guía Perinatal 2015
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