ARIO DE ROSALES

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PABLO G. MACÍAS

Parandán, Corral de Piedra y "su amado curato de Carácuaro —dice textualmente Bustamante en su Cuadro histórico— donde estuvo tres días arreglando varias cosas". Continuó a la hacienda de Chupio, allí se le incorporó nuevamente Muñiz con un "cuerpo de oficiales sueltos" y la gente de Ario, Turicato y Santa Clara. En Tacámbaro demoró dos días, de allí pasó a Acuitzio y Santiago Undameo, lugar en que pernoctó Morelos. A las 7 de la mañana del 23 de diciembre se presentó en las lomas de Santa María e intimó a Domingo Landázuri la rendición de la plaza.62 Una serie de circunstancias ocurrieron antes, durante y después de este enésimo ataque a Valladolid, que es importante, por lo menos, sintetizar, tanto porque se trata de la cuna de Morelos como porque a partir de esa fecha empieza a declinar la aureola del generalísimo. Valladolid estaba defendida por una guarnición de 800 hombres al mando de Landázuri. Después de intimar la rendición a éste y al obispo Abad y Queipo en sendas cartas, inició el ataque el día 23. Pero Calleja, que había sido informado desde el 24 de noviembre de los movimientos de Morelos, ordenó a Ciriaco de Llano y a Iturbide que a marchas forzadas concurrieran al teatro de la acción, a donde llegaron en el momento mismo en que los insurgentes al mando de Hermenegildo Galeana y Nicolás Bravo, asaltaban la ciudad por la garita del Zapote. La bravura del ataque provocó la confusión y la desbandada de los revolucionarios. Por la noche las fuerzas de caballería de Iturbide completaron la derrota de los insurgentes. Al día siguiente, víspera de Navidad, se consumó la derrota total de los independentistas. Por una mera desgracia, los realistas interceptaron una orden de Morelos para que de capitanes para abajo todo hombre se tiñese la cara a fin de no equivocarse con los realistas. Éstos, aprovechando la estratagema, pintaron de negro la cara de 300 dragones y otros tantos infantes, que montados en las grupas salieron de la plaza al campo enemigo. Ningún insurgente dio importancia al hecho hasta que Iturbide, que mandaba aquel cuerpo, hizo alto a unos cuantos metros Bustamante en su Cuadro histórico… pp. 636 y 637, consigna detalladamente el itinerario seguido por el "Siervo de la Nación" desde su salida de Chilpancingo hasta el desastre de Valladolid. N. del A. 62

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