Hablaban de lo que habían hecho en el día. Luego daban las gracias y se repartían en los cuartos. La vida de adolescente de mi madre fue de muchas ocupaciones. Creo que eso le dio el carácter maravilloso que tiene hoy. Cuando tuvo edad para entrar a la prepa, no dudó en lo que quería ser: maestra de kinder. La enseñanza y los cuidados se hicieron parte de ella. Soñaba con tener muchos alumnos y muchos hijos. Mientras estudiaba
en la normal conoció a mi
padre, que trabajaba en la florería de sus padres, un negocio chico pero próspero, que quedaba en el camino entre la normal y la casa de mi madre. Diariamente se veían y platicaban. Luego se hicieron novios y cada mes que cumplían, en lugar de una rosa, que es lo que mi padre consideraba lo común, le regalaba a mamá un árbol para que lo sembrara en su casa, porque es lo que ella prefería.
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