la humanidad ha aceptado desde hace milenios. un av ión no deja de ser un av ión cuando está en el suelo o en la pista de aterrizaje, pero su v erdadera naturaleza sólo se pone clara cuando está en el aire. semejantemente, una persona sigue siendo humana cuando está f uncionando en su plano f ísico o psicológico, pero solamente se demuestra su esencia cuando sube a la dimensión espiritual. La sugestión la mente, consciente y subconsciente, es inf luenciada grandemente por la sugestión y ello lo podemos comprobar cuando el sacerdote proclama las buenas noticias de la f e, o en las palabras del político cuando nos v ende sus intenciones. igualmente, con palabras el comerciante nos v ende su género y con palabras el maestro enseña. mediante palabras se imparten pensamientos de una persona a otra o de una generación a otra, del mismo modo que hay palabras que nos hacen reír y palabras que nos hacen lloran, palabras que bendicen y palabras que condenan, palabras que hieren y palabras que sanan. el antiguo ref rán “las ramas y piedras pueden romper mis huesos pero las palabras nunca me herirán”, es una declaración f alsa. algunas personas son adecuadas para dirigir a la gente, mientras que otras responden mejor a la sugerencia indirecta. la may oría de nosotros suele responder mejor a estas sugerencias indirectas, al menos con más f acilidad que a las órdenes. Del mismo modo, nuestro potencial interno necesita con f recuencia una sugestión para poderse mostrar, circunstancia esta que es 118