Las lámparas sobrevoltadas se usan en situaciones donde los beneficios de una salida de luz y temperatura de color altas (3400K) sean más importantes que la desventaja de una vida corta (hay que tener siempre a mano lámparas de repuesto). Existen versiones de estas lámparas con cristal azul lo que eleva su temperatura de color a unos 4.800K, permitiendo mezclarlas con luz de día (a costa de una caída en la intensidad emitida). La calidad del color y la salida de luz de cualquier lámpara sobrevoltada decaerán con el uso; en todo caso, su duración es muy corta. Aunque la vida de una lámpara sobrevoltada en cierto Nitraphot de Osram: 250w, $7, duración modo es incierta, ésta se puede prolongar funcionando máxima en uso intermitente: 3 horas con un voltaje más bajo mientras se hacen los ajustes preliminares, y se direccionan y se ensaya la toma, conectándolas a toda su potencia cuando se vaya finalmente a filmar.
Lámparas de incandescencia sobrevoltadas Alta Intensidad Luminosa Potencia Temperatura de color Índice de reproducción cromática Distribución espectral de la energía Vida máxima (120v)
Una lámpara sobrevoltada de 275w 500w 800w
equivale a una lámpara estándar de 500w (aprox.) 900w (aprox.) 1.500w (aprox.)
275 – 500 – 800 vatios 3400K Existen modelos en versión sobrevoltada con ampolla azul que generan 4800K
Excelente 100 (espectro continuo) Espectro continuo Muy corta: 250w – 3 horas 500w – 5 horas 800w – 10 horas
Photoflood: media/alta - 35 lúmenes/vatio Eficiencia
Nitraphot: media, puede llegar a producir 22 lúmenes/vatio)
En los años 50 del siglo pasado el cine, que parecía herido de gravedad por la televisión, emprendió un proceso de renovación. Los grandes estudios de Hollywood decidieron que la tabla de salvación estribaba en un desarrollo técnico en busca de la espectacularidad. Fue la época del Cinerama, Cinemascope, el Todd-AO, el sonido estereofónico, el gigantismo en todos los órdenes. En Europa, por el contrario, se fue produciendo otro desarrollo técnico mucho menos aparatoso pero de consecuencias muy importantes en el orden estético y desde luego también en el industrial. Se trataba de la fabricación de cámaras profesionales portátiles, la grabación del sonido en pequeños equipos con transistores y sistemas de iluminación ligeros que permitieran trabajar en cualquier interior natural. Empezaba así a vislumbrarse que la verdadera revolución técnica y estética en el cine proviene de la tendencia a la miniaturización y no al contrario. El desarrollo de los equipos portátiles de cine trajo como consecuencia una liberación de las películas del estudio, Lámparas incandescentes – Antonio Cuevas – Pág. 13 de 28