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PA DE CUENTOS Hans Christian Andersen

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La princesa y el guisante Ilustraciones de Elena Odriozola

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Ministerio de

Educación Presidencia de la Nación

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La princesa y el guisanle

Hans Christian Andersen @ @ @

De las ilustraciones: Elena Odriozola, 2003, 2013 De la traducción: Enrique Bernárdez De está edicióÍ: Grupo Anaya, S.4.,2003,2013

Andersen, Hans ChÍ5tian La princesa y el gukante / Hans Ch ístian Añdersen ; ilustrado por Elena Odriozola.

- lá ed. - Buenos Ajres: A¡que Grupo Edito4 Anaya: Madrid,2012.

32p.;20x17 crn. |SBN

La princesa y el guisante Ilustraciones de Elena Odriozola

978-987{6{43G3

l. Cueñtos

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Clásicos lnfantiles.l. Elena Odriozola, i¡us.ll.Título.

3.9242

@Aique Grupo Editor S, A. Fráncisco Acuña de Figueroa 352 (C1180AAF) Ciudad Autónoma de Buenos Aires -leléfono y

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Hecho el depósito que previene la Ley

lI72J.

LIBRO DE MICIÓN ARGENTINA rsBN 978-987-06-0430-3 Primera edición

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Esta edición se

termhó

de

imprimir en Febrero

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de 2013, en Triñanes Gráfica

Charlone 97I. Avellaneda, Buenos Aires. Argentina.

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Había u'na vez un príncipe que quería casarse con una princesa, pero tendría

que ser una princesa de verdad. Así que

viajó por todo el mundo para encontrar alguna.

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Pero siemprehabía algún problema: princesas había de sobra, pero que fueran princesas de verdad no estaba del todo claro; siemprehabía algo que no estaba del todo bien. Así que volvió a su casa preocupado, porque tenía muchas ganas de encontrar una auténtica princesa.

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Una noche, hacía un tiempo espantoso.

Había relámpagos y truenos, y llovía a cántaros. ¡Era horrible! Llamaron a la puerta y el viejo rey fue a abrir.

Allí fuera había una princesa. ¡Pero, Dios mío, qué aspecto tenía, con aquella lluvia y aquella tormenta!

El agua le escurría por el pelo y la ropa, le caia desde la nariz a las punteras de los zapatos

y

salía por los talones.

Y dijo que era una princesa de verdad.

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Entró en el dormitorio, quitó toda la ropa de la cama y puso un guisante sobre el somier de tablas; luego agarró veinte colchones, los puso encima del guisante, y luego veinte edredones de plumas encima de los colchones.

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Allí dormiría aquella noche la princesa.

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terriblemente mal!

-dijo la Casi no he podido pegar ojo en toda la noche. Dios sabe lo que habría en esa cama. Debajo había algo duro y tengo todo el cuerpo lleno de moratones. ¡Es horrible!

-¡Oh, princesa-.

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AsĂ­ pudieron comprobar que era una princesa de verdad, pues habĂ­a notado el guisante a pesar de los veinte colchones y los veinte edredones.

No podĂ­a haber nadie tan sensible, a no ser una autĂŠntica princesa.

El príncipe se casó con ella, porque ahora sabía que había encontrado una princesa de verdad.

Y el guisante acabó en el museo, y allí sigue para que 1o vean, si no se lo ha llevado nadie. ¡Esta historia sí que es bonita!

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Erase una Yez un príncipe que había viajado por todo el mundo en busca de una auténtica princesa. Una noche,

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en medio de una fuerte tormenta, llamó una joven a las puertas de palacio. ¿Sería una princesa de verdad?

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