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Una Mirada a Nuestro Ministerio del Derecho a la Vida

Un día, a principios de la década de 1970, la feligresa de San Isidro, Maureen Guth, conducía a casa desde el trabajo cuando escuchó en la radio que la gente estaba trabajando para aprobar una legislación que legalizaría el aborto en los Estados Unidos. Profundamente perturbada por esta noticia, Maureen corrió a su casa para discutir el asunto con su esposo, John, quien en ese momento estaba estudiando derecho.

“No podía creer que intentaran legalizar algo así y me fui a casa para discutirlo,” dice Maureen. “Pero mi esposo continuó diciendo: ‘Maureen, sabes que no querría que tú o nuestras niñas abortaran y sé que somos Católicos, pero no lo sé. Tal vez una mujer debería tener derecho a elegir.’’ Bueno, pasamos a tener la pelea más grande de nuestro entonces breve matrimonio. Y después de esa experiencia, no mencionamos el tema. Calle porque él era el que estaba en la escuela de leyes y era más inteligente que yo, pero sabía en mi corazón que estaba equivocado.”

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Esto siguió siendo una herida sin resolver en el corazón de Maureen hasta unos siete años después, cuando la pareja se mudó a Yuba City. Poco después, una persona a la que ni siquiera conocían los invitó a asistir a una presentación pro-vida en su casa y los Guth estuvieron de acuerdo. Durante esa presentación, se les mostró un video del desarrollo fetal y de un aborto.

El resultado fue un cambio de vida. momento, esto está mal!,’ ” dice Maureen. “Finalmente vio la luz, vio por sí mismo la realidad de lo que yo ya sabía. Entonces, cuando esta señora, Carla, se acercó después y preguntó si había alguien en la sala que estuviera dispuesto a hacer presentaciones similares, sin mirarnos uno al otro, nuestros brazos se levantaron al mismo tiempo. Fue verdaderamente un momento del Espíritu Santo y supe que Él tenía algo que hacer para nosotros.”

La pareja pasó a convertirse en defensores activos de la vida, ayudando a formar el Comité de Derecho a la Vida de Yuba Sutter en 1978, una organización sin fines de lucro 501 C-3 y coordinadores de nuestro ministerio, Derecho a la Vida de San Isidro. Durante más de 40 años, han trabajado diligentemente para educar a las personas sobre asuntos pro-vida a fin de cambiar mentes y corazones, apoyar y abogar por mujeres embarazadas en situaciones de crisis y orar frente a las instalaciones de aborto locales, particularmente en Planned Parenthood, que se encuentra a pocas cuadras de la escuela secundaria de Yuba City. También ayudan a las madres y padres que han sufrido un aborto a encontrar asesoramiento y sanación.

“Muchas conversaciones ocurren en la banqueta”, dice Maureen. “Las mujeres y los hombres comparten sobre su aborto o su participación en uno: sintiendo arrepentimiento y culpa por lo que han hecho. Los escuchamos y les ofrecemos ayuda también. Los alentamos a que asistan a un estudio bíblico posterior al aborto a través de A Woman’s Friend o un fin de semana de retiro en Rachel’s Vineyard, que es una experiencia Católica abierta a cualquier persona, independientemente de su fe.

“A lo largo de los años, hemos tenido la bendición de presenciar que muchas mujeres que planeaban tener un aborto cambian de opinión y eligen la vida de su bebe debido a la presencia de oración en Planned Parenthood,” agrega. “Somos personas bondadosas que compartimos información con ellas y ofrecemos la ayuda de A Women’s Friend, un centro local de recursos para mujeres embarazadas. La respuesta de la comunidad a nuestra presencia en la banqueta es positiva en un 95 por ciento: nos mantenemos dentro de los límites de la legítima libertad de expresión.”

Maureen dice que la campaña anual 40 Días por la Vida ha sido una parte particularmente impactante de este proceso. Este movimiento nacional ayuda a unir a los participantes pro-vida en todo el país para que puedan brindar una presencia constante de oración en las instalaciones de aborto designadas durante un total de 40 días consecutivos.

“Solo en el otoño del año 2019 y en la primavera del año 2020, sabemos de ocho bebés que se salvaron del aborto,” dice Maureen. “Sabemos que la presencia de personas que rezan y las señales positivas que tenemos han provocado que las mujeres cancelen sus citas. Solo Dios conoce el verdadero número de niños salvados.”

El grupo Derecho a la Vida de San Isidro también coordina los baby showers para las madres necesitadas, ayuda a educar a los feligreses sobre asuntos pro-vida y ofrece capacitación para los voluntarios interesados ​en convertirse en consejeros de acera. Trabajando junto con muchos feligreses dedicados, su objetivo es continuar difundiendo el mensaje pro-vida.

“Cuando miro hacia atrás, a nuestro comienzo y lo que el Señor ha logrado a través de estos esfuerzos, me siento honrada de haber sido llamada a ayudar con su trabajo,” dice Maureen. “He aprendido mucho. El trabajo pro-vida no es necesariamente un ministerio social, sino uno de evangelizar a otros con la verdad y el amor de Cristo en este mundo confuso.”

Si desea obtener más información sobre el Ministerio del Derecho a la Vida, los próximos eventos y cómo participar, comuníquese con Maureen Guth al 530-713-8579 o mm@guthchangaris.com.

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