Entrevista a Tony Isbert
UN HOMBRE IMPARABLE CATHERIN E ACEVEDO. Madrid. 07/11/2013. Tony Isbert (Madrid, 1950) sale de la estación del
metro fatigado y tosiendo. Lo primero que hace al salir a la calle es encender su “cigarrillo rubio envuelto con hoja de tabaco, son más baratos”, comenta. Llega veinte minutos antes de la cita. Camina durante unos ocho minutos hasta llegar al lugar que eligió para la entrevista: la casa de la periodista. Él no para de hablar. Cuenta anécdotas de su vida a cada momento, incluso antes y después de la entrevista. Al llegar a la casa, descansa un rato en el balcón, sigue fumando y tomando el aire mezclado con el humo de su cigarro. La tos sigue y sus historias también. Se dirige al salón, se acomoda en el sofá y empieza a imitar a su Catherine Acevedo y Tony Isbert
abuelo,
José
“Pepe”
Isbert
(Madrid, 1886-1966), quien tenía una
voz
enronquecida
muy
particular que caracterizaba a sus personajes. Pepe era también su padrino y la relación entre ellos era muy entrañable. Cuando Tony termina su intervención suelta una carcajada que, además de alegría, transmite nostalgia. Tony Isbert
Vida Familiar El actor se considera una persona alegre, simpática, muy sonriente, que no suele enfadarse y dice que no miente sin cobrar. Vivió su niñez en el barrio madrileño Arturo Soria, hizo primaria en el Colegio Alemán, a los siete años ya cogía un tranvía y un trolebús él solo, y estudió bachillerato en el Colegio Sagrado Corazón del barrio Alfonso XIII. Es el mayor de once hermanos, de los cuales han fallecido cuatro, todos hombres y “ninguno repetido”, dice con humor. “Yo he visto a todos mis