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El nido que hace temblar a Santander

FOTO PORTADA: Municipio de Jordán, río Chicamocha. Fotógrafo Víctor Zambrano - @victorzambrano_Instagram

Ante la ocurrencia de una serie de sismos de alta magnitud y la propagación de informaciones en redes, expertos aclaran la situación.

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¿Qué pasa con los sismos en Santander?

Por Gonzalo Serpa Isaza, editor Cátedra Libre gonseri@uis.edu.co

¿A qué se deben estos sismos de magnitud cercana a 5,0 Mw repetidos en los últimos días?» Es la pregunta reiterada en comunicaciones familiares y redes sociales. «¿Es un fenómeno nuevo y preocupante o está dentro de lo normal?, ¿debemos esperar otros movimientos?» Les preguntamos a los expertos.

La alarma la prendió el ingeniero civil Jaime Suárez Díaz –quien ha estudiado durante varios años el fenómeno en la región–, cuando en una red social señaló la posibilidad de que se presente un evento de magnitud 6,7. Esto causó preocupación en algunas personas y rechazo en otras, pero lo cierto es que su afirmación se basa en un estudio sobre amenaza sísmica en la zona norte de Bucaramanga, realizado en 2018 por el grupo de Investigación de Geomática, Gestión y Optimización de Sistemas, de la UIS, para el Área Metropolitana de Bucaramanga.

El estudio se presentó hace dos años, «pero hasta ahora se dio a conocer por culpa de los sismos. Fue un estudio muy grande y no solo del Nido, sino de todas las fallas», destacó el ingeniero Suárez Díaz, quien coordinó el proyecto. «Al aplicar la Ley de Gutenberg-Richter se calcula que el punto máximo es 6,7 Mw y ocurre en un periodo de retorno de unos 60 años. Esta no es una cifra del otro mundo, pero asusta a la gente; sería muy parecido al que ocurrió en julio de 1967, en el mismo nido, y que hizo mucho daño en Bucaramanga. En 2015 hubo uno de 6,4 y, aunque causó algunos daños, no alcanzó a ser tan fuerte», dijo.

Imagen publicada en una red social que generó polémica y llamó la atención sobre la amenaza sísmica.

No obstante, el geólogo PhD Francisco A. Velandia, profesor de la Escuela de Geología, de la Universidad Industrial de Santander, señala que «ya el Servicio Geológico Colombiano (SGC) explicó que esta actividad NO es anómala en una ventana de tiempo más amplia. Es una actividad normal del Nido de Bucaramanga. Una de las características del nido sísmico es la constante sismicidad, así se presenten algunos de una magnitud relativa mayor».

Las fuentes de amenaza sísmica: 1. El Nido de Bucaramanga; 2. El movimiento de las placas tectónicas; 3. Las fallas geológicas cercanas a la ciudad.

«El Nido se caracteriza por la alta frecuencia de sismos de menor magnitud. Otros de mayor magnitud como los de 1967 (6,8) o 2020 (6,3) no se pueden descartar, pero es imposible predecirlos en tiempo o magnitud».

Empero, la población de Santander sabe que en este Nido, uno de los más activos del mundo, diariamente suceden entre 20 y 30 movimientos sísmicos. «El Nido se caracteriza por la alta frecuencia de sismos de menor magnitud. Otros de mayor magnitud, como los del 1967 o el de 2020 (6.3), no se pueden descartar, pero es imposible predecirlos en tiempo o magnitud», precisa el profesor Velandia.

A pesar de que ya la gente se ha acostumbrado, la alerta se prende periódicamente. «Cuando llegare a ocurrir, que no sabemos cuándo, no sería catastrófico, pero sí es importante saberlo porque no estamos preparados. De por sí, las construcciones de muchos barrios son antiguas y no son sismo-resistentes. Para eso es la ingeniería: para conocer y decirle a la gente que tengamos cuidado porque estamos en una zona sísmica y tenemos un riesgo, y ese riesgo hay que manejarlo».

Para el santandereano común, el Nido está descargando energía permanentemente y, gracias a la profundidad de la actividad sísmica de las placas, entre 100 y 160 kilómetros, el riesgo de los sismos se atenúa. ¿Esto ayuda a que estemos más tranquilos?, ¿pueden estos sismos afectar a las fallas geológicas de la región y con ello el riesgo para Bucaramanga?–, preguntamos.

Fallas y movimientos superficiales

«Según las interpretaciones de los sismólogos, la causa de los sismos del Nido Sísmico de Bucaramanga está relacionada con placas tectónicas que subducen (roce o ruptura). Las fallas geológicas en cambio producen sismos superficiales producto de la intensa deformación superficial en el marco tectónico de los Andes colombianos. No es posible extrapolar una falla geológica hasta las profundidades del Nido, es un error conceptual. Otra cosa es que un sismo del Nido genere suficiente energía para reactivar una falla, pero por la atenuación con que llega a la superficie, la probabilidad es baja», destaca el geólogo Francisco A. Velandia.

La explicación de Zarifi (2006) es en nuestro criterio la mejor soportada: Migración de magma debido a calentamiento por fricción entre las dos subducciones. Jaime Suárez.

Al respecto, el ingeniero Jaime Suárez apunta que «esto podría generar dos efectos: que haga que las fallas se acomoden sin generar sismos, es decir, que se disperse la energía o que aumente energía. Si se llegaran a activar, sería muy peligroso porque, si bien, son de menor magnitud, están muy cerquita de nosotros. Haría más daño uno de magnitud 3 en la falla de Bucaramanga, que uno de 6,7 en el Nido, porque la falla de Bucaramanga pasa por el cuartel, al lado de la Universidad», advierte Suárez Díaz.

Afortunadamente, agrega: «históricamente no ha habido un sismo grande en una falla después de un sismo en el Nido». Además, un estudio citado por el mismo ingeniero señala: «en la totalidad de los nidos sísmicos, la magnitud de los sismos de otro origen en ningún caso es superior a la de los sismos del nido, en un radio de 70 kilómetros; o sea, que el nido sísmico actúa como un sistema de disipación de los eventos sísmicos superficiales».

Principales fallas

En concepto de Francisco Velandia, uno de los geólogos que ha estudiado las fallas en este territorio, «en Santander existen fallas regionales que presentan evidencia geológica, geomorfológica y sismológica sobre su actividad; por ejemplo, las fallas de Bucaramanga: Suárez, Cimitarra, La Salina y San Vicente de Chucurí, entre las de mayor extensión».

Al hablar de la amenaza que representan estas fallas, el profesor Velandia considera que «los efectos (intensidades) serían más evidentes en caso de sismos mayores a magnitud 5, para lo cual también se debe considerar la profundidad (superficial) y tipo de falla (normal, inversa, de rumbo o combinada). Para la zona de los Santanderes, además de la Falla de Bucaramanga, se presenta amenaza por fallas relacionadas con la Cuña de Pamplona, delimitada por las prolongaciones de la Falla de Boconó (que afecta los Andes Venezolanos como falla dextral o lateral derecha) y de la Falla de Chitagá (lateral izquierda) (Velandia et al., 2020). En la zona de Santander y Norte de Santander hay documentación de sismos históricos y eventos con magnitudes de 4 o mayores, y los sismos relacionados con la Cuña de Pamplona podrían considerarse como los más peligrosos para la región, teniendo en cuenta los sismos históricos que han sido destructivos».

la Falla de Bucaramanga, se presenta amenaza por fallas relacionadas con la Cuña de Pamplona, delimitada por las prolongaciones de la Falla de Boconó (que afecta los Andes Venezolanos como falla dextral o lateral derecha) y de la Falla de Chitagá (lateral izquierda) (Velandia et al., 2020). En la zona de Santander y Norte de Santander hay documentación de sismos históricos y eventos con magnitudes de 4 o mayores, y los sismos relacionados con la Cuña de Pamplona podrían considerarse como los más peligrosos para la región, teniendo en cuenta los sismos históricos que han sido destructivos».

«Sobre la Falla de Bucaramanga sólo existe un estudio de paleosismología, con base en el cual se propone un período de recurrencia y magnitud de sismos esperados (6,5 a 7,0), pero los mismos autores del Servicio Geológico Colombiano (Diederix et al., 2009) advierten que son resultados preliminares. A partir de un afloramiento de la Cantera Diamante, los autores de este estudio interpretaron ocho sismos, el más antiguo de hace 8.300 años (BP) y el más reciente de 930 años (BP), y asumen un promedio de 1.000 años como período de recurrencia», puntualizó el profesor Francisco Velandia.

Municipio de Los Santos, Santander, epicentro de los temblores en el Nido Sísmico de Bucaramanga. FOTOGRAFÍA/ Víctor Zambrano - @victorzambrano_Instagram

La norma sismo resistente

Para Bucaramanga, el Código Colombiano de Construcciones del año 2010, con la norma de sismo resistencia NSR- 10 especifica una aceleración de 0.25g (25% de la fuerza de gravedad). Anteriormente, regía la norma de 1987, más bajita. Para 2020 la NSR-20 será más alta, 0.27g, teniendo en cuenta la nueva información existente. Cúcuta tiene 0.35g porque es más peligrosa, la ciudad fue destruida por un sismo en 1875.

Mapa de accidentes geográficos de Santander. En rojo se ve el área que ocupa la Mesa de Los Santos y zona adyacente, debajo de la cual se encuentra el nido sísmico.

Los sismos no se pueden predecir

En una entrevista reciente, el profesor Giovanny Jiménez Díaz, de la Escuela de Geología de la UIS, señalaba que el primer sismo fuerte en la historia registrado en Santander data de octubre de 1743 y luego otros en 1785, 1799, 1826. Allí comentaba que “el de 1869 destruyó un pueblo que se llamaba Juan José; el pueblo lo reubicaron y ahora se llama Galán”.

Cátedra Libre: ¿Se sabe si estos sismos históricos y los sentidos en días recientes corresponden al Nido de Bucaramanga o a fallas geológicas?

Giovanny Jiménez Díaz: Santander es un departamento cuya sismicidad puede ser explicada de dos formas o a partir de dos fuentes: el Nido Sísmico y las fallas geológicas. De forma muy generalizada las personas han mezclado estas dos fuentes; sin embargo, no hay una relación directa. Mientras que la sismicidad del Nido Sísmico ha sido continua y profunda, cercana a 150 km de profundidad, la sismicidad asociada a fallas es más superficial, pero menos continua. Por ejemplo, consultando la página oficial del Servicio Geológico Colombiano (SGC), en la última semana en Santander se reporta un solo sismo superficial de 2,0 en Simacota. En ese sentido, es más probable que los sismos históricos reportados hayan sido originados en el Nido Sísmico.

Giovanny Jiménez Díaz es geólogo egresado UIS. Doctor en Geología Universidad Toma TRE 2013, con un posdoctorado en la Universidad Texas at Dallas. Actualmente es profesor de la Escuela de Geología.

C.L.: ¿Cómo se calculan las probabilidades de que ocurra un sismo en una de estas fallas y su magnitud?

G.J.D.: Los estudios de paleosismisidad se basan en el hecho de que, si una falla ha tenido varios eventos sísmicos, es posible que deje alguna evidencia de ruptura en las rocas o los suelos afectados. Estas deformaciones son estudiadas y datadas con el fin de entender la ciclicidad o los intervalos de recurrencia de las fallas. Por ejemplo, este tipo de estudios de paleosismisidad han sido realizados por el SGC en Bucaramanga, y aunque es un estudio preliminar, se sugieren intervalos de recurrencia de 1000 años con magnitudes de hasta 7 grados. Sin embargo, se necesita más investigación para dar conclusiones más acertadas sobre el ciclo sísmico, aclarando de nuevo que este estudio preliminar es para la Falla de Bucaramanga y no para el Nido Sísmico.

C.L.: Se ha escuchado la teoría de que se trata de un fenómeno, a mucha profundidad, de rocas que se están convirtiendo en líquido (magma) y esa es una causa probable de los remesones. Entonces ¿no son placas que estén en rozamiento? ¿Qué otras teorías se conocen sobre este fenómeno en el Nido Sísmico de Bucaramanga?

Bellos paisajes que forman los cauces de los ríos Suárez, Chicamocha y Sogamoso en inmediaciones de la Mesa de los Santos, debajo de los cuales yace el Nido Sísmico de Bucaramanga.

G.J.D.: La placa que se está deslizando a profundidad se caracteriza por estar hidratada. Esta composición química o mineral sumada a la temperatura y presión causan que la placa se funda y se genere magma. Los cambios mineralógicos pueden ser la fuente sismológica del Nido Sísmico. La hidratación hace parte de la confusión al pensar que está relacionada con flujos o corrientes de agua. La hidratación de la placa es a escala molecular.

“Otros modelos sobre el Nido Sísmico sugieren que la sismicidad ocurre por el contacto a profundidad de dos placas, o sea que la placa que es más fría a profundidad se está rompiendo y esta ruptura es la generadora de los sismos”.

C.L.: El estudio del ingeniero Jaime Suárez señala que “el sismo esperado del Nido Sísmico de Bucaramanga es de 6,7 Mw. en un periodo de retorno de 60 años aproximadamente”. ¿Cómo se calculan esos movimientos?

G.J.D.: No tengo conocimiento de qué manera se hacen esos cálculos. Lo único que puedo decir es que: 1) No hay relación entre el Nido Sísmico y los sismos superficiales; 2) No hay relación ni conexión entre el Nido Sísmico y obras civiles como embalses; 3) Los sismos no se pueden predecir, no hay evidencias de aumentos o disminución en la actividad sísmica en el Departamento de Santander. 4) Conocemos más sobre el Nido Sísmico que sobre las fallas cercanas a nuestras poblaciones. La sugerencia es seguir estudiándolas, enfocarnos en trabajar en estas estructuras y seguir o aplicar las normas de sismo-resistencia.

Edición No. 208 - Julio de 2020

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