19 Cartago Mío

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entregar a su encomendero, Matías de Palacios, el producto de la siembra de veinticinco fanegas de maíz y de un almud de frijoles, ciento trece arrobas de henequén, doce botijas de miel, dos arrobas de cera, trescientas mantas de tres varas de largo por dos de ancho, seis arrobas de cabuya, cien cántaros, cien ollas y dos fanegas y tres almudes de sal. Además, la tasación señala que el pueblo de Ciruro debía dar a Palacios ... seis indios y dos indias, para leña, yerba y para que muelan pan y sirvan en su casa, por estos dos años siguientes, atento a la gran necesidad de las tierras, los cuales se mudarán cada semana o cada mes, como les pareciere y cuando se ofreciere haber necesidad de reparar las casas su encomendero de la dicha ciudad, o hacerlas de nuevo de paja, sean obligados a las hacer y las hagan por estas tasaciones.” Fue imposible controlar los abusos de los encomenderos, quienes no solo obligaban a los indios a prestar servicios personales, sino que también les exigían bienes y servicios no señalados en las tasaciones, y se excedían en los que sí estaban contemplados.

El sujeto de tributo

Poco a poco la categoría de tributario se fue ampliando a nuevos sectores de la población.

Mientras que antes de 1578 eran tributarios solo los indios varones reducidos, jefes de familia, después de ese año lo fueron los indios de ambos sexos reducidos, y además se creó la categoría de “medio tributario”, para los viudos -hombres y mujeres-, y la de “reservados” (exentos de tributo), para los caciques y principales, alcaldes, indios enfermos o minusválidos y mayores de cincuenta años. A partir de 1638, todo indio mayor de veinticinco años estaba obligado a tributar. Los varones, ya fuesen casados, solteros o viudos, pasaron a la categoría de “medio tributario”, al igual que las mujeres casadas y viudas. Las solteras quedaron obligadas a pagar un tercio del tributo.

El pago

Los productos debían ser entregados a las autoridades o a los encomenderos dos veces al año -en junio y diciembre-, para las fiestas de San Juan y Navidad. Los tributos de las encomiendas pertenecientes a la Corona se vendían por anticipado en subasta pública. A pesar de que el sistema tributario estaba bien organizado, los indígenas idearon diversos mecanismos para evadirlo. (...), como el negarse a contraer matrimonio, evitar la procreación usando métodos anticonceptivos o abortivos, y adoptar algunos rasgos culturales occidentales,

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como el vestido, abandonar los pueblos y trasladarse a vivir entre los blancos y mestizos. Además de la disminución notoria de la población indígena, el sistema de explotación produjo desintegración en las comunidades, la cual se evidenció en el atraso del pago de tributos. (…) según las autoridades de la época, esa situación se presentó porque las comunidades estaban acostumbradas a que “se les siguiera diligencias” para cobrarles el tributo.

Otros mecanismos de explotación.

Los religiosos (...) Además de cobrar por la celebración de misas y de todos los sacramentos, recibían el pago de la ración. (...) que cada doctrinero recibiera treinta fanegas de maíz por año, una gallina y dos reales y medio de carne de vacuno diariamente, excepto los viernes y otros días de ayuno y abstinencia, en que se le debían dar dos libras de pescado y un real de huevos, o dos reales de huevos si era imposible conseguir pescado, más una botija de miel y otra de manteca cada seis meses. Además, dispuso que contaran con una persona para que les preparara la comida, otra para que les hiciera tortillas y un alquilón que se encargara de llevar leña para la cocina y zacate para alimentar a las mulas.


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