La sorpresa para nosotros fue, que en la inauguración del evento se narró la historia oficial de Cuahilama, no hubo prácticamente ninguna modificación a los discurso del Estado, se presentó esa historia esencialista. Esa historia que pareciera “cohesionar” a toda la delegación Xochimilco. “Yo no soy como otros que solo dicen que van a pelear por rescatar nuestra identidad original. Yo si hago algo por mi patrimonio…” (Gabriela Fuentes). Para servirse de este discurso de identificación, es necesario también recurrir a la narración de un pasado histórico que legitime los discursos en los que, a través de complejos sistemas de significación, se trata de incluir en un todo “xochimilca” y al mismo tiempo en un todo “nacional”. Los esfuerzos del Estado no son suficientes para crear esta identificación, la nación también se narra desde sus límites (Rufer, 2013).
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