Curacion a traves de un curso d enric corbera

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Como vemos, UCDM nos recuerda que tenemos una Causa cuyo efecto somos nosotros. La Causa de nuestra existencia no es el azar; es la inteligencia. Cuando la inteligencia crea, siempre tiene un propósito, y este somos nosotros, que en realidad somos Uno solo. Nos podemos manifestar en múltiples efectos, porque, al ser nosotros el efecto de una Causa pluripotencial, de infinitas posibilidades, podemos crear también de diferentes formas. Esta diversidad creativa nos ha llevado a sentirnos diferentes y a olvidar la Causa Primigenia. Al hacerlo, trasladamos la causa de nuestras circunstancias precisamente a nuestras creaciones, y creemos que estas son las que producen los efectos indeseados, tales como la enfermedad, el infortunio o la carencia. Cuando memorias de viejos rencores vengan a rondarte, recuerda que su causa ya desapareció.8 Sin causa no puede haber efectos, mas sin efectos no puede haber causa. Lo que hace que una causa sea una causa son sus efectos; el Padre es Padre por razón de Su Hijo. (…) Y puesto que es Hijo de Dios, tiene que ser a su vez un padre, que crea tal como su Padre lo creó a él. El círculo de creación no tiene fin.9 Atención a nuestras creaciones: serán creaciones si pensamos con el Espíritu Santo y serán fabricaciones si lo hacemos desde el ego. Cuando fabricamos a través del ego, estamos dormidos. Somos soñadores de un sueño que creemos real y, no podemos hacer nada, salvo tener miedo de lo que nos pueda ocurrir en el sueño. Por eso UCDM nos dice: «El milagro no te despierta, sino que simplemente te muestra quién es el soñador. Te enseña que mientras estés dormido puedes elegir entre diferentes sueños, dependiendo del propósito que le hayas adscrito a tu soñar».10 Démonos cuenta de lo importante que es esta premisa: nosotros somos los soñadores y, si nos hacemos conscientes de ello, seguimos soñando, pero podemos elegir qué tipo de sueños queremos. Esto también nos enseña que somos la causa de nuestros sueños y que el sueño que vivimos es el efecto. Por eso el Curso nos pregunta qué tipo de sueños deseamos: de curación o de muerte. Obviamente, debemos elegir entre sueños de perdón o de culpabilidad. Y sigue UCDM con la enseñanza: «El soñador de un sueño no está despierto ni sabe que duerme. En sus sueños tiene fantasías de estar enfermo o sano, deprimido o feliz, pero sin una causa estable con efectos garantizados».11 «El milagro establece que estás teniendo un sueño y que su contenido no es real. Este es un paso crucial a la hora de lidiar con ilusiones. Nadie tiene miedo de ellas cuando se da cuenta de que fue él mismo quien las inventó. Lo que mantenía vivo al miedo era que él no veía que él mismo era el autor del sueño y no una de sus figuras».12 El milagro nos enseña que nuestro hermano no nos hizo daño, nos enseña que él es el simple ejecutor de una causa que se halla escondida en nuestro inconsciente, de una causa que se alimenta de creencias. Esto nos permite analizar la situación considerándonos la causa y preguntarnos qué pensamientos, sentimientos y emociones no expresadas albergamos, pues son estos lo que nos hacen perder la coherencia emocional y nos provocan dolor. El milagro te devuelve la causa del miedo a ti que lo inventaste. Pero también te muestra, que, al no tener efectos, no es realmente una causa porque la función de lo causativo es producir efectos. Y allí donde los efectos han desaparecido, no hay causa. De este modo, el cuerpo se cura gracias a los milagros, ya que estos demuestran que la mente inventó la enfermedad y que utilizó el cuerpo para ser la víctima, o el efecto, de lo que ella inventó.13 Y entonces… ¡oh, milagro!... la mente se libera porque reconoce que: «Nadie me


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