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Sequías, olas de frío y huracanes: la factura por alterar el clima la pagaremos todos

Por Antonio Ruiz de Elvira Serra, Universidad de Alcalá

Amuchas personas les preocupa el problema del clima, desde investigadores a activistas. Sin embargo, el clima es un esquema intelectual humano que no existe en la naturaleza. Allí solo es real el tiempo atmosférico: sequías, inundaciones, fríos y calores, huracanes, tifones, tornados, rayos y relámpagos.

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El clima es la estadística de todos estos fenómenos y no existe, de la misma forma en la que no existe el “estudiante promedio”. Viajemos hasta cualquier zona del planeta, por ejemplo Almería. Esta fue deforestada en el siglo XIX y hoy llueve poco. Decimos entonces que su clima es “seco”, de la misma forma que podríamos establecer que la nota media de un instituto es 8.

La Tierra es esférica y su eje de giro está inclinado; además, oscila con al menos tres escalas distintas de tiempo. Por eso hay en ella regiones que están siempre frías y otras que están siempre calientes. Al menos, durante los últimos 4 000 años.

Esas regiones han cambiado sus temperaturas y lluvia en periodos de tiempo mucho más largos por, entre otras causas, el movimiento de los continentes y las concentraciones de gases como el CO?, el metano (gas natural) y el vapor de agua, entre otros.

Los cambios anteriores a 1800 ocurrían por causas naturales: volcanes, variaciones del eje de giro de la Tierra y la actividad solar. En estos últimos 200 años hemos añadido una causa humana: la quema de combustibles fósiles. La diferencia con las causas naturales es su enorme rapidez y persistencia: un volcán inyecta polvo y otras sustancias a la atmósfera, pero estas se mantienen dos o tres años como máximo.Los gases procedentes de los combustibles fósiles que emitimos de forma continuada y creciente desde 1800 aguantan en la atmósfera más de 120 años. La vida se puede adaptar a los cambios en las condiciones exteriores. Hay vida en zonas sulfurosas, a grandes profundidades del mar y del suelo, a grandes y bajas temperaturas. Pero necesita mucho tiempo para hacerlo, pues las mutaciones son muy lentas. La civilización humana no tiene esa capacidad de adaptación. Tenemos registros de muchas civilizaciones que han desaparecido del planeta.

Incorporar medidas relativas al cambio climático en las políticas, estrategias y planes nacionales.

El problema es, ¿queremos que lo haga la nuestra?

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